- "�Cornudo... no te soporto m�s!".

Yo me la quedo mirando y ella, tras una pausa, me dice :

- "�Que acaso no es cierto?, �no eres un cornudo?".

Yo bajo la cabeza dolido, y ella se acerca despacio, me
acaricia y me susurra :

- "Si amor, yo te hice cornudo y gracias por haberme
permitido gozar tanto aquella vez, �me perdonas?".

Asent� y no nos peleamos m�s.

Otra noche en la cama, mientras hac�amos el amor, me
pregunta con una seriedad que me preocup� :

- "�C�mo te puede gustar que otro tipo se coja a tu
esposa?".

Yo pens� que me ven�a un serm�n, tipo arrepentimiento o algo
as�, y cuando le contesto :

- "Lo �nico que me interesa es verte gozar".

Me abraza fuerte y excitada me dice :

- "Entonces quiero darte el gusto", y yo le digo :

- "Mira, dentro de alg�n tiempo, unos a�os, cuando mi
impotencia sea total, yo te permitir� todo". ( Les aclaro que sufro de
impotencia sexual temporaria)

Y me sorprende con su respuesta :

- "�Porqu� tengo que esperar tanto?... si lo deseas, te
puedo hacer cornudo ahora, pero con todas las de la ley, un cornudo total".

Yo la verdad me asust� un poco por la firmeza de sus
palabras, y cuando aun no sal�a de mi asombro, me aprieta bien fuerte mi pijita
(unos 12 cms en estado de erecci�n), y me dice al o�do :

- "Cuando me propusiste tener sexo con otro hombre, yo te
anticip�, mira que despues no puede haber arrepentimientos, ni marcha atr�s,
mira que una mujer cuando est� casada y prueba otra pija que no es la del
marido, se termina enviciando y no puede parar, siempre quiere m�s y m�s y
m�s... �Vos realmente quer�s verme con otro tipo ?".

- "���Si, si ,si , si, si amor, si, si, deseo verte gozar
con otro macho!!!".

Se hace un silencio... se separa de m�, me mira fijamente a
los ojos y me dice :

- "Perd�name, pero espi� tus e-mails, y particularmente esos
en que me ofreces a otros hombres que buscan parejas o matrimonios para
satisfacer a las damas en presencia de sus maridos, los le� todos... �No te da
verg�enza suplicar a desconocidos que se cojan a tu esposa?, �qu� pretendes?,
�una relaci�n tipo swinger?".

- "No, yo solo quiero verte gozar a vos".

Otra vez silencio... Se levanta de la cama, se para cerca de
la puerta del dormitorio, me mira, y ante lo que yo esperaba como una fuerte
recriminaci�n por mi deseo, me dice sonriente y con carita de degenerada :

- "Est� bien , est� bien amorcito, prep�rate, porque vas a
ser el cornudo m�s grande, te voy a meter los cuernos hasta que te crezcan tanto
que no vas a poder pasar por la puerta... �Vos quer�s que tu mujercita sea una
puta?, �pues ahora vas a saber lo que es una puta!".

Yo, un poco titubeando, le digo :

- "�Cual de los dos te gust� m�s?, �la foto del italiano que
vive en Buenos Aires, o la del chico de Santa fe?", (fotos desnudas de dos
hombres que contact� por Internet que me hab�an enviado y que ella hab�a visto
al revisar mi correo.

Sonrisa lasciva de ella.

- "Mmmmmm...., las dos amor... qu� hermosas pijas que
elegiste para m�".

(Se trataba de un italiano residente en Buenos Aires, con el
cual deb�amos encontrarnos en una Disco swinger y luego ir a su Depto, previo
bailar con ella, etc, etc. y de un joven de unos 35 a�os que viv�a en Santa Fe,
una ciudad a unos 200 kms de la ciudad donde vivimos, Bs Aires , que nos ofrec�a
un fin de semana en su casa).

- "Dec�dete por una, amor", le digo.

Sonr�e, me mira y responde :

- "Elige t� queridito, elige t� la pija que quieres para tu
mujercita".

- "Entonces, el viernes que viene viajamos a Santa fe y
pasamos el fin de semana en la casa de Guillermo, �si?. Ahora hagamos el amor, y
t� cierra los ojos e imag�nate el pedazo de Guillermo adentro tuyo, �si?".

Esa noche hicimos el amor toda la noche, y mis erecciones
fueron brutales, ella goz� como nunca imaginando esa pija y relami�ndose...

Y lleg� el d�a tan anhelado, viajamos muy alegres y llegamos
un poco cansados, sobre todo despues de 3 horas al volante del auto. Ansioso,
nervioso, ella tranquila, al menos eso parec�a...

Llegamos al punto pactado con Guillermo y nos estaba
esperando en su auto, nos saludamos, nos presentamos, todo con mucha amabilidad
y cordialidad, seguimos a su auto unas 20 cuadras y llegamos a su casa, una casa
de dos plantas, muy bonita, sin grandes lujos pero c�lida. �l viv�a solo, alto,
1,80 de estatura, tez blanca, cabello corto lacio, f�sico delgado, m�sculos
normales, vestido informal con ropa de jean, ni lindo ni feo, pero de buena
presencia.

Les recuerdo que mi esposa tiene unos 38 a�os, rellenita,
buen culo, bien paradita y carnosa, buenos senos tirando a grandes, algo baja de
estatura, 1,55 , blanca, ojos casta�os, cabellos ondulados sobre los hombros, un
tanto rojizos, con algunos kilitos de m�s...

Una vez en la casa , nos sentamos en la sala de estar, pone
m�sica, nos muestra las habitaciones, dejamos los bolsos. Le susurro a mi esposa
:

- "�Te gusta?", y sonriente y mordi�ndose los labios me dice
:

- "Me encanta... , qu� hermoso bulto tiene".

No habr�an pasado 20 minutos desde que llegamos y empez� mi
odisea, algo que nunca hab�a so�ado vivir... De repente, toma a mi esposa de la
cintura y le da un beso en la boca, h�medo y profundo, que la sorprende tanto a
ella como a m�. Pr�cticamente la levant� en el aire, no olviden que �l mide unos
1,80 y ella 1,55. Le dice :

- "Si�ntate en el sill�n".

Ella asiente y �l se baja el cierre, saca su pija y
mir�ndome me dice :

- "Ve a la cocina a servir los caf�s y tr�elos ac�... �Qu�,
acaso eres sordo?. Prepara y sirve los caf�s, ponlos aqu� en esta mesita y luego
te sientas a mirar como tu esposa me chupa la pija, �entendiste?.

Dejo de titubear y corro para la cocina...

- "Si si si Guillermo", le respondo.

Regreso, sirvo las tacitas en la mesa... mi esposa
sonrojada, sentada en el sof�, �l de pie, con una pija un tanto fl�cida,
semi-erecta, que le colgaba como una manguera, larga, gruesa, llena de venas
desde la base del tronco hasta la punta... Y mientras le tomaba la cabeza a mi
mujer con las dos manos, le introduc�a la pija en la boca... Me dice :

- "Ven� cornudo, ac�rcate y s�cale el cabello de la cara a
tu esposa, as� me la chupa bien".

Se la saca de la boca, se sienta con la pija afuera del
pantal�n. Dice :

- "Tomemos el caf�, que se enfr�a".

Toma la mano de mi esposa, se la lleva a su pija y le dice :

- "Dale Mabel, quiero que tu marido vea como me acaricias la
pija".

Y en ese clima terminamos los caf�s.

De repente, se para y con firmeza me dice :

- "�Qu�, no es esto lo que quer�as, entregarme a tu esposa
para que yo me la coja y te haga cornudo?. �Cont�stame!".

- "Si si si si Guillermo, vuelve a besar a mi mujer".

La abraza y lentamente empiezan a subir la escalera que
conduc�a a su dormitorio...

- "Ven detr�s nuestro, cornudo, s�guenos".

Yo subo detr�s de ellos y voy mirando a mi esposa, abrazada
por Guillermo, que le va a acariciando el culo...

Al llegar al dormitorio, dice :

- "T� te quedas aqu�, del otro lado de la puerta, solo vas a
entrar cuando yo te lo diga, te quedas parado aqu�, escuchando detr�s de la
puerta, �entendiste?".

- "Si Guillermo, si, entend�".

Pasan unos minutos, yo a esta altura temblaba, de miedo, de
excitaci�n, de ansiedad, de nerviosismo, me invad�a el p�nico, pero a su vez
sent�a mi cuerpo afiebrado...

- "�Est�s ah�?", me pregunta Guillermo.

- "Si, estoy aqu�".

- "Pues ahora vas a escuchar a tu mujer como goza con otro
macho, te proh�bo que entres, quiero que escuches a tu esposa como goza de mi
pija, �entendiste cornudo?".

- "�Si si si Guillermo, lo que t� digas!".

- "A ver Mabel... dile a tu maridito lo que est�s
haciendo... �vamos hazlo!".

Y mi esposa dijo con la voz entrecortada :

- "�l est� desnudo tendido en la cama y yo le estoy chupando
la pija".

Yo, con un hilo de voz, me animo a preguntarle :

- "�Te gusta como la tiene?, �es grande?, �as� la quer�as?".

- "�Es enorme mi amor, la tiene como la de un caballo, es
larga y gruesa , jam�s en mi vida vi una pija tan grande!".

Pasan otros minutos interminables... Suena la voz de
Guillermo, que me dice :

- "�Entra!".

La habitaci�n, en penumbras, apenas iluminada por la luz
azul de un velador de pie, mi esposa, abierta de piernas, colorada, excitada,
mordi�ndose los labios, los ojos entrecerrados...

- "�Enciende la luz, quiero que vea algo el cornudo!".

Aprieto la perilla y todo el dormitorio se ilumina bien.

- "�Qu� es esto?", me grita Guillermo.

- "E... e... e... es tu pija Guillermo", respondo.

- "�La ves bien?".

- "Si si si, la veo bien".

Es re�lmente enorme, larga y gruesa, venosa, m�s angosta en
la punta, pero de la mitad hasta el tronco es sumamente gruesa, su propia mano
no alcanza a rodearla toda, la menea para ambos lados...

- "�La ves bien?. Bueno, pues con esta pija me voy a coger a
tu esposa, se la voy a enterrar toda, �entendiste?. �Con este pedazo te voy a
hacer cornudo!. Mabel, �quer�s que te coja?, �p�demelo por favor puta, vamos!".

- "Guillermo, por favor, quiero que me cojas, quiero que mi
marido vea y escuche como otro macho se coge a su mujer... Quiero hacerlo
cornudo con vos... �Por favor c�geme, soy tu puta, soy tu puta!".

Y a partir de ese instante, cambi� la historia de mi vida...
Guillermo me dice :

- "Apaga la luz, sal y cierra la puerta, pero te quedas
detr�s, escuchando, �entendiste cornudito?".

Escucho jadeos, voces entrecortadas, murmullos... Arrimo
bien mi oreja a la puerta para escuchar mejor...

- "�Te gusta mi pija?".

- "�Me vuelve loca, amor!".

- "�La quer�s toda?".

Escucho un :

- "Siiiiiiiiiiiiiiiiii..., la quiero toda Guillermo, d�mela
todaaaaaaaaa".

Y una exhalaci�n seguida de una especie de alarido sofocado,
me sobresalta... Fue m�s que evidente, que en ese preciso instante, mi esposa
recibi� en toda su dimensi�n la pija de Guillermo hasta el fondo de su
conchita... Luego fue todo jadeos, gritos de placer, alaridos de ella, ruidos de
la cama... �l le susurraba palabras a ella...

- "�Est�s gozando, Mabel?, �te gusta mi pedazo?, �te gusta
hacer cornudo a tu marido?".

- "Siiiiiiiiiiii Guillermo...".

- "Pues entonces, �d�selo para que lo escuche de tu propia
voz!, �d�selo puta!".

- "Amorcito, estoy gozando como una yegua... la siento hasta
el fondo, me llena la concha y todav�a sobra... es un pedazo enorme... Te estoy
haciendo cornudo, �te estoy haciendo cornudo!... �Viste como te hago cornudo,
amorcito?".

Los movimientos se aceleraban, estaban por acabar...

Indudable... estaban acabando... los gritos de mi esposa, los
gemidos de �... Me la imagino empalada con esa pija, aprieto mis manos contra la
puerta del dormitorio, crispo mis dedos... Deseo verlos...

El coraz�n parece que me va a salir por la boca. Silencio,
interminables minutos de silencio... Una voz firme, es Guillermo, me dice :

- "�Podes entrar!".

Entro al dormitorio, en penumbras, enciendo la luz, estoy
temblando... Mi esposa con el rostro desencajado, la boca abierta, los ojos como
dados vueltas, transpirada, boca arriba en la cama, y �l a su lado sonriente.

Me mira, se incorpora y le apoya la pija en la boca. Aun
chorrea leche. Mi esposa apenas si tiene fuerzas para succionar, las gotas le
caen en los dientes y en los labios... Le refriega la pija por los ojos, la
cara, la nariz... La carita de mi mujer queda embadurnada de leche.

- "Ac�rcate, tu esposa te quiere decir algo", me dice
Guillermo, y sonr�e en forma sarc�stica.

- "Dale Mabel, dec�selo...".

Y mi amada esposa, con una carita de degenerada que yo jam�s
en tantos a�os de matrimonio le hab�a conocido, me dice :

- "L�mpiame la conchita amor, con la lengua, quiero que me
laves con tu boca y as� te tragas mis juguitos y sent�s lo abierta que me la
dej�".

Empiezo a lamer su concha, est� terriblemente dilatada y
ensanchada, como inflamada y con borbotones de leche que salen de su concha y
mojan sus piernas. Con desesperaci�n y a punto de acabar, ella dice :

- "Segu�, segu� amor, tr�gate la lechita de mi macho,
l�mpiame bien, �viste que abierta que me la dej�?... Ahora b�same, y siente el
gusto a pija que tengo en la boca, es la pija de mi macho.

La beso como nunca, es indescriptible la sensaci�n, en mi
boca siento el gusto de los juguitos de mi mujer y el sabor a la leche de
Guillermo.

�l la ayuda a levantarse, la abraza y entran al ba�o. Me
llaman, abro la puerta del ba�o.

- "Ven, pasa, quiero que veas como tu mujer me lava la pija
y me la sostiene mientras yo meo".

Y as� los veo, �l orinando y ella tomando la pija con su
mano. Los dos me miran y sonr�en. Ya no doy m�s, me viene, me viene... Me tapo
el pene con la mano y acabo ah� parado en la puerta del ba�o, viendo como mi
esposa le lava la pija a Guillermo.

A pedido de ellos, bajo hasta la cocina y subo con una
bandeja con s�ndwiches de miga y gaseosas. Golpeo antes de entrar al dormitorio,
entro. Est�n abrazados bes�ndose. Me dicen :

- "�A tu lugar!".

Cierro la puerta, salgo y me siento en un sill�n peque�o a 1
metro de la puerta, como vorazmente, tengo sed y apetito. Escucho risas y
arrumacos, me preguntan :

- "�Qu� se siente al ser cornudo?".

- "Soy feliz de serlo", respondo.

R�en y juegan entre ellos.

Deben haber pasado dos o tres horas, calculo, pues me qued�
semidormido. Me despierta la voz de Guillermo :

- "�Cornuditooooooooo, podes entrar!".

Ah� los veo, mi esposa boca abajo, las piernas abiertas, �l
con una erecci�n, que realmente me asusta. No puedo quitar mis ojos de ese
pedazo, grueso, largo, venoso, un poco encorvado en la punta. El grosor del
tronco es espeluznante... un verdadero animal, pienso para mi.

- "Ve al ba�o, en el botiqu�n ver�s un bote de vaselina,
tr�elo".

Cumplo la orden de Guillermo vel�zmente.

- "Te imaginar�s lo que viene, �no?. Ponle vaselina en el
culo a tu mujer , prep�ramela bien, dil�tala con tus deditos...

- "�Qu� se siente estar preparando el culo de tu esposa para
entreg�rselo a otro hombre?".

- "Placer Guille, placer", respondo con un hilo de voz.

Apoya la pija en el ano de mi esposa, ya bien dilatadito y
lubricado, coloca una almohada debajo de ella, presiona un poco y le mete la
punta. Habr� entrado la cabeza y un poco m�s. Se queda quieto, mi mujer se tensa
y exhala un gemido.

- "Bueno, ahora esc�chenme bien los dos : Mabel, yo no te
voy a follar el culo, no... lo que voy a hacer es romperte el culo, �entiendes?,
lisa, llana y literalmente, romperte el culo, sin piedad, aunque grites y me
supliques que te la saque, aunque llores y pidas por tu madre que la saque, que
te lastima, que te arde, aunque me putees y grites de dolor no te la voy a
sacar, �entiendes?. Te la voy a sacar cuando pase media hora despues de haber
acabado, �entendiste bien?".

- "Si, mi amor", responde mi esposa mientras �l traba los
brazos de mi mujer con los suyos. Sus manos quedan cruzadas sobre la nuca
de ella, las piernas bien abiertas, el culo bien levantado y con la cabeza y
unos cent�metros m�s de ese semejante pedazo adentro. Le susurra al o�do :

- "Afloja el cuerpo, rel�jate, tu esf�nter se est�
acostumbrando al tama�o de mi pija, res�gnate, no ten�s escapatoria mi putita...
Y vos, cornudito, �a tu lugar, detr�s de la puerta!, ahora vas a escuchar como
otro macho le rompe el culo a tu mujer".

Salgo presuroso de la habitaci�n y me acomodo en mi lugar,
pegado a la puerta y masturb�ndome, escucho que �l dice :

- "Mabel, dilo fuerte para que escuche tu marido...".

- "�Siiiiiiii, Guillermo, quiero que me rompas el culo!".

- "�Ped�melo por favor, putita!".

- "�Por favor Guille, r�mpeme el culo y que mi marido
escuche!".

Un grito desgarrador de mi esposa casi me paraliza el
coraz�n. Imposible no darse cuenta, l�gica ecuaci�n, todo ese enorme pedazo
enterrado hasta el fondo del culito de mi esposa... Lo dem�s fue : gritos,
alaridos, pedidos de suplica , sollozos y llanto de ella, gemidos guturales de
�l...

Otra vez el silencio, solo se escuchan la respiraci�n
agitada de �l y los sollozos entrecortados de mi esposa. Ya no necesito tocarme
o masturbarme para acabar, la leche directamente se me cae y salpica la puerta
del dormitorio.

Deben ser como las 5 de la ma�ana, estoy entre dormido y
despierto, sentadito en el silloncito, me sobresalta la llamado de �l :

- "Pod�s entrar, quiero que veas algo".

Sin quitarme la mirada Guillermo, empieza a retirarse de
arriba de mi mujer, y en forma muy lenta, muy pero muy lenta, empieza a sacar la
pija del culo de mi esposa. Yo absorto veo como cent�metro a cent�metro va
saliendo ese bestial pedazo de carne del culo de mi amada esposa, no termina
nunca de salir.

No puedo creer que semejante cosa haya podido entrar en el
culo de Mabel, mi Mabel, mi adorada esposa... y a tenor de describir fielmente
la realidad, aunque sea chancho, debo decir que la pija de Guille chorreaba
leche, caca y sangre. En la base del tronco de la pija, un anillo de sangrecina
viscosa mezclado con su semen...

- "Ven, ac�rcate, abre con suavidad las nalgas de tu esposa,
quiero que veas como se lo dej�, �lo ves?. Bueno, ahora l�mpiale el culo a tu
esposa con la lengua, suave, suave, cornudito, que le qued� sensibilizado".

El culo de mi mujer, ese culo que era solo m�o, ahora es una
especie de flor abierta, por la super dilataci�n de los esf�nteres, el orificio
anal es ahora una especie de hueco oscuro, abierto, como de 5 cms de di�metro,
como si tuviese hemorroides, como con grietas llenas de sangre y semen que no
termina de salirle de adentro...

Debajo de ella, las s�banas denotan un manch�n de sangre, �l
la ayuda a incorporarse, van al ba�o, dejan la puerta abierta para que yo mire,
mientras ella le lava la pija con agua tibia, casi no puede caminar.

- "�Est�s bien?" , pregunto.

Me abraza, me besa y me susurra al o�do :

- "�Te gusta que otro macho le haya roto el culo a tu
mujer?, �te gusta como te estoy haciendo cornudo?, �te gusta que sea la puta de
otro?... Estoy cumpliendo el sue�o de toda mujer, tener una pija as� , que te
cojan bien y encima con permiso de tu marido, sin necesidad de esconderse, y
adem�s verte como gozas mientras te hago cornudo. �Qu� m�s puedo pedirle a la
vida, mi amor?".

Se acuestan abrazados, apagan la luz y otra vez la orden del
macho de mi esposa :

- "Puedes ir a descansar, nosotros vamos a dormir hasta el
mediod�a, tu prepara el almuerzo y nos despiertas cuando la mesa est� servida,
�entiendes cornudito?".

Preparo asado al horno, pongo la mesa, los despierto, bajan
alegres y abrazados, nos saludamos con un beso, charlamos cordialmente, ella
come sentada en las faldas de �l, yo en otra punta de la mesa, los atiendo, les
sirvo las copas, y acordamos salir, (luego de que yo termine de lavar los platos
y limpiar la cocina) de compras y de paso a conocer la ciudad los tres.

Vamos en el auto de �l, mi esposa adelante con �l, yo en el
asiento de atr�s, mirando como se besan y abrazan y r�en juntos. Estacionamos y
comenzamos a caminar por el centro comercial de la ciudad. Ellos caminan
adelante m�o, abrazados y haci�ndose mimos, yo unos 3 metros detr�s de ellos. La
orden de Guillermo fue esa, que yo debo ir detr�s viendo como �l pasea del brazo
con mi mujer.

Entramos a algunos comercios, mi esposa compra zapatos y
carteras, �l le regala algunos souvenirs o recuerdos de la ciudad, se besan, se
abrazan, hasta que ingresamos a un local de lencer�a. Me llaman, y una vez los
tres en el interior, �l le dice a una de las empleadas :

- "Buscamos ropa interior para ella, que es la esposa de �l,
(se�al�ndome). Las va elegir �l, que es el marido, pero para que las use
conmigo".

La empleada sonr�e, no entiende mucho lo que sucede, pero se
aboca a ofertar las prendas. Yo elijo el color y el dise�o de bombachas y
corpi�os, la empleada los envuelve, y a todo esto, Guille dice :

- "Chicas , ac�rquense, (dirigi�ndose a las empleadas), �l
es el esposo de ella y esta eligiendo la ropa interior que su esposa usar�
conmigo, porque es un maridito complaciente que le permite a su esposa todos sus
caprichitos".

Las empleadas sonr�en y, hasta ese momento, lo toman como
una broma extra�a de turistas, hasta que, con voz firme, Guille me dice :

- "El�geme ropa interior a m�, algunos boxer o slips, para
que yo los use con tu esposa".

La chica, ya m�s seria, me muestra algunos, elijo y se
cierra la compra.

Al salir del local, ellos abrazados y yo atr�s, todas las
miradas se clavaban en nosotros, las empleadas, los due�os y las clientas.

Ya de regreso, me dice Guillermo :

- "Tendr�s que ir acostumbr�ndote a ser un cornudo, es tu
destino, lo que vos elegiste, y que todo el mundo sepa que entregas a tu mujer
para que se la coja otro, �entendiste?. Aunque, a decir verdad, t� ya no tienes
esposa, ahora tu esposa es mi mujer, es mi puta, t� solo eres un cornudo sumiso,
complaciente... Cuando lleguemos a casa, vamos a hablar m�s claramente de eso,
�entendiste cornudito?".

Y les aseguro, que jam�s podr�a imaginarme lo que vendr�a
despues, estaba en el prologo de lo que ser�a mi condici�n de cornudo, no
solamente por convicci�n u obligaci�n, sino ya de cornudo con todas las letras,
legal y jur�dicamente hablando...

CONTINUARA

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