Relato: Adolescencia Perversa



Relato: Adolescencia Perversa

ADOLESCENCIA PERVERSA


Los profesores y tutores del Colegio P�blico "Los �lamos"
ten�an que encarar cada d�a numerosos problemas de los alumnos : falta de
motivaci�n, bajo rendimiento, disciplina�. No encontraban mucha colaboraci�n en
los padres, casi todos obreros, que cre�an que la educaci�n era tarea exclusiva
de los profesores; ya ten�an ellos bastante con trabajar duro para sacar
adelante a su familia. El problema principal estaba en el �ltimo curso ya que en
�l se acumulaban los repetidores. Chavales desmotivados que a menudo comenzaban
a coquetear con la droga. En cualquier caso para ellos cualquier cosa era m�s
importante que el estudio.



Michel, Paquito y Rafa, del �ltimo curso, hab�an hecho una
fraternidad cuyo punto de inter�s principal era su afici�n desmedida por el
sexo. Espiar a las chicas, ver revistas porno, alg�n video y, sobretodo, largas
noches de fin de semana atisbando en la oscuridad del descampado lo que hac�an
las parejas en la estrechez de los coches. Cada vez se hac�an m�s osados en su
ansia por calmar la calentura en la que su afici�n los ten�a de continuo.



El d�a que Michel cumpli� 14 a�os decidieron darse una vuelta
por Madrid para ir a una sala de juegos y tomarse algo. Hac�an un recorrido
andando por una calle, que hac�a tiempo no transitaban, cuando se vieron
sorprendidos por las luces de ne�n de un local con una entrada espectacular. Se
asomaron y vieron un local grande que sin lugar a dudas era un Sexshop y ten�a
muchas puertas; en el fondo se ve�a como una cosa circular tambi�n con puertas.
No pudieron ver m�s pues un tipo del local les dijo que salieran que no ten�an
edad para estar all�. Esto le jodi� bastante, pues adem�s en ese momento hab�a
bastantes clientes y algunos se re�an.



Paquito estaba jodido:


- Joder t�os, si hay tanta gente es porque tiene que molar un
huevo.


Y no se mov�an de all�. Al cabo de un rato sali� un tipo con
cara divertida y eso les dio confianza para preguntarle:


- Oye t�o �qu� co�o hay ah� dentro?


Al tipo le hizo gracia aquel grupo de muchachos y se sent�
con ellos.




Mirar chavales por un lado esto es una tienda de cosas
como revistas, pel�culas y objetos relacionados con el sexo; luego est�n las
cabinas para ver pel�culas porno y Luego est� el Pep-show.



- �Qu� es eso del "Peshou"?


- Pues son unas cabinas en que una chica se desnuda delante
de ti.


- Y eso �cuesta mucho?


- Depende, la general no, un euro 3 minutos.


Los tres se miraron, ten�an pelas para estar horas viendo
t�as desnudas, y ese pensamiento ya los pon�a locos.



Ten�an un solo problema: que los dejaran entrar. Pero aquel
d�a estaban de suerte pues el tipo era muy enrolla� y se llevaba bastante bien
con el que estaba en la entrada y cambiaba las monedas. Para �l iba a ser una
experiencia divertida ver como reaccionaban aquellos chavales ante las chicas.
Habl� con el encargado y le dijo que no se preocupara que el vigilar�a para
que no hubiera problemas. Lleg� al acuerdo de que entrar�a el con un chico en
una cabina y los otros dos en otra. Como los chavales cambiaron 50 euros el
encargado vio que dejar�an un buen dinero y acept�.



Ahora chavales nos vamos a las cabinas del fondo, nos
metemos y vosotros dos esper�is a salir cuando yo os de unos toques en la
puerta.






