Relato: Expediente X: Los se�ores Devlin





Relato: Expediente X: Los se�ores Devlin

EXPEDIENTE X: LOS SE�ORES DEVLIN


Middletown, Connecticut, 10:13 de la noche. "Ding,
dong" se escuch� en la puerta de su casa. Sonriente, fue �l quien se levant� a
abrir.



-Hola Dorothy. George-salud� a �l tambi�n-.



-Hola Peter-respondi� George-. Esperamos no llegar tarde.



-Lleg�is justo a tiempo-sonri� Peter-. Mary ya est� lista,
podemos ir sin m�s dilaci�n.



-Estupendo-dijo Dorothy-. Estoy ansiosa por empezar.



Los tres se fueron al dormitorio, donde Mary les esperaba
desnuda. Los otros tres comenzaron a desnudarse y a besarse entre ellos, primero
entre ambos matrimonios y despu�s ya entre turn�ndose. Formado ya el ambiente
er�tico los cuatro se entregaron a los placeres a lo largo de la noche, estando
tan inmersos en ellos que ni Dorothy ni George percibieron como su pareja de
juegos sexuales cambiaba de aspecto, y tampoco percibieron como la habitaci�n
saltaba en llamas sin que el resto de la casa ardiera, hasta que fue demasiado
tarde para poder escapar�




Sucesos paranormales�


El gobierno niega todo conocimiento�


"La Verdad Est� Ah� Fuera"



Oficinal central del FBI, Washington DC. Con lenta
parsimonia Scully abri� la puerta del despacho, encontr�ndose con Mulder
enfrascado en un expediente y con sus habituales diapositivas. Tan ensimismado
lo encontr� que ni siquiera levant� la vista para saludarla.



-Hola Scully.



-�Se puede saber que est�s mirando con tanto af�n?. Si metes
la cabeza algo m�s en ese expediente la acabar�s sacando por el otro lado.



-Se trata de un caso muy interesante. Me gustar�a que le
echaras un vistazo.



-Espero que lo sea. Me has sacado de una interesante reuni�n
de vecinos donde me quer�an para liderar los "vigilantes de barrio" que quieren
poner-ironiz�-.



-No seas quisquillosa y dime que te parece esto.



Mulder cogi� un peque�o mando y comenz� a pasar las
diapositivas, donde se ve�a el torso de un hombre con extra�as marcas. Seg�n
pasaban estas se hicieron m�s detalladas hasta que pudieron verse de manera
n�tida.



-�Qu� es eso-pregunt� sorprendida-?.



-"Eso" es lo que queda de George Hendrick, 43 a�os, natural
de Middletown, Connecticut. Su cuerpo fue encontrado junto al de su esposa
Dorothy, de 41, en las afueras del pueblo hace dos d�as. Sus cuerpos ten�an
estas extra�as marcas.



-Espirales con forma de seis, cruces invertidas��se trata de
alguna clase de sacrificio ritual?.



-La polic�a de Middletown cree que lo hicieron algunos
j�venes seguidores de Sat�n. Al parecer hay una banda de chicos que hacen culto
al diablo o algo parecido.



-Pero t� no lo tienes tan claro-insinu� ella-�



-No debido a esto.



Dio al bot�n y pas� otra diapositiva. Los ojos de Scully
quedaron abiertos de par en par: la imagen mostraban grandes desgarros en la
espalda y pecho de ellos, igual que en las extremidades seg�n se vio en las
siguientes.



-Dime lo que crees Scully. Ilum�name con tu sabidur�a.



-Parece como si lo hiciera un animal, f�jate en el desgarro,
casi parece una zarpa, aunque me parece algo grande para un lobo, y mucho menos
por esa zona.



-Eso es lo que me tiene tan confundido. Tengo la impresi�n de
que quiz� hay alguna especie de animal sediento de sangre, una mezcla de
Sasquatch y Quentin Tarantino. Ya he sacado los billetes para Middletown. Nos
vamos en una hora.




-Que pena, estaba tan interesante la reuni�n de
vecinos-brome� Scully-�



Comisar�a de Middletown, Connecticut. 24 horas despu�s.




-Sheriff Warwick, somos los agentes Fox Mulder y Dana Scully
del FBI, hablamos por tel�fono.



-Hola agente Mulder. Agente Scully-salud� a ella-. Espero que
ustedes puedan echarnos una mano con esto-dijo mientras ambos se encaminaban
hacia el laboratorio forense-.



-�Cu�l es el problema?.



-Los Hendrick eran queridos y apreciados agente Scully, y no
faltar� quien quiera tomarse la justicia por su mano. Su llegada servir� para
apaciguar los �nimos.



-Bueno, algo es algo-afirm� Mulder-. La agente Scully es
m�dico y me gustar�a que hiciera la autopsia de los Hendrick. �Habr� problemas
con eso?.



-En absoluto. El doctor Don Carter, nuestro forense, no ha
puesto objeci�n alguna. Nos est� esperando.



Cinco minutos despu�s los tres hab�an llegado al forense,
donde los Hendrick ya estaban dispuestos en mesas diferentes. Scully, con el
instrumental preparado, empez� a hacer la autopsia, primero de �l y luego de
ella. Mulder, a su lado, los miraba cruzados de brazos, con gesto inquieto.



-�Qu� has averiguado Scully?, �puedes decirme la causa de la
muerte?.



-Mulder, aunque no te lo vas a creer, han muerto por anemia.
Les fue sustra�da toda la sangre del cuerpo. He comprobado que todos los grandes
desgarros fueron hechos post-mortem, aunque los s�mbolos y figuras en sus
cuerpos fueron hecho ante-mortem. No tiene sentido-dijo encogi�ndose de
hombros-. �Primero los marcan, luego los succionan y despu�s los descuartizan?.



-�Qu� clase de persona podr�a hacer algo as�?.



-No lo s� Sheriff, pero desde luego deben ser aut�nticos
dementes para hacer algo as�. �En que piensas Mulder?. Te veo algo ensimismado.



-Estaba mirando la forma en que hicieron las marcas. No soy
un experto, pero por la forma en que se hicieron pareciera que se hicieran a
ciegas, como cuando se est� debajo o encima de alguien.



Scully frunci� el ce�o y vio lo irregular del trazado, tanto
en las espirales como en las cruces.



-Tienes raz�n.



-�Se les ha realizado un test de abuso sexual?.



-�Abuso?, fueron encontrados desgarrados-protest� el
Sheriff-. �Para que quiere un test de abuso sexual?.



-Existen indicios de sectas sat�nicas que antes de hacer sus
sacrificios mantienen relaciones con los elegidos. Quiz� pas� algo parecido.



-Pero aqu� no hay sectas, solo pandilleros adoradores del
diablo.



-Eso para muchos podr�a considerarse como secta-corrigi�
Mulder-.



-�Qui�nes fueron los �ltimos en verlos-pregunt� Scully-?.



-Peter y Mary Devlin. Vecinos de los Hendrick de toda la
vida. Ya les hemos tomado testimonio.



-Sheriff, si no le importa quiero volver a hablar con ellos.
Scully por favor, haz ese test para ver si estoy en lo cierto.



-�En que est�s pensando Mulder-pregunt� asombrada-?...



-En que quiz� los Hendrick tuvieron tratos con el diablo�



Casa de los Devlin, Hillcrest Avenue, Middletown,
Connecticut.
El coche del sheriff aparc� justo delante de su casa. Se
bajaron de �l y llamaron a la puerta. Abri� una mujer de poderosa estampa:
reluciente cabello pelirrojo, ojos azules como cristal, labios carnosos, casi
perfectos y un semblante sereno. Mulder nunca se sinti� tan turbado.



-Hola Mary, �podemos pasar?.



-S�, claro Sheriff. Sean bienvenidos.



Ambos pasaron y se sentaron junto a ella y a su marido, ambos
con gesto apesadumbrado.



-S� lo que esto debe dolerles, pero a�n as� necesito que me
digan lo que ya comentaron a los agentes.



-No s� que m�s podemos decir-contest� Peter-. Ellos vinieron
a pasar la noche con nosotros, era algo cotidiano. Luego se fueron por su propio
pie, como todas las noches. No imagino como alguien pudo hacerles eso.



-�Y no notaron nada inusual ni anormal en su conducta?.



-No. Todo fue de lo m�s normal.



-Entiendo. Lamento su p�rdida.



En ese instante Mulder ech� un r�pido vistazo por la sala de
estar, fij�ndose en la cantidad de objetos religiosos que hab�a. Su vista se
detuvo en un gran cuadro en el que aparec�a un hombre en la cruz, puesto boca
abajo.



-Curioso cuadro-se�al�-.



-Es San Juan-respondi� Peter-. Fue puesto boca abajo�



-�como humildad hacia Jes�s porqu� no quer�a tener la osad�a
de ser crucificado como �l-respondi� Mulder-.



-Vaya, conoce la Biblia-coment� sorprendido-.



-No del todo. El a�o pasado tuve un caso relacionado con eso,
varias ni�as con deformidades fueron asesinadas en posici�n de rezo. Hab�a un
sacerdote que llevaba una cruz invertida como colgante, que fue el principal
sospechoso.



-Aaah-qued� sorprendido Peter, mirando a Mary con gesto
nervioso-�suena muy interesante�



-�Y que es eso?.



-Es la c�bala hebrea-se�al� Mary mirando a la figura-. En
ella se explica el camino que lleva al reino de dios.



-San Juan en la cruz, c�balas hebreas��son ustedes
polite�stas-brome�-?.



-No, se�or Mulder, somos cat�licos-contest� Mary
contrariada-. Vamos a la Iglesia, colaboramos con ella, hacemos donaciones,
pagamos los impuestos. Somos gente sencilla. Lo que pasa que es creemos que hay
muchos modos de llegar a Dios.



La forma en que hablaba volvi� a dejar turbado a Mulder. Se
sinti� extra�amente magnetizado por ella, como si un im�n lo atrajera hacia sus
ojos casta�os y su ondulado pelo rojizo, hacia su cuerpo bien formado y su
expresi�n misteriosa. Haciendo acopio de fuerzas recobr� la compostura.



-�No tienen hijos?.



-Mi mujer y yo quer�amos, pero el buen dios no nos ha dejado.
Ella es est�ril.



-Lo lamento. Gracias por todo��Ah s�!, una cosa m�s. �Saben
si alg�n vecino o residente de la zona hace cosas raras, o si han visto alg�n
animal salvaje?.



-No se�or Mulder. Este es un barrio tranquilo, un barrio
decente.



-Gracias otra vez por su ayuda. Les llamaremos si volvemos a
necesitarles.



Justo al salir de la casa Mulder mir� por el reflejo del
cristal de unos de los cuadros: Peter y Mary Devlin aparec�an con el cuerpo
cubierto de escamas rojas como los dragones, los ojos en llamas y gesto
diab�lico en sus caras, con una macabra sonrisa. Se gir� instant�neamente pero
al verlos �stos eran totalmente humanos.



-�Ocurre algo-pregunt� Peter-?.



Mulder entorn� los ojos pensativo. Al volver a mirar por el
reflejo el cuadro cay� al suelo y el cristal se rompi�. Peter fue a recogerlo.



-Maldito cuadro, tiene la base algo inestable. Lo siento-se
excus�-.



Mulder asinti� y de inmediato sali�, volviendo al laboratorio
forense con Scully.



-Mulder, a veces me das miedo-dijo ella en cuanto lo vio-�



-�De que hablas?.



-He realizado el test como me pediste, y hay indicios de una
fren�tica actividad sexual consensuada antes de la muerte, como si hubiesen
participado en una bacanal.



-O en una org�a del demonio-brome� Mulder-�



-�C�mo?.



-Acabo de hablar con los Devlin y francamente creo que no son
lo que aparentan. Son demasiado americanos, demasiado perfectos. Y hay algo m�s.



-�El que?.



-Cuando sal� de su casa por accidente les vi reflejados en el
cristal de un cuadro de sobremesa y no vi personas si no demonios. Es posible
que los Devlin est�n m�s cerca del infierno de lo que imaginamos.



-�Insin�as que los Devlin son demonios?.



-No estoy seguro, pero esto no deja de recordarme el caso de
los Weinsider de Virginia. �Lo recuerdas?.



-Mulder, de eso no hace ni dos meses. �Crees que lo que
tenemos aqu� son dos demonios queriendo tener hijos al igual que Wayne
Weinsider?.



-Puede que s�, puede que no. �Tienes mucho sue�o?.



-�A que viene eso?.



-Les vigilaremos por la noche para ver que hacen. Yo llevar�
el caf�.



10:13 de la noche. Sentados en el coche, tanto Mulder
como Scully observaban la casa de los Devlin.



-Mulder, no creo que ocurra nada. No conozco a los Devlin,
pero por el aspecto de su casa ser�n los perfectos vecinos.



-Seguro que fueron nombrados "vecinos del mes" durante m�s de
un a�o, pero a�n as� quiero vigilarlos.



-�Y por qu� no�?.



Scully se interrumpi� cuando de lejos vio como un matrimonio
sal�a de su casa y llamaba a casa de los Devlin, que los saludaron con abrazos.



-Seguramente van a echar la partida de cartas de todos los
jueves. No va a ocurrir nada Mulder, y estoy cansada. Llevamos aqu� m�s de dos
horas. Ma�ana seguiremos. V�monos.



-S� que pasar� algo Scully, hazme caso�



-Mulder, �v�monos!.



Con gesto frustrado Mulder arranc� el coche y se fueron. En
ese instante Mary descorri� las cortinas.



-Ya se han ido. Estamos libres-anunci�-.



-Menos mal, no aguantaba m�s-a�adi� Peter-. Mildred,
Arthur�vamos a divertirnos.



