MARTHA
Martha era una chiquilla t�mida y asustadiza, sus padres
hab�an muerto en un accidente ferroviario cuando ella contaba apenas con 11 a�os
de edad. El hermano de su padre se hab�a hecho cargo de ella y le hab�a brindado
afecto y educaci�n. A ra�z de la muerte de sus padres, ella se hab�a encerrado
en s� misma y pr�cticamente no ten�a amigos. Con la �nica persona que pod�a
conversar sin enrojecer o sin que las manos le sudaran del nerviosismo era con
Andr�s, su t�o y protector. Era la �nica persona en quien confiaba, aparte de su
osito de peluche�este fue un regalo de cumplea�os de parte de sus padres, y ella
lo adoraba y cargaba con �l a todas partes que pod�a. Era el �nico v�nculo y
recuerdo con sus padres muertos. La pobre los echaba tanto de menos, llor� hasta
que ya no tuvo l�grimas que verter. Pero le qued� una gran melancol�a, que se
reflejaba en su comportamiento t�mido y huidizo.
Durante cuatro a�os las cosas marcharon m�s o menos bien
entre ambos. El t�o de Martha siempre se port� bien con ella, sal�an juntos a
pasear, la ayudaba con sus tareas escolares, conversaba mucho con ella y trataba
de que nunca le faltara nada. Ella aprendi� a quererlo y a respetarlo, se aferr�
a �l con una desesperaci�n tremenda, puesto que era lo �nico que le quedaba en
este mundo.
Pero algo empez� a cambiar despu�s que Martha cumpli� los 15
a�os. Al principio ella no se dio cuenta, porque confiaba ciegamente en su t�o.
Pero �ste comenz� a espiarla por el ojo de la cerradura cuando se duchaba,
ayudado por el hecho de que el cub�culo de la ducha no ten�a cortinas. Al ver
como su cuerpo se modificaba, como sus senos se pronunciaban, como sus caderas
adquir�an volumen, como sus piernas se torneaban, como su trasero crec�a y
adquir�a un tama�o inquietante�Andr�s se sinti� atra�do por el despertar sexual
de su sobrina, ve�a como ella iba floreciendo y se iba trasformando en una
hermosa jovencita�y sus sentimientos cambiaron por completo, poco a poco se fue
dejando ganar por la lujuria y se dedic� a tratar de sorprender cualquier
momento de intimidad de su hermosa sobrina.
Una tarde, Martha hab�a terminado de ducharse y se estaba
cambiando en su cuarto. De pronto la puerta se abri� de par en par y su t�o
entr�, Martha enrojeci� hasta la ra�z y fue tanto su azoro y sorpresa, que ni
siquiera atin� a cubrirse�se qued� por completo paralizada en medio del cuarto.
- Lo siento mucho Marthita�dijo su t�o�- perd�name, no
sab�a que estabas ocupada�.y se retir� cerrando la puerta.
S�lo despu�s que su t�o sali� del cuarto, Martha reaccion� y
cubri� su desnudez con sus manos�pero durante esos pocos instantes, hab�a
brindado la maravilla de su cuerpo desnudo ante los ojos lujuriosos de su t�o
carnal...Martha permaneci� mucho tiempo encerrada en su cuarto, no se atrev�a a
salir y enfrentar a su t�o, se sent�a morir de la verg�enza. Por fin su t�o la
llam� para cenar y no le qued� m�s remedio que acudir�
-Disc�lpame sobrina, deb� llamar antes de entrar�- dijo
Andr�s c�nicamente.
- No te preocupes, fue mi culpa, deb� asegurar la puerta�-
le respondi� ella, sin poder evitar enrojecer un poco�
A veces, cuando Martha ordenaba los cajones de su ropa, le
parec�a notar que, sobre todo su ropa interior, parec�a encontrarse fuera de
lugar�pero luego desechaba la idea de su mente y se olvidaba de ello. Y poco a
poco olvid� el incidente y las cosas volvieron a la normalidad.
Una noche ambos se encontraban sentados en el sof� de la sala
viendo un programa de televisi�n�
- Martha, por favor alc�nzame ese coj�n�- Dijo �l�y
Martha, con una sonrisa traviesa, le arroj� el coj�n por la cabeza.
- Aj�, con que tienes ganas de jugar. Ahora vas a ver�e
hizo intento de abalanzarse sobre ella�Pero Martha ya estaba preparada y se
escabull� corriendo y riendo en direcci�n a su habitaci�n.
Pero antes de que pudiera cerrar la puerta, su t�o le dio
alcance y empezaron a forcejear. En medio de la lucha, ambos tropezaron y fueron
a dar sobre la cama. Andr�s aprovech� y le hizo cosquillas en los costados�
- Jajajajajajajajaja�nooooo�para por favor...jajajajaja�te lo
suplico, para ya�- dec�a Martha, mientras se retorc�a por las cosquillas que
le produc�a. Logr� zafarse y trat� de escapar nuevamente, pero Andr�s la atrap�
por el tobillo y la hal� hacia s�quedando Martha tendida boca abajo y aun
intentando huir de las manos de su t�o. Este se mont� sobre sus piernas, a la
altura de sus muslos, y echando sus manos hacia atr�s, le hizo cosquillas en las
plantas de sus pies desnudos. En su desesperaci�n, Martha empez� a patalear
desesperadamente, propin�ndole en una de esas una violenta patada en los ri�ones
a su t�o�
- Ouchhhhh�condenada, ahora si vas a ver de verdad...-
Pero esta vez no dirigi� sus manos a los costados de su sobrina. Las coloc� en
la uni�n de sus muslos y caderas (a la altura de su ingle), se afirm� m�s aun
sobre sus piernas para evitar que volviera a patearlo, y sus dedos empezaron a
trabajar�
-
Jajajajajajajajajajajajaa�nooooooooooooooo�.t�itoooooooooo, ya no mas�te juro
que me voy a portar bien�pero ya para por favor
�jajajajajajajajaja�jajajaajajajajajajaa�no seas malo�ya no mas...ya no mas�-
dec�a mientras trataba en vano de liberarse�Por fin Andr�s la dej� libre, y
acezando se tendi� a su lado, esperando que su sobrina se calmara.
- Ya sabes que siempre te voy a ganar�- le dijo entre
jadeos�soy mas fuerte que t�.
- Est� bien t�ito�paz, OK?.
- De acuerdo, pero ya es tarde y ma�ana tienes clases, as�
que es mejor que te prepares para dormir.
Martha se qued� sola en su habitaci�n y conforme se iba
calmando, sus pensamientos se aclaraban�En un principio, cuando not� las manos
de su t�o sobre sus caderas, se sinti� un poco inc�moda�Pero cuando �l empez� a
hacerle cosquillas, se olvid� de todo y s�lo se dej� ganar por el momento�Y lo
que la ten�a un poco confundida era el hecho de que hab�a sentido una especie de
gusto que no sab�a explicarse muy bien. Pensando en estas cosas se prepar� para
ducharse; se dirigi� al ba�o y se desnud�. Pero cuando se sac� las bragas, not�
con sorpresa que mostraban una mancha de humedad en la parte de la entrepierna,
y los vellos que cubr�an su sexo estaban pegajosos y brillantes de humedad
tambi�n. Esto la confundi� mas aun si cabe�termin� de ducharse y se retir� a su
cuarto, no tardando en quedarse dormida. Tuvo un sue�o muy inquieto. En �l ve�a
a su t�o acarici�ndole los senos, mientras se manten�a pegado a sus espaldas�y
pod�a notar el bulto de su entrepierna presionando sus nalgas�Cuando despert� al
d�a siguiente estaba toda sudada, y esta vez sus bragas se encontraban
completamente mojadas y pegajosas�Pas� el resto del d�a turbada y tratando de
evitar la cercan�a de su t�o�Pero �l se portaba como siempre, as� que Martha
trat� nuevamente de olvidar el asunto, aunque esta vez algo hab�a cambiado
dentro de ella�
Martha cumpl�a 16 a�os, y su t�o le hab�a dedicado el d�a
completo�hab�an ido temprano de compras, luego la llev� a un restaurante a
almorzar, posteriormente fueron a ver una pel�cula y finalmente regresaron a la
casa, donde la esperaba su pastel favorito. Andr�s abri� una botella de vino
dulce y entre bromas, risas y juegos, se la terminaron por completo. Martha se
sent�a como entre nubes, re�a de todo y por todo�despu�s de mucho tiempo se
sent�a feliz, y hubiera deseado que ese d�a nunca terminara�Cuando lleg� el
momento de soplar las velas de su pastel, Martha no pudo evitar la tentaci�n, y
cogiendo una buena porci�n del mismo con una de sus manos, la estamp� en la cara
sorprendida de su t�o�Volvi� a intentar la huida en medio de risas�pero esta vez
tampoco lo logr�. Forcejeando y jugando, ambos cayeron rodando sobre la alfombra
que cubr�a la sala�quedando nuevamente boca abajo, esta vez sobre el piso. Su
t�o empez� con las cosquillas sobre sus costados, pero mientras Martha se
retorc�a en medio de carcajadas, sus manos fueron descendiendo hasta quedar
firmes sobre sus ingles�Martha pataleaba y manoteaba tratando de liberarse,
mientras sus carcajadas estremec�an la casa. Esta vez Andr�s se hab�a montado
encima de ella, pr�cticamente sobre sus gl�teos�y al retorcerse ella, su trasero
se refregaba una y otra vez contra el pene de su t�o�aunque no parec�a darse
cuenta. Las manos de Andr�s se movieron levemente, y se acercaron peligrosamente
al sexo de su sobrina, ya no haci�ndole cosquillas, esta vez la acariciaba
suavemente�
- T�o�que haces?...-pregunt� ella, sintiendo que
extra�as sensaciones la invad�an, produci�ndole placer, pero tambi�n un poco de
miedo�se sent�a un poco torpe y falta de reflejos...
- Shhhhhhhhh�no te preoupes�conf�a en mi�- le contest�
en un susurro. Y separando sus piernas se acomod� entre ellas. Dirigi� su mano a
la entrepierna de su sobrina y lentamente comenz� a acariciarla por encima del
pantal�n que vest�a, cambiando de cuando en cuando el ritmo de las caricias.
- T�oooooooo�no por favor�eso no�- A�n trat� de
reaccionar, pero sent�a tanta pesadez, la cabeza le daba vueltas� y las caricias
de su t�o la estaban inundando de un rico calorcito�
Sin dejar de acariciarla, Andr�s la dio vuelta�y
desabroch�ndole los pantalones, los fue deslizando hacia abajo, hasta
quit�rselos por completo. Martha ya s�lo lo miraba hacer con los ojos vidriosos
y la mirada perdida, no ten�a voluntad para resistirse y cada vez se abandonaba
m�s y m�s a los avances de su t�o. Sabi�ndola completamente a su merced, Andr�s
actuaba sin prisas�uno por uno desabroch� los botones de su blusa, dejando al
descubierto los senos de Martha, apenas contenidos por la delgada tela del
brassiere�los pezones se marcaban rotundos y desafiantes sobre la tela�Andr�s se
inclin� sobre ella y bes� su vientre liso y firme�fue bajando sin dejar de besar
su cuerpo, hasta llegar a la altura de su sexo, el cual desprend�a un olor
fuerte y fragancioso�las bragas de ella se mostraban por completo mojadas. Las
apart� a un lado y qued� a su vista los labios ligeramente entreabiertos del
sexo de su sobrina�casi ocultos por una espesa pelambrera de vellos cortos y
rizados�el rosa intenso del interior de su sobrina contrastaba con la negrura de
sus rizos�semejaba un tajo sangriento en medio de un bosque oscuro y
espeso�Separ� los vellos lo mas que pudo y acercando su rostro a ese sexo
brillante y h�medo, forz� la entrada con su lengua, sorbiendo con fruici�n los
jugos �ntimos que ya empezaban a manar de esa gruta del placer�Mientras con sus
dedos, acariciaba suavemente el cl�toris de la jovencita, que a estas alturas ya
se hab�a abandonado por completo al placer que sent�a, gimiendo dulce y quedito
mientras su t�o exploraba cada rinc�n de su cuerpo, haci�ndola estremecer y
gozar.
Andr�s termin� de desnudarla, se incorpor� y contempl�ndola,
se desnud� tambi�n�Se tendi� sobre su sobrina, cubri�ndola con su cuerpo�y
mientras besaba y acariciaba sus senos�mov�a sus caderas arriba y abajo,
acariciando con su pene los labios vaginales de ella, pero sin
penetrarla�.logrando con esto que su sexo rezumara una cantidad impresionante de
l�quidos, prepar�ndola para la penetraci�n y consecuente desfloraci�n�Cuando
Andr�s pens� que ya estaba lista�se situ� entre sus piernas, sostuvo y levant�
sus muslos con sus brazos�y dirigiendo su pene a la entrada de su sexo, la fue
penetrando lentamente, hasta notar la barrera de su himen aun intacto. Inici� un
mete y saca suave, sin profundizar demasiado�para que el sexo de su sobrina se
fuera acostumbarndo al intruso�De pronto se dej� ir con todo el peso de su
cuerpo y la penetr� de un solo golpe, arrancando un peque�o grito de dolor de la
garganta de la jovencita�Luego de unos instantes, se acomod� mejor y sus
embestidas se hicieron acompasadas�Iba sintiendo como la penetraci�n se hac�a
mas f�cil y placentera�la sent�a sumamente estrecha, pero resbaladiza y caliente
al mismo tiempo�Ve�a como su sobrina mov�a la cabeza de un lado al otro,
mientras emit�a susurros y suspiros de placer�Fue aumentando la velocidad de la
penetraci�n, tratando de profundizar al m�ximo�Unos sonidos guturales sal�an de
lo profundo de la garganta de su sobrina, anunciando la proximidad del
orgasmo�Sus caderas iniciaron un vaiv�n r�pido y un poco violento�not� como las
paredes vaginales de ella iniciaban una serie de contracciones, produci�ndole un
inmenso placer�Martha elev� su pelvis busc�ndolo, mientras su orgasmo estallaba,
haci�ndola desfallecer�.Andr�s la penetraba a un ritmo desaforado�tratando de
lograr su propio placer�hasta que soltando un largo gru�ido, retir� su pene del
sexo de su sobrina y cogi�ndolo con la mano, se derram� sobre el vientre de
ella.
Agotado y sudoroso, se tendi� al lado de Martha�sonriendo y
pensando para sus adentros que sus planes se hab�an realizado a la
perfecci�n�hab�a valido la pena esperar tanto tiempo�por fin era suya. Y esto�
s�lo era el comienzo. CONTINUARA