Relato: sin despecho Alicia y yo rompimos nuestra relaci�n, aunque nos segu�amos viendo en el trabajo, por lo que se fueron olvidando nuestros apasionados encuentros sexuales. No obstante, lo que ocurri� entre nosotros, a pesar de que formaba parte de un pasado reciente, era algo que a mi mente le costaba desterrar.
Una tarde en la que est�bamos solos en la oficina apareci� un chico de color, alto guapo y elegantemente vestido.
-�Trabaja aqu� Alicia? Pregunt� de una forma muy educada dirigi�ndose a m�.
-s�, le contest� sorprendido sin dejar de admirar su belleza, la cual me hab�a seducido considerablemente.
-Est� en su despacho. Pero antes de que pudiera avisarla sali� ella a toda prisa para abrazarlo efusivamente.
Se llamaba Henri, y me lo present� como �alguien muy especial con el que compart�a sus momentos m�s �ntimos.
Reconozco, que en ese momento me sent� dolido en mi ego personal, pues era evidente que ya no era yo quien se beneficiaba de las artes amatorias de Alicia-Henri y yo cenaremos los dos solos en mi casa. Ven con nosotros y no te arrepentir�s.
Me insinu� con un gesto provocador y sensual, como los que acostumbraba a hacer ella cuando estaba hambrienta de sexo. Ante la curiosidad acept� sin apenas dudarlo.
A Alicia le gustaba practicar el sexo a lo grande y para ella lo que iba a suceder esa noche era algo ya perfectamente planificado. Despu�s de la cena Alicia y Henri se retiraron juntos sin decirme nada. Yo pens� que la fiesta hab�a llegado a su fin y que quer�an desprenderse de m�. No sab�a que hacer y m�s a�n cuando empec� a escuchar los gemidos de Alicia procedentes del dormitorio. En un acto de indiscreci�n decid� acercarme y quedarme detr�s de la puerta.
Cuando vi a Henri que penetraba con su inmensa polla a mi ex, juro que por primera vez un cosquilleo recorri� mi cuerpo. Sin demora me desnud� y me acerqu� a dos cuerpos que retozaban en la cama y gritaban de placer.
Alicia desnuda conservaba ese encanto de mujer oto�al, pero que el ejercicio f�sico y un cuidado esmerado eran su poci�n m�gica para hacer demorar el envejecimiento.
Sus grandes tetas las adornaban unos pezones rosados erectos en esos momentos por la excitaci�n y su vientre liso conduc�a a un sexo totalmente depilado y muy mojado debido al placer que en ese momento le estaba proporcionando su bello hombre de �bano.
Me acomod� entre ellos dos, era la primera vez que hac�a un tr�o donde unos de los integrantes era una persona del mismo sexo que yo y adem�s de color. Me puse tremendamente caliente al ver la gran polla de Henri: grande gruesa, negra, donde se le pod�an apreciar sus venas y mojada en toda su longitud por los jugos vaginales de Alicia. Y de cuyo glande babeaban algunas gotas de semen como consecuencia de haber aguantado la eyaculaci�n.
Alicia se apart�, para dejarnos solos y para ver como por primera vez me enfrentaba a un mundo desconocido para m� como era la bisexualidad.
Nos abrazamos y nuestras lenguas se encontraron al unir nuestras bocas llenas de deseo. Nunca hab�a besado a un hombre negro fueron besos deliciosos, c�lidos que me calentaban cada vez m�s. Henri empez� a morder mis pezones y a darme peque�os leng�etazos, mientras una de sus manos agarraba mi verga erecta, yo le acercaba mi cuello, porque me excitaba como lo besaba con sus carnosos y gruesos labios y la forma tan delicada con la que me pasaba su lengua hasta introduc�rmela en las orejas-.
El propio deseo me indujo a agarrar su gruesa polla. Olvid� sus caricias para ser yo quien le proporcionara placer. Se tendi� boca arriba y lentamente fui recorriendo su musculoso cuerpo hasta llegar a su enorme miembro. Acarici� su sexo y con ansia de proporcionarle inolvidables sensaciones me lo introduje en la boca.
Un hilillo se saliva mezclado con su leche separaba su polla de mis labios. Volv�a a chup�rsela una y otra vez al igual que sus negros y depilados test�culos, los cuales tambi�n mord�a. Un ansia desenfrenada me invadi� por completo centr�ndome en su glande al que c
hup� hasta que se corri� en mi boca emitiendo un profundo grito de gozo.
Mientras H. se desplom� de �xtasis compart� su c�lida leche Con Alicia en un profundo beso cuya lengua recorr�a mis labios para saborear el c�lido semen reci�n eyaculado de H .depositado en mi boca. Mi ex se qued� perpleja y se masturbaba con un consolador mientras yo la hacia esa mamada al �negrito�
La verga del escultural negro no tard� en volver a su estado de erecci�n. Esta vez ser�a Alicia la receptora de nuestras caricias, Mientras Henri le lam�a y mord�a sus pezones abarcando con su boca sus enormes tetas. Yo le com�a su co�o mojado, meti�ndole la lengua dentro de su orificio vaginal. Lo complementaba introduci�ndole los dedos que sacaba mojados haci�ndoselos chupar a Henri. La follaba como a ella le gustaba, sin sacarla mucho y empuj�ndola con fuerza. H. se situaba por momentos junto a m� para sacar mi polla y chuparla y despu�s volverla a introducir en el co�o de Amanda,
Lo hizo como 3 � 4 veces. Pero le dije que dejara de hacer eso, pues con tanta chupada, me correr�a en su boca y no era mi intenci�n hacerlo tan pronto. Me retir� y le ced� mi lugar lo hizo con tanta fuerza, que ya se corr�a, pero me dijo que lo ayudara a hacerlo en las tetas de su compa�era. As� que me entreg� su negra polla para que se la volviera a chupar y le sacara la leche. Lo hice con tanto deseo que no tard� mucho en expulsarla en los pechos de una mujer que gozaba infinitamente.
El bello hombre de piel chocolate recorr�a con su verga la leche depositada en las tetas de Amanda .A�n faltaba lo mejor: Alicia me lubric� mi orificio anal introduci�ndome primero uno de sus dedos y despu�s dos hasta que mi esf�nter se dilat� lubricando despu�s la verga de Henri. Al introduc�rmela me hizo un poco de da�o, era la primera vez que una polla de enorme dimensiones entraba en mi interior, pero poco a poco el dolor se fue disipando, debido al placer que tambi�n me proporcionaba la mamada que al mismo tiempo me hacia mi ex
El placer de la mamada y la sensaci�n de la penetraci�n eran como un b�lsamo que mi cuerpo recib�a gustosamente. No pude aguantar m�s y me corr� en la boca de Alicia y al poco tiempo Henri eyacul� su ya escaso semen sobre mis boca, pues volv� a chupar su gruesa, venosa, y negra polla. Los tres acabamos rendidos. Fue una noche maravillosa, �nica donde ambos nos transmitimos una sexualidad libre llena de sentimientos y ardor y donde disfrut� acariciando y siendo acariciado.
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Relato: sin despecho
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