En ese momento Mercedes, alias Dina, contemplaba en una
cabina individual, como un ejecutivo cincuent�n se corr�a mientras ella sentada
frente a �l, detr�s de un gran cristal. se acariciaba su rajita y sus hermosos
pechos. Era una mujer preciosa, rubia, 1,75 de estatura, unas piernas de ensue�o
con unos tobillos finos, que se elevaban hasta rematar en unos espl�ndidos
muslos, unas nalgas portentosas, unos brazos bien torneados y unos pechos de
locura. Su cara era un sue�o, con sus ojos verdes y su boca de labios carnosos,
incapaz de reproducir por el mejor cirujano pl�stico. Era un hembra maciza,
hermosa y distinguida.


Con 25 a�os hab�a terminado la carrera de derecho y ten�a un
novio formal, con el que se casar�a en uno o dos a�os. Aunque su familia viv�a
bien ella quer�a satisfacer sus caprichos. No le gustaba pedir a su novio ya que
quer�a ser en cierto modo independiente y como, por otra parte, siempre fue una
hembra caliente que gustaba de llamar la atenci�n, encontr� perfecto el trabajo
del Pep-show que le propuso una amiga modelo. Sin que le tocaran un pelo pod�a
sacarle a un ejecutivo salido un mont�n de euros en poco rato. De esta manera
muchos fines de semana se desplazaba a Madrid para hacer caja.



El tr�o se detuvo brevemente frente a la vitrina donde
estaban las fotos de las modelos.


- Ala chavales no os qued�is ah� que est�n todas riqu�simas.


Entraron en dos cabinas, metieron las monedas y comenz� el
espect�culo. Los adolescentes no hab�an visto a unas mujeres como aquellas - y
desnudas - jam�s. Al ritmo de la m�sica que pon�a el de la caja, las chicas
entraban se paseaban alrededor y cuando aquellas piernas estaban a la altura de
los ojos del Rafa, Michel y Paquito era el delirio, luego iban al centro y se
iban quitando las braguitas y el sujetador acarici�ndose morbosamente, mientras
la plataforma giraba permitiendo ver aquellos cuerpazos desde todos los �ngulos,
luego se levantaban y volv�an a dar una vuelta alrededor, deteni�ndose delante
de cada ventanilla mostrando la parte de su cuerpo que m�s pod�a atraer al
mir�n. Ah� pod�a un tipo tomar la decisi�n de ir a buscar a la chica en una
cabina individual. Los chavales se pajeaban como locos teniendo en sus narices,
con solo un cristal por medio, aquellos pechos y aquellos culazos.



Todas las modelos ten�an su punto, algunas eran guap�simas,
pero Dina era algo extraordinario y los puso locos: Ver aquel cuerpo
espectacular con su piel blanca, moverse voluptuosamente delante de ellos era
definitivo, se corrieron en los tres minutos. Cuando preguntaron al tipo que
estaba con ellos como hacer para estar con la rubia ya no les alcanzaba el
dinero. Al salir hablaron con el encargado y quedaron para un domingo a primera
hora pues no habr�a muchos clientes. Tambi�n les advirti� que no era seguro que
la chica estuviera.


Tuvieron que esperar mes y medio para conseguir el dinero
necesario, sisando a sus padres, alg�n trabajo menor con drogas y un par de
tirones a unas pobres se�oras.


- T�os con esto nos estamos tres horas con esa puta.


Lleg� el esperado domingo, tomaron el autob�s y se fueron al
templo de sus fantas�as.


Apenas hab�a cinco personas en el establecimiento, miraron en
una cabina si el bot�n con el n�mero de Dina estaba encendido.


- Est� t�os, est�.


Cambiaron 50 euros en monedas y fueron a la cabina. Pulsaron
el bot�n n� 7 y a los dos minutos apareci� Dina. Cuando los vio pens� que eran
unos muchachos que s�lo quer�an verla un momento m�s de cerca.


- Mirar bonitos ya est�is saliendo de aqu�; esto es de uno en
uno y con mucha pasta.


- Te vale as� puta. - Le dijo con mala cara Paquito, mientras
le ense�aba los m�s de 500 euros que hab�an juntado.


