Las vacaciones del pasado a�o fueron distintas. Mi mujer,
Luisa, y yo fuimos a una de las islas Baleares, no dir� cual por motivos obvios,
para pasar unos d�as de descanso y relax. La intenci�n era ir a descansar
despu�s de un duro a�o de trabajo, como todo el mundo. Llegamos a la isla y nos
trasladamos al hotel, todo maravilloso, conocimos las instalaciones, nos dimos
un ba�o en la piscina y a cenar.

Durante la cena conocimos a una pareja de Madrid, Juan y
Bel�n, entablamos conversaci�n y despu�s de cenar nos tomamos una copa los
cuatro en el pub del hotel, ellos llevaban ya unos d�as all� y nos dieron una
serie de consejos. El m�s interesante de todos fue el que estaba relacionado con
la playa, parece ser que la playa estaba abarrotada todo el d�a y que ellos
hab�an alquilado un coche y se iban a otra cuyo acceso era complicado, hab�a que
ir en coche por un camino de tierra, aparcar y andar casi 1 Km. Nos invitaron a
conocerla, nosotros aceptamos.

Cuando est�bamos a punto de despedirnos aparecieron dos
chicas j�venes, sus hijas, nos las presentaron, 18 y 20 a�os, Mar�a y Bego�a se
llamaban. Despu�s de desayunar nos encontramos con ellos en la puerta del hotel,
les pregunto que c�mo vamos a ir los seis en un coche, - No importa - contesta
Juan - nosotros dos vamos delante y las mujeres que vayan detr�s con las chicas.
Insisto un poco para quedar bien y al final todos montamos en el coche, nosotros
c�modamente sentados delante y ellas 4 detr�s.

Despu�s de unos 20 minutos llegamos a un camino de tierra,
tragamos bastante polvo, el coche no tiene aire acondicionado. Por fin llegamos,
aparcamos y nos dirigimos a la playa. Despu�s de andar un buen trozo, tenemos
que bajar por unas rocas, por fin vemos la playa, realmente es espectacular, una
peque�a cala en la que no hay nadie. Realmente merece la pena. Llegamos y
despu�s de los apretones del coche y de la caminata estamos todos locos por
darnos un ba�o, nos quitamos la ropa y........... empieza el espect�culo. Bel�n,
la mujer de Juan, se queda con un bikini que deja ver la majestuosidad de sus
tetas, sin duda espectaculares, grandes y bien puestas. No debe tener m�s de 40
a�os, por lo que tuvo a sus hijas muy joven. Se conserva bien, tiene un buen
culo.

Miro con discreci�n. Mar�a, la m�s joven, espectacular, no
muy agraciada de cara pero tiene un cuerpo de bandera, delgada, sus tetas son
normales, pero sin ninguna duda deben estar duras, se le marcan los pezones en
el bikini. Las piernas muy largas que terminan en un culito resping�n. Bego�a,
la mayor, tetas entre su hermana y su madre, m�s guapa de cara que su hermana y
un cuerpo tambi�n delicioso. Sorpresa, lleva un tanga que hace que mi mirada se
pierda en su culo, espectacular. Siguen las sorpresas, Juan tambi�n lleva un
tanga, se conserva en forma, no hay duda, tiene muy cuidados los abdominales y
se nota que hace bastante deporte.

Luisa y yo nos miramos y nos cruzamos una sonrisa c�mplice,
yo me quedo con mi ba�ador tipo pantal�n, parezco rid�culo, todo el mundo
ense�ando lo que puede y yo parece que voy con una coraza, mi mujer por lo menos
si ha tra�do un bikini. Nos ba��bamos todos, el agua est� riqu�sima, los t�picos
juegos y nos salimos Juan y yo para montar las sombrillas y poner a la sombra
las cervezas. Seg�n estamos montando las sombrillas se acerca Bel�n, el agua
hace que sus pezones se marquen claramente en su bikini, no me pierdo detalle,
aunque eso s�, con disimulo. Se tumba al sol boca abajo y le pide a su marido
que le ponga crema. Juan se sienta a su lado y lo primero que hace es
desabrocharle el bikini, todo normal, le unta crema por las piernas, la espalda
y al llegar a su culito, Bel�n se mete el ba�ador y lo deja tipo tanga, desde mi
posici�n se la ve como si estuviera desnuda, solo una peque�a tira del bikini
queda a mi vista.

