Relato: La nena de Mami





Relato: La nena de Mami

(Esta es una historia de ficci�n, y s�lo refleja una
fantas�a; por lo tanto, as� debe ser interpretada. El autor no es partidario de
ninguna clase de conducta abusiva �sexual o no- por parte de individuos mayores
en perjuicio de menores de edad)



La nena de Mami



(Primera parte)



Mami siempre me dec�a que hab�a deseado una nena. Tal vez por
eso, desde que pap� nos dej�, me trataba como tal. Nunca me permit�a jugar con
los dem�s chicos de mi edad �yo ya ten�a 18 a�os-, porque, seg�n sosten�a,
"son ni�os sucios y groseros, cari�ito; t� eres demasiado delicado y est�s mejor
aqu�, conmigo..." Quiz�s tuviera algo de raz�n. La verdad es que no pocas veces
me confund�an con una ni�a, y esas equivocaciones me provocaban una extra�a
turbaci�n; una mezcla de regocijo y verg�enza que no acertaba a explicarme...



"Vaya, �eres un ni�o...? Lo lamento, se�ora, pero, �es que es
tan bonito que pens�...!" Mami generalmente sonre�a, y asent�a: "�Ya lo s�,
se�ora m�a! Y no es porque sea mi hijo, pero es realmente un ni�o precioso... �Y
es tan dulce y sumiso...! Ver� usted: la verdad es que creo que haya pocas ni�as
que sean tan buenas como �l. Adem�s, le gusta ayudarme con los quehaceres
dom�sticos y, cuando mis amigas vienen a tomar el t�, �l nos sirve, vestido con
un delantal... �Viera usted lo mono que queda...!"



Ante estas manifestaciones, yo enrojec�a y agachaba
sumisamente la cabeza. La verdad era que no me gustaba mucho hacer esas cosas;
pero Mami era muy estricta conmigo, y una respuesta descomedida de mi parte
tra�a aparejada una soberbia azota�na sobre mi trasero desnudo: Mami, si mi
comportamiento lo ameritaba, sol�a calentar primero con la plancha un recorte de
gruesa tela, y me obligaba a sentarme sobre �l con las nalgas desnudas; esto me
arrancaba los primeros ayes, gemidos y l�grimas. Pero despu�s ven�a lo peor:
terminaba de desnudarme por completo y, recogiendo sus faldas, me colocaba sobre
sus bonitos muslos cubiertos por medias de encaje, y me azotaba hasta el llanto
con una cuchara de madera o un cepillo de cabello. Mi culito terminaba
totalmente rojo y ardiente... Por eso trataba de evitar disgustarla... Aunque
debo confesar que luego Mami me estrechaba entre sus brazos, me besaba y mimaba
mientras yo hac�a pucheros, y me acariaba tiernamente las posaderas doloridas...
En m�s de una ocasi�n, apretado contra su turgente pecho, mientras me com�a a
besos y me acariciaba las nalgas, sent�a un extra�o y delicioso calorcillo
recorriendo mi cuerpo, una extra�a sensaci�n que hac�a que mi pene se pusiera
tenso y duro como una varita. En esos momentos, sent�a una extra�a compulsi�n
por tocarme. Pero no lo hac�a, por si acaso... Creo que a Mami no le pasaban
desapercibidos estos extra�os estados m�os, aunque nunca dec�a nada...



Pese a que ya estaba por cumplir 19 a�os, Mami insist�a en
dejar sin cortar mi cabello rubio, que me llegaba ya hasta los hombros. Adem�s,
insist�a en vestirme con prendas que eran a todas luces inadecuadas para mi
f�sico preadolescente; no es que fuera un ni�o corpulento o atl�tico, muy lejos
de ello, pero Mami me obligaba a llevar ce�idas blusas marineras que me llegaban
apenas a la cintura y, peor a�n, unos pantaloncitos cortos, tan cortos y
estrechos, que parec�an a punto de estallar por la mera presi�n de mis
rozagantes posaderas. De hecho, continuamente deb�a estar tirando de su borde
para cubrirme las nalgas.



