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A la noche siguiente me dispuse a intentar descubrir c�mo y
cuando hac�a mi padre todas esas cosas con mis prendas �ntimas. Pero sucedi� que
antes de eso, al regresar de la escuela por la tarde, y atrapada por ese
inquieto sentido de la curiosidad que tenemos a esa edad, r�pidamente me dirig�
al estudio para ver qu� encontraba. Y efectivamente encontr� nuevamente algo:
era otro libro con dibujos sexuales en verdad muy bien hechos. En realidad se
trataba de escenas de hombres mayores teniendo relaciones sexuales de todo tipo
con jovencitas m�s o menos de mi edad, de diferentes nacionalidades y en
diferentes posiciones, m�s o menos parecidas a las que ya hab�a visto antes en
el Kamasutra. Pero hab�a all� algo m�s. Sobre la mesa encontr� una cajita
cerrada que inmediatamente despert� por completo mi curiosidad por saber lo que
ten�a adentro. Volteando hacia la puerta con desconfianza dirig� mis manos hacia
ella y la abr�, descubriendo lo que hab�a adentro. Era una especie como de
rosario de bolitas de hule duro, no tan gruesas, pegadas unas con otras mediante
un hilillo resistente y suave, que formaban una larga cadenita con breves
espacios entre s�, que medir�a a todo lo largo como treinta cent�metros
aproximadamente. Aquello me perturb� de momento, pues jam�s hab�a visto algo
parecido en vivo, aunque record�ndolo bien, en algunas de mis intrusiones
ocultas por la web de sexo de la Internet hab�a observado algunas fotograf�as de
mujeres que se introduc�an aquel tipo de cadenas de bolitas pegadas por el ano.
Presa de la excitaci�n por mi nuevo descubrimiento tom� r�pidamente el librito y
la cajita, me asom� a la puerta del estudio para asegurarme de que nadie me
viera y me sub� a mi cuarto corriendo.

Ya en mi dormitorio, lo primero que hice fue ponerme a
disfrutar de aquellos deliciosos dibujos tan art�sticamente realizados,
temblorosa por la emoci�n y la calentura que ya sent�a desde el principio,
contemplando con ansias contenidas las escenas de las ni�as siendo cogidas por
hombres ya mayores, de entre los cuales a algunos les calculaba una edad entre
cuarenta y cincuenta a�os; hombres parecidos por cierto a pap� en la edad. En
tanto me regodeaba con aquellas preciosas vi�etas con vergas largas y paradas
metidas hasta el fondo en esos chochitos imberbes y sin pelitos de las ni�itas,
volv� a abrir la cajita y comenc� a deslizar mis manos alrededor de aquel collar
de suaves bolitas circulares, lo que me causaba una excitaci�n que hasta ese
momento jam�s hab�a experimentado. Si, no lo niego, me hab�a calentado much�simo
en los d�as anteriores y hasta me hab�a masturbado como una loca, pero en esta
ocasi�n sent�a algo diferente. Pod�a darme cuenta claramente que tanto mi culito
como mi rajita frontal lat�an aceleradamente como deseando una penetraci�n, en
tanto mi entrepierna se llenaba de abundante y viscosa humedad.

