La apacible vida de hombre casado, respetuoso y apegado a las
reglas, a mis 38 a�os, se sorprendi� cuando se clav� a mi cerebro un flechazo
extra�o que provoc� una sonrisa clara, abierta y una mirada coqueta y sensual
que percib� de mi apreciado sobrino Roland, es un chico adolescente de aspecto
deportista, no es un galan pero irradia mucha simpat�a. Claro est� que luego de
esto, pens� que pasa con este chico, e intent� nuevamente de percibir la
experiencia, ante mis provocaciones no fue igual de placentera como la primera
vez, es m�s crei que fue solo un deseo subconsciente, y el que ten�a que
revisarse era yo�.

Una tarde me pidi� mi ordenador para buscar un trabajo de la
escuela, y con el �nimo de descubrir a mi sobrino le indiqu� el momento que
estar�a disponible, y dej� a prop�sito abierta unas paginas de contenido gay y
ver su reacci�n. Para mi descontento, no las vi� o lo evit�. Pero igualmente me
dejaba en la duda puesto que al despedirse y agradecer el servicio, nuevamente
sent� la clavada de una mirada sensualmente coqueta y afeminada y por primera
vez tambi�n palp� sus manos demasiado suaves� pero como mi forma de ser no me lo
permit�a no pod�a tampoco insinuarme a ese "encanto" raro que me estaba
produciendo. Esto que os relato sucedi� y me marc� una inquietud m�s con mi
integridad de masculinidad que de querer saber si mi sobrino era o no gay, y si
lo fuera, a donde quer�a llegar�

Un tiempo despu�s, tal vez seis meses, el destino teji� una
trampa, est�bamos en nuestra casa de veraneo y pas� de visita mi hermana y sus 4
hijos, tuvimos una d�a de hermosa convivencia, y ya luego por la noche los
chicos de comun acuerdo con mis hijos deciden quedarse unos d�as en nuestra
casa, eso significaba readecuar las habitaciones tanto para las chicas como para
ellos, el resultado que no tuvo mi intervenci�n, fue que mi esposa se quedaba en
la habitacion matrimonial con las chicas, Roland y yo en la habitaci�n de
servicio al lado de la kitchenette, y el resto de los chicos que son a�os menor
que Roland en las otras dos habitaciones, cada grupo se acomodar�an como les
fuera del agrado.

Los chicos esa noche compartieron hasta muy tarde, yo me fui
a la habitaci�n y prepar� un colchon en el piso para m� y dej� la cama que es
muy angosta a Roland para que la usara con su saco de dormir, el estuvo de
acuerdo. Yo de alguna manera hab�a borrado de mi mente hacia tiempo aquella
experiencia atr�s� pero que en aquel momento se prestaba a renacer�

Pasadas las tres de la madrugada lleg� Roland a dormir y me
hizo despertar y ven�a con una bata de ba�o puesta y con fr�o y se tir� a mi
lado, le ped� que usara su saco, pero se meti� igualmente bajo las cobijas, le
pedi que usara su pijama y se sacara la bata pues estaba humeda de la ducha, lo
hizo, pero todo bajo las cobijas tanto se mov�a que su trasero pas� rozando
muchas veces mi pene erecto que me dejo muy caliente y atolondrado, no me di
cuenta cuando estaba pegado a mi con sus nalgas en mi pelvis y su espalda a mi
pecho, le quit� su pijama y tambien el m�o lo acaricie ten�a la piel mas suave
que la de una mujer y se contorneaba que me hacia arder de deseos, me hizo
acabar de tanto resfregar, despu�s se puso frente a mi y me acariciaba con su
mano mis huevos y mi pene, me bes� desde la boca hasta llegar a mamarme, me
lami� todo hasta mi culo� luego le ped� que se subiera a la cama y que despu�s
hablar�amos�.

La noche siguiente fue lujuria, prepar� la estada con aceites
y cremas, el se perfum�, verdaderamente era tener una mujer amante a mi lado� el
se colocaba de bruces en la cama levantando su culo y recibiendo con mucho deseo
mis embestidas, tomandome y acariciandome deseperadamente� hum� me confes� que
siempre le gust� y esperaba que yo tomara la iniciativa� pero al final le
result� lo que quer�a� mi problema es �Cu�l ser� mi final?