Relato: EL ELIXIR DEL MORO CORREGIDO Y AUMENTADO



Relato: EL ELIXIR DEL MORO CORREGIDO Y AUMENTADO



Todo tiene un principio, me case joven. Tengo veintinueve a�os, creo que bien llevados, no soy alta, si de amplias caderas, tengo un pecho muy prominente con muslos duros y prietos, en una palabra que muchos hombres vuelven su cara para admirar mi figura.
Mi marido no me priva de ninguno de mis caprichos, pocos eso s�, nuestra econom�a no, nos los permite. El es un obrero de mano de obra barata, trabaja en una industria, que de momento no le falta el salario, es un buen hombre, solo le falta ser un poco experto en las cosas amatorias, le faltan conocimientos para complacerme en la cama, algunas veces me quedo con ganas de algo m�s. Ahora lleva un cargo en la comunidad de vecinos, por lo cual vino un hombre �rabe a casa preguntando por �l. Me dijo que se llamaba Ahmed y que era el que hab�a cogido el local de debajo de finca, para montar un bar de pinchos morunos para lo cual ten�a que contar con el permiso de la comunidad para sacar una salida de humos por el patio de luces hacia el tejado. No dejo de mirarme ni un solo momento mientras me explicaba lo que quer�a hacer, me sent� un poco inquieta, luego ya me quede m�s tranquila al saber lo que quer�a. Le dije que ten�a el turno de tarde y llegar�a pasadas las diez de la noche y que a la semana siguiente tendr�a el turno de ma�ana y por la tarde podr�a hablar con el despu�s de comer As� se quedo la cosa, cuando llego mi marido por la noche, le comente lo del moro, me dijo que ya sab�a algo y que no les quedar�a m�s remedio quedarles la autorizaci�n para que instalaran la chimenea aunque hab�a gente que se opon�a a ello. A la semana siguiente se presento Ahmed y le mande pasar dentro de la casa, ellos estuvieron hablando del proyecto que ten�a delante de m�, el me sigui� mirando con todo el descaro a mis piernas y mis pechos. Estaba dispuesto a darnos alg�n dinero si aquello sal�a adelante, como fondo perdido para nosotros y adem�s me prometi� un regalo para m�. Tomamos caf� del cual dijo que a �l le gustaba m�s el t� y que nos traer�a, ya que el de su pa�s era muy bueno.
Que bien, dije yo, nos vendr� el dinero solo para nosotros, cuando el moro se fue.
A la tarde siguiente vino con el t� y un frasco de colonia de una gran marca para m�.
Prepare el t� y el saco un botell�n que dijo era un elixir que a�adi�ndolo al t� le daba un sabor especial, tomamos el t� y yo saque unas pastas que al agacharme para sacarlas, yo dejando entrever mis pechos al descubierto, hecho que no, paso desapercibido, para el moro, no dejo de quitarme sus ojos de mi cuerpo, lo cual en parte me halagaba y por otra me causaba algo de turbaci�n.
El hombre tendr�a m�s de cincuenta a�os, de buena presencia, bien vestido, con una barba que le daba un aspecto de persona seria y le hac�a muy interesante, se quedo en espera de acontecimientos y el moro se marcho, dej�ndome a m� con una duda. �Ser�a verdad, la potencia que ten�a esta raza? Lo seria, yo misma me conteste, pues para complacer a tantas mujeres como ten�an, ten�an que tenerla.