A continuaci�n llegan Mar�a y Bego�a acompa�adas de mi mujer,
ellas dos extienden sus miradas y mirando a Luisa le preguntan: - �Te importa
si............? - S�, claro adelante -contesta Luisa-. Simult�neamente se
despojan de la parte de arriba de sus bikinis, veo sus tetas al natural, no me
he equivocado en mi primer juicio, bueno s�, las tetas de Mar�a, son
alucinantes, miran hacia arriba, desafiantes, como dos pitones. Mi mujer me mira
y asiento con la cabeza, habitualmente Luisa no suele hacer topless, pero en
esta playa aislada y dada la situaci�n se quita la parte de arriba. Me fijo en
Juan y �l tampoco se pierde el espect�culo. Las contempla con total normalidad,
no disimula, y yo hago lo mismo con sus hijas, claro. Juan me mira y me sonr�e.
Aquella situaci�n estaba poni�ndose muy interesante, abrimos dos cervezas y nos
ponemos a hablar de cosas triviales, eso s�, no nos alejamos mucho de las
mujeres, el espect�culo es digno de ser contemplado. Mientras nos tomamos las
cervezas, Bego�a se da media vuelta y nos muestra sus grandes tetas. Me quedo
callado contemplando aquella maravilla.

Seg�n va pasando la ma�ana las mujeres cambian de posici�n,
limpian la arena de las toallas poni�ndose de rodillas y ense��ndonos sus
culitos, se ponen crema unas a las otras y de vez en cuando se dan un ba�o.
Realmente me estoy excitando, Juan me dice que nos demos un ba�o, nos quedamos
los dos en el agua un rato y vemos que las mujeres para darse un ba�o con
nosotros, seg�n vienen andando hacia la playa vemos sus tetas moverse arriba y
abajo. Nos ba��bamos todos un rato, diciendo lo bien que est� el agua y mi
mirada se pierde en los pezones de la mujer y las hijas de Juan, est�n erectos
del agua, y yo estoy como una moto, me he empalmado. No puedo remediarlo, me
alejo un poco a nadar para que no se note, aunque con mi ba�ador es seguro que
no se dar�n cuenta. Se salen del agua y yo ya en estado normal tambi�n me salgo.
Entre tanto llega la hora de comer, sacamos unos bocatas y hacemos un c�rculo,
las chicas no se cubren y se comen los bocatas en topless, no s� donde mirar, en
todos los sitios donde pongo los ojos hay un par de tetas mir�ndome.

Hasta noto como mi mujer se encuentra muy a gusto disfrutando
del d�a. Nos tumbamos para echar una siesta, yo no puedo dormir, veo como Juan y
Bel�n se abrazan en el suelo y empiezan a re�r. Juan me da la espalda y Bel�n
queda enfrente de mi, mi mujer se encuentra mi lado, pero creo que esta dormida.
Mar�a y Bego�a se han ido a andar por la orilla. Despu�s de un rato, noto
movimientos raros entre Juan y Bel�n, yo dir�a que Bel�n le est� haciendo una
paja a Juan, sin duda, el movimiento de su brazo la delata. Bel�n pasa una
pierna por encima de Juan y este cambia de posici�n su brazo, estir�ndolo hasta
llegar a su entrepierna, no lo veo bien, pero todo indica que se est�n
masturbando mutuamente. Levanto un poco la cabeza y en ese momento los ojos de
Bel�n se clavan en los m�os.

Ni ella ni yo nos cortamos, nos quedamos mirando, mientras
ella continua con el movimiento de su brazo, de vez en cuando cierra los ojos,
el trabajo de Juan en su co�ito parece que surte efecto. No seguimos mirando y
ella me sonr�e, sabe que lo s�. Despu�s de unos minutos, ella acelera el ritmo
de su brazo y cierra sus ojos durante un momento m�s largo, apoya la cabeza en
el hombro de Juan, creo que se han corrido los dos. El resto de la tarde
transcurre con normalidad excepto en mi mente, ya que no logro borrar las
im�genes de Juan y Bel�n durante la siesta. En un momento en el que nos quedamos
solos Luisa y yo me dice: - �Te ha gustado? Me quedo helado sin saber que decir,
sonr�e y se va a darse un ba�o. Cuando cae la noche desmontamos el chiringuito y
vuelta al coche, en el camino de vuelta no dejo de pensar en lo sucedido.

