Autora: Incestuosa

POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO

Cap. XIX

Cuando estuve recostada en mi cama no pod�a contener la brama
que a�n me embargaba recordando las escenas entre Mago y su Gran Dan�s, por lo
que me di a masturbarme por varias horas qued�ndome dormica al filo de la
madrugada. Fue por ello que al d�a siguiente, cuando mi madre y Luci regresaron
de su viaje, yo a�n me hallaba en el quinto sue�o. Las dos entraron en mi
habitaci�n y comenzaron a mover mi cuerpo. Cuando abr� los ojos y las v� mi
coraz�n se llen� de alegr�a. Realmente amaba a mi familia. Mi madre me dijo:

-Anda, flojita....lev�ntate y v�stete que ya nos vamos a
casa.

-Si...esperen un momento.

Mientras me pon�a mi ropa v� que Margarita me observaba con
una sonrisa en los labios. Mi madre le pregunt� a su amiga:

-Y c�mo se port� Julita, Mago?

-Muy bien...muy bien, amiga...es una ni�a muy linda y
tranquila...

-Si...lo s�...ella es muy obediente �coment� mi madre-

-Ay Mago...quiero darte las gracias por cuidarla...

-Pero amiga...ya sabes que estamos para ayudarnos.

-Lo s�...lo s�...pero de cualquier manera te lo agradezco.

-Si, est� bien.

Considerando que era el momento de marcharnos mi madre se
despidi� de Margarita al tiempo que Luci y yo le d�bamos un beso en la mejilla.
Cuando subimos a nuestro auto Luci me pregunt�:

-�Qu� tal te la pasaste, manita?

-Muy bien Luci...y t�?...c�mo estuvo el viaje?

-Oh, de maravilla...

-Si...me imagino...

Al poco tiempo llegamos a nuestra casa. Yo me sent�a tan
cansada que despu�s de comer me sub� a mi cuarto para volver a dormirme. Ya no
supe lo que har�a Luci pues despert� hasta el d�a siguiente.

Los d�as siguieron pasando como si nada hasta que mi madre
nos dio la noticia anhelada.

-Ni�as...su padre llegar� esta noche...

-De verdad mami?...oh qu� bueno. �dije yo contenta por su
retorno-

-Qu� bien que ya regresar�. �terci� Luci no tan convencida-

-As� es...llegar� directamente al establo para bajar la
partida de animales que compr�...as� que es probable que no lo vean hasta
ma�ana...

-Ay ni modo �dije yo compungida pero contenta de saber que
pronto lo ver�a-

El d�a transcurri� con normalidad y no vi ning�n movimiento
extra�o ni en Luci ni en mi madre, lo que me hizo pensar que era probable que se
estuviesen guardando por el retorno de papito, deseando ambas con seguridad
volver a tener contacto carnal con �l. Pero la que m�s deseaba verlo era yo,
pues en el fondo esperaba que muy pronto se hiciera cargo de mi virginidad, que
para entonces se hab�a convertido en un problema que indirectamente me imped�a
disfrutar y gozar con Bat como yo deseaba. Adem�s, anhelaba muy dentro de mi
coraz�n sentir primero la verga de mi papi dentro de mi cuquita, que desde hac�a
meses se mostraba ansiosa de ser penetrada por primera vez por su incomparable
falo. Al siguiente d�a advertimos al fin la presencia de mi padre en casa. Todos
lo abrazamos d�ndole una bienvenida cordial. Ese d�a comimos juntos al tiempo
que �l de deleitaba cont�ndonos con lujo de detalle las peripecias que hab�a
vivido para adquirir el lote de animales. Cuando acabamos de comer aprovech� un
momento en que pap� se qued� solo para decirle:

-Papi...yo quiero conocer los animales que trajiste...

-De verdad Julita?....pues me da gusto que quieras verlos...

-Si...quiero verlos...�me llevar�s al establo?

