Sigo la historia de cuando el padre me devirg� el ano.
Como est�n, soy Diana otra vez, espero que les haya gustado el relato que les envi�, tengo algunas cosas mas que relatarles.

Al salir de la iglesia ya no me importaba nada, ni siquiera la forma en que hab�a sucedido, y con quien hab�a sucedido.

Todo eso era lo que iba pensando camino a mi casa, mientras caminaba sent�a aun las molestias en mi cosita de la cogida que me hab�a puesto el padre, y sent�a como si la gente se diera cuenta de lo sucedido cuando me miraba aunque ellos no ten�an ni idea de lo que hab�a vivido.

Mi casa se encuentra a unos 15 minutos caminando de la iglesia, mire mi reloj y vi que eran las 10 de la noche, todo hab�a pasado en menos de una hora y media.

Todos esos pensamientos me causaban emociones que yo no entend�a, me hacia gracia el pensar que todos cre�an que el padre era muy bueno y me dec�a: si supieran lo que hace con la monja y lo que me hab�a hecho a mi, recordaba a la monja y me causaba mas risa el hecho de que todos la trataban como si fuera una santa por cuidar a los enfermos y llevar un habito, si el pueblo la hubiera visto con el trozo de carne del padre atravesado en la garganta su opini�n cambiaria radicalmente.

Por otro lado, hab�a algunos sentimientos de culpa en mi mente que me dec�an que aun era muy joven para hacer lo que hab�a hecho, Eso me hacia sentir culpable� pero tambi�n me hacia sentir diferente.

Iba completamente ensimismada en mis pensamientos, cuando me di cuenta que estaba a solo media calle de mi casa, no tarde mas de 5 minutos en llegar, esperaba que como ya era un poco tarde estuviesen todos durmiendo, pero no era as�, sentada en la sala estaba mi madre costurando algunas ropas de mi padre, al verme llegar sonri� y pregunto:

Como te fue en la iglesia, Diana?

Al escuchar la pregunta, nuevamente llego a mi mente todo lo que hab�a pasado, y le respond�:

Bien mama, bien, estoy cansada voy a dormir.

Te ves rara muchacha, que tienes? Pregunto nuevamente.

Nada madre, ha de ser por la bendici�n que me dio el padre que me ves as�, y sonre� para mis adentros, en ese momento decid� dejar las culpas.

Antes de dormir decid� darme un ba�o.

Entre al ba�o y deje la llave del agua caliente abierta en lo que me quitaba la ropa, conforme me fui desnudando fui viendo con mas detenimiento mi cuerpo, me quite la blusa y al quitarme el brasier acaricie mis pechos blancos y volv� a sentir el hormigueo en los pezones, me solt� el cabello, la imagen que el espejo de la pared me devolv�a me gusto y mientras continuaba desnud�ndome me gustaba mas, hoy entiendo que el cambio mas que f�sico fue en mi actitud y en como ve�a las cosas, yo nunca me hab�a fijado tanto en mi misma, y ahora quer�a saber por que hab�a sentido tantas cosas, al quitarme la falda vi mis piernas delgadas pero bien formadas y si pensarlo pase la yema de mis dedos por mis muslos, un ligero estremecimiento me recorri�, mi piel se puso chinita y mis pezones se pararon.

Me fui bajando el calzoncito y al quit�rmelo me quede viendo como hipnotizada la parte del medio donde se hab�a formado una mancha entre amarillenta y rojiza, pude percibir el olor que hab�a sentido cuando miraba al padre con la hermana Camila, y sin pensarlo me la lleve hacia la nariz y aspire el aroma a mi sexo.

Deje la panteleta y continu� viendo mi cuerpo, los vellos de mi pubis estaban enmara�ados debido a los jugos resecos que se hab�an corrido en los momentos en que el padre profanaba mi sexo.

Pase mi mano por mi rajita adolorida y la sent� todav�a h�meda, comenc� a tallarla de arriba abajo tratando de mitigar un poco el ardor que sent�a, al hacerlo llegaron a mi nuevas sensaciones, otra vez la humedad que se hacia mas fuerte y el aroma que se presentaba una vez mas.

Continu� tall�ndome y al llegar a mi cl�toris, un espasmo me sacudi� al volver a sentir la sensaci�n de cuando el padre me hab�a pasado la lengua, y como si mis dedos tuvieran vida propia comenzaron a moverse r�tmicamente sobre el.

Lleve mi otra mano a mis senos y los acaricie como hubiera deseado que lo hiciera el, apret�ndolos y sobandolos suavemente mientras de tanto en tanto me jalaba los pezones.

El dolorcillo aunque presente fue disminuyendo a medida que mi excitaci�n aumentaba y los jugos de mi vagina comenzaban a mojar mi mano, sin pensarlo, introduje mi dedo medio en mi rajita con un mete y saca exacto a mis necesidades, sin lastimarme.

Mi mente comenz� a volar, me imaginaba que el grueso miembro del padre estaba nuevamente dentro de mi, y que bombeada nuevamente mis entra�as, deje mis senos y dirig� mi mano hacia mi cl�toris que continu� jugando con mis dedos mientras penetraba mi cuevita de adolescente con dos de mis dedos.

La imagen que me devolvi� el espejo frente al que aun continuaba parada fue impactante y bestial, nunca imagine verme as�:

Parada con las piernas abiertas con mi sexo siendo pose�do por mis propias manos, a un ritmo que yo misma me impon�a y que para esos momentos me acercaban a un nuevo orgasmo.

Sin embargo no era suficiente lo que hacia para lograrlo, no consegu�a el ansiado placer que hab�a sentido con la verga del padre, y me di cuenta de que el grosor y la inexperiencia de mis dedos no ayudaban a alcanzarlo, sin medir las consecuencias tome uno de los frascos de desodorante que hab�a junto al espejo y lo lleve a la entrada de mi sexo, lo introduje dentro de mi sin pensarlo y aunque volv� a sentir dolor en mi vagina lastimada, nuevamente me sent� llena, abierta por segunda vez en menos de dos horas, y entonces si, al mismo ritmo que me daba con los dedos me di con ese bote que en esos momentos sustitu�a al precioso trozo de carne del macho que me hab�a vuelto una perdida del sexo.

Apret� la boca lo m�s que pude para evitar dejar salir un grito de satisfacci�n cuando sent� como mis entra�as se volcaban en una cantidad de l�quido proveniente de mi vagina y que mojaban completamente mis manos.

Jadeando lo mas bajo que pod�a para que no me escucharan, fui sacando con mucha suavidad el bote de desodorante de mi vaginita cuando estuvo completamente fuera lo arroje al lavabo, cerr� los ojos y me apoye con las dos manos en el. As� estuve por unos segundos tratando de recuperar el aliento, al abrir lo ojos vi el bote brilloso por mis jugos y con hilillos de sangre alrededor.

Mi cabeza daba vueltas mientras se formaba un hueco en mi estomago, al levantar la vista y ver mi rostro en el espejo completamente trasfigurado, ba�ado en sudor por el calor de mi cuerpo y el vapor del agua caliente, mis ojos enrojecidos con algunas lagrimas que se me escaparon al momento de mi venida, mis labios resecos tal como sent�a la boca y la garganta.

No pude reconocer a la Diana que hab�a salido de su casa horas antes, la que estaba frente al espejo era otra, una Diana nueva con un brillo nuevo en los ojos, una Diana que ya conoc�a de lo que era capaz con tal de sentir placer.

Voltee y note el agua que segu�a cayendo de la regadera, ya un poco mas repuesta la ajuste con el agua fr�a y me met� a ba�ar, el agua poco a poco me relajo y sent� un cansancio hasta ese momento desconocido, me jabone, y me lave bien.

Me vest� con una ropa que ten�a para dormir, y me puse una toalla por que aun ten�a un poco de sangrado, me recost�, record� lo que hab�a hecho, sonre� y me quede dormida.

A la ma�ana siguiente al despertar me sent�a con un cansancio raro en mi, quer�a quedarme tirada en la cama sin levantarme en todo el d�a, escuche a mi madre hablar con mi hermano que ya se iba a clase y mire el reloj, eran las 07:30 de la ma�ana.

Me levante aun medio dormida y sent� un dolorcito grato en las piernas que me hizo despertar del todo y recordar mis ultimas horas.

En eso mi madre entro al cuarto y me pregunto si desayunar�a algo antes de irme a la escuela, le conteste que si, tenia mucha hambre, y me dirig� al ba�o.

Entre al ba�o y me mire en el espejo, mi cara ya se encontraba descansada y me ve�a bien, mis ojos continuaban con ese brillo nuevo que ahora parec�a era permanente.

Comenc� a quitarme la ropa junto con la toalla que me hab�a puesto para no manchar la ropa de cama y la avente al bote de la basura, y entre a la regadera que ya estaba lista, pues mi hermano se hab�a ba�ado antes y el agua caliente no tardo en salir.

No tarde ba��ndome pues se me hacia tarde, al salir del ba�o, encontr� junto a la puerta la pantaletita manchada que me hab�a quitado la noche anterior, la recog� y decid� guardarla tal y como estaba.

Desayune junto a mi hermano que se me quedaba viendo insistentemente, sin dejar su cara seria e inquisitiva, -te ves rara- me dijo.

Yo no conteste y segu� desayunando, termine y me dirig� a la escuela.

Pasaron varios d�as, yo continu� con mi vida normal, en los primeros d�as el recuerdo constante de lo que hab�a pasado continuamente me asaltaba, con lo que solo consegu�a excitarme y pensar mas en el padre, yo asist�a normalmente al catecismo y la misa del domingo para no despertar sospechas mi conducta con el padre no cambio, sigui� siendo amable y cordial, el miraba de vez en vez y yo correspond�a sus miradas con una ligera sonrisa de complicidad.

As� transcurrieron dos semanas, hasta que el d�a que tenia catecismo se me acerco y me dijo:

como estas Diana?

Volteando le dije:

- esper�ndolo padre

esper�ndome?

Si le sorprende? Pregunte

No, no me sorprende, ven conmigo por favor.

Mi sexo palpito al escuchar esas palabras, lo mire sonriendo y le segu�a hacia la sacrist�a.

Me hizo pasar a la oficina, entro el y cerro la puerta.

Se me acerco directamente sin mediar palabra y coloco sus manos sobre mis pechos sobandolos suavemente, sent� sus manos fuertes sobre mi vestido acarici�ndome firmemente, me miro con sus ojos llenos de lascivia mientras acercaba su boca a mi cuello y me empezaba a besar, sin ning�n rastro de pudor coloque mi mano sobre su miembro y lo sent� duro, largo, mi estomago sinti� una sensaci�n que nac�a en mi sexo, continu� tallando su verga por encima de la sotana y su pantal�n.

El ya me besaba metiendo su lengua en lo mas profundo de mi garganta mientras sus manos recorr�an mi cuerpo, al tiempo que iba despoj�ndome de mis ropas, me saco la blusa por encima de la cabeza y me quito el brasier dejando mis pechos libres, volvi� a masajearlas jal�ndome los pezones mientras me miraba a los ojos, meti� uno de ellos a su boca y comenz� a lamerlo y succionarlo firmemente, yo en tanto le segu�a sobando la verga. Alternaba una pez�n con el otro, yo emit�a fuertes gemidos y suspiros que pens� que se escucharan en la misma iglesia.

Sin poder esperar mas, se quito la sotana y yo sin dudarlo le abr� el pantal�n y le saque ese tronco de verga que me tenia vuelta loca en menos de 24 horas, al sentir la suave pero dura verga en mi mano me arrodille abriendo las piernas y mir�ndolo a los ojos con mi carita de ni�a, abr� mi adolescente boca de 14 a�os y me la fui tragando lentamente hasta que topo con mi garganta, cuando la tuve ah�, me detuve unos segundos mientras trataba de respirar por la nariz sin atragantarme, mis manos acariciaban los muslos del padre, mientras mis labios sub�an y bajaban alrededor de su verga.

El padre coloco su mano sobre mi cabeza y acariciando mi cabello tiernamente marcaba el ritmo de mi mamada.

La sensaci�n de tener mi boca llena de su carne no la puedo describir, como se siente la piel suave y a vez dura de ese inmenso trozo de carne era algo que no hab�a nunca imaginado, pasar la lengua sobre las venas, sobre la cabeza, era magnifico, sin dejar de mencionar el sabor, ese jugo baboso que tenia confundi�ndose con mi saliva, tenia un sabor semisalado, al principio note un ligero sabor a or�n , pero fue muy r�pido ya que al revolverse con mi saliva me lo tuve que tragar.

Segu� mamando la verga del padre como si de esa dependiera mi vida, como si fuera una fuente de alimento, sin poder evitarlo, empec� a dejar salir mi saliva y los jugos de la verga del padre sin sac�rmela de la boca, eso provoca que yo emitiera sonidos que a mi me parecieron excitantes.

El padre me sacaba la verga llena de baba y me la pasaba por la cara, me la volv�a a meter y me la sacaba de golpe, lo que provocaba un sonido chistoso, se la tomaba con la mano y me daba ligeros golpes en los labios, mi saliva revuelta con los jugos de su verga me ca�an sobre los pechos. Era una total locura.

No se cuanto tiempo estuve as� con su reata cogiendome por la boca, por que si he de ser honesta, lo que hice dejo de ser una mamada para convertirse en una cogida oral.

Mi sexo lat�a como si mi coraz�n estuviera, ah� en mi raja.

De un solo golpe el me la saco y levantando de los brazos me puso de pie, sin que me dijera nada me saque la falda que tra�a junto con los calzones y lo vi. desesperado quit�ndose el pantal�n, al lograrlo se acerco a mi que estaba parada sin decir una sola palabra, me tomo del brazo y me llevo a un sof� que tenia en la oficina, se sent� y abri� la piernas, su verga apuntaba al techo en todo su esplendor, recta, dura, lubricada con mi saliva.

No tuvo que decirme que es lo que tenia hacer, me coloque frente a el y sub� mi rodilla derecha junto a su muslo, y me puse ahorcajas sobre el, tome su verga y fui descendiendo lentamente sobre ella, al sentir la cabeza en la entrada de mi raja, un ligero ardor me hizo estremecer pero no le hice el menor caso, despacio, gozando cada cent�metro de esa religiosa verga, me la fui devorando.

el se quedo quieto, con sus manos sobre mis caderas me indico que subiera y bajara, comenc� el movimiento ritual de empalarme r�tmicamente en el, sin dejar de mirarlo a los ojos, el sonre�a extasiado con el placer que le estaba proporcionando.

Fui acelerando mis movimientos tratando de alcanzar mi orgasmo, lo que logre en pocos minutos por la excitaci�n que tenia, sent� claramente como algo caliente me salio de dentro de mi ba�ando su verga ricamente.

Cuando todo eso dejo de salirme, me fui quedando quieta completamente sofocada y agitada por la venida.

El me tomo de la cara, me hizo verlo y me dijo:

Eres la mejor, no cre� que te fuera a gustar tanto, y aprendieras tan pronto.

No lo creo � le respond�-

-Por que lo dices �

-por que no me dio su leche-

-Ah mi peque�a, no te preocupes te la voy a dar, pero hoy sentir�s algo nuevo-

Tom�ndome de la cintura me coloco a un lado en el sof�, me recost� sobre mi espalda y abri�ndome las piernas las levanto, se hecho para atr�s y coloc�ndose boca abajo, dirigi� su lengua a mi ano que se encontraba totalmente expuesto por la posici�n en que me encontraba.

Sent� su lengua rasposa y h�meda pasar por mi culo de arriba abajo, una sensaci�n completamente nueva me invadi�, el comenz� a chupar y a succionar mi ano de una manera encantadora, de pronto sent� que algo entraba en mi recto d�ndome una placer infinito aunque raro, en un momento me di cuenta que era su lengua que tenia metida en mis entra�as, mientras hacia todo esto no hab�a dejado de acariciarme el cl�toris con sus dedos. Estaba en el quinto cielo.

Sent� su lengua subir por mi culo hasta mi rajita, que tambi�n succiono para seguir directamente a mi cl�toris, que comenz� a chupar deliciosamente, de pronto volv� a sentir algo que pugnaba por entrar en mi puertita trasera, sin ning�n problema el la abri� con su dedo por lo lubricada que me hab�a dejado con su saliva, sent� su dedo que entraba y sal�a sin molestias y si con un nuevo placer completamente desconocido.

El sigui� chupando mi cl�toris, cuando sent� que algo m�s quer�a meterse y solt� un ligero gritito de dolor, el dejo de chuparme, dici�ndome que no me preocupara que pronto pasar�a, tenia raz�n la molestia paso y el continuo meti�ndome ya tres dedos en el culo y yo sin sentir ning�n dolor.

Despu�s de algunos minutos mas, el separo su boca de mi cosita y sin sacarme los dedos del culo se arrodillo frente a mi que continuaba con las piernas abiertas con las rodilla en el pecho.

Me vio de una manera lasciva y sent� que iba sacando lentamente los dedos, sent� una sensaci�n de ligereza y un gas se me escapo, el sonri� tiernamente y coloco la cabeza de su verga en mi ano.

Yo trague saliva, por que sab�a perfectamente el tama�o que tenia esa tranca, pero no me importaba.

El empujo con firmeza contra la entrada de mi culo, y el esf�nter cedi� ligeramente por la dilataci�n que tenia debido a la dedeada que me hab�a dado, pero no era lo mismo tres dedos que su verga, por lo que ofrec�a resistencia.

El imp�vido continuo tratando de met�rmela, cuando la cabeza de ese fierro entro, solt� un alarido que tuvo que haberse escuchado, el me tapo la boca con una mano, mientras deten�a mis piernas con la otra, por que yo estaba tratando de empujarlo con las m�as: se quedo quieto ya que hab�a logrado meterme la cabeza.

Qu�date quieta �me dijo- si te mueves te doler� mas, tienes que acostumbrarte peque�a, poco a poco.

Yo lo miraba con los ojos desorbitados y me corr�an unas lagrimas, el dolor era intenso, parec�a que me estaban partiendo en dos, el dolor llegaba hasta mi estomago.

El coloco su mano sobre mi cl�toris y lo empez� a tallar, poco a poco el dolor fue cediendo, yo deje de empujarlo y le quite la mano de mi boca.

Inhale y le dije con voz quebrada:

Ya, creo que ya.

Muy bien mi peque�a.

Y lentamente fue metiendo el resto de su miembro, a cada cent�metro que me met�a sent�a que abr�a mas el ano, una sensaci�n de querer defecar me invadi� y se lo dije, me contesto que no pasar�a nada, y sigui� meti�ndola hasta que lo sent� topar con mis nalgas.

Comenz� el mete y saca casi imposible, lentamente me bombeaba mientras continuaba acarici�ndome el cl�toris.

Su bombeo se fue haciendo cada vez mas r�pido y fuerte, me tomo la mano y la llevo a mi cosita y me dijo que me masturbara, el me agarro de las dos piernas e intensifico el bombeo.

De la molestia inicial y del dolor no quedaba nada, sent�a un placer indescriptible tanto en el culo como en el sexo, no tarde en comenzar a meterme los dedos en la cosita acompas�ndome con la verga del padre que tenia metida en el culo y que casi me llegaba al estomago.

La venida que me arremeti� fue intenso, mis dedos se llenaron de jugos como la noche anterior,

Sent� al padre poner mas fuerza en mis piernas y aumentar la rapidez de sus movimientos, su cara se desfiguro y lanzo un grito, sent� la leche caliente del padre llen�ndome los intestinos. Sent� su verga vibrar en mi interior, d�ndome unas ultimas estocadas termino de exprimirse la verga con mi ano, y me la fue sacando lentamente.

Me solt� las piernas y se dejo caer pesadamente en el sof�, baje las piernas que ya tenia un poco entumidas, me acerque a el y le dije:

Padre �quiero seguir siendo bendecida siempre por usted � le di un beso y me levante.

Lentamente me vest�, mientras el me miraba, al salir de la sacrist�a ya era tarde los ni�os se hab�an ido ya, el culo me dol�a un poco y tenia ganas de ir al ba�o, sent� como se fue corriendo la leche del padre de adentro de mi ano, iba feliz
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