Quiero dar las gracias ante todo, a Susana, por darme la
oportunidad de contar mi experiencia ante ustedes, tanto ella, como las otras
amigas y amigos practicantes de �sta variedad de sexo se han mostrado
comprensivos conmigo, me han orientado y ayudado antes y despu�s de los hechos
que les voy a confesar; Ser� una historia dura, no a todos les gustar�,
especialmente a los que son padres y madres, con hijos adolescentes, pero antes
de juzgarme y condenarme con dureza, es conveniente que sepan c�mo sucedi� todo,
como se lleg� a esto, porque hube de cambiar el destino de mi hija de forma tan
"extra�a", por decirlo de alguna manera, vean tambi�n las consecuencias, como
termin� todo y abran su mente, lib�renla de prejuicios antes de mandarme a al
fuego del Infierno.

Mi nombre es Jes�s, tengo 39 a�os y soy un humilde padre
soltero...y abuelo. Provengo de un hogar muy pobre, de hecho toda mi vida la he
vivido en una pobreza notable, cuando no atroz. Nacido y criado en un s�rdido
barrio -donde a�n vivo- plagado de miseria material y moral, el crimen, la droga
y otros males campean a sus anchas, mientras la gente decente lucha d�a tras
d�a. Apenas pude llegar al sexto de primara, pese a que los maestros ve�a en m�
un gran potencial, muri� mi padre alcoholizado y con doce a�os tuve que salir a
la calle a trabajar, para sostener mi hogar, con mi madre cuadrapl�gica
�producto de una golpiza que le propin� mi padre- y dos hermanos peque�os �una
hembra y un var�n- me las vi muy duras para ganarme los reales, finalmente muri�
mi mam�, mujer humilde pero sabia, que en su lecho de inv�lida me daba luz en mi
vida, al apagarse esa gu�a quedamos tres ni�os a la deriva, las consecuencias no
se hicieron esperar: Mi hermano, con diez a�os particip� en una reyerta con
otros malandros donde fue cosido a pu�aladas y a�os despu�s, mi hermana, ya de
trece, pero muy agraciada, termin� trabajando de "Anfitriona" en un bar de mala
muerte cerca del barrio, s�lo era cuesti�n de meses para que desarrollara su
verdadera "vocaci�n", pronto se convertir�a en una prostituta barata, pero con
alguna clientela fija, lo que nos permit�a comer un poco mejor en la casa.

Fue en el lugar de "trabajo" de mi hermana, donde conoc� a la
que tiempo despu�s ser�a mi esposa: Amparo, una bella mesonera colombiana de 18
a�os entonces, una rubia explosiva y muy caliente, preferida de muchos clientes,
aquella catira de hermosa piel de porcelana, prefer�a en cambio un muchacho
raqu�tico, trigue�o e ignorante de la vida, como yo, quiz�s fue mi inocencia lo
que la atrap�, o mi decencia, no s�, lo cierto es que a los meses de conocerla,
torpe, inmaduro e inocente yo, le prepuse matrimonio a �sta mujer mundana, al
poco tiempo la llev� a mi rancho (no, no es una finca, en Venezuela un
rancho es una casa de tablas y cinc, donde vive la gente mas pobre que puede
haber), poco tiempo despu�s, a los 15 a�os me estrenaba como padre, Tamara le
pusimos a nuestra primog�nita, una bebita que hered� la belleza de su madre y el
color trigue�o de su padre. Econ�micamente las cosas no mejoraban, Gisela, mi
hermana, al menos consigui� un viejo de plata, que se encaprich� perdidamente de
ella, logrando sacarla de aquel mundo de meretrices, llev�ndola lejos de eso y
de nosotros, lo cual signific� un duro golpe para m�, que me ve�a como el �nico
sost�n de hogar, con tres bocas que alimentar, ya que hab�a sacado a mi mujer
del bar donde trabajaba, prohibi�ndole que volviera alguna vez. Pronto se
agregar�a otra boca: Mi dulce ni�a Cristina, un pedacito de cielo de hermosa
piel de porcelana, como su madre.

No consegu�a ning�n trabajo, no ten�a ninguna preparaci�n y
nadie quer�a contratar menores, a los 17 a�os no me qued� otra opci�n que irme
al cuartel, al menos con lo poquito que me daban yo pens� que pod�a llevar algo
a casa, craso error, durante casi dos a�os pr�cticamente abandon� mi familia por
tratar de conseguir algo de plata, el resultado fue que Amparo volvi� a las
andadas y �sta vez con mas furia, y claro, ten�a un pretexto perfecto: Yo no
serv�a para sostener a una familia. Trabajaba todas las noches, chupando vergas,
recibiendo miembros desconocidos en su ano, aprision�ndolos en la paredes de su
vagina trajinada, por un pu�ado de monedas, los llevaba incluso a nuestro hogar
y en nuestro humilde catre matrimonial desarrollaba sus habilidades de puta
caliente, delante de las ni�as; Pronto entrar�a en el mundo de la droga, y el
bazuco y el crack eran su est�mulo para poder tirar sabroso y aguantar aquellos
maratones de sexo barato con el est�mago vac�o.

A los 19 a�os regreso a mi humilde hogar , con el
conocimiento de lo que me iba a encontrar, pero la cosa era a�n peor de lo que
me hab�an contado: Mis muchachitas, ya de cuatro y tres a�os, en estado
fam�lico, llorando de hambre, mientras su madre, desnuda y sucia, dorm�a la
borrachera de sexo y droga en mi cama, junto a un despojo humano que alguna vez
fue hombre, el polvo me imagino que se lo habr� pagado con una botella de an�s o
algunas piedras de crack, preso de la rabia los saco a patadas, desnudos como
estaban, a la calle, y me quedo llorando mi infelicidad en el piso de tierra
junto a mis ni�as, entre insultos y maldiciones Amparo se fue con su nuevo
macho, ese fue el �ltimo d�a que v� a la madre mis hijas.

Logr� conseguir un humilde trabajo de vigilante, as�, con
estrechez intent� salir adelante solo con mis hijas, sin ning�n conocimiento de
nada pr�cticamente, sin preparaci�n ni educaci�n, el tiempo transcurri�, las
ni�as ya estaban en la escuela, y crec�an, poni�ndose bellas, como alguna vez
fue su madre; Tamara, la mayor, a los trece a�os, debo reconocerlo, se hab�a
convertido en una voluptuosa hembrita, tan apetitosa como mi hermana y su madre,
y, como ellas, para mi desgracia, era una ni�a muy�bueno, digamos, muy�caliente.

Ya me llegaban muchos rumores y chismes de sus "travesuras"
en el barrio y en la escuela, donde, por estar de "sebera" no estaba rindiendo
todo lo que deb�a, como su hermana Cristina, que s� era bien aplicadita. Yo casi
no hablaba con mis ni�as, sab�a que estaban creciendo, que ya no eran ni�as (en
una casa tan peque�a, era inevitable que alguna vez las viera desnudas y
apreciar as� la belleza de sus cuerpos en desarrollo, el progreso de sus senos
turgentes y sus totonas, tan coquetas, ya con notables rizos �ntimos), sab�a que
deb�a decirles algo, de cuando les viniera la regla, por ejemplo, pero, �Qu�
sab�a yo de nada en esos d�as? �C�mo iba un "pap� macho" a hablar con unas
"ni�as hembras" de esas cosas? Y menos si no sab�a de "eso" pero ni papa.
Finalmente la Ley de Murphy se cumpli�: Tamara qued� pre�ada.

Parece que fue un carajito del liceo o un malandrito del
barrio, ni ella misma lo sabe, de lo puta que me sali�, de nada me bastaron
amenazas o incluso palizas que le daba cada vez que la ve�a meti�ndose mano con
cuanto gandul anduviera por ah�, a los 28 a�os, era padre y abuelo soltero,
Tamara tuvo mellizas, dos bocas mas que alimentar y el ciclo volv�a a repetirse:
Pronto mi hija mayor, expulsada de la escuela, no consigui� otra cosa que seguir
los pasos de su t�a y su mam�: La prostituci�n. Mi fracaso como esposo y ahora
como padre era un hecho, un verdadero perdedor en ese abismo de miseria donde me
hund�a m�s y mas. Tamara era una madre irregular, por lo que tuve que hacer de
padre y madre de mis nietas, ayudado por mi hija Cristina, que ahora se hab�a
convertido en la ni�a de mis ojos, pronto su irresponsable hermana nos dejar�a
para seguir con su vida de callejera en la capital, lejos de nosotros, a
petici�n m�a, ya no la quer�a ver mas, cerca de la �nica cosa buena que me
quedaba: Mi muchachita Cristina y ahora mis nietecitas.

Pero, tal como indiqu� antes, �como puede un padre soltero y
"burro" como yo tirarse a la aventura de criar unas ni�as solo? Mi �nico gesto
de inteligencia era estar conciente de esto, ten�a pesadillas en las noches,
obsesionado con los peligros que rodeaban a mi casa, so�aba que Cristina era una
puta, que quedaba pre�ada tambi�n, enga�ada por alg�n granuja del barrio o
incluso que era violada salvajemente por la abundante rufianesca del s�rdido
sector donde vivimos. Me hab�a convertido en un hura�o mis�gino y mis�ntropo,
desconfiaba de todas y de todos y hasta odiaba a las personas, amargado e
ignorante, hab�a vivido y hab�a sido testigo de las maldades y traiciones que le
hac�an hombres desalmados a mujeres decentes, as� como mujeres mezquinas y
cachondas a los hombres dignos, toda relaci�n humana me parec�a un peligro en
potencia, hab�a visto de sobra consecuencias negativas, incluso mortales, de las
relaciones amorosas, definitivamente no quer�a eso para mis ni�as, no quer�a eso
en mi casa de nuevo, mas nunca.