Hojee y apreci� varias veces los dibujos uno por uno con
delectaci�n, volviendo a admirarlos lentamente una y otra vez hasta saciar mi
sentido de la vista; pero en realidad mis otros sentidos no estaban a�n
satisfechos. A esas alturas ya experimentaba una pesada sensaci�n de resequedad
en mi lengua y en mis labios que contrastaba con la abundancia de l�quidos que
escurr�an suavemente por en medio de mis piernas, moj�ndome toda la parte de
enfrente de mi calzoncito. As� que estando ya mis sentidos fuera de control, me
desnud� completamente y me arroj� violentamente sobre mi cama con el libro de
dibujos en una mano y con el collar de bolitas en la otra, dispuesta a saborear
aquel sabros�simo placer hasta donde mi desbordada imaginaci�n y mi cuerpo lo
permitieran. �Cu�ntas veces me masturb� esa noche...? �Con cu�nta locura me met�
aquellas bolitas en mi culito virgen, hasta que desaparecieron....? �Cu�ntas
veces grit� y grit� de placer, pues sab�a perfectamente que estaba sola en casa,
cuando aquel inusitado collar de "perlas preciosas" se introdujo hasta el fondo
de mis entra�as, perdi�ndose en la inmensidad de mi cavidad rectal....? No lo
s�. Fueron demasiadas horas de loca y salvaje masturbaci�n, de desenfrenada
autosatisfacci�n, de desbordado deseo y ardiente deleite. Al t�rmino de aquella
inenarrable sesi�n masturbatoria, que se convirti� en un r�cord in�dito para m�,
deb� haberme quedado dormida hasta la saciedad por el cansancio tan brutal que
me produjo la lujuria de todo aquello, de tal manera que cuando despert� me di
cuenta de que eran como las once de la ma�ana. No me dio tanta preocupaci�n el
haber perdido las clases esa ma�ana, como el verme sobre mi cama totalmente
desnuda y con aquel hilillo de bolitas a�n dentro del hoyito no tan
completamente saciado de mi trasero. R�pidamente me baj� de la cama, me agach�
sobre la alfombra azul de mi cuarto y lentamente intent� sacar como pude aquel
serpent�n circular del interior de mi conducto anal, pero al estar haci�ndolo,
la fricci�n que me produc�a aquel genial conductor del placer me volvi� a poner
a mil de calentura, de modo que para no desaprovechar ese momento tan sublime
que me proporcionaban las sensaciones de reacci�n de mi esf�nter abri�ndose y
cerr�ndose una y otra vez; como colof�n me volv� a masturbar con delicia con
aquello adentro de mi culo, mientras varios orgasmos sucesivos sacud�an
brutalmente todo mi cuerpo, quedando finalmente tendida y desnuda boca arriba,
con los brazos extendidos hacia arriba y tirada sobre el terciopelo del piso
durante varios minutos.

Terminada esta �ltima sesi�n de labor auto placentera y
aunque cansada en extremo, ahora s� me dispuse a entrar a la ducha, donde
aprovech� para lavar bien aquel collarcito que tanto adoraba ya, y l�gicamente
entristecida por tener que despojarme de �l por seguridad propia. Me vest�, met�
aquel objeto del deseo a su cajita y me dirig� junto con el libro de dibujos al
estudio para volverlos a dejar en el mismo lugar donde los hab�a encontrado la
noche anterior.

PAUSA.....

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16 de febrero de 1985.

Querido Diario:

Como t� ya sabes siempre he deseado a mi hijita Diana. Antes
te relat� en estas mismas p�ginas que siendo ella a�n una ni�a, cuando ten�a
entre diez y doce a�os (ahora tiene ya catorce y est� en verdad muy linda y
deseable), me gustaba tocarle sus partecitas �ntimas con mis dedos cuando mi
esposa no se daba cuenta o estaba trabajando. Tambi�n sabes que me encantaba
much�simo buscar sus pantaletitas usadas o sus corpi�itos o sus vestiditos y
blusitas que se quitaba y los ol�a yo hasta saciarme, ya que en especial me
gusta ponerme en la nariz esa partecita de sus pantaletitas donde la tela tiene
contacto con su cuerpecito, con su rajita sin pelitos..... Si es una braguita
sucia, huelo primero la parte baja de la telita que se pega a su chochito y
donde casi siempre deja manchitas de flujito que huelen exquisito y que me
producen un placer indescriptiblemente inconfesable.... Si son sus corpi�itos o
sus sostenes, meto mi nariz en la parte interior donde yacen sus tetitas a�n
peque�itas, y si se trata de sus vestiditos o blusitas sin
mangas....ahhhhhhhhh...all� si que me pierdo, querido diario, pues t� sabes bien
que lo que me mata es oler esos bordecitos humedecidos por el sudorcito de
Dianita que le quedan a sus vestiditos bajo el brazo..... Eso s� que no lo puedo
resistir, pues luego de olerlos hasta que me caliento, me los meto en la boca y
los chupo con un deleite tal que tengo unas eyaculaciones a la salud de mi hija
Dianita tan tremendas como jam�s las he tenido con mi esposa Martha.

