Me llamo Amparo, tengo 45 a�os y estoy casada. Vivo en un
pueblo bastante grande de la provincia de Valencia, mi marido trabaja en el
campo y yo soy ama de casa, o sea, que me ocupo de las faenas de la casa y de
los ni�os.

Les escribo esta carta porque a mis migas y a mi nos gusta
mucho leer todas esas historias "picantes" que se escriben en las revistas� ya
saben ustedes lo que yo quiero decir� esas historias "verdes" que cuentan todo
lo que hacen los hombres y las mujeres cuando est�n en la cama.

Aunque la verdad es que yo tengo que decirles que todas
nosotras tenemos mas o menos la misma edad y ya estamos casadas, y como ustedes
pueden imaginarse a estas alturas ya sabemos muy bien por experiencia propia
"todo" lo que pueden hacer en la cama los hombres y las mujeres.

Y casi todas las semanas nos compramos su revista y la
leemos, aunque sea a escondidas para que no nos pillen nuestros maridos ni los
ni�os.

Y luego, cuando nos reunimos en casa de alguna de nosotras a
tomar caf�, nos gusta mucho hablar de todas esas cosas, y como nuestros maridos
no est�n delante nos aprovechamos y nos contamos unas a otras nuestros
"secretitos" y hasta nos contamos las "cositas" que nos pasan nosotras con
ellos.

Y aunque a mi me da un poco de verg�enza, hoy me he atrevido
a escribirles porque yo tambi�n quiero contarles a ustedes un caso er�tico
tirando a pornogr�fico que me paso a mi no hace mucho tiempo, y que por razones
que ustedes van a poder entender en seguida yo nunca les he contado a mis
amigas.

Yo ya se que no soy ninguna escritora, y eso ustedes lo van a
notar en seguida, y seguramente encontraran mucha faltas en mi carta, espero que
ustedes me las perdonaran todas, y a cambio yo les prometo que les contare y les
explicare todo lo que paso todo lo mejor que sepa y que pueda.

Pues ver�n ustedes�

Desde jovencita yo siempre he sido una mujer muy fogosa� ya
me entienden ustedes lo que yo quiero decir�

�Madre m�a� que verg�enza me da a mi decir todas estas
cosas�!

Quiero decir que a mi siempre me ha gustado mucho es bendito
trozo de carne que los hombres tienen entre las piernas� ya saben� la polla como
dice mi marido, o la plilila como la llamo yo a esa "cosita" que los hombres
tiene ah� abajo entre las piernas, porque a mi me parece menos basto llamarla
as�

Y antes de casarme con el que hoy es mi marido, yo ya hab�a
tenido otros novios, algunos de ellos con unas buenas� pollas� que a mi me
dieron mucho gustito y me hicieron disfrutar much�simo.

Pero pesar de eso, desde que me case yo nunca hab�a enga�ado
a mi marido, entre otras razones porque a mi nunca me hab�a hecho falta, porque
mi marido es un hombre guapo, fuerte y muy bien dotado� ya saben� tiene la polla
muy grande y cuando me la mete entre los muslos me vuelve loquita de gusto.

Al principio, cuando nos casamos, igual como ya saben ustedes
que hacen todas las parejas de reci�n casados porque es lo mas normal del mundo,
mi marido me lo hacia todos los d�as� ya saben ustedes lo que quiere decir eso�
�no?

�Madre m�a� pero que verg�enza mas grande�! �Esto a mi aun me
da mas verg�enza que lo de antes�!