-Si linda...te llevar� si quieres...

-Ay papito...qu� lindo eres....�Y cuando iremos?

-Si quieres hoy mismo...m�s tarde tengo que ir all�, as� que
ir�s conmigo.

-Pero...papi...yo quiero ir solita contigo...

-Oh...no quieres que Luci vaya con nosotros, no es asi?

-Si.

-Est� bien...est� bien...te llevar� s�lo a ti....as� que
prep�rate...

Le sonre� agradecida y le plant� un beso en la cara. �l
sonri� complacido y me dijo:

-Dentro de una hora nos iremos, linda..

-Si...si...gracias papi...

Yo ya no quise meterme en la casa permaneciendo en el patio
atenta a la salida de mi padre. Y esa hora de espera se me hizo interminable.
Cuando al fin lo vi salir me fui tras �l casi corriendo. �l ensill� el caballo,
me subi� en ancas y mont�ndose nos alejamos rumbo al ranchito. Yo iba feliz con
mis brazos puestos alrededor de su cintura y hasta tarar�e unas canciones a
trav�s del camino. Mi padre me coment�:

-Ya veo que est�s feliz, no Julita?

-Si papito...ya quer�a verte...demoraste muchos d�as fuera...

-Si linda...pero era necesario.

-Si, lo s�, papi...

En medio de la pl�tica arribamos por fin al establo. Mi padre
se regocij� mostr�ndome los animales que hab�a comprado, poniendo particular
inter�s en mostrarme el toro holstein de piel moteada que le servir�a de
semental para la reproducci�n de su hato. A causa de su demorado viaje �l se
hab�a visto obligado a dejar a un lado la orde�a, por lo cual le pregunt�
curiosa:

-Papi..ahora que no estuviste y no orde�aste las vacas...�qu�
pas� con la leche?

-Oh linda...ese no es problema, al contrario...

-Por qu� lo dices, papi?

-Porque es bueno para los becerros....ver�s, Juli...cuando
uno no orde�a a las vacas los becerros se amamantan mejor tom�ndose toda la
leche...

-Oh...entonces no se pierde, verdad?

-No, para nada...digamos mejor que se aprovecha...no crees?

-Si...claro.

Yo estaba decicida a que en esta ocasi�n mi padre me
desvirgara. La prolongada espera para que lo hiciera y las semanas en que estuvo
ausente aumentaron mi inter�s por que lo hiciera y no estaba dispuesta por
ning�n motivo a perderme esta oportunidad en que est�bamos solitos. De modo que
mientras �l me segu�a mostrando orgulloso los ejemplares que acababa de comprar,
yo pensaba una y otra vez en c�mo podr�a llevarlo al punto en que me hiciera
suya de una vez por todas. La oportunidad deseada se me present� muy pronto
cuando me estaba ense�ando una linda yegua que formaba parte del nuevo lote.
Dispuesta a llevar a cabo mis m�s �ntimos deseos le dije:

-Ay papito...por qu� no me llevas a dar una vuelta por el
campo en esta yegua?

-Quieres montarla, Juli?

-Si...est� muy bonita...

-De acuerdo...deja que le ponga la silla e iremos a dar un
paseo con ella.

Minutos despu�s cabalg�bamos los dos entre los tupidos
�rboles del bosquecillo. Cuando llegamos a un sitio que me pareci� el m�s
propicio para estar a solas le suger�:

-Papi...me siento un poco cansada de mis piernitas....me
dejas que me baje un ratito a descansar?

-Claro, peque�a.