Al llegar al hotel Luisa se va con las mujeres a su
habitaci�n para no s� que rollo de unas cremas maravillosas. Yo me quedo con
Juan tomando una cerveza, al rato viene Luisa y nos vamos a la habitaci�n. Al
entrar en la habitaci�n me dice Luisa: - He visto a las chicas desnudas en su
habitaci�n.......... - �Y? - Bueno, pues que no tienen marcas - �Marcas? - S�,
hombre, que toman el sol completamente desnudas, y yo he pensado que
quiz�s...... - �Qu�? - Pues, que si no te importa, me han dicho que ma�ana
tomemos el sol las cuatro desnudas. Hoy no lo han hecho porque est�bamos
nosotros. Me quedo sorprendido, mi mujer me propone tomar el sol desnuda, en
principio no me gusta, pero poder disfrutar de esas cuatro bellezas en pelotas
no me lo puedo perder. Le digo que s�, pero no muestro mucho entusiasmo. Mi
polla en cambio s� est� contenta. Esa noche Luisa recibe una buena dosis de
sexo, aunque ella tambi�n se muestra muy excitada.

SEGUNDO DIA

Esta vez me toca ir detr�s porque mi mujer se marea, me
siento en un lado, en el centro va Mar�a y Bego�a en el otro lado. Bel�n va
sentada encima de Mar�a, a mi lado. Durante el viaje Bel�n se va acomodando y al
final acaba sentada encima de mis piernas, no lo puedo evitar y una erecci�n me
sorprende en aquella situaci�n. Estoy seguro de que se va a dar cuenta, y creo
que lo hace, porque sigue acomodando su posici�n y no tengo la m�s m�nima duda
que en su culito siente aquella presi�n. Llegamos y despu�s del ba�o de
bienvenida sucede lo que ten�a que suceder, las chicas ponen las toallas en el
suelo y se empiezan a desnudar, no pierdo detalle. Primero Mar�a, se quita la
parte de arriba y se tumba, una vez en el suelo se quita el resto, no lo veo
bien, pero ya tendr� la oportunidad. Ahora Bego�a, es menos recatada, primero la
parte de arriba y el tanga se lo quita de pie, espectacular, tiene el co�ito
perfectamente recortado y cuidado.

Ahora las se�oras, primero Bel�n, se lo quita de pie como su
hija y antes de tumbarse me mira a los ojos, no se corta. Veo que tambi�n lo
tiene recortadito. Mi mujer duda un poco, me mira a m�, como buscando mi
consentimiento y luego mira hacia la posici�n de Juan, esta como yo, esperando
el show. Mi mujer se lo quita y con una sonrisa en su cara se recoge el pelo y
se gira, nos ofrece un bonito espect�culo de su cuerpo por delante y por detr�s,
jam�s hubiera imaginado que hiciera eso. Juan y yo nos miramos, se acerca y me
dice: - Vaya pedazo de mujer que tienes - Bueno, tu no te quejaras, tienes tres
bellezas en casa. - S�, pero dos son mis hijas, s�lo tengo derecho a una -se
r�e-. La conversaci�n sigue en un tono jocoso, hasta que Bel�n propone pasar el
rato jugando a las cartas.

Nos ponemos de acuerdo y formamos un c�rculo, las mujeres
siguen desnudas, el espect�culo es total. Sobre todo cuando Mar�a de rodillas se
gira, nos ofrece su culito y se agacha para limpiar la toalla de arena. La
visi�n es impactante, veo con total claridad su agujero trasero y los labios
vaginales. Empezamos a jugar cuando Bel�n comenta en voz alta: - Bueno, creo que
ya est� bien, nosotras estamos aqu� desnudas y vosotros ah�, sin ense�ar nada.
Siempre igual... - Eso tiene soluci�n -Contesta Juan- Se levanta y se quita el
tanga, su polla est� morcillona, en estado de semierecci�n.

Mi mujer no pierde ojo, fija su mirada en aquel miembro, que
por cierto, parece que en erecci�n debe tener un tama�o considerable, mayor que
el m�o. Se sienta. Todo el mundo gira su cabeza hacia mi y Juan me dice: -
Bueno, a qu� esperas. Dudo qu� hacer, mi polla est� completamente erecta, pero
parece que no hay otro remedio. Me pongo de pie y me quito el ba�ador. Se oye un
silbido, es Bel�n, que despu�s de silbar dice: - Oye, y todo eso que tienes ah�
es por nosotras. -Le da un codazo a mi mujer-.

Vaya polla que tiene tu marido. Pues no creas que el m�o la
tiene mas peque�a. Vamos cari�o ens��anos como la tienes t�. Bel�n agarra la
polla de Juan y empieza a masturbarle, buscando una erecci�n que no tarda en
producirse. No lo puedo creer, estoy alucinado y mi polla cada vez m�s dura,
parece que va a reventar. Mi mujer entonces decide imitar a Bel�n, se acerca
donde estoy yo y empieza a tocarme para aumentar mi erecci�n. Mar�a y Bego�a se
r�en y animan a su padre: -Vamos pap�, demu�strale que la tuya es mayor.

Despu�s de un par de minutos Luisa decide que hay que
medirlas y proclama en voz alta: - La polla de Juan es mas larga que la tu
marido, pero reconozco que la de tu marido es m�s gorda. Y seg�n acaba de decir
esto me agarra con una mano mi polla mientras que con la otra sigue agarrando la
de Juan. Tras decir esto le dice a mi mujer: - Venga Luisa comp�ralas. Luisa me
mira, buscando mi aprobaci�n y desde luego que la tiene. Agarra ambas pollas con
sus manos y confirma la opini�n de Bel�n.

Veo como mientras mi polla simplemente la tiene agarrada, con
la de Juan empieza a jugar, retira la piel hacia atr�s todo lo que puede y a
continuaci�n vuelve a subirla. Luisa parece salir del trance en el que se
encuentra y se da cuenta de hasta donde est� llegando. Suelta ambas pollas y
dice: - Bueno ya est� bien, seguimos con la partida. Y seguimos con la partida,
pero en el ambiente se nota que algo ha cambiado. Nuestras pollas siguen erectas
y la excitaci�n puede m�s que la raz�n. Bel�n agarra la polla de su marido y
agach�ndose se la introduce en la boca. Empieza a mam�rsela delante de todos.
Mar�a y Bego�a se levantan y sin decir nada se van. Luisa me agarra la polla y
empieza a masturbarme, mientras los dos miramos la mamada que Bel�n le est�
haciendo a Juan.

Empiezo a tocar el co�ito a mi mujer, esta mojada, ella se
agacha empieza a mam�rmela tambi�n. Mientras me la chupa no pierdo ojo de la
mamada que Bel�n le hace a Juan, miro a Juan y �l est� haciendo lo mismo, no
pierde ojo de la mamada que me est� haciendo Luisa. Juan coge a Bel�n por los
hombros y la tumba boca arriba, se tumba encima y se la clava, Bel�n suelta un
peque�o grito de placer. Luisa al o�rlo deja de chup�rmela y se tumba tambi�n
boca arriba. Me pongo encima de ella y de un fuerte empuj�n se la meto. Mientras
Juan se folla a su mujer mira como yo hago lo mismo con la m�a, yo tampoco
pierdo detalle de su follada, veo como su polla taladra el co�o de su mujer, que
no deja de gemir de placer. Luisa en cambio est� callada, no dice nada.

Mientras sigo foll�ndola veo como Bel�n agarra una mano de
Luisa y esta responde apretando con fuerza. No aguanto m�s y me voy a correr,
aumento las embestidas y noto como el co�ito de mi mujer se contrae contra mi
polla, s�ntoma de que ella tambi�n se est� corriendo. Mi mujer acompa�a su
corrida con unos gemidos de placer y llegamos al final cuando acabamos. Luisa
sigue agarrando la mano de Bel�n y esta aumenta sus gritos, se est� corriendo.
Juan sigue embisti�ndola y acaba dentro de ella. Nos quedamos los cuatro
tumbados sin decir nada. Bel�n rompe el silencio y dice que se va a dar un ba�o,
Luisa la acompa�a. Juan me dice: - Vaya, no ha estado mal. �Alguna vez hab�ais
follado en presencia de alguien? - No, nunca...- Pues no os hab�is cortado para
ser la primera vez.

Nosotros hemos tenido alguna experiencia m�s, ya te contar�.
�nos ba�amos? Asiento con la cabeza y nos vamos a dar un ba�o. Durante el viaje
de vuelta, nos cruzamos pocas palabras, parec�a como si cada uno de nosotros
fuera pensando en lo sucedido por la ma�ana. Mi mente esta confusa, por un lado
me ha encantado, pero he visto como Luisa se excitaba demasiado, jam�s la hab�a
visto as�. En la habitaci�n hablamos Luisa y yo sobre si deb�amos ir el d�a
siguiente a la playa con nuestros amigos, ella simplemente me dijo: - �Y por qu�
no debemos ir? �No te ha gustado lo que ha pasado hoy? Me acuesto pensando que
despu�s de estas vacaciones nada sea igual.

TERCER DIA

Llegamos a playa, y esta vez en vez de ba�arnos y
desnudarnos, lo hacemos al rev�s, primero nos desnudamos y nos vamos a tomar un
ba�o. Ya estoy m�s acostumbrado a verlas desnudas y mi polla esta relajada, en
su posici�n normal. Cuando nos sentamos en las toallas Bel�n se sienta al lado
de su marido y sin decir nada empieza a tocarle la polla, �sta reacciona y de
nueva esta erecta, despu�s de unos minutos de caricias Bel�n se incorpora sobre
la polla de Juan y se la mete en la boca. Ya estamos otra vez liados. Mi polla
tambi�n ha respondido, y ahora Luisa es la que me la est� meneando. Bel�n se
tumba en la toalla y le pide a Juan que le coma el co�o. Juan no lo duda e
introduce su cabeza entre las piernas de Luisa, ella de vez en cuando incorpora
su cabeza y me mira a los ojos mientras su marido sigue con la faena. Luisa se
da cuenta del cambio y decide que yo haga lo mismo, se tumba al lado de Bel�n.

Yo comienzo a jugar con mi lengua con su co�o y empiezo a o�r
los jadeos de las dos mujeres. Despu�s de unos segundos dejo de o�r sus jadeos y
levanto la mirada, me quedo asombrado, Bel�n y Luisa han juntado sus bocas y se
est�n besando y acariciando las tetas la una a la otra. Me quedo quieto y Luisa
simplemente me agarra por la cabeza con una de sus manos y dice: - Sigue, no
pares... Vuelvo a lo m�o pero no pierdo detalle de lo que ocurre entre ellas
dos, Bel�n ahora le esta mordisqueando los pezones a mi mujer, primero el
derecho y luego el izquierdo, no lo puedo creer. En lo que no me he fijado es
que Mar�a y Bego�a esta vez no se han ido, se han retirado un poco pero est�n
atentas a lo que sucede. Ahora se cambian y es Luisa, mi mujer, la que le est�
lamiendo y acariciando las tetas a Bel�n. Tanto Juan como yo seguimos en nuestra
labor, nunca hab�a vista a mi mujer tan excitada, no para de fluir liquido de su
co�ito. Una mano de Bel�n llega hasta el co�ito de mi mujer, primero introduce
un dedo en boca, se lo chupo y luego ella se pone a jugar con el cl�toris de mi
mujer.

No lo puedo creer, aquello se puede convertir en una
aut�ntica org�a, pero no acaba todo ah�. Ahora es mi mujer la que empieza a
masajear el co�ito de Bel�n, Juan y yo nos apartamos, parece que ahora no es
nuestro turno. Bel�n se incorpora y de un r�pido movimiento encaja sus piernas
contra las de Luisa, sus co�itos quedan pegados y Bel�n empieza a mover sus
caderas, sus co�itos est�n juntos, roz�ndose el uno contra el otro, no dejan de
gemir. Entonces ocurre algo que todav�a me deja m�s sorprendido, Juan se agacha
y se introduce mi polla en su boca, no lo puedo creer, en un primer momento
intento rechazarlo, pero �l me agarra firmemente y despu�s de unos segundos
desisto de mi intento, lo hace muy bien, me tumbo en la toalla y me dejo llevar.

No distingo la diferencia entre sus mamadas y las de Luisa.
Instintivamente acerco mi mano a sus genitales, creo que lo voy a hacer, tengo
que devolverle el enorme placer que me est� proporcionando. Le agarro la polla,
es la primera ver que agarro una distinta a la m�a, se la empiezo a menear. Me
incorporo un poco y veo a Luisa y Bel�n en un perfecto 69, no puedo m�s, empiezo
a correrme, suelto toda mi leche en la boca de Juan, sin avisarle, �l no se
inmuta, la recibe y se la traga toda. Sigo con mi mano en su polla erecta, me
decido y empiezo a chup�rsela, noto su sabor, es agradable, no me disgusta. Juan
apoya su mano en mi cabeza y va guiando mis movimientos torpes, pero voy poco a
poco voy aprendiendo. Mientras se la chupo oigo a Bel�n y Luisa ponerse a
nuestro lado. Bel�n le dice a Luisa: - No conoc�a esta faceta de tu marido, lo
hace muy bien. - Yo tampoco -contesta Luisa-, pero veo que ha aprendido r�pido.
- Te importa si lo pruebo un poco -pregunta Bel�n a Luisa- - No, por favor, yo
le ayudare con Juan.

Luisa se acerca a la polla de Juan y entre los dos
continuamos con la mamada. Mientras Bel�n se ha acercado a mi polla y empieza a
masajearla, a los pocos segundos la introduce en su boca, otra vez estoy
empalmado. Me centro en la polla de Juan mientras Luisa me indica como
proporcionarle m�s placer, Luisa se dedica a sus huevos mientras yo me
entretengo con su glande. Juan agarra la cabeza y me avisa de que se va a
correr. Me intento quitar pero no me deja suelta su esperma en mi boca, siento
su sabor, salado. Tengo que tragarlo no me queda m�s remedio y pruebo el sabor
de un hombre por primera vez. Mientras Bel�n sigue chup�ndomela. Cuando Juan
acaba en mi boca, Bel�n me dice que quiere su raci�n de polla, pero esta vez
conmigo. Luisa y yo nos miramos, sin decir nada entendemos aquello. Ahora mi
mujer ser� pose�da por otro hombre delante de m�. Bel�n se pone a cuatro patas y
yo de rodillas se la clavo por detr�s, las sensaciones se agolpan en mi mente y
oigo a Bel�n: - Vamos, f�llame, s� que lo estabas deseando. �Te gusta ver a tu
marido como me folla, Luisa? Luisa no responde, est� muy ocupada chupando la
polla de Juan.

Mientras sigo foll�ndola pienso en Mar�a y Bego�a, giro la
cabeza y siguen en el mismo sitio que antes, no hacen nada, solo mirar y
excitarse viendo como sus padres follan con desconocidos. Mis embestidas son
cada vez mayores y Bel�n me pide que la embista con m�s fuerza, no me la
imaginaba as� la primera vez que la vi. Ahora Luisa se ha tumbado y Juan le va a
ensartar toda su polla, no me pierdo detalle, veo como Juan se agarra la polla y
la dirige al co�ito de mi mujer, busca la entrada y de un fuerte golpe la
penetra, mi mujer grita de placer y me mira desde el suelo, nos cruzamos las
miradas, mientras Bel�n empieza a gritar anunciando su orgasmo.

