Relato: Una original proposici�n (II)





Relato: Una original proposici�n (II)

Una original proposici�n (II)


Despu�s de haber tratado de proponer mediante un relato,
mitad real mitad ficticio, una relaci�n a aquel desconocido de los correos
electr�nicos, la ausencia de contestaci�n me hizo reconsiderar de nuevo la
situaci�n que me hab�a planteado. Sin embargo, aunque me sent�a bastante
desilusionado por el aparente fracaso que hab�a sufrido, segu�a sintiendo la
enorme sensaci�n de inter�s y atracci�n, por la posibilidad de disfrutar de un
modo distinto de concebir una relaci�n personal de este tipo, y no pod�a evitar
seguir buscando una forma de conseguir, lo que con tanta ilusi�n hab�a esperado
tras muchos a�os.


No era algo necesario en mi vida, pero sin duda, se hab�a
convertido en una manera de encontrar una especial sensaci�n de satisfacci�n
personal, ya que consideraba que esta forma de concebir las relaciones
personales, era un importante aspecto para sentirme un poco m�s humano, y un
poco m�s realizado en la vida.


En realidad no era el placer sexual lo que hacia interesante
esta idea, sino la sensaci�n de disfrutar de un vinculo donde la confianza
existe, porque simplemente deseas poderla disfrutar sin mas raz�n que esta,
donde poder saborear las excitantes emociones que se sienten cuando compartes
con una sinceridad absoluta, aspectos de tu intimidad mas personal, que en otra
situaci�n ni te planteas la posibilidad de hacerlo, es mas, lo que de una forma
significa un enorme placer, en la otra seria un suicidio social dif�cil de
superar.


Cuando se disfruta de una relaci�n sin desconfianzas, y donde
lo que importa es, �nicamente, lo que la buena amistad convierte en sensaciones
placenteras. Es absurdo que donde existe una confianza tan grande entre
personas, alg�n tipo de prejuicio impida que disfrutar de algo tan intenso y
placentero como es el sexo, aunque sean del mismo.


Yo segu�a sinti�ndome atra�do por tener la ocasi�n de
disfrutar de una relaci�n con otro hombre, no como relaci�n sexual, sino como
forma de compartir un tipo de experiencia tan intima con un buen amigo, que en
definitiva era lo que me agradaba de este asunto.


La posibilidad de encontrar a alguien en los anuncios de
Internet, que estuviese interesado y dispuesto a intentarlo conmigo, cada vez me
parec�a m�s dif�cil y complicada, pero segu�a siendo la menos arriesgada y
peligrosa sin duda. En algunas ocasiones, hab�a estado valorando la posibilidad
de intentar plante�rmelo con alguien que ya conociese personalmente, pero
siempre acababa descartando esto, porque me aterrorizaba el que se pudiese
complicar de alg�n modo, lo que ciertamente era bastante f�cil que llegase a
ocurrir.


Visto el panorama que hab�a encontrado en Internet, un d�a se
me paso por la cabeza el buscar un modo de intentarlo con un conocido, y tal vez
por mi estado de impaciencia y frustraci�n, comet� el arriesgado atrevimiento de
lanzarme a la arena, y sin pensar en la locura que era el hacerlo, le envi� un
e-mail a una persona que conoc�a, con el agravante de que era un compa�ero de
trabajo.


Lo conoc�a de bastantes a�os, y siempre me hab�a resultado
agradable, es mas, incluso he de reconocer, que sin encontrarlo f�sicamente
atractivo por su condici�n de hombre sobre todo, por otra parte siempre me hab�a
parecido una persona con cierto inter�s personal, y que cuando conoc� su
condici�n sexual de Gay, no pude evitar tenerlo en cuenta como firme candidato
en varias ocasiones en que hab�a barajado esta posibilidad.


Como ambos trabajamos en una empresa dedicada a la producci�n
televisiva, con la excusa de que me asesorara para realizar un proyecto de unos
documentales sobre sexo, le hice una propuesta para que inici�semos una relaci�n
de amistad m�s intima, ya que as� podr�a conocer con mas detalle este tipo de
sexualidad. Le indique que lo que me interesaba era, el poder conocer su
particular visi�n sobre su propia sexualidad, y que para esto era necesario el
que entre ambos hubiese una especial relaci�n de amistad, confianza, y
sinceridad.


