Este relato es totalmente fantas�a, as� que no se espanten.

Mi nombre es Dora, actualmente tengo 25 a�os, vivo en una
costa, de un bello estado mexicano, recuerdo mi infancia como algo que me hizo
despertar a la vida de una manera muy especial y les contare porque.

Mi madre quedo embarazada de mi a los 15 a�os, siempre fue
una chica muy guarra, e irresponsable de mi, su peque�a hija, venimos de una
familia acomodada, con una bella casa tipo colonial, con amplios jardines y todo
tipo de comodidades que se puedan imaginar, mi abuela muri� despu�s de quedar
viuda de mi abuelo a los 56 a�os, mi madre como hija �nica se convirti� en la
heredera universal de todo.

Cuando yo contaba con 18 a�os, ya la hab�a visto con una gran
cantidad de "novios"

Los cuales se quedaban a dormir en su recamara que por cierto
estaba junto a la m�a, una noche unos ruidos extra�os me despertaron de
madrugada, eran unos golpes en la pared y unos quejidos profundos que ven�an del
otro lado de la pared, me levante y me dirig� a la recamara de mi madre, la
puerta estaba semiabierta y la luz apagada, solo una tenue luz de luna se colaba
por la ventana, lo que vi. Me dejo una honda impresi�n en mi infantil memoria,
all� estaba mi madre trepada sobre un hombre de enorme estatura, de cabello y
bigote negro con un cuerpo muy musculoso, tomaba a mi madre como una pluma y la
levantaba sin ning�n esfuerzo, ella se quejaba y sollozaba, pero no ve�a que
quisiera escapar de su tormento seg�n mi pensamiento

�Qui�n era ese hombre que la maltrataba?

Y porque, aunque se quejaba, parec�a disfrutar con su
verdugo.

En eso estaban mis pensamientos cuado de repente escuche su
voz como trueno:

�La ni�a!

Mi madre se desprendi� de aquel hombre y corri� hacia m� para
cerrar la puerta, claro que al salirse de aquel apasionado abrazo, pude
distinguir algo entre las piernas del hombre, algo que me hizo fijar la vista,
era un pedazo de carne como un pepino enorme que brillaba como con luz propia.

�Qu� quieres aqu�? �me grito mi madre enojada

L�rgate a tu cuarto, no vez que estoy con Carlos.

�Qui�n es Carlos? �le pregunte-

El va ser tu padre.

Sus palabras retumbaron en mi cerebro, mi madre nunca me
hab�a comentado que tenia planes de casarse, bueno nunca me comentaba nada, para
ella era como una carga, y no se molestaba en fingir, que mi presencia la
molestaba.

Me tomo de la mano y me llevo a mi cama, claro que no pude
pegar los ojos, de la impresi�n de ver aquello y por la noticia de mi nuevo
padre, como pude me dorm�, al d�a siguiente cuando baje a desayunar, para irme
al colegio, los volv� a sorprender en acci�n, pero ahora de manera diferente, vi
a mi madre de rodillas delante de Carlos quien la tenia tomada de la cabeza con
ambas manos con un movimiento de vaiv�n, su enorme torso velludo se agitaba como
queriendo explotar mientras unos extra�os gemidos escapaban de su boca, tenia
los ojos cerrados y al parecer estaba disfrutando al m�ximo su mamada ma�anera,
el estaba sentado en el desayundor y solo vest�a unos calzoncillos de color
negro, mi madre tenia puesto un vestido azul, con su delantal blanco, al verme
Carlos parada en el pasillo, le dijo algo a mi mami en el o�do y ella se levanto
de mala gana, vi de nuevo aquella cosa extra�a, era como un dedo pero mas grande
y gordo con la punta mas ancha como forma de hongo, el se la guardo en su
calzoncillo, pero aquello le hacia una extra�a protuberancia que la hacia mas
llamativa a mis ojos, como pudo se tapo con el mantel, pero yo no le quitaba la
vista de encima, quer�a, deseaba ver aquello que supuse mi mama le daba besitos.

�Buenos d�as! �me saludo Carlos sonriendo, era muy atractivo,
tenia los dientes muy blancos, sus ojos eran color almendra con unas pesta�as
espesas, sus cejas eran negr�simas al igual que su cabello, sus brazos eran
enormes, parec�an como de gorila por lo velludo, as� lo ve�a yo en mi infantil
inocencia.

Buenos d�as �respond� con timidez

�Como te llamas?

