Valeria estaba muy orgullosa de si misma, ah� estaba una
mujer de 60 a�os, que era madre, abuela y con un cuerpo que la hacia parecer una
mujer de mucho menos edad.

Ten�a piernas gruesas y largas, amplias caderas y redondos
senos coronados por grandes y rosados pezones. Sus pechos eran colosales y no
estaban ca�dos aun se manten�an firmes, sus pechos eran mas atractivos que los
de muchas chicas de la mitad de su edad.

Su cabello era largo abajo del cuello, liso y entrecano, su
nariz respingada, sus dientes blancos y perfectos. Algunas arrugas alrededor de
sus ojos y labios eran el �nico indicio que delataba su edad.

Valeria era viuda desde hacia algunos a�os, y se hab�a
preocupado por mantenerse sana y en forma, aun a su edad practicaba mucho
ejercicio que la hacia lucir realmente muy bien.

Para su cumplea�os numero sesenta, su hija, le hab�a regalado
un conjunto rosa para que hiciese ejercicio, con una dedicatoria que dec�a "Para
la madre m�s atractiva"

Tan pronto como Valeria abri� el regalo, entro al cuarto de
ba�o para prob�rselo, apenas se lo puso salio del cuarto para mostr�rselo a la
familia.

La familia completa se sorprendi�, mirando como Valeria sal�a
mostrando un perfecto cuerpo marcado tras la ajustada prenda, todos en realidad
admiraban la forma en que se manten�a la madura mujer.

En cuanto Valerio salio, su yerno Franco fue el mas
sorprendido, mirando fijamente el magnifico cuerpo de su suegra, contemplando
las atractivas y torneadas piernas y sus enormes tetas balance�ndose mientras
regresaba al cuarto de ba�o, sintiendo como su verga empezaba a despertar dentro
de su ropa interior.

En ese momento deseo saltar sobre ella, pero sabia que por
mas que lo deseara no pod�a, estaba casado con Miriam la hija de Valeria, su
esposa nunca le perdonar�a una traici�n y menos de ese tipo.

Franco no pod�a creer cuan hermosa y deseable era su suegra,
adem�s le excitaba mucho el gran tama�o de sus tetas, muchas veces hab�a
fantaseado con la madura mujer mientras ella se encontraba de visita en su casa.

Poco tiempo despu�s Valeria salio de nuevo del cuarto de ba�o
vistiendo un hermoso y ajustado vestido que marcaba muy bien sus formas.

Decidieron salir a cenar todos para celebrar el cumplea�os de
la se�ora. "Muero de hambre", fueron sus palabras mientras sal�an a cenar.

Cuando llegaron al restaurante Miriam durante la cena le
hablo a su madre, "Sabe mama, mi padre ya hace varios a�os muri�, deber�a tratar
de encontrar otro hombre para usted, por mi no tengo inconveniente en que lo
haga"

"Oh no se preocupe por eso hija, lo que tiene que pasar
pasara y si me conviene encontrar otro hombre ya llegara"

La vida de Valeria nunca era aburrida. En verdad era una
mujer muy alegre y deb�a admitirlo en el fondo bastante liberal, desde que su
marido hab�a muerto se hab�a sentido muy sola pero despu�s se hab�a recuperado y
tenia una vida bastante llena de energ�a y entusiasmo. Hab�a comprado una
peque�a casa en una solitaria zona junto a una playa, rodeaba de un frondoso
bosque.

Y es que adoraba ir a la playa, desnudarse completamente y
sentir la sensaci�n de completa libertad sobre su cuerpo tendida en la arena.

Muchas veces Valeria le hab�a comentado a su hija, la
sensaci�n tan satisfactoria y plena de estar sola en aquel lugar, su hija no
hab�a estado de acuerdo en aquello, le hab�a dicho que le parec�a un poco
atrevido y riesgoso hacer ese tipo de cosas.

Y hab�a sido durante una de esas conversaciones que Franco
hab�a escuchado lo que le gustaba hacer a su suegra en su casa de playa, fue por
eso que aquella ma�ana de s�bado dijo a su esposa que tenia que hacer trabajos
pendientes en la oficina y salio de su casa a cumplir con sus tareas.

Mientras conduc�a en direcci�n a la zona donde se encontraba
la solitaria casa de su suegra la idea de poder encontrar a su suegra desnuda en
la playa lo emocionaba mucho, sent�a como su verga empezaba a crecer dentro de
su pantal�n.

Aquella ma�ana, Valeria salio de su casa completamente
desnuda llevando consigo solamente una toalla para acostarse sobre la arena.
Adoraba aquella playa solitaria que tenia solamente para ella, estar desnuda
all� era magnifico.

Encontr� un buen lugar en la playa, extendi� su toalla y
corri� hacia el agua quer�a refrescarse un poco.

Valeria estuvo en el agua durante unos minutos cuando ella
vio una persona que sal�a del bosque y entraba en la playa.

Era su yerno Franco, que caminaba desnudo hacia la playa
tambi�n y se sentaba a algunos metros de donde ella hab�a dejado su toalla, por
un momento Valeria se sinti� muy confundida, que estaba haciendo ah� su yerno,
adem�s desnudo?, que se propon�a?, lo miro extender una toalla en la arena y
acostarse sobre ella.

Lentamente Valeria salio del agua, en espera de que su yerno
le diera una explicaci�n, si El se dio cuenta de que estaba all� o no era cosa
que en ese momento no pod�a saber, su yerno estaba usando unas gafas oscuras de
sol que cubr�an sus ojos y este no dio ning�n indicio de saludarle.

Valeria se desilusiono, as� que llegando hasta su toalla se
acost� boca abajo, que clase de juego estaba jugando su yerno, fuese el que
fuese ella no se iba a intimidar. Giro su cabeza discretamente mirando hacia su
yerno, deb�a reconocer que aquel joven hombre tenia un cuerpo muy atractivo, era
alto, de m�sculos definidos y proporcionados. Valeria reconoci� que en alguna
oportunidad durante sus noches de soledad y ardor, hab�a fantaseado con hacerle
el amor al esposo de su hija, siempre lo considero un hombre muy viril.

Valeria empez� a sentir una h�meda sensaci�n entre sus
piernas, mientras lo miraba, su yerno parec�a estar durmiendo, que estaba
haciendo all� su yerno?, porque aquel hombre de 32 a�os, esposo de su hija hab�a
venido hasta all� desnudo y simplemente se hab�a acostado en la playa?. Acaso El
querr�a seducirla.

Valeria lo recorri� despacio con su vista, sabia que su yerno
tambi�n hacia mucho deporte, as� lo demostraba su cuerpo, un pecho fuerte, sus
brazos eran inmensos, un abdomen duro y marcado, Oh! Gimi� suavemente cuando su
vista llego hasta el pene de su yerno, era inmenso!, aunque estaba fl�cido deb�a
medir por lo menos 8 pulgadas.

Valerio mordi� su labio inferior de deseo, el pene de su
marido media apenas 6 pulgadas y ahora ve�a el de su yerno que en estado de
reposo era ya mas grande que el de su difunto esposo. Ella nunca hab�a visto un
pene tan grande como ese antes.

Quiso llevar su mano hasta su vagina y masturbarse ante
aquella visi�n, pero reprimi� sus deseos, eso era una cosa que aun la
avergonzaba mas teniendo cerca de su yerno. As� que sujeto su bronceador, seria
una forma discreta de acariciarse pretendiendo broncearse.

La sustancia cremosa rezumo en su mano, empez� a aplicarlo
sobre sus piernas. Sent�a la resbaladiza sustancia refrescarla pero una vez mas
sus ojos vagaron hasta el pene de su yerno, ella no se masturbaba pero aquella
caricia era casi tan placentera.

Puso un poco mas de loci�n en su mano y lo aplico sobre sus
muslos, esto era insoportable, pens� al sentir las sensaciones que provocaba su
mano sobre sus piernas y que llegaban como un hormigueo hasta su vagina. La
suave piel de su muslo se sent�a maravillosa, no pudo resistirse y frotando su
mano mas arriba cerca de su vagina un dedo rozo su cl�toris.

Su cuerpo se estremeci� mientras ella acariciaba su cl�toris
fuertemente, lo �nico en lo que pod�a pensar era en aquella enorme verga que
tenia su yerno, repentinamente ella se dio cuenta de que aquella verga empezaba
a crecer.

Valeria se fascino, la verga de su yerno continuaba creciendo
y haci�ndose mas gruesa, empez� a subir sobre el vientre de este y continuaba
creciendo. Deteni�ndose arriba de su ombligo, finalmente estaba completamente
erguido, era gigantesco!

Valeria sigui� frotando su cl�toris, estaba demasiado
excitada para preguntarse porque el pene de su yerno se hab�a levantado.

Levantando su vista Valeria miro hacia la cara de su yerno,
d�ndose cuenta de que El tambi�n la miraba y que pod�a ver lo que ella estaba
haciendo, se sinti� avergonzada pero no pod�a quitar sus ojos de El.

Su yerno sonri� y sujeto su enorme verga con la mano,
lentamente lo comenz� a frotar arriba y abajo. La verg�enza de Valeria disminuyo
y fue reemplazada por sentimientos de lujuria y deseo, ella quer�a
desesperadamente ver su punto culminante.

Ella se giro quedando boca arriba tambi�n, y continuo
acariciando su vagina mientras miraba intensamente como su yerno continuaba
acariciando su verga con la mano.

Franco le volvi� a sonre�r y esta vez su suegra le respondi�
con una peque�a sonrisa, incr�dula ante lo que hacia. Ah� estaban suegra y yerno
masturb�ndose el uno por el otro desnudos en la playa.

Fue incre�ble cuando Valeria sinti� como su cuerpo llegaba al
orgasmo, levanto su pelvis empujando su dedo profundo dentro de su vagina,
fuertes ondas de placer estremecieron su cuerpo completamente. Dejo escapar un
fuerte gemido de placer cuando las sensaciones empezaron a desaparecer, su
respiraci�n volvi� a ser regular otra vez, hab�a sido uno de los orgasmos m�s
intensos que jam�s hab�a tenido.

Miro a su yerno, este se chupaba los labios y le sonre�a
mostrando su blanca dentadura, sus ojos nuevamente descendieron hacia el
monstruoso pene de su yerno cuando este lo solt� de su mano, vio como se
levantaba y caminaba hacia ella a trav�s de la playa.

Valeria estaba asombrada, era obvio que su yerno caminaba
hacia ella porque pensaba cogersela, pero de ninguna manera pod�a dejar que eso
sucediera, a pesar de todo, era su suegra, la madre de su esposa, deb�a mantener
el poco respeto que aun quedaba entre ellos. R�pidamente se incorporo para
retirarse de ah�, pero sus ojos estaban fijos en el enorme pene de su yerno que
se meci� arriba y abajo con cada paso que este daba.

Empez� a caminar para retirarse de ah�, pero era demasiado
tarde, su yerno la apret� fuertemente entre sus poderosos brazos.

"A donde cree que va se�ora?" El sonri�.

"Acaso cree que una mujer tan hermosa y voluptuosa como usted
suegra, puede excitar tanto a un hombre como yo y despu�s salir y dejarme as�?,
continuo hablando Franco.

"Por favor!" Suplico Valeria mientras sent�a la enorme y dura
verga de su yerno frotando contra su suave vientre.

"As� que esta arrepentida se�ora?, tendr� que cogermela
realmente muy bien porque usted en verdad me excita mucho, desde hace bastante
tiempo se�ora, no sabe cuanto la he deseado" le dijo su yerno lujuriosamente.

Su yerno entonces giro a Valeria y la acost� sobre la toalla
boca abajo, una mano sujeto su cabeza contra la toalla mientras la otra la
sujetaba por la espalda para que no se levantara, parec�a que se la iba a coger
por detr�s.

Valeria trato desesperadamente de cerrar las piernas, pero su
yerno puso las suyas entre las de ella y las abri� f�cilmente.

"Por favor no lo haga!" mendigo ella pero no obtuvo
respuesta.

Valeria sinti� la enorme y dura verga de su yerno deslizarse
entre sus nalgas y empujar contra la entrada de su vagina, de un fuerte empuj�n
sinti� como este la penetraba profundamente, abri�ndose paso en su estrecho
interior, Valeria sinti� que su yerno la hab�a penetrado tan profundamente como
nunca lo hab�a hecho su marido. Empez� a preguntarse si seria capaz de soportar
todo aquel enorme miembro dentro de su vagina sin que le hiciese este da�o.

Cada empuje de su yerno, era una fuerte penetraci�n que
ingresaba cada vez mas adentro y mas profundo dentro de su apretada raja,
repentinamente pudo sentir como las pelotas de este golpeaban contra su
cl�toris. Su yerno la hab�a penetrado completamente y ella se sinti� orgullosa
de esto.

El la penetraba cada vez mas r�pido y fuerte, deslizando su
verga dentro y fuera de su raja, ella sabia que estaba completamente lubricada y
excitada, lo que hab�a mas excitante y placentera la experiencia. El dolor
inicial que hab�a sentido cuando el grueso y enorme pene hab�a estirado las
paredes de su vagina hab�a pasado y era reemplazado por un intenso y profundo
placer.

Valeria pod�a decir que ella no lo disfrutaba pero su cuerpo
la traicionaba, suplicando seguir disfrutando de aquellas intensas sensaciones
que cada vez crec�an mas mientras su yerno la penetraba, pronto su cuerpo se
rindi�, empez� a mover sus caderas de forma r�tmica acopl�ndose a los empujes de
su yerno. Franco sab�a que su suegra era toda suya ahora.

Valeria sinti� como las ondas de placer se hac�an mas
intensas con cada empuje, la �nica cosa que quer�a era que su yerno siguiera
cogiendosela como lo estaba haciendo. Gem�a fuertemente mientras empezaba a
sentir como llegaba otro orgasmo.

El sexo al que la hab�a "forzado" su yerno era lo mejor de su
vida, llego al cl�max pero estaba vez su orgasmo fue mas fuerte e intenso que el
primero, mientras convulsionaba su yerno la mantuvo apretada por las caderas
controlando sus convulsiones.

Cuando Valeria termino su orgasmo, su yerno empez� a bombear
una vez mas pero aun mas r�pido, su marido nunca se la hab�a cogido tan fuerte,
adoraba sentir como lo hacia su yerno, ondas de placer volvieron a recorrer su
cuerpo entero, una vez mas estallo en un poderoso orgasmo. Pero esta vez su
yerno no detuvo sus empuje, la penetraba hasta alcanzar su propio orgasmo,
Valeria no lo pod�a creer que estuviera al borde de otro orgasmo, "OH si cogeme
as� ahhh, estoy terminando otra vez ahhh!" Nunca hab�a experimentado m�ltiples
orgasmos como los estaba teniendo, su marido apenas y le daba uno. Sent�a
desfallecer con todo lo que estaba sintiendo.

"Bastardo!" pens� mientras ve�a como su yerno re�a sobre
ella. Sus empujes eran fuertes y r�pidos, pod�a sentir como el pene de este se
deslizaba profundo dentro de ella.

"LE gusta lo que le estoy haciendo suegra o acaso le molesta?
Hablo Franco a su suegra, escuch�ndola gemir bajo El.

"Cont�steme ahora o dejare de cogermela!" agrego Franco

"NO!" gimi� Valeria

"No que?" contesto su yerno

"NO se detenga, por favor!" gimi� Valeria

"Porque no? Pregunto ir�nicamente Franco

"Oh porque adoro sentir su enorme y gordo pene dentro de mi
raja, realmente me llena completamente" gimi� excitada su suegra.

Repentinamente Valeria sinti� como su yerno empujaba aun m�s
fuerte y profundo su enorme pene dentro de su raja, y como este empez� a
disparar abundantes cantidades de semen dentro de esta, esto la hizo alcanzar
otro orgasmo, las bolas de Franco se vaciaron llenando la caliente raja de su
suegra con su espeso esperma.

"Oh si si as� ahhh si ll�neme con su leche yerno, h�game
feliz ahhh, d�le a su suegra lo que tanto necesita" gimi� Valeria

Sus cuerpos estaban envueltos por el m�ximo placer que ambos
estaban recibiendo, sus gemidos eran aun mas fuertes, despu�s de disfrutar ambos
de sus respectivos e intensos orgasmos permanecieron sobre la arena de la playa
abrazados, Valeria pens� en lo afortunada que era, ahora tendr�a junto a si, el
vigor y la virilidad de su joven yerno para disfrutar juntos de los placeres de
sus cuerpos y de la tranquilidad de su hermosa playa.

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