EL TORO
No pod�a cojerme a Alejandra, lo intentaba y lo intentaba
pero no pod�a de ninguna forma, �saben quien me ayudo?, el Toro, s�, un
verdadero Toro negro, pasen y vean�
Ya he contado en otro relato como fue mi primera vez en: La
T�a Laura me desvirg�.
Bueno, os narrar� que los fondos de la Quinta de T�a Laura
daban con un vecino bastante intratable y para no tener que ver al padre del
actual, el suegro de mi t�a hab�a plantado hac�a muchos a�os, un monte frutal y
sobre el alambrado que terminaba en tri�ngulo sobre una calle vecinal y el
campo, un ca�averal que con el tiempo a�os se hizo frondoso y casi impenetrable
con un colosal �rbol de fresno en el centro.
El vecino, don P�rez sal�a muy poco lo mismo que su familia.
Y a su hija la ten�a poco menos que enclaustrada, ya que sus �nicas salidas eran
para ir al colegio y as� y todo Alejandra era bastante ce�uda y frugal en el
hablar.
No me hab�a fijado en ella (pese a verla algunas veces en la
ciudad con sus padres y otras mas en su campo) hasta que inici� el primer curso
de la secundaria y sin ser digamos una efigie, era morocha y muy delgada, al
extremo de que med�a 1,64 mts. y pesaba 47 kilos, no pintaba para ser una
belleza escult�rica, pero estaba bastante desarrollada para sus 14 a�os pese a
lo escu�lida.
Debajo del vasto delantal escolar nada se notaba, y lo mismo
en ropa de calle ya que la que usaba era tambi�n holgada y algo antigua, pero la
tarde que la vi en clase de Educaci�n F�sica me llam� la atenci�n una cosa, no
se si por lo flaca que era lo que mas se notaba eran unas tetas que no hac�an
juego con su delgadez, eran redondas, encajadas bien arriba de su busto y al
c�lculo me dieron como que tendr�a cerca de noventa; y pese a que utilizaba el
mismo pantal�n de gimnasia y remera que las dem�s; para decirlo de una vez
estaba bastante bien o por lo menos a mi me gust� o mejor dicho, me gustaron sus
tetas porque sus piernas eran largas y finitas, el culo era peque�o aunque
redondito y su cara aparte de unos ojos verdes preciosos, sin ser fea era com�n.
Mario y Juan dos de mis compa�eros me apuntaron que en los
recreos y al formar Alejandra me miraba, cosa que confirmaron coloc�ndose en
diferentes �ngulos del patio para confirmar lo que afirmaban y manifestaron que
s�, que era cierto, que la hosca muchacha se fijaba en mi.
Lo tom� como de quien viene y no les hice demasiado caso ya
que de sexo estaba al d�a y aun un poco pasado pues la T�a laura me daba
diariamente una sesi�n y los fines de semana dos o tres solo se interrumpidas 5
o 6 d�as al mes cuando le ven�a la menstruaci�n.
Una tarde de fines de noviembre me encontraba en el lote del
fondo que daba contra el campo de Don P�rez asperjando los frutales con
funguicida. Vaciada la mochila de fumigar, me sent� contra una planta a fumar
cuando de repente me pareci� que algo se mov�a entre el ca�averal.
Fij� un buen rato la vista y reconoc� a Alejandra, me puse de
nuevo como a fumigar y me acerqu� hasta llegar casi al borde del mismo. Me
detuve y pese a que ella cre�a que no la hab�a visto la salud� como si la
tuviera al lado
-Hola Alejandra, �C�mo est�s? Mientras miraba fijamente hacia
donde estaba
Estuvo unos momentos quieta y la volv� a llamar
-Eh, no me vas a saludar, Buenas tardes�-
No le qued� otra cosa que asomarse t�midamente y toda roja
decirme buenas tardes.
Para iniciar la conversaci�n le dije que duraznos aun no
hab�a, que faltaban como 20 d�as para que maduren as� que no val�a la pena
revisarlos.