Por esas �pocas comenc� a experimentar extra�as y turbadoras
sensaciones: por las ma�anas, sol�a despertar agitado y jadeante, y con mi pene
tieso, h�medo y cosquilleante, luego de so�ar toda la noche sue�os perturbadores
y raros... sue�os que me provocaban una malsana excitaci�n y me incitaban a
aferrarme el miembro y manosearme, mientras reviv�a las escenas que terminaban
por desvelarme. Esos manoseos �primero inexpertos, pero r�pidamente depurados
por la constante pr�ctica- conclu�an cuando una sensaci�n cosquilleante, casi
el�ctrica, me recorr�a el cuerpo y me obligaba a sofocar un jadeo de placer y
sorpresa...



Y como luego, durante el transcurso del d�a, mi pene sol�a
endurecerse ante la s�la evocaci�n de esas inquietantes sensaciones, o cuando,
fingiendo estudiar, rememoraba los extra�os sue�os que perturbaban mi descanso
nocturno, se comprender� lo angustiante que era para m� tener que vestirme con
esa ropa infantil. No hab�a manera de disimular mis turgentes erecciones, las
cuales formaban una visible protuberancia en el frente de mis ce�idos
pantaloncitos.



En poco tiempo, y gracias a di�logos sueltos de los chicos
mayores que o�a en la escuela, comenc� a ampliar mis conocimientos al respecto
de mis turbadoras sensaciones, ayudado adem�s por alg�n librillo pornogr�fico.
As�, comenc� a masturbarme en regla. Lo hac�a varias veces por d�a; a la ma�ana,
antes de levantarme, cada vez que iba al ba�o, y antes de acostarme. A�n no
eyaculaba, pero ya hab�a comprobado que en mis excitaciones manaba de la punta
de mi pene �que ya sab�a que se llamaba glande- abundante y claro l�quido, que
contribu�a a lubricar mi tiesa verga y hac�a m�s f�ciles y placenteras mis
masturbaciones.



Y un d�a sucedi� algo que, definitivamente, cambiar�a mi
vida: Mami, que sol�a entrar sigilosamente a mi cuarto, me sorprendi� haci�ndome
una paja. Crey�ndome s�lo, ni siquiera fing�a que estudiaba y estaba absorto,
sentado a mi escritorio, apretando y manoseando mi pene tieso por encima del
pantaloncito; una visible mancha h�meda y pegajosa se hab�a formado en la cima
de la protuberancia, y sent� que se aproximaba ese inenarrable momento que yo ya
hab�a aprendido que se llamaba orgasmo. En ese momento, cuando la primera oleada
de placer comenzaba a esparcirse por mi cuerpo tenso, Mami carraspe� detr�s de
m�.



"�Estudiando, dulzura...?", me pregunt�, con una fr�a
sonrisa.


"�Ohhh...! Mami, yo...", intent� balbucear, con los ojos
despavoridos, mientras Mami contemplaba con mirada entre enojada e ir�nica mis
contorsiones org�smicas que, incapaz de controlar, me hicieron casi resbalar de
la silla. Pero al mismo tiempo que un placer inenarrable, como nunca antes hab�a
experimentado, sent� que algo denso y caliente brotaba de mi pene y terminaba de
empapar el interior de mis pantaloncitos... algo que nunca me hab�a pasado...


Rojo de verg�enza, casi llorando de terror, volv� a tratar de
balbucear algo, pero Mami ya se hab�a ido.



Corr� al ba�o �se aproximaba la hora de mi ducha- y me
desnud�: en efecto, mis pantalones estaban completamente empapados, en su
interior, por una sustancia blancuzca y pegajosa, que adem�s empapaba mi
miembro, que se hab�a encogido luego de la irrupci�n de Mami en mi cuarto, pero
que a�n cosquilleaba con cierta excitaci�n. Me d� cuenta que hab�a eyaculado por
primera vez en mi vida. Una eyaculaci�n completa y, por lo visto, bastante
abundante. Pese a la agitaci�n, pese a la verg�enza, sent� que mi pene volv�a a
endurecerse.



La voz de Mami, detr�s de la puerta del ba�o, me paraliz�
nuevamente. "Cari�ito, �est�s ah�...?", pregunt�, con dulzura. "Ehhh... S�,
Mami, aqu� estoy... Voy... voy a tomar mi ba�o...", respond�, con voz
balbuceante. Y de pronto, Mami abri� la puerta. Sonri� ante mi desesperaci�n por
cubrir mi desnudez con los empapados pantaloncitos. "Oh, vamos, dulzura...
�Acaso no soy tu Mami...? �O acaso estabas haciendo cosas de hombres...?", dijo,
mientras me taladraba con sus bonitos y fr�os ojos grises. "Oh, no, Mami...
Yo... yo... iba a ba�arme, y... ehhh...", musit�, ruborizado hasta las orejas.
"Muy bien, jovencito �respondi� Mami, call�ndome con un gesto-; yo voy a
ocuparme, de ahora en m�s, de tu higiene personal. Por lo visto, es necesario".
Y, ante un intento de d�bil protesta de mi parte, le bast� una mirada para
silenciarme. "Adem�s �agreg�, en tono inflexible- resulta evidente que tenemos
que trabajar sobre tu comportamiento, como queda claro luego de lo que he visto
hace instantes..." Ante esto, s�lo pude agachar la cabeza, con mi rostro
contrito, y m�s ruborizado a�n... si ello fuera posible...



Antes de que pudiera reaccionar, Mami me arrebat� mis
pantaloncitos, que yo sujetaba contra mi desnudez. Los examin� y sonri�: "Vaya,
dulce, parece que nos estamos haciendo unos hombrecitos, �eh...? Ya nos
ocuparemos de eso...". Luego, con displicencia, lo arroj� en la pila de ropa
para lavar. Vanamente, yo temblaba mientras trataba de tapar mis partes
pudendas. "�Y bien? �Qu� es eso...? �Acaso no te he dicho que soy tu Mami y te
conozco desnudo? �Vamos, quita las manos de ah�, y ponlas en tu nuca...!". Trat�
de protestar, pero, sin hesitar, Mami me aplic� una terrible bofetada, que me
hizo saltar las l�grimas. "No lo repetir�, cari�ito...", me lanz�, con un tono
que no admit�a dudas. Con las l�grimas corriendo por mis tersas mejillas �una de
las cuales me ard�a por el bofet�n- coloqu� las manos detr�s de mi nuca. Qued�
plenamente expuesto, desnudo como el d�a en que nac�, delante de mi Mami.



Mami sonri� y se volvi� hacia el placard, de donde sac� su
bata de ba�o. D�ndome la espalda, se volvi� hacia el enorme espejo del lavatorio
y, para mi incredulidad, comenz� a desnudarse como si yo no estuviera all�.
Turbado, contempl� con ojos perplejos c�mo se quitaba el vestido y revelaba un
corto camis�n negro de encajes, que parec�a revelar m�s plenamente sus
encantadoras formas. Colocando sus piernas esbeltas por turno sobre un
banquillo, se quit� sus medias de seda con movimientos lentos y premeditados.
Para mi sorpresa, sent� que ciertos escozores recorr�an mi cuerpo tenso y,
horrorizado, comprob� que mi pene se ergu�a y nada pod�a hacer para evitarlo.
Para peor, no pod�a quitar la mirada del hermoso cuerpo de Mami. Se quit� el
corto camis�n y, en corpi�o y bragas, parec�a una de las mujeres que figuraban
en las revistas que ocultaba en mi armario, con las que alimentaba mis fantas�as
masturbatorias. Horrorizado, sent� mi pene totalmente tieso, batiendo con
excitado ritmo contra mi terso vientre. Sent� una conmoci�n: Mami, totalmente
desnuda ahora, me miraba a trav�s del espejo, con un brillo extra�o en su
mirada. Una tenue sonrisa decoraba su lindo rostro. Gir� hacia m�,
despampanante, y sent� que mis latidos se aceleraban y la boca se me secaba. Se
coloc� la bata y me sonri�.



"Bien, caballerito. De ahora en m�s me encargar� de tu ba�o
diario yo misma. Y adem�s, aplicar� ciertas reglas, inamovibles, para cuidar tu
comportamiento", dijo, y se acerc� a m�, aparentemente ignorando mi vergonzoso
estado de excitaci�n. Se sent� en un banquillo y sin contemplaciones me coloc�
sobre sus muslos desnudos. Mi pene erecto qued� sujeto entre sus piernas, que
apret� fuertemente. Pese a mi terror, sent� una sensaci�n de placer tan intensa
que, durante un momento, tem� eyacular entre las piernas de Mami. Pero pronto
dej� de pensar en ello: una tremenda azota�na comenz� a caer sobre mis nalgas
desnudas, haci�ndome chillar de dolor y retorcerme fren�ticamente. Al mismo
tiempo, mi verga tiesa, apretada entre sus muslos, se mov�a hacia atr�s y hacia
delante, provoc�ndome un placer contra el que no pod�a luchar... Llor� y grit� y
patale�, tanto por el dolor de los azotes de Mami, como por las vergonzantes y
malsanas sensaciones er�ticas que me causaba la forma en la que me ten�a sujeto.
Cre� perder la cabeza cuando sent�, desesperado y lloroso, que estaba a punto de
experimentar otro orgasmo...



Trat� de no retorcerme mientras los azotes se multiplicaban
sobre mis nalgas ya rojas y ardientes pero, para mi horrorizada sorpresa, Mami
comenz� a frotar sus muslos entre s�, sin por ello dejar de azotarme. Rechin�
los dientes y gem�, mientras sent�a que mi verga chorreaba de fluido preseminal.
Ya no pod�a contenerme m�s. Los movimientos de los muslos de Mami se aceleraron
y sent� algo as� como una descarga el�ctrica que me recorr�a el cuerpo y cre�
que me desvanec�a mientras comenzaba a experimentar sensaciones de placer sexual
inenarrables. En ese preciso momento Mami dej� de azotarme y, sujet�ndome de los
brazos, con fuerza irresistible, se puso de pie y me coloc�, sudoroso,
ruborizado y jadeante, frente al gran espejo del ba�o. Azorado, con el rostro
ba�ado en l�grimas, y retorci�ndome presa de los espasmos org�smicos que
recorr�an mi cuerpo, me contempl� a mi mismo, con ojos desorbitados y lanzando
grititos de sorpresa y placer, mientras de mi verga h�meda y batiente brotaban,
descontrolados, espesos chorros de semen que pronto empaparon mi vientre
contra�do y mis muslos crispados.



Mami, sujet�ndome de los brazos con fuerza, impidi� que me
tocara y contempl� mi orgasmo con sard�nica sonrisa. Sent� su c�lido y h�medo
aliento en mi oreja, mientras yo a�n me retorc�a y gem�a, casi en puntillas de
pie y lanzando mis caderas hacia delante, acompa�ando la eyaculaci�n de las
�ltimas gotas de mi esperma.



"Ahora, se�or, es el momento de su ba�o", anunci� Mami,
mientras por fin me abandonaba, medio derrengado, y me permit�a sentarme en el
banquillo del ba�o aunque, eso s�, con las piernas abiertas y las manos detr�s
de la nuca. Mami llen� la amplia ba�era con agua caliente y, algo que yo nunca
hac�a, ech� en el agua humeante sales arom�ticas. Mami me orden� que me
recostara en la ba�era, cosa que hice con placer, tanto para que las burbujas y
la espuma disimularan un poco mi desnudez, como porque realmente lo necesitaba,
porque hab�a quedado hecho polvo. Adem�s, en mi estado de confusi�n, me sent�a
incapaz de oponerme a ning�n deseo de Mami.



Mami, tiernamente, me enjabon� y frot� todo el cuerpo con una
suave esponja; enjabon� mis pezoncillos rosados y juguete� con ellos. Al
escap�rseme una risita, me pregunt� si ten�a cosquillas. Y otras risitas y
cosquillas experiment� cuando Mami, concienzudamente, comenz� a enjabonar y
frotar mi pene. "�Mami...!", trat� de protestar, cuando ella, con la mano bien
enjabonada, tom� mi miembro y comenz� a frotarlo, arriba y abajo, con incre�ble
suavidad. Se me escap� una tonta risita y, algo turbado, sent� que mi verga
comenzaba a erguirse nuevamente. "�Si, cari�o...?", pregunt� Mami, en tono
distra�do, sin dejar de frotar mi pene, que se hab�a endurecido otra vez al
m�ximo. "Este, yo... �Ahhh...!", gem�, porque Mami hab�a hecho ahora un anillo
con su dedo pulgar y su �ndice, y lo deslizaba arriba y abajo por mi verga
erecta.



"�Juegas con tus partes, dulzura? �Te tocas...? Vamos,
cu�ntale a Mami...", me dijo, sin dejar de masturbarme, y mir�ndome a los ojos.
Ella estaba arrodillada frente a la ba�era, y su bata se hab�a abierto, de
manera que uno de sus poderosos senos estaba literalmente contra mi rostro
enrojecido. "Yo... yo... mmmhhh... �balbuce�- A... a veces... ahhh..." Sent�a
que mis test�culos bull�an, listos otra vez para descargar su contenido. Estaban
duros como piedras y Mami, con su mano libre, comenz� a juguetear con ellos,
haci�ndolos rodar uno contra otro. Esa maniobra me hizo emitir una especie de
maullido de placer. "�En qu� piensas cuando te tocas? �En Mami...? �En alguna
ni�a...? �O en alg�n amiguito...?", me pregunt�, sin dejar de frotar mi pene
erecto. "Yo... no s�... �Mmmhhh...!", gem�. "Bien �dijo Mami-; vamos a terminar
con eso. Primera regla: no podr�s tocarte sin mi permiso. �Est� claro?". Su tono
no admit�a lugar a dudas. Hab�a interrumpido sus maniobras y me miraba
seriamente. "Si, Mami, si... �respond�, ruborizado y jadeante- No... no me
tocar� sin... sin tu permiso..." Mi pene lat�a, erecto. Pero Mami, para mi
inmensa frustraci�n, dej� las cosas ah� y me orden� que me apoyara sobre el
fondo de la ba�era, sobre mis manos y rodillas.



"En tu higiene diaria el lavado de tu ano tendr� de ahora en
m�s un lugar muy importante", me anunci� Mami. Sin darme tiempo a reaccionar, ya
que segu�a a�n muy excitado por sus tocamientos, Mami se enjabon� bien las manos
y desliz� sus dedos por la hendidura que separa mis pimpantes nalgas, haci�ndome
emitir un sofocado jadeo. Tragu� saliva y cerr� los ojos cuando sent� los largos
y fuertes dedos de Mami explorando mi abertura m�s �ntima, rosada y virginal.
Desliz� su mano libre por debajo de mi vientre y aferr� mi pene a�n erecto,
haci�ndome suspirar. Pero mi cuerpo se tens� y crisp� cuando, de improviso,
sent� que su dedo mayor comenzaba a forzar la entrada de mi delicado y estrecho
esf�nter. Sin hacer caso, Mami comenz� a lubricar mi ano con abundante jab�n.
"No te resistas, cari�o �susurr� contra mi o�do-; s�lo afl�jate... Ver�s qu�
bien se siente..."



Para mi estupor, apenas pude emitir un breve jadeo y un
suspiro cuando, sin inconvenientes, Mami desliz� de improviso su dedo hasta el
fondo de mi ano. Inconcientemente, curv� la espalda y sent� que mi verga erecta
se encabritaba en la mano libre de Mami, al comenzar a experimentar una extra�a
sensaci�n... �de placer...? Mami comenz� a deslizar su dedo adentro y afuera,
presionando con delicadeza los m�sculos tensos, hasta que estos comenzaron a
relajarse y cedieron definitivamente ante la intrusi�n. No pude contener un
gemido: "Ahhh... Mami... Ahhh..."



Mami ahora me masturbaba al mismo ritmo con que penetraba mi
ano. Chapote� en la ba�era y tenues gemidos brotaron de mi garganta acompa�ando
cada movimiento de Mami. Aprovechando mi creciente excitaci�n, Mami introdujo
ahora dos dedos en mi ano. Gimiendo y lanzando grititos de excitaci�n, comenc� a
elevar mis nalgas en movimientos espasm�dicos, directamente yendo al encuentro
de los dedos de Mami, que exploraban mi esf�nter con ritmo creciente, adentro y
afuera. Ya no me masturbaba y se limitaba a cerrar su mano sobre mi pene tieso,
ya que yo mismo me encargaba de masturbarme contra su mano. Con voz suave, Mami
me dijo: "�Vas a correrte, cari�o...? Vamos, d�melo..."



Sent� un mill�n de cohetes que explotaban en mi vientre, y en
sucesivas ondas expansivas desperdigaron por mi cuerpo crispado oleadas de
indecible placer. Literalmente estall� en un orgasmo tan fuerte y profundo que
me hizo sollozar al correrme, y derramar oleadas de espeso semen en el pu�o de
Mami. "�Ay, si! �Ay, si! �Si, Mami! �Siii...! �Siii...! �Ahhhhhhh...!"



Mami me llev� a su propio cuarto, desnudo, y me hizo sentar a
su tocador. No pude evitar una sonrisita tonta al sentir la suave pana del
taburete en mis nalgas desnudas. Mami me sec� el cabello y cepill� y pein� mis
bucles. Cada tanto, yo elevaba mi rostro hacia ella y, con un moh�n, le ped�a un
beso. Mami, tiernamente, depositaba cada vez sus suaves labios sobre los m�os y,
con su lengua, los abr�a y me aplicaba un largo, h�medo y caliente beso, que me
hac�a suspirar. Mi verga estaba nuevamente erecta, y Mami me dio permiso de
tocarme, lo que hice espi�ndola mientras se vest�a con un vaporoso deshabill� de
encajes sobre su cuerpo desnudo.



Pero no me dej� correrme. Al verme algo frustrado, me pidi�
que esperara un momento. Busc� algo en el caj�n de un chiffonier. Cuando lo
encontr�, me lo mostr� con una sonrisa: era un par de diminutas braguitas de
seda, de color rosa, con encajes y puntillas. La mir�, boquiabierto. "Esta,
cari�o, ser� tu ropa interior a partir de hoy", me dijo. Apenas atin� a balbucir
una t�mida protestas: "Pero... pero... Mami...". Ella me mir� con fijeza y
enarc� una ceja. "�Si...?". Yo s�lo pude bajar la vista y, ruborizado, limitarme
a asentir: "Nada... nada... Yo... est� bien, si tu lo dices...".



Mami me hizo poner de pie. Mi verga a�n estaba tiesa por mis
tocamientos anteriores, pero ella no hizo ning�n caso. "Ver�s qu� bien te
sientan, dulce...", me dijo, y desliz� las suav�simas braguitas por mis piernas,
hasta que la delicada tela se desliz� con susurro apenas perceptible entre mis
nalgas y pareci� envolver mi pene erecto con una caricia tan sutil que me hizo
estremecer. Pese a mi ruborizada consternaci�n, se me escap� una risita
nerviosa, excitada. Aquello... aquello estaba mal... �Eran bragas de mujer...!
Pero se sent�an tan bien... Sin poder hacer nada para evitarlo, mi pene tieso
comenz� a vibrar de excitaci�n er�tica. Mami, advirti�ndolo, sonri� con dulzura:
"Y bien, �no te dije que te sentar�an bien...? Ahora, si�ntate ante el
espejo..."



Mami me aplic� una base de maquillaje, y luego,
cuidadosamente, me aplic� rimel y rubor, y pint� mis labios con un l�piz de
intenso rojo carm�n. Para finalizar su obra, sujet� mi largo cabello hacia
arriba con un mo�o de color rosado. "�Es perfecto...! �exclam�, alegre- �Ahora
s� pareces una ni�a...!" Azorado, me contempl� en el espejo. No pod�a reer lo
que ve�a: Mami me hab�a convertido en una... en una mujercita... Parec�a una
precoz ni�a adolescente... o una prostituta muy joven... seg�n se mire. El
coraz�n me dio un vuelco... Mi propio aspecto me turbaba y me maravillaba al
mismo tiempo. Me sent�a tan suave, tan delicado... tan femenino... "�Oh,
Mami...!", musit�, mientras mi verga formaba una protuberancia indecente en la
suave tela de mis braguitas rosadas, tan prominente que �stas parec�an a punto
de estallar...



Pero Mami me ten�a reservada otra sorpresa. Tomando asiento
en un taburete hizo que colocara las piernas en su regazo y, con la pr�ctica
habilidad que caracterizaba las maniobras que llevaba a cabo con el evidente
objetivo de transformarme en una nena, pint� las u�as de mis piececitos con un
esmalte de intenso color rojo. Tras soplar para que se sequen, me hizo poner de
pie y me entreg� un par de sandalias de cuero rojo, de taco alto, pero sin
hebillas, que s�lo se sujetaban al pie con una tira de cuero por encima de los
dedos. Satisfecha de su obra, me coloc�, de pie, ante el enorme espejo de su
cuarto. Qued� perplejo y, ruborizado y con los ojos desorbitados, no pude
contener un gritito de sorpresa al contemplarme: desde el espejo, me contemplaba
una esbelta ni�a adolescente, semidesnuda y ruborosa. El �nico detalle
incongruente parec�a ser la impresionante erecci�n que ostentaba, la cual
amenazaba hacer estallar el frente de sus delicadas braguitas...



Alc� las manos hacia mi delicado rostro, excitado y turbado
hasta lo indecible y, cuando mir� hacia mis pies, enfundados en esas p�caras
sandalias, mis piernas suaves y torneadas parec�an medir un kil�metro de largo.
Tragu� saliva, mis latidos se aceleraron y sent� que todo daba vueltas en torno
de m�; de improviso, la sutil caricia de las delicadas braguitas sobre mi pene
embravecido se volvi� m�s insidiosa y provocadora. Sent� que la excitaci�n
crec�a en m� con una fuerza incontenible y, lanzando grititos entrecortados, me
retorc� espasm�dicamente en un furioso orgasmo, que me hizo inundar de semen mis
braguitas. Casi sollozante y a�n sacudido por continuos estremecimientos, me
volv�, tembloroso, hacia Mami, mientras mis fluidos infantiles goteaban por mis
muslos y llegaban hasta mis pies. "Ohhh, Mami... Yo... Yo no pude evitarlo...",
musit�, desesperado. Ella mene� la cabeza de un lado a otro, con aparente
seriedad, pero con un extra�o fulgor en sus maravillosos ojos: "Qu� pena,
preciosura... Has arruinado tus bragas, as� que deber�s permanecer desnudo hasta
la hora de acostarte..."



(Fin de la primera parte. Continuar�, mes amis, si la
historia les interesa lo suficiente y as� me lo hacen saber. Hasta cualquier
momento...).


Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .


Número de votos: 0
Media de votos: 0


Si te gusta la web pulsa +1 y me gusta






Relato: La nena de Mami
Leida: 2883veces
Tiempo de lectura: 14minuto/s





Participa en la web
Envia tu relato







Contacto
Categorias
- Amor filial
- Autosatisfacci�n
- Bisexuales
- Confesiones
- Control Mental
- Dominaci�n
- Entrevistas / Info
- Erotismo y Amor
- Fantas�as Er�ticas
- Fetichismo
- Gays
- Grandes Relatos
- Grandes Series
- Hetero: General
- Hetero: Infidelidad
- Hetero: Primera vez
- Intercambios
- Interracial
- L�sbicos
- MicroRelatos
- No Consentido
- Org�as
- Parodias
- Poes�a Er�tica
- Sadomaso
- Sexo Anal
- Sexo con maduras
- Sexo con maduros
- Sexo Oral
- Sexo Virtual
- Textos de risa
- Transexuales
- Trios
- Voyerismo
- Zoofilia


Encuestas

Afiliados



























Incesto con la abuela relatadosrelato trasexual yo iva a follar y mi follaron a miabuelo folla con su nietaIncesto manociando a mi hermana menor relatosRelatos xxx hija borracharelatos gay mi papa me desvirgoIncesto con la abuela relatadosrelatos eroticos en su cocina contra la paredcuento porno incesto madres morbosa calientes ninfomanarelatos porno de jovencitas queriendo ser penetradas por grandes polla pero me da miédo por su estrecha vaginaAbuelito aprovechadorelato herotico mamay vecino chantaje Relato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatoporno gay camionerosmamas infieles relatosRelato iinsestorelatos heroticos mi esposa y el mecanicoBuscar los mejores relatos de sexo anal en relación de incesto entre hermana y hermanomadre es follada por el hijo ala fuersaRelatos porno amor filial alquilando a mi hija 11 bdlol.ruRelatos porno descubri a mi hija bdlol.rurelatos eroticos en el ranchomi hijita de 9 añitos relatoRelatos porno amor filial papa solteto bdlol.rurelatos porno bdlol.ru hijarelatos eroticos hija y padre xxxIncesto con la abuela relatadosIncesto con la abuela relatadosincesto con mi hermanorelatos eroticos follando a mi peque�o sobrino gay/relato36749_ME-LO-DEJARON-PARA-QUE-LO-CUIDARA-Y-FOLLAMOS-COMO-LOCOS-.htmlrelatos eroticos de incestoviole a mi hermana ebria relatos eroticosrelatos eroticos bdlol.ru familia depravadami hijita relatosrelatos eroticos gay toda una mujercitaun palito con mi amiga relatos eroticosrelatos porno narutoPapá puedo quedar embarazada sex.pcompas.rumi profesor me chantajea relatosMis relatos eroticos.comrelatos de sexo con mi paparelatos habladosxxxvioladas pornrelato hot gay mi vecinoRelatos eroticos gratis incesto sobrina de 13 añitos primera vezRelato erótico la hija de mi esposaRelatos porno mi cuñado me folla divinocon mi hermana en una playa nudista relatosRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatoespia a su madrerelato de zoofiliame reventaro el culo relatoRelatos xxx un angelitoRelato de amorfilialrelatos gay incesro eroticosme follo a mi nieta ralato eróticogays relatos el calesiteroRelatos pornos de m� abuela 3pareja liberal pornocogie do a mi vecinita de 8 relatos xxxabuelas putas fotosrelatos xxx virgenesme coje un semental relatorelatos eroticos de viudas millonarias maduras ninfomanasrelatos eroticos querido riega a la bebe de tu lecheRelatos incesto papirelato erotico filial cristinitaRelatos eróticos hombres que han desvirgado culitos gaysRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelato