Relato: Gordo de las 6 en punto (3)





Relato: Gordo de las 6 en punto (3)


GORDO DE LAS 6 EN PUNTO (3).


CAP�TULO III: NOCHE DE REVELACIONES.





"Junior, salte inmediatamente de encima m�o." Le orden�
gritando en forma desesperada.


Obedeci� sin dudarlo y visiblemente muy asustado.


"Qu� te piensas que est�s haciendo?" Dije enojado mientras lo
ve�a directamente a los ojos como quien mira a un chiquillo luego de haberlo
sorprendido en plena travesura.


Su seriedad me indic� que el juego ya hab�a finalizado hac�a
un buen rato.



Nos miramos a los ojos por unos instantes y decid� dejar
pasar por alto lo ocurrido, no insistir en comentar el tema y haciendo un
peque�o esfuerzo, me puse en pie.


Le permit� pasar al ba�o en primer lugar, y apenas lo hizo,
no me pude resistir a la tentaci�n de husmear dentro de su bolso.


Realmente hab�a logrado perturbarme


O deber�a decir m�s bien, alterarme?


En realidad, y pens�ndolo mejor, excitarme deber�a haber sido
la palabra m�s adecuada. Notaba que mi ropa interior estaba h�meda y mi miembro
estaba perdiendo lentamente la erecci�n alcanzada.





Encontr� unos calzoncillos suyos. Lo saqu�, lo abr�
sosteni�ndolo bien estirado por los el�sticos y me mord� el labio inferior al
percatarme de lo tan inmenso que era.


Me lo llev� a la nariz y aspir� fuerte para sent� un suave
aroma a enjuague de ropa.


A�n as�, me result� terriblemente er�tico.


Bes� la prenda.


Por Dios, no estaba haciendo lo correcto.


Cada vez que lo ve�a caminar con su andar pesado, me
excitaban mucho los bamboleos de sus nalgas, sus gruesos muslos, sus anchas
caderas, sus gordas piernas y brazos potentes, pero era un muchacho. Era el hijo
de mi amigo y definitivamente no iba a hacer nada con �l.


Apenas escuch� correr el agua del inodoro, volv� a guardar
los calzoncillos en el mismo lugar de donde los saqu�.


Ahora nuevamente se higienizaba en el bidet y me sent� a
esperarlo sobre la cama donde �l iba a pasar la noche.


Acarici� la almohada donde unos minutos m�s tarde �l ir�a a
apoyar su cabeza.


Sin ning�n lugar a dudas sent�a un afecto muy grande por este
chico, sin importar qu� hubiera hecho o qu� era en realidad lo que pretend�a
conmigo. Me hice el juramento de que yo iba a realizar todo lo que fuera
necesario para evitar que se da�ara de alguna forma.


"Qu� te sucede?" Me pregunt� tan pronto sali� del ba�o.


"Nada, esperaba a que salieras para ir a orinar yo." Contest�
y me levant� de la cama.


"Estabas llorando?" Quiso saber intentando mirarme el rostro
que yo le estaba esquivando.


Sin contestarle, pas� al cuarto de ba�o, cerr� la puerta tras
de m� y abr� el grifo de la canilla de la pileta.


"Qu� lo pari�! No se le escapa nada a este muchacho." Pens�
mir�ndome el rostro al espejo y quitando mis l�grimas con la mano.


Acto seguido me moj� la cara con ambas manos, me sequ� y fui
a orinar.


Cuando sal� del ba�o, Junior estaba sentado con sus piernas
bien abiertas, en el mismo lugar donde hab�a estado yo unos minutos antes.


Se acerc� a mi y me dio un beso en la mejilla.




"Que tengas buenas noches, Zesna." Me augur�.




"T� tambi�n, Junior." Dije. "Que descanses!"


Fui al dormitorio contiguo y me quit� la ropa hasta quedarme
en calzoncillos. Me sent� sobre la cama.

Estaba fr�o.


Me volv� a levantar y fui al placard para tomar una frazada
m�s.


"Junior!" Le grit�. "Quieres m�s abrigo? Tengo alguna frazada
extra por si la necesitas."


"S�, bueno! "Tengo fr�o!" Confes�.


Tom� una de doble plaza para su cama y fui a llev�rsela.


Cuando entr� a su dormitorio, Junior estaba en ropa interior
de espaldas a la puerta.


Por Dios santo!


Qu� trasero descomunal ten�a este chico!


Y qu� piernas!


Parec�an dos gruesas columnas que sal�an de sus nalgas hasta
enterrarse en el piso. Not� que todo su cuerpo visible carec�a absolutamente de
vellosidad.


Se dio vuelta de repente para dejarme admirar su silueta a
trav�s de una camisilla que me permit�a espiar los gordos rollos de sus brazos y
de la uni�n de estos con sus pechos.


"Hace mucho fr�o!" Me dijo tiritando.


"No tienes pijamas?" Pregunt�.


"No, nunca us� en mi vida. Con esta ropa suelo dormir en
invierno." Dijo y me hizo asomar una sonrisa por la comisura de mis labios
pensando tan s�lo en c�mo dormir�a en verano, aunque no me permiti� librarlo a
mi imaginaci�n. "Cuando el tiempo est� caluroso, duermo totalmente en bolas y
completamente destapado. Sufro terriblemente el calor."


Mi miembro escuch� su comentario.


Disimul� lo mejor que pude, le coloqu� la frazada encima de
la cama, le ped� que me avisara si necesitaba m�s abrigo y sal� de su
habitaci�n.



Volv� a mi cuarto, pero con unas ganas tremendas de meterme
en la cama con �l, para tan s�lo dormir abrazados y darnos calor mutuamente.
�nicamente lo hubiera hecho para sentir ese gordo cuerpo pegado al m�o y hacer
entrar a mi sangre en estado de ebullici�n.



Definitivamente este muchacho me estaba perturbando por m�s
que yo hac�a un esfuerzo descomunal para distraer mi atenci�n sobre �l.


Zesna, por en�sima vez: Tranquil�zate ya que no es m�s que un
ni�o!!!









La dureza que ten�a en mi entrepierna no me permit�a dormir
con tranquilidad.


El saber que ese obeso muchacho estaba durmiendo en su ropa
interior a tan solo unos pasos de donde me encontraba, me ten�a en ese estado.





Estaba intentando in�tilmente conciliar el sue�o cuando de
pronto escuch� unos sonidos extra�os.


Parec�an maullidos de gatos.


Hice caso omiso, pero los sonidos felinos continuaban.


Prend� la luz.


Qu� diablos era eso?


Supuse que posiblemente los animales estuvieran en el jard�n
dando una serenata a alguna hembra.


Sonre� imagin�ndome la situaci�n.


Mir� la hora.


A�n no eran las 2 de la madrugada.


Me levant� de la cama y fui sigilosamente hacia la puerta con
el fin de escuchar aunque m�s no fueran los ronquidos de Junior. Continuaba con
la tentaci�n de meterme en su cama, que seguramente deb�a estar muy calentita,
abrazarlo y darle todos los mimos que suelo darle a mis gordos.


May�scula fue mi sorpresa cuando not� que esos ruidos
extra�os que acababa de escuchar proven�an de su habitaci�n.


"Gatos dentro de la casa???" Pens�. "�?�?�?�?"




Me asom� al dormitorio y sent� que el muchacho estaba
gimiendo, no podr�a asegurarlo pero tal vez hasta estuviera lloriqueando y
sonaba como que posiblemente estuviera tratando de disimularlo, silenci�ndolo
con la almohada.


"Junior...A�n est�s despierto?" Pregunt� preocupado hacia la
habitaci�n completamente a oscuras. "Qu� te pasa?"


Se hizo el silencio instant�neamente, los maullidos
desaparecieron y no recib� respuesta alguna a mi pregunta.


"Junior, te sucede algo?" Insist� sabiendo con certeza que �l
me estaba escuchando indefectiblemente.


Tampoco respondi� en esta oportunidad.


Resignado a que no me ir�a a hacer part�cipe de lo que le
suced�a, gir� sobre mis talones para volver a mi cama.


"Zesna." Dijo ante mi sorpresa y con una voz temblorosa,
apenas puse un pie fuera de su dormitorio. "Por favor, no te vayas!"


�l mismo encendi� la luz del velador.


Su rostro denotaba como estar asustado y sus ojos un tanto
tristes, de forma tal que tuve la sensaci�n que hac�a un rato largo que estaba
de esa manera y con ese aspecto.


"Qu� te sucede, Junior." Dije muy preocupado. "Por qu� est�s
as�?"


"Zesna, tengo mucho miedo." Reconoci� y un temor tremendo se
pod�a ver en sus palabras y en ese temblor que lo estaba sacudiendo en forma
constante.


"Miedo de estar aqu�?" Pregunt� desconcertado.




"No, Zesna. No soy tan pelotudo." Contest� y se incorpor�, sent�ndose en el
mismo lugar que ocupaba. "Me est�n sucediendo cosas que me dan mucho miedo y no
tengo con qui�n hablarlas."


"Por qu� no me cuentas? Me gustar�a intentar ayudarte en lo
que est� a mi alcance. Solo tienes que confiar en m�, Junior." Anhelaba que
finalmente se sincerara conmigo.


"No lo s� con exactitud." Dijo.


"Qu� es lo que no sabes?" Pregunt� dudando.


"No s� si puedo confiar en ti." Dijo con franqueza.


"Ok. Te agradezco la honestidad." Me sent� en la orilla de la
cama. "T� y yo nunca hemos mantenido una conversaci�n. Dime tan s�lo una cosa.
Qu� piensas de mi?" Quise finalmente saber por lo menos qu� concepto ten�a el
chico de mi persona.


"Mira, Zesna. S� que mi pap� te quiero mucho..."


"No hablemos de tu pap� en este momento." Le interrump�. "Me
gustar�a saber qu� piensas t� de mi."


"T� no quieres que te hable de mi pap�, pero �l no ser�a tu
amigo si no estuviera seguro que t� eres una buena persona." Dijo mir�ndome
directamente a los ojos. "Yo tambi�n pienso igual."


"Entonces?" Insist�.


"Me prometes que no le dir�s a mi pap� si te cuento?" Dijo y
me dej� expectante.


"Por supuesto que no. Escucha, quiero que sepas que yo te
quiero mucho y ante todo me gustar�a ser tu amigo y si tienes un problema, me
gustar�a darte toda la ayuda posible. Puedes confiarme tus secretos que sabr�
guardarlos como debe ser entre verdaderos amigos, y tambi�n me gustar�a darte
alg�n consejo, si es que est� a mi alcance, para que t� mismo puedas resolver
tus propios problemas. Junior, ten la certeza de que yo nunca te voy a
defraudar." Dije y me acomod� mejor sobre el borde de la cama, prepar�ndome por
si se decidiera finalmente a compartir sus penas conmigo.


El gesto que tuvo en ese momento, me hizo emocionar
nuevamente. Tom� la frazada extra que le hab�a agregado antes y que lo estaba
cubriendo hasta ese momento, y me la deposit� sobre los hombros para cubrirme y
protegerme del fr�o.


Me estaba cuidando!?


"Zesna, no me gustan las mujeres." Dijo mientras iba
volviendo a su posici�n anterior.


Not� que en ese preciso instante estaba evitando verme
directamente a los ojos. Reconoc� que eso no era habitual en �l, ya que siempre
sol�a mirarme a la vista cuando me hablaba; de todas formas no descubr� en ese
momento la total dimensi�n de su confesi�n.


En realidad, en una primera instancia, pens� que hasta podr�a
estar refiri�ndose a algo pasajero.


Claro, qui�n no ha tenido alg�n inconveniente o alguna pelea
con alguna muchacha alguna vez, y como primera medida se pon�a a todas ellas
como rehenes, diciendo "no me gustan las mujeres".


Pero por si me quedaba alguna duda al respecto, me la quit�
de un zarpazo.


"Es que me gustan los hombres." Continu� diciendo en tono tan
bajo e inaudible que sus palabras se empujaban unas a otras para lograr salir de
su boca.


Me dej� estupefacto.


No me pareci� que estuviera bromeando ya que continuaba con
la cabeza gacha evitando mi mirada y su aspecto ahora denotaba un p�nico total.
Supuse que hizo un esfuerzo tremendo para confiarme lo que acababan de escuchar
mis o�dos.


Finalmente estar�an por atarse los �ltimos cabos sueltos que
a�n me quedaban con respecto a �l. Ya sab�a que se masturbaba con los llamados
que me hac�a, pero nunca me hubiera animado a asegurar que fuera homosexual.


"Zesna, tengo mucho miedo." Repiti� una vez m�s.


"Y eso por qu�? Por qu� tienes tanto miedo?" Le pregunt� para
darle confianza.


Gir� la vista por primera vez desde que comenz� la
conversaci�n, y ahora me vio directo a los ojos.



"Es que no has escuchado lo que te acabo de decir?" Pregunt�
enfadado y alzando la voz.


"Qu� car�cter que tienes, eh? ...S�. Me dijiste que te gustan
los hombres. Y cu�l es el problema?" Pregunt� sin apartar mi vista de la suya
para poder ver su reacci�n y que supiera que eso no estaba del todo mal.


"Yo no quiero ser as�." Me confes� nuevamente en tono normal.


"No hay nada de malo con ser gay, Junior." Intent� darle m�s
confianza a�n.


"S�... no habr�a demasiado problema si solo pensara que soy
gay... Posiblemente esa palabra suaviza las cosas, pero no me quiero enga�ar ya
que lamentablemente soy consciente de que soy puto y no quiero serlo." Dijo
nuevamente casi a los gritos. Se detuvo un instante y no continu� hasta que su
voz se normaliz� otra vez. "Si eres hombre y te gustan los hombres,
sencillamente eres puto... No le dir�s a mi padre, verdad?"


"Mira, ya te dije que eso no debe preocuparte. Jam�s rompo
una promesa. Todo lo que hablemos aqu� hoy, quedar� entre nosotros. Cu�ntame
ahora c�mo sabes que eres homosexual." Intentaba sonsacarle toda la informaci�n
posible, ya que yo mismo estaba en shock por su confesi�n y no sab�a qu� decir.
"Has tenido relaciones con chicas en alguna ocasi�n?"


"S�., s�lo una vez. En el liceo hace como cuatro o cinco
meses, mis amigos me hicieron una apuesta a que no me coger�a a la chica m�s
bonita de la clase." Dijo.


"Y?" Pregunt� con m�s ansiedad que curiosidad por conocer su
respuesta. "C�mo te fue con esa experiencia? Qu� sucedi�?"


"Aunque era consciente de que no ten�a ning�n tipo de
posibilidades al respecto, finalmente gan� la apuesta. Es que todo el mundo
tiene su precio." Dijo sin cambiar la expresi�n de su rostro. "Acept� una
apuesta de 500 d�lares a que no lograr�a cogerme a Mariela, la chica que gan� el
t�tulo de la m�s popular de la secundaria y la m�s linda. Tuve que invertir 250
d�lares para que se dejara."


"Dios m�o! Veo que sueles hacer apuestas fuertes con tus
amigos... T� le pagaste 250 d�lares para poder cogerla?" Pregunt� anonadado.




"Y...s�. No hab�a otro modo para que ella accediera. De todas formas no fue tan
mal negocio ya que yo me gan� otro tanto." Dijo sin demostrar estar contento en
lo m�s m�nimo. "El tema es que no me gust�, lo hice s�lo para presumir delante
de mis amigos."


"Cu�ntame por qu� no te gust�?" Pregunt�, ya que el morbo me
estaba consumiendo y no me permit�a no intentar por lo menos averiguar lo m�s
posible acerca de esa cogida.


"Le dije a Mariela que le dar�a los 250 d�lares, pero que
deb�a hacer todo lo que yo le pidiera. Finalmente me decepcion�, porque termin�
siendo una puta. Muy cara, pero una puta al fin. Me exigi� el dinero por
anticipado, y le dije que tan s�lo le dar�a 50, y que los 200 restantes los
obtendr�a una vez que se dejara hacer todo lo que yo quisiera y me dejara
completamente satisfecho."


Junior me demostr� con eso ser muy buen negociante.




"Lo hizo? Acept� tus exigencias?" Pregunt� con mis calzoncillos humedecidos al
m�ximo.


"Claro, despu�s me enter� que yo era el �nico de la clase que
a�n no se la hab�a cogido... Bueno, nos quedamos en encontrar en el escenario
del teatro del liceo, y cuando yo llegu�, ella ya me estaba esperando all�.
Cerramos el tel�n y lo hicimos sin sacarnos toda la ropa. La verdad es que me la
cog� por la cotorra durante largo rato, le hice el culo hasta que me cans� y
cuando finalmente le acab� en su boca, vomit�. Y a pesar de que no me dej�
plenamente satisfecho, igualmente creo que se gan� su dinero, no?"


"Lograste acabar y no te dej� satisfecho?" Pregunt� harto
sorprendido.


"No." Dijo simplemente.


"La verdad es que no entiendo." Confes�.




"Mira, me excito bastante cuando me tocan ciertas partes, se me pone muy dura,
pero eso no quiere decir que lo disfruto plenamente." Explic�. "Aunque no voy a
negar que estaba bastante nervioso porque uno de mis amigos estaba escondido
entre bambalinas mir�ndonos."


"Qu�?" Pregunt� anonadado.


"Y...s�...mis amigos no son est�pidos. Ten�an que confirmar
que me la cog�a..." Explic�.


"Pero por qu� no te gust�?" Insist�.


"No s�... posiblemente fue porque todo pareci� que era una
transacci�n comercial... No s�... Si ni ofreci� resistencia alguna. Ni goz�, ni
nada. S� que tengo la pija muy gruesa y ni siquiera fue un impedimento para que
le entrara por todos lados. Ten�a todos los agujeros agrandados. Al principio
tuve miedo hasta de lastimarla y a ella lo �nico que le interesaba era el
dinero. Eso es asqueroso." Dijo con gesto de desprecio.




"S�, pero no todas las mujeres son iguales." Dije para que no se encerrara en
esa �nica experiencia solamente. "Muy bien. Lo que no entiendo entonces es por
qu� dices que eres puto." Dije sin ocultar que estaba desconcertado.


"Es que nunca sent� atracci�n f�sica por ella ni por ninguna
otra chica, y en cambio s� me sucede cuando veo alg�n tipo de hombres." Admiti�
nuevamente.


"Eso puede deberse a que a�n no has encontrado a la muchacha
adecuada. Como prueba fehaciente de lo que digo, veo que admites que tampoco te
gustan absolutamente todos los hombres, al igual que yo." Intent� que tuviera en
cuenta por lo menos alguna explicaci�n posible. "Cu�ntame acerca de ellos. Qu�
tipo de hombres te gustan?" Mi curiosidad era insaciable en ese momento.


"Por lo general mayores y bastante gordos, aunque hay alguna
excepci�n. Siento mucha atracci�n por los obesos como yo." Confes�.


"Ya has tenido tambi�n alguna experiencia con ellos?" Mi
pregunta lo hizo alterarse un poco m�s.


"Zesna, no quiero ser como soy." Dijo sin parar de
lamentarse. Detuvo por unos instantes su relato, y cuando pens� que no seguir�a
cont�ndome, hizo un visible cambio brusco de disposici�n. "Mira, tengo muchas
cosas para contarte que me est�n mortificando. Por favor, no puedo seguir
viviendo de esta manera."


"Qu� es lo que te sucede? A qu� te refieres? Cu�ntame,
Junior. Comparte conmigo eso que te tiene tan triste. Estoy seguro que s�lo con
intentarlo, te sentir�s mucho mejor." Le aconsej� teniendo la certeza de que eso
iba a ser as�, aunque siendo plenamente consciente de que cada cosa que dec�a,
me dejaba a�n m�s perplejo.


"Prom�teme que nunca le contar�s a mi padre todo lo que tengo
para decirte." Insisti� con la solicitud.




"Otra vez? Pero qu� es lo que te pasa?" Dije ahora a punto de enfadarme. No
sab�a qu� era lo que iban a escuchar mis o�dos a continuaci�n, pero igualmente
me agarr� una tristeza enorme porque comenc� a imaginarme lo peor. "Por Dios,
Junior, alguien te ha violado?"


Hubo una pausa, y pens� por un segundo que se estaba
arrepintiendo de haberse decidido a confiarme sus secretos.


"Junior, por favor, me quieres decir de una buena vez qu� es
lo que te sucede? Alguien ha abusado de ti?" Ahora ten�a desesperaci�n por
saber.


"Zesna, me prometiste que no le dir�as nada a mi padre,
verdad?" Pregunt� otra vez y en esta oportunidad, solamente asent�.


Hizo una larga pausa, y lo not� como luchando internamente,
intentando animarse a comenzar a compartir conmigo lo que le suced�a.
Finalmente, y tras un largo rato de silencio absoluto, sus primeras palabras
salieron de entre sus labios carnosos.


"Es que es un poco largo de explicar." Dijo preocupado.


"No te preocupes, Junior. Tenemos todo el tiempo del mundo y
ten la certeza de que te escuchar� con atenci�n. Qu� es lo que te tiene en ese
estado?"


Me mir� varias veces y apart� la mirada en forma
intermitente. Sin lugar a dudas, lo que ten�a para decirme era bastante m�s que
una travesura, ya que capt� su aspecto totalmente nervioso.


"Zesna, me estoy viendo a solas con un se�or casado en su
departamento privado." Dijo finalmente y me dej� totalmente anonadado.


"Qu�????" Pregunt� sin ocultar mi sorpresa que ir�a a
continuar en aumento a cada segundo que pasara.



Qui�n ir�a a pensar algo semejante de Junior?


"Vi�ndote con un hombre casado a solas?" Qued� totalmente
desconcertado y neg�ndome a aceptar lo que me indicaban los hechos, pregunt�.
"Para qu�?"


"Es que te ha agarrado un ataque de estupidez? C�mo para qu�?
Para tener sexo?" Dijo demostrando estar irritado por mi pregunta totalmente
idiota.


Mis labios estaban impedidos de separarse para permitir a las
palabras salir de mi boca. Ahora eran mis ojos los que le estaban formulando mil
preguntas.


Su mirada estaba muy triste y eso me hizo adivinar que estaba
sumergido en alg�n remordimiento por lo que estaba haciendo.


"No le tengo que pagar para tener sexo con �l." Coment� de
repente como justificando sus acciones.


"Estoy seguro que muchos querr�an tener sexo contigo sin
cobrarte. Creo que te equivocas si piensas que no podr�as tener sexo si no pagas
por ello. Pero lo que no entiendo es por qu� con un hombre casado?" Esa fue tan
solo una de las tantas preguntas que ten�a para hacerle en ese preciso momento.


Respir� hondo y comenz� a hablar sin que me atreviera a
interrumpirlo.


"Este es el primer a�o que Javier, el gordito que va a casa
todas las tardes, estudia en mi liceo." Comenz� a contarme, ahora como dej�ndose
llevar por un impulso que le imped�a detenerse. "No s� el motivo, tal vez sea
porque �l es tan gordito como yo, pero nos ca�mos bien desde el primer momento,
comenzamos a ser amigos y como es un poco lento en los estudios, me ofrec� para
ayudarle a repasar juntos las materias en mi casa. Todo estuvo bien hasta hace
como tres meses, el d�a en que hubo la primera reuni�n de entrega de
calificaciones del primer trimestre en el liceo, con reuni�n de padres incluida
y all� fue donde vi a mi amigo junto a un se�or bastante m�s gordo que �l, quien
supuse que era su pap�. Ya desde que lo vi por primera vez, me sent� atra�do por
ese hombre. Estuve largo rato sin poder dejar de verlo, hasta que de pronto �l
me sorprendi� con su mirada en el mismo instante en que yo la ten�a fija sobre
�l. Desvi� la vista disimuladamente y en determinado momento, cuando volv� a
mirarlo, not� que era �l ahora el que me estaba viendo sin quitarme los ojos de
encima. Al principio pens� que era porque me reconoc�a como el que estudiaba con
su hijo, ya que su mirada iba acompa�ada por una sonrisa, pero despu�s me
pareci� muy extra�o que siguiera insistiendo, que no apartara su vista de m� y
que no dejara de hacerlo en ning�n momento. Me puse muy nervioso y me asust�.
Dej� de prestarle atenci�n por unos momentos, pero cada tanto volv�a a mirarlo
de reojo y en todas las oportunidades �l continuaba vi�ndome sin parar de
sonre�r. Mientras tanto, la fiesta segu�a su curso, ya que hab�an alumnos que
cantaban, bailaban o interven�an en alguna obra de teatro en el escenario. De
pronto, el se�or gordo comenz� a hacerme se�as con la cabeza se�alando hacia la
derecha y no entend� muy bien a qu� se refer�a. Yo miraba hacia ese lugar y solo
ve�a la puerta del sal�n. No entend�a qu� era lo que me quer�a decir. Entonces
se puso en pie y se dirigi� hacia la salida haci�ndome se�as con la mano para
que lo acompa�ara. Me puse a�n m�s nervioso y not� que me hab�a quedado como
atornillado contra mi asiento."


Hizo una pausa y estudi� mis reacciones.


Yo estaba ansioso por saber qu� hab�a sucedido a
continuaci�n, por lo que no hice ni el m�s m�nimo comentario, esperando a que
continuara con su relato.


"Se qued� parado en la puerta a punto de retirarse del sal�n
e insist�a con hacerme se�as para que fuera hasta all�. Le dije a mi pap� que
iba al ba�o y me levant� del asiento, al tiempo que el se�or sal�a completamente
del lugar. Cuando pas� la puerta de salida, �l estaba all� esper�ndome. Se
present� como Ernesto y me confirm� que era el padre de Javier; le di la mano
para saludarlo y �l me la sostuvo con ambas suyas muy fuertemente y sin
solt�rmela me dio un beso en la mejilla. Me dijo que ten�a ganas de ir al ba�o y
que deseaba que yo lo acompa�ara, y a�n muy temeroso y sin estar completamente
seguro de qu� hacer, asent� con la cabeza. Me pidi� que yo fuera primero y lo
esperara all�. Fui temblando de miedo y lo aguard� hasta que finalmente lleg�.
Me dijo que me quer�a agradecer por todo lo que estaba haciendo por su hijo y me
hizo entrar al compartimento privado; �l me sigui� y tranc� la puerta.
Imag�nate, los dos obesos en ese lugar tan min�sculo, est�bamos con nuestras
panzas apretujadas una sobre otra y contra las paredes. Me pregunt� si sab�a
besar y le dije que por supuesto que s�, pero no sab�a que se estaba refiriendo
a un beso en la boca. Cuando acerc� sus labios a los m�os, comenc� a temblar y
negu� con la cabeza dici�ndole que nunca hab�a besado a nadie de ese modo, y me
pregunt� si quer�a aprender. A pesar del terror que ten�a, sent�a curiosidad,
as� que nuevamente mi cabeza fue la que le respondi� que s�. Me abraz�, acerc�
nuevamente su boca a la m�a y comenz� a decirme cosas lindas como que yo le
gustaba mucho y que me quer�a comer todito. Junt� otra vez sus labios sobre los
m�os y me dio un toque. Me dijo que yo estaba rico."




Junior realiz� otra pausa y volvi� a prestar atenci�n a mi mirada.


Yo estaba en conflicto conmigo mismo.

No estaba seguro de si todo lo que me estaba contando era ver�dico, o tan s�lo
fruto de su imaginaci�n. Si fuera as�, no ten�a la m�s puta idea del por qu� me
estaba haciendo esto. Si todo fuera mentira, quer�a saber realmente cu�l era el
motivo que lo impulsaba a hacer algo semejante.


"Juguete� con sus labios sobre los m�os por largo rato. Yo
ten�a los ojos completamente cerrados hasta que me dej� escuchar un par de
besos, entonces los abr� en el mismo momento en que se apart� de mi boca y me
sonri�. Me pregunt� si me hab�a gustado y me dec�a �Eduardito� a cada momento.
Sin dejar de darme esos besos, comenz� a buscar mi entrepierna con su rodilla.
Sent� miedo nuevamente y se lo comuniqu�. Era la primera vez que otro hombre me
tocaba por all�. Me asegur� de que no hab�a nada por qu� preocuparse, ya que �l
se encargar�a de protegerme. Roz� mis genitales con su pierna y empez� a
refregarme el muslo contra mi pija que ya la ten�a parada. Sus ojos se
encendieron apenas me toc� la verga, y me dijo que le gustaba as� de inmensa.
Sus brazos que hasta ese momento estaban rodeando mi cuello, se deslizaron hacia
abajo, me manosearon los pechos, fueron hacia los costados y me levant� ambos
brazos mientras me acariciaba las axilas y luego baj� hasta la altura de
nuestras panzas donde sent� su mano que continu� el camino hacia m�s abajo.
Sent� sus caricias por todas mis partes �ntimas y por encima de mis pantalones.
Al principio me dio mucha verg�enza, pero como me dec�a que quer�a chuparme por
all� y que hasta jurar�a que yo estar�a muy rico, me hizo sentir bastante m�s a
gusto. Me explor� toda la entrepierna con sus manos y yo ya estaba casi
desesperado de la excitaci�n. De pronto escuch� movimientos de hebillas. Se
desabroch� su cintur�n y sus propios pantalones cayeron al piso. Enseguida
comenz� a tironear los m�os hasta que logr� el mismo resultado. Ambos quedamos
en calzoncillos."


Su mirada ahora me exploraba el alma para descubrir un solo
comentario m�o, que segu�a sin salir de mis labios.


"Elev� su rodilla desnuda y con el impulso me levant� los
calzoncillos hasta tocar mis bolas, las apret� suavemente contra mi abdomen y
comenz� a franelearme mientras ahora sus dos manos me refregaban las tetas. En
ese momento, su beso fue m�s fuerte y comenz� a tocarme los labios con la punta
de su lengua que era muy gruesa y �spera. Masaje� mis pelotas con su pierna y la
termin� de apretar sobre mi pija dura, donde sigui� frot�ndola sin cesar. De
pronto se detuvo, llev� sus manos a ambos lados de mi cintura y tom� el el�stico
de mi prenda interior y fue baj�ndolo hasta juntarlo con mis pantalones ca�dos.
Qued� totalmente desnudo y �l arrodillado delante de m�. Su �nico comentario
fue: �la puta madre... que hermosa!... gorda y cabezona... Es una
monstruosidad!� De pronto sent� su lengua en mi rodilla y fue lamiendo hacia
arriba durante todo el trayecto hasta mi entepierna. Cuando su lengua lleg� a
mis test�culos, y estuvo all� por un largo rato movi�ndola de un lado al otro,
me desesper� rogando en silencio para que siguiera su recorrido. Entonces me
toc� la pija dura, y casi me muero de placer. Me pidi� que me sentara sobre el
inodoro. Obedec�; entonces �l se acerc� y apoy� ambos codos sobre mis muslos.
Sus ojos estaban como desorbitados. Llev� sus manos hacia mis genitales, cerr�
los dos pu�os alrededor de mi pija dura que estaba a punto de explotar en
cualquier momento, me ech� la piel lo m�s para atr�s que pudo bruscamente, lo
que me hizo doler, dej� libre toda mi cabecita mojada y cuando le pas� la
lengua, todo el dolor se transform� en un placer indescriptible. �Eduardito,
est�s muy sabroso� me dijo."


Not� que mientras hablaba, Junior meti� su brazo derecho por
dentro de las s�banas que lo cubr�an, abri� sus piernas y hurg� por all� durante
unos segundos; y cuando lo volvi� a quitar, toda la palma de su mano estaba
mojada y sin hacer ning�n tipo de escalas, �sta fue a parar a su boca, donde la
chup� hasta secarla mientras interrump�a nuevamente su relato.


"Perdona, pero estoy terriblemente excitado." Dijo y sigui�
lamiendo sus propios jugos.


Cielo santo!


Me hubiera tirado de cabeza en su entrepierna con mucho
gusto, tan s�lo si me lo hubiera solicitado, para secarlo con mi propia lengua.


Por primera vez me deten�a a mirarle los dedos de la mano.
Eran monstruosamente gruesos. No deformes, sino como terriblemente hinchados,
pero parejos. Por cierto muy apetecibles.


Sus u�as casi inexistentes, dejaban al descubierto que un
estado nervioso lo atacaba de vez en cuando, ya que �se es exactamente el
s�ntoma de quien se "come las u�as"; y eso me sorprendi� realmente, ya que esa
faceta del muchacho me hab�a sido casi imperceptible hasta ese d�a.


Cuando hizo desaparecer por completo la humedad de su mano, y
ante mi atenta mirada, continu� con su relato.


"Sigui� lami�ndome la pija por varios minutos como un perro
desesperado y de repente se la engull� con la boca sin previo aviso y con
bastante dificultad. Tuvo que esforzarse bastante para que le entre toda la
cabeza dentro. La tuvo all� durante varios segundos y sent� que la llenaba de
saliva. Comenz� a juguetear con su lengua, roz�ndomela de arriba abajo y de
derecha a izquierda. Entonces comenz� a mamarme y chuparme haciendo bastante
ruido con desesperaci�n. De pronto alguien m�s entr� al ba�o y Ernesto me hizo
se�as con el dedo para que me mantuviera en silencio, sin embargo sigui�
mam�ndomela sin parar, ahora silenciando todos los sonidos. La humedad en mi
pito y el roce desesperado de labios y lengua, sumado a sentir como que estaba
penetrando una cavidad caliente y golosa hizo que llegara lo inevitable; no
aguant� m�s y me vaci� en su boca al tiempo que mis espasmos me hac�an sacudir
sobre el inodoro mientras escuch�bamos al otro hombre orinar en el compartimento
contiguo. Sent� como Ernesto se iba tragando toda mi leche �calientita� a medida
que sal�a de mi pito y cuando termin�, me apret� la verga para no dejar de
tomarme ni siquiera una sola gota. Cuando se calmaron mis espasmos, sigui�
lamiendo mi pija ahora encogida y me chup� ambos test�culos hasta que el hombre
de al lado hizo accionar el agua del inodoro. Entonces Ernesto se puso en pie,
se baj� los calzoncillos y se comenz� a acariciar la entrepierna hasta que logr�
tener una erecci�n muy fuerte. Una vez que el otro hombre se lav� las manos y se
retir� del ba�o, me pregunt� si se la quer�a mamar a �l, pero le respond� que
no. Me segu�a dando miedo. Mir� mi pija nuevamente, se volvi� agachar y me lami�
las �ltimas gotitas que hab�a despedido. Entonces me tom� la mano y se meti� mi
gordo dedo �ndice en la boca. Lo chup� y lo llen� de saliva. Me hizo salir de
encima del inodoro y me pidi� que me parara a su derecha. Acto seguido, saliv�
su mano y se la llev� hacia el culo unt�ndoselo con su propia segregaci�n,
mientras me dec�a que esta era la primera vez que hac�a algo as�, que era
virgen, pero que apenas me vio en el sal�n, le vinieron deseos de perder la
virginidad conmigo; fue entonces cuando se agach�, me tom� el dedo mojado y lo
condujo directamente hacia la entrada de su agujero."


Hizo una nueva pausa.


Su mirada era imp�vida. Pens� por un instante que Junior bien
podr�a ser mi nuevo compa�ero de truco, ya que en ning�n momento denotaba
emoci�n, ni se podr�a determinar con certeza si ment�a o dec�a la verdad.


"Roz� su ojete con mi �ndice y lo fue introduciendo
lentamente dentro de �l." Continu�. "Como me cost� bastante meter el dedo, y
viendo la cara de dolor que pon�a �l a medida que iba ingresando dentro suyo,
debo suponer que era verdad que esta era la primera vez que realizaba algo
semejante. Me pidi� que no s�lo evitara quitar mi dedo, sino que a�n intentara
meterlo lo m�s dentro que pudiera. Ahora se tom� la tripa gorda y comenz� a
sacud�rsela con fuerza y desesperaci�n. Me sorprend� porque nunca le hab�a visto
la pija a un adulto. Gorda, bastante gruesa, aunque no tanto como la m�a, corta
y cabezona. Era como una pir�mide. Cabeza muy gruesa y se iba ensanchando a�n
m�s hacia la base en contacto con los test�culos que tambi�n eran inmensos, todo
poblado de una gran mara�a de pendejos negros. Su pu�o cerrado alrededor de la
pija me imped�a v�rsela con claridad, a pesar de que yo estaba fascinado con la
visi�n. De pronto me pidi� que moviera el dedo que ten�a en su orto para donde
yo quisiera."


Realiz� otra pausa m�s.


Introdujo nuevamente su mano por dentro de las s�banas y
continu� hablando mientras hac�a movimientos que me parec�a como que se
estuviera masturbando.


"Me sugiri� hacer movimientos en c�rculos al tiempo que ped�a
que se lo metiera y sacara, mientras me alentaba a que esos movimientos fueran
cada vez m�s r�pidos. Me pregunt� si quer�a poner mi pija en lugar del dedo y le
dije que no sab�a. Entonces dijo que no me preocupara ya que de todas formas iba
a ser imposible lograr hacerlo all� en ese espacio tan reducido, pero me
prometi� que si yo lo deseaba, me dejar�a hacerlo alg�n d�a para que acabara
dentro suyo todas las veces que yo quisiera. Empez� a mover su culo
violentamente contra mi dedo, logrando que entrara todo lo m�s posible; lo
sacaba casi hasta la punta y se lo volv�a a enterrar hasta el fondo varias
veces, al tiempo que me dec�a �c�geme, hijito querido� Cuando finalmente,
comenz� a escupir una catarata de leche por su pija que fue a parar directamente
al inodoro." Junior quit� ahora la mano de su entrepierna, y nuevamente se la
lami� ya que estaba otra vez inundaba de su propio l�quido preseminal. Mientras
le pasaba la lengua, continu� con su relato." No paraba de salir, era
interminable. �l se sacud�a para todos lados mientras gem�a y no dejaba de
pedirme que lo siguiera cogiendo con el dedo al tiempo que apret� el culo muy
fuerte y continuaba agregando la palabra �Eduardito� a todo lo que me dec�a.
Cuando termin�, me mostr� dos de sus dedos mojados con su propia leche, se lo
llev� a la boca y se lo chup�. Luego cort� un poco de papel higi�nico del
dispensador y se sec� la pija; �l mismo extrajo mi dedo de su culo de un tir�n y
a pesar de que estaba sucio de caca, igualmente me lo limpi� con su lengua. Me
ayud� a levantar mis calzoncillos y los pantalones, y me pidi� que yo le ayudara
con los suyos. Cuando nos dispon�amos a salir del privado, me tom� del brazo, me
dio vuelta y se abalanz� sobre m�, apret�ndome con su cuerpo contra la puerta
mientras intent� besarme nuevamente. Apenas sac� su lengua sucia de la boca, me
dio asco y apart� mi cara de la suya, esquiv�ndolo. No insisti� con eso. Luego
de unos momentos, me pregunt� si me hab�a gustado todo lo que hab�amos hecho en
el ba�o y le dije la verdad."


"Qu� fue lo que le dijiste?" Pregunt� interrumpiendo por
primera vez.




"Que s�!" Dijo y continu�. "�l mismo me lav� el dedo y nos enjuagamos la boca,
me convid� con una pastilla de menta y �l tom� otra, y antes de salir del ba�o
me dijo que si yo quer�a, nos pod�amos ver todos los domingos en horario de la
tarde, que era cuando se quedaba s�lo en su casa ya que su esposa iba a visitar
a la madre. Como yo ya ten�a el n�mero de tel�fono que me hab�a dado Javier, me
dijo que lo �nico que deb�a hacer cada vez que quisiera que nos encontr�ramos,
era llamarlo el mismo domingo despu�s de las 2 de la tarde y que pod�amos estar
jugando juntos hasta las 7 que era cuando deb�a pasar a buscar a su mujer.
Adem�s me inform� que ten�a un departamento donde podr�amos estar sin que nadie
nos molestara y que no me preocupara tampoco por el transporte ya que �l me
pasar�a a buscar con su veh�culo por donde yo quisiera y luego me volver�a a
llevar."


Sent�a impulsos de interrumpirlo a cada momento. Ahora ten�a
un mill�n de preguntas para hacerle, pero me contuve y segu� escuchando con
atenci�n.


"Entonces me pidi� que saliera yo primero del ba�o para que
no nos vieran hacerlo juntos. Cuando sal� al pasillo y me dispon�a a volver al
sal�n casi me da un infarto, ya que mi pap� estaba en el corredor esper�ndome.
Hab�a terminado la reuni�n y estaba impaciente. Debido a que me daba verg�enza,
supongo que por el remordimiento por haber estado haciendo lo que hice con otro
hombre, me vi en la obligaci�n de mentirle y le dije que hab�a demorado porque
estaba descompuesto y se conform� sin hacerme preguntas. Al rato vi salir del
ba�o a Ernesto, que pas� a mi lado sin siquiera mirarme, como para disimular.
Cuando est�bamos a punto de irnos, sent� que me llamaban y al girar vi a Javier
que se acercaba con sus padres para saludarme. Mi amigo me agradeci� por las
buenas notas que le hab�an puesto y que, seg�n dijo, todo era gracias a m� por
haber estudiado juntos, y nos present� a sus padres. Ernesto le dio la mano a mi
pap� y le dijo que �Eduardito es un muchacho muy amable�, y me hizo un gui�o
sonriendo. Yo me puse todo colorado, porque estaba seguro que su comentario no
era por las calificaciones de su hijo. Nos despedimos y cada cual nos fuimos
para nuestras respectivas casas."


Hizo una pausa y me dijo que iba a orinar.


Se destap� y casi me desmayo. Alcanc� a ver su erecci�n a
pesar de que realiz� alg�n esfuerzo por ocultarla, y not� que toda la parte
delantera de su prenda interior estaba h�meda.


Cuando sali� de la habitaci�n, fui hasta mi dormitorio, tom�
una toalla de mi bolso, me baj� los calzoncillos y me sequ� la entrepierna que
estaba inundada de �clara de huevo�.


A los pocos minutos y una vez que Junior volvi� del ba�o, se
volvi� a meter dentro de la cama y continu� con su relato.



"Estuve sumamente excitado el resto de la semana hasta ese
primer domingo, el cual lo llam� a las 2 de la tarde para tener nuestro primer
encuentro, y a los 15 minutos me pas� a buscar por la esquina de mi casa.
Condujo por unos 10 minutos m�s y fuimos a un edificio de apartamentos. Subimos
al tercer piso y el lugar estaba completamente vac�o, sin ning�n tipo de
muebles. Me dijo que ten�an ese departamento para vender y que hac�a bastante
tiempo que ni siquiera encontraban alg�n interesado. El dormitorio tambi�n
igualmente vac�o excepto por un colch�n que yac�a tirado sobre el piso. Me
pregunt� si ese d�a se la iba a chupar y le dije que no, que prefer�a hacer lo
mismo que la vez anterior. Me explic� que no hab�a ning�n problema, que siempre
har�amos lo que yo quisiera. Se quit� los zapatos y las medias, luego los
pantalones y la camisa y se dej� caer sobre el colch�n. Me pidi� que hiciera lo
mismo y que a�n no me quitara los calzoncillos, al igual que �l, ya que le
gustaba mucho jugar con ellos puestos. Mientras lo iba haciendo, mir� su cuerpo
y me gust�. Ten�a unas tetas inmensas, m�s grandes que las m�as y eso que s� que
las tengo gigantes, y sus pezones tambi�n estaban bastante m�s grandes. Not� que
se meti� la mano por dentro del el�stico de su prenda y por debajo de su panza,
mientras yo comenzaba a desnudarme, y juguete� con su pija que ya la ten�a
bastante dura y eso logr� que se parara la m�a."


"Qu� tan gordo me dijiste que era �l?" Interrump� para estar
seguro de haber escuchado bien.




"Un poco m�s bajo de estatura que yo, creo que menos de 170 cent�metros de
altura y posiblemente algo m�s gordito a�n, dir�a que unos 170 � 180 kilos de
peso. Por qu�?"


"No, por nada. Contin�a, por favor." Dije y en forma
disimulada


cerr� a�n m�s la frazada que ten�a encima m�o para ocultar mi
erecci�n que apuntaba al techo de la habitaci�n y estaba muy lejos de disminuir
su potencia.


"Me quit� los pantalones, mantuve puestos �nicamente mi
boxer, como �l me hab�a pedido, y me acost� a su lado. Continuaba llam�ndome
�Eduardito� en todo momento y me volvi� a preguntar si me gustaba estar con �l y
hacer este tipo de cosas. Le contest� que s�. La verdad es que me hac�a sentir
muy c�modo. Me trataba amablemente y siempre me preguntaba si quer�a realizar
determinadas cosas antes de hacerlas conmigo. Nunca hizo absolutamente nada que
a mi no me gustara. Me dijo que siempre le hab�a sido muy fiel a su esposa, pero
que yo lo hab�a �fascinado�, esa fue la palabra que utiliz�, y que yo le gustaba
mucho. Me abraz� acarici�ndome todo el cuerpo y me bes� como la primera vez,
introduciendo su obesa lengua a trav�s de mis labios y explor�ndome con ella
todo el interior de mi boca. Ahora dejaba pasar su saliva y �sta se juntaba con
la m�a. Chupaba mi l�quido y me inundaba la boca con el suyo, mientras sus
tremendas manos me refregaban los pechos. Me dijo que hiciera absolutamente todo
lo que yo quisiera, sin ning�n tipo de l�mites, pero a pesar de que me sent�a
c�modo all�, segu�a estando bastante tenso, por lo que prefer� entonces seguir
atento a lo que �l me hac�a con el fin de aprender y decidir qu� me gustar�a
hacer m�s adelante. En determinado momento, se subi� encima m�o dej�ndome boca
arriba y haci�ndome sentir todo su peso, quedando su rostro a mil�metros del
m�o, apoy� su muslo contra mis pelotas, y los comenz� a frotar de arriba abajo
hasta que me toc� la pija, se dio cuenta que ya estaba muy dura y mojada y me lo
hizo notar. Continu� refreg�ndome la pierna como para pajearme con ella y luego
de unos momentos me pregunt� si quer�a meterle la verga por el culo. La verdad
es que ten�a curiosidad y le dije que s�. Fue desliz�ndose hacia abajo hasta
llegar a mis genitales y se meti� mi verga, con calzoncillos incluidos, dentro
de la boca, humedeciendo toda mi prenda. Comenz� a mamarme en forma salvaje y de
pronto me baj� los interiores de un tir�n, y prosigui� mam�ndomela, ahora
desnuda. Cuando le pareci� que ten�a la erecci�n adecuada, se levant�, se par�
con ambas piernas a cada uno de mis lados y mientras con una mano se abr�a una
de las nalgas, se saliv� la otra repetidamente, se la llev� a su trasero
dej�ndome ver c�mo se acariciaba el agujero y se met�a su propio dedo para
lubricarse lo m�s dentro posible y sin dejar de sonre�rme. Repiti� la operaci�n
un par de veces m�s hasta mojarse el culo exageradamente, se agach� de frente a
m� en forma lenta y llev� una de sus manos hacia atr�s sosteni�ndome la pija con
mucha fuerza. Tir� toda la piel hacia atr�s dej�ndome la cabezota descubierta,
igual que la vez anterior, y comenz� a roz�rsela contra su agujero. Me dijo que
seguramente esto nos iba a doler a ambos ya que yo la ten�a exageradamente
gruesa, y me pregunt� si quer�a seguir adelante. Como estaba desesperado por la
excitaci�n, y ante la posibilidad inmediata de enterrarla en alg�n lado, le dije
que s�. Acto seguido empez� un movimiento de sube y baja tan s�lo roz�ndomela
con su orificio y con cada envi�n hacia abajo, lograba que su agujero se abriera
un poco m�s."


Detuvo su relato y me mir� desconfiado.


"Qu� te sucede?" Me pregunt�.


"Nada, por qu�?" Dije a su vez.


"Tu no me crees nada de lo que te estoy contando, verdad?"
Dijo a punto de enojarse. "Si es as�, entonces d�melo de una puta vez y no me
hagas perder el tiempo."


Ahora s�, lo notaba completamente alterado.


Pero c�mo se hab�a dado cuenta que estaba dudando de lo que
me dec�a?


Tal vez mi mirada me hab�a delatado.

Ser� posible?


Deb�a reconocer sin embargo que el muchacho ten�a mucho
car�cter.


"Junior, quiero que me digas la verdad. Todo lo que me est�s
contando es cierto, o es producto de tu imaginaci�n?" Dije para estar totalmente
seguro. No pod�a continuar m�s con esa incertidumbre.


Esta era la primera vez en mi vida que no pod�a distinguir
una mentira de la verdad. Sinceramente estaba dudando de todo, pero a su vez me
negaba a admitir que Junior estuviera inventando todo eso. Todo el relato
parec�a demasiado coherente. Demasiado perfecto. A�n no pod�a vislumbrar ning�n
hueco en su historia. Pero sinceramente no sonaba del todo veros�mil.


No sab�a con certeza si deb�a amar a este muchacho u odiarlo
por lo que me estaba contando.


En respuesta a la pregunta que le hab�a formulado, tan s�lo
puso cara de enojo, girando, d�ndome la espalda y ocultando su rostro contra la
almohada. M�s que enojado, parec�a furioso porque yo estaba dudando de su
palabra.


Eso no quer�a decir nada, de todos modos. Tambi�n eso podr�a
ser una artima�a para apoyar sus mentiras.




"Junior, necesito que me des una prueba de que todo lo que me est�s contando, es
la pura realidad. Quieres que te sea sincero? Es muy dif�cil de creer que todo
lo que me dices sea verdad." No quer�a espantarlo, tan s�lo necesitaba una
prueba, aunque no ten�a ni la m�s m�nima idea de cu�l podr�a ser, que me
indicara que estaba siendo totalmente honesto conmigo.


"Qu� clase de pruebas quieres?" Pregunt� gritando,
evidenciando seguir alterado.


"No lo s�. T� dime algo que me haga confiar en ti." Dije
simplemente.


Hubo silencio absoluto.


Al cabo de unos segundos, se incorpor� para quedarse
nuevamente sentado dentro de la cama, se volvi� hacia m� y clav� sus ojos
fijamente sobre los m�os sin cambiar su expresi�n de enfado.




Por Dios santo.


Ser� posible?


Si hasta me daban ganas de llorar con sus expresiones. O
estaba diciendo la verdad o realmente estaba actuando muy bien.


No pod�a distinguir si todo lo que me hab�a dicho era cierto,
o tan s�lo parte de ello, o directamente me estaba mintiendo en todo.


En realidad, es espantoso cuando tienes esta sensaci�n.


No encontraba la forma de saber el grado de lealtad que �l
ten�a para conmigo.


Hubo un largo silencio que me dej� dudando si Junior estaba
literalmente luchando consigo mismo para decidirse a revelarme alg�n otro
secreto m�s que no ten�a planeado compartir conmigo, o tal vez para seguir
alimentando con m�s mentiras su historia.


Segu�a mir�ndome a los ojos.


"Zesna. Soy yo el que te llama todas las tardes para pajearse
escuchando tu voz." Confes� finalmente.


Ahora s�, me dejo completamente mudo.


No porque me hubiera revelado esa informaci�n que por cierto
ya conoc�a, aunque �l lo ignoraba, sino por haberme confiado ese secreto tan
preciado que guardaba con tanto recelo.


Deber�a entonces convencerme definitivamente de que este
chico me estaba diciendo la verdad en todo?


O era simplemente otra artima�a de revelarme algo leve como
quien regala alguna cosa sin demasiada importancia para venderme algo pesado y
de mucha m�s envergadura?


"Ya sab�as que era yo el que te hac�a esos llamados?"
Pregunt� ante mi total falta de comentarios a su confesi�n.


"S�." Le dije.


Era incre�ble la forma como le funcionaba el cerebro a este
muchacho. No se le escapaba nada. Estaba pendiente hasta de mis reacciones m�s
imperceptibles.


"Y cuando lo descubriste?" Quiso saber.


"Esta tarde mismo, antes de dejar tu casa." Le dije.


"Y por qu� a�n no me lo hab�as dicho?" Quiso saber.


"Es que no me lo hab�as preguntado, y en realidad no estaba
seguro de querer compartirlo contigo ya que t� no me lo confesabas." Contest�.


"Aj�! Y c�mo te diste cuenta?" Pregunt�.


Otra vez me vino la sensaci�n de que estaba jugando conmigo.


La puta que lo pari�!


Y si ya se hubiera percatado con anterioridad de que yo lo
hab�a descubierto y ahora estaba fingiendo todo esto?


Cuando pens� que estaba siendo totalmente sincero conmigo, me
vino nuevamente la sospecha de que quiz�s estaba siendo otra vez la v�ctima de
alg�n juego suyo. Uno muy perverso y que definitivamente yo no estaba dispuesto
a jugarlo con �l.



Siempre cre� que lo peor que existe es estar frente a alguien
que te miente siempre.


Craso error!




Ojal� fuera as�, porque de esa forma sabr�as que todo lo que te dice es mentira.


Mucho peor es cuando est�s frente a alguien que te miente y
te dice la verdad en forma intermitente.


C�mo haces de esa manera, para distinguir lo falso de lo
verdadero?





Hasta casi hab�a logrado convencerme con sus enojos.


Casi me cre�a que el padre de su amigo era el que le hab�a
ense�ado a besar y que se hab�a dejado ensartar por �l.


Qu� hijo de puta!


"Cuando dijiste �calientito�, te delataste." Le contest� con
una furia interior que intentaba evitar por todos los medios de que saliera al
exterior.


"Ahhh!" Dijo como vi�ndose completamente sorprendido. Pero
eso son� a actuaci�n. "Te convences ahora de que te estoy diciendo la verdad,
toda la verdad?" Dijo y lamentablemente todo me segu�a pareciendo a un juego, en
forma muy sospechosa.


"Junior, ya s� que t� eres muy inteligente. Por eso me
doler�a en el alma perder tu amistad. Por favor, no me mientas nunca." Dije
mir�ndolo a los ojos que no apart� de mi vista. "Es tu �ltima oportunidad de
decirme si me has mentido en algo de lo que me hayas contado hoy."


Pens� unos momentos en que me pareci� que estaba revisando
mentalmente todo su relato para definir si algo de lo que hab�a compartido
conmigo no era cierto.


"No, Zesna. Te juro por lo m�s sagrado que tengo que todo lo
que te he dicho hoy es verdad." Dijo.


"Y qu� ser�a lo m�s sagrado que tienes?" Pregunt�.


"Te lo juro por mi pap� que es lo m�s sagrado que tengo en el
mundo." Dijo y ahora me dej� a�n con m�s dudas que antes.


Ser� posible que fuera cierto lo que me acaba de decir y que
Eduardo estuviera equivocado en su suposici�n de que su hijo le hubiera hecho
una zancadilla para que se cayera por las escaleras?


O por el contrario continuaba siendo v�ctima de una mente que
intentaba manipularme?


"Zesna, cuando mi pap� se cay� por las escaleras, me asust�
mucho. �l es la persona que m�s quiero en la vida. Te juro por mi padre que todo
lo que te estoy contando es verdad." Y not� que me estaba suplicando con la
mirada.


O me estaba diciendo la verdad total, o sinceramente estaba
ante el manipulador y mentiroso m�s grande de la historia del planeta.


La puta madre!


Todo esto me estaba poniendo en un estado de desesperaci�n
terrible.


"Est� bien, Junior. Te voy a creer. Pero ten bien presente
que una amistad siempre est� basada en la confianza. Si una de las partes le
miente a la otra, entonces esa amistad no tiene el menor sentido de existir."
Dije y esper� a escuchar su comentario al respecto.


"No te preocupes, Zesna. Yo quiero ser tu amigo. Jam�s te
mentir�a." Dijo y su mirada reforzaba sus palabras.


"Espero que no, porque sinceramente me doler�a mucho." Dije
"Yo tambi�n quiero ser tu amigo."


Esper� unos momentos a que se decidiera a continuar con su
historia.


"Luego de tenerlo encima por varios minutos, se dej� caer
sobre mi pija sin previo aviso, enterr�ndosela hasta el tronco de una sola vez.
Ambos gritamos de dolor. Nos quedamos en esa posici�n sin movernos por varios
minutos, y luego que pas� lo peor, lentamente volvi� a animarse a reiniciar los
movimientos. Cerraba su culito alrededor de mi pija y lo aflojaba en forma
intermitente. Eso me volv�a loco. Hac�a como un sube y baja con mi verga
enterrada en su orto. Mientras tanto, comenz� a masturbarse con una de sus manos
y con la otra me apretaba uno de los pezones. Nuevamente su pu�o ocultaba
pr�cticamente toda su verga y cuando lleg� el momento, escupi� un chorro de
leche impresionante que salt� y me lleg� a salpicar hasta la cara. Literalmente
me ba�� todo el cuerpo con su l�quido. Toda mi panza, pecho, tetas, cuello y
parte del rostro quedaron mojados con su semen. Entonces me rog� pidiendo que
quer�a tener toda mi lechita �calientita� dentro..." Aqu� hizo una pausa, se
percat� de lo que acababa de decir, me mir�, le sonre� y continu�. "...quer�a
tener toda mi leche en su ojete y comenz� a cabalgarme velozmente hasta que no
pude m�s y explot� dentro de �l."


"Quisiera preguntarte algo, Junior. �l alguna vez te
penetr�?" Mi pregunta no ten�a clara una respuesta. En realidad no pod�a
aventurar ninguna, sin tener el temor de equivocarme.


"No, por supuesto que no." Dijo sin quitar su mirada de mis
ojos.


"Nunca jam�s?" Insist�.




"No, Zesna. Te lo juro. Soy yo el que siempre se lo coge a �l." Me asegur�. "Mi
culito a�n es virgen."


"Te ha obligado a que se la chupes?" Pregunt� a su vez.


"No, en realidad, como ya te dije, �l nunca me obliga a nada.
Si yo no quiero hacer algo, directamente no lo hacemos." Contest� simplemente.


"Muy bien. Qu� edad tiene �l?" Quise saber.


"No lo s�, pero debe ser algo mayor que t�. Dir�a que entre
40 � 45 a�os m�s o menos." Contest�.


"Debo entender que te has vuelto a ver con �l despu�s de esa
primera vez, verdad?" Pregunt�.


"S�, Zesna. Nos vemos casi todos los domingos a la misma
hora."


"Junior, eso no est� bien. Lo sabes, verdad? No est� nada
bien."


"No est� bien?...Y para qui�n no est� bien?" Pregunt� y me
dej� sin habla. "Lo est� para m� y tambi�n lo est� para �l. Para qui�n m�s
tendr�a que estarlo?"



Abr� la boca para responder y sinceramente no lo hice porque
sino pecar�a de hip�crita. Yo mismo hab�a tenido una relaci�n similar con mi
gordo profesor de ingl�s. Aunque aqu�l no me hab�a seducido a mi, sino que la
atracci�n que yo sent�a por �l era tan fuerte que me llev� a dec�rselo. Hasta
nuestras edades de entonces eran parecidas a las de esta relaci�n. Yo en
aquellos momentos rondaba los 15 a�os, y mi profesor los 40. Era una
coincidencia incre�ble.


Y qu� deb�a hacer ahora, entonces?


No pod�a criticarlo, ni siquiera desestimarlo, ni
desalentarlo, aunque ten�a la obligaci�n de aconsejarle ya que una de las pocas
diferencias en esta relaci�n que ve�a con respecto a la que hab�a tenido yo, era
que mi profesor era una persona libre y el padre de Javier, no.


Me dije a mi mismo, que deb�a estar agradecido nuevamente a
la vida, ya que Junior pod�a confiarme sus problemas y contar conmigo para lo
que quisiera.

Ya me hubiera gustado haber tenido yo mismo a alguien en aquel entonces, para
poder contarle todo lo que me pasaba y sent�a por mi profesor y que me diera
alg�n consejo.


Decid� que iba a tratar a Junior como si fuera yo mismo el
que estuviera nuevamente en esa situaci�n.


Qu� deber�a hacer entonces? Qu� deb�a aconsejarme si me
contara a m� mismo la experiencia que �l acababa de compartir conmigo.




Estaba en esos pensamientos, cuando Junior me los interrumpi�.


"Puedo continuar?" Me dijo.


Me qued� helado.


"Hay m�s a�n?" Pregunt� anonadado.


"S�." Dijo para mi asombro. "Te dije que ten�a un problema, y
ese no lo es."


"Qu�?" Pregunt� sin querer suponer qu� otra cosa le estaba
sucediendo.


"Zesna, Javier ya no est� yendo a mi casa para estudiar
conmigo." Confes�.


"Y cu�l podr�a ser el problema con que �l ya no vaya m�s a tu
casa?" Pregunt�. " Eso no es tan grave. Seguramente ya encontrar�s a alg�n otro
amigo que lo haga en su lugar para estudiar contigo."


"Yo no dije que ya no va a mi casa." Contest�. "Lo que dije
es que no lo hace para estudiar conmigo."


"�?�?�?�?"


"Resulta que comenc� a sentirme necesitado de sexo." Dijo y
baj� la mirada. "Entonces tuve una conversaci�n con Ernesto."


"Qu� quieres decir?" Pregunt� sin sospechar lo que vendr�a a
continuaci�n. A�n no entend�a qu� conexi�n ten�a una cosa con la otra.


"Ten�a la necesidad de estar m�s tiempo con Ernesto. Tal vez
de irme a vivir con �l." Confes�.


"Qu�???"


"Me sent� fascinado con el padre de Javier. No es algo que yo
quisiera, pero sucedi�. Y le rogu� para que hici�ramos algo m�s que vernos s�lo
los domingos." Dijo y volvi� a verme al rostro. "Me explic� que eso no podr�a
ser porque pondr�a en peligro su m

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Relato: Gordo de las 6 en punto (3)
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