Viniendo yo de comprar me lo encontr� casi a la puerta de casa y me quiso ayudar con las bolsas de la compra y le deje que las cogiera al llegar a casa quiso subirme las bolsas de la compra a lo cual ya me opuse, Esa semana, mi marido ten�a el turno de tarde y como a eso de las cuatro llaman a la puerta de casa, llevaba yo puesta una bata que estaba muy abierta y ten�a mucho escote. Salgo abrir la puerta y me encuentro al moro vestido con una chilaba. Mi marido no est� �Ah, no est�? No. El sabia de sobra que no estaba, pero por cortes�a le mande pasar. No hizo nada m�s que cerrarse la puerta y me abrazo y me beso en la boca meti�ndome la mano por los pechos. Y me dice, me gustas y te deseo me lleva hacia la sala y estando en ella me quita la bata dej�ndome con la braga puesta se levanta la chilaba y me dice mira como me pones, me copio la mano y me la llevo hacia su rabo. Me quede sin saber que decir, ni, que hacer. El rabo que ten�a, no ten�a nada que ver, con el de mi marido, ni del primer novio que tuve, aunque el de este era m�s grueso y largo. El rabo del moro era adem�s de largo y gordo muy venoso. Me beso los pechos y me bajo la braga con gran maestr�a y habilidad hasta medio muslo y me empez� a lamer mi chocho hasta abrirlo con su lengua y en bot�n lo empez� a chupar y todo cuanto me hizo a continuaci�n jam�s me lo hab�an hecho en mi vida. (El primer novio que tuve, al que se la menee muchas veces y en una ocasi�n estando en la era del pueblo, se puso muy pesado que quer�a verme el chocho y de hecho lo consigui� y me la hubiera metido all� mismo de no haber sentido voces acerc�ndose y desisti� de met�rmela aunque por la noche despu�s del baile y estando en la puerta de casa, por primera vez, me la meti� entre los muslos corri�ndose enseguida llen�ndome los muslos con su leche. Me limpio con el pa�uelo y ya la ten�a otra vez tiesa y dura y yo tambi�n estaba un poco salida, me la volvi� a poner entre los muslos, pero esta tiro de mi braga hacia abajo a lo cual no opuse ninguna resistencia y me la restreg� por el co�o d�ndome una peque�a embestida a la que siguieron otras m�s ahora con m�s fuerza y note como entraba en mi co�o, casi no le dio tiempo a tenerla dentro pues se ven�a y la saco, qued�ndome yo con ganas de algo m�s. As� estuvimos por algo m�s de seis meses, hasta que una t�a m�a me mando recado que ten�a un trabajo para m� en la ciudad. El novio se olvido de mi nunca vino a verme. El trabajo consist�a en estar de doncella en una casa de un matrimonio y un hijo de entre quince y dieciocho a�os, pero ten�a una peque�a deficiencia, que apenas se le notaba era algo mong�lico. Lo que si vi enseguida, es que se pajeaba mucho, por como pon�a las sabanas todas llenas de esperma, un d�a que estando solos le sorprend� pajeandose y casi la sorprendida fui yo al ver el aparato que gastaba el muchacho, no se corto para nada y sigui� es mas se corri� delante di mi llenando el piso con su esperma. Aquello me puso a m� un poco alterada y si no me atrev� a algo m�s fue, que no fuera que el joven se fuera de la lengua y se lo contara a sus padres. Yo segu�a lavando las manchas de las sabanas tampoco sin decir nada a la se�ora. Esta un buen d�a, me dijo, eres demasiado buena Espe, no dices nada de c�mo pone las sabanas Alfred, por eso te voy a subir el sueldo y tambi�n tengo que pedirte un favor, el se�or y yo vamos a estar unos d�as fuera si te pudieras quedar tu sola con Alfred. Por mi encantada se�ora le dije. As� fue como Alfred y yo nos quedamos solos. Yo segu�a espiando al joven y en alguna ocasi�n me pon�a delante de �l y me met�a las manos hasta llegar a mi co�o y me lo frotaba por encima de la braga el al verme se me acerco y con la polla fuera me dio a entender que se la meneara as� lo hice y no solo eso que se la acerque a mis muslos empec� a frotarme con ella por encima de la braga y estaba disfrutando tato que baje la braga y me empec� a restregar el co�o con su picha no segu� por miedo a que el muchacho no se contuviera y me dejara todo su esperma en mi co�o y me dejara pre�ada, por la noche era tanto mi deseo que le dije que si quer�a dormir conmigo, acepto y se la menee dos veces, a la tercera se la arrime a mi co�o, ya sin braga y me la restregu� por el co�o y me llegue a meter su glande entre mis labios y cuando note que le ven�a lo saque y me lleno los muslos con su esperma, le di un beso de buenas noches, pero �l quer�a mas y nos seguimos besando hasta que note que de nuevo se le pon�a dura, se puso encima de m� me la acerco al co�o y por segunda vez recib�a la polla de un hombre, aunque en esta ocasi�n fuera un hombre con cara de ni�o, se vaci� dentro de m�, el placer que recib� no fue ning�n placer especial, aunque si, fue una sensaci�n nueva y diferente. �Que como termino todo esto, despu�s de estar follando con el muchacho tantos d�as como estuvieron sus padres fuera, la madre, se entero, y la cosa pod�a haber acabado en boda, de haber querido yo pero, sal�, como si fuera una degenerada y mi t�a me busco otra casa, pero en esta ocasi�n, la de un matrimonio mayor. En el paseo de los domingos conoc� a mi novio, que con el paso del tiempo, fue mi marido.) (Volviendo al moro dir�.) Cuando yo estaba m�s entregada me copio en volandas y me llevo hacia el dormitorio dej�ndome encima de la cama me abri� las piernas y puso su polla en la entrada de mi co�o y muy suavemente me la empez� a meter llegando hasta lo m�s profundo del co�o y empez� un saca y mete que pronto me llevaron hasta lo nunca conocido por mi cuando m�s a gusto estaba la saco y la puso en mi boca y me dijo chupa yo no ten�a ni idea de c�mo hacerlo a lo primero solo le lamia por encima luego el me dijo m�tetela toda en la boca, apenas me entraba me dio un empuj�n y entro hasta la garganta al rato me derramo todo lo que su polla solt� dentro de mi boca y que yo me trague sin derramar ni una sola gota volvi� a chuparme el co�o momentos despu�s y me la volvi� a meter, ahora ya, dej�ndome todo en el interior de mi co�o. Esa semana vino otros dos d�as m�s, los cuales esperaba con gran deseo e impaciencia. Yo baje a su establecimiento y como hab�a operarios trabajando, solo dije mi marido le espera esta tarde, para darle buenas noticias.