-Es que estoy cuidando unas ovejas y me parece que se ha
perdido una (falso porque las ovejas andan siempre juntas) por eso entr�, luego
te vi y no quise que pensaras que entraba a robar fruta-
-Ah, vamos ya sabes que puedes llevarte la que quieras, somos
buenos vecinos-
Si, si, pero bueno, no me gusta que pensaras mal-
-Bueno, olv�dalo, ya est�-
Echamos unos p�rrafos durante una media hora hasta que me
se�al� que se iba pues era hora de hacer otras tareas.
Aprovech� y le dije que si quer�a charlar ma�ana a la misma
hora podr�amos encontrarnos.
-No, tendr�a que ser m�s temprano, a eso de las 2 de la
tarde-
-Bueno, perfecto, ma�ana a las 2 de la tarde vengo-
Me qued� pensando que como una chica tan t�mida y desconfiada
se abr�a as� y promet�a volver tan f�cilmente, algo habr�a�, no es cierto�?
Al d�a siguiente a las 2 de la tarde aparec� en el ca�averal
y me la encontr� afirmadita a la sombra del gran fresno con el termo y el mate
preparados.
Mientras tom�bamos mate depart�amos de una cosa y de otra.
As� fueron pasando los d�as, y cada uno que pasaba se soltaba un poco m�s. Me
cont� de su vida, que estaba reprimida, que no la dejaban salir m�s que a la
escuela que no ten�a con quien hablar etc.
Como siempre pasa una tarde la cosa arranc� para el lado del
sexo y advert� su inter�s en el asunto, se pon�a atenta como para no perder
detalle de lo conversado, su mirada adquir�a otro brillo y me daba cuenta de que
cada d�a era como que esperaba el momento en que sacara el tema sexo, quer�a
saber y sospechaba que tambi�n experimentar en esas cosas, hasta que una tarde
despu�s de mucho meditarlo le dije que me gustaba y que la quer�a besar y
sentirla cerca de m�o y una retah�la de otras cosas como para endulzarla. Ella
baj� los ojos y se ruboriz� pero la cuesti�n fue que cuando la atraje hacia m�
se dej� hacer pero el punto fue que agarr� viaje y dio el primer beso de su
vida.
De los besos y abrazos pas� a sus tetas y se dej� hacer, le
propuse una tarde que viniera sin sost�n y al d�a siguiente vino sin �l.
Nuestras exploraciones se hac�an cada vez m�s �ntimas, gozaba de unas tetas
exageradas para ese cuerpo tan magro, las chupaba, le hac�a cosquillas con la
lengua, se las magreaba, recorr�a su espalda, su cuello, sus piernas y su plano
vientre con mi lengua, Alejandra me abrazaba febrilmente solt�ndome frases de
amor ardiente, como de que "te voy a querer toda mi vida" "que no puedo estar
sin ti" que "te amo, te amo, te amo".
Lo m�ximo a que llegaba en mis exploraciones era a acariciar
todo su cuerpo y especialmente los peque�os cantos de su culo por sobre su
bombachita, mas en el momento que rebasaba el ruedo del calz�n intentando meter
mis manos en su culo o cuando intentaba bajar mi mano por delante para desde
all� llegar a la deseada (por mi ) conchita no me dejaba ni por casualidad. Se
negaba terminantemente diciendo que no, que eso no, que no quer�a, que hasta ah�
nom�s lleg�bamos y etc.
No se imaginan las calenturas que me trincaba, tanto que
sal�a de estar con ella y la que la ligaba mis frustraciones era la T�a Laura ya
que en alguna parte ten�a que descargar esa calentura.
En el momento que llegaba de vuelta a la quinta, la T�a que
ya estaba anoticiada por mi de la cosa me preguntaba �Y�como te fue�? A lo que
no respond�a mas que atray�ndola hacia mi y ensart�ndola ah� donde la encontraba
y la T�a agradecida, pero no pod�a sacarme la idea de cojerme a esa virgen.
Incluso la t�a me daba consejos de c�mo hablarla para que aceptara tener su
primera vez pero nada daba resultado contra su obstinaci�n.
