Relato: Me confie en su m�dico





Relato: Me confie en su m�dico

Mi esposa y yo tenemos un matrimonio sin muchos
contratiempos, ni grandes historias, vivimos en Montevideo, y no tenemos
problemas economicos. Mi mujer me pidio que la lleve al medico porque tenia
algunos dolores y de paso, hacerse una revisacion de rutina. El hecho de
acompa�ar a mi mujer a su visita a un ginecologo, me llenaba de excitacion,
sabiendo que tendria que desnudarse delante de otro hombre.


En la sala de espera, colgada de mi brazo, mi hermosa esposa,
Andrea , es una tipica argentina descendiente de Italianos, suizos, y algun
gaucho con sangre india, es una bella morena de ojos claros, delgada y alta con
muy buenos pechos, y un culito chico pero redondito, que se viste muy
conservadoramente, tiene 32 a�os muy bien llevados, gimnasio mediante, es
profesora de ingles en una escuela secundaria y tiene un caracter muy fuerte, es
bastante antigua en el tema del sexo y es dificil hacerla calentar. Viste
siempre muy sencillo y nada llamativa, pero me excitaba mirando sus pechos que
se dejaban entrever abultados abajo del pullover, por abajo llevada un vaquero
ajustado que le hermoseaba sus caderas, su culo y sus hermosas piernas, en sus
pies unas sandalias con tacos, que la hac�an casi mas alta que yo, y en sus
tobillos unas pulseritas como esclavas, que hacian ruidito cuando caminaba.


Acababa de entrar al consultorio una mujer rubia muy hermosa,
y yo me ratoneaba imaginandola desnuda y en la camilla esperando la revisac�n
del medico, le hice un comentario a Andrea sobre ella y el doctor, y ella me
respondi�, callate vos, siempre el mismo morboso, yo le hacia algunos arrumacos
y ella me agarraba mas fuerte apretandome el brazo como buscando refugio.


El Medico era un tipo alto con unas manazas y dedos
larquisimos, de unos 38 a�os aproximadamente se ve que tenia muchas pacientes
gracias a esos dedazos, no me los imaginaba dentro del chocho de mi esposa, y
pensaba que dentro de poco tendria la posibilidad de verla gemir de dolor.


Nos toco el turno, y pasamos adentro del consultorio, yo me
sente con vista a un peque�o biombo, y detras de un divisorio de plastico
traslucido, se veia la camilla ginecol�gica, la habitaci�n tenia una ventana que
estaba cerrada y un respiradero en la parte de atras a la altura de los marcos.
Mi esposa estaba nerviosa pero tambien la note excitada, imaginando lo que le
iban a hacer, sus ojos verdes brillaban mas que otras veces y me miraba como con
compasi�n, como si me estuviera a punto de enga�arme o pasarme el cuarto como
decimos ac�.


Despues de los saludos, y comentarios triviales de siempre,
algunas preguntas sobre la salud de mi esposa y los sintomas que podr�a tener,
le dijo que la tendria que revisar y le indico que se desnudara detras del
biombo, yo disimuladamente me corri para atras para disfrutar viendo como el
magnifico cuerpo de mi mujer, iba quedando sin ropa, se quito los pantalones y
la parte de arriba, y quedo en corpi�o y una min�scula bombacha, la que se le
metia por la raya de su culito y me volvia loco, era un juego de lencer�a negro
con bordes de encaje, que me quitaba el aire, sali� de atras del biombo,
preguntandole al medico si estaba bien as�, �ste levanto los ojos y quedo
alelado, pero reacciono enseguida y le dijo, que no, que se sacara todo, y mi
mujer algo avergonzada dud� un poco, volvio atras y se empezo a quitar el
brassier, soltando sus tetas magnificas, que ya tenian los pezones duros por los
nervios y la excitacion, a mi se me empez� a parar viendo las aureolas y sus
formas perfectas, se sac� la tanga, agachandose con el trasero hacia am�,
mostrandome sus nalgas y largas y entornadas p�ernas, que eran su orgullo,y un
lunar en el cachete izquierdo del culo, deslizo la tanga por sus piernas y las
pulseritas de los tobillos hicieron ruidito.