Subi� aquella tarde y tomamos caf� y elixir y despu�s de tomarlo mi marido dijo que ten�a que salir, hab�a quedado con un vecino para ver un problema, que hab�a en la sala de contadores. Nada m�s salir mi marido, me abrazo y me tumbo en el sof�, se abri� la bragueta saco el pijo todo tieso me bajo la braga y me lo meti� en el co�o. Mi marido no tardo nada en volver y casi nos pilla, nos sentamos en el sof� como est�bamos antes de que el saliera, yo que ten�a una bata puesta y estaba sin abotonar la parte de abajo por lo cual se me ve�a el empiece de mis muslos.
Mi marido nos miro y sonri�. El moro, no se corto para nada. Y le dijo. �Sabes que tienes una mujer muy bonita? Mi marido volvi� a sonre�r, y le dijo, Claro que lo s�, y tambi�n se, que a ti te gusta, y no haces nada m�s que rondarla, cuando yo no estoy y yo no s�, si ya te la has tirado ya, �bueno, s� que lo s�! Y si te digo la verdad, lo s� por como os comport�is cuando yo estoy delante y cuando no estoy, ahora mismo tambi�n se que hab�is hecho algo no s� el que, porque cuando yo entrado tu le tenias la mano toc�ndole el muslo y ella ahora mismo est� sin bragas- �No es verdad cari�o? No supe ni que hacer, ni que decir. El silencio es la prueba de la verdad, dijo mi marido. El moro, no se corto para nada, y me puso la mano en el muslo y es m�s me abri� la bata, dejando que se me viera todo el co�o al aire desnudo, y le dijo es hermosa y la tienes desatendida, en cuanto a lo que una mujer desea de un hombre y yo se lo he dado y ella se vendr� conmigo. �Y t� que le vas a dar? Fall�rtela y cuando te canses de ella la dejas tirada como a una perra. �Es es lo que vas hacer? �Es eso lo que t� esperas de �l? O que te pase a alguno de sus amigos moros, que tambi�n tienen el rabo grande. Me fui con Ahmed. A los cinco d�as volv� por mi ropa, apenas me lleve lo puesto, mi marido me dijo te perdono, pero no te vayas. Es m�s, si quieres verte con �l, lo puedes hacerlo aqu� en casa. Le dije que me quedaba y que del moro no quer�a saber nada, es m�s el tenia raz�n mucha raz�n en cuanto a lo que hab�a dicho, a los dos d�as me llevo a dormir en casa de otro moro conocido suyo, Ali, dorm� con los dos y tuve que hacer de todo con ellos, desde chup�rsela a uno mientras otro me follaba y hasta la tuve metida en los dos agujeros, el amigo de Ahmed tambi�n ten�a una buena herramienta y es el que primero me dio por el culo sent� mucho dolor y ning�n placer, adem�s era la primera vez que la recib�a por ah�, puedo decir que cuando me la metieron los dos a la vez recib� ya mas placer. All� estaban las dos mujeres de Ali. Que eran dos hermanas bastante j�venes, pero como Ahmed le hab�a invitado a Ali para estar conmigo se resignaron. Quedo de todo esto que tengo hoy en d�a una tripa de cinco meses y que lo m�s seguro es que Ahmed sea el padre. Mi marido resignado, para su placer, me hace revivir los momentos m�s fuertes por lo que yo he pasado, ahora si me la chupa y yo se la chupo, alguna vez me dice. �Si es que estas, para tres!.














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