Relato: Mi peque�a hermanita y las clases de Elongaci�n.
Mi nombre es Johann tengo 22 a�os.
Inicio a relatar mi historia por simple aburrimiento.
Todo sucedi� y comenz� hace dos a�os. Mi hermana menor ten�a 10 a�os, actualmente esta por terminar la primaria. Se llama Noelia (no es el nombre real, por supuesto), ojos marrones, cabello casta�o claro, tez blanca. Delgada, pero alta para su edad. Lindas piernas, una cinturita hermosa. Realmente bella, ojos grandes y un par de labios tentadores.
Todo comienza cuando en Internet le�a unos relatos, y me encuentro con algunos de incesto y esas cosas. Al principio le� sin sentir nada, me parec�a exagerado y en algunos casos irreales. La mayor�a no era muy cre�ble.
Pero decid� intentar acercarme a ella. Tocar sus pechos sobre la ropa. Levantarla y tocar sus piernas. Etc�tera.
Hasta que un d�a decid� fingir hacerle unos masajes, sentada sobre mi regazo recostada sobre la mesa, acariciaba su cuello, su espalda suavemente y ella lo disfrutaba. Yo no pod�a sacar mis ojos de su trasero y le ped�a que enderezara la espalda y que marcar su trasero. Llevaba ropa interior roja, escarlata sumamente apetecible. Y un pantal�n de gimnasia rosa.
Mientras ella disfrutaba del masaje yo pasaba mis manos por su cuello, orejas, la base de la cabeza. Ella cerraba los ojos y disfrutaba, s�, disfrutaba. Aproveche y decid� llevar mis manos poco a poco m�s cerca de sus pechos. Ella no sospechaba y respiraba pesadamente.
Despu�s lleve mis manos a su cintura, le dije que la base de la espalda era el lugar d�nde m�s tensi�n se acumulaba. �Mentira! s�lo buscaba moverla, mecerla ritmicamente para alcanzar una erecci�n. Ella sumamente liviana se dejaba llevar. Yo disfrutaba como su trasero frotaba sobre mi pene ya erecto. Cada tanto le dec�a alguna otra estupidez para justificar los movimientos. Sent�a mi pene entre sus nalgas, ve�a mi pene entre sus nalgas. Qu� placer. Con otra mentira le bajaba poco a poco el pantal�n para poder ver su ropa interior color carmes�. Llegue a liberar casi completamente sus nalgas, que acariciaba con sumo cuidado. Era sumamente suave, delicada. No era dif�cil llevarla al ritmo que quer�a, que necesitaba. Ella como una mu�eca de porcelana se dejaba llevar y sent�a su trasero terso sobre mi pene que ped�a que lo liberase pronto. Decid� entonces, dar un paso m�s, la levante y el ped� que sacara trasero, que doblara su cintura y aproveche para liberar mi pene, ella segu�a movi�ndose al ritmo que marcaba mientras tomaba con una mano su cadera y con la otra me masturbaba observando su cola. Su bombacha roja. Tom� mi miembro y decid� tocar sus nalgas, no pod�a evitarlo estaba tan cerca. Quer�a acabar sobre ellas. La ten�a del cabello, sobre mi regazo, yo sentado en una silla y ella acostaba pr�cticamente sobre la mesa, gozando mis caricias. Lamentablemente decid� que era demasiado acabar sobre ella. Deb�a intentarlo otro d�a. En otro momento. Y despu�s de memorizar su cola fui al ba�o a terminar. No pod�a dejar de pensar en esa bombacha roja.
Al d�a siguiente decid� grabar con mi tel�fono. En esta oportunidad le hable sobre elongar y el ballet. Ella entusiasmada me escuchaba atentamente.
Me sent� sobre el sill�n y le ped� que pusiera sus nalgas sobre mi pene. Claro no con esas palabras. Yo la ayudar�a a alcanzar la majestuosa elasticidad de una bailarina profesional y claro, lo disfrutar�a minuto a minuto.
Una vez que se sent�, la acomode para sentir sus nalgas sobre m�. Puse cada una de sus piernas a los lados y con las m�as ayude a abrirlas. Ella sufr�a y yo me volv�a loco con sus quejidos silenciosos. Aaah, murmuraba. Cerraba con fuerza sus ojos y respiraba acelarada. Yo la tomaba por la cintura y ella se apoyaba sobre sus rodillas forzando la apertura de sus piernas. Despu�s de tocar su culo por unos minutos, decid� bajarle los pantalones, ella concentrada en la tarea no pareci� darse cuenta. Nuevamente ten�a sus nalgas sobre mi pene erecto, esta vez llevaba ropa interior verde fluor. Era la gloria, la mov�a a mi antojo y ella s�lo se quejaba por el dolor en sus piernas, gem�a.
Gem�a, y yo frotaba su vagina, con el pantal�n separandonos, sobre mi pene. Era tan r�pido el movimiento que acabe dentro mis boxer y moje su ropa, no mucho.
Ella se divert�a, y yo tambi�n. Tom� el celular y grab�. Era hermoso. Ella completamente a mi merced sob�ndome la pija. Una y otra vez.
Le ped� que la pr�xima vez usar� vestido para facilitar la elongaci�n y terminamos. Acabe, s�.
D�as despu�s llevaba un vestido hermoso, azul con lunares, una remerita corta ajustada. Debajo un corpi�o negro, �qu� madre le compra un corpi�o negro a su hija? Y una hermosa bombachita rosa con un peque�o mo�o en la parte trasera. Un regalo divino, un regalo para m�.
Repet� letra por letra mis mentiras para asegurarme otra tarde de pasi�n.
La sent� otra vez sobre mi regazo, ella obedec�a, era un encanto. Le levant� el vestido de lunares y deje expuesto su ropa interior. Tengo fr�o, me dijo. Jajaja. No importa ahora calentamos, murmur�.
Nuevamente sobre mis piernas decid� sacar mi pene erecto ya por la hermosa imagen que ten�a en frente, ubique sus nalgas, justo el medio sobre mi pene. Oh, qu� maravillosa sensaci�n. Mi pene apretado por sus nalgas se sent�a en la gloria. Ten�a el mo�o frente a m�, lo �nico que separaba mi pene de su culo eran pocos mil�metros de tela. La tome del cabello, le hice dos coletas r�pidas para tener de d�nde agarrar y comenc� a forzar su elasticidad. La tomaba del cabello y ella s�lo se re�a. Seguramente sent�a mi pene rozando su vagina.
Cabalgaba ella sin que yo hiciera un movimiento. Recostada sobre la mesa se le marcaba el trasero. Hice que su bombacha ingresar� en la raya del orto. Y baje tanto como pude. Paso a ser un hilo que no inc�modaba ya. Mi pene se incrustaba entre las nalgas. L�quido preseminal manchaba el rosa de su ropa interior. El mo�o se mov�a de arriba a bajo. Mis manos acariciaban su espalda. Su respiraci�n se entrecortaba igual que la m�a.
Quer�a penetrarla, mov�a mi pelvis con fuerza sin sutileza. Ella s�lo se mord�a el labio inferior y gozaba.
Su trasero tocaba mi pene, acariciaba cada cent�metro. Acabe sobre ella, sobre el mo�o. Y bese su cuello. No me importaba nada.
Le ped� que se diera vuelta, la sent� sobre m�. de frente. Una sonrisa se dibujaba en sus labios, entend�a la situaci�n.
Levant� su vestido, le ped� que lo levantar� hasta el ombligo. Su abdomen era plano, la acaricie sobre la ropa interior. Force mis dedos sobre su vagina. Recorr� sus labios con la otra. Le met� un dedo en la boca. Ella lo chupo en respuesta. Era una putita. Lo hice nuevamente, ella me sonri� y chupo mi dedo. Lo saque y met� varias veces. Lo deslice sobre su lengua, recorr� sus dientes.
No pod�a esperar, pegu� su abdomen al mi�, su vagina sobre mi pene, ahora lamentablemente cubierto por mi pantal�n. Le ped� que se moviera y ella con otra sonrisa empez�. El movimiento era envolvente. Sent�a su vagina sobre m�.
La tome del pelo, tire su cabeza para atr�s y bes� su cuello, ella continuaba el movimiento. Comenc� a levantarla y embestirla. Me ped�a que no parara. No aguante y saqu� mi pene. Quer�a estar m�s cerca de ella. La embest�a y ella gem�a. Gem�a. Sudaba, el sudor ca�a por su frente. Comenz� a gritar, no muy fuerte.
La ten�a por la cintura y ella saltando sobre mi pene. Con el vestido remangado sobre sus senos. Me hubiera gustado registrar esto con el celular. Pero no importaba, saltaba, gem�a, gritaba. Mi pene estaba completamente duro, se hund�a en su vagina.
Finalmente sent� humeda su ropa interior y me detuve. Estaba mojada y no pod�a respirar. La bes�.
Le ped� que la pr�xima usar� medias largas. Le rogu� y ella s�lo asinti� con la cabeza.
Continuar�...