Aquella era una arriesgad�sima apuesta, y en realidad,
despu�s de haberle enviado el e-mail me invadi� un tremendo sentimiento de
arrepentimiento al ser consciente de que hab�a cometido una tremenda
imprudencia, pero en cualquier caso, ya no hab�a vuelta atr�s, y solo me quedaba
afrontar la situaci�n esperando que no ocurriese nada de lo que lamentarme. No
me quedaba mas remedio que seguir con la patata caliente, que yo mismo hab�a
puesto en circulaci�n al hacer aquello, as� que espere a ver su reacci�n a tan
inesperada propuesta.


Antes de recibir su respuesta, comenc� a escribir este
relato, pensando, que esta vez si podr�a resultar �til para que conociese mis
intenciones reales, que aunque ten�an algo de verdadero respecto a lo de los
documentales, ya que era cierto que esta idea estaba presente, como ya he
comentado, mi inter�s era distinto, el poder disfrutar de una relaci�n personal
de este tipo.


No tardo mucho en llegarme una respuesta suya, en la que se
mostraba algo indeciso sobre lo que le propon�a, supongo que por la sospecha de
que mi propuesta no fuese en realidad la que le hacia, pero aun as�, estaba
dispuesto a que lo habl�semos, y que vi�semos como se pod�a hacer.


Yo le conteste agradeci�ndole su voluntad de atender a mi
propuesta, pero que para ser honesto, mi intenci�n no era exactamente como le
hab�a contado, pero por seguridad no pod�a hacerlo de otro modo. Para que
pudiese saber, ahora que conoc�a su compromiso de ser discreto con este asunto,
lo que en realidad estaba tratando de plantear, le comente que leyese este
relato en la pagina en la que estaba publicado, y que despu�s me volviese a
escribir cont�ndome si segu�a dispuesto a seguir adelante con esto.


Al d�a siguiente me volvi� a escribir coment�ndome que le
hab�a gustado mi relato, pero que no le resultaba muy atractiva la situaci�n que
le estaba planteando, ya que no sent�a ning�n tipo de atracci�n por una relaci�n
conmigo, pese a esto, no le importaba que nos vi�semos para hablarlo
directamente los dos, y si me pod�a ayudar en algo, no tenia ning�n problema en
hacer lo que pudiese.


Quedamos en vernos una tarde para tomar caf� y charlar. �l
estaba esper�ndome en una cafeter�a tal y como hab�amos quedado. Entre, y le
salude con cierta sensaci�n de timidez, aunque no me sent�a incomodo, sino m�s
bien, euf�rico por poder charlar con �l sin ning�n reparo. En realidad, esto ya
significaba para m�, un resultado positivo aunque se quedase ah� la cosa.


Ped� al camarero un caf�, y comenzamos a hablar. �l comenz�
dici�ndome lo much�simo que le hab�a sorprendido mi propuesta, y que nunca
hubiese podido imaginar que yo tuviese este tipo de planteamientos, pero que a
fin de cuentas, le alegraba conocer un aspecto tan particular de m� como era
este. Yo le conteste que nunca se sabe como son realmente las personas, hasta
que se les conoce de verdad, y que esto era una de las lecciones m�s
interesantes que hab�a aprendido desde que comenc� a valorar este tipo de
experiencias tan personales.


Pasamos un buen rato comentando muchos aspectos que nos
parec�an importantes respecto a este tema, y cada vez mas, se hacia evidente la
naturalidad con la que ambos nos comport�bamos, sin que nos sinti�semos
cohibidos o avergonzados por estar hablando de un tema, que en otras
circunstancias nos hubiese resultado imposible, pero en definitiva, all�
est�bamos los dos, haci�ndolo de un modo relajado y agradable.


Mi estado de euforia se fue haciendo m�s intenso a medida que
aquella conversaci�n sub�a de temperatura, ya que poco a poco fuimos destapando
aspectos m�s sugerentes sobre el sexo entre hombres. Mi curiosidad era el motor
que hacia que subiese la temperatura de aquellos momentos. Sin duda, esto
significaba un incremento de las sensaciones de excitaci�n y morbo, con lo que
al menos para m�, inevitablemente mi imaginaci�n comenz� a funcionar de manera
paralela a la conversaci�n que manten�amos, y el deseo de proponerle que
intent�semos dejarnos llevar por la situaci�n para ver lo que pasaba, se fue
convirtiendo en un deseo dif�cilmente controlable para m�.


�l segu�a hablando, pero yo, no hacia mas que imaginarme como
podr�a plantearle lo que estaba pensando, hasta que aprovechando un momento en
el que el se quedo pensativo, no me lo pens� dos veces y le dije:





Yo- Bueno, �puedo hacerte una pregunta?.


El- Hazla y veremos a ver si te puedo contestar.


Yo- En estos momentos me parece que existe una
confianza muy grande entre nosotros, y por mi parte, pienso que podr�a ser
interesante tratar de averiguar si ahora nos resultar�a m�s probable
el.....


�l- �El que..., sexo?, ���humm!!!, �no te parece que es
un poco precipitado hacerse este planteamiento?.


Yo- Tal vez, pero creo que si no aprovechamos esta
situaci�n, es muy probable que no encontremos otra ocasi�n mejor, y me
temo que nos quedaremos sin saber lo que hubi�semos podido disfrutar
juntos de una amistad tan especial.


�l- Es muy posible que tengas raz�n, pero no me atrevo
a pensar que pasar�a si a alguno de los dos no nos gustase lo que
encontr�semos en una situaci�n as�, sobre todo, me preocupa tu reacci�n, y
lo que pueda afectar a nuestra relaci�n laboral, ya que nos vamos a tener
que ver a diario por narices.


Yo- No te preocupes por eso, tengo muy claro lo que
estoy haciendo, y asumo los riesgos. De todas maneras, ambos debemos
entender que esto es una prueba, y que estamos haci�ndolo como personas
maduras, por lo tanto no tiene porque pasar nada raro. Me alegra que ya
seamos buenos amigos, y esto me es suficiente para que lo dem�s solo sea
una experiencia cuyo resultado no influya en nada m�s.


�l- �Y que se te ocurre para que lo intentemos?.


Yo- De momento pedirnos una copa de algo potente.
Necesito un buen desinhibidor para sentirme suelto y relajado. Siempre ha
sido algo que me ha ayudado a ver las cosas mucho mas claras y normales.


�l- Pues entonces que sean dos los pelotazos, as�
estaremos en igualdad de condiciones, �no?.





Llamamos al camarero y le pedimos dos chupitos de lo mas
fuerte que tuviese en la bodega. Nos los sirvi�, nos los bebimos de un trago
r�pidamente, y volvimos a pedirle que rellenase los vasos. Contamos hasta tres,
nos los tragamos sin rechistar, y salimos a la calle en busca de mi coche para
buscar un lugar tranquilo y discreto donde dejar que nuestros instintos hiciesen
el resto.


�l fue dirigi�ndome a trav�s de las calles, salimos de la
ciudad, y nos metimos por un camino rural que acababa en una vieja casa de la
huerta que parec�a abandonada desde hacia mucho. Pare el coche junto a una tapia
para ocultarnos lo m�ximo posible, y que no nos molestase nadie. Busque una
emisora que pusiese una m�sica tranquila, y le dije: "bueno, ya estamos aqu�,
�como prefieres que empecemos, suavemente o al grano?. Nos miramos durante unos
segundos, y contesto que mejor suavemente para ir viendo como funcionaban las
cosas, as� si en alg�n momento algo no nos apetec�a podr�amos detenernos en un
punto sin llegar a ser incomodo.


Lentamente me acerque a su o�do, y le susurre que me apetec�a
besarle; con un gesto afirmativo de su cabeza me confirmo que estaba de acuerdo,
as� que baje mi boca y comenc� a besar suavemente su cuello, para poco a poco ir
intensificando el roce de mis labios, y m�s tarde comenzar a mordisque�rselo.
Tras esa primera toma de contacto, pase a su cara, y comenc� a besarle en su
boca, y a saborear con mi lengua esos besos con mayor profundidad e intensidad.


Poco a poco comenzamos a dejarnos llevar bes�ndonos y
abraz�ndonos con una mayor pasi�n a medida que pasaba el tiempo, hasta que de
pronto, sent� como puso su mano en mi rodilla, y comenzaba a subirla acariciando
mi entrepierna, lo que me hizo notar una impresionante excitaci�n con la que mi
polla reacciono de un modo casi instant�neo. Al llegar a mi paquete, sus
caricias se hicieron mas y m�s en�rgicas, por lo que yo comenc� a mover mi
cadera como muestra del excitante placer que aquello me produc�a.


Mientras segu�amos enzarzados bes�ndonos, sutilmente comenz�
a desabrochar mi pantal�n, bajo la cremallera, y escarbo en mi slip para sacar a
mi polla de su encierro. No le costo demasiado esfuerzo conseguirlo, y al
hacerlo no pude, ni quise, evitar lanzar un sonoro gemido de placer, lo cual le
pareci� agradar por el incremento de las caricias con las que me estaba haciendo
disfrutar de aquel momento tan excitante.


Se separo un instante de m� y me dijo que abati�semos los
asientos para estar m�s c�modos, lo que comenzamos a hacer con mucha rapidez
para poder seguir disfrutando de aquella maravillosa experiencia, que como
amigos est�bamos compartiendo de una forma tan agradable como interesante.


Al acabar de reclinar el asiento, sin mediar palabra se
abalanzo sobre m�, subi� mi camiseta descubriendo mi pecho, y comenz� a besarme
y a lamerme los pezones. Mi placer era enorme, pero nada comparado a cuando
comenz� a bajar poco a poco, y al llegar a la altura de mi miembro, se lo
introdujo lentamente en la boca hasta notar que tropezaba con su garganta.
Aquello me hizo suspirar y gemir de una manera muy intensa, y que le pareci�
estimular, ya que segu�a chap�ndomela como si fuese lo que m�s le gustase en el
mundo, y a masajear mis test�culos con una placentera dosis de caricias muy
agradables.


Mientras sent�a la excitante sensaci�n de su legua
chupeteando mi glande, tuve un momento de lucidez para reflexionar sobre la
situaci�n que estaba viviendo en aquel momento. En muchas ocasiones me hab�a
sentido inseguro de lo que me hab�a estado planteando hasta entonces, pero
analizando lo que estaba pasando, ciertamente me estaba resultando bastante m�s
agradable y placentero de lo que me pod�a haber imaginado, por lo que no me
quedaba ninguna duda de que hab�a merecido la pena correr el riesgo por elevado
que hubiese sido.


Aun sent�a algunas peque�as dudas y temores por lo que estaba
haciendo, pero �qu� narices!, lo que estaba haciendo no pod�a ser malo, ya que
solo estaba disfrutando de un juego propio de una relaci�n de amistad, �qu�
tenia eso de negativo?, en realidad nada. Por otra parte, aunque no me agradase
sexualmente el cuerpo de un hombre, si me agradaba compartir una experiencia tan
atrevida, excitante, y morbosa como aquella, y las sensaciones que sent�a eran
tan placenteras como las de una relaci�n heterosexual. A fin de cuentas, �qu�
diferencia hab�a entre una caricia hecha por un hombre o una mujer?, f�sicamente
ninguna, es mas, por l�gica, nadie conoce mejor lo que le gusta a alguien, que
alguien del mismo sexo.


Despu�s de aquel aplastante raciocinio, solo me pude plantear
una cosa, que si estaba disfrutando tanto de aquella situaci�n, y no tenia
ninguna raz�n fundada para considerarla interesante y atractiva, lo �nico que
deb�a hacer era, aprovechar la suerte que hab�a tenido pudiendo conseguir llegar
hasta all�, procurar que fuese lo mas placentera posible, y dejarme llevar sin
ning�n tipo de reparo, por todo aquello que mi deseo me propusiese libremente.


Volv� mentalmente a la escena real, y con la tranquilidad de
sentirme absolutamente satisfecho por lo que estaba haciendo, comenc� a dejar
que mi cuerpo y mi mente se sincronizasen para poder disfrutar del m�ximo de lo
que estaba sucediendo en el interior de mi propio coche. Casi ni me lo cre�a,
porque hasta el ultimo momento pensaba que era imposible que pudiesen salir bien
las cosas.


Mi rabo segu�a siendo el centro de sus atenciones, mientras
que yo, inconscientemente, comenc� a moverme con suaves elevaciones de cadera,
como si bombease, con lo que al tener separadas mis piernas, despejaba el camino
hacia mi ano. Esto no paso inadvertido para �l, que con una extremada precauci�n
fue desplazando sus caricias hacia esta zona de mi cuerpo. Yo, al percatarme de
esto, le pregunte:


Yo- �Estas intentando hacer algo con mi culo?.


�l- .....Pues sinceramente si, �t� molesta que lo haga?.





Yo-.... Pues sinceramente si hay algo que me molesta de
eso, pero no que lo intentes hacer, sino que no lo hayas hecho ya, y que
lo est�s intentando con tanto miedo. He de decirte algo que me parece
importante que ambos lo tengamos presente, que para hacer llegar a este
punto ambos confiamos totalmente en el otro, y que si hay algo que creas
apropiado, o bien lo hagas y si el otro no le apetece ya lo dir�, o que lo
plantees sin ning�n reparo.


�l- Me parece muy bien. Estoy totalmente de acuerdo.


Yo- Pues entonces, no te cortes, haz lo que te apetezca
que yo tambi�n lo har�. Y por cierto, que sepas, que si he sido capaz de
llegar hasta esto, es porque estoy dispuesto a disfrutarlo con todas sus
consecuencias, y tambi�n con toda su amplitud. �de acuerdo?.


�l- Estupendo, me dejas alucinado, pero eso me resulta
aun m�s emocionante. Jam�s hubiese supuesto que esto podr�a pasar alg�n
d�a, pero ya ves lo que son las cosas.





Volvi� a inclinarse para seguir chupando mi polla, que estaba
en su m�ximo grado de erecci�n, ya que mi excitaci�n era incre�blemente grande.
El morbo que me produc�a aquella aventura, la convert�a en una maravillosa
sensaci�n de disfrute y emoci�n. R�pidamente comenc� a sentir sus dedos
acariciando mi ano, lo que me provoco una incre�ble subida de mi calentura. Como
pod�a, intentaba facilitarle el acceso a mi culo, hasta que no pude resistirme a
pedirle con cierto �mpetu, que me metiese su dedo ya, que estaba impaciente por
sentir como me hacia disfrutar de esa sensaci�n.


Yo conoc�a el placer de saborear una polla, y con
satisfacci�n reconozco que era algo que me apetec�a poder hacer, pero sin
embargo, mi culo estaba intacto, era virgen, y en aquellos momentos no tenia
ning�n problema en que esto dejase de ser as�, es mas, para ser sincero, estaba
deseando hacerlo.


Levante un poco mi cabeza y le dije que nunca me hab�an
penetrado, y que esperaba que �l fuese el primero que lo hiciese. Para motivarle
mas, le dije que esperaba que fuese capaz de hacerme disfrutar de ese tipo
experiencia, y que de el depend�a que me demostrase que era tan placentera como
dicen quienes la han probado, as� que esperaba que se luciese conmigo para poder
considerarlo un excelente maestro en el arte del juego er�tico Gay.


�l sonri�, y comenz� a masajear mi culo con mucha delicadeza;
poco a poco fue introduciendo uno de sus dedos, y suavemente comenzo a moverlo
circularmente por el borde de mi ano. Al momento, sent� como un segundo dedo se
habr�a paso hacia el interior de mi culo, lo que me hizo gemir de placer y
excitaci�n. Era evidente que estaba dilatando mi esf�nter, y sin duda, eso
quer�a decir que la penetraci�n era algo inminente. Aquel pensamiento disparo mi
fantas�a y mi excitaci�n considerablemente, pero tenia muy claro, que antes de
que me metiese su polla por el culo, deseaba poderla disfrutar sinti�ndola en mi
boca.


Se levanto pidi�ndome que me diese la vuelta y me pusiese a
cuatro patas para encularme, pero yo le dije que aun quedaba algo por hacer, y
que no estaba dispuesto a dejarme follar como una perra sin antes comerme lo que
me pensaba meter. Lo empuje contra el asiento, y me lance, casi con
desesperaci�n, a coger su reluciente polla y metermela en la boca sin ning�n
tipo de miramiento. �l comenz� a suspirar y gemir, lo que me hizo disfrutar aun
m�s de lo que estaba haciendo.


Hacia a�os que so�aba con poder disfrutar de algo as�. No
pod�a disimular el enorme placer que me generaba sentir su rabo en mi boca,
lamerle los huevos, y disfrutar del morbo de recordar las much�simas fantas�as y
cuentos que hab�a imaginado haciendo aquello. Desde imaginarme que estaba
haci�ndolo obligado y humillado por una situaci�n de violaci�n, o que lo hacia
por ser un chapero, o incluso como una situaci�n de dominio. Todas eran formas
de hacer m�s placentero y morboso lo que estaba haciendo.


Sent� como el tambi�n despejaba el camino hacia su culo, y
sin ning�n reparo hice mas o menos lo mismo que �l hab�a hecho conmigo. Sus
jadeos evidenciaban que estaba pas�ndolo muy bien, y tras unos minutos jugando
con su ano, me incorpore, y le dije:


Yo- Es el momento.


�l- �El momento de que?.





Yo- De que va a ser, de que me ense�es como se goza con
una polla en el culo, �te atreves con el m�o?.


El- Sin problema, pero que tengas claro que despu�s
tienes que demostrarme lo que has aprendido.


Yo- De acuerdo.





R�pidamente me puse a cuatro patas, y �l, con su polla
erecta, se fue acercando a mi trasero, el cual, yo trataba por todos los medios
de abrirlo al m�ximo. Sin duda, aquello me resultaba muy morboso, yo, a cuatro
patas, despu�s de mamarle la polla, y poniendo el culo de la mejor postura para
que me enculasen, me sent�a una perra en celo, deseando que me follasen y me
hiciesen gozar, ���BUFFF!!!, quien me lo hubiese podido decir.


Sent� como su caliente polla comenzaba a perforar mi culo. No
era una sensaci�n especialmente placentera, aunque tampoco desagradable, sin
embargo, lo que realmente me resultaba tremendamente placentero, excitante, y
satisfactorio de aquello, era el conjunto de la experiencia. Me encanto las
sensaciones de estar disfrutando de una aventura atrevida, de una situaci�n
subversiva, emocionante, y muy especial por las sensaciones de complicidad que
la hac�an ser un aspecto agradable de la amistad entre dos personas.


Pasamos un rato disfrutando de la penetraci�n en distintas
posturas, para despu�s, cambiar los papeles, yo como penetrador, y el como
penetrado. Ambas relaciones fueron muy agradables y divertidas para los dos, y
al acabar por corrernos los dos dentro de nuestros respectivos culos, decidimos
dar por terminada la sesi�n experimental que hab�amos puesto en practica.


Mientras nos vest�amos y recuper�bamos la postura normal de
los asientos del coche, charlamos sobre lo que nos hab�a parecido la
experiencia. Mi opini�n era, que me sent�a satisfecho por el resultado, y que
hab�a sido mucho m�s interesante de lo que tenia pensado. Me alegraba much�simo
que las cosas hubiesen salido de un modo positivo, y que me sent�a obligado a
agradecerle la oportunidad que me hab�a dado para conseguirlo.


El se mostr� tambi�n satisfecho con lo que hab�amos vivido
aquella tarde, y que no pod�a haber imaginado que pudiese llegar a ocurrir esta
situaci�n, pero que despu�s de haber disfrutado tanto, reconoc�a que por su
parte no hab�a problema en continuar con esta relaci�n de amistad.


Le pregunte que en que momento comenz� a considerar posible
esta relaci�n, y su contestaci�n me sorprendi� bastante; al parecer, en ningun
momento penso en que lo llegaria a aceptar, ya que no sentia ningun atractivo
por m�, pero que aunque se sintio algo agobiado cuando le hice la proposici�n de
probar a tener un contacto sexual, por consideraci�n hacia mi ilusion, y a la
buena relacion que teniamos, se vio obligado a aceptar el reto. En realidad
estaba convencido de que yo me rajar�a antes de llegar hasta el momento critico,
y que se sorprendi� al ver que las cosas iban adelante sin que yo diese muestras
de inseguridad.


En realidad, considero positiva e interesante esta relaci�n
cuando al acabar la experiencia, hacia unos pocos minutos, hab�amos comenzado a
hablar sobre lo que nos parec�a, y al ver mi absoluta satisfacci�n, y la ilusi�n
con la que comentaba lo positivo que me hab�a parecido, se dio cuenta de que
realmente fue una experiencia interesante, y que el tambi�n disfruto de una
forma de disfrutar una relaci�n de buena amistad.


No pusimos en marcha, y le acerque hasta la puerta de su
casa. Al despedirse me dio un beso en la mejilla, y me comento que se lo hab�a
pasado muy bien, as� que esperaba poder repetir cuando me apeteciese. Yo, con
una euf�rica reacci�n de alegr�a le conteste que me encantaba o�r aquello, y que
seguir�amos en contacto para continuar, con la amistad, con la experiencia, y
porque no, tambi�n con el proyecto de trabajo que me sirvi� para iniciar aquella
especial relaci�n entre nosotros.


�


Espero que esta aventura continu� y poder cont�rosla a
quienes la sigan, pero si hay algo que desear�a con much�simas ganas es, que lo
pr�ximo que os cuente no tenga nada de ficticio, sino que sea un relato real de
la experiencia que estoy esperando poder disfrutar.


Hasta pronto.



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