Relato: Mi ahijada (2) Despu�s de un viaje que duro mucho tiempo, me fui para su
casa. Piqu� al timbre, y ni siquiera se oy� su voz, solo la apertura. Sub� a un
segundo piso, y llam� a su puerta. Paula sali� a abrirme. Estaba preciosa. No
neceto describirla Vest�a con una camisa blanca muy suelta, y sus piernas solo
estaban cubiertas por un pareo. Si fuese Dios, la pondr�a adornando el
firmamento.
Yo, sin embargo, parec�a un trapo. Me hizo pasar, y nos sentamos en el sof�. Me
platico sobre lo sucedido en este tiempo que no estuve
despu�s de platicar ya me dol�a la cara de re�r. Ella, supongo, estaba igual.
Poco a poco se me iba acercando, dejando ver al arrastrarse un poco m�s lo que
cubr�a el pareo. No me acuerdo como, acab� su mano en mi est�mago. Con un
movimiento de sierra iba deslizando la mano cada vez m�s abajo, y ella se iba
inclinando, hasta poner su cabeza en mi hombro, y meter la mano bajo el pantal�n
y los calzoncillos.
Yo solo fui capaz de bajar un poco la mano, desde su costado hasta la
entrepierna. Mi sorpresa fue que debajo del pareo no llevaba nada, y de la
emoci�n, m�s que de la paja que me estaba haciendo, mi pene dio un impulso.
Comenc� a sobarle la vagina como bien sabe dios que pod�a. Ella se levant� y me
dijo que fu�semos a la cama. Se que esto no tiene nada de porno, pero fue
incre�ble la de veces que se tropez� con objetos interpuestos en su camino. Yo
no paraba de re�r. Nos sentamos en la cama, uno al lado del otro, . Cog� la
almohada, y como un capullo, arremet� con ella en su cara, ella me la quit� y me
comenz� a golpear. Fue entretenido, hasta que acab� yo echado en la cama, con
ella encima, tir� la almohada, y me bes�.
Fue bajando sus besos, por mi cuello, que me volv�a loco. Cuando le molestaba la
cosa, apag� la luz de la mesita, me quit� la camiseta, y de un tir�n, a lo
bestia, el pantal�n. Ella hizo lo mismo. Yo estaba en la nube cuando sus besos
llegaron a mi est�mago, y a la entrada de mis calzoncillos. Mientras daba besos,
iba bajando muy despacio los calzones, hasta dejar descubierto mi pene. Lo cogi�
con una mano, le di� viarios besos, y se lo meti� en la boca. Comenz� a subir y
bajar, con sus labios carnosos, rodeando mi pene. No olvidar� aquella sensaci�n
jam�s. Y menos, la cara que me puso cuando me corr� en su boca, mir�ndome con
una mirada de esas que te rajan, separ�ndose del miembro, con la boca casi
cerrada, sonriendo y diciendo que ahora volvia
Volvi�, eso si, y se volvi� a poner encima m�o. Se que quit� el sujetador, y
letocarle las tetas. Maravillosas me parec�an, pero no eran tanto. Mientras las
sobaba, me frotaba el co�o contra el pene. Comenc� a notarlo empapado. Ella se
levant� un poco, y fue ascendiendo en la cama, hasta poner su entrepierna en mi
cara, apoyando las manos en la pared. Deduje lo que quer�a, y comenc� a lamerle
todo su co�o mojado, bien depiladito, y a sobarle el cl�toris hasta que se mov�a
como una loca, y me cerraba las piernas, aprision�ndome la cabeza. Volvi� a
levantarse un poco, y se coloc� de nuevo encima del pene.
No se como, pero lo volv�a a tener como un m�stil. Pero esta vez ella se inclin�
hacia mi, y me comenz� a comer el cuello. Con una mano se apoyaba en la cama, y
la otra notaba que se deslizaba entre nuestros cuerpos, hasta llegar a nuestros
objetos sexuales. Se ech� un poco para adelante, cogi� mi pene y lo apuntal� en
la entrada de su vagina. Sinceramente, yo no me enteraba de un pijo, solo sab�a
que se pod�a hacer un huevo en mi cuerpo. Poco a poco, introdujo la cabeza del
pene en su vagina, quit� la mano, y se alz� con las dos manos en la cama,
recogiendo las rodillas, y poni�ndose casi a noventa grados. Poco a poco se fue
dejando caer encima de mi pene, y yo me estaba volviendo loco de placer.
Sinceramente, lamanos y se las coloqu� en las tetas. Ella soltaba unos gemiditos
que me pon�an a�n mas cachondo. Baj� las manos a su culo, y empec� a seguir sus
movimientos. cuando not� que me iba a correr, hice adem�n de querer separarla,
pero con cada una de sus manos me quit� mis manos de su culo, las ech� adelante
junto a ella, y las aprision� contra la cama, evitando mi movimiento. Acerc� su
cara a mi oreja y me dijo; esta noche ser�s m�o, y yo tuya.
Levant� la cabeza, y comenz� a dar unos contoneos tremendos encima m�o, que yo
notaba como golpes en mi pene, y entonces, me corr� ,Ella lo not�, me mir�, se
separ� y se ech� a mi lado. Pasamos as� un par de horas, medio dormidos,
colocad�simos, despu�s no fuimos a ba�ar platicamos ella me dijo hace casi un
a�o me querias desvirgar no era momento ahora es mi tiempo seguimos bes�ndonos
hasta que fue hora de irme y es asi como pude desvirgar a mi ahijada karely.
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Relato: Mi ahijada (2)
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