Pero por otra parte tambi�n sabes, querido diario, que los
tocamientos y esas cositas lindas que yo le hac�a a Dianita y que tanto me
calentaban tuve que dejarlos en el olvido...... no porque yo quisiera, sino
porque me di cuenta que ella claramente no participaba, que le disgustaban, y me
dio temor de que se lo dijera a Martha..... Ahora ya han pasado casi dos
a�os.... y Dianita se ha puesto deliciosamente hermosa, porque tiene unas
nalguitas paraditas que me vuelven loco, y sus pechitos ya est�n desarrollados,
aunque no son tan grandes a�n; pero eso s�, son dos preciosas bolitas que cuando
se las miro me producen n�useas de la brama que me despiertan.... Y qu� decir,
querido diario, de sus piernas, tan bien formaditas y tremendamente
hermosas....y de lo que Dianita tiene entre sus piernitas, lo que solamente me
puedo imaginar cuando estoy oliendo y chupando sus pantaletitas
sucias....ohhhhh....ya ni quiero seguir pensando en eso porque me vengo en leche
abundantemente.... Te confieso que cuando Dianita se pone esas blusitas sin
mangas o esos vestiditos cortitos que dejan ver sus sobaquitos preciosos, y
cuando veo que ella levanta sus brazos y deja ver unas axilas blancas, pero a
las cuales ya le est� saliendo una suave pelusita de pelitos, aunque no se le
notan muy bien, solamente de cerquita como yo las he visto....Uffffffff.....eso
es lo mejor de todo.....porque me imagino cuando los trae puestos y ella suda y
suda toda esa partecita de la tela de sus vestiditos o de sus
blusitas.....Ohhhh, querido diario,.....ese s� que es un olor fenomenal que me
calienta tanto que no puedo dejar de masturbarme sobre ellos despu�s de olerlos
por horas y horas y metermelos a la boca chupando su sudor y su olorcito tan
sabroso, para despu�s llenarlos de mi leche precisamente en esa parte que tanto
me agrada y que deseo ardientemente poseer.

Como te dec�a, tuve que dejar de hacerle todos esos
tocamientos y cositas a Dianita durante casi dos largos a�os que fueron para m�
como una eternidad, tratando de olvidar todo para dedicarme a mi esposa.... pero
ahora que Dianita se ha vuelto una hermosa mujercita, aunque es todav�a una
ni�a, se me ha antojado como nunca su culito y todas esas partes que te he
confesado que me agradan tanto. Mi deseo m�s profundo y secreto es cog�rmela;
quiero ser el primer hombre que le meta la verga; el primer macho que ella
disfrute; el primero que le rompa su bello culito; pero tambi�n s� que debo ir
con mucho tiento y cuidado con ella, sobre todo porque no coopera conmigo porque
eso no le agrada, y tambi�n porque si Martha llegara a saberlo s� que todo
acabar� mal, y no deseo eso, por supuesto. Sin embargo, despu�s de pensar y
pensar tanto tiempo y tan profundamente en la forma como puedo lograr mi
objetivo, por fin, querido diario, he tenido una idea genial que creo que
resultar� y que pienso poner en pr�ctica muy pronto. �Qu� de que se trata?
....no comas ansias...mi querido diario.....ya te lo dir� en su momento.....ok?

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21 de febrero de 1985.

Diario querido:

Martha pronto se ir� del pa�s y tardar� fuera casi dos meses,
y Dianita y yo nos tendremos que quedar solitos en casa....S� que ella me ve
casi como a un extra�o por todas aquellas cositas que ella recuerda que le
hac�a; habla muy poco conmigo y s�lo me dirige la palabra para lo indispensable,
y obviamente no me tiene absolutamente nada de confianza. De modo que tomando en
cuenta todo eso mi plan resulta realmente genial. Ya te ir� relatando todo poco
a poco, conforme se vayan sucediendo los acontecimientos que tengo planeados
para cogerme a Laurita. Pero antes de cog�rmela quiero disfrutar de este juego
con ella que he planeado muy bien y por tanto tiempo.....y desde luego, volver�
a disfrutar ahora que estamos solitos de las delicias de sus prendas �ntimas
nuevamente, porque ahora s� aunque quiera no puedo aguantarme m�s.

