Pero el portero, otro de mis "recursos humanos", me advirti�
que hoy no vendr�a el maquinista del pulido y se ofreci� para ocupar su turno en
mi co�o. Ni que decir tiene que acept� la generosa oferta.

Como es habitual cuando una va cargada, el ascensor no
funcionaba, por lo que me trep� los cuatro pisos con la carga de la compra
meditando sobre la conveniencia de ir a un gimnasio o hacer footing para perder
las grasas que me hab�a procurado durante el embarazo.

Comenc� a meter la compra en el frigor�fico esperando
impaciente al portero. Son� el telefonillo. Era el portero. No pod�a "ver mi
problema con la luz" porque el administrador de la comunidad de vecinos hab�a
llegado para pedir los recibos de gasto de las reparaciones del �ltimo
trimestre.

Pero yo estaba caliente, caliente no, ardiendo. Necesitaba el
co�o lleno de polla. Y seg�n sacaba la compra top� con la berenjena. Y claro,
pues se me vino a la cabeza la idea: A falta de polla, hay berenjena.

Ni corta ni perezosa tom� la botella de aceite y me unt� el
co�o con ella. Debo se�alar que ten�a el pubis afeitado en un vano intento de
excitar a mi marido. Evalu� el tama�o de la hortaliza y estim� que era bastante
m�s gruesa que cualquier cosa que hubiera tenido dentro hasta entonces. Pero,
aparte de salida, ese d�a mi biorritmo deb�a estar alto porque heroicamente
abord� la empresa de meterme aquel vegetal en el co�o y regalarme un orgasmo con
�l a falta de maquinista pulidor y de portero.

He de confesar que tal era mi calentura desde que mi marido
me ten�a en abstinencia sexual, por no s� qu� demonios de prejuicios que le
entraron tras el parto, que me entregaba a follar con el maquinista pulidor, el
portero, el revisor del contador del gas, el que vend�a miel a domicilio y el
vecino casado del segundo B sin que ninguno de ellos fuese un portento.
Realmente la polla de mi marido era bastante m�s eficaz -antes del parto- que la
de ninguno de ellos. Pero yo sab�a que los huevos de mi marido eran vaciados por
la vecina del segundo B -por algo una ten�a al portero como "recurso humano"- y
consecuentemente no pod�a esperar atenci�n alguna de �l, con prejuicios
postparto o sin ellos.

Tras un enconado esfuerzo con la berenjena para meterla en mi
co�o, ya que se me resbalaba de los dedos pringados de aceite de oliva, consegu�
llegar a tener dentro hasta la parte m�s ancha. Me dispon�a ya a iniciar una
prudente maniobra de metesaca con una mano mientras los dedos de la otra se
encargaban de acariciar el cl�toris cuando son� el maldito y escandaloso timbre
de la puerta.

Me dio tal sobresalto que la jodida y aceitada berenjena se
me col� enterita dentro. Dios m�o qu� angustia. �C�mo la sacaba?. Y mientras, el
jodido timbre insistiendo.

Me sub� las bragas, baj� la falda y, respirando profundo,
ejecut� la heroica tarea de abrir la puerta en aquellas circunstancias. Era el
maquinista pulidor.

Aceleradamente me cont� que le hab�an encargado un trabajo
urgente en unas escaleras dos calles m�s arriba y por eso no hab�a venido. Pero
era la hora de su almuerzo y nada se opon�a en su convenio laboral a que
emplease su tiempo libre para follar en lugar de almorzar.

Mientras me contaba sus derechos laborales ya me hab�a
levantado la falda, extra�do las tetas de su albergue y colocado de frente a la
encimera de la cocina en la posici�n que le gustaba habitualmente para utilizar
su agujero preferido: El de mi culo.

Era tal su apremio por vaciar su esperma dentro del tiempo
estipulado por su convenio laboral para el almuerzo, que no me dio oportunidad
para mostrar mi desacuerdo con la sodomizaci�n que pretend�a. Pero aunque me
hubiese escuchado, el aceite de oliva que hab�a resbalado de mi co�o a mi ojete
en la maniobra de la berenjena facilit� la penetraci�n de su polla sin ning�n
inconveniente.

- Qu� f�cil te entr� tu culazo, putona m�a, te agradezco que
estuvieras ya lubricada. As� no pierdo tiempo. El cabr�n del supervisor me toma
el tiempo del almuerzo porque me tiene man�a.

A polla metida qu� iba a hacer. Lo que era de esperar. Me
llev� dos dedos al cl�toris y me puse a frotarlo a rabiar. El maquinista pulidor
no deb�a saber calcular bien el tiempo, porque se consagr� a un mete-saca tan
fren�tico y en�rgico con tal de eyacular antes del fin de su rato de almuerzo,
que de repente mi vagina me alert� de que la puta berenjena se hab�a partido por
culpa de sus sacudidas.

La preocupaci�n me alej� del merecido orgasmo que estaba a
punto de conseguir. Pero lo peor de mi caso viene ahora: Inclinada sobre la
encimera de la cocina, con mis tetazas de mam� lactante golpeando en el borde y
desparramando leche por doquier, la vagina abarrotada de berenjena rota, el
recto repleto de polla febril y, lo que faltaba. El portero, que tiene la llave
de casa por si pasa algo, que entra y nos descubre as�. Pero no crean ustedes
que se cort� un pelo.

- Oye, maquinista, dale la vuelta a la vecina y d�jame su
co�o.

- Vale t�o, d�jame un momento para sentarnos en la silla.
Mejor en el sof� del sal�n, m�s c�modo.

Y el tipo, sin sacar su verga de mi culo, me tom� en brazos y
me llev� al sal�n, sujetando mis patas por alto y con el pelado co�o
desprotegido, lo que permiti� al portero sobar y estrujar mis labios vaginales
adem�s de pellizcarme impunemente el cl�toris durante el camino.

El energ�meno maquinista no era tan fornido como se cre�a
cuando me levant� en andas con la polla alojada en mi culo, porque al t�rmino
del trayecto hasta el sal�n desfalleci� y se dej� caer, hundiendo por el golpe
m�s si cabe su pene en mi culo, lo que produjo otra rotura de la berenjena que
mis tejidos vaginales acusaron.

Cuando vi al portero dispuesto a meter su verga en mi co�o
con la del maquinista en mi culo empec� a gritar:

-�Esperad, esperad!. No me la puedes meter en el co�o.

- T�o mira la puta esta, ahora se nos pone pacata despu�s de
haberle soltado una docena de polvos cada uno. Esto lo arreglo.

El portero sali� disparado mientras yo intentaba explicarme.

- Escucha ... pfffss ... maquinista ... es .. que ... aagghs

- Calla puta, que me desconcentras. Y tengo que volver al
curro en quince minutos.

- Es que tengo un problema en la vagina.

- Y a mi qu�. Te estoy taladrando el culo.

- Es que .. afss ... tengo ... fusss .. dentro ...

Y regres� el portero, me abri� la boca con sus dedazos y me
encaj� en ella una manzana entera. Y ya no pude explicarme. Con mi co�o bien
aceitado no tuvo ning�n problema para meterla de un empuj�n. Bueno si:

- Colega, esta puta es como si fuera virgen. De repente se le
ha cerrado el co�o. Ser�n secuelas del parto, como dicen, o es que tu polla en
su culo no me deja entrar bien. Pues si es eso, a ver que polla gana. All� va.

Y se puso a bombearme el co�o como un loco, mientras yo
notaba la berenjena deshacerse dentro de mi por la presi�n conjunta sin poder
protestar por la manzana que ocupaba mi boca y mord�a como una desesperada para
deshacerme de ella. Por fin lo consegu�.

- � Parad cabrones, que tengo la vagina ...!

- Si puta, tienes la vagina llena de mi polla. Calla, zorra,
que ya estoy para llen�rtela adem�s de mi lefa.

- �Japuta!, calla, me desconcentras pa vaciar los g�evos y
debo volver al curro.

En su cabreo por el temor a no poder cumplir el horario
laboral me estruj� las tetas con sus manazas y saltaron chorros de leche que
fueron a parar a la cara del portero, que se entusiasm� a�n m�s. El portero, sin
dejar de bombear mi co�o, peg� su boca a mi pez�n derecho y empez� a saquear sin
contemplaciones el alimento de mi beb� al tiempo que me cerraba la boca con su
mano.

No s� que se me vino al cuerpo, me deb� volver loca. Pero de
repente me entr� un gran placer y me call� y me entregu� al disfrute de la doble
follada. Era la primera en mi vida y me arranc� un orgasmo monumental antes que
a ellos. Cuando me recuper� y sent� en mi vagina el chafarreo que hac�a la
berenjena ya desmenuzada batida por la verga del portero volv� a reclamar.

- �Por Dios, oidme ... es que mi co�o ...

- Tu co�o es muy rico, ya lo se ... ya .. ya .. ya te ... lo
riego ... ahsss.

- �Dios que culo cerradito! Yo tambien ... me ... me ..
voyyyyyy dentrooooo la caja la mierda ... aaahhhhssss.

- � QUE MI CO�O EST� LLENO DE PASTA DE BERENJENA POR VUSTRA
CULPA!. �Y HAY QUE SACARLA CABRONES!

- �Qu� dice esta zorra loca?

Una vez vaciados sus huevos ya estaban m�s receptivos a mis
explicaciones. Pero me cost� tiempo hacerles creer que ten�a y por qu� tenia,
una berenjena hecha pur� dentro de mi vagina.

El portero se atrevi� a lamerse los restos que ten�a su polla
para comprobarlo, y el maquinista me meti� dos dedos en el co�o para sacar algo
del pur� y cerciorarse. Acabaron por convencerse de que mi vagina estaba llena
de pulpa de berenjena y que eso no era sano y hab�a que actuar.

El maquinista actu� invocando su obligaci�n laboral y se
volatiliz� mientras yo anotaba mentalmente una baja en mi plantilla de "recursos
humanos".

Por el contrario, el bueno del portero decidi� meter su mano
en mi co�o para sacar todo lo posible y extrajo la mayor�a, pero al sacar la
mano por el agujero estrujaba m�s la hortaliza y me segu�a quedando materia
dentro, cada vez m�s desmenuzada. Me puse nerviosa y lo puse nervioso tambi�n a
�l.

- So cabr�n, mira lo que has hecho por tus prisas en meterme
la polla. Ahora que hago.

- Voy a llamar al vecino del segundo B, que es le�do y algo
se le ocurrir�.

- No, no quiero que nadie m�s me vea as�.

- Ese ya te ha visto en pelotas muchas veces, �qu� te crees
que no lo s�?. Igual que s� que tu marido se cepilla a su mujer. Bonito
intercambio.

. . . . .

- Ya estoy aqu�. �Qu� ocurre?

Le expliqu� lo que ten�a en mi interior y el desgraciado se
puso a interrogarme sobre la causa de que tuviese una berenjena dentro del co�o
cuando me empezaron a follar, y despu�s que por qu� estaba follando con dos, que
era una verdadera furcia.

- C�llate de una puta vez y piensa algo.

- Bueno, creo que meti�ndote un tubo y chupando podr�amos
sacar todo.

- En el armario de la terraza hay un tubo de pl�stico para
regar las plantas.

- Voy por el, se ofreci� el portero.

El vecino del segundo B me meti� el tubo en la vagina y dijo
al portero.

- Tu que has sido el responsable del desaguisado sorbe con la
boca la pulpa de la berenjena. Yo voy a buscar una jeringa grande que tengo en
mi casa para hacerle despu�s una irrigaci�n con agua.

El vecino sali� y mientras el portero sorb�a se dio cuenta de
que yo ten�a otro agujero m�s peque�o encima del de la vagina y se le ocurri�
que pod�a haberse metido algo dentro.

- Pues chupa tambi�n ese. En la cocina hay pajitas para
refrescos.

Yo soy una ignorante y el portero m�s a�n, as� que ninguno de
los dos sab�a para que serv�a el otro agujero. Vino con la pajita y me la meti�
por el agujerillo haci�ndome mucho da�o. De repente empez� a salir por ella un
l�quido amarillo que fue a parar a la cara del portero.

- �Aaagss! �Guarra! Son meados. Te voy a meter una ostia.

- Y yo que sab�a. Adem�s no he hecho nada, ha salido solo al
meter tu la pajita.

Me sac� la pajita de un tir�n que me produjo como una
sensaci�n de quemadura que me doli� mucho.

- Eres un malnacido. Encima de lo que me has hecho con la
berenjena ahora me quieres desgraciar el co�o y el chisme de mear.

La llegada del vecino del segundo B puso orden en la pelea.
Me inyect� dentro del co�o el agua y me tapon� la salida con un consolador que
ya sab�a donde escond�a yo para que el agua no se saliese y me limpiase.

- Baila ahora para que se agite el agua por dentro y te
limpie las paredes.

Me puse a bailar y saltar delante de los dos hombres pero
algo me molestaba. Al vecino se le ocurri� que meti�ndome una mano en el culo y
presionando por dentro mientras me quitaba el consolador har�a m�s efecto el
lavado. Acced� porque era un hombre le�do y supuse que sab�a lo que hac�a. Meti�
su mano por mi aceitado ano y me empez� a follar con el pu�o al tiempo que yo
sent�a como se mov�a el agua en la otra cavidad. Pero algo me segu�a molestando
cada vez m�s.

Cuando el vecino me sac� el consolador sali� todo el agua a
presi�n y fue a parar a la cara del portero que otra vez se cabre� y amenazo con
darle las ostias prometidas. El vecino puso paz.

Cada vez me notaba peor y el vecino propuso llevarme a
urgencias.

- No, que me da mucha verg�enza.

- �Llamamos a tu marido?

- �Est�s loco?

- Pues no se me ocurre m�s que volver a meter agua y repetir
hasta que salga bien limpia.

Repetimos la operaci�n otras dos veces pero yo ya estaba
fatal, as� que llamamos a un taxi y me llevaron los dos al hospital. Los
gilipollas de ellos no se privaron de comentar el incidente durante el trayecto
y me fij� en que el taxista pon�a el o�do enter�ndose de todo. Tuve que darles
un codazo y hacerles un gesto pero para mi bochorno ya era tarde.

Llegamos al hospital y me atendieron al poco rato ante mi
pavor y verg�enza. Inicialmente solo expliqu� que ten�a dolores vaginales, sin
extenderme en m�s. Antes de pasar a la consulta ped� al portero que llamase a mi
marido para que acudiese a la guarder�a a recoger al ni�o. Me tendieron en una
camilla y me pusieron con el co�o insolentemente pelado al aire. Nada m�s verlo
el m�dico dedujo que hab�a tenido relaciones sexuales bastante extremas.

- �Pero adem�s ha tenido un parto reciente no?

- Hace ya seis meses.

- Y veo que tambi�n ha sido sodomizada.

- Sssi.

- Tiene los dos orificios muy dilatados. �La han penetrado
con alg�n objeto grande?

- Cccon ... con .. una mano.

- Vaya, veo que a usted le van las emociones fuertes.

Tres enfermeras, atra�das por los comentarios, rodeaban
tambi�n la camilla con la vista puesta en mi vulva, toda colorada e inflamada.
El doctor me insert� un esp�culum y examin� mi cavidad con una linterna.

- Pero mujer, qu� ha hecho usted. Est� llena de mierda y
adem�s mire.

Me meti� unas pinzas largas y sac� lo que me molestaba: Era
el reloj del portero, que se le hab�a soltado cuando meti� la mano para sacar mi
berenjena.

- �Y la porquer�a que es, se�ora?

- Es ... es ... beren ... jena.

- �C�mo?

- Berenjena.

- Se�ora. Es usted una viciosa. Deber�a informar a su marido
de esto que hace. Puede poner en peligro su vida.

Las enfermeras me miraban con cara de asco y murmuraban entre
si: Puta ... m�s guarra que he visto .... y casada ... y con hijos peque�os ...
pervertida ...

Para colmo empec� a notar dolor en los pechos, ya que siempre
le daba de mamar al ni�o al salir de la guarder�a y repentinamente mis pezones
comenzaron a segregar leche. ... mirad ... y es lactante ... que perdida ...
pobre cornudo ... pober beb� ...

- Se�ora, no se si comunicar su caso al Defensor del Menor.
Una mujer tan licenciosa como usted no est� capacitada para educar a un ni�o.

- Por favor doctor, ha sido un accidente. Puedo explicarlo
todo.

- Pero si tiene hasta el meato urinario en carne viva. Le va
a doler orinar. En fin, vamos a lavarla y no quiero verla por aqu� en situaci�n
similar.

Cuando sal� de la consulta, colorada como un tomate de
verg�enza, me encontr� a mi marido con el ni�o. El portero y el vecino del
segundo B se hab�an volatilizado, no sin antes contarle lo cornudo que era y lo
que me hab�a pasado. No ten�a otra alternativa que confesar mis pecados.