Deteniendo al animal se baj� de la bestia y coloc�ndo sus
manos en mi cintura me ape� a mi tambi�n. Aprovech� ese instante muy bien, pues
justo cuando me estaba bajando del caballo repegu� mi cuerpo al suyo y lo abrac�
con fuerza. �l se me qued� mirando pero no me dijo ni una palabra. Yo, siguiendo
con mi plan, me sent� en el suelo con las piernitas abiertas de tal forma que �l
pudiera ver el interior de mis muslos. Mientras �l amarraba la yegua de un �rbol
yo aprovech� la circunstancia para enrollar la tela de mi braguita de modo que
se me metiera entre los plieguecillos de mi cuquita. De esa manera �l podr�a
admirar una parte importante de mi tesoro escondido. Pronto mi papito se sent�
frente a mi al tiempo que yo me manten�a atenta a sus reacciones. Vi cuando �l
se me qued� mirando a la entrepierna abierta sin apartar los ojos del
espect�culo que deliberadamente yo hab�a preparado. Fue cuando �l me dijo:

-Julita...ya veo que en estos d�as que no estuve creciste un
poco m�s...

-Te parece, papi?...por qu�?

-Porque ahora mismo lo estoy viendo...

-Jijiji...te refieres a esto? �le contest�, se�alando con uno
de mis dedos el interior de mis muslos-

-Si, linda....me refiero a eso...

-Pues creo que s�, papito...pero f�jate que el deseo mayor
que tengo no se me hace realidad.

-Ah si?....y cual es ese deseo, Juli?

-Que ya me salgan pelitos all� abajo....

-Oh...eso...pues es cuesti�n de tiempo, linda...seguro que te
saldr�n...ya lo ver�s.

-Si papi, lo s�...s�lo que yo quisiera tener ya...

-Si?...y por que?

-Porque pienso que esa cosita se ve mas bonita con pelos...no
es asi?

-Pues s�...pero debo decirte que una cosita sin vellosidad
tambi�n es hermosa...

-Te parece?...crees que la m�a es hermosa, papi?

-Si..claro que s�...desde aqu� te la estoy viendo y es
realmente bella as� sin pelitos...

-Oh qu� bueno que te gusta, papi....�no quieres verme haber
si aunque sea tengo alg�n vellito por all�?

-Si, Juli...d�jame revisarte all�.

Mi padre se aproxim� a m� y levantando mi faldita hasta
arriba se inclin� para verme el chochito de cerca. Sent� el suave resoplido de
su respiraci�n entre mis piernas en tanto me observaba el interior de mis muslos
con los ojos enardecidos de deseo. Vi que muy pronto el bulto comenz� a
levantarse debajo de su pantal�n. Comprendiendo que esa era la oportunidad que
andaba buscando le dije:

-Papi...�No crees que ser�a mejor que me quitara mi
pantaletita?...as� podr�as verme mejor all� abajo.

-Si, Juli...pero deja, que yo te la quitar�.

Me levant� del suelo para que �l pudiese bajarme los calzones
sin problemas. Tom� con sus callosas manos la tela y comenz� a bajarla hasta que
me despoj� por completo de ella. La t�pica humedad que se da en esos casos
empez� a manar dentro de mi virginal hendidura. Mi padre se agach� poni�ndose de
rodillas sobre el c�sped y as� como estaba yo de pie empez� a tocarme mi
triangulito sin pelitos palpando una y otra vez aquel montecito carnoso que s�lo
mostraba la peque�a protuberancia de mi pubis sin vellosidad. Sus dedos me
acariciaban la entradita de mi papayita frot�ndolo suavemente a lo largo de mi
rajita. Mis jadeos de placer no se hicieron esperar y comenc� a gemir ante el
disfrute de las geniales exploraciones. Me di cuenta que el bulto bajo su ropa
segu�a creciendo m�s y m�s haciendo que me relamiera los labios con la lengua de
tan s�lo pensar en el momento en que mi papi se lo sacara de all�. Fue cuando �l
me dijo:

-Espera, linda...mejor te quitar� toda la ropita...te ver�
mejor as�...quieres?

-Ssii...siii...

Sus manos se dieron vuelo al despojarme por completo de mi
faldita, mi blusa y mi corpi�o. Cuando estuve totalmente desnuda mi papi me
pidi�:

-Anda, Julita...acu�state en el suelo.