Quiero decir que mi marido todos los d�as me hacia "eso"� ya
saben� "eso" que le hacen los hombres a las mujeres� vamos, que todos los d�as
"me hacia el amor"� o sea, que me� follaba� como dice normalmente la gente de la
calle�

Y ustedes me perdonaran que lo diga as�, de una manera un
poco basta, porque yo tengo que reconocer que a mi tambi�n me parece un poco
basto que una mujer lo diga as�, pero aunque a mi me parezca un poco basto
decirlo as� yo tambi�n tengo que reconocer que es mas "normal" de decirlo si que
de la otra manera� ya saben� que decir que "me hacia el amor"� porque la verdad
es que yo no conozco a nadie que lo diga as�, ni mis amigas tampoco, y creo que
solo lo dicen as� esas "se�oritingas" tontas y cursis que quieren hacerse las
finas.

Bueno, pues como les iba diciendo, al principio mi marido me
lo hacia todos los d�as, y hab�a d�as que me lo hacia dos y hasta tres veces�

La primera vez por la ma�ana, cuando nos despeg�bamos, y
hab�a d�as que mi marido se despertaba tan caliente que a mi no me daba tiempo
ni de para poder ir al cuarto de ba�o a lavarme un poquito. La segunda vez a
mediod�a, despu�s de comer, cuando nos �bamos a hacer la siesta, si esque se d�a
mi marido hab�a venido a comer a casa. Y la tercera por la noche, cuando nos
�bamos a dormir a la cama, y esa era la ocasi�n que pod�amos hacerlo mas
tranquilamente, y hab�a noches que mi marido me lo hacia hasta dos veces
seguidas "sin sac�rmela".

Y la verdad es que hab�a d�as que yo acababa escocida� ya se
imaginan ustedes lo que yo quiero decir, sobre todo si ustedes son mujeres�

�Madre m�a� que verg�enza me da a mi contar todas estas cosas
tan intimas de las mujeres�!

Quiero decir que hab�a d�as que yo acababa con la "eso"
escocida� vamos, que acababa con la "rajita" escocida, que es as� como llamo yo
a esa raja h�meda y caliente que todas las mujeres tenemos entre los muslos� ya
saben� el chocho como dice mi marido, o la figa como la llama normalmente la
gente aqu� en Valencia a esa "rajita" que todas las mujeres tenemos ah� abajo
entre los muslos�

Pero todo eso a mi me daba igual, porque a mi me gustaba
tanto todo lo que me hacia mi marido y me daba tanto gustito cada vez que me lo
hacia, que aunque algunas veces yo disimulaba y me hacia la "modosita" y la
"recatada", como me hab�a ense�ado mi made a mi que deb�an hacer todas las
mujeres casadas y decentes, yo siempre me dejaba hacer todo lo que mi marido
quer�a, y la verdad es que estaba de lo mas feliz y contenta.

Luego yo me quede embarazada y nacieron los ni�os. Entonces
mi marido empez� a hacerme cada vez menos, hasta que acabo haci�ndomelo
solamente una o dos veces a la semana.

Yo ya se que eso es lo mas normal, porque me lo cuentan mis
amigas cuando hablamos de esas cosas� que a ellas sus maridos normalmente
tambi�n se lo suelen hacer una o dos veces a la semana solamente� pero como yo
soy tan fogosa a mi me costo un poquito mas que a ellas acostumbrarme a eso.

De todas formas como yo quiero mucho a mi marido yo me
aguantaba y al final acabe acostumbr�ndome.

Y aunque a mi me da un poco de verg�enza decirlo, los d�as
que yo me despertaba muy cachonda y no pod�a aguantarme, si mi marido aun estaba
conmigo en la cama, yo con toda la picard�a del mundo me esperaba un poquito,
pero cuando mi marido se levantaba para irse al campo y me dejaba a mi solita en
la cama, all� mismo en la cama me abr�a de piernas y yo misma me daba gustito
al� chocho� con los dedos.

Y as� pase m�s de veinte a�os de casada, y la verdad s que yo
era una mujer feliz y contenta, pero lo que me ocurri� este verano pasado con
Paquito, el hijo del lechero del barrio, es algo que ustedes no se pueden ni
imaginar�

Por aquella �poca el muchachito en cuesti�n aun no hab�a
cumplido los 19 a�os. Yo lo conoc�a desde que era peque�o y la verdad es que
nunca me hab�a fijado en el antes porque era un cr�o, pero �ltimamente las cosas
hab�an cambiado.

Ahora el chaval se hab�a hecho todo un hombrecito, un
morenazo de esos que te quitan la respiraci�n. Guapo, no muy alto para mi gusto,
pero se le ve�a fuerte y muy bien formado, y sobre todo ten�a unos ojazos
enormes.

Todos los d�as nos cruz�bamos los dos muchas veces por la
calle, y yo notaba que siempre que so ocurr�a el chiquillo me echaba unas
miradas que me dejaba desnuda.

Y al principio yo no le di mucha importancia, porque yo se
que a pesar de ser una cuarentona aun tengo un cuerpo de esos que llama la
atenci�n de los hombres�

Soy alta, morena y seg�n me dicen, bastante guapa. Tengo los
ojos grandes y negros, la nariz chatita una boca muy bonita, con los labios
gorditos y en forma de coraz�n.

De tipo estoy un poco rellenita de carnes, pero sin llegar a
estar gorda. Tengo dos hermosos pechos redondos y tiesos, coronados con dos
pezones grandes y muy oscuros. Tengo una cintura estrecha, con un obligo
profundo y un vientre muy poco abultado, a pesar de haber tenidos dos hijos.
Tengo unas caderas anchas y redondas, y unas piernas largas y rectas, con unos
muslos redondos y rollizos. Y tengo un hermoso culo redondo y bastante gordito,
con dos nalgas grandes y duras, como las de una chica joven, separadas por una
profunda raja que se mueven de una manera muy provocadora cuando camino.

Como ustedes pueden ver, tengo un cuerazo de mujer, vamos,
que yo soy lo que se dice "una jamona".

Pero lo que no sabe nadie, porque eso solo me lo ve mi
marido, es que tengo entre los muslos un hermoso chocho, una figa bien hermosa
como dicen mis amigas, con una raja larga y profunda en medio que esta bien
cerradita por dos gruesos labios sonrosados, grandes y carnosos, y que esta
rodeado por todas partes por una espesa mata de pelo negro y muy rizado.

La verdad es que ya esta un poco ensanchado, por haber tenido
dos hijos y por las muchas veces que mi marido me la ha metido por ah�, pero que
aun sigue tan juguet�n como el primer d�a.

Siempre esta apunto, siempre esta caliente y mojado, siempre
tiene ganas de "eso"� ya saben ustedes lo que yo quiero decir, aunque a mi me da
un poco de verg�enza decirlo� de "hacerlo" como digo yo, o de follar como dice
la gente de la calle normalmente�

Bueno, pues como les iba diciendo, al principio yo no le di
mucha importancia, porque cuando voy por la calle yo noto como me miran los
hombres cuando paso por delante de ellos, estoy acostumbrada a eso y la verdad
es que tengo que reconocer que eso me gusta, pero al final me llamo la atenci�n,
porque esque lo de aquel chico era algo exagerado, porque se me com�a con los
ojos sin ning�n disimulo, y aquello ya era demasiado.

Esto a mi me tenia que haber molestado, porque al fin y al
cabo yo era una mujer casada, pero el efecto de aquellas miraditas fue muy
distinto, porque como aquel muchacho era tan guapo, todo aquello a mi me hizo
mucha gracia, adem�s, me hacia ilusi�n que yo pudiera gustarle tanto a un hombre
tan joven, y sin ninguna mala intenci�n yo empec� a "seguirle la corriente" y
empec� a jugar con el provoc�ndole de todas las formas posibles�

Cuando nos cruz�bamos los dos por la calle, con oda la
picard�a del mundo yo le gui�aba un ojito, o le mandaba una sonrisita llena de
picard�a, o exageraba un poquito mas mis "meneitos" mientras sent�a los ojos del
chaval clavados en mis tetas o en mi culo.