Echando las cortinas para tener una privacidad absoluta los
cuatro se desnudaron con urgencia y se fueron a la cama. Arthur fue por Mary
como alma que lleva el diablo, abalanz�ndose sobre ella para tenerla entre sus
brazos, bes�ndose y acarici�ndose con desesperado frenes�. Peter, por su parte,
vio como Mildred iba rauda hacia �l, tumb�ndolo en el otro lado de la cama,
peg�ndola un potente beso en la boca. Los cuatro, entregados entre s�, se
exploraban mutuamente libres de preocupaciones. De os cuatro, la m�s euf�rica
era Mildred, pues besaba a Peter como sedienta de su boca. �ste se encontraba de
lo m�s embobado con la lujuria tan enorme de ella, meti�ndola mano por todas
partes, tocando su vulva humedecida y posando despu�s su lengua sobre ella para
beberse todos sus jugos. La misma maniobra us� Arthur sobre Mary, a la vez que
las mujeres, echadas una junto a otra, se besaban con toda intensidad,
acarici�ndose por todas partes. Ambos hombres usaron lengua dientes y dedos para
tocarlas y excitarlas entre sus piernas, poni�ndolas al borde de delirio. Tanto
una como otra se miraban y se relam�an, toc�ndose las tetas y retorci�ndose los
pezones con fuerza hasta gemir de dolor. Mildred y Mary, totalmente
enloquecidas, jadeaban como a punto de estallar. Casi a la vez las mujeres los
detuvieron para evitar llegar al orgasmo, tomando en sus manos los amoratados y
endurecidos miembros para besarlos y met�rselos en la boca. Mildred se la trag�
de una sola vez, mientras que Mary prefer�a jugar a dar besos y lametones a lo
largo del glande, dando muestras de una gran experiencia. Nunca Arthur hab�a
conocido una feladora de la categor�a de Mary, parec�a que lo hubiera hecho
millones de veces. Iba de un lado a otro, la met�a en la boca para volverla a
sacar, la besaba a lo largo del tranco desde el glande a los huevos y vuelta.
Mildred, viendo lo que su compa�era hac�a, intent� imitarla, y aunque no pudo
igualarla, si tom� buenas lecciones, deleitando a Peter con sus esfuerzos, el
cual ver�a las ganas de su chupadora para estar a la altura de su propia esposa.
Debido al tama�o Mildred ten�a problemas para met�rsela toda, pero aquella la
calentaba a�n m�s. 23 cent�metros de hombr�a la excitaban como nunca, mientras
que los 19 de Arthur hac�an que los ojos de Mary brillaran de malicia. Cuando ya
no pudo m�s Peter tumb� a Mildred, abri�ndola de piernas casi como si quisiera
violarla y penetr�ndola con la misma intensidad. Peter lanz� su aliento, del
cual parec�a surgir como una especie de ceniza que dej� a Mildred drogada, como
su hubiese tomado una dosis de hero�na. Mary hizo lo mismo con Arthur, y �ste
literalmente la puso contra la pared abri�ndola con toda su rabia y penetr�ndola
con una furia asesina, viol�ndola sin que Peter o Mildred reaccionaran. El
bombeo tanto de uno como otro era en verdad una violaci�n, aunque ellas no
protestaban, sino que gritaban de felicidad. Fue cuando, en mitad de la
perpetraci�n, tanto Peter como Mary empezaron a cambiar, convirti�ndose en
verdaderos demonios de piel escamosa y enrojecida, de peque�as cuernos en la
cabeza y fulminante mirada, con las manos como garras. A pesar del aspecto y del
terrible sufrimiento que estaban sufriendo ni Arthur ni Mildred dec�an nada,
solo se limitaban a gozar como si deseasen ser violados por demonios: �l gozaba
haci�ndolo con una demonio y la penetraba con insaciable lujuria, bes�ndola a la
vez que segu�a embati�ndola con parsimonia; ella tambi�n disfrutaba de que aquel
diablo llenara su vulva con aquella enormidad, viol�ndola como ella jam�s
imagino gozar. Incapaz de contenerse pidi� ser penetrada m�s fuerte, m�s
profundo, m�s violento a�n�y tanto Peter como Mary, en pleno �xtasis, pasaban
las manos por los cuerpos de ellos, haci�ndoles diversas marcas y cicatrices
como espirales en forma de "6" y cruces invertidas. Tras un tiempo que se
antojaba infinito tanto unos como otros se corrieron violentamente, descansando
un poco para volver a repetirlo aunque esta vez las mujeres fueron enculadas con
la mayor fuerza que pod�an. Al igual que la otra vez, la habitaci�n comenz� a
estallar en llamas, pero ni Arthur ni Mildred se dieron cuenta. Ambos segu�an
absortos, como drogados, hasta que, al notar lo que suced�a como si salieran del
trance, quisieron gritar, pero ya no hab�a escapatoria de la trampa a la que
hab�an sido invitados tan amablemente�



Sala forense del condado de Middlesex, 11:23 de la ma�ana.
Mulder y Scully entraron a la vez, encontr�ndose con el Sheriff Warwick y el
m�dico forense Don Carter.



-Los han encontrado a pocos metros de Randolph Road. Les
hemos avisado en cuanto han llegado aqu�-dijo el Sheriff-.



-Scully, �m�ralos bien!.



-�Dios m�o Mulder, son la pareja de ayer por la noche!.



-Son Mildred y Arthur Floyd, quiz�s tan queridos y respetados
como los Hendrick-explic� Carter-. Muy buena gente. No entiendo que est�
pasando.



-Mulder, mira sus cuerpos. Las mismas cicatrices, las mismas
marcas y s�mbolos�



-Con permiso Sheriff, quiero hablar con mi compa�era a
solas-dijo, esperando luego a quedarse solos-. Es hora de frenar sus
actividades-concluy�-.



-�C�mo?. No hay pruebas de que fueran ellos.



-�Y que m�s necesitas?. Estoy convencido de que son ellos
Scully. Y tambi�n empiezo a pensar que me he equivocado.



-�Equivocado?, �en que?.



-Que est�bamos ante otro Weinsider, pero no es as�.
�Recuerdas el caso?.



-Claro Mulder: Weinsider era un demonio que cre�a tener una
familia humana y un hijo humano. Y luego estaba Betsy Monroe, otro demonio que
tambi�n quer�a tener un hijo pero a la que no le importaba tanto que fuera
humano.



-Bien, pues pens� que esto era lo mismo, pero no es as�.



-�Y que crees?.



-Que los Devlin son verdaderos demonios que han sabido
superar la agresividad y la territorialidad de su raza para trabajar en equipo
en lugar de enfrentarse. No es algo raro ya que algunos depredadores animales
suelen hacerlo. Consiguen mejores presas.



-�Demonios trabajando en equipo?, �lo dices en serio?.



-Solo as� se explica todo. Cuando estuve en su casa Peter
dijo que quer�an tener hijos pero que Mary era est�ril. Es posible que los
demonios sean est�riles entre ellos mismos, pero que con los humanos tengan m�s
suerte y puedan engendrar, y que mejor que buscar entre los devotos feligreses
donde tienen tanta posibilidad de escoger.



-�Si lo �nico que quieren es tener hijos porqu� las muertes?.



-Por el instinto m�s desarrollado en los demonios y quiz� en
el ser humano: la violencia. Quiz� no puedan refrenar su sed de matar, quiz� no
quieran. De ah� los desgarros y la escasez de sangre. Creo que se la podr�an
tomar para conseguir fuerzas, como los vampiros.



-�Y lo de las marcas en sus cuerpos?.



-Bueno�quiz�aaaa-reflexion�-�quiz� sea algo compulsivo, como
los que cantan la misma canci�n una y otra vez, o los que juntan los libros por
tama�o y color. Podr�a ser que cuando est�n en plena actividad no pueden
contenerse a marcas a sus v�ctimas con la cl�sica iconograf�a demon�aca. Adem�s,
hay que reconocerles el m�rito.



-�M�rito?.



-Toda su casa est� llena de cruces, c�balas y muchos m�s
objetos santos. Los Devlin me dijeron que eran devotos creyentes en Dios. �Qui�n
mejor para creer que �l que aquellos a quienes desterr� de su reino?.



-�Y ahora que hacemos Mulder-pregunt� despu�s de recomponerse
de todo aquello-?.



-Yo los vigilar� de cerca esta noche. Te llamar� por radio si
ocurre algo.



-��Quieres vigilar t� solo!?.



-S�, porqu� quiero que compruebes el historial de Peter y
Mary Devlin en la base de datos de FBI, y tambi�n casos parecidos en los �ltimos
a�os a lo largo de todo el pa�s. Creo que esto se ha repetido m�s veces. Yo
vigilar� a los "perfectos" se�ores Devlin.



-Ten cuidado Mulder. Est�s jugando con fuego.



-Tendr� cuidado de no quemarme-brome�-.



Casa de los Devlin, Hillcrest Avenue, 11:15 de la noche.
Apostado en el coche, Mulder com�a unas pipas mientras observaba la casa,
esperando el momento en que alguien o algo entrara en ella. De nuevo mir� el
reloj de su mu�eca dominado por los nervios. En ese instante vio movimiento a
trav�s de las ventanas, y aunque no vio a nadie entrar, sali� del coche para
vigilar m�s de cerca. Con sigilo lleg� hasta una ventana, donde vio como Peter
Devlin, mientras se miraba al espejo, cambiaba su forma a demonio. De inmediato
cogi� el m�vil.



-Scully, soy Mulder-susurr�-. Estoy viendo al se�or Devlin
con su verdadera forma, creo que se dispone a ir a por su nueva v�ctima.



-Mulder, he encontrado lo que me pediste. Es incre�ble
Mulder, tienes que ver lo que he encontrado.



-Luego Scully, ahora debemos�



-�Mulder-pregunt� al ver que no hablaba-?, �est�s ah�?. Voy
r�pida para all�, esp�rame.



Debido al fuerte golpe Mulder yac�a en el suelo inconsciente,
mientras Mary Devlin lo miraba con malicia con su enrojecido rostro escamoso.
Mirando a la ventana ella y Peter se sonrieron con complicidad�



Scully lleg� y se detuvo al lado del coche de Mulder. Al
verlo vac�o se aproxim� a la casa por la parte trasera en donde hab�a un amplio
jard�n que lindaba con un bosque. Sacando su arma se acerc� lentamente para no
llamar la atenci�n. Asom�ndose por la ventana vio como un Mulder inconsciente y
desnudo era llevado a la cama. Con los ojos abiertos vio como Mary Devlin se
transformaba en demonio, y justo cuando iba a entrar not� un "crack" detr�s de
ella, gir�ndose arma en mano.



-��Quieto!!. ��No se mueva, FBI!!.



Sin saber como lo hizo, vio al que deb�a ser Peter Devlin
desnudo de cintura para arriba a pocos metros detr�s de ella. Aunque quiso
contenerse, no pudo sino fruncir el ce�o, pues hab�a algo en �l que la atra�a
poderosamente, como si fuera el canto de la sirena. Su pelo casta�o, sus ojos
oscuros, su pecho algo fornido, la expresi�n tranquila de su cara, sus
proporciones�casi se estaba excitando solo de verla. Entreabri� los labios para
tragar saliva e intentar recomponerse, y eso Peter ni siquiera hab�a dicho
palabra.



-No deber�a estar en nuestro jard�n-dijo �l muy tranquilo-.



-Soy agente federal. �Queda detenido!.



-H�game caso salga del jard�n�



-��C�llese!!.



Tan centrada estaba en �l que no percibi� como un tallo de
planta se deslizaba por el suelo. Cuando quiso hacerlo ya era tarde, pues el
tallo la cogi� del tobillo tumb�ndola. Otros m�s surgieron de un rinc�n oscuro,
atenaz�ndola por los tobillos y mu�ecas y con incre�ble fuerza elev�ndola en el
aire. Entonces surgi� una planta enorme con varios bulbos.



-Se�ora agente, le presento a Gladys, nuestra planta. Su
alimento es�bueno, ya lo comprobar�. Disfrute del viaje.



Incapaz de soltarse Scully se resisti� todo lo que pudo,
hasta que Gladys gan� la partida. Sus tallos comenzaron a revolotear por el
cuerpo de la agente federal, rompi�ndose sus bragas y haci�ndolas jirones. Su
camisa fue abierta rompiendo los botones y deshaciendo el sujetador, y su falda
fue subida a la altura de la cintura. Uno de los tallos, poblado con varias
hojas, comenz� a restregarse contra su vulva, acarici�ndola entre sus piernas y
excitando su cl�toris. Scully no pod�a cre�rselo, y aunque quiso gritar, le fue
imposible ya que una hoja se hab�a posado en su boca, qued�ndose como pegada,
permiti�ndole respirar pero no hablar. Dos tallos m�s se abalanzaron sobre sus
tetas, rode�ndoles en especial hasta acabar justo encima de los pezones, los
cuales fueron succionados y estirados debido a una especie de ventosas al final
de los tallos. �stos empezaron a moverse haciendo un efecto de balanceo y sobe
en sus tetas, calent�ndolas para ponerlas erguidas y duras. Incapaz de
contenerse Scully comenz� a segregar jugos de manera copiosa, los cuales
resbalaban por sus piernas para caer en las hojas que la tocaban.



Tumbado en la cama Mulder estaba siendo succionado por la
boca de Mary. �sta ech� el aliento sobre �l, esparciendo como ceniza. Al
respirarlo Mulder no solo despert� si no que se sent�a extra�amente alegre, y
aunque ten�a delante de �l a un sucubo, no pod�a si no estar excitado. Fue a
besarse con ella, toc�ndola en sus escamosos pechos y tocando sus pezones,
retorci�ndolos y movi�ndolos de un lado para otro. Mary gem�a roncamente con las
exploraciones a las que era sometida. Sus manos, que casi se asemejaban a garras
exploraron el cuerpo de �l hasta llegar a su verga, agarr�ndola tan fuerte que
�l lanz� un gemido de dolor. Luego empez� a moverla con lentitud para pel�rsela,
tocando con el pulgar el rojo rub� de su glande. Bajando con rapidez se la
engull� en la boca mam�ndola un poco y despu�s lo tumb� en la cama para seguir
haciendo lo mismo pero con la vulva encima de la cara de Mulder, que presto y
diligente la devoraba con fruici�n, abri�ndola con los dedos para meter su
lengua y posar sus labios, jugando a besar y meter y sacar. Mary, a su vez,
cog�a la base del troncho con su enorme mano, trag�ndose todo el manubrio y
usando su viperina lengua para enroscarla alrededor de �l de arriba abajo,
tirando de ella para ponerlo m�s a cien. Not� como el esmegma empez� a salir,
ingiri�ndolo con glotoner�a. Dejando de mamarlo se puso en la cama abierta de
piernas, momento en que Mulder se ech� encima como un acosador para penetrarla
por la fuerza.



Con la falda subida y la camisa abierta de par en par Scully
era sometida a un castigo constante de tallos y hojas roz�ndose contra ella y
poni�ndola tan cachondo que le era incondecible. Algunas hojas pasaban por
encima de su vulva, y otras por encima de los pezones cuando estos no eran
succionados por las ventosas del final de los tallos. La cara de Scully estaba
ruborizada a m�s no poder, y por sus mejillas resbalaban l�grimas de impotencia.
Un tallo la penetr� por su orto y otro por la panocha, lo que la hizo gemir
largamente. Luego se pusieron a embatirla unos minutos pero en seguida se
retiraron. Scully suspir�, pero pronto entendi� el horro que se avecinaba, pues
dos enormes bulbos se abrieron en flor, mostrando una peque�a hendidura en el
centro. Vio como algo surg�a de la base, un bulto en los tallos que se desplaz�
hasta salir por en medio de las flores de cuatro p�talos: eran dos estigmas o
estambres que simulaban en tama�o y forma una verga humana. Luch� cuanto quiso
pero no pudo evitar que ambos la penetraban en sus dos agujeros consumando una
violaci�n en toda regla. Peter la miraba embobado como esperando algo, y sigui�
viendo: Gladys violaba a la pelirroja federal con apetito desmesurado, como si
llevase tiempo sin alimentarse. Scully era embutida y todo su cuerpo
convulsionado, movi�ndose r�tmicamente a las penetradas que recib�a. Los gemidos
de dolor, aunque algo apagados, resonaban perfectamente, momento en que se le
quit� la hoja de la boca y pudo hablar, gritando varias veces sollozando:
"noooo, basta�.basta por favoooor�nooooooooo". En ese instante Peter, despu�s de
gozar de sus quejidos, ech� el aliento sobre Scully, esparciendo una especie de
ceniza. Al poco de respirarla Scully se sent�a extra�a pues aquello en vez de
repudiarla la estaba gustando, y no tard� en cambiar los gemidos de dolor por
los de placer, escuch�ndose: "s�iiii, m�aaaaaaas�dame m�s, mucho m�aaas�.no
pareeees, me gustaaaa"�Esbozando una p�rfida sonrisa Scully fue follada y
refollada por Gladys hasta que la planta qued� saciada de ella debido a cuanto
chorreaba por su co�o dilatado en cada vez que alcanzaba el orgasmo, usando sus
vergas-estambres para hacerle dobles penetraciones anales y vaginales hasta
dejarla m�s abierta de lo que nunca lo hab�a estado. Cuando la dej� en el suelo
con la ropa hecha jirones, las tetas asomando por la destrozada camisa y el
abrigo roto y algunos vellos por la destrozada falda Peter volvi� a echarla el
aliento y abrazados entraron en la casa.



Ya era el segundo polvo que Mulder echaba con Mary, haciendo
un acopio de fuerzas que ni siquiera sab�a que ten�a. Tras un primer y
desgarrador orgasmo no hubo mucha demora para buscar el segundo, por lo que
estaban de nuevo por la faena aunque esta vez ella estaba contra la pared y
Mulder la sujetaba con las manos en su culo y las piernas de ella rodeando su
cintura. Su falo entraba y sal�a a gran velocidad de aquella pucha infernal.
Casi al borde del segundo orgasmo Scully y Peter entraron, sin que ellos se
detuviesen. Scully cogi� con sus manos el amoratado miembro de Peter Devlin y
empez� a mam�rselo con rapidez anhelando volver a sentir una buena verga dentro
suyo. Acelerando sus acometidas Mulder volvi� a correrse dentro de ella, y
entonces Scully y Peter se detuvieron para juntarse los cuatro. Tendidos en la
cama los Devlin pusieron juntos a la pareja de agentes federales, los cuales,
incapaces de contenerse, se tocaron y besaron entremezclando sus bocas y sus
lenguas. Scully tom� la verga de su compa�ero entre los dedos acarici�ndola con
mimo y esmero largo rato hasta que se la trag� de un solo intento, subiendo y
bajando la cabeza con velocidad, chupando con fuerza con los labios para aspirar
lo m�s fuerte que pod�a. Los Devlin, mientras tanto, observaban la escena
esperando el momento de intervenir. De momento se conformaban con corromperlos
entre ellos, que se entregasen mutuamente.



Presa de los a�os a su lado y contenida por las normas y el
protocolo, Scully era como una perra que no pod�a controlar sus impulsos. No
pod�a parar de mam�rsela, no quer�a ni aunque su vida dependiera de ello.
Adoraba su tacto, su calor, su sabor, toda ella parec�a maravillosa. Pas� la
lengua por el glande, por el tronco, baj� a los huevos y los lami� y mordisque�
haciendo gala de una experiencia que hasta el momento ignoraba que tuviera. Los
gemidos de Mulder mientras se dejaba hacer resonaban por todo el cuarto. Ni
siquiera hac�a falta que se dijeran nada, pues con los ojos se lo dec�an todo.
Acogiendo con ambas manos el falo de su compa�ero Scully prosigui� sus pesquisas
succionadoras hasta que �l mismo la tumb� para poder comerla entre las piernas,
primero sorbiendo con los labios haciendo efecto ventosa, luego penetr�ndola con
la lengua y despu�s alternando una cosa con la otra, notando como Scully pon�a
las manos en su nuca para pedirle que siguiera hasta que explotase en su cara, y
durante no menos de 10 minutos Mulder se dio el gusto de probar todo el cuerpo
de Scully. Preparados para el momento Mulder se puso debajo otra vez y Scully
encima, penetr�ndose ella misma con la herramienta de su compa�ero y viendo como
despu�s Peter Devlin se montaba detr�s de ella abri�ndola las nalgas para
encularla. Scully grit� desesperada que se la clavase de una vez, y montada por
los dos se movi� con lentitud para disfrutar el momento en que ambos hombres se
la ten�an bien metida. Mary se puso al lado de ella para cogerse a las tetas de
la pelirroja federal para lamerlas y acariciarlas, participando los cuatro a la
vez en el evento. Para Scully era el momento m�s incre�ble que restaba viviendo:
su compa�ero penetr�ndola, un demonio detr�s de ella encul�ndola con su violenta
potencia y la compa�era de �ste sob�ndola y bes�ndola a lo largo de su
corrompido cuerpo. Llevada por la lujuria los movimientos se hicieron m�s
salvajes para tener mayor goce de las dos pollas que se la disfrutaban por sus
dos agujeros. Durante un tiempo que se antojaba infinito y eterno a la vez
Scully se encontr� en el apogeo sexual de toda su vida. Seis manos la recorr�an
de lado a lado, la acariciaban e incluso la ara�aban haci�ndole diversos dibujos
en espiral o cruces invertidas, produci�ndola un dolor fant�stico. Las
sensaciones aumentaron con rapidez por lo que los bombeos tambi�n eran m�s
salvajes hasta que not� como r�os de semen la llenaban de parte de parte
haci�ndola gritar de placer.



Sin dar tiempo de recuperaci�n para la siguiente tanda Mary
se abalanz� sobre Mulder y Peter sobre Scully. �ste la llev� a la habitaci�n de
invitados, acompa�ados por los otros dos, llev�ndose la ropa y todo lo dem�s,
dej�ndolo desperdigado por la habitaci�n. Hizo que ella abriera el armario de la
ropa, sorprendi�ndose al ver que en vez de ropa y zapatos en el suelo del mismo
solo hab�a una absoluta oscuridad, como si hubiese focos detr�s del armario y
�ste quedase en sombra.



-�Qu� es esto?.



-Todas las casas tienen "esqueletos en el armario", �verdad?.
Pues nosotros tenemos�algo distinto-repuso con sonriente malicia-.



De repente unas peque�as rendijas de luz roja se vislumbraron
en la oscuridad. Scully qued� sobrecogida, ech�ndose hacia atr�s por instinto,
momento en que a toda velocidad unos tent�culos negros salieron disparados
directos a su cuerpo, rode�ndolo por completo como antes hicieron los tallos de
Gladys. En su primera reacci�n de defensa Scully forceje� con su misterioso
captor, el cual no sal�a de su escondite. Solos esas rendijas de luz, esos
peque�os ojos rojos resplandecientes, eran distinguibles en toda aquella
insondable oscuridad. Los tent�culos, que parec�an provistos de alguna especie
de peque�a garra para afianzarse, se agarraron al cuerpo de la pelirroja, la
cual, en cuanto sus captores comenzaron a balancear sus tetas a modo de flanes y
tocar su cl�toris con peque�os tirones, se dej� hacer y se rindi� a los
caprichos de aquella oscuridad, de aquella bestia que violentamente la sacud�a
por todas partes provocando min�sculos rasgu�os que no sangraban pero que le
encantaban. El tacto de los tent�culos la calentaba, era algo extra�o, ni
pl�stico ni metal ni carne, pero era blando y suave y hac�a que su cuerpo se
estremeciera de placer, lo mismo que Mulder, el cual era abusado por Mary una y
otra vez, usando sus infernales recursos para alargar el aguante del agente del
FBI. Los gemidos de Scully cuando un tent�culo comenz� a imitar a una lengua que
la estuviese comiendo la panocha e incluso soltando un l�quido blanquecino
parecido a saliva eran prominentes, tanto como sus pezones erguidos e hinchados
de tanto toqueteo, siendo apretados, estirados y despu�s azotados ligeramente
por finas hebras que sal�an de los extremos de los tent�culos. Su vulva ya
estaba rezumante de unos deliciosos jugos que eran devorados por otro tent�culo
que imitaba una boca, que despu�s se pos� sobre su vulva para succionar de ella.
Justo en ese momento pas� el efecto del aliento de Peter, percat�ndose de lo que
iba a pasar y chillando. Tanto Peter como Mary se regocijaban de la tortura a la
que eran sometidas sus v�ctimas, especialmente Scully por la extrema
sensibilidad de su voluptuoso cuerpo, aunque �l tampoco se quedaba insensible a
los caprichos de Mary.



Las protestas de Scully de poco serv�an, pues su compa�ero,
presa de Mary Devlin, fue de nuevo inducido por el aliento de ella para seguir
disfrutando de los placeres infernales. Peter se cruz� de brazos, sonriendo al
escuchar "noooo�bastaaaa, lib�rame yaaaaaa�". La bestia del armario lanz� un
enorme tent�culos que rodeo la cintura, caderas y entrepierna de Scully,
penetr�ndola con dos enormes miembros en ambos orificios. Un sonoro grito se
escuch� por toda la casa cuando ella not� aquella violenta entrada en su
interior. Se sent�a humillada, desgarrada, continuamente vejada sin que pudiera
remediarlo en modo alguno. Antes de poder recuperarse los dos miembros iniciaron
el "mete saca" en su orto y en su cuca, penetr�ndola de tal manera que estaba
llena de ellos. Por la cara de Scully volvieron a resbalar l�grimas de dolor, y
Peter, como si hubiese quedado satisfecho de torturarla para escuchar sus gritos
y lamentos, ech� de nuevo el aliento sobre ella. En menos de medio minuto la
agente federal ya estaba chillando de placer como enloquecida. "�Oooohh s�iiii
que bien que gustooooooooo�necesito m�s polla, quiero m�s pollaaaaaaaaaaaa" y
otra clase de delirantes peticiones sal�an incontenibles de su boca, que fue
taponada por el tent�culo-boca como si s estuviese besando con ella. La bestia
apret� sus tent�culos alrededor de su v�ctima, oprimi�ndola levemente para
ponerla m�s caliente. Scully, que estaba sostenida en el aire, era balanceada de
forma salvaje, penetrada a ritmo de v�rtigo, follada como una v�ctima de una
interminable y maravillosa violaci�n. Las sensaciones no acababan nunca,
parec�an crecer en cada momento que se sent�a penetrada. Lo quer�a todo, todo
para ella: m�s violaci�n, m�s monstruos como ese, m�s placer para su necesitado
cuerpo, m�s, m�s, m�s�Llevada contra la pared la bestia se puso a dar el cl�max
a su violaci�n abri�ndola m�s de piernas para probar una penetraci�n a�n m�s
profunda. Desde la cama ella pudo escuchar "sigue Scully sigue�g�zalo m�s
Scully�c�rrete por todas partes, deja que te violen m�s a�n" y al girar vio que
era su propio compa�ero quien hablaba, a lo que luego respondi�
"�vi�lame!...�vamos bestia vi�lame, f�llame como una perra, �same, c�geme,
m�temela toda, desg�rrame, fu�rzame como la puta que soy�as�, as�iiiii
sigueeeeeee". Unas sonoras carcajadas de pura satisfacci�n de Peter los pusieron
en �rbita. Los complac�an, los obedec�an, hac�an todo lo que ellos quisieran y
eso les encantaba. Eran sus esclavos, sus fieles sirvientes y disfrutaban con
ello. Mirando embobado mientras enculaba el estrecho orto de Mary, Mulder
contempl� como la bestia aceleraba sus movimientos, agitando a Scully tanto que
�sta acab� chorreando jugos en un orgasmo sensacional que la dej� en el suelo
con su cuerpo lleno de rasgu�os. Satisfecha, la bestia se encerr� el armario de
nuevo.



Tumbada boca arriba con las piernas abiertas Scully jadeaba
buscando aire. Nunca hab�a sido sometida a semejante castigo, y su cuerpo
necesitaba recuperarse. Al mirar a Peter, �ste se asom� a la puerta y dijo
"�Buzz!. �Buuuuzz!". A los pocos segundos un perro color canela apareci� en la
habitaci�n. "Somos la t�pica familia americana-ironiz� Peter-. Tenemos un buen
jard�n y todo lo dem�s pero, �qu� ser�a de nosotros sin nuestro amado perro, sin
nuestro Golden Retriever pura raza?". Peter susurr� algo al o�do de Buzz, yendo
luego a por Scully y lami�ndola directamente entre las piernas, probando el
sabor de sus dilatados labios. Su rasposa lengua hizo que Scully usara sus dedos
para abrirse m�s y que levantase el culo para ponerle el co�o m�s al alcance del
perro de los Devlin, pues quer�a m�s lengua en su forzado conejito. Era una
sensaci�n maravillosa ver como la lengua de Buzz iba como un ascensor
recorriendo su panocha, dando grandes lametones de un lado para otro, pero al no
mirarlo a los ojos no vio como �stos empezaron a encenderse como tizones al rojo
vivo, y como su cuerpo comenz� a convulsionar: su pelo se eriz� y pleg� sobre s�
mismo convirti�ndose en escamas, su cuerpo creci� un poco en tama�o y su cara
comenz� volverse una mueca de furia. La lengua se hizo un poco m�s ancha pero
algo m�s larga, lanz�ndola a toda velocidad contra la vulva de la agente
federal, penetr�ndola con fuerza. Al mirarlo, ya no vio a un perro, si no a un
demonio de cuatro patas que la estaba violando con su lengua. Scully se retorci�
en el suelo sin protestar ni una sola vez, toc�ndose las tetas y retorci�ndose
sus propios pezones a la vez que de buscaba su cl�toris para masturbarse a la
vez que Buzz la follaba. Durante minutos y minutos Buzz estuvo deleit�ndose con
el sabor y la humedad del chocho de aquella viciosa pelirroja, un chocho que
nunca paraba de fluir jugos. Incapaz de aguantar m�s Scully se puso a cuatro
patas apoyada en el lateral de la cama, pudiendo ver algo que ni en sue�os
hubiera imaginado: Mary, de nuevo abierta de piernas, fue nuevamente penetrada
por Mulder, �y �ste penetrado por Peter!. A pesar de la sorpresa inicial Mulder
no protest�, si no que al igual que ella solo ped�a que siguiese hasta el final,
que no se detuviese. Scully, notando como la lengua cambi� a su culo, le
chillaba a su compa�ero "f�llala bien Mulder, m�tesela toda, y deja que te folle
a ti, deja que te folleeeeeeeee�", recibiendo por respuesta "uuuuuuuuufff me lo
ha llenado todo, que fuerza�no quiero paraaaaaaaar". Ambos se cogieron de la
mano como c�mplices que eran de aquellas aventuras de cama, compartiendo el
momento m�s incre�ble que estaban viviendo juntos.



Cuando la lengua sali� de su violentado culo Scully not� como
Buzz se le subi� a su espalda, buscando penetrarla con una dur�sima y empinada
pija. Tras varios intentos fallidos el perro-demonio acert� el blanco y embisti�
como un ariete a su hembra humana, consiguiendo tocarla el fondo de su �tero con
su manubrio animal. Scully abri� la boca y cerr� los ojos dej�ndose llevar por
aquel primer impacto, deleit�ndose con una riada de sensaciones: el salvajismo
de ser violada, la perversi�n de saber que era un animal, la incredulidad de ver
que era un demonio y la estupefacci�n de ver como todo eso solo serv�a para
excitarla hasta nuevas cimas. El falo de Buzz, que penetr� hasta lo m�s hondo,
inici� el r�pido movimiento de mete seca dentro de ella, y si un perro normal ya
era r�pido, �ste lo era a�n m�s, foll�ndola a un ritmo tan acelerado que apenas
ten�a tiempo para recomponerse. Su mente ni siquiera pod�a formular un
pensamiento coherente, todo lo m�s era so�ar que una interminable cohorte de
legiones infernales acud�an desde los abismos de la tierra para hacer de ella su
sirviente leal, que la encadenaban a una roca y la desnudaban para estar
viol�ndola una y otra vez con sus horribles y deformados cuerpos y con sus
sobrenaturales vergas. Los gemidos que le sal�an de la boca fueron acallados por
la lengua de Buzz, que buscaba de la Scully para jugar con ella en cuanto la
encontrase. A ritmo de martillo pil�n la pelirroja fue forzada tan r�pido que el
en�simo orgasmo de la noche lleg� como un tren bala. La picha de Buzz se hinch�
dentro de la vulva de Scully mientras desparramaba su semen tanto que �sta crey�
que nunca podr�an separarse. Durante varios y doloros�simos minutos ambos
hicieron esfuerzo de soltarse, lo que hizo a la pelirroja sufrir varios orgasmos
en cadena. Cuando puso salirse de ella, Scully suspir� aliviada y de nuevo Peter
la ech� el aliento desde donde �l estaba, teniendo a Mulder penetrado hasta el
fondo.



Presa de un deseo enorme se arrodill� bajo Buzz para
chup�rsela, y sin dilaci�n ni espera se la meti� en la boca a�n con la
dificultad que entra�aba debido al tama�o de �sta. Toda aquella pija dura la
pon�a muy cachonda, y no digamos su sabor estando como estaba empapada de sus
propios jugos vaginales. Buzz se dej� hacer por su hembra-perra, la cual mamaba
y mamaba con un ardor y una pasi�n impropias en ella. Su tacto era estupendo, su
sabor incomparable, y la forma de penetrarla inigualable. Buscando esa ansiada
penetraci�n volvi� a ponerse a cuatro patas, pero esta vez se abri� las nalgas
ofreciendo su culo. Peter, viendo aquello, apret� sus embestidas consiguiendo
que los tres gozasen a la vez. Tras dejarle el orto lleno de semen a Mulder �ste
fue a por su compa�ero, coloc�ndose debajo de ella para facilitar la labor de
Buzz, el cual volvi� a montarse sobre la grupa de Scully con la verga en ristre,
meti�ndosela toda por el culo y literalmente desgarr�ndolo por el tama�o, y a�n
con todo, ella solo pudo suspirar de placer. Con ambas vegas bien acomodadas en
sus entra�as tanto Peter como su perro no se detuvieron en sensibler�as,
forz�ndola una vez m�s en todo su cuerpo, y si Buzz la hab�a enloquecido al
follarla antes, ahora que la estaba enculando era much�simo m�s salvaje. Gemidos
y jadeos sonaban y sonaban sin parar, no hab�a fin para los placeres que recib�a
de todas partes. La acometida a la que era sometida se convert�a en una fuente
de estupendas sensaciones por uno y otro lado. Violaci�n, zoofilia, incubo
mezclando ambas�todo aquello que fuera corrupci�n y perversi�n la hac�a chillar
como la perra-puta que era: su orto desgarrado, su vulva violentada, sus tetas
mordidas y lamidas, su cuerpo ara�ado y marcado como al ganado�Peter y Scully se
besaron apasionadamente largo tiempo, luchando con sus lenguas como
desesperados, gozando de cada movimiento, de cada segundo que duraba aquello. Al
dejar de besarse la pelirroja casi deliraba pidiendo m�s a�n, todav�a m�s,
dejando a Peter maravillado con la incansable perversi�n de aquella en
apariencia formal y bien educada agente del FBI, que acab� corri�ndose entre
parox�sticos estertores, acabando con doble raci�n de semen que fue obligada a
tragarse tras recogerlo con sus propios dedos.



Tanto Mulder como Scully pensaban que aquella ya estaba por
terminar, pero no pod�an estar m�s equivocados: cansada de hombres Mary acudi�
al lado de ella para probar una relaci�n mujer-mujer, mientras que Peter us� a
Buzz para que disfrutase de Mulder como antes hiciese de su compa�era, tardando
menos de cinco minutos en ponerse a penetrarlo con absoluta crueldad. Por su
parte Scully vio como aquella hermosa mujer convertida en horrible demonio se
acerc� para tocarla entre sus piernas y meterle dos dedos por su dilatad�sima
panocha, que fueron recibidos con alegr�a. Scully devolvi� el favor meti�ndole
otros dos dedos en su pucha a la vez que llev� a la otra mano para tocarle los
pezones, usando el pulgar para jugar con el pez�n mientras los otros masajeaban
el generoso busto. Sus lenguas se cruzaron fuera de sus bocas, retir�ndose
lentamente a ellas para que se besaran de tornillo largo tiempo, continuando sus
juegos de lengua. Mary puso a Scully m�s cerca de ella para tenerla m�s
disponible. A la vez que usaba los dedos �ndice y coraz�n para penetrarla por su
vulva, junt� los otros dos para met�rselos pro el culo, consigui�ndolo si apenas
esfuerzo. Abri�ndose todo lo posible Scully se rend�a a los caprichos de su ama
que la follaba incansable. De repente recibi� un bofet�n en la cara que la tom�
por sorpresa, y comprendi� que su ama quer�a sexo violento. Sonriendo con los
ojos cerrados dijo "p�game otra vez", y recibi� un nuevo bofet�n, y otro m�s, y
otro, as� en una cadena de golpes por todo su cuerpo que la encandilaba. Nunca
hab�a recibido una sesi�n sadomasoquista, pero ahora que lo estaba descubriendo
la estaba encantando. Peter, que hasta se limitaba a mam�rsela a Mulder mientras
�ste era enculado por Buzz, dej� de chupar para unirse a su esposa y probar el
sado con la pelirroja. Ambos la propinaron golpes y moratones por todas partes,
pero m�s que quejarse, Scully solo gem�a como una sumisa, rogando a sus
dominadores que no parasen. Mary se abalanz� sobre ella para forzarla y tir� tan
fuerte de su pubis que arranc� varios pelos de �l. Scully sufri� lo indecible
hasta que por fin su ama se decidi� a forzarla, mont�ndose un 69 en el que
acabaron corri�ndose como corruptas amantes que eran, en unos estertores tan
fuertes que, acompa�ados por los otros, hicieron que la habitaci�n saltase en
llamas sin que nadie se alarmase.



Peter, viendo aquello, dijo en voz alta. "Bien, probemos
nuestro nuevo juguete. Hay que adaptarse a los nuevos tiempos", y al terminar de
decir eso hizo un adem�n con la mano provocando que un mont�n de cables salieran
de una pared atrapando el cuerpo de Scully, haciendo el mismo castigo que en su
momento acometi� Gladys. Guiados por el poder de Peter los cables tocaban a
Scully sin parar, y �sta tuvo la impresi�n de que era violada por un misterioso
e invisible robot y se excitaba con ello. Girando la vista vio como Mulder
asediaba de nuevo a Mary Devlin, siendo �sta convertida en una mu�eca, pues se
dejaba hacer por �l con total confianza. Mulder, subido encima de ella, puso su
miembro entre las tetas de ella, orden�ndola se las cogiera y las meneara para
masturbarlo a �l. De manera servicial ella satisfizo el deseo de �l haciendo lo
que quer�a, dando rienda suelta a todos los caprichos que ten�an, tanto los
sabidos como los desconocidos. A la vez que Mary pajeaba al federal su compa�era
segu�a acosada por los diversos cables, dos de los cuales hab�an conseguido
penetrarla y estaban foll�ndola maravillosamente bien. Not� como otro se colaba
entre sus nalgas y le pidi� a Peter que no le metiera uno si no dos o tres, que
probara con cuantos pudieran entrar. Viendo lo mucho que ella gozaba hizo que
cuatro cables la penetraran por delante y tres por detr�s, movi�ndose cada uno a
un ritmo diferente y poniendo a la pelirroja en �rbita. La experiencia de verse
sometida de esa forma era algo que no quer�a que terminase nunca. Jadeaba como
una posesa, abriendo los ojos con mucho esfuerzo para ver aquellos cables
meti�ndose dentro de ella, cables que le parec�an los brazos mec�nicos igualitos
a los del Dr. Octopus de Spiderman pero en miniatura. Los cables que estaban
libres apretaron sus tetas hasta hacerla gemir de dolor, haciendo el mismo
efecto sobre sus empitonados pezones. Peter se acerc� a Scully para que se la
mamara a la vez que los cables hac�an su trabajo, y as� lo hizo hasta que una
vez m�s lleg� a un potente orgasmo que la desmont� por completo dej�ndola las
piernas flaqueando.