Por la determinaci�n del Paquito y la cantidad que le
mostraban Mercedes comprendi� que pod�a sacar con los tres chicos una cantidad
impensable a aquella hora del d�a.


- Vale chicos pero vais a estar un poquito estrechos.



Mercedes les explic� que aparte de mantener con las monedas
levantada la cortina del cristal, deber�an pagarle seg�n lo que quisieran que
hiciera y por cada fracci�n de tiempo, la respuesta de los chavales fue clara:


- Haz de todo hasta que se nos acabe el dinero.


Y as� Mercedes comenz� a moverse, hacerles un strip-tease,
masturbarse, meterse un consolador, ponerse a cuatro patas, menear las tetas,
pegarlas al cristal ante sus narices, mover su hermoso culo y pegarlo al
cristal. Fueron dos horas en las que hubo una aut�ntica marat�n de pajas; les
sobr� dinero porque sus pollas despu�s de varias pajas se negaron a responder.


Tanto Dina como los tres chavales quedaron satisfechos, ella
hab�a ganado el m�ximo en dos horas y ellos se hab�an hartado de ver carne y
bien rica. Ten�an tema para muchas conversaciones y pajas.



Cuando salieron se fueron a un bar a reponer fuerzas con unos
bocatas y unas cervezas mientras comentaban el espect�culo que les hab�a
brindado Dina, pues en la cabina hab�an estado concentrados a tope en el cuerpo
de la chica.


- Que rico ten�a el chocho afeitadito y rosadito cuando se lo
abr�a.


- Joder t�o y las tetas con esos pezones rosados y abultados.


- Pues a mi me gustar�a acariciar es piel tan blanquita y
suave.


- Esta cabrona seguro que luego se va con t�os que le dan una
pasta


- Nos ha jodido, anda que si tuviera yo lo que ella pide me
pasaba una semana d�ndola ca�a sin parar.


En las siguientes semanas Dina segu�a presente en sus mentes
d�a y �sobretodo- noche; buscaban los medios para volver a tener dinero
suficiente, pero la cosa iba despacio.



La cosa se le complicaba a Rafa, para sacarles dinero a sus
padres, puesto que una prima, que adem�s era ahijada de su padre, se casaba. Eso
significaba que los gastos superfluos quedaban descartados en una buena
temporada. Salieron aquel s�bado a las 10 de la ma�ana con destino a Valladolid,
recorrer�an los cerca de 200 kil�metros en dos horas y estar�an puntuales a las
13 horas en la Iglesia para la boda. Cuando llegaron ya hab�a numerosos
invitados esperando en la Iglesia, Rafa empez� a dar un repaso a las se�oras y
se�oritas todas elegantes, algunas muy guapas. Se sent�a fascinado por aquellas
mujeres de otra clase social que la suya. La hermana de su padre, madre de la
novia, era una mujer guapa e inteligente que hab�a sabido distinguir, entre
bastantes pretendientes, a un chico de origen humilde como ella pero tambi�n muy
inteligente. Hoy era un importante promotor inmobiliario que se codeaba con lo
mejor de la sociedad vallisoletana. Con todo ellos quer�an mucho a sus familias
y nunca se avergonzaban de ellos por su condici�n humilde. Esa era la �nica
esperanza de Rafa, puede que sus t�os fueran con �l generosos, como lo eran
siempre.



Todo transcurri� con normalidad en la boda y lleg� el turno
de parabienes y fotos al final. Despu�s de fotografiarse su familia con los
novios se sent� en un banco para seguir con su deporte favorito: mirar a las
muchas mujeres que estaban bastante buenas, super-arregladas y algunas con unos
escotes, espaldas y aberturas laterales en sus vestidos que dejaban a la vista
buena parte de sus muchas gracias. Tocaba el turno a un grupo de parejas
j�venes, amigos de los novios. Se iban colocando entorno a la pareja y Rafa daba
un repaso a cada una de las se�oritas; sus ojos se detuvieron en la espalda
descubierta de una rubia, con un vestido ce�ido que permit�a disfrutar de un
culazo de impresi�n. Cuando se dio la vuelta para ponerse cara al fot�grafo a
Rafa se le saltaron los ojos, se levant� y se acerc� discretamente al grupo
despu�s de la foto, no hab�a duda, no se hab�a equivocado: era ella, la puta de
las cabinas. Aunque paso a su lado, y ella le mir� un momento, no le reconoci�.
"Esta cabrona ha visto tantos t�os que ni se acuerda", pens� Rafa. Posiblemente
ten�a raz�n , adem�s de que su aspecto ese d�a no era el habitual en �l.



Desde ese momento, en el transcurso del banquete y de la
fiesta posterior, todo su af�n se centr� en averiguar quien era la chica.
Preguntando a sus primos supo que era un chica de familia bien que sal�a con un
amigo del novio, hijo de un prestigioso abogado de Valladolid, y que en uno o
dos a�os se casar�an. Durante la fiesta y el baile posteriores no la perdi� de
vista, observ� como muchos de los invitados se la com�an con los ojos y buscaban
echar un baile con ella, mientras el novio de Mercedes sonre�a satisfecho; ten�a
un futuro envidiable como abogado, un jaguar �ltimo modelo y pronto ser�a su
mujer una de las j�venes m�s atractivas de la ciudad. Rafa percibi� esa
suficiencia y presunci�n, rayando en chuler�a, mientras pensaba para sus
adentros qu� pensar�a aquel tipo si supiera que hasta el �ltimo pliegue de su
piel era para muchos hombres de Madrid un secreto a voces.





El lunes en el colegio le falt� tiempo para contar a Michel y
Paquito su descubrimiento.


- Joder que suerte tiene el t�o de tener una novia que est�
tan buena y sea tan puta.


- Pues a m� no me gustar�a que mi novia lo ense�ara todo a
los t�os.


- �Vosotros cre�is que su novio sabe algo de las cabinas?


Se quedaron callados mientras los tres converg�an
mentalmente: si su novio no lo sab�a la ten�an en sus manos.


Pidieron una c�mara de fotos prestada y fueron el domingo al
local donde trabajaba, esperaron un buen rato hasta que lleg�. Baj� de un taxi y
se dispuso a entrar.


- Oye Dina, espera un poco t�a.


Estuvo a punto de mandarlos a tomar por el culo, pero las
gracias de Michel y la promesa de que volver�an cuando tuvieran un "mont�n de
pasta" hicieron que Mercedes accediera a hacerse una foto con ellos dentro del
local, para que pudieran presumir con sus colegas. Cuando Dina se fue al
camerino para cambiarse, ellos fotografiaron el panel donde estaban las fotos de
las chicas con su n�mero, de forma general y en detalle; a cualquiera que viera
las fotos no le quedaba duda de que la chica de la foto en el panel era la misma
que estaba con los chicos.


El s�bado siguiente, a las once, baj� del taxi y se dispuso a
entrar en el local. All� estaban los tres chavales mir�ndola con descaro. "Estos
cabrones traen dinero y tienen ganas de pajearse conmigo" � pens� Mercedes-. Las
halag�e�as perspectivas se fueron oscureciendo cuando Rafa le pregunt� que como
hab�a terminado la fiesta de la boda. Le habl� de su prima, del pijo de su
novio, del jaguar, de su vestido sin espalda. Luego le mostr� las fotos que
hab�an sacado el domingo anterior.


- Y tu novio no sabe que le ense�as a todos el co�o, �verdad
guarra?


- �Qu� quer�is? �entrar y pajearos gratis vi�ndome?


- No t�a, te queremos follar.


Mercedes se resisti� pero al final no tuvo m�s remedio que
aceptar sus condiciones. La obligaron a que pidiera un taxi y se dirigieron a
las afueras de Madrid. El viejo taxista la mir� a ella y a los chicos extra�ado
porque le indicaron como destino una zona de descampado con algunas viejas naves
industriales.



Mercedes baj� del taxi y camin� con los chavales hacia las
naves. El taxista pudo ver por el retrovisor como se le acercaban y le
manoseaban el culo, mientras pensaba: " Hay que ver lo caro que pagan algunas la
droga".


Paquito se detuvo a la entrada para mirar alrededor y
cerciorarse de que nadie, excepto el taxista que se perd�a a lo lejos, les hab�a
visto entrar. Avanzaban hac�a el fondo de la nave y de pronto Mercedes sinti� en
sus nalgas un azote y luego otro:


- Que culazo tienes guarra.


Y le deban m�s azotes. Mercedes empez� a temblar pensando la
que se le ven�a encima.


En el fondo de la nave hab�a tablas, cajas y restos de
construcci�n con los que hab�an hecho una especie de muro o barricada, creando
un recinto amplio que les daba cierta privacidad cuando ven�an a pasar sus ratos
fumando un porro y viendo revistas.


En un rinc�n hab�a un colch�n viejo sobre unos tablones que
se apoyaban en unas cajas; ella lo mir� con asco y con angustia.



Los tres se sentaron sobre el colch�n, apoyando su espalda en
la pared, se abrieron la bragueta y se sacaron sus pollas:


- Ahora nos vas hacer lo de la cabina�., pero sin cristal.


- Y mu�vete bien, en plan puta, como lo haces all� o te
castigaremos.


Mercedes, sobreponi�ndose a su miedo, comenz� a moverse como
ella sab�a. Era la �nica posibilidad de salir bien librada de aquella situaci�n.


Mov�a sus caderas, ondulaba su cuerpo de izquierda a derecha,
adelante y atr�s. Se agachaba para permitir a los chicos ver entre sus piernas.
Y todo suavemente, felinamente, dejando que vieran el interior de sus muslos en
los confines de sus medias; que adivinaran tras su braguita de encaje negro,
aquella rajita depilada que los enloquec�a.


Poco a poco empez� a despojarse de su sueter de lana
sac�ndoselo por la cabeza, mostrando su delicada piel ante los ojos glotones de
los chicos. Su cintura su vientre liso, sus hermosos y bien torneados brazos y
sobretodo sus abundantes pechos contenidos en un sujetador de encaje negro los
ten�a hipnotizados. Sus pollas estaban a reventar y ellos segu�an
acarici�ndolas.



Luego comenz� a deslizar su falda, tambi�n de lana, por sus
caderas y sus muslos hacia abajo; levanto una pierna y luego otra a la vez que
inclinada mostraba aquel tremendo canal entre las monta�as de sus senos. Sus
imponentes piernas estaban enfundadas en unas medias de seda color carne y en
unas botas de piel marr�n que se ajustaban a sus pantorrillas por debajo de las
rodillas, realzando la forma de las piernas y los muslos con su alto tac�n.


La mirada torva de los muchachos intranquiliz� a Mercedes, no
solo hab�a en sus ojos lujuria mal contenida, hab�a perversi�n, hab�a malicia.


Ella sigui� movi�ndose sensualmente mientras comenzaba a
desabrocharse el sujetador, lo sostuvo entre sus manos, demorando mostrar sus
pechos desnudos, como si intentase evitar lo que estaba por venir. Pero ello
produc�a un efecto de sobreexcitaci�n en los adolescentes:


- Venga guarra ens��anos las tetas de una puta vez.


Cuando Mercedes retir� las manos con el sujetador,
aparecieron aquellos senos redondos, turgentes, voluptuosos, que ella se
acariciaba y estrujaba suavemente.




� C�mo se toca la muy puta! Ya veras lo que vamos a hacer
con esa tetonas.





Por �ltimo mir�ndolos a los ojos, como si quisiera dominarlos
para evitar que fuera al rev�s, se baj� su braguita dejando a la vista su
entrepierna depilada y comenz� a acariciar su rajita con sus largos y finos
dedos. Luego se gir� mostrando su hermoso culo a los muchachos. Ellos
interrumpieron su programa:


- Baila y mu�vete como si estuvieras en una discoteca.


Ella sabia lo que quer�an y comenz� a bailar de tal manera
que sus carnes, sus nalgas y su pechos temblaran, rebotaran aumentando la
voluptuosidad a un grado m�ximo.


Los muchachos no aguantaron m�s:


-Ven puta, vamos a ver como la chupas.


Ella se acerc� al camastro, se puso de rodillas y agarr� la
verga de Rafa, acerc� al glande sus labios y comenz� a chupar timidamente para
ir engullendo poco a poco la tranca del chico. Despu�s de recorrer la polla,
apret�ndola con sus labios, unas cuantas veces, levant� los ojos para mirar al
muchacho, estaba deshaci�ndose, si todo continuaba as� ten�a la situaci�n
controlada.


Dada la excitaci�n acumulada y el buen arte de la chica Rafa
no tard� mucho en correrse, su lefa desbordaba las comisuras de la boca,
mientras sus amigos apostillaban:




Que buena eres mamando zorra, toma esta.





Segura de s� misma sigui� con la polla de Michel y luego la
de Paquito, las recorri� con su labios, mimando sus capullos con besos y suaves
mordisquitos llevando al �xtasis a los chavales que sent�an ese temblor dulce y
suave, ese estremecimiento que les enajenaba las fuerzas y la voluntad mientras
derramaban su abundante leche en la boca de aquella mujer. Su aparente sensaci�n
de dominio duro poco; los muchachos apenas hab�an iniciado la vor�gine del
disfrute de su cuerpo y tomaban el control de la situaci�n:


- Ahora sigue de rodillas y date una vuelta a cuatro patas�,
como una perrita caliente.


Mercedes se mov�a con dificultad pues el suelo era un poco
basto y le molestaban las rodillas. Ajenos a ello los chicos contemplaban aquel
culo en pompa y el bamboleo de las tetas conforme la mujer daba la vuelta ante
ellos.



- Ac�rcate y �chate sobre nosotros.


Ella se acost� boca arriba sobre las piernas de los muchachos
que comenzaron a manosear su cuerpo a placer. Paquito le met�a los dedos en la
boca y recorr�a sus hombros y su cuello para terminar estrujando una de sus
tetas y martirizando su pez�n.


Michel hac�a lo propio de con el otro pecho y recorr�a su
vientre disfrutando de la caricia de su piel. Rafa estaba hipnotizado metiendo
sus dedos en la rajita depilada y magreando con fuerza los muslos de la modelo.
As� estuvieron un buen rato disfrutando de cada palmo su piel. Ese manoseo
continuo excit� a Mercedes que comenz� a moverse, provocando el entusiasmo y la
calentura de sus perversos amos.


- Mira como se mueve, esta bien caliente la cabrona.


- Si, est� pidiendo polla a gritos, vamos a d�rsela.



Se levantaron y desplazaron el camastro hac�a el centro del
recinto. Acostaron a la chica con el culo al extremo inferior de tal manera que
Rafa abri� sus piernas y se las puso sobre sus hombros , repas� con la punta de
su verga la rajita depilada y luego se la clav�, sintiendo el calor h�medo de la
vagina que engull�a y abrazaba suavemente su miembro:


- Esta empapada la hija de puta.


Mientras Mercedes hab�a tenido que hacerse cargo de las
pollas de Michel y Paquito, colocados a cada lado del camastro, paje�ndolos con
aquellas manos delicadas de largos dedos, mientras ellos estrujaban a placer sus
tetas.


- Joder como pajea, seguro que le haces buenas pajas al
cabr�n de tu novio.