-Ssi.

Obedec� con presteza su anhelante petici�n abandon�ndome a
sus deseos. �l se coloc� a�n con sus vestiduras puestas en medio de mis
piernitas y se inclin� para comenzar a chuparme mi bollito. Al sentir el
contacto de la punta de su tibia lengua sobre la hendidura mojada lanc� otro
gemido de placer, comprobando al mismo tiempo que todo lo que Luci me hab�a
contado era cierto, pues mi papi era ciertamente un experto mamador. Por largos
e intensos minutos me estuvo chupando mi cuquita en tanto yo me retorc�a de
placer manteniendo mis piernitas bien abiertas. Pronto mi papito me puso uno de
sus dedos en el centro de mi esf�nter trasero sin dejar de succionar mi
chochito, moviendo su falange en c�rculos que me hizo gritar de brama. No
deseando por ning�n motivo que la oportinudad para des desflorada se me
escapara, le coment�:

-Ay papi...por qu� no te quitas la ropa?...quisiera verte
como tienes tu cosa esa...

Apart�ndo su boca humedecida de mi centro frontal se
incorpor� y comenz� a desnudarse. Yo no apartaba mis ojos de aquel bulto del
delirio que tanto me llamaba la atenci�n, por lo cual admir� cuando al quitarse
su calz�n brot� de pronto cual resorte el largo pito parado de colorada cabeza
que por varios meses hab�a sido el protagonista principal de mis anhelantes y
calenturientos sue�os. No pude sustraerme a la urgente necesidad de tocarlo, de
modo que sin decirle nada lo cog� entre mis manos y empec� a frotarlo como hab�a
visto que �l mismo lo hac�a cuando se encerraba en el establo. Por largos
minutos lo mantuve agarrado al tiempo que le jalaba el pellejito de arriba hacia
abajo. Mi papito exhalaba mientras tanto algunos quejidos que me pon�an m�s
caliente de lo que ya estaba.

Ante el antojo de sentirlo dentro de mi boca por primera vez
me acerqu� a su herramienta parada y sacando mi lengua comenc� a tallarla
alrededor de la roja cabeza en forma de coraz�n. Deseando met�rmelo en la boca
abr� mis labios y lo hund� en mi cavidad prodig�ndole ansiosos chupetones que
provocaron en �l un aumento en el tono de sus calientes jadeos. Con aquella
largu�sima verga dentro de mi boca yo me tocaba mientras tanto el interior de mi
rajita comprobando la inundaci�n de efluvios que mis entra�as produc�an. Fue en
ese instante que escuch� la ansiada petici�n por parte de mi padre.

-Julita...Julita...estoy que no me aguanto....ahora quiero
ense�arte un jueguito nuevo, quieres?

-Si...papito...ens��ame ese jueguito nuevo....hazme lo que t�
quieras...

Sacando su verga enhiesta de mi boca me pidi� que me
levantara. Mientras me incorporaba del piso �l se tendi� sobre la hierba con su
largo tolete viendo hacia arriba, mientras me indicaba:

-Ven Juli...quiero que abras bien tus piernitas y te montes
despacito sobre mi cosita...me entendiste?

-Sssi...

Sin poder ocultar mi brama y con movimientos presurosos me
abr� de piernas y me fui acomodando por encima de su pito parado al tiempo que
�l me tomaba de las caderas como para asegurarse de que mi grupa quedara a tiro
de su pistola. Cuando hube quedado en la posici�n correcta �l fue aflojando la
presi�n de sus manos sobre las tiernas canes de mis nalgas, indic�ndome:

-Ahora, linda...quiero que te vayas bajando muy despacito
hasta que sientas la punta de mi pitito en la rajita de tu cuquita...entendiste?

-Sssi...sssi, papito...

