La visita de mi primo......
Lleg� la noche, todos los invitados ya se hab�an ido a su
casa. Sin embargo, Angy permaneci� un momento m�s en el comedor vigilando a la
asistenta que retiraba los platos de la cena. Subi� a su cuarto y tom� su ba�o
habitual, largo y perezoso; pero esta vez le a�adi� unas cuantas gotas de aceite
perfumado al agua caliente de la ba�era. Esa noche era diferente, esperaba tener
el valor suficiente para darle una gran sorpresa a su primo Vini que ese fin de
semana se quedaba a dormir en su casa.
Desde hac�a mucho tiempo, Angy estaba encaprichada con el
hijo mayor de su t�a. Cada vez que la visitaba en su casa, le observaba
furtivamente, form�ndose fantas�as apasionadas sobre sus fuertes brazos, sus
c�lidos y sensuales labios, y el brillo de sus ojos. Su cabello negro y su
cuerpo alto y atl�tico le atra�an enormemente; pero Vini no le prestaba ninguna
atenci�n a ella. Para �l no era m�s que su "primita".
Permaneci� en el ba�o durante m�s tiempo que de costumbre.
Por fin, con una sensaci�n deliciosa y temblando de ansiedad, sali� del agua que
ya se hab�a enfriado, se sec� con la toalla su firme cuerpo y joven, y se
observ� cuidadosamente en el espejo del ba�o. El simple hecho de mirarse la
excitaba. Su cabello casta�o y lustroso le ca�a por debajo de los hombros. Entre
sus piernas, lugar donde pod�a ver peque�as gotitas de agua desliz�ndose por sus
muslos, el pelo cambiaba a un tono m�s oscuro y rizado. Hac�a dos meses que
hab�a cumplido diecis�is a�os y esa noche decidi� realizar su plan.
Pasaron dos horas. Angy esper� en su habitaci�n hasta que
estuvo completamente segura que todos se hab�an dormido. Reuni� valor para salir
de su habitaci�n y se convenci� de que era en ese momento o nunca.
De puntillas, se dirigi� a la habitaci�n de hu�spedes en la
que estaba su primo Vini. Puso la oreja en la puerta y al no escuchar nada, gir�
el pomo y se desliz� lentamente al interior. La luz de la luna iluminaba la cama
y aparentemente Vini estaba dormido, cubierto s�lo por una s�bana. Paola deseaba
abrazarlo y besarlo, y luchaba contra las ganas de regresar a su habitaci�n. Se
preguntaba qu� har�a si se enfadaba, o peor a�n, si gritaba. Entonces Vini abri�
los ojos sobresaltado.
- �Qu� haces aqu�? -le pregunt� at�nito.
- No puedo dormir -le respondi� ella torpemente.
- Pasa -le dijo y se sent� en el borde de la cama.
Comenzaron a hablar de c�mo les iban las cosas en el trabajo,
en los estudios, con los amigos, con los padres... Se re�an todo el tiempo y
estaban disfrutando much�simo. De pronto, la mano de Angy cay� inocentemente
sobre el muslo derecho de Vini. Estaba ya a punto de apartar r�pidamente la
mano, cuando se lo pens� otra vez. Lentamente, empez� a desplazarla hacia
arriba, hasta dejarla a pocos cent�metros de la entrepierna de su primo. Segu�an
hablando del calor que hac�a en verano, de la luna, de las estrellas... Por fin,
su delicada mano sujet� lo que parec�a una inquieta serpiente que crec�a y se
hinchaba por segundos.
- �Hey! -exclam� Vini.
Pero antes de que pudiera lanzar otra exclamaci�n, Angy
retir� la s�bana, tom� en sus manos aquella serpiente que se hab�a endurecido y
empez� a besarle la punta y a lamerla despacio. La serpiente palpitaba cada vez
que entraba y sal�a de la boca de Angy.
- �Dios m�o! -es lo �nico que pudo decir su primo.
Ella se acomod� con suavidad sobre Vini, mientras le besaba
el pecho y el cuello, hasta que se fusionaron en un prolongado beso en que sus
lenguas parec�an ser solo una. Paola tomo el erecto miembro y muy despacio, se
fue sentando sobre �l. Entr� como un cuchillo caliente en una barra de
mantequilla ya que estaba h�meda desde hac�a rato. Cuando tuvo la firmeza de
Vini completamente en su interior sinti� una oleada de calor que le recorri�
todo su cuerpo. Por instinto, los movimientos de Angy se fueron haciendo cada
vez m�s bruscos y r�pidos, parec�a que estaba montada en un potro salvaje. Sab�a
que no pod�a gritar, sin embargo peque�os gemidos de placer sal�an continuamente
de su joven garganta. Vini oprim�a los senos de Angy con fuerza y los acariciaba
haciendo movimientos circulares. Les daba peque�os mordiscos a cada uno de sus
pezones. Al fin, los dos estallaron en un profundo �xtasis. Permanecieron
abrazados hasta que ambos recuperaron la fuerza para incorporarse de nuevo.
ANGY volvi� a su habitaci�n. All� sonri� satisfecha pensando
que gracias a su valor y astucia hab�a conseguido una experiencia que le
gustar�a repetir.
Me gustaria contactar con hombres y mujeres que han tenido
incesto........
POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO