Me llamo Javier, tengo 17 a�os y hab�a decidido pasar el
verano en un campamento, al norte de la provincia de Le�n; en una vieja casona
muy acogedora, de un pueblo de unos 20 habitantes, perdido en lo m�s profundo de
las monta�as. �ramos 30 personas en el campamento, de edades diversas entre 12 y
17 a�os, adem�s de los tres monitores; Juan, Maria y Paula.

Juan era un hombre gordo, tendr�a unos 30 a�os, de cabellos
oscuros y piel morena, al principio su aspecto daba miedo, serio y distante,
pero a medida que le conoc�amos, nos parec�a una persona interesante.

Maria era delgada, una chica muy bella de 23 a�os, con un
cuerpo excelente; sus caderas eran pronunciadas y su culo resping�n, era muy
alta, sus ojos eras grises y en su rostro siempre se divisaba una sonrisa, solo
la fallaba una cosa, por delante era igual que una tabla de planchar, sus pechos
eran diminutos y con las camisas apenas se la notaba.

Paula era una chica simp�tica, su voz era muy dulce, tenia 23
a�os, unos pechos bien formados; redondos y llamativos que har�an las delicias
de m�s de uno, lucia una larga cabellera oscura a juego con sus ojos, su cuerpo
era muy normal, un poco baja y con un culo algo grande para mi gusto, pero en
esa edad te fijabas en cualquiera, todo val�a para asociarlo al sexo.

Era pleno mes de Agosto, una ola de calor azotaba toda la
pen�nsula e intent�bamos colmarla con algo de agua, buscando la sombra por donde
�bamos, llev�bamos tres d�as en el campamento, despu�s de dos largas caminatas y
de habernos conocido todos, por fin �bamos a la piscina nos fuimos a los
vestuarios y nos cambiamos, seg�n �bamos saliendo, la mayor�a se tiraba a la
piscina. Me sent� encima de la toalla, mirando a mi alrededor, observando a toda
la gente all� congregada, mi vista se nublo un momento, vi que de los vestuarios
sal�a Lucia, una chica de 17 a�os de Zamora, con una melena casta�a, estaba
delgada y tenia un cuerpo pronunciado; con unas curvas muy marcadas, era alta,
morena y una cara angelical. Miraba perplejo a Lucia, que caminaba hacia las
duchas, solamente cubierta por un peque�o bikini que hacia que su peque�o culo
pareciera m�s sugerente, le mov�a con firmeza mientras andaba, sus pechos eran
de tama�o mediano, redondos y apetecibles, observe como cuidadosamente se
introduc�a en la ducha; el agua resbalaba por sus cabellos, mientras ella
disfrutaba con el frescor que ello la produc�a, observe entonces que sus
peque�os pezones empezaban a marcarse en el bikini, haci�ndose estos cada vez
m�s grandes. Quede perplejo con su figura, con su forma de moverse y me di
cuenta que entre mis piernas hab�a despertado una erecci�n, tenia la polla que
parec�a que quer�a salir del ba�ador, empujando con fuerza, entonces aparte mi
mirada y mis pensamientos de Lucia, con el prop�sito de hacer tiempo para que mi
polla volviera a su estado de reposo y poder irme a la piscina con todos los
dem�s. La erecci�n poco a poco empez� a remitir, me introduje debajo de las
duchas, sintiendo el frescor deseado del agua por todo mi cuerpo y me tire a la
piscina, todos juntos empezamos a jugar en el agua, nadando y salpicando, de
reojo no pod�a dejar de mirarla, en sus tetas los que los pezones segu�an
marcados y se mostraban en todo su esplendor, transparent�ndose un poco el
bikini ahora que estaba mojado y eso me produjo una nueva erecci�n, esta vez no
me importo porque estaba en el agua.

Aunque intentaba evadirme de mis pensamientos y disfrutar del
agua, mis ojos la segu�an como si no quisieran hacerme caso y ella se dio cuenta
por lo que intentaba que sus pechos permanecieran el mayor tiempo posible fuera
del agua para as� excitarme m�s.

Poco a poco vino nadando por donde yo me encontraba, haciendo
como si no se hubiese dado cuenta, paso por mi lado rozando con su pierna mi
polla, que al parecer no estaba por la labor de bajar y manten�a una prolongada
erecci�n.

-Perdona- me dijo mientras sonre�a.

Lucia volvi� nadando donde se encontraban el resto de las
chicas mas o menos de la misma edad y todas ellas empezaron a sonre�r, supongo
que porque Lucia se lo abr�a dicho y en ese momento todas me miraban, sintiendo
una verg�enza como nunca hab�a sentido, as� que empec� a nadar y bucear hasta
que mi polla se relajo y volvi� a su estado normal, aunque cuando sal� del agua,
sent�a todas las miradas de aquellas f�minas en mi entrepierna.

Despu�s de cenar, sal� a la calle, a sentir el silencio que
un paraje as� me ofrec�a, me sent� en las escaleras, deje mi mente en blanco
como si as� me perdiera en el silencio.

-Hola, �te molesto si me siento un rato?-

Era una voz suave, que antes hab�a o�do, gire lentamente la
cabeza y all� estaba ella, era Lucia que ya hab�a terminado de cenar.

-Puedes sentarte, no me molestas-

-Quer�a pedirte perd�n por lo de antes, en la piscina te lo
ped� pero no me contestaste-

-Tranquila no tiene importancia y menos tienes que pedirme
perd�n por ello-

-�En que pensabas? Estabas aqu� fuera tan solo-

-Realmente no pensaba en nada, disfrutaba del silencio que
aqu� se respira, sabes donde vivo, realmente esto ser�a un lujo al alcance de
muy pocos-

-�Te excitaste al verme?-

Esa pregunta me dejo helado, absorto durante un momento, en
que no supe como reaccionar y tarde unos segundos en poder pronunciar palabra.

-�Por qu� me preguntas eso?-

-Me pareci� que en la piscina me mirabas mucho y cuando pase
estabas as�, pues sinceramente dude que si era por mi o por el resto de las
chicas que estaban conmigo-

-Sinceramente no vi a ninguna chica contigo-

Ella mi mir� con unos ojos dulces, llenos de felicidad y me
sonri�, poniendo una cara muy bella, parece que hab�amos compenetrado pero una
voz se oy� desde dentro del edificio, eran el resto de las chicas, que sal�an a
buscar a Lucia, y de nuevo pude observar como todas las miradas se centraban en
mi entrepierna y las risitas se hac�an notar en el silencio predominante.

Al d�a siguiente tuvimos una peque�a caminata por los
alrededores y un partido de f�tbol por la tarde, durante la comida, Paula
anuncio que dentro de una hora airamos tres grupos y saldr�amos a montar las
tiendas de campa�a a una explanada cercana y pasar�amos all� toda la noche, una
idea estupenda, pens�, puesto que en la casa el calor era sofocante por las
noches. Con Lucia no pude hablar durante todo el d�a, ni un solo momento, de vez
en cuando cruz�bamos alguna mirada, alguna sonrisa y alg�n gui�o hecho con el
ojo.

�bamos andando por un camino empedrado, con la mochila a la
espalda, delante el grupo de chicas y detr�s los chicos, observando atentamente
sus figuras, buscando entre todas la de Lucia, llegamos al lugar se�alado y
empezamos a montar las tiendas de campa�a, aun era pronto por lo que tuvimos un
rato para echar un partidillo, por que el bal�n nunca le olvid�bamos.

Nos sentamos en circulo, alrededor de una linterna de luz,
que iluminaba lo suficiente como para poder vernos todos y dejaba apreciar en el
cielo las estrellas, que luc�an esplendorosamente, todos nos tumbamos y Juan nos
empez� a contar las historias de las estrellas, a reconocer la osa mayor y la
osa menos as� como un mont�n de constelaciones, todos escuch�bamos con atenci�n.
Cenamos y nos fuimos a las tiendas, yo la compart�a con Alberto, un chico de 15
a�os bastante simp�tico.

Al d�a siguiente madrugamos y fuimos a ver unas cuevas
cercanas y a ba�arnos a un lago de aguas cristalinas, con el prop�sito de pasar
all� el d�a y volver a las tiendas y de nuevo pasar en aquel lugar la noche. Ese
d�a, todos nos ba��bamos, disfrutando del agua y refresc�ndonos, el sol
calentaba fuertemente, yo miraba y observaba a Lucia que de nuevo ten�a los
pezones que se sal�an de sus orbitas, pero esta vez no se escond�a, se miraba,
me miraba y sonre�a, poco a poco comenz� a acercarse, llegando a mi lado,

-�Qu� tal Javi?

-Bien, mir�ndote y tu �Qu� tal?-

-Bien dejando que me mires-

Y los dos empezamos a re�r, el resto de la gente estaba un
poco apartada de nosotros, jugando con un bal�n, Lucia me miraba tiernamente,

-Mira a ver si as� te gusta mas-

Y de repente se quito la parte superior del bikini, dejando
ver esas tetas por encima del agua, eran tentadoras, quedando en ellas la
diferencia de color debido al bikini, me quede perplejo sin poder quitarlas ojo
de encima, observaba sus pezones tan salidos, era genial,

-No muerden- dijo Lucia.

Y amarr�ndome las manos puso una en cada pecho movi�ndolas de
forma circular, sent�a como sus pezones se clavaban en la palma de mis manos y
las agarraba con suavidad mientras mi polla ya estaba en plena erecci�n, Lucia
se acerco mas a mi y tiernamente empez� a besarme, nadie se daba cuenta, solo
nuestras cabezas permanec�an fuera del agua, frente a frente. Lucia alargo la
mano y note como suavemente la met�a por mi ba�ador hasta que pudo agarrar mi
polla, la apret� con fuerza, subi�ndola y baj�ndola muy despacio, cambiando la
cara cuando comprob� con su mano que era m�s grande de lo que pensaba, note el
frescor del agua en mi capullo y la forma de sus dedos en mi tronco. Me volvi� a
besar y dijo,

-Me encanta tu polla, luego te veo, no dejes de mirarme-

Y volvi�ndose a poner la parte superior del bikini, se alejo
hasta donde estaban el resto de las chicas, todas la miraban pero esta vez no
hubo risitas, solo miradas tentadoras, queriendo haber sido ellas la que
hubiesen tocado mi polla, mientras yo no deje de mirar a Lucia, centr�ndome en
sus pezones.

Volvimos a las tiendas por la tarde, casi a la hora de cenar,
cuando el sol dejaba de ser pegajoso y lentamente se ocultaba en el horizonte,
cenamos y entramos dentro de las tiendas de campa�a, sin haber tenido
oportunidad tan siquiera de haber podido decir buenas noches a Lucia.

Todos nos dormimos, no se que hora era, pero solo sabia que
era ya muy tarde, sent� un calor en mi frente que bajaba por mi rostro, un
cosquilleo incesable, despert� de golpe alterado y vi a Lucia frente a mi,
pasando su mano por mi rostro, all� estaba, entre medias de Alberto y de m�,

-No te asustes, he venido a por ti- Me murmuro al o�do

Sal� del saco de dormir, cog� las chanclas y sal� de la
tienda de la mano de Lucia,

-�D�nde vamos?- pregunte.

-Solo d�jate llevar- me contesto acompa�ado de una dulce
mirada.

Anduvimos hasta su tienda que se encontraba de las ultimas,
lejos de donde los monitores dorm�an, abri� la cremallera y entramos dentro,
all� estaba su compa�era de tienda que esperaba impacientemente nuestra llegada,

-Javi esta es Miriam- Dijo Lucia amigablemente.

La di dos besos en el rostro mientras Lucia terminaba de
cerrar la tienda.

Miriam tenia 15 a�os, era muy mona de cara y en el campamento
se hab�a echo muy amiga de Lucia, era muy delgada, su cuerpo a�n estaba en flor,
don unos pechos muy peque�os pero un culo muy deseoso.

Lucia se dio la vuelta y sin poder pronunciar palabra me beso
fuertemente, mientras coloco su mano encima de mi paquete, que estaba bajo,
jugaba con mi lengua, d�ndome peque�os mordiscos en mis labios, mientras Miriam
miraba atenta tal situaci�n. Note que mi polla despertaba y eso pareci�
enloquecer a Lucia que besaba con m�s fuerza sin apartar su mano de mi
entrepierna, notando como poco a poco me excitaba y el volumen de mi aparato
crec�a, note otra mano que me acariciaba el culo, era Miriam, deseosa de que
par�ramos para que ella pudiera entrar en el juego. Mi polla estaba en su plena
erecci�n. Lucia se quito la camisa que la cubr�a, dejando ver de nuevo sus
lindos pechos, mientras que Miriam hacia lo mismo que ella, yo estaba perplejo,
tenia ante m� dos chicas deseosas de placer semi desnudas solo para mi, agarre
las tetas de Lucia, acarici�ndolas suavemente mientras que di la mano a Miriam
para que se pusiera delante de mi de rodillas y empec� a lamerla los pezones,
dejando soltar alg�n peque�o gemido de placer que seguro nunca antes hab�a
sentido, las lam� todas ellas, intercambiando de pechos, lamiendo de igual modo
los de Lucia, mucho mas apetecibles y salientes.

Miriam me quito la camisa y las dos me impulsaron para detr�s
con el fin de que me tumbara, agarraron mi pantal�n y me le quitaron, dej�ndome
totalmente desnudo, con la polla totalmente tiesa delante de ellas, 19
cent�metros para que pudieran disfruta, Miriam quedo asustada al ver el tama�o y
su cara cambio radicalmente, Lucia se dio cuenta y al jugar con ventaja y
haberla tocado esa tarde en el agua ya tenia una idea de c�mo era, as� que para
animar a Miriam se la introdujo en su boca, llegando casi hasta la mitad de mi
polla, sintiendo el calor de su aliento en mi punta, y como su saliva resbalaba
hasta perderse en los huevos, apretaba con sus labios, jugaba con su lengua, era
el para�so, gem�a silenciosamente mientras cerraba los ojos, dejando que Lucia
me hiciera lo que quisiera, coloque mis manos en sus cabellos y empec� a moverla
de arriba abajo, intentando que introdujera toda mi polla en su boca pero no lo
consegu�a, note como la mano de Miriam me empezaba acariciar los huevos
t�midamente. Lucia se la saco de la boca y se quito el pantal�n quedando
desnuda, con un co�o hermoso, con una fina mata de bello, miro a Miriam y se
dirigi� a ella,

-Te dejo a ti ahora-

Y se puso de rodillas encima de mi cara, para que pudiera
comerla el co�o, no me lo pens�, y empec� a pasar mi lengua por el,
recorri�ndole, sintiendo su calor y oyendo como la respiraci�n de Lucia
aumentaba y los gemidos sal�an t�midamente de sus labios por miedo a ser o�dos
por los dem�s. Miriam pasaba su lengua rozando la punta de mi polla, d�ndola
miedo a introduc�rsela en su boca, su inexperiencia se hacia patente por lo que
decid� ayudarla un poco, llegue a poner mis manos en su cabeza y lentamente la
lleve hasta mi polla, ella abr�a la boca y la fui empujando hasta que no la
cab�a mas, a partir de hay supo hacerlo ella, empezando a chupar con fuerza,
pasando la lengua por todos los puntos de la misma, haci�ndome palpitar de el
placer.

Yo segu�a con el co�o de Lucia en mi boca, haci�ndola vibrar
y d�ndola lo que deseaba, me dijo que parara y quitando a Miriam de mi
entrepierna, se coloco ella, meti�ndose la punta de mi polla un su h�medo
agujero para despu�s empezar a bajar e irla penetrando hasta el final, sent�
como sus labios iban bajando lentamente, y como su co�o se iba haciendo a mi
polla, al cabo de unos segundos llego al final y suspiro, me miro, sonri� y con
voz dulce se dirigi� a mi,

-menuda polla, no es f�cil meterla entera-

Sonre�, la agarre las nalgas y empec� a moverla, haci�ndola
trotar encima de m�, oyendo sus suspiros y sus t�midos gemidos y observando a
Miriam, mirando fijamente a Lucia. Miriam entonces empez� a tocar los pechos de
Lucia, palpaba con las yemas de sus dedos aquellos peque�os pezones, erectos en
su excitaci�n e incorpor�ndose empez� a pasar la lengua por encima de ellos,
lami�ndolos dulcemente uno tras otro y repitiendo otra vez, mientras Lucia no
dejaba de cabalgar encima de m�, sintiendo como mis huevos daban en su culo cada
vez que bajaba y sus pechos botaban y Miriam a su comp�s les buscaba con su
boca. La reacci�n de Miriam me sorprendi�, lo hab�a visto en pel�culas pero
nunca pens� que podr�a observar con mis propios ojos como dos chicas se tocaban,
pero m�s me sorprendi� que Lucia no mostrara la m�s m�nima intenci�n de
separarla, es m�s la gustaba y eso a mi me excitaba.

Lucia salio de m�, y ayudo a Miriam a quitarse los peque�os
pantaloncitos cortos que llevaba, quitando de una sola vez los pantalones y las
braguitas que tapaban su tesoro, teniendo ante m� un co�o suculento, con muy
poco bello y mostr�ndose a Miriam totalmente desnuda, pareciendo tan inocente en
aquella situaci�n, dej�ndose llevar e intentado descubrir nuevas sensaciones, se
puso de pies encima de mi, abriendo sus piernas y bajando lentamente mientras
que Lucia pon�a mi polla recta con el fin de encontrar el agujero de Miriam, que
bajaba temblorosa hasta que llego a el y mi polla empez� a abrir con su punta
aquella delicada raja, sinti�ndose en la tienda los suspiros de la ni�a, que
poco a poco se iban incrementando y agudizando, no llegue a meter nada mas que
el capullo y dijo que la dol�a, por lo que salio r�pidamente y se puso en pie,
ante las palabras de apoyo de Lucia, dejo que la intentara penetrar estando ella
tumbada, as� que me levante, ella se tumbo y abri� sus piernas para recibirme,
mientras Lucia observaba al lado m�o. Baje lentamente y me situ� ante su co�o,
empezando a entrar muy despacio, sintiendo otra vez sus peque�os gemidos, y
observando como me miraba, con sus ojos fijos en los m�os, con miedo y a la vez
entusiasmo por lo ella pensaba que iba a sentir, introduje hasta el final del
capullo cuando me dijo que lo dejara, que la dol�a, me dio pena no poder
penetrar aquel conejo, pero acepte su opini�n y cuando estaba volvi�ndome para
detr�s, note en mi espalda las manos de Lucia, que me empujaron con fuerza hacia
delante, clavando toda mi polla hasta el fondo a Miriam que dejo salir de su
garganta un grito estremecedor que alguien tuvo que o�r, pero r�pidamente Lucia
tapo su boca y cogiendo un pa�uelo de su mochila la dijo que lo mordiera e
inicie mis envestidas contra ella, dando despacio primeramente y posteriormente
llegando hasta el final, haciendo que aquel cuerpo engullera toda mi polla. Su
cara era desgarradora, chillaba en silencio mordiendo con fuerza aquel pa�uelo,
y algunas l�grimas brotaban en sus ojos, lentamente sus gemidos se fueron
haciendo mas suaves, saco el pa�uelo de su boca y se empez� a relajar, cerrando
los ojos ante mi y dej�ndose llevar por los movimientos que produc�a,
penetr�ndola insistentemente durante un largo tiempo, mientras Lucia estaba
sentada a su lado, con una de sus manos recorriendo el cuerpo de Miriam,
intent�ndola proteger, invit�ndola a relajarse y a disfrutar el momento que se
la brindaba, introduci�ndola uno de sus dedos en su boca, recorri�ndola sus
labios y viendo como Miriam entre sollozos de placer lam�a suavemente con sus
dedos.

Los m�sculos de la vagina de Miriam empezaron a contraerse,
notando como abrazaban mi polla, a lo cual respond� aumentando la velocidad de
las envestidas, sus ojos estaban cerrados y su respiraci�n era m�s r�pida, su
primer orgasmo se estaba produciendo ante m�, una vez se hubo relajado, sal� de
su cuerpo, Lucia me agarro con su mano mi polla y empez� a moverla, sabia que mi
orgasmo estaba cerca, empezaron los movimientos m�s y m�s r�pido hasta que no
pude contenerme y gimiendo derrame toda mi leche en los pechos de Lucia, sin que
esta no dejara de mov�rmela, vaci�ndome por completo en tres chorros.

Los tres nos tumbamos y desnudos hablamos un rato,
cont�ndonos Miriam que la hab�a gustado y compartiendo opiniones, una vez que
vimos que el sol se aproximaba por el horizonte, sal� de su tienda y me fui
direcci�n a la m�a, sin tiempo para descansar, puesto que ya �bamos a
levantarnos.

El d�a fue caluroso, fuimos a una peque�a caminata, donde
nuestro cansancio era evidente, y donde sufr� las miradas del resto de las
chicas del grupo, puesto que pens� que Lucia y Miriam se lo contar�an y sus
caras se expresaban como una gran envidia. Por la tarde volvimos al campamento y
nos fuimos a la piscina, en ella durante toda la tarde recib�a caricias aisladas
de Lucia que se acercaba y me tocaba la polla y despu�s volv�a otra vez con sus
amigas.

Esa misma noche Lucia fue a mi cama y me despert� llev�ndome
al servicio, donde de nuevo pude follar con ella, esta vez sin Miriam, por lo
cual fueron suyas todas mis envestidas y m�as todos sus gemidos.

Al d�a siguiente nos cambiamos la direcci�n y nos despedimos
con fuerte abrazo delante de los dem�s, el campamento hab�a finalizado, pero en
nosotros tres siempre quedar�a en la memoria nuestro peque�o secreto que hizo
que esas vacaciones fueran las mejores de nuestra vida y supe que Miriam
especialmente nunca lo olvidar�a, puesto que yo tuve el honor de poder
desvirgarla y ser el primer hombre en montarla.