Pongase la bata verde, dijo el doctor, mir�ndola por arriba
del biombo, yo la pod�a ver, vestida solo con una cadenita en su cuello y las
pulseritas en sus tobillos era una imagen angelical, la cara de Andrea denotaba
temor, y realmente estaba alterada, el medico, al notarlo, le dijo que se
tranquilizara, que lo que le iba a hacer duele y molesta pero que pasa r�pido y
mientras menos piense en eso, lo iba a soportar mejor y le pasar� mas r�pido.


Mi mujer se puso la bata verde y salio de atras del biombo y
se acerc� a la camilla, que ya me quedaba un poco fuera del alcance de mi vista,
el medico le dijo, que se acueste y ponga los pies en los apoyos, con lo que
quedaba completamente expuesta y con su co�ito depilado a la vista, pero no la
m�a, yo me estiraba para poder observar, mi mujer junt� las rodillas y se cubri�
todo lo que pudo, yo pod�a verle las piernas por debajo de la bata y sus nalgas
que se aplastaban contra la camilla, el canal oscuro de su pelvis y el pliegue
de su cola donde empiezan las piernas, lo que me acentuaba la erecci�n.


Mientras el medico, se acerc� y buscaba unos guantes finos de
goma casi transparentes, se los colocaba, con las manos hacia arriba, mostrando
sus enormes y largos dedos, a ella ese gesto la hizo aterrar y cerro los ojos
para no ver, �l le agarro las rodillas y se las separ�, y se paro entre sus
piernas para empezar a trabajar en su co�o.


Alcanz� a ver la cara compungida de Andrea, al sentirse
completamente abierta y a merced de �l


El m�dico tomo un pomo de agua y le tiro agua en su pubis, y
luego se lo sec�, - tiene irritado y un principio de hemorroides en su ano, le
dijo, - si, me arde le dijo mi mujer, -le pondr� una pomada, que tomo y le dijo
- pongase boca abajo y en cuatro patas en la camilla, mi mujer se dio la vuelta,
obedeciendo, entonces �l le levanto la bata descubriendo un culo blanco y
redondo como para desfallecer, le coloc� la pomada lentamente, rodeando su
agujerito e introduciendole un poco su dedo a lo que Andrea fruncio su cara y
ele vo la cabeza en gesto de dolor, me arde mas todav�a insistio, y el medico
estuvo un par de minutos masajenadole su entradita posterior, luego le metio un
dedo entero, y lo flexionaba y lo movia en c�rculos adentro de su culo, como
buscando algo, ella, grit� y se mov�a tratando de quitarse el dedo, y �l le
dijo, -quedese quieta porque sino es peor- yo me excit� de sobremanera y me
corr� para ver mejor, en ese momento el medico repar� en m�, y mirandome
fijamente, se dio cuenta de mi estado de nervios, y me pidi� si me pod�a retirar
porque, har�a mejor su trabajo sin tener la presion del marido de la paciente,
mirando la terapia invasiva que le iba a hacer a la esposa. Yo qued� paralizado,
no quer�a perderme el espect�culo, pero estaba realmente sobreexcitado, me salv�
mi esposa que le pidio, -doctor dijo casi lloriqueando, -dejelo que se quede ,
quiero que este conmigo, Entonces el m�dico dijo est� bien, y termino la
exploraci�n de su ano, Cuando se alivio un poco la hizo ponerse como al
principio, �l se dio vuelta, se cambio los guantes, de nuevo exhibiendo sus
dedos en alto y tom� un aparatito de pl�stico de la vitrina, se dirigio a la
camilla y lo coloco delicadamente en la entrada de la vagina de mi esposa y de a
poco se lo fue introduciendo en el co�ito, mi esposa gimi�, - le duele mucho
pregunt�. � Si me duele- yo corr� la silla donde estaba sentado para acercarme
m�s, Al sentir eso el m�dico, me mir� nuevamente y me dijo, - mire voy a tener
que insistir en que se retire as� puedo continuar con normalidad. Esta vez mi
esposa no puso objeci�n.


Muy perturbado, tuve que retirarme, y cuando se cerro la
puerta, me quede solo en la sala de espera, con una angustia en el pecho y en un
estado de incontrolable excitaci�n, me persegu�a la imagen de mi mujer dentro de
esa bata, y sabiendo que no tenia nada debajo, y encima encerrada con un hombre
que la ten�a totalmente a su merced, no sabia que hacer, desde el consultorio
sent� mas gemidos de mi esposa, lo que me volv�a loco, alcance a sentir la voz
del medico pero no pude descifrar sus palabras, asi durante un largo rato, trate
de escuchar e imaginar lo que le estaba haciendo a mi esposa, seguian los
gemidos un poco mas fuertes, y pegue la oreja a la puerta, para sentir mejor, la
ansiedad me torturaba, me imaginaba miles de fantas�as, en eso veo a una mucama
que sale por una puerta del pasillo de atras, puerta que seguro dar�a a un
cuarto atras del consultorio, pense que escuchar�a mejor y no correr�a riesgo de
que viniera alguna otra paciente a la sala de espera y me frustara la
posibilidad de por lo menos oir lo que pasaba adentro. Me levant� y me fu� hasta
el cuarto ese, abr� la puerta, entre, me encerr� y comprob� que se escuchaba
todo lo que pasaba adentro con mi mujer, que ya se habia calmado y hablaba con
el medico, dici�ndole que le ard�a el ano, y la pomada le daba mucho calor, el
medico le contesto que ya le iba a pasar, que despu�s le har�a un tratamiento
especial.


Yo me pregunt� porqu� se oia tan bien y me di cuenta que el
respiradero que habia visto en la parte alta y posterior del consultorio daba a
este cuarto, y estaba abierto, por lo que me subi a un tacho que habia y mire
por el respiradero, la vista era magnifica, me llene de alegr�a y excitaci�n, el
medico trabajaba en el co�o de mi mujer de frente a mi, y en la camilla delante
de �l podia ver la cara contraida de Andrea por la molestia que le producia lo
que el medico le hacia dentro de su vagina, aunque me pareci� que tambien lo
estaba disfrutando, tambien pod�a ver el resto del cuerpo de mi mujer cubierto
por la bata solo en la parte de arriba, le pod�a ver el co�o y la mano del
medico manipulando el aparato de plastico adentro de ella, le acariciaba la
panza con la otra, cuando le sac� el aparato , note un gesto de alivio en la
cara de mi esposa, pero tambien de desaz�n, como la gata Flora, pens�, si se lo
ponen grita y si se lo sacan llora.


-Abrase la bata que le voy a hacer un examen de mamas- le
dijo el m�dico, a mi mujer se le puso la piel de gallina, entonces el m�dico al
ver que no reaccionaba, le abrio los bordes superiores de la bata poniendo sus
hermosos senos al descubierto, y yo, como el m�dico, podiamos admirar su
maginfico cuerpo completamente desnudo, ella ruborizada, trato de cerrar la
parte inferior de la bata, tapando su pelvis, pero por la posicion de sus
piernas con las rodillas levantadas, la bata se deslizaba hacia abajo, y la
dejaba expuesta totalmente, tranquila le dijo al notar, la piel tensa y los
pezones duros, mientra le empezaba a masajear sus tetas, perfectas que le cabian
justo en su mano, yo pensaba en como lo estar�a disfrutando el maldito, la cara
de mi mujer ya denotaba una marcada excitacion y empezo a gemir pero de placer
me pareci�, ya que antes le habian estado trabajando el co�o y el culito. El
medico tenia ya un abultado paquete en su entrepierna alcanc� a notar, mientras
le masajeaba las tetas con las dos manos, sin los guantes, rozo varias veces el
bulto contra el costado de mi esposa, le agarro los pezones y tiro de ellos,
observando como volv�an a su lugar, mi esposa ya no daba m�s de placer segun yo
lo ve�a en su cara y se tocaba disimuladamente la entrepierna, el medico al
darse cuenta, dejo de masajearle las tetas y le dijo que le iba a hacer un
tacto, dandose cuenta de la mojadura en sus labios vaginales que brillaban.
Andrea, ya no intento taparse y se quedo expuesta, el medico, en forma adrede
sin los guantes, le empezo a meter un dedo en su vagina, y con la otra le
acariciaba el interior de sus muslos, y frotaba su clitoris, con la clara
intencion de excitarla hasta donde pudiera, la cara de mi esposa era la imagen
del placer, su cabeza hac�a un vaiven de un lado a otro como buscando un alivio
a su calentura, sintiendo ese dedo que entraba y salia repetidas veces y que se
retorcia dentro de ella, entonces el medico le introdujo otro o sea los dos a la
vez, ella pego un grito tremendo, retorciendose en la camilla, pellizcandose los
pezones, a lo que el medico se le acerco ofreciendole el bulto, mi esposa le
agarro el pantalon, y le empezo a buscar la pija, cuando se la sac�, estallando
enfurecida, pudo admirar un tremendo pedazo de carne con una cabeza
desproporcionada, mientras segu�a sintiendo los dedos abriendo y revolviendo su
vagina, mi esposa tomo el pene descomunal y lo empezo a acariciar, pero el
medico la obligo a llevarselo a su boca, como no le entraba, le lamia los
costados, y en un esfuerzo pudo abrir su boca, dilatando los labios e
introducirselo chupando la cabeza lentamente como si fuera un chupetin, el
medico empujaba y sse lo met�a hasta la garganta solo aflojando cuando ve�a que
ya no podia respirar, empezando un mete saca por la boca descomunal, yo estaba
que no daba m�s, la visi�n de mi hermosa mujer con ese pedazo en la boca, me
habia hecho tener una eyaculaci�n, mi esposa siempre se neg� a practicar el sexo
oral, aunque logr� que algunas veces me lo hiciera, no lo hacia con el gusto y
el entusiasmo que estaba poniendo ahora, chupaba, lamia y le pasaba la lengua
por la punta como una experta.


Una tremenda duda se me cruz� en ese momento dandome cuenta
de la vejaci�n que le estaban practicando a Andrea, se me cruzo la idea de ir a
protestar y detener ese acto, pero la excitaci�n y mi voyeurismo pudo m�s.
Mientras tanto, Andrea tuvo un orgasmo gracias a los dedos que segu�an
revolviendo su vagina, Luego el medico saco un dedo de la vagina y lo empezo a
introducir el el ano, que se empezo a dilatar con los jugos de la vagina, mi
esposa peg� un respingo al sentirlo, y grito, me ardeeeee, el medico le dijo y
te va a doler m�s, puta. Asi con un dedo en cada agujero tuvo su segundo
orgasmo, mientras el medico le llenaba la boca de semen , que se le escurr�a por
las comisuras de los labios, Tr�gatelo todo, puta, le dijo, te va a hacer bien,
le grito el medico, ella haciendo arcadas trago todo lo que pudo y el resto se
le derramo por su cuello y sus pechos. Luego de esto el medico la levanto y la
sento, besandola en la boca, revolviendo su lengua dentro de la boca de ella, a
lo que ella le respondio con un abrazo y un beso de lengua muy entusiasta. El la
acosto nuevamente y empezo a besarle sus pechos y morderle los pezones, mi mujer
mientras tanto le masajeaba la pija para que se vuelva a endurecer, !!!Quer�a
m�s pens�.!!!! En eso son� el telefono, el se volvio y fue hasta el escritorio
atendiendo la llamada, dejando mi mujer gimiendo, senti que le dec�a con esa
vocecita dulce pero apagada que ami me gustaba tanto - no te vayas volv�, quiero
m�s, mucho m�s, -Hola dijo el, en el tel�fono, estoy atendiendo, pero venite que
tengo una mina que esta reemputecida y con la pija m�a sola no le va a alcanzar,
fijate cuando vengas si el marido esta en la sala de espera, pobre boludo no
sabe la cogida que le estoy dando a su mujercita, que esta rebuena, dale te
espero-. Regres� al borde de la camilla, mi mujer se habia puesto de costado, y
se acariciba su clitoris, entonces �l mirandola fijamente, se dio cuenta que
estaba para cualquier cosa, - que buen culo tenes, dejame que te lo voy a
destrozar le dijo, y as� te volveras la mejor puta. Nooo dijo mi mujer, por ah�
no, la quiero en mi concha, dijo al ver la enorme pija endurecida nuevamente, en
eso entr� otro hombre, pens� que era el del telefono, cuando lo v� casi me
caigo, era un negro descomunal y feo, -Hola Jair dijo el medico, ahora probaras
una putita insasciable. Se dio vuelta hacia mi esposa y le dijo - Andrea este es
Jair un medico residente Africano , que esta terminando su preparacion en esta
clinica, ella lo miro con los ojos inyectados por el deseo y no dijo nada. El
negro al ver a mi esposa desnuda y ansiosa de ser cogida, se empez� a desnudar y
se puso parado al lado de la camilla en la parte de adelante, al alcance de la
cabeza de mi esposa, cuando se bajo el slip aparecio un miembro monstruoso,
largo y con la cabeza mas clara, que inmediatamente busco la boca de Andrea, que
la empezo a chupar de costado hasta introducirsela en la boca, pudo porque
todav�a no estaba endurecida del todo, pero empezo a incharse y la boca de ella
se inflo como un globo mientras el negro, la empujaba y la sacaba repetidamente,
el medico mientras estaba introduciendole el pene en su vagina, que a pesar de
lo mojada que estaba, no alcanzaba a dilatarse, y ella gem�a y se sobresaltaba
del dolor, yo estaba extasiado viendo a mi mujer con 2 pijas en su cuerpo, la
vagina empezo a engullir a la enorme pija del medico de apoco, y el la metia
hasta la mitad y la sacaba, y as� fue introduciendola mas adentro, en eso mi
mujer que se habia sacado la pija del negro de la boca y la estaba masajeando
entre sus pechos, dijo, -por favor, metemela toda, a quiero que me llegue hasta
el fondo, con mi marido nunca me llega. Entonces el medic� se la metio toda de
un solo empellon, Andrea solto un aullido de dolor, y gem�a sin parar, gritaba
mas , mas, a lo que el medico la taladraba se la sacaba y la frotaba en su
entrada y luego violentamente y de un solo empell�n se la metia entera hasta el
abdomen, pens�, y bombeaba a una velocidad increible, mientras le decia al negro
- viste, como son estas minitas, muy conchetitas ellas, pero cuando le tocas sus
puntos debiles y ven una pija que les gusta, no hay con que conformarlas. El
negro mientras la manoseaba y restregaba su negra pija por todo su cuerpo, su
cara, y su hermoso pelo. A la vez el medico le rompia la concha, le empezo a
meter dedo en el culito, y mi mujer se estiraba cada vez que el enorme dedo
avanzaba un poco mas adentro suyo. De repente el medico dijo, te voy a llenar la
concha, y empezo a eyacular, ni se tomo el trabajo de hacerlo afuera de su
vagina, y le dijo - mejor si te dejo embarazada, asi te tengo de clienta y te
puedo coger un monton de veces m�s- En tanto ella sentia la cascada de esperma
hirviente dentro suyo, y se arqueaba y gozaba como enloquecida y obnubilada con
las caricias del negro buscaba algo m�s, el medico le saco la pija y la hizo
levantarse y bajarse de la camilla, mientras estaba parada, la magreaban entre
los dos , pellizcando sus tetas, y amasando su culo, restreg�ndose los dos
contra su hermoso cuerpo y disfrutando de su piel, el negro se acosto boca
arriba en la camilla y su pija ya endurecida se elevaba como un obelisco, el
medico le dijo -Andrea subite y cabalgalo, a lo que mi mujer obedeci�, se subio
arriba del negro, sus pulseritas en los pies seguian haciendo ruido, y se coloco
encima de la enorme pija, yo no pod�a creer esa escena, viendo el blanco cuerpo
desnudo de mi mujer que contrastaba con la negrura del cuerpo tendido en la
camilla, casi se tuvo que parar para colocarla en su entrada y aunque ya tenia
la vagina dilatada, tuvo que abrirse mas y ayudarse con las manos abriendo los
labios de la concha para dejar entrar la pija del negro mas gruesa y mas larga,
de a poco y muy lentamente fue entrando y cada centimetro que se introduc�a, le
provocaba un espasmo de dolor y placer a la vez, sacudiendo su cabeza y su bello
rostro se contraia por las sensaciones recibidas, empezaron los dos a meterla y
sacarla cabalgando mi esposa con estusiasmo, pero siempre gimiendo y gritando
cada vez que se le introducia hasta que llego hasta lo mas profundo porque a
pesar de que todav�a no le entraba toda, sobraban unos centimetros de pija
afuera, rebotaba su cuerpo para arriba como si ya se estrellara contra su fondo,
se ve que le llegaba y lastimaba, porque vi un hilillo de sangre que le salia de
la concha. Ella se sacudia en brutales orgasmos, y a la vez le caian lagrimas
del dolor. El medico mientras le trabajaba en el culo, espero un rato que Andrea
se cansara de cabalgar y La puso en 4 patas y siempre con la pija del negro
enterrada, le acerco el descomunal glande en la entradita de su ano, ya un poco
lubricado por el dedo anteriormente, empuj� de a poco introduciendose
trabajosamente. NOOOO grito, Andrea, no lo hice nunca por ah�, Seguro putita,
por que te crees que lo invite a Jair, si con una sola pija no te alcanza. NOOO
seguia gritando Andrea, para mi esto era demasiado, la estaba desvirgando del
culo, yo nunca se lo habia podido hacer por el culo, e iba a entrar en el
consultorio y parar este atropello, pero me vino otra eyaculacion en ese momento
y segui observando sin intervenir.


La pija del medico se iba introduciendo trabajosamente en el
culo de mi esposa, dilatando su esfinter, ella no dejaba de gritar, y tambien
observe, que le habia roto el culo, porque salia sangre, pero el medico ni le
importo y siguio enpujando hasta meterla toda adentro, y sus bolas golpearan las
nalgas de mi mujer, le amasaba las tetas que se bamboleaban por el movimiento
continuo, y le pellizcaban los pezones y se turnaban para estrujarselos y el
negro ademas desde abajo se los chupaba y mordia fieramente, bombeaban ambos por
los dos lados, estuvieron asi un largo rato en el vaiven del mete y saca y mi
mujer ya no gritaba y solo gem�a de placer, su cabeza se sacudia con las
embestidas y su cabello danzaba de un lado a otro al ritmo de la cogida,
totalmente llena con las 2 tremendas pijas cavando en sus hoyos tuvo varios
orgasmos seguidos, cosa que nunca le habia podido hacer yo, entretando el negro
tambien eyaculo abundantemente dentro de mi esposa, que ya llena de leche, se
escurrio bastante afuera como un rio de semen entre sus p�ernas, - Si te
embarazo yo, tu marido si que te va a matar-, dijo, el negro, le saco la pija
despacio y le obligo a ella a lamersela y limpiarle toda la leche, y se la
termino de limpiar en su pelo, mientras le seguia estrujando las tetas, que
parecia que tenia una fijacion, ya que dijo, que eran las mejores tetitas que
habia visto.


El medico, mientras tanto, seguia perforando su culo y cuando
se vino dentro de ella, le lleno los intestimos con otra dosis de semen
caliente, que se le mezclaba con el hilo de sangre que le salia del ahora enorme
hoyo, - me arde gritaba mi mujer, a lo que el medico, se la saco y limpio con la
lengua el agujero del culo de mi mujer que habia quedado dilatado como un hoyo
de golf, El negro que hacia rato estaba obsesionado con meterla en el culo de mi
esposa, aprovecho, y se acomodo detras de ella, le apoyo el glande en su
entrada, y le ensart� el pedazo de carne hasta la base, de una sola embestida,
extrayendole a mi mujer un aullido sobrehumano, ensanch�ndole aun m�s el
agujero, y lleg�ndole mas profundo que el medico, el negro siguio su penetraci�n
y sus embestidas hasta eyacular tambien adentro de su ano, el medico le dijo,
-sos una bestia negro, con semejante trozo la mataste -, mirando a Andrea que
estaba sin conocimiento, entonces le puso un frasco en la nariz y la hizo
reaccionar, la puso boca abajo, tenia el culo abierto como un pozo de petroleo,
del cual manaba abundante leche y algo de sangre, lo limpio con desinfectante, y
le puso una pomada, pero no se cerraba, la abrazaron y besaron entre los dos la
masajearon un poco para animarla, y le dijo - bueno Andrea, sos una puta de las
mejores, como la pasaste, bien, no? vestite, y ense�ale a tu marido como tiene
que hacer para excitarte.


Mi mujer se bajo de la camilla y con la cara completamente
desencajada, se dirigi� al biombo donde hab�a dejado su ropa, -deja la bombacha
para m� y el corpi�o para Jair dijo el medico, sin esas prendas se dirigi� al
ba�o, escuche correr agua, y supuse que se estaba lavando y que le dol�a todo el
cuerpo y su vagina y su culo que hab�an quedado completamente abiertos y
dilatados. Tus m�sculos tardaran un tiempo en volver a su estado normal, dijo el
medico, asi que trata de no coger por 4 o 5 d�as por lo menos.


El medico y el negro se vistieron y el le dijo, volve dentro
de una semana, para llevarte los an�lisis, y vemos ese culito a ver como sigue,
y de paso te damos otra cogida como �sta, - Bueno dijo mi esposa, saliendo del
ba�o y d�ndole un largo beso de lengua, mientras ella estaba terminando de
vestirse, yo me baje del tacho, me arregle la bragueta y el pantal�n manchado
con mi semen, y volv� r�pido a la sala de espera, esper� un rato muy enojado
conmigo mismo, en eso sale el medico adelante de mi mujer y me dice, - querido
amigo, su esposa esta rebien, parece una adolescente tard�a, pero tiene que
volver semanalmente para que sigamos la evoluci�n del tratamiento y adem�s tiene
que evitar las relaciones sexuales por lo menos hasta la pr�xima semana, que la
revisar� nuevamente. - hijo de puta pens� yo, buena hembra te has tirado, y
adem�s la quieres para t� y tu amigo solamente.


Mi esposa me abrazo y me beso, y yo sent� el gusto y el olor
a semen y pijas de su boca, pens� en echarle en cara lo que hab�a sucedido, pero
dude, y lo deje para despu�s cuando estuvi�ramos en casa, ella caminaba con
dificultad, yo le pregunte si le hab�a dolido, y ella dijo que estaba toda
dolorida y no podia cerrar las piernas, - es por el tratamiento contra las
hemorroides dijo ella, - si asent�, yo, total ella no sabia que yo, lo habia
visto todo.


Pero despu�s mientras �bamos en el auto, pens� que si le
dec�a algo, me iba a perder la pr�xima sesi�n dentro de una semana.


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Relato: Me confie en su m�dico
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