Y era cierto, Mercedes envolv�a y acariciaba suavemente con
su mano la polla de cada uno, recorri�ndolas con la justa presi�n dejando que
poco a poco una agradable sensaci�n se apoderara del miembro.



Rafa la bombeaba acompasadamente, sintiendo como sus huevos
chocaban con sus calidas nalgas. Sus manos recorr�an aquellos espl�ndidos muslos
y conforme la excitaci�n se hac�a mayor el ritmo de las embestidas se hizo
fren�tico, aferrando con fuerza las prietas carnes de sus piernas. Poco a poco
la respiraci�n de los muchachos se convirti� en jadeos y los gemidos de Mercedes
crec�an en intensidad y volumen. Las sensaciones que se apoderaban de su cuerpo
compensaban con creces la humillaci�n de ser poseida de aquella manera. Rafa
aceler� sus embestidas conforme se acercaba la eyaculaci�n , mientras Mercedes
estaba ya de lleno sumergida en la cadena de mini orgasmos, que se prolongaba
mucha m�s que el orgasmo convencional. Esa sensaci�n la transmit�a a sus manos,
produciendo una agradables presiones en las pollas de los chicos. Por fin Rafa
se corri� mientras su cuerpo temblaba de placer. Esper� a que su verga se
desinflara dentro, apurando aquel calor hasta el �ltimo momento. R�pidamente
ocup� su lugar Michel, que penetraba con m�s violencia y fuerza a la espl�ndida
hembra, complaciendose en el temblor de su carnes a cada acometida.



Ahora Rafa experimentaba las caricias de la experta mano de
la modelo:


- Joder que pajas hace esta puta, como mueve la mano.


A mercedes en medio de las oleadas de placer que se suced�an
en su cuerpo, s�lo un pensamiento la angustiaba: quedarse embarazada.


Michel se vino en su interior y su chocho ya rezumaba
l�quidos ampliamente. Inmediatamente le sustituy� Paquito que puso una tremenda
cara de satisfacci�n cuando la clav�. Mercedes estaba agotada, desmadejada por
su continuos microorgasmos:


- Por favor ya basta, no puedo m�s


- Claro que puedes zorra, vas a tomar polla todo el d�a hasta
que no podamos m�s.


Despu�s de un cuarto de hora Paquito derram� en su interior
un buen chorro.


- Guarra, ya no te cabe m�s, lo est�s tirando todo.



La levantaron del camastro y se tumbaron ellos atravesados
para descansar un poco; pero a ella no le dieron un m�nimo respiro, era la
primera vez que ten�an una mujer a su disposici�n y estaban �vidos de hembra:


- T� a trabajar puta, mama y pajeanos hasta que se nos ponga
bien dura.


Otra vez sus manos hac�an las delicias de los muchachos, su
boca los transportaba a umbrales de placer desconocidos y sus pechos recib�an el
atroz manoseo de aquellas manos avarientas de carne.


Despu�s de prodigar sus atenciones durante un buen rato las
veras de los muchachos volvieron a endurecerse ante los asustados ojos de la
modelo que imaginaba la tralla que le iban a dar.


Se levantaron del camastro y le mandaron subirse a �l
poni�ndose a cuatro patas. Ella imaginaba que ten�a por delante un largo rato de
vigorosas penetraciones que la dejar�an agotada definitivamente; pero ignoraba
que la mente de Rafa evocaba en ese momento las escenas de penetraci�n anal que
hab�a visto en las cabinas de video del Sex-shop.


Cuando sinti� el roce de la polla en el agujero de su culito
pens� que era un preludio l�dico del muchacho, pero su el p�nico se apoder� de
ella cuando sinti� que el glande se fijaba en su agujero haciendo presi�n:


- Nooo, eso no, por favor, no me hagas eso.


Su manifiesta desesperaci�n hizo sonreir a los chicos:


- JeJeJe.. se ve que su novio no le ha dado por el culo.


- Pues nosotros te lo vamos a romper, zorra.



Ella intent� moverse pero los tres la sujetaron bien. As�
Rafa dio un fuerte empuj�n y la cabeza de su pija comenz� a entrar, produciendo
un agudo dolor a la chica:


- No sigas por favor, s�cala, s�cala por lo que m�s quieras.


Excitados por sus gritos de dolor Michel y Paquito apu�aban
con sa�a sus tetas y sus brazos, mientras la polla de Rafa segu�a su avanza
inexorable. Luego sus dos compa�eros centraron su atenci�n en las nalgas de
Mercedes, magre�ndolas y abriendo los cachetes del culo para contemplar el
destrozo que de aquel hermoso culo. Despu�s de un buen rato, sin embargo, Rafa
con la polla dura y algo dolorida no consegu�a correrse:


- Qu� cabrona, nos ha exprimido antes y ahora no me viene la
leche.


Se retir� y se echo en el camastro delante de la chica :


- Vas a estar chupando hasta que me pongas bien cachondo.


Paquito hab�a ocupado su puesto y bombeaba a Mercedes a
placer:


- Joder que agujero le has hecho.



Los espasmos de dolor hab�an disminuido pero la sensaci�n
para la chica segu�a siendo desagradable. Las embestidas del chaval no ten�an
fin y tampoco consegu�a correrse:


- La puta que la pari�, que trabaje ella. Rafa d�jame.


Paquito se coloc� debajo de ella haciendo que lo montara y
cabalgara sobre su polla.


- Yo te voy a ayudar a llevar el ritmo, zorra.


Y Michel ocupando el agujero que paquito hab�a dejado
hu�rfano comenz� a follarla el culo con enorme violencia. Rafa hizo que Paquito
se escorara un poco para que la modelo pudiera chuparle la polla. Costaba, sobre
todo a ella, que los cuatro se acoplaran:


- Como saques mi polla de la boca te la parto de una ostia.



Una vez acoplados los tres peque�os cabrones disfrutaban de
aquella espectacular follada. Michel castigando las nalgas con sus manos la
taladraba con tremendas embestidas. Paquito sent�a como su cuerpo, sobre todo
sus tetas, se pegaban a �l al ser empujada por Michel y entonces el respond�a
con un fuerte golpe de pelvis que la hac�a rebotar. Desde otra perspectiva Rafa
contemplaba la cara de dolor y placer entremezclados de la hembra que mamaba
desesperadamente su pija y gozaba de la vis�n del conjunto.


Despu�s de un buen rato en el que trituraron el delicadazo
cuerpo de Mercedes, las �ltimas reservas de semen de los perversos adolescentes
se alojaron en las entra�as de la chica bien que jugaba a reina de las cabinas.



Ella qued� agotada sin fuerzas para moverse del camastro.
Ellos, m�s que satisfechos, se vistieron y abandonaron la nave; decidieron
atajar para llegar a su barrio en vez de ir por la carretera. Cuando pasaban
delante de la nave que estaba a continuaci�n vieron un coche dentro; se
acercaron y era un taxi. Una vez m�s Rafa tuvo una certera intuici�n.


Volvieron a la nave corriendo y conforme se acercaban a su
guarida escucharon la voz de Mercedes:


- No por favor, otra vez no.


El viejo taxista casi desnudo, echado encima de la chica, la
babeaba y la magreaba con avaricia y desesperaci�n. Disfrutaba del tesoro que su
intuici�n, al traer a la chica por la ma�ana, le hab�a proporcionado.


Los muchachos se miraron sonriendo y se alejaron de la nave:


- Que cabr�n el viejo, hoy ha sido su d�a, seguro que ha
estado un buen rato mirando.


- S�, no creo que tenga mucha m�s ocasiones como esta.


- Ya ves t�o, en cambio nosotros no hemos hecho m�s que
empezar.



Saludos.


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Relato: Adolescencia Perversa
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