La verdad es que este juego a mi me divert�a mucho, pero yo
no pens� nunca en las consecuencias que todo esto pod�a traer, hasta que un d�a
ocurri� algo que cambio las cosas por completo�

Una ma�ana estaba yo limpiando las escaleras de mi casa. Era
casi mediod�a y hacia mucho calor.

Yo para estar m�s fresquita, me hab�a puesto una blusita muy
ancha que tengo atada a la cintura y sin abrochar, y unos pantaloncitos cortos
de mi marido, muy amplios tambi�n, y debajo no llevaba nada m�s, ni bragas ni
sujetador.

La puerta de la calle estaba abierta de par en par, para que
el poco aire que corr�a a esas horas entrara y secara el suelo de la porter�a, y
la luz del sol entraba de lleno.

Estaba yo de espaldas a la puerta, inclinada hacia delante
fregando los escalones de la escalera, cuando note que la luz el sol se
oscurec�a detr�s de m�. Pens� que era una nube que pasaba, no le di ninguna
importancia y segu� con lo que estaba haciendo. Pero al ratito note que hab�a
alguien detr�s de m�.

Entonces yo me mov� y en seguida vi que era Paquito, el hijo
del lechero del barrio, que igual como hacia todos los martes y todos los jueves
venia a traerme la leche a casa. Entonces yo me volv�, y arregl�ndome un poquito
la ropa le invit� a pasar:

- �Ah� eres tu Paquito�! �Pasa hombre� pasa� no quedes ah�!

Y sin decir nada, el muchacho entro y se acerco a donde yo
estaba.

En seguida yo note que el chaval estaba acalorado y muy
nervioso, y al principio no supe porque y pens� que seguramente seria por el
calor que hacia a esas horas, pero cuando mire para abajo y vi. el tremendo
bulto que le hacia la polla dentro del pantal�n, entonces yo lo entend� todo.

Yo no se el tiempo que aquel chiquillo llevaba all�
mir�ndome, seguramente estaba all� desde que yo hab�a notado que la luz del sol
se oscurec�a detr�s de mi, pero lo que si se es que entre la posturita que yo
tenia cuando el debi� llegar, con todo el culo en pompa, y las ropas tan anchas
que yo llevaba, y sin bragas ni sujetador, seguramente me lo hab�a visto todo�
los pechos, el culo y puede que� algo mas�

El muy sinverg�enza de hab�a puesto las botas mir�ndome, y se
notaba que ahora estaba mas caliente que un burro, y tenia la polla a punto de
reventar dentro del pantal�n.

El chico se dio cuenta de que yo lo hab�a notado, y en
seguida se puso m�s rojo que un tomate y bajo la cara lleno de verg�enza por si
yo me hab�a enfadado. Pero aquello no hizo que yo me enfadara, sino todo lo
contrario�

Aquella situaci�n me produjo al momento un tremendo calent�n.
Pero no se lo ayuden ustedes ni imaginar. Un calent�n como hacia muchos a�os que
yo no tenia. �Madre m�a� que cachonda me puse en un momento�!

Me puse tan cachonda que en seguida sent� como se me mojaba
todo el chocho, y como no llevaba bragas, tambi�n pude sentir como se me mojaba
toda la entrepierna de los pantaloncitos. Parec�a que me hab�a meado.

Adem�s, yo sabia muy bien por experiencia que en aquellos
momentos yo era la due�a de la situaci�n. El muchacho estaba paralizado de
verg�enza y de miedo, y yo pod�a hacer con el todo lo que a mi me diera la gana.