Mary, por su parte, segu�a jugando con Mulder, el cual notaba
como algo raro, y es que en su demente b�squeda de placeres los Devlin no hab�an
vuelto a echar el aliento sobre ellos, con lo que el efecto de �ste estaba
remitiendo. Cuando pudo despejarse la cabeza y se encontr� con el horrible
panorama Mary ten�a la manos por encima de la cabeza, con las u�as m�s afilada y
largas que antes a punto de clav�rselas en el pecho. Con una mano explor� la
mesita de noche que ten�a al lado, y al notar algo de cristal lo cogi� con
fuerza y lo estrell� contra la cabeza de Mary, haciendo el cenicero a�icos.
Peter vio lo ocurrido y acudi� para socorrer a su esposa, mientras que Scully,
que comenzaba a despejarse, se encontraba toda dolorida debido a los morados de
su cuerpo que tanto Peter como los cables le hab�an producido. Roto el ambiente
Mulder se movi� como pudo para coger su arma y apuntar a los Devlin pero ambos
hab�an desaparecido. Sin siquiera vestirse y aun con la cabeza dando vueltas
Mulder sali� de all� hasta el sal�n, apuntando en todas direcciones. Debido a la
poca luz no pudo ver como Peter sali� detr�s de �l y lo arroj� contra la pared.
Al caer perdi� el arma, busc�ndolo desesperadamente. Y cuando a iba a cogerlo
Peter lo cogi� de nuevo, lanz�ndola dos veces m�s hasta que casi qued�
inconsciente, prefiriendo el placer de hacerlo con sus manos en lugar de usar
sus poderes. Yendo de nuevo a por �l, Mulder pudo apuntar y descargar todo el
cargador de su arma contra el demonio, que profiriendo un largo grito de dolor
empez� a arder, quedando envuelto en llamas en pocos segundos. Mary, viendo
arder a su propio marido, fue a por Mulder. �ste quiso abatirla a tiros pero se
hab�a quedado sin balas. Justo cuando ella iba a cogerlo varios disparos
hicieron que ella tambi�n empezase a arder, y de lejos pudo ver a Scully en el
suelo con su arma en mano. Intentando rematarlos volvi� a disparar, pero �stos
saltaron por la ventana, haci�ndose humo que fue arrastrado por el viento
mientras se escuchaban sonoras y diab�licas carcajadas. Scully se arrastr� hasta
Mulder, pero tanto ella como �l quedaron inconscientes en el suelo, quedando as�
hasta que el Sheriff Warwick y los dem�s agentes, cuando entraron para detener a
los Devlin a la ma�ana siguiente, los encontraron en tan deplorable estado que
fueron trasladados de inmediato al hospital m�s cercano, imponiendo un silencio
sepulcral sobre lo ocurrido�



Iglesia Cat�lica de Crest Hill, Fairmount, Illinois. Dos
semanas despu�s.
Toda la vecindad se encontraba reunida en la iglesia,
cantando un Ave Mar�a mientras el sacerdote dirig�a la coral de los feligreses.
Tanto ellos como ellas recitaban lo m�s alto posible. Y en uno de los bancos,
juntos y con las manos entrelazadas, una pareja, con sonrisa complacida y gesto
sereno, entonaban con fervor aquel c�ntico, mientras miraban a los dem�s,
fij�ndose en una joven pareja que, al mirarse unos segundos, se sonrieron y
saludaron inclinando la cabeza. El primer matrimonio, mir�ndose despu�s, entorn�
los ojos con gesto satisfecho, y cuando acab� la homil�a, los abordaron a la
salida.



-Hola. Somos nuevos en el pueblo y nos gustar�a conocer a
nuestros vecinos. �Podr�amos quedar de noche en nuestra casa para conocernos
mejor?.



-Pues no hay problema. Yo soy Justin Murdoch y ella es
Kendra, mi mujer.



-Ella es Mary, y soy Peter�Peter Devlin.



Sonri�ndose, los Murdoch notaron como un extra�o j�bilo en su
nueva pareja, la cual, con amplia sonrisa, fantaseaba con las perversas
intenciones que llevar a cabo con sus amigos, cuando cayera la noche...



Oficinal central del FBI, Washington DC. Al mismo tiempo.
Sentada ante su ordenador, Scully, a�n con algunas magulladuras y moratones en
su cuerpo, miraba por la ventana de su casa con gesto ensimismado, ausente. El
d�a era gris, plomizo, con algo de viento. Durante unos minutos qued� pensativa
para luego volver a mirar la pantalla, continuando la redacci�n en documento de
Word del expediente de su extra�a aventura: "�La investigaci�n de los asesinatos
de George Hendrick, Dorothy Hendrick, Arthur Floyd y Mildred Floyd ha quedado en
punto muerto tras la desaparici�n de Peter y Mary Devlin, en actual busca y
captura. El agente Mulder se recupera de las heridas en el hospital y saldr� de
�l en pocos d�as. Sus cicatrices, al igual que las m�as, han desaparecido
milagrosamente sin dejar marca alguna. A�n no se ha podido explicarse que
sucedi� entre que intent� entrar en la residencia de los Devlin y nuestro
posterior encuentro por la polic�a de Middletown en la sala de estar de la misma
a la ma�ana siguiente. Las lagunas de nuestra memoria, sin duda producidas por
alguna droga psicotr�pica a la que fuimos sometidos, de efecto tanto
afrodis�acos como alucin�genos, no se han desvanecido y es posible que quiz�
nunca se sepa qu� nos ocurri� realmente durante aquella noche. Lo m�s
sorprendente de la investigaci�n es el historial de unos Peter y Mary Devlin
naturales de Los �ngeles que coinciden con la descripci�n de los sospechosos y
que desaparecieron en extra�as circunstancias en 1974 tras una ceremonia
esot�rica en la India, donde estaban de vacaciones. Asimismo hay una extra�a
cadena de asesinatos rituales con la misma descripci�n que los ocurridos en
Middletown y se que remontan desde mediados de los a�os 1975 hasta la actualidad
por numerosos puntos del pa�s. Dichos cr�menes nunca pudieron ser resueltos,
pero cerca de todos los cr�menes ocurridos, seg�n informes policiales, hab�a un
matrimonio Devlin. Tanto el agente Mulder como yo no tenemos esperanzas de
encontrarlos para ser interrogados y detenidos, si bien, aunque sentimos
curiosidad por conocer lo ocurrido la noche en que ellos desaparecieron, no
deseamos profundizar en ello, no por recordar lo que nos hicieron�si no por
recordar lo que hicimos nosotros".


FIN



Casting(personaje/actor):


Fox Mulder(David Duchovny)


Dana Scully(Gillian Anderson)


Mary Devlin(Traci Lords)


Peter Devlin(Mike Horner)





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Relato: Expediente X: Los se�ores Devlin
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