Dora �le respond�, sin atreverme a verlo a los ojos,
sintiendo mi coraz�n en la garganta,

-Eres una ni�a muy bonita, me parece que mas que tu madre-

Carlos �exclamo mi madre- no la chifles, que despu�s se lo va
a creer y no va a ver quien la aguante�

Pues es verdad, es muy bonita y cuando este mas grande va a
traer a mas de diez babeando por ella

�Te puedo dar un beso peque�a?

Despacio me acerque a el, quien con una mano me tomo de la
cintura y me acerco a el, mi madre estaba de espaldas a nosotros, as� que no vio
que Carlos con una mano me acaricio el culo levemente, me dio un beso en la
mejilla pero muy cerca de mi boquita, aquello me puso mas nerviosa, aunque no he
de negar que ese primer encuentro con Carlos me provoco mucha alegr�a, que un
adulto se tomara la molestia de hablarme y adem�s darme un beso, era lo m�ximo
para mi- meti� una mano debajo de mi faldita de cuadros acariciando mis peque�as
nalguitas, sentir sus enormes manos rasposas provoco que la piel se me erizara,
un sobresalto hizo que me separara de el.

Si�ntate a desayunar "hijita" �me hablo mi madre sac�ndome de
mis pensamientos, me sorprendi� que me llamara hijita, y adem�s que desayunara
conmigo pues nunca se levantaba temprano, siempre era la sirvienta quien me
atend�a en la ma�ana, bueno todo el d�a, ya mi madre tenia una agitada "vida
social", pero ah� est�bamos los tres como una familia "normal"

Como pude tome mi desayuno, esa situaci�n nueva para mi me
tenia desconcertada y quer�a salirme corriendo a tomar mi transporte a al
colegio.

Al correr de los d�as mi madre me cont�, que hab�a conocido a
Carlos en un taller mec�nico, que el era el due�o, que tenia 30 a�os, soltero y
que se hab�a encari�ado con el, por eso lo hab�a invitado a casa, no se si por
esa nueva situaci�n en mi casa mi madre empez� a cambiar su trato hacia mi, ya
no era tan enojona, me preguntaba como hab�a estado mi d�a en el colegio y cosas
as� por el estilo.

Con Carlos las cosas eran igual, era un amor en su trato
hacia mi, me cargaba en sus hombros cuando sal�amos a pasear, me compraba
dulces, regalos y siempre me tenia abrazada en el cine, yo pon�a mi manita en su
pierna y la sent�a dura como roca, entre escena y escena le dirig�a miradas a su
bragueta abultada, mi madre estaba orgullosa de haber atrapado a semejante
ejemplar masculino, lo presum�a con sus amigas como un trofeo, organizaba carnes
asadas en el jard�n cuando era verano, para nadar en la alberca y Carlos lucia
su anatom�a con ajustados trajes de ba�os que marcaban su paquete, para envidia
de las amigas de mi madre, todas se met�an al agua para estar jugando y entre
juego y juego tratar de manosear a Carlos, quien se dejaba querer, mi madre se
hacia la que no ve�a, pero a mi me daba no se que, ver que las mujeres se
abalanzaban hacia Carlos como para com�rselo vivo, aun con la presencia de sus
novios o esposos, las muy putarraas, recuerdo que un d�a de esos, cuando ya casi
todos se estaban marchando, mi madre salio a despedir a unas amistades, Carlos
me llamo a meterme al agua, ya que en casi todo el d�a no me hab�a metido a la
alberca, me lance al agua y el me atrapo con sus fuertes brazos, claro que yo
sabia nadar, pero sentirme apoyada en su poderoso pecho, hacia latir mi
corazoncito a mil por hora, me pegue a su cuerpo como una calcamonia, mis brazos
no pod�an abarcar su espalda tan enorme, de pronto sent� en mis piernas algo
duro y enorme, met� una mano al agua para saber que era eso tan duro, mi mano
sinti� un bulto en el cuerpo de Carlos, baje la vista pero la visi�n no era muy
buena, como ya estaba anocheciendo, Carlos solo sonre�a divertido, de pronto la
luz interior de la alberca se encendi� me imagino que fue mi madre desde el
interior de la casa.

�Sabes nadar? �me pregunto Carlos

Claro-

Vamos a hacer una competencia a ver quien aguanta mas la
respiraci�n debajo del agua, �te late? � pregunto con una de sus hermosas
sonrisas

Bueno-

Primero yo �dijo el, metiendo al agua, como est�bamos en una
parte no muy profunda del agua, no ten�amos necesidad de estar flotando, pero el
agua me llegaba al cuello, vi. Su cuerpo como hincado, frente a m�, cuando de
pronto sent� sus manos que me tomaban de mis piernas abri�ndolas, y una mano
acariciando mi conejito por arriba de mi traje de ba�o, sent� un dedo como
queriendo meterse en mi cuquita, claro que cerr� las piernas inmediatamente
asustada, salio Carlos del agua y me dijo, es tu turno, vi. Sus manos haciendo
un movimiento extra�o en el agua, pero no le di importancia, me sumerg� en el
agua y quede frente a el, lo que vi. me dejo sin habla, el muy atrevido se hab�a
sacado su pene y lo balanceaba frente a mis ojitos, era enorme y muy grueso,
estaba a unos cent�metros de mi cara, el movimiento del agua le daba vida
propia, no pude resistir mas la curiosidad y lo tome con mi manita, lo palpe a
todo lo largo y ancho de su tronco, gruesas venas alrededor parec�an latir, vi
que en la base sal�an dos bolas llenas de pelos, los tome con ambas manos y me
parecieron muy suaves pero pesados, claro que no era el primer pene que ve�a en
mi vida, ya hab�a visto a mis primitos desnudos y sus penecitos diminutos, pero
ver una verga en completa erecci�n, frente a mi, no tenia comparaci�n, as� que
estuve palpando ese pene enorme que me tenia fuera de si, cuando la falta de
aire me obligo a salir del agua.

�Te gane! �exclamo Carlos- y como toda competencia debe tener
un premio, quiero mi premio

�Y cual es el premio? �pregunte

Un beso�

Me acerque a el para darle un beso en la mejilla, pero el me
tomo de mi cabeza y me acerco a su boca, meti� su lengua dentro de mi boquita
como explor�ndola, me tenia suspendida en el agua, me tomo de la cintura y
acerc�ndome a el me restreg� su pene mi cuerpo, sus manos acariciaban mis
nalguitas encima de mi calzoncito esa acci�n me dejo en blanco, ya que casi me
explota mi coraz�n, sent� que desfallec�a en sus brazos y para no caer abr� las
piernas y las puse alrededor de su cintura quedando mi conejito arriba de su
verga, casi sent� que me pod�a levantar con su pene.

Tramposo �le dije- eso no es un beso,

Como pude me solt� de su abrazo, Sal� del agua y me fui
corriendo a mi cuarto, no estaba enojada con el, me gusto, pero sent� que no era
bueno, que el, que era el novio de mi madre, estuviera bes�ndome como si yo
fuera mi mamy, sent�a mi cuquita palpitar debajo de mi traje de ba�o, me asome
por mi ventana y vi. A mi madre y a Carlos en un apasionado abrazo en la alberca
vi. que mi madre se balanceaba en el agua abrazada de Carlos, estaban fuera de
este mundo, entregados a sus placeres, sin reparar en que una peque�a los
estuviera observando, mi madre gem�a como la puta que era, pidiendo mas verga,
sent� una punzada en mi pecho como algo que se romp�a, ahora se que eran celos,
celos de mi madre que tenia a Carlos para ella sola, mis ojos se llenaron de
lagrimas, me tumbe en mi cama boca abajo y llore de rabia e impotencia, en mi
mente infantil quer�a a Carlos para mi sola, quer�a su atenci�n, su cari�o y
adem�s, tener su cuerpo para mi solita, que me tuviera abrazada, que me besara,
que me hiciera lo mismo que a mi madre, yo se que una nena de 18 a�os no puede
tener esos pensamientos, pero en mi eran algo normal, nunca en mi vida alguien
se hab�a preocupado por mi, hasta que llego Carlos a nuestras vidas supe lo que
era que te dirigieran una sonrisa o un abrazo, aunque ahora se que Carlos no
sent�a un amor de padre por mi, pero no me importaba lo quer�a par mi sola, y
nada me iba a detener, a partir de ese d�a Carlos aprovechaba cualquier
oportunidad para tocarme el culo, mis piernitas o mi pechito y yo me dejaba
manosear gustosa de que un hombre tan guapo, me asediara, los fines de semana el
acostumbraba a andar por la casa vestido �nicamente en shorts deportivos, sin
camisa, y por lo que ve�an mis ojos, sin ropa interior, porque ve�a como se le
balanceaba su verga cuando caminaba, mostrando orgulloso su cuerpo que sabia
despertaba la lujuria de mi madre y de su peque�a hijastra, cuando se sentaba en
la sala, yo aprovechaba para sentarme junto a el y disimuladamente acariciar su
muslo velludo con mi brazo, claro que el se daba cuenta y se recargaba en el
sill�n para mostrarme su verga disimuladamente por un lado de la pierna del
short, ah� estaba su verga dormida colgando como llam�ndome, pero yo no me
atrev�a a tanto, de pronto el tomaba mi mano y la met�a por adentro de su ropa,
sin que mi madre se diera cuenta, yo se la acariciaba nerviosa pero excitada de
tener en mi mano tremenda verga, palpitando en mi manita, sent�a mi boca seca,
pero no la soltaba

B�sala �me suplicaba Carlos, con la voz ronca por la
excitaci�n.

Yo la soltaba asustada y corr�a a mi cuarto.

Solo escuchaba la risa de Carlos a mis espaldas

No me atrev�a a dar ese paso, ese paso definitivo que me
quemaba por dentro y me robaba el sue�o, aunque dentro de mi lo deseaba con
locura, no me atrev�a, cuando me cruzaba con Carlos en la casa, se acariciaba su
paquete con lasciva y me mandaba un beso, provocando que me ruborizara, de
repente se met�a al ba�o a miar y no cerraba la puerta, sabiendo que yo lo
observaba escondida detr�s, se la acariciaba lentamente extendi�ndola hacia
arriba como si se la quisiera arrancar, yo tragaba saliva de la emoci�n, lo ve�a
salir de la ducha envuelto con una diminuta toalla enrollada en la cintura, con
su verga levantando la toalla como queriendo salirse, entraba a su alcoba y
par�ndose ante el espejo se pon�a loci�n en su pecho velludo, esparci�ndola
lentamente, sin prisa, sacaba una truza blanca de su closet y se la pon�a
despacio, acomod�ndose la verga de lado, para que yo viera como la acariciaba,
despu�s se pon�a un pantal�n de mezclilla, pero no se lo abrochaba, dej�ndome
ver su paquete por fuera, cuando se colocaba el cinto hacia un esfuerzo por
subir el cierre de su bragueta, yo segu�a todo ese procedimiento desde mi lugar,
y sabia que el estaba consiente que era observado, era excitante esa complicidad
que se hab�a creado entre los dos.

�Quieres pasar? �me preguntaba con una sonrisa.

Pero yo bajaba corriendo con el coraz�n en la boca, a
sentarme a desayunar, cuando lo ve�a bajando las escaleras mi mirada se dirig�a
autom�ticamente a su entrepierna, al sentarse junto a mi, tomaba mi mano y la
colocaba en su pene, yo retiraba la mano asustada de que mi mama nos viera, el
solo sonre�a divertido, escuchar el claxon de mi transporte era una salvaci�n
para mi, para salir corriendo de ese lugar tan peligroso pero a la vez tan
excitante, tremenda lucha se libraba en mi interior de ni�a, por un lado quer�a
experimentar lo que mi madre hacia con el, en su alcoba matrimonial y por el
otro lado mi conciencia me dec�a que eso era malo, que desear a mi padrastro no
era nada bueno, pero la humedad que sent�a en mi conejito, esa comez�n en mi
peque�a rajadita me obligaba a no escuchar mi consciencia.

Un d�a al llegar a casa no estaba mi madre, solo Carlos me
recibi�, vest�a un peque�o short deportivo de algod�n, como siempre sin nada
abajo, ese prominente bulto era la causa de la revoluci�n en mi interior, sent�
que no pod�a mas, no pod�a esperar mas, ese d�a pasar�an cosas, cosas que me
har�an ver a Carlos con otros ojos.

Sub� a mi recamara y me cambie de ropa, me puse un diminuto
short rosa, que dejaba ver mis nalguitas redondas muy ricas, una peque�a blusita
de tirantitos tambi�n rosa, que marcaba mis peque�os pezones, recog� mi cabello
en una coleta con un list�n rojo, fui a la alcoba de mi madre y tome un poco de
su perfume, quer�a estar bonita para Carlos, para lo que fuera a pasar.. Baje a
la sala, ah� estaba Carlos acostado en un sill�n,

El bulto del short se le notaba a punto de reventar, me
acerque como una gatita mimosa, y me sent� en el suelo a un lado de el,
inmediatamente sent� su mano acarici�ndome la mejilla y el cuello, cerr� los
ojos disfrutando la caricia, de pronto sent� su mano en mis pechitos por debajo
de mi blusita, el primer paso estaba dado ahora era mi turno�que me perdone mi
madre pero quien la manda meter un hombre a nuestra casa y mas estando as� de
buenote�.

Continuara si tu quieres