Y esos pensamientos a mi aun me pon�an mas cachonda�

Y aunque yo no lo hab�a hecho nunca y menos con un cr�o, a mi
me entraron unas ganas tremendas de hacer una locura�

Yo sabia que en aquellos momentos no hab�a nadie en mi casa,
y a mi me entraron unas ganas locas de pedirle al chaval que subiera un ratito a
mi casa, as� podr�amos estar los dos solos y podr�amos� quitarnos la calentura
que llev�bamos encima� tranquilamente� ya saben ustedes lo que yo quiero decir�

Ya estaba yo a punto de abrir la boca para ped�rselo, cuando
entro en la porter�a una de las vecinas de la finca toda cargada con las bolsas
de la compra.

R�pidamente yo me puse a disimular la situaci�n, y
comport�ndome como una se�ora recog� la lechera que me tra�a el chiquillo y lo
exped� con educaci�n.

- �Ale bonico�! �Gracias� y� hasta otro d�a�!

Luego, cuando el chico salio a la calle yo tambi�n me sub� a
mi casa. Ya no pod�a quedarme ni un minuto m�s all�. Estaba excitad�sima y muy
nerviosa.

Nada m�s cerrar la puerta de mi casa, yo me met� corriendo en
el cuarto de ba�o, me baje los pantaloncitos y me mire el hocho llena de
curiosidad, para ver si aquello era que se me hab�a adelantado la regla, pero
no, no era eso. Aquello era como los flujos propios de una corrida.

�Madre m�a� estaba chorreando�! �Y solo por ver el bulto de
una bragueta�!

Pens� yo mir�ndome el chocho llena de sorpresa.

Nerviosa me sub� otra vez los pantaloncitos y me fui al
comedor, me sent� en el sof�, cog� una revista del revistero y me puse a
abanicarme y a darme aire, para ver si as� se me pasaba un poquito el sofoco tan
grande que llevaba encima.

Pero no hab�a manera�

Porque por una parte yo no pod�a quitarme de la cabeza la
locura que hab�a estado a punto de hacer. Yo no se lo que me hab�a pasado.
Aquello nunca me hab�a ocurrido a m� con ning�n hombre. Adem�s, a saber lo que
estar�a pensando de mi aquel muchacho en esos momentos.

�Madre m�a� que verg�enza�! �Pero que verg�enza mas grande�!

Y por otra parte, a pesar de lo preocupada que estaba yo por
todo esto en esos momentos, no pod�a quitarme la calentura que sent�a entre los
muslos de ninguna manera. Y sin poder evitarlo en seguida empec� a acordarme de
mi marido y de su hermosa polla.

�Madre m�a� ojala la tuviera all� mismo en esos momentos�!
�Que ganas tenia de que me follaran�!

Pero yo sabia que mi marido aun tardar�a bastante en volver a
casa, y yo estaba tan cachonda que no pod�a esperar tanto. Adem�s, yo sab�a muy
bien por experiencia que seguramente mi marido volver�a del campo cansado y sin
ganas de nada, y me dejar�a a m� con todas las ganas del mundo.

Y como yo sab�a que en esos momentos estaba sola en casa, no
quise esperar m�s�

All� mismo donde estaba sentada en el sof�, yo me coc� los
pantaloncito con las dos manos y apoyando los pies en el suelo, levante un
poquito el culo del sof� y me baje los pantaloncitos hasta las pantorrillas,
luego me abr� de piernas y meti�ndome una mano entre los muslos, me acaricie la
rajita del chocho con las yemas de los dedos.

�Madre m�a� estaba mojad�sima�! �Y que gustito� que gustito
m�s bueno me daba toc�rmela�!

Sin poder aguantarme m�s, con los dedos de una mano me abr�
los labios del chocho, y con la otra mano me met� un dedo dentro� luego otro� y
otro m�s� y en seguida empec� a moverlos adentro y afuera, como si mis dedos
fuera la polla de mi marido�

�Madre m�a� que gustito mas rico�!

Y as� estuve un buen ratito, meti�ndome y sac�ndome los dedos
del chocho, d�ndome gustito yo misma hasta que me vino el gusto y me corr� un
par de veces, y entonces yo ya me quede un poco mas tranquila.

(Continuar�)