Es mas, una tarde le propuse que si no ten�amos relaciones
bien pod�amos hacernos sexo oral mutuamente, pero se neg� categ�ricamente e
in�tiles fueron mis esfuerzos para hacerla cambiar de parecer y amenazaba con
irse y de hecho se fue mas de una vez cada vez que mi insistencia llegaba al
l�mite.
Poco a poco pude fui indagando acerca de su vida sac�ndole
una cosa y otra, me cont� que la madre, le dec�a que no era bueno tener
relaciones, que era doloroso, que no hab�a que darle el gusto a los hombres, que
como ella deb�a llegar virgen al matrimonio, que hab�a riesgo de embarazo etc.
La t�a Laura lleg� a la conclusi�n luego de los comentarios
que le hac�a de que la madre era reprimida sexualmente y trataba de llevar a su
hija por el mismo camino.
No obstante su negativa a dejarse tocar la conchita (por
miedo a que le guste seg�n me confeso m�s tarde), le hablaba continuamente del
placer, del orgasmo, de la eyaculaci�n, de c�mo eran los �rganos femeninos y
masculinos, del placer que da el abandono total a una buena sesi�n de sexo,
abrazados le restregaba mi aparato sobre su pelvis mas cuando lo sent�a apuntar
sobre su sexo por mas que era por sobre nuestra ropa, buscaba apartarse y
ninguno de mis m�todos lograba hacerla cambiar de parecer.
Dicen que el hombre propone tener sexo de una y mil formas,
pero la que decide es la mujer y la ocasi�n se dio sin siquiera pensarlo (al
menos yo pero ella ver�n que s�) pues una tarde a fines del verano est�bamos en
lo mejor de nuestras diarias sesiones mientras la enloquec�a recorriendo todo su
cuerpo con mis manos y mi boca. Apoyados contra el �rbol de nuestros encuentros
intent� nuevamente deslizarme por debajo de su prenda interior y para mi
sorpresa se dej� hacer. Por vez primera tocaba su culo por debajo de sus
braguitas y emprend� la delicada tarea de bajar mil�metro a mil�metro hasta
posarme sobre el trofeo mayor que era su apetecida hendidura.
Lo estaba logrando hasta que de repente se solt� y me se�al�
que la siguiera hasta la orilla del ca�averal contra el alambrado que daba a su
campo pues su padre le hab�a dicho que ten�a que ver su rodeo de vacas y mirar
una cosa en especial, si una de las vacas que ten�an en el rodeo estaba en celo.
-Ven, vamos-, y tom�ndome la mano dir�a que me arrastr� hacia
el alambrado pues no quer�a dejar de ning�n modo lo que tanto me hab�a costado
lograr, mas ante su insistencia no me qued� otra que seguirla.
Camin�bamos abrazados con mi mano derecha pasada por debajo
de su brazo y firmemente posada sobre su teta derecha. Cada pocos pasos se
deten�a y buscaba mi boca para besarme desesperadamente pese a la dificultad de
atravesar las ca�as a la par bien que parec�amos uno solo.
Nada mas asomarnos, a unos 20 metros nuestro vemos un inmenso
(pero inmenso) toro que estaba al lado de una de una vaquilla que a su lado
parec�a peque��sima.
-Est� en su primer celo-, dijo Ale.
-�C�mo lo s�bes�?, inquir�
-Est� en celo, porque sino el toro no estar�a tan a su lado y
es su primer celo porque la conozco desde que naci�-, indic� con suficiencia.
El enorme toro olfate� la concha de la vaquilla, se relami�
con su aroma aspirandolo profundamente, la vaquilla orin� y el toro puso su
hocico sobre el chorro que ca�a saboreando cada part�cula, se puso al costado
arrim� su cabeza al cuerpo de la vaquilla, la mont� y luego de unos breves
vaivenes sac� unos veinte cent�metros que uso para que la vaquilla
instintivamente corriera su cola a un lado; dio un empuj�n como para saber si la
habia conectado y sin soluci�n de continuidad dio otro envi�n con su corpach�n
que le puso las patas en el aire y se la enterr� toda.
La cosa dur� 10 segundos, y al bajar se vio una aguja rosada
que resaltaba contra el negro de su cuerpo como de unos setenta u ochenta
cent�metros de largo y a la vaquilla con el cuerpo arqueado, la cola
exageradamente levantada como si todav�a tuviera esa saeta dentro suyo y tratara
de expulsarla.
Estaba congelado viendo el acto que se desarrollaba cuando
sent� la mano de Alejandra que me tomaba gui�ndome esta vez hacia lo profundo
del ca�averal. Repetimos el procedimiento de los besos febriles, y cuando
est�bamos pasando trabajosamente entre las intrincadas ca�as me tom� de la mano
desvi�ndose del recto camino hacia el �rbol gui�ndome hacia un lugar el cual no
conoc�a pero ella s� como a unos 30 metros del lugar de nuestros encuentros.
Hab�a hecho un c�rculo y preparado algo as� como un nido bien
en lo profundo, tapizado con hojas de ca�a.
No se imaginan cuan grande fue mi pasmo cuando sin decir agua
va ni expresar palabra alguna se quit� la remera dejando al descubierto sus
redondas tetas y sin soluci�n de continuidad de frente a mi desprendi� el
cierre, solt� bot�n de la pollera, y la baj� junto a su prenda interior, al
tiempo que se colocaba a cuatro patas.
Se qued� unos instantes en esa posici�n y de consuno apoy�
sus brazos y su cara contra las ropas que se hab�a quitado. Esto hizo que su
culo se levantara aun mas al tiempo que abri� bien sus piernas como invit�ndome
a poseerla.
Advert� instant�neamente un culito algo descarnado pero en
ese momento me pareci� hermoso y bien en el fondo resaltando por su delgadez su
conchita. Todo era como que suced�a en c�mara lenta, era irreal no cre�a que eso
pudiera suceder me pensaba que estaba viendo una pel�cula, que no era yo a quien
esa ni�a le estaba ofreciendo (sin pedirlo por lo menos hoy) la virginidad y
mucho menos as�, con las piernas abiertas, a cuatro patas�!, Desnuda�!
Estaba memo, no atinaba a reaccionar hasta que Alejandra
comenz� unos movimientos con su cola hacia un lado y otro, luego hacia atr�s y
hacia adelante otro como dici�ndome soy la vaquilla, ven, haz de toro.
Me quit� lo mas r�pido que pude el short y la camisa, me
arrodill� detr�s y puesto que ella hac�a como la vaca, hice lo mismo que el
toro, met� mi lengua en esa oscura gruta que llamaba.
Pude sentir en mis manos lengua como su concha babeaba; sent�
sus l�quidos que escurr�an, la conmoci�n que tuvo al tocar su cl�toris, pero ya
en mis cabales no perd� tiempo. Arrim� mi boca a ese manantial pas� mi lengua
por toda su conchita meti�ndola lo mas que pod�a porque no es la mejor posici�n
para saborearla y la mont� cual el toro, orientando mi verga la hice resbalar
desde el principio de su conchita hasta el culo yendo y viniendo dej�ndola
correr libremente sin guiarla con mis manos por su rajita.
Alejandra suspiraba y daba como quejidos de placer hasta que
de tanto resbalar, con un leve movimiento de correcci�n de mi cuerpo qued� en
posici�n, la cabeza encaj� en su entrada y la introduje poco a poco con suaves
movimientos de mete y saca en ese entradita que esperaba.
Pero hab�a un problema, pese a que Ale estaba preparada era
estrecha, bastante estrecha. La cabeza se situ� en posici�n pero tiene una
particularidad que no sab�a y me hizo notar la t�a. La cabeza cuando se para es
desmesurada para el tama�o, es como una ciruela grande que se amorata y engrosa
saliendo bastante a cada lado de la verga, y me dec�a que eso lo sinti� desde la
primera vez que se la puse y eso que seg�n ella la t�a hasta casarse se hab�a
pasado mas de diez candidatos.
Pese a estar perfectamente acoplados, una cosa es hacerla
resbalar, entre las piernas, otra meterle la cabeza pese a la particularidad que
mencion� y otra muy distinta enterrarla toda.
Me encontr� con que la cabeza la llenaba por completo y al
entrar sent�a la presi�n de sus labios que se increment� al palpar contra las
paredes de la vagina. Lentamente segu� hinc�ndola cada vez un poco mas
aprovechando nuestra propia lubricaci�n hasta dar con su himen.
Cada vez que sent�a el pinchazo de mi verga sobre su ya
cercanamente desflorado himen quitaba su cuerpo hacia delante como escapando al
ariete mas no se quejaba, se notaba que a su vagina le estaba costando engullir
ese instrumento pero no dec�a nada acerca de que le hiciera da�o, con lo cual me
estaba dando el consentimiento para seguir.
Todo era silencio, solo se escuchaba mi jadeo y los suspiros
que daba Alejandra cada vez que la sacaba casi toda y volv�a a meterla y cada
vez que el ariete en que se hab�a transformado mi glande tocaba su telilla
Pese a la estrechez de su canal se acomod� al tama�o y
apreci� como mi aparato circulaba libremente, continu� unos cuantos minutos
entrando y saliendo hasta que en uno de los tantos vaivenes se me presentaron
unas locas ganas de meterla toda, de desflorarla de una vez.
La tom� con mis manos por los huesos bien salientes de las
caderas y sin m�s ni m�s se la hinque para traspasarle la membrana de una vez.
Sinti� el dolor de la perforaci�n al traspasarla y yo la
fuerza de un aro que aprisionaba el remate del pene y se romp�a para dejar el
paso libre hasta el fondo de su intimidad.
Me qued� quieto con unos diez o doce cent�metros dentro de su
humanidad y me pareci� por la forma que arqueaba su cuerpo de que le hab�a
dolido y aun le dol�a.
Le consult� si estaba bien y me manifest� que sent�a ardor
donde la hab�a roto pero cosquillas en toda su conchita, que era como
contraproducente, por un lado le dol�a y por el otro le gustaba.
Con su consentimiento retom� pues la tarea de enclavarla
hasta el fondo y para mi sorpresa, cada embestida la aceptaba sin chistar y mi
aparato se iba cada vez un poco mas adentro sent�a en la punta el fondo de su
vagina pero despacio, entrando y saliendo lentamente en un momento sent� que mi
pelvis tocaba con su culito, entraron cada uno de los 18 cent�metros porque al
ser tan flaca no ten�a carnes que la protegieran de la penetraci�n total y ah�
me dediqu� a darle placer.
Sent�a sus jugos empapar los pelos del tronco de mi verga y
como se deslizaban hacia los huevos, pas� las manos por su pancita y la emprend�
con su cl�toris d�ndole suaves masajes que la conmovieron, su respiraci�n
cambi�, entr� a dar suspiros cada vez mas profundos, luego a jadear y por �ltimo
a dar ayes de placer que la hicieron llegar a su orgasmo
Su cuerpo se afloj� luego del cl�max, siempre sosteni�ndola
por las caderas clavada hasta el fondo me detuve y estuvimos un buen rato en
silencio, como meditando ambos para el interior de cada uno lo que hab�amos
hecho hasta que romp� el hechizo consult�ndole como lo estaba pasando.
-Fant�stico-
Y con una vocecita que no escuch� me dijo:
- "quiero m�s"-
- �C�mo�?-
Que quiero mas, indic� ahora claramente
Torn� nuevamente mis dedos a su conchita, retom� el mete y
saca y pese a que me hab�a prometido a mi mismo acabarle afuera la quit� casi
hasta la salida y empujando suavemente hasta la mitad la volv� a meter y sacar
continuamente procur�ndome esto un placer indescriptible.
Gem�amos de placer al tiempo que llegaba nuestro orgasmo y mi
semen inundaba su vagina, estuvimos un buen rato montados hasta que la saqu� y
arrimando mi cara a su conchita pude ver como lentamente comenz� a escurrir
semen no blanco puro sino de un color rosado signo evidente de su arrancada
virginidad.
Se dio vuelta y acost�ndonos nos fundimos en un abrazo
interminable al tiempo que nos bes�bamos desordenadamente, luego nos sentamos
uno frente al otro y ah� si se puso a mirar mi verga que ya algo fl�ccida
colgaba hacia un lado.
-Como la tienes de roja-
-Es por todos los esfuerzos que hizo para meterse dentro de
ti
Abri� las piernas y se mir� su conchita al tiempo que
adivinando la intenci�n la ayude a mirarla abri�ndosela con mis dedos.
-la m�a tambi�n est� algo averiada- declar� al ver como
estaba de enrojecida y un poco inflamada o al menos eso de inflamada me pareci�
a mi.
Y, no es para menos, atin� a decirle.
Me dejas toc�rtela, dijo t�midamente
-es toda tuya-, dije al tiempo que se la ofrec�a
La tom� entre sus manos y luego de un rato de manosearla
desma�adamente hizo que se fuera poniendo paulatinamente en posici�n de ataque.
-Mira que si se para la tendr� que meter-
-Y bueno, si no queda mas remedio tendr� que experimentar de
nuevo-, expres� al tiempo que se dejaba caer sobre sus prendas, flexionando su
piernas las abr�a dejando las rodillas elevadas.
Suficiente. Besarla y meterla fue una sola cosa. Se le fue
r�pido hasta el fondo y lentamente el acoplamiento nos fue elevando y elevando
en el placer hasta que lleg� al �xtasis y volvi� a inundarse su intimidad con mi
leche y mis huevos de sus viscosos l�quidos.
Lo pasamos fant�stico, y cuando me sal� de dentro de ella
acost�ndome a su lado me dijo:
-Ma�ana voy a saber como es el sabor de tu pija, tu ya sabes
que sabor tengo por haberla disfrutado el sabor de la m�a pero ma�ana sabr� el
de la tuya.
-Y porqu� ma�ana y no antes en tantas veces que te lo
propuse�?
-Porque no estaba preparada, ten�a miedo, pensaba que si nos
chup�bamos mutuamente no podr�a resistir a que me cojieras-
-Pero, al final hoy lo hicimos-
-Es que ten�a ganas pero no me animaba, ya sabes, los
consejos de mi madre contra la excitaci�n que me produce el estar juntos y
hacernos todo lo que nos hacemos. Pero al ver que a la vaquilla en su primera
vez montada por semejante toro no le pasaba nada pens� que a mi tampoco, adem�s
era una cosa insoportable que me daba vueltas todos los d�as por la cabeza, lo
ven�a pensando desde hace tiempo pero al ver al toro montar la vaquilla sent� un
cosquilleo en mi vagina que viajaba por todo mi cuerpo, un hormigueo en mi
conchita y en toda la vagina, me empap� toda, sent�a que me hac�a pis pero no
orinaba, �sentiste que estaba mojada�?-
-Tanto que al toc�rtela con mis manos qued� ba�ado pero
tranquila que no era pis, era un flujo de jugos impresionante, y no es nada eso,
luego que te la met� hasta el fondo me chorreaba l�quido hasta los huevos-
-Fue hermoso, �verdad�?-
-Si, lo fue y lo vamos a aprovechar de lo mejor, ya ver�s-
Es incre�ble lo que cambia a una mujer el hecho de quitarse
el complejo de la primera vez. Al d�a siguiente ya sin miedos y desinhibida no
dijo una palabra cuando introduje mis manos debajo de su ropa interior y ella
sola se la quit� pues me dijo que de esa manera estar�a mas c�modo, me chup� la
pija como pudo hasta que luego de un tiempo lo hizo como una profesional. Unos
meses despu�s le hice la cola y lo pasamos fant�stico invierno y verano durante
mucho tiempo.
As� termina mi historia con Alejandra, gracias a un toro tuve
mi oportunidad. Ya ven, el hombre propone y la mujer dispone cuando, no os
enga�eis.