- Me voy a casa con el ni�o. No quiero que vengas conmigo
para no pegarte de ostias por el camino. Pero en cuanto estemos en casa me voy a
quitar la correa y te voy a poner esas gordas nalgas coloradas para toda la
vida.

Se march� y al poco rato sal� yo. Cuando me iba me percat� de
que todo el mundo me miraba con cara de sorna o de asco. Seguro que las
enfermeras hab�an divulgado mi desagradable lance.

Para colmo, en la calle estaba a�n el taxi donde vine y ya no
transitaba casi ning�n coche. No quer�a vera a ese taxista y esper� por si
pasaba otro, pero al rato el taxista me dijo:

- No espere que pase ninguno por este culo del mundo. Ya s�
que le da verg�enza, pero no tendr� m�s remedio que usar mis servicios.

Acab� montando en su coche con destino a casa y resignada a
recibir una buena tunda en mis nalgas.

Tarde me apercib� de que el taxi se hab�a metido por unas
calles oscuras y con chabolas. Cuando quise protestar ya hab�amos llegado donde
�l pretend�a. Par� al lado de una chabola aislada y de dentro salieron dos
hombres con pinta de desalmados que me empujaron al interior del destartalado
lugar.

- Esta es la zorra calentona que os dije chicos. Lo vamos a
pasar en grande.

Para que contar mi desagradable violaci�n. Solo decir que
dado que ten�a el que ahora s� es el agujero de mear tremendamente irritado,
acced� a dejarme sodomizar voluntariamente con tal de que ninguna polla rozase
el maltratado agujerillo. Cuando me apretujaron las tetas descubrieron que la
leche sal�a a raudales, as� que mientras uno me porculizaba los otros dos me
orde�aban bastante en�rgicamente.

Cuando se saciaron y me dejaron con el recto lleno de semen,
en un alarde de perversidad, me mearon dentro y me introdujeron unas enormes
bolas chinas sin cord�n para extraerlas. Con el culo bien repleto y sin
posibilidad de aliviarlo yo sola, abandon� el lugar camino de casa.

Se pueden imaginar c�mo estar�a mi marido al llegar tan tarde
y despu�s de la historia que ya sab�a. Pero cuando me quit� la falda para que me
arrease con la correa en el culo, me vi� sin bragas, que se hab�an quedado en la
chabola, y con semen reseco alrededor del ano. Me meti� dos dedos en el culo y
tropez� con las bolas.

Con la cara ardiendo de ira me puso a cuatro patas, meti� sin
contemplaci�n su manaza entera para sacarlas y salieron a raudales grumos de
semen entre la orina depositada por los violadores.

- Y no hab�as tenido bastante. Puta.

Como de todas maneras me iba a zurrar el pandero, para que
explicar algo tan dif�cil y poco cre�ble. Despu�s de dejarme el culo en carne
viva se acord� de que el ni�o no hab�a mamado y me ordeno darle. Ni qu� decir
tiene que cuando vio mis pechos secos y tumefactos del tratamiento del taxista y
sus c�mplices se cabre� todav�a m�s. Me amarr� fuertemente las tetas con una
cuerda, las golpe� con la correa y me las desat� despu�s de una hora y solo por
temor a que se me gangrenasen. Qu� d�a.

EP�LOGO.

Cuatro meses despu�s del infausto d�a de la berenjena estoy
divorciada por motivo de adulterio manifiesto. En el juzgado declararon el
maquinista pulidor, el portero, el vecino del segundo B, el m�dico y las
enfermeras. Mi marido se ha quedado con la custodia de mi hijo y vive con la
vecina del segundo B. Yo trabajo los viernes y s�bados en un burdel y los dem�s
d�as a domicilio u hotel. Gano mucho dinero porque me presto a cualquier
guarrada que se puedan imaginar. Y hablando de guarradas, parece que al
maquinista pulidor, al portero y al vecino del segundo B les marc� ese d�a,
porque forman parte de mi clientela habitual.

Me molesta que la portera me mire mal cuando voy a hacerle un
servicio al vecino del segundo B. A fin de cuentas al hombre le ha abandonado su
mujer y es libre de hacer lo que quiera. Pero creo que sospecha que el portero
tambi�n me espera en el piso del vecino. Y es verdad.

FIN