Cuando Cristina ten�a 14 a�os parec�a que lo que yo mas tem�a
hab�a llegado: Pronto la v� agarrada de la mano con un chico del barrio, y, d�as
mas tarde, el acabose: Se estaba besuqueando en la puerta del rancho con otro
chico, �ser� posible que la condici�n de puta cachonda se lleva en los genes de
forma inevitable? Cegado de la rabia, la indignaci�n, la frustraci�n, no se me
ocurre otra cosa que caerle a correazos:

- �Toma puta, toma!

- �No, papi no! �No me pegues!

- �Como que no, piazo � zorra! �Me vas a salir putona como tu
hermana y tu mam�?

- �No pap�! �Te juro que no lo vuelvo a hacer!

- �Claro que no lo vas a hacer, no joda! �Ahora mismo te mato
a palos, ramera de mierda!

- �Noooooo! �Ayyyy! �Papi no! �Ayyy!

Estaba fuera de m�, con una fuerza demencial descargo mi
rabia y mi fracaso como padre en su fr�gil cuerpo, ten�a un short de blue jean y
una camisetita corta que apenas tapaba sus modestos senos, as� que me ofrece
casi toda su piel de marfil, incluso su hermoso rostro, su espalda, su vientre,
sus brazos, sus piernas, todo su delicado cuerpo queda marcado por los correazos
y mas a�n, pues al darle con la hebilla, �sta le hab�a ocasionado algunas
peque�as heridas sangrantes en varias partes.

- �Hija! �le grito, con el coraz�n encogido.

- �Pap�, pap�! �No lo vuelvo a hacer, no lo vuelvo a hacer!

- �Perd�name, mi ni�a, perd�name!

Sobrecogido por el arrepentimiento, tomo a Cristina y la
abrazo sobre mi regazo, llorando junto a ella, y por ella, Yo no lloraba desde
que Amparo se hab�a largado con el vikingo aquel, La tomo en mis brazos y la
llevo cargada a su cuarto, era obvio que se me hab�a pasado la mano. Estaba en
un callej�n sin salida, en mi ignorancia intu�a que no pod�a impedirle el
contacto sexual o f�sico a mi hija para siempre, si despu�s de todo yo tambi�n
sent�a esa necesidad de vez en cuando, lo cual era completamente natural y sano,
pero, el hecho de ver tantos errores y hasta tragedias relacionadas con el Sexo
en mi ambiente, y particularmente en mi hogar -si, llegu� a concluir que toda mi
miseria y mi desgracia ten�a que ver con follar, de una u otra forma- hac�a que
yo rechazara la sola idea de que Cristina tirara con un hombre, los peligros de
que lo hiciera eran demasiado para m�, si a mi Cristina le pasaba lo que a todas
las mujeres de mi familia, yo, simplemente, me morir�a.

Siempre angustiado, no sab�a que hacer al respecto, en mi
trabajo, pido consejo de un compa�ero, un vigilante humilde, como yo, pero mas
joven y mas ilustrado, todas sus buenas recomendaciones, bien intencionadas, me
resultaban vanas ("pero Jes�s, eso es inevitable, lo que tienes que hacer es
decirle que se cuide, que tome pastillas, dale condones para que cuando tire, no
quede embarazada", etc�tera), a todo le ve�a yo un pero, algo negativo que no me
cuadraba, finalmente, �ste buen amigo y compa�ero me introduce en un mundo de
conocimientos, una ventana que, seg�n �l, podr�a darme la soluci�n a mis
problemas: Internet, pronto me convert� en un "�nternauta" asiduo, descubriendo
un universo de ideas y posibilidades que hasta el sol de hoy sigue si�ndome de
gran utilidad, a falta de una educaci�n formal, en �se momento. Chateo, exploro
sitios de Sexo, conozco gente, me educo y me voy formando un criterio muy
abierto en tantas cosas de la que yo era un ignorante, planteo mis asuntos,
hablo con libertad, consigo gente buena, me aconsejan, intentan orientarme.
Finalmente, un grupo de personas, individualidades aqu� y all�, aportan una
posible soluci�n �quiz�s, ahora que lo pienso, a lo mejor hasta lo hicieron sin
reflexionar mucho, quien sabe si hasta en broma- que me daba vueltas a la
cabeza, algo audaz, quiz�s tab�, indudablemente extremo, es verdad (yo tampoco
lo pens� mucho cuando reflexion� sobre eso, quiz� fue mejor que hubiera pasado
as�), finalmente hab�a tomado la decisi�n, eso era lo que deb�a hacer, en fr�o,
no le v� nada malo (�mi ignorancia, mi obsesi�n y mi candidez me jugaron una
mala pasada? ustedes decidan), pronto lo llevar�a a cabo para salvar a mi
hija Cristina, �sa soluci�n no era otra que la Zoofilia.

Pronto les hablar� como se desarrollaron los hechos