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1 de marzo de 1985

Querido diario:

Hoy por fin Martha ha partido para Europa y por fin tambi�n
ha llegado la hora de poner en pr�ctica mi ingenioso plan....He aprovechado la
ocasi�n para pedir suficientes vacaciones en mi trabajo y poder permanecer
escondido en casa (es parte de mi plan) para jugar con Dianita sin que ella lo
sepa. Te confieso que estoy tan emocionado por todo esto que siento que me quemo
por dentro, pero si algo tendr� que guardar de hoy en adelante ser� precisamente
la compostura. No me precipitar� en lo absoluto ni demostrar� para nada a
Dianita que me sigo interesando en ella; de esa manera le dar� la suficiente
confianza para que ella pueda actuar como yo quiero; y si como pienso, mi plan
funciona, entonces te estar� contando muy pronto y antes de que Martha regrese a
casa, del cumplimiento del anhelo m�s profundo de mi coraz�n: cogerme a mi
propia hija de catorce a�os.....abur.....

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11 de marzo de 1985

Diario amigo:

Hoy he dado inicio a mi plan genial; y te dir� una cosa: creo
que s� funcionar�....ya lo ver�s. �Que qu� fue lo que paso hoy?.....Deja que te
lo cuente.... Hoy Dianita regres� de la escuela un poco tarde, pues yo la estuve
esperando con ansiedad escondido en el closet de mi habitaci�n, en un lugar
donde si ella llegara a entrar a buscarme para saber si estoy en casa,
dif�cilmente me hallar�a. Pero antes de eso busqu� en mi biblioteca privada
donde guardo los mejores libros de sexo que me gustan y excitan y escog� "El
Kamasutra ejemplificado", una obra deliciosamente caliente de posturas sexuales
y todo eso que me servir� de introducci�n para que Dianita se vaya calentando
poco a poco. Se lo he dejado en la mesita de la computadora que est� en el
estudio, porque yo s� que ella entra por las tardes a leer su correo.....
Escondido dentro de mi closet escuch� cuando Dianita, en lugar de ir al estudio,
se meti� en su cuarto y cerr� la puerta. Yo aguard� como una hora para escuchar
cualquier sonido o movimiento, pero todo estaba en silencio. As� que sal� de mi
escondrijo y lentamente sal� de mi cuarto y fui hasta el de Diana, quien
crey�ndose sola en casa, no hab�a cerrado la puerta por dentro. Abr� lentamente
su puerta y el cuadro que vi era delicioso y espectacular. All� estaba mi hija
profundamente dormida, agotada por el cansancio, con las piernas abiertas y a�n
con el uniforme escolar de falda azul plisada y cortita que tanto me gusta verle
puesto. Al verla anchada y durmiendo en esa posici�n tan sublime me calent�
tanto que tuve que masturbarme con locura, pero sin tocarla para nada,
(....recuerda que quiero darle toda la confianza y no debo cometer errores....),
y una vez que eyacul� violentamente sobre mis manos, le tall� suavemente mi
semen por encima de todo su chochito, sobre la tela de su pantaletita blanca,
dej�ndole completamente humedecido su bollito tan bello y tan hermoso que tiene
entre sus piernitas.... Era tan abundante mi semen que le embarr� all� que vi
cuando le escurri� algo de lechita tambi�n entre la pielcita de su entrepierna,
pero eso me gust�..... Despu�s de haberme satisfecho con aquella fenomenal
venida, me sal� de su cuarto dej�ndola a�n dormidita y me volv� a esconder donde
siempre. Ella no se dio cuenta de nada....

Tiempo despu�s escuch� que Dianita se despert� y sali� hacia
el cuarto de ba�o, y luego escuch� el ruido del agua.... Yo me volv� a esconder,
pero cuando calcul� que ya se hab�a vestido y baj� las escaleras, me apresur� a
acercarme a mi puerta entreabri�ndola, y pude escuchar que estaba en la cocina
prepar�ndose algo de cenar.... Yo aprovech� ese momento para bajar por otra
peque�a escalerilla que hay en casa y que da al patio desde el pasillo superior
y donde ella no puede verme, para ir y esconderme entre las plantas del jard�n
desde donde se puede ver claramente a trav�s del ventanal de cristal el interior
del estudio.... All� esper� pacientemente, hasta que vi que Dianita entr� al
estudio y encendi� el ordenador.... En ese momento descubri� el libro que le
hab�a dejado en la mesita, y Wow.......�Qu� crees que hizo ella, queridisimo
diario?......Ella comenz� a hojearlo con lentitud y pude ver cuando sus ojos se
abrieron del asombro y la sorpresa.... Vi que apresuradamente apag� el
computador, tom� el libro, apag� la luz del estudio y sali�.... Yo esper�
pacientemente el tiempo necesario esperando el momento en que ella se encerrara
en su cuarto.... As� que como media hora despu�s volv� a subir a la planta alta
por la misma escalerilla exterior. Cuando llegu� al pasillo que da a las
habitaciones me quit� los zapatos y los met� en mi cuarto y fui sigilosamente
hasta la puerta del dormitorio de Dianita. All� espere por largos minutos hasta
que comenc� a escuchar quejiditos y gemidos ahogados producidos por las
tremendas masturbaciones que mi hija se estaba prodigando con ansias locas. No
pude contenerme y me saqu� la verga, que ya ten�a totalmente endurecida que
hasta las venas de mi pene sobresal�an claramente a lo largo de mi falo.
Entonces me dirig� hacia la planta baja al cuarto de servicio donde se lava la
ropa y busqu� ansiosamente la ropita interior de Dianita que hab�a estado usando
en esos �ltimos d�as, y la que ya hab�a yo olido y llenado de leche en d�as
anteriores, pero tambi�n en esta ocasi�n me derram� sobre varios calzoncitos de
Dianita, sobre varios sostenes sucios y particularmente sobre la parte de sus
axilitas de sus blusitas y sus vestiditos que ol�an a gloria.

Adem�s hay otra cosa que tambi�n debo confesarte, querido
diario. Cuando Dianita se va a la escuela y me aseguro que la se�ora que hace el
aseo est� ocupada en la planta baja, yo salgo de mi escondite secreto y entro en
su cuarto, cierro la puerta con pestillo y abro las gavetas de su ropero donde
guarda su ropita interior limpia, sus braguitas y sus sostenes, y me las tallo
por toda mi verga bien parada, y las froto especialmente en esa partecita que s�
que pronto tocar� su pubis a�n sin vellitos, y me derramo todito echando mi
lechita en la telita.... Tambi�n hago lo mismo con sus brassieres, pues me los
tallo sobre mi pene bien endurecido y les echo leche abundantemente en las copas
interiores que despu�s habr�n de tener contacto con sus tetitas. Tambi�n
refrriego y derramo la leche sobre la parte de la tela que guardar� sus
sobaquitos, lo que me pone a mil por minuto.....Es todo por hoy.....Bye.

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12 de marzo de 1985

Querido diario:

Yo contin�o con mi plan, que al parecer avanza bastante
bien.....Esta vez le he dejado a Dianita otro libro encantador sobre sexo
incestuoso.... Se trata nada menos que de uno de mis libros preferidos para
masturbarme cuando mi esposa est� en sus "d�as".... Se llama "El Incesto".... La
finalidad es que se vaya adentrando en todas esas cositas que nos habr�n de
suceder a ella y a mi tarde o temprano, aunque Dianita a�n ni se lo imagine....
Te cuento que como siempre esper� a que Dianita regresara de la escuela,
solamente que esta vez me gan� la condenada, porque cuando yo me aprestaba para
bajar al jard�n que da al estudio, tuve que volverme a esconder r�pidamente
porque ella ven�a corriendo escaleras arriba hacia su cuarto. Y supuse lo
correcto, porque minutos despu�s, cuando estaba encerrada y sal� hasta la puerta
de su dormitorio, pude escuchar de nuevo los ansiosos grititos y gemidos
ahogados producto de las tremendas masturbaciones y venidas que Dianita se
estaba prodigando....la muy cachonda..... Pero lo que realmente me agrad� mucho
fue darme cuenta que ahora s� se pas� toda la tarde y hasta la madrugada
encerradita en su cuarto disfrutando de las delicias de mi librito. Calculo que
debe haberse masturbado muchas veces, pues ya de madrugada escuch� cuando ella
sigilosamente bajaba las escaleras y abr�a la puerta del estudio. Yo esper� a
que ella regresara a su cuarto y apagara las luces, momento que yo aprovech�
para ir despacito al estudio y ver que el libro acababa de ser puesto nuevamente
en su lugar. Lo revis� cuidadosamente y pude ver que algunas p�ginas, en
especial las que m�s me gustan a mi tambi�n, estaban todas h�medas y embarradas
de l�quido seminal de mi preciosa hijita, por lo que tuve que volver a hacerme
otra sabrosa pu�eta, pero antes de que me saliera la leche, tuve el cuidado de
ir hasta el cuarto de servicio a buscar las prendas �ntimas de Dianita y, una
vez m�s, llenarlas todas de leche.... hasta que me saci� completamente.

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13 de mayo de 1985

Querido diario:

Despu�s de todo lo que te he escrito en tus propias p�ginas,
espero que ya no te quepa duda de que mi plan camina prodigiosamente bien.... Y
esta vez no me detendr�, te lo aseguro, hasta lograr mi objetivo.... Hoy le dej�
a Dianita sobre la mesa otro ejemplar bien distinto....que est� buen�simamente
caliente. Como ver�s, he ido preparando el terreno poquito a poco de manera que
cuando llegue el momento anhelado de cogerme a Dianita.... ella no oponga
resistencia alguna. Se trata de un libro muy bonito y cachondo de im�genes
dibujadas donde puede verse a padres de distintas partes del mundo cogi�ndose a
sus hijas en diversas posiciones. Todas ellas son como de la edad de Diana, lo
cual estoy seguro le despertar� un secreto deseo por m�.
Pero...ag�rrate....tambi�n le dej� algo muy novedoso que quiz�s ella no conozca
en la realidad, pero que casi estoy seguro lo ha visto en fotos en la
Internet.... Es un jueguito de bolitas hechas especialmente para masturbarse
analmente, porque como te dar�s cuenta, no quiero que ella se meta nada por
delante antes que mi verga la desflore. Ahhh..se me olvidaba decirte algo
m�s....ayer comet� un error grav�simo, pues no estaba atento a la llegada de
Diana porque yo esperaba que actuara de otra forma..... pero la muy ladina se
fue directamente al estudio cuando regres� de la escuela, de modo que yo no tuve
tiempo de espiarle desde el jard�n del estudio. Pero te aseguro que eso no
volver� a suceder.....Ma�ana te contar� lo que ocurra.....adi�s.

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14 de mayo de 1985

Diario �ntimo:

Ahora te relatar� con todo detalle los sucesos de la tarde de
ayer. Como te dije, esta vez me prepar� de antemano y me escond� en el
jardincito del estudio desde la tarde. Y tuve suerte, porque de nuevo mi Dianita
querida y calientita se fue directamente all� cuando regres� de la escuela. Y
ahora si pude deleitarme ampliamente con el escenario que esperaba. Entr�, cerr�
la puerta por dentro y fue directamente hacia la mesita. Ya ni siquiera encendi�
el ordenador, la muy putita.....(bueno, el plan da resultados, no?..jajajaja). E
inmediatamente descubri� el libro que te dije. Pero tambi�n hall� la cajita en
la cual puso especial atenci�n. Vi incluso cuando ella volteaba como insegura
hacia la puerta para cerciorarse de que nadie pod�a verla. Una vez que se dio
cuenta de lo que conten�a la cajita, y sabedora tambi�n del contenido del
librito, que la puso colorada de su carita de inmediato, se subi� corriendo por
las escaleras con el libro y la cajita en sus manitas y se encerr� en su cuarto.
Hummmm...te confieso que todo esto es tan deliciosamente caliente y excitante
que me tiene en ascuas.....Me di el tiempo suficiente para subir a la planta
alta y ahora s�, acomodarme en el lugar que previamente hab�a preparado para
poder verla a mi antojo desde lo alto de la ventana de cristal de su dormitorio.
Esa parte que prepar� tiene una vista perfecta hasta su cama, lo cual fue
magn�fico. Dianita ni cuenta se da de que ahora puedo espiarla a mis anchas.
Lleg� desesperadamente ansiosa por la calentura que le despert� el libro y aquel
objeto del deseo. Se sent� en la cama y comenz� a hojear el libro de dibujos
incestuosos por largos minutos, y despu�s abri� la cajita y sac� el collarcito,
comenzando a acariciarlo con mucha suavidad y amor, lentamente, deliciosamente,
que hasta la boca se le puso seca. Aunque estoy seguro de que lo que no estaba
nada seco era el interior de su rajadita querida. As� estuvo ella haciendo todo
eso por varios minutos, y me di cuenta que regresaba una y otra vez las p�ginas
bebiendo con delicia y calentura aquellas im�genes del placer desconocido,
mientras yo me acariciaba la verga bien parada desde el privilegiado lugar donde
me encontraba viendo aquel estupendo espect�culo sin par. Pero lo mejor, querido
diario, vino despu�s, pues vi cuando mi hijita comenz� a desnudarse de una
manera que jam�s hab�a visto (nunca la hab�a visto desnuda hasta ahora), porque
lo hac�a con una pasi�n loca del deseo, con una agitaci�n y precipitaci�n
propias de una perrita embramada, ya que se quit� con rapidez desmedida su
blusita, su faldita corta, sus braguitas humedecidas de lechita, su sost�n que
aprisionaba aquellos globitos tan anhelados por m�, y quedando totalmente en
cueros, se tir� en un clavado a la cama tomando el libro con una mano y cogiendo
el collar de bolitas con la otra. Se recost� con movimientos felinos y agresivos
a todo lo largo del colch�n, e inmediatamente se meti� el collar a su boca para
poder humedecerlo con la poca saliva que le quedaba, y cuando lo sac�, lo
dirigi� con desenfrenado anhelo al punto de entrada de su culito, procediendo
con los dedos a empuj�rselo groseramente, presa de una ansiedad incre�ble, en
tanto yo ve�a como iba desapareciendo aquel serpent�n circular, ahora brillante
por la saliva, por el conducto de su anito virgen. Con otra mano procedi� a
hojear el librito regode�ndose a su antojo con aquellas preciosas im�genes de
incesto que ahora me daba cuenta, tanto le agradaban y le proporcionaban placer.
As� estuvo mi Dianita por horas y horas y horas deleit�ndose en sesiones de auto
placer sin compasi�n alguna, pues se ven�a en orgasmos intermitentes una y otra
vez; y despu�s de descansar algunos segundos, agitada su respiraci�n y gritando
como una loca, volv�a de nuevo a la carga con mayor violencia, vilviendose a
venir abundantemente mientras las bolitas del collar entraban y sal�an, una por
una, en el conducto de su culo, produci�ndole las sensaciones m�s profundas
jam�s sentidas por ella que se traduc�an en fenomenales e interminables
orgasmos, que a veces reten�a para prolongar el placer, pero a veces, aunque lo
intentaba, no pod�a, pues le ganaba la grandiosa brama de que era prisionera esa
noche.

Ya entrada la madrugada y habiendo disfrutado hasta lo
indecible y como nunca en su corta vida, Dianita se qued� quieta por fin
recostada boca arriba sobre su cama, y con los brazos hacia arriba, pudiendo yo
admirar desde mi escondrijo que ni sus axilas ni su chochito ten�an pelitos.
Aquella visi�n tan extraordinariamente caliente para m�, y tan esperada por
a�os, por fin me prodig� lo que tanto deseaba: ver a mi hija completamente
desnuda para confirmar con toda amplitud que era a�n m�s bella de lo que yo
hab�a imaginado durante tantas noches calientes de soledad en que me masturbaba
pensando en Diana. Al verla tendida y totalmente dormida, y siendo ahora yo
presa del m�s grandioso deseo de volver a masturbarme por en�sima vez, dej� mi
precioso escondite y me dirig� a la puerta de su cuarto. Pero me llev� una
sorpresa. La habitaci�n estaba cerrada por dentro. Ni modo...querido
diario...hab�a que tener paciencia....As� que me dirig� nuevamente al cuarto de
servicio a buscar con afanosa ansiedad las prendas �ntimas de mi hijita, y una
vez que tuve un bulto de pantaletitas olorosas, de brassieres sucios y de
blusitas y vestiditos sin mangas, di rienda suelta a mi m�s desenfrenada
lujuria, oliendo con un placer indescriptible aquella ropita interior de Dianita
que tanto me embramaba y finalmente, eyacul� sin pudor ni piedad sobre todo
aquel mont�n precioso de telas privadas de mi hija, embadurnando de leche cada
una de las partes prohibidas que tanta calentura me causaban. Por ahora es
todo....querido diario...pero esta historia a�n no ha terminado....abur.

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CONTINUARA.......

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