Aumento mis embestidas a�n m�s y acabamos casi a la vez. Juan
mientras tanto sigue d�ndole ca�a a mi mujer, la cual gime cada vez m�s alto, se
ponen sus ojos en blanco y s� que se est� corriendo. Juan la penetra cada vez
con m�s furia y en ese momento Bel�n se acerca a su marido y le clava un dedo en
el culo. - As� le gusta m�s �sabes? -me dice- Yo no respondo, solo veo como mi
mujer est� siendo pose�da por otro hombre. Cuando Juan acaba mi mujer le vuelve
a chupar la polla en se�al de agradecimiento. Estamos todos tumbados en las
toallas cuando Mar�a y Bego�a se acercan: - Bueno, qu�, nos vamos -Dice Mar�a-.
No puedo creer la naturalidad con la que han estado contemplando la escena sin
decir ni hacer nada. Despu�s de darnos un ba�o y relajarnos un poco nos vamos al
hotel.

CUARTO DIA

Despu�s de haber visto como mi mujer era follada por otro
hombre y se lo montaba con una mujer casi que todo me daba igual. Adem�s yo
hab�a mantenido mi primera relaci�n homo con Juan. No me import� lo m�s m�nimo
que seg�n llegamos a la playa Luisa se desnudara delante de Juan y �ste la
besara en la boca y la metiera mano por todos lados.

Mi obsesi�n ahora era follarme a Mar�a y Bego�a, en aquella
desenfrenada situaci�n ellas no participaban. Yo no sab�a como conseguir que
ellas entraran en el juego. Mientras, Luisa ya estaba a cuatro patas y Juan la
estaba follando, desde luego se hab�an dado prisa. Adem�s Bel�n estaba muy
ocupada chup�ndole las tetas a Luisa mientras que con una mano se masturbaba y
con la otra le tocaba el cl�toris a mi mujer. Mire hacia donde estaban sentadas
Mar�a y Bego�a, me acerqu� y lo comprend� todo, claro que no participaban
estaban muy ocupadas. Cada una de ellas ten�a un consolador con el cual estaban
jugando entre sus piernas. Cuando llegue a su lado ni se inmutaron, Mar�a estaba
jugando con el consolador en su cl�toris mientras que Bego�a lo tenia dentro de
su co�ito y lo mov�a en un lento mete y saca. Me qued� delante de ellas, sin
saber que hacer.

Mar�a se incorpor� un poco y agarro mi polla con su mano,
luego acerc� su boca y se la introdujo entera, ver a aquella preciosidad
chup�ndomela era m�s de lo que pod�a soportar y llen� su boca con mi abundante
leche en unos minutos. Ella no se la trag� simplemente solt� mi polla y le dio
un beso a su hermana, la cual recibi� mi leche de boca de Mar�a. Aquella
situaci�n hizo que mi polla, pese a la reciente corrida, estuviera otra vez a
punto. Mir� hacia donde estaba Luisa y vi como segu�a a cuatro patas recibiendo
la polla de Juan y comi�ndose el co�o de Bel�n. Mientras Mar�a y Bego�a segu�an
jugando con mi leche en sus bocas y estaban toc�ndose mutuamente, Mar�a, levant�
los ojos y me dijo: - Cre� que nunca �bamos a participar, menos mal que te has
decidido. Solo hay un inconveniente, ni mi hermana ni yo follamos, puedes hacer
lo que quieras menos follarnos. Nuestros co�itos lo reservamos para nuestros
novios.

Vaya par de putas que estaban hechas las dos ni�as. Yo
pensando que se manten�an a un margen de toda esta movida y resulta que eran las
m�s putas de todos. Decid� que en vista de que no pod�a foll�rmelas les dar�a
por el culo a las dos, puse a Mar�a a cuatro patas y empec� a meterle un dedo,
luego dos, la lubriqu� bien con sus propios jugos y empec� a clav�rsela, sin
duda no era la primera vez. Bego�a se tumb� delante de ella abriendo sus piernas
y dejando su co�o a la altura de la cara de Mar�a. Esta empez� a com�rselo.
Aquella visi�n hizo que mi polla se pusiera a�n m�s dura y se la clav� entera,
solt� un grito mezcla de dolor y placer.

Empec� a bombear y bombe� cada vez m�s fuerte. Debimos estar
as� varios minutos, mientas Bego�a me miraba a los ojos y no paraba de decirme:
- No acabes dentro de ella, que yo tambi�n quiero mi raci�n. No pude aguantar y
decid� llenar el culo de Mar�a de leche, cuando me corr� sent� como me vaciaba
dentro de ella y vi como mi leche sal�a de su culito una vez que lentamente fui
retirando mi polla. Bego�a se levant� y con su lengua empez� a recoger toda la
leche del culo de su hermana. Despu�s de acabar de limpiarla me dio un beso y
sabore� por primera vez mi propio semen. Mientras la estaba besando not� como
Mar�a empezaba a jugar con mi ya fl�cida polla y me dijo: - Vamos, que Bego�a
necesita su raci�n Bego�a acompa�� a Mar�a y entre las dos me chuparon la polla,
los huevos, el culo, todo. Mi polla no tard� en reaccionar y tuve una nueva
erecci�n. Ahora no tuve que hacer nada, fue la propia Bego�a la que se puso a
cuatro y Mar�a la que se encarg� de lubricar y dirigir mi polla a su culito.

Aquello era maravilloso. Este culito me cost� un poco m�s que
el de Mar�a, luego me contaron que hab�a desvirgado analmente a Bego�a, entonces
entend� los gritos de dolor que dio durante la penetraci�n y la dedicaci�n que
Mar�a le dedic� a su co�ito mientras yo la enculaba. Mientras la enculaba miraba
como mi mujer ahora estaba montando un l�sbico con Bel�n, mientras que Juan
tumbado a su lado jugaba con los agujeros de mi mujer. No tard� en llenarla con
mi caliente leche, no s� cu�nto tiempo estuvimos, ni tampoco recuerdo cuantos
orgasmos tuvieron ellas, pero desde luego fue inolvidable mi primera relaci�n
con las dos hermanas. Por la tarde nos dedicamos a recuperarnos de nuestras
fuerzas y por la noche durante la cena comentamos que el d�a siguiente lo mejor
ser�a pasarlo en el hotel.

QUINTO DIA

Despu�s de desayunar quedamos en la habitaci�n de Juan y
Bel�n, primero llegamos nosotros dos y estuvimos comentando con ellos lo
sucedido durante estos d�as. Yo les pregunt� que si tambi�n ellos se lo montaban
con sus hijas y Juan nos dijo que solo sexo oral y alguna vez hab�a enculado a
Mar�a, pero que jam�s las hab�a follado por el co�ito, eso s�, con Bel�n
manten�an frecuentes encuentros l�sbicos. Aquello aclaraba las cosas, seg�n
�bamos hablando nos fuimos calentando y desnudando. Bel�n me ayudo a quedarme
desnudo mientras Luisa hac�a lo propio con Juan. Una vez estuvimos todos
desnudos Juan me dijo que quer�a probar algo nuevo, quer�a darme por el culo a
m�, mientras yo hac�a lo mismo con su mujer.

Despu�s de estar dudando durante un tiempo no me queda mas
remedio que aceptar, la boca de Bel�n en mi polla hace que pierda la noci�n y me
entrego a ellos. Primero encul� yo a Bel�n, para lo cual mi mujer me ayud� a
lubricar e introducir mi polla, entr� con bastante facilidad, sin duda estaba ya
muy dilatado. Una vez dentro, Luisa ayud� a Juan a darme por detr�s, primero me
lubric�, me meti� un dedo, luego dos, mientras con su boca manten�a la erecci�n
de Juan. Ella misma se encarg� dirigir la polla de Juan a mi culo, cuando empez�
a entrar me doli� bastante, pero debo decir que no fue un dolor insoportable.
Una vez dentro y cuando empezamos a movernos todos al mismo comp�s fue algo
indescriptible, quiz�s la sensaci�n m�s placentera que haya tenido nunca.
Mientras est�bamos en esa postura llegaron Mar�a y Bego�a, mi mujer les abri� la
puerta y seg�n entraron se desnudaron y se fueron a la otra cama con mi mujer, a
la cual chuparon y penetraron con sus consoladores por todos lados.

Despu�s se repiti� el tr�o, pero yo le di por culo a Juan
mientras �l hac�a lo propio con mi mujer. Fue distinto al culo de una mujer,
pero tambi�n placentero, aunque mi mirada estaba puesta sobre todo en el tr�o
que Bel�n ten�a con sus dos hijas. Aquel verano fue inolvidable para todos.