Comenc� a doblar mis piernas con lentitud como �l me hab�a
dicho hasta que sent� la ardiente cabeza de su verga tocar mi anhelosa papaya.
Cuando mi papi sinti� rozar la piel de mi bollito sobre la cabeza de su
inflamado glande me dijo:

-Ahora no te muevas, linda...qu�date all� un momentito...yo
te ir� diciendo lo que tienes que hacer...

Yo no pude ya contestarle con palabras sino que me limit� a
asentir con un movimiento de cabeza, pues era tan intensa la brama que me
embargaba que s�lo deseaba que �l me traspasara con su largo ca��n de carne.
Pero en realidad mi padre sab�a muy bien lo que hac�a, pues sabiendo que era
virgen se daba bien cuenta que todo hubiera sido un desastre en caso de que yo
intentara meterme el largo tolete endurecido de un solo jal�n. Con los ojos
cerrados y la vista nublada por la pasi�n me di al disfrute de la cabeza del
regio falo de pap� tocando a mi puerta, que por primera vez iba a ser desvirgada
para quedar abierta para siempre. Habiendo transcurrido unos minutos que a mi se
me hicieron eternos y sin precipitarse en lo absoluto, volv� a escuchar su voz
enronquecida:

-Juli...te ir�s sentando despacio, muy despacio...y yo te ir�
deteniendo con las manos. Si sientes dolor me lo dices...de acuerdo?

Vov� a mover mi cabeza en se�al afirmativa para obedecer de
inmediato su precisa indicaci�n, bajando mis nalguitas poco a poco. Fue entonces
que sent� c�mo la punta de su largo pito empez� a entrar en mi grutita
alborotada. A pesar de la humedad que rezumaba mi bollito no pude evitar lanzar
un grito de dolor cuando la cabeza inflamada penetr� mi hendidura abierta. Al
darse cuenta de que me estaba lastimando, mi padre me pregunt�:

-Julita...te duele mucho?

-Ssi...si me duele, papi...

-Est� bien, linda...eso es muy normal...creo que ser� mejor
que le demos una ayudadita para que no te duela tanto...

-Sssi..

Sacando la cabeza de su verga de mi adolorido conejito me
pidi� que me apartara un poco. �l se sent� sobre el suelo y comenz� a escupir
varias veces sobre una de sus manos hasta que �sta se llen� completamente de
saliva. En seguida se dedic� a tallar el l�quido alrededor de su falo hasta que
�ste qued� completamente humectado, viendo que parte del efluvio salivoso se
deslizaba hasta sus peludos huevos. Despu�s me tom� de la mano y me acerc� a �l,
y volviendo a escupir de nuevo procedi� a ensalivarme toda la entrada de mi
caliente chochito, e inclusive los pliegecillos interiores de mi vulvita, pues
sent� que con uno de sus dedos me introduc�a bastante saliva en el intrincado
pasadizo inviolado. Comprend� enseguida que justamente era aquella la ayudadita
a la que hab�a hecho menci�n, no dejando de admirar su experiencia en esas
cosas. Preparada para volver a tomar la misma posici�n de antes volv� a ponerme
encima de su parado pito mientras �l me sosten�a de las caderas, dici�ndome con
palabras dulces:

-Recuerda lo que te dije, linda....tienes que bajarte
despacito...

-Sssi...

De nueva cuenta me fui doblando de piernas sobre el hinchado
tolete hasta que volv� a sentir su colorada y caliente cabeza ensalivada tocando
mi hendidura mojosa en abundancia. Siguiendo al pie de la letra sus
instrucciones me detuve all� por un momento. Pasados unos instantes de
angustiosa espera mi papi me dijo:

-Muy bien, Julita...ahora volveremos a intentar meter la
cabecita...as� que b�jate tantito pero muy despacio...muy lentamente...

De inmediato hice lo que me ped�a y fui bajando mi grupa con
suavidad hasta que sent� de nuevo c�mo la punta de su verga se abr�a paso en mi
interior haciendo a un lado los labios vulvares de mi papayita. Era indudable
que la presencia de la saliva cumpl�a su cometido a la perfecci�n, ya que esta
vez me di cuenta que la primaria penetraci�n no fue tan dolorosa como la
anterior, aunque debo confesar que s� me produjo cierta incomodidad que a pesar
de todo me encant�. La gruesa cabeza del falo de pap� permaneci� est�tica por
alg�n tiempo en la mera entrada de mi hendidura, lo cual me causaba tanta
lujuria que ya estaba a punto explotar en mi primer orgasmo. Pero haciendo de
tripas coraz�n hice tremendos esfuerzos por aguantar la urgencia de la venida
qued�ndome quieta con aquel pedazo de carne roja abri�ndome la puertecilla de mi
cuquita.

Minutos despu�s mi padre volvi� a decirme:

-Linda...ya es momento de que volvamos a empujarlo otro
poquito...quieres?

-Ssi...papito...si..

Aferr�ndose a mis caderas �l empez� a jalar mi cuerpecito
hacia abajo con una lentitud tan sutil que me estremec� de placer. Yo, por mi
parte, trataba de ayudar en su labor perforatoria lo mejor que pod�a, procurando
no mover mi culito hacia los lados para evitar de nuevo alg�n tipo de dolor. El
catalizador salivoso cumpl�a con creces su prop�sito de servir como coadyuvante
en mi desfloraci�n, ya que sent� c�mo un pedazo de su larga verga ingresaba poco
a poco a mi rajita sin provocarme n�useas. Al darse cuenta de que yo no evitaba
la penetraci�n ni hac�a gestos dolorosos, mi papi se anim� a empujarme la verga
un poco m�s adentro. Aquel movimiento inesperado me hizo aullar de nuevo
sintiendo que mis caderas se quebrantaban y que el tremendo ca��n me part�a en
dos. Fue entonces que le implor� a mi padre:

-Noooo....nooo...papito�s�camelaaaa...me duele
mucho....ayyyy...me duele...me duele....ya s�camela por favor...

Mi padre, que bien sab�a que aquello tendr�a que pasar tarde
o temprano, ni siquiera se inmut�, sino que se limit� a consolarme diciendome:

-Si, peque�a....s� que te duele...pero debes saber que eso es
normal....siempre que el pitito entra por primera vez tiene que haber
dolor...pero eso no durar�, te lo aseguro...

-Ay nooo....no papito....yo quiero que mejor me la
saques....me duele horrible...siento que me partes en dos...

-Lo s�, linda...lo s�...pero d�jame decirte que el dolor
pronto pasar�...

-Nooo...s�camela por favor...s�camela yaaaa...

-Escucha Julita....si te la saco te doler� m�s...as� que es
mejor que te aguantes tantito hasta que el dolor desaparezca...conf�a en
m�...cuando ya no te duela entonces la meteremos otro poquito porque tu cuquita
se acostumbrar� a ella....y ya no sentir�s dolor sino placer...me comprendes?

Yo no pude contestarle porque en ese momento lloraba a pierna
suelta con el pedazo de verga metido en mi cuevita, sintiendo como un mar de
l�grimas me escurr�an por toda la cara. Para mi sorpresa constat� que el dolor
tan brutal que hab�a experimentado fue cesando poco a poco hasta que desapareci�
por completo. Sent� un gran consuelo al darme cuenta que despu�s de todo mi papi
ten�a raz�n, anim�ndome de nuevo a continuar con mi ansiado desvirgamiento. Las
palabras de mi padre causaron un efecto a�n m�s tranquilizador en m�, cuando
escuch� que me dijo:

-Ya no te duele, verdad, linda?

-No, papi....ya no...

-�Ves que te lo dije? Ahora qu�date as� como est�s un
ratito...eso facilitar� todo y ya no te doler� tanto...

-Sssi...papito..como t� digas..

Permanecimos quietecitos en la misma posici�n hasta que yo
misma le ped� que intentara meterme otro cachito, dici�ndole:

-Papi...yo creo que ya puedes meterme otro pedacito...ya no
siento nada de dolor...

-Si...es porque tu cosita ya se acostumbr� a tenerla
adentro....la piel interior se dilata y el dolor desaparece como te lo dije
antes..

-Si...es verdad...pero anda...intenta metermelo m�s
adentro...yo lo quiero todo...

Comprendiendo que yo ten�a raz�n y que ya era el momento
justo para empujarme su verga hasta las cachas, mi padre me respondi�:

-Est� nbien, Julita...pero tienes que hacerlo como yo te
diga...si no te volver� a doler...

-Si, papi...har� como dices..

-Bien...ahora trata de relajar tus piernitas, tu culito y
todo tu cuerpo...afl�jate toda...eso facilitar� la entrada...

-Sssii...ssii..

-Muy bien, peque�a...ahora vete sentando otro poquito sobre
m�, que yo te ir� empujando hacia abajo para que se meta otro pedazo...

-Ssi.

Volv� a bajar con tiento mi culito sobre su pito parado
sintiendo c�mo su p�jaro endurecido penetraba otro poco mi chochito. Recordando
las recomendaciones de mi papi me qued� quieta por algunos momentos hasta que
repet� el movimiento empuj�ndo mi grupa una vez m�s hacia abajo al tiempo que mi
papi hac�a lo propio jalando con sus manos mis caderas. El pito se fue hundiendo
m�s en el interior de mi apretada gruta, comprobando con regocijo que la
penetraci�n ya no me causaba tanto dolor como antes. Y aunque lo cierto es que
s� experimentaba cierta incomodidad extra�a en el interior de mi hendidura
abierta, no por ello dejaba de reconocer la gran experiencia de mi papi en estas
lides al constatar la certeza de su dicho.

-Ya casi entr� la mitad, Julita....y eso es lo m�s
dif�cil...de ahora en adelante ya no sentir�s dolor, sino placer...ya lo
ver�s....

-Ay papi....�Aunque lo tengas tan largote?

-A�n as�, Julita...lo importante es que entre la mitad,
porque eso abre por completo el conducto...lo dem�s ya no ser�
problema...comprendes?

-Ujum...

-Bien...est�s lista para que ahora s� te la meta toda?

-Toda?...oh, papi...no quiero qu me lastimes...

-No lo har�...ten confianza, Julita...pero tienes que estar
dispuesta...tienes que querer..tienes que desearlo...dime, linda... �Est�s
preparada?..

-Ssi...yo lo quiero todo...

-Perfecto...encontes vete bajando un poquito m�s
fuerte...como que sueltas tu cuerpo y te dejas caer sobre m�...

-Aj�..

-Ya Juli...d�jate caer ahora...

Hice lo que �l me ped�a. Sent� clarito c�mo el largo badajo
erguido entraba con violencia hasta adentro de mi rajita, abri�ndose paso hacia
lo m�s profundo de mis entra�as mientras los pliegues de mi cuquita imberbe eran
desflorados para siempre al romperse de un tir�n el himen protector de mi
virginidad infantil. Sent� tambi�n cuando mis nalgas golpearon por vez primera
las peludas piernas de mi papi indic�ndome con ello que el inflamado intruso
hab�a invadido la totalidad de mi cuvita. Y aunque ven�an a mi mente en ese
instante las indicaciones de mi padre de quedarme quietecita, hice caso omiso de
ellas al sentirme penetrada hasta lo m�s rec�ndito de mi ser, produci�ndome el
ensartamiento una brama tan brutal que comenc� a gritarle con delirio a mi papi:

-Ohh, papitooo...m�temelo m�s�emp�jalo m�s adentro....lo
quiero todooooo....

Entendiendo que al fin mi desvirgamiento hab�a sido
consumado, mi padre comenz� a moverse r�tmicamente con su verga metida hasta los
huevos en mi desflorado conducto, empujando con violencia su regio tolete en un
mete y saca tan fenomenal y caliente que me derram� en mi primera explosi�n de
orgasmos que me hicieron gritar y llorar de lujuria.

A pesar de que la venida hab�a sido tan tremenda, no por ello
mi sangre dej� de arder y mi cuerpo de pedir m�s verga, por lo cual continu�
moviendo mi culo con velocidad gozando al m�ximo con el largo pito de mi papi
adentro. Comprobaba asimismo lo que mi hermana Luci me hab�a dicho acerca de lo
tremendo que es sentir una verga como la de mi papi penetrando mi chochito,
sobre todo cuando se mov�a como ahora lo hac�a, cada vez m�s r�pido,
produci�ndome otra cadena de interminables orgasmos que me hicieron sollozar de
nuevo, mas no de dolor sino de brama. No obstante lo enardecida que me
encontraba alcanc� a escuchar las palabras de mi padre que me dec�a:

-Ya, linda...te voy a echar mi lechita
adentro....ohhhhhhhh....me vengooo, Juli....me vengooo..

Como impelida por una orden superior a mis fuerzas me di a
mover el culo con la mayor fuerza posible refreg�ndo mi grupa sobre el pubis de
mi padre, sintiendo c�mo su descomunal herramienta volv�a a hundirse una vez m�s
hasta las cachas, al tiempo que �l se derramaba en una venida tan incre�ble que
el semen comenz� a fluir por fuera de mi vagina confundi�ndose con mis efluvios
seminales y con la sangre que sal�a de mi interior. Por largos instantes
permanecimos quietos mientras saboreaba con mi cuquita rota el duro rifle de
papito, apretando la parte baja de mi vientre con la intenci�n de exprimirle al
m�ximo la leche que drenaba de sus huevos. Minutos despu�s me di cuenta c�mo
poco a poco aquella verga deliciosa se iba achicando haci�ndose cada vez m�s
flacida, hasta que por s� misma se sali� del interior de mi ahora desvirgada
papayita. Al sentirla afuera de mi cuca mi padre me dijo:

-Ya, Julita...ya tenemos que irnos...anda b�jate ya que te
limpiar� tu cosita...

Yo me levant� de donde me hallaba sentada y me di a observar
mi precioso triangulito sin pelos que por fin hab�a sido desflorado para
siempre. Fue en ese intante cuando vi la abundante sangre mezclada con l�quidos
seminales, lo cual me provoc� un sentimiendo de tisteza al saberme rota de
manera irremediable. Las l�grimas comenzaron a fluir de mis ojos en un llanto
incontenible, mientras mi papito, d�ndose cuenta de mi estado, me abrazaba
tiernamente dici�ndome palabras de consuelo.

-Ya mi ni�a...no tienes por qu� llorar...alg�n d�a ten�a que
pasar...�sabes?..eso le ocurre a todas las mujeres tarde o temprano...

-Si...papi..yo s� eso...es s�lo que...mira como estoy de
ensangrentada...

-Ohh, Julita...no te preocupes por eso...ahora mismo te
limpiar� y quedar�s como nueva...ya lo ver�s...

Yendo hasta la silla de la yegua meti� su mano en la alforja
y sac� un trapo con el cual procedi� a limpiarme con cuidado mi sonrosada
rajita. Al ver que hab�a quedado totalmente limpia de mi co�ito me sent� mejor.
Mi padre se limpi� tambi�n su falo ensangrentado y lechoso para luego comenzar a
ponerse la ropa, indic�ndome que hiciera lo mismo. Poco despu�s regresamos al
establo, donde mi padre solt� la yegua y regresamos a casa a lomo caballo.

CONTINUAR�.

Si te gusta este relato me puedes escribir tus emociones y
comentarios a mi correo:

POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO