Relato: Sonia





Relato: Sonia

Estaba yo estudiando en la facultad,
cuando ingres� era algo mayor compar�ndome con los compa�eros
que me tocaron en suerte (ten�a 29 a�os). La mayor�a
de ellos dif�cilmente superara los 21 a�os.



La carrera era una de ingenier�a,
y la casi totalidad de mis compa�eros no ten�an una base
s�lida para encarar este tipo de carreras por no tener una base
t�cnica, por lo tanto, yo me sent�a como el tuerto en el
pa�s de los ciegos, no es que sea el �nico con base t�cnica
para encarar esta carrera, sino que era el m�s abierto y el que
trataba de solucionar todas las dudas que ellos no quer�an o no
se atrev�an a consultar con el profesor por diferentes motivos que
s�lo ellos sabr�an.



Entre ellos hab�a una chica
que proven�a del interior del pa�s, hab�a venido para
estudiar a la capital y trabajaba en una empresa comercial para costearse
los estudios, ten�a 19 a�os y se llama Sonia.



En todo el a�o no repar�
mucho en ella, lo �nico que me interesaba era que ella pudiera ocupar
un asiento lo m�s adelante posible porque ten�a un problemita
en la vista, aparte de ello, lo que m�s pod�a destacar es
que era muy introvertida.



Llegaron los ex�menes a fin
del ciclo lectivo, y ya casi todos est�bamos preparados para pelear
la batalla intelectual que esto representa, pero, un buen d�a se
me acerca Sonia y me dice que est� totalmente colgada con matem�ticas.



- �Pero Sonia! �Ahora
me lo dec�s? Faltando muy poco para el d�a del examen.



Debo destacar que era jueves y el
examen estaba programado para el pr�ximo lunes, a m� no me
vendr�a mal un repaso de todo lo visto hasta ese momento, quedamos
en que nos encontrar�amos en un bar cerca de su casa para que yo
le explicara lo m�nimo indispensable como para que tenga sus armas
para ese examen.



Lleg� el s�bado y
nos encontramos en el bar que ella me hab�a se�alado como
posible lugar de estudios, no quiero recordar c�mo era ese bar,
cuando llegamos habr�a ya en el lugar unas veinte personas, pero
lo destacable de todo es que Sonia era la �nica mujer en el lugar,
yo no me sent�a c�modo en ese ambiente, no me permit�a
concentrarme con facilidad.



Sonia no era una chica de las que
se puede llamar atractiva, es de estatura baja, su cara no era del tipo
de esas de las que uno se enamora a primera vista, pero su cuerpo, en el
cual yo no hab�a reparado hasta ese d�a, era bastante deseable,
me atrever�a a calcular que sus medidas eran 95-65-95, estaba enfundada
en un vestido liviano de color blanco, sin mangas pero con hombros, y amplio
a los costados, por lo que pude apreciar unos brazos bastante velludos
y por debajo de ellos se dejaba ver un corpi�o de color rojo, creo
que eso es lo que m�s me llam� la atenci�n puesto
que es mi color favorito para la ropa interior femenina, aunque tambi�n
yo mismo tengo algunos slips de ese color para mi uso personal.



La cosa es que yo no me sent�a
bien en ese local y se lo coment�, a lo que ella respondi�
que no hab�a otro lugar para poder estudiar, ella compart�a
el departamento con dos amigas y no quer�a que fu�ramos para
all�.



- Bueno - le dije - en este barrio
tiene que haber un hotel de pasajeros, de esos en los que se puede alquilar
una pieza por todo un d�a.



- S�, por ac� hay
muchos de esos, pero desconozco las calidades. - - Busquemos uno donde
podamos alquilar una habitaci�n por toda la tarde y estudiaremos
tranquilos, si no te parece mal.



La miro a los ojos y noto que baja
la cabeza mirando al piso y con un acentuado color rojo en sus cachetes,
quiz�s por verg�enza, por el calor reinante o por ambas. Est�bamos
al fin de la primavera, a escasos 20 d�as del inicio del verano.



- Perd�n - dije con un tono
entre apesadumbrado y excitado - te avergonc�.



- No, est� bien - respondi�
- lo que pasa es que no estoy acostumbrada a este tipo de propuestas y
mucho menos a la idea de pasar todo un d�a encerrada con un muchacho
entre cuatro paredes.



- Estudiando - repliqu�



- Estudiando o lo que sea, el tema
es que no estoy acostumbrada.



- Bueno, entonces si eso te pone
mal tampoco es una soluci�n viable, puesto que te va a costar mucho
trabajo concentrarte en el estudio.



Se qued� pensativa un rato
y termin� aceptando mi propuesta, no sin antes acotarme que ir�amos
a estudiar y nada m�s, a lo que respond� que por mi cabeza
no hab�a pasado otra idea, y era cierto, hasta ese momento, mi �nico
objetivo era hacer lo imposible para que Sonia no reprobara el examen.
Le pregunt� si conoc�a alg�n lugar acogedor donde
poder estar c�modos, que por lo menos no nos caminaran las cucarachas
por encima mientras estudi�bamos, a lo que respondi� afirmativamente,
que ella hab�a estado viviendo all� unos meses cuando lleg�
a la capital, pero que no quedaba ah� nom�s, salimos del
bar y tomamos un taxi hasta el hotel.



Luego de las registraciones de rigor
nos dieron una habitaci�n doble con una cama matrimonial que ten�a,
adem�s, un placard y una mesa con dos sillas, esto �ltimo
era lo que necesit�bamos. Debo decir que el lugar era muy limpio
y que daba gusto estar en esa habitaci�n que poco o nada ten�a
que envidiarle a un hotel de tres estrellas, aunque el precio que deber�a
pagar era irrisorio.



Entramos en la habitaci�n
y nos acomodamos, yo, como buen curioso, lo primero que revis� fue
el ba�o y me agrad� por parecerme c�modo.



Miro hacia el lugar donde estaba
Sonia y la veo de nuevo con la cabeza baja y colorada de verg�enza,
me paro delante de ella, le acerco una mano a su ment�n y, tratando
de levantarle la cara para mirarla a los ojos le pregunto con tono de broma,
tratando de cortar el hielo.



- Quiz�s tu incomodidad se
deba a que todav�a eres virgen.



- No, virgen no soy, pero...



- Pero �qu�? Ahora
no te quedes cortada, termina la frase. - Se qued� pensativa de
nuevo y como tomando coraje me dijo



- Pero es como si lo fuera



- �Quer�s hablar al
respecto? Yo no te quiero obligar a nada, pero si necesitas desahogarte
contando algo que te tenga mal, ac� estoy yo, para escucharte.



Cuando dije esto me invadi�
un sentimiento de ternura tremendo, como creo que nunca hab�a sentido
por nadie que no fuera mi hermana o mis padres, pens� que si largaba
su rollo nos �bamos a sentir m�s cercanos y que podr�a
ser el comienzo de una hermosa amistad. Inmediatamente ella respondi�



- No se si debo coment�rtelo
a vos, si bien nos conocemos hace varios meses, tambi�n es cierto
que nunca hubo, entre nosotros, un acercamiento tal que me influya a contarte
una parte tan importante de mi vida.



- Est� bien - repuse - comprendo
y respeto tus sentimientos.



- �Que dulce que sos! Gracias
por tu comprensi�n.



De nuevo se qued� como cortada
y termin� diciendo que me iba a contar su historia.



- Resulta ser que del lugar de donde
provengo las chicas dif�cilmente lleguen v�rgenes a los 15
a�os, en ese lugar la mujer no tiene derechos, no es que sea algo
expl�cito, pero hasta las mujeres agachan la cabeza delante de un
hombre, es parte de la cultura, yo no fui la excepci�n, pero mi
historia, y creo que la de muchas chicas, no es del todo agradable. Volv�a
de la escuela una tarde de verano, con mi pollera tableada color verde
y una camisa blanca con corbata verde, mis tetas eran chiquitas y ni cola
ten�a, cuando al llegar a una esquina se para un muchacho delante
de m�, era muy alto y ten�a un cuerpo muy grande y forzudo,
calculo que tendr�a alrededor de 18 a�os, quiz�s m�s,
me mir� de tal manera que me asust�, tuve ganas de salir
corriendo pero la piernas me temblaban de miedo, quise gritar y sent�
mi garganta cerrada por el mismo motivo, en ese momento, me puso una de
sus manotas sobre mi boca y con la otra en la cintura me levant�
y me llev� dentro de un terreno vac�o.



Mientras Sonia contaba esto yo me
imaginaba el final y agradec� no ser ella para no tener que pasar
por una situaci�n similar, y poni�ndome en su lugar imagin�
su sufrimiento, tanto el del momento, como el de ahora que lo estaba contando,
la interrump� dici�ndole que si le hac�a mal recordar
que no siguiera, me contest� que le hace mal recordar pero que le
hace muy bien coment�rmelo a m�, porque estaba entrando en
confianza.



Me acerqu� un paso m�s,
de manera que estuve muy cerca de ella, acerqu� mis brazos a sus
hombros, la acerqu� hacia m�, la abrac� y le di las
gracias en su o�do, a lo que ella respondi� d�ndome
un beso muy tierno en mi mejilla. Yo alej� mi cabeza ligeramente
y la mir� a los ojos, not� el brillo t�pico de las
lagrimas cuando se asoman a la luz, estaba notablemente emocionada.



Termin� contando que la tir�
al suelo, entremedio de algo de basura que estaba desparramada por el terreno,
le arranc� su bombacha y la ensart� (nunca mejor utilizado
este t�rmino para describir una violaci�n) sin m�s
pre�mbulos. Cont� tambi�n que, luego de moverse cinco
o seis veces (que le parecieron miles) dio por terminada su labor enchastrando
el interior de su vagina y se retir� con una sonrisa de oreja a
oreja.



Ese fue su debut en las lides del
sexo, su primera vez no creo que sea la envidia de ninguna mujer, sino
todo lo contrario, ten�a frente a m� a la protagonista del
relato y no lo pod�a creer, yo no s� (porque no soy psic�logo)
si su gran introversi�n se debe a una cuesti�n de cultura
o si es una postura que adopt� desde esa experiencia, el hecho es
que su forma de vestir nunca fue muy atrevida, sino todo lo contrario,
lo m�s atrevido que le vi lucir en todo el a�o lectivo, es
el vestido que llevaba puesto ese d�a y no era para arrancar suspiros,
precisamente.



Al escuchar el fin de su relato,
me invadi� un sentimiento de ternura con Sonia como �nica
destinataria, en ese momento fui yo el que la bes� en la mejilla,
a lo que ella respondi� poni�ndome una de sus manitas sobre
una de mis mejillas, luego hizo algo parecido con la otra mano, al tener
mi cara entre sus manos, acerc� su cara y bes� mis labios
con una suavidad y cari�o como nunca recuerdo que me haya ocurrido.



Quise cambiar de tema diciendo que
est�bamos all� para estudiar matem�ticas, a lo que
ella respondi� sin soltar mi cara de entre sus manos



- Ahora no estoy tan segura de querer
aprobar este examen, si no lo apruebo ahora, lo podr� aprobar en
marzo del a�o que viene, es m�s, no s� si estoy tan
segura de presentarme el lunes.



Esta respuesta me dej� helado,
y hasta me hizo sentir un hormigueo en mi pene, no sab�a que hacer,
si seguir besando sus labios buscando alguna reacci�n muy er�tica
en sus �nimos o enojarme por estar en esa situaci�n a la
que no hab�a ido preparado, en �ltimo de los casos podr�amos
estar ah� hasta la ma�ana del d�a siguiente sin que
nadie nos dijera nada al respecto.



Retomando el tema del examen, yo
le contest� que era mejor terminar aprobando ahora, dentro de lo
posible, para as� poder disfrutar plenamente de las vacaciones sin
la preocupaci�n de tener que prepararse para, a fines de febrero
o principios de marzo, rendir un examen de matem�ticas. Sinceramente,
esto �ltimo que dije no me lo creer�a nadie, ni yo mismo,
pero lo dije como para poder darle un giro alternativo a la situaci�n
que ya se estaba poniendo demasiado rom�ntica y posiblemente termine
en una encamada de la que, por lo menos, Sonia no se iba a olvidar por
mucho tiempo y no es que yo sea el supermacho ni que sea el superdotado,
sino que trato de ponerme en el lugar de Sonia e imaginarme lo que ella
pudiera pensar o sentir y eso me asustaba, hasta este momento yo no me
hab�a enganchado con ninguna chica con las que he salido, pero tampoco
romp� ning�n coraz�n y engancharme con Sonia pod�a
significar que ella se haga ilusiones de algo a lo que yo no quer�a
enfrentar a pesar de que todos mis amigos de la misma edad ya estaban casados.



El asunto es que Sonia respondi�
a mis palabras y me contest�:



- Justamente eso es lo que estaba
especulando, yo no tengo problemas en ninguna otra asignatura, la �nica
que me quedar�a pendiente ser�a esta y tendr�a todo
el verano para prepararla.



- Ah, entonces ya nos podemos ir
- repliqu� con un gesto ir�nico y p�caro al mismo
tiempo, como para poder darme cuenta de lo que podr�a llegar a estar
pensando Sonia, en realidad lo que quer�a hacer era confirmar mis
sospechas.



- No te hagas el malo conmigo, yo
s� que no sos as�, vos sos muy dulce y s� que no te
quer�s ir. - Eso era justamente lo que yo me estaba temiendo y no
quer�a escuchar, me hubiera sentido mucho mejor si me contestaba
que bueno, que nos vayamos, pero ella, a pesar de que no le interesaba
presentarse a rendir este examen, todav�a se quer�a quedar.



- Esc�chame Sonia, y pr�stame
atenci�n. - - Soy todo o�dos.



- Hay algo que quiero dejar claro
entre nosotros. - Y cuando dije esto ella no quiso escuchar nada m�s,
ya sabr�a que iba a terminar diciendo y no lo quer�a escuchar,
interrumpi� mis palabras con un beso, un beso de verdad, largo,
h�medo y apasionado.



Yo la tom� de la cintura
y arrim�ndola m�s hacia m�, la estruj� en un
fuerte abrazo mientras le acariciaba la espalda por sobre su vestido. De
repente, mientras la acariciaba sin dejar de besarnos, algo ara��
mi mano, me di cuenta de que hab�a pasado mi mano sobre el cierre
de su vestido y ah� mismo pens� en baj�rselo, dud�,
estuve acarici�ndola por unos minutos m�s mientras en mi
cabeza me debat�a entre la posibilidad de bajarlo y no bajarlo,
pero me decid� y comenc� a descender mi mano por su espalda
con el cierre de su vestido entre mis dedos, cuando hube llegado a la mitad
de su espalda, percibo que ella comienza a besarme con m�s audacia,
con m�s sensualidad, como diciendo, en un lenguaje sin palabras,
"Por fin te decidiste". Al notar este cambio yo continu�
bajando el cierre hasta el final de su recorrido.



Pas� mi mano por dentro del
vestido y comenc� a acariciar, suavemente ese hermoso cuerpo que
ya me estaba pareciendo el de Miss Mundo con la calentura que estaba sintiendo
en mis genitales, la respuesta de Sonia no se hizo esperar, ella hab�a
pasado sus manos alrededor de mi cuello y al sentir las m�as tocando
la piel de su cintura, llegando al comienzo de sus gl�teos, comenz�
a apretarme contra ella, como queriendo que su cara y la m�a sean
una sola, nuestros dientes chocaron, imagino que nuestros rasgos faciales
ya habr�an desaparecido por la presi�n de nuestros rostros,
ya me estaba doliendo ese gesto de cari�o (�o de amor?).



Como para tratar de zafar de esa
presi�n puse mis manos en los hombros de su vestido y comenc�
a desplazarlos hacia adelante, en un claro adem�n de intentar sac�rselo,
eso hizo que aminorara su presi�n puesto que, como aprobando mis
intenciones, desplaz� su cuerpo ligeramente hacia atr�s para
dejarme hacer, al pasar la parte superior de su vestido por encima de su
corpi�o pude escuchar un suspiro pronunciado que se escapaba de
ella sin dejar de besarme. Alej� sensiblemente mi cara de la suya
porque quer�a hablar y ella lo entendi�, mientras, muy a
su pesar, dej� de besarme por un momento.



- D�jame ver tu cuerpo -
le dije mientras acariciaba sus brazos hasta llegar a sus mu�ecas
y sacar sus manos de mi cuello y nuca para alejarla un poco de m�
y poder contemplar su cuerpo casi desnudo. - - Me da verg�enza - exclam�
- - No tengas verg�enza, mir�, yo me voy a sacar la camisa
como para que no te sientas en inferioridad de condiciones.



�Inferioridad de condiciones?
Ella no sab�a lo que pod�a llegar a conseguir de m�
a esta altura de las circunstancias, ya me ten�a en su poder y ella
no lo sab�a o al menos no sabr�a el poder que pod�a
ejercer sobre m� en ese mismo instante.



Comenc� a desabrocharme la
camisa pero, contrariamente a mi costumbre, lo hice muy lentamente como
para que se vaya haciendo a la idea de a poco, de que iba a verme con el
torso desnudo, estaba muy lejos de mi inspirar una reacci�n er�tica
con mis movimientos y mucho menos intentar parecerme a un striper.



Pero Sonia me miraba expectante,
como si quisiera ver enseguida qu� es lo que hab�a bajo mi
camisa, mientras tanto, yo pod�a apreciar su cuerpo, ya que estaba
algo alejado de m�, a pesar de estar a menos de un metro de distancia,
pero pod�a observar que toda su ropa interior era de color rojo,
con encaje, y que los vellos que hab�a podido ver en sus brazos
se repart�an, casi, por todo su cuerpo, lo que me puso m�s
excitado a�n fue pensar que en su entrepierna pod�a llegar
a tener una mata de pelos muy espesa, y eso contradici�ndome yo
mismo, puesto que toda mi vida me gustaron los pubis con muy poco o sin
nada de vello, pero este cuerpo era distinto, ac� no quedar�a
bien ver una vulva afeitada y todo el resto del cuerpo con vello por donde
mires, era un vello liviano apenas algo m�s oscuro que una pelusa,
lo que m�s me ratoneaba era ver que desde su ombligo sal�a
una l�nea de pelusita, ligeramente m�s espesa que el resto,
que presumo terminar�a en su zona pubiana.



Pero volviendo a m�, Sonia
obtuvo lo que esperaba, a pesar de mi parsimonia simulada, pudo ver mi
torso desnudo, acto seguido extendi� una mano y la acerc�
a mis pectorales que si bien no son nada del otro mundo, son el producto
de haber practicado nataci�n durante 15 a�os de mi vida,
estaba como en otro planeta, creo que yo, en ese momento, no exist�a
para ella, sino que ten�a frente a si un cuerpo masculino a punto
de explorarlo y nada m�s, esto no me molest�, puesto que
sus exploraciones me gustaban.



Le puse las manos en la cintura
como para acariciarla, pero apret�ndosela la acerqu� hacia
m�, ella no sal�a de su asombro por lo que se estaba dejando
hacer, pas� mis manos hacia atr�s, en su espalda y busqu�
el broche de su corpi�o, cuando lo encontr�, con una r�pida
exploraci�n digital pude detectar de que tipo era y se los desabroch�
sac�ndoselo para adelante.



- Par�... par�...
despacio. - me dijo - Yo no pod�a creer lo que escuchaba, todav�a
estaba sintiendo verg�enza, ya me puse a pensar que no llegar�amos
muy lejos en ese d�a. Le dije que me sacar�a tambi�n
los pantalones as� qued�bamos ambos en igualdad de condiciones
(con respecto a la vestimenta, porque en lo que respecta a los cuerpos,
Sonia lleva las de ganar) y mientras tanto, har�amos cosas que nada
tuvieran que ver con nuestra desnudez y as� ella pod�a ir
acostumbr�ndose. Acept� con un tono rojizo en su cara, yo
creo que nunca se le fue, pero su condici�n de vergonzosa a�n
no la hab�a perdido.



En ese momento quise aprovechar
para poder observarla bien, Sonia tiene un lindo cuerpo, su piel es de
color cobriza sus pezones son oscuros de un marr�n muy intenso y
su cintura se diferencia perfectamente de su busto y de sus caderas, su
vientre existe, pero es apenas perceptible, es lo que se puede decir un
bomboncito, aunque con vellos, en este punto yo quer�a que llegase
el momento de sacarle su bombachita que por su color y por su tela se ve�a
bastante sexy, a�n no la hab�a visto de atr�s, en
ese instante, como leyendo mi pensamiento, me dijo que ten�a ganas
de orinar, le pregunt� si pod�a acompa�arla y por
respuesta tuve una cara colorada y un "No, todav�a no",
ese "todav�a" me termin� de hacer pelota los sesos.
Cuando hubo dicho esto �ltimo, se dio vuelta para dirigirse hacia
el ba�o, ocasi�n en la que pude contemplar su cola, la bombacha
que ten�a puesta no era de esas diminutas pero era un tri�ngulo
que no llegaba a tapar, en su totalidad, las nalgas de Sonia, realmente
me gust� lo que vi, en las nalgas tambi�n ten�a vellos
apenas perceptibles pero mucho m�s notorios que el com�n
de las mujeres que yo hab�a conocido hasta ese momento.



Mientras Sonia estaba en el ba�o,
me puse a reflexionar acerca de c�mo hab�amos llegado a esta
situaci�n, y no pude m�s que reconocerme a m� mismo
que Sonia me excitaba por lo distinta que es, su cuerpo tiene ese toque
de distinci�n que tanto me atra�a, su excesiva cantidad de
vello en todo su cuerpo generaba en mi una sensaci�n distinta pero
un deseo irrefrenable de experimentar un cuerpo totalmente distinto a lo
que hab�a conocido hasta ahora, si a eso le sumaba su inocencia
llegaba a un resultado muy atractivo y que poco a poco iba dejando una
marca en mis pensamientos.



Cuando Sonia sali� del ba�o
no pude dejar de contemplarla, yo sent�a que estaba teniendo una
erecci�n de las buenas y no pude, aunque tampoco quise, disimularla.
Ella lo not� y se avergonz� a�n m�s todav�a,
aunque todav�a ten�a la cara colorada como un tomate, en
sus ojos se notaba una mirada de curiosidad, yo ya no encontraba palabras
para expresar nada, est�bamos los dos solos en la habitaci�n
de un hotel, casi totalmente desnudos, s�lo ten�amos nuestra
ropa interior que tapa nuestras zonas a la altura de la cadera, me limit�
a acercarme a ella para fundirnos en un abrazo, nada ocurri�, Sonia
tambi�n me abraz� y sent�a como trataba de alejar
su zona pubiana de la m�a, yo baj� mis manos, las puse sobre
sus nalgas y la atraje hacia m� para que sintiera el efecto de mi
excitaci�n, como Sonia es un poco m�s baja que yo, mi pene
erecto se le apoyaba en la zona entre el ombligo y su pubis. Ese abrazo
se prolong� en un beso muy apasionado por parte de ambos, mientras
nos bes�bamos, yo trataba de friccionar mi pene contra su cuerpo
ya que sent�a que necesitaba ese tipo de caricias y a�n no
me atrev�a a ped�rselo, para no echar por tierra todo lo
que hasta el momento est�bamos logrando, yo estaba en lo mejor de
la fricci�n cuando siento que la respiraci�n de Sonia suena
algo m�s agitada y entrecortada, lo que me indic� que se
estar�a excitando tambi�n ella, ese indicio me incit�
a dar un paso m�s y sub� una mano hasta uno de sus senos,
acariciando suavemente, durante el recorrido, su costado y algo de su abdomen,
en el trayecto su respiraci�n se sinti� m�s profunda,
hasta que llegu� a apoyar una de mis manos en su seno derecho en
ese momento su respiraci�n se transform� en un largo gemido,
solamente ahogado por mi boca debido al beso del que ambos est�bamos
disfrutando.



Comenc� acariciando su seno
lentamente, sin presionar demasiado, trataba de no tocar su pez�n,
lo esquivaba a prop�sito, pero los pocos roces que le hac�a,
los hac�a parecer casuales, eso la excitaba mucho, mientras tanto,
ella me acariciaba la espalda llegando hasta el borde de mi slip y volviendo
a subir sus manos, intu� que no se atrev�a a seguir bajando,
yo ya ten�a mi mano derecha sobre sus nalgas y las estaba acariciando,
alejando un poco mi boca de la suya le dije que a mi tambi�n me
gusta que me acaricien las nalgas, poco a poco se fue atreviendo m�s
hasta que luego de un rato ya su terreno acariciado se extendi�
desde mi nuca hasta mis nalgas, en ese mismo instante, a modo de premio
por su audacia, yo comenc� a acariciarle el pez�n derecho
que estaba demasiado duro y puntiagudo debido a mis caricias casuales.



Yo no pod�a respirar, mi
excitaci�n era tal que me dificultaba la respiraci�n, pero
reparando en ese mismo detalle, en ella, comprob� que pasaba por
un trance similar y me decid� a continuar avanzando, a sabiendas
de que este momento iba a ser inolvidable para ambos, comenc� bajando
mi mano hasta llegar a su ombligo y me qued� un rato acarici�ndolo
mientras con mi pulgar tocaba el borde de su bombacha y trataba de ingresarlo
por dentro de ella, acarici� todos sus vellos, como si estuviera
viendo lo que hac�a mi mano, no dejaba de acariciar su ombligo con
mis dedos anular y me�ique, mientras con el pulgar ya estaba acariciando
su vello p�bico, lo encontr� tal como lo hab�a imaginado,
abundante y espeso, ella no modificaba mucho sus caricias, eran como al
principio, pero ahora ya se atrev�a a presionar m�s mis nalgas.



Dej� de acariciarla como
lo ven�a haciendo hasta ese momento para poner mis manos en sus
caderas, justo en el el�stico de su bombacha e ir tom�ndolo
con suavidad mientras lo deslizaba hacia abajo con mayor suavidad todav�a,
una vez que tuve la parte superior de su bombacha de manera que ya se encontraba
debajo de la l�nea de sus gl�teos por detr�s y de
su zona pubiana, por delante, siento que Sonia hace lo mismo con mi slip,
la dejo hacer, no emito sonido alguno, ella deja de besarme para poder
seguir baj�ndolo con comodidad, ahora es ella la que quiere mirar
y poni�ndose en cuclillas de manera que su cara se encuentra frente
a mi pene, que a�n est� dentro de mi slip, pero con mi vello
ya al aire, contin�a con sus intenciones de despojarme de mi ropa
interior, yo no s� si se imagina lo que va a pasar cuando siga bajando
y deje mi pene entero al aire, pero ella sigue inspeccionando, de repente
repara en una mancha h�meda, bastante grande, que se presenta ante
sus ojos, y como tomando coraje me pregunta: - �Ya acabaste?



- No - le respondo - ese es el l�quido
preseminal, pero no me falta mucho.



- �Me vas a dejar que yo
te lave tu ropa interior?



- No importa, de ac� hasta
que nos vayamos ya se va a secar.



Le contest� como queriendo
zafar de una situaci�n que estaba llegando hasta donde yo no quer�a
que llegase porque solamente una mujer enamorada te lavar�a la ropa
interior.



- Por favor, me encantar�a
hacerlo, yo no voy a permitir que mi hombre ande por la calle con un calzoncillo
manchado, aunque no se le vea.



En ese momento pens�: "cagamos,
dijo la expresi�n que yo no quer�a escuchar, mi hombre",
pero ahora s� el motivo por el cual no quer�a escucharla,
porque lejos de molestarme su comentario, me agrad� y vaya si me
agrad�, yo no lo quer�a reconocer, pero no se puede evitar
lo inevitable, yo tambi�n me estaba enamorando, y no sabiendo que
responderle le dije:



- Bueno, si es tu deseo, lo hacemos
juntos, pero despu�s.



- S�. S�, despu�s.
- Su mirada, que yo ve�a desde arriba, ya no era la de la nena t�mida
que hab�a entrado avergonzada a esa habitaci�n, ahora su
mirada ten�a un brillo especial, era la mirada de una ni�a
animada, como la de aquella que est� esperando el regalo prometido.
Continu� bajando mi slip y sucedi� lo que ten�a que
suceder, al liberar mi pene, este sali� disparado hacia delante,
apuntando directo a su cara como un resorte, Sonia se sorprendi�
y tir� su cara para atr�s, quiz�s pensando que este
le iba a pegar en la cara lo que me caus� gracia y riendo le dije:



- No es tan largo como para que
llegue a pegarte en la cara.



- Pero es duro - contest�



Termin� de bajarme los calzoncillos
los que, al llegar a mis tobillos, le ayud� a sacar, la tom�
suavemente de los hombros y le hice una ligera presi�n hacia arriba,
indic�ndole que quer�a que se pusiera de pi� de nuevo,
as� lo hizo, comprendiendo perfectamente mi deseo, yo quer�a
continuar sac�ndole su ropa interior, ahora era yo el que se pon�a
en cuclillas, no sin antes premiarla con un hermoso beso, tan dulce como
apasionado. Al tener su pubis frente a mis ojos no pude evitar mi deseo
de bes�rselo y as� lo hice, le di un par de besitos cari�osos
en esa zona y termin� quit�ndole la bombacha, la que qued�
en el piso junto a mi slip. Poniendo mis manos en sus rodillas, como abrazando
una con cada mano, comenc� un lento ascenso hacia su entrepierna
a lo largo de sus muslos, al llegar mis manos a su destino, pude comprobar
que ella ten�a tambi�n su vagina muy mojada, ya que la humedad
se notaba en sus muslos unos cinco o seis cent�metros antes de llegar,
pas� mis manos por detr�s de ella, llegando a tocar de nuevo
sus gl�teos que ahora estaban desnudos y subiendo mis manos dej�
un brazo abrazando su cintura y con el otro abrazaba su espalda a la altura
de sus pechos, esta posici�n me ayud� a que, con un leve
empujoncito haga arquear su cuerpo hacia atr�s a lo que ella respondi�
con un abrazo a mi cuello pero m�s por temor a caerse que por cualquier
otro sentimiento. En esa posici�n la bes� con frenes�
y ya casi con lujuria, mientras retiraba mi mano de su cintura para pasar
a su entrepierna, en esta posici�n no ten�a m�s remedio
que tener las piernas abiertas, fui directamente a la entrada de su vagina,
yo quer�a acariciarle esos labios y s�, estaba realmente
mojada, a tal punto que yo pens� que ella ya hab�a tenido
un orgasmo, presumo que mientras le acariciaba un pez�n. Pero ahora
era distinto, yo ya hab�a ingresado un dedo entre sus labios y estaba
buscando su cl�toris, quer�a provocarle un orgasmo sin penetrarla,
mi pene estaba tocando el costado de uno de sus gl�teos, como tomando
coraje baj� una mano acarici�ndose su costado hasta llegar
a �l y comenz� a acariciar mi pene, con mucho temor, no s�
a qu�, pero esto hizo que sus caricias sean tan suaves que me volvieron
loco por dem�s, en ese mismo instante yo encontr� su botoncito
del placer, no necesit� acariciarlo por mucho tiempo que ya me hizo
sentir que ella estaba llegando al orgasmo, fue en ese momento que pude
comprobar que antes no hab�a tenido un orgasmo, puesto que ahora
separ� su boca de la m�a para poder gemir con mucha pasi�n,
casi al borde de la locura y llegando a dejar escapar algunos gritos, mientras
que su vagina se mojaba como nunca hab�a visto mojarse vagina alguna,
la cantidad de l�quido segregado se puede comparar perfectamente
a un orgasmo masculino por su cantidad y consistencia, mientras tanto,
sus caricias en mi pene fueron aumentando en velocidad y presi�n
ejercida llegando a un punto tal que ya ten�a mi orgasmo en la punta
de mi pene lo que me cost� mucho retener, decid� no continuar
con las caricias por un momento y en medio de un abrazo que, retribuy�
con m�s fuerza a�n, y un beso ya demasiado amoroso, la fui
invitando a ir a la cama, con ligeros empujoncitos que entendi�
a la perfecci�n.



Una vez acostados, ella comenz�
a acariciar mi pene de nuevo y decid� dejarla hacer lo que quisiera
conmigo, quer�a ver hasta donde pod�a llegar s�lo
con su instinto de mujer, pero no pude disfrutar mucho tiempo m�s
de sus caricias, no pas� mucho tiempo que mi pene se endureci�
m�s todav�a y comenzaba a latir, cada vez con mayor velocidad
hasta que iba a explotar eyaculando, suspir�, gem�, y le
dije, ya me vengo amor, estoy acabando y acto seguido comenc� a
eyacular con tanta violencia y cantidad como nunca antes lo hab�a
logrado mujer alguna, Sonia, lejos de asustarse, parece que eso la excit�
a�n m�s y no paraba de acariciar en un acto de masturbaci�n
perfecto, lo que si pude notar fue que la presi�n de sus manos era
much�simo m�s liviana, llegando a ser una caricia, como agradecida
del regalo que le hab�a dado o como si se sintiera muy feliz de
haberme hecho gozar de semejante manera. Levant� mi mirada buscando
la suya, cuando la encontr� la mir� con mi mejor mirada de
agradecimiento y le dije:



- �Te sent�s bien?



- S�, yo no cre� nunca
que una situaci�n as� me podr�a llegar a gustar, la
primera vez que sent� el l�quido masculino en mi cuerpo me
dio mucho asco, pero ahora me doy cuenta de que una se puede sentir muy
bien con este acto, hasta satisfecha, porque le provoca mucho gozo a la
persona que quiere.



- S� mi amor, esto es muy
placentero para m�, pero hay sentimientos superiores todav�a
que podemos disfrutar juntos, pero ahora me toca a m� hacerte feliz.



- �Yo soy feliz si vos sos
feliz!



Eso fue lo ultimo que le escuch�
decir, porque ya estaba besando su ombligo y bajando por el caminito natural
que lo une con su pubis. Su jadeo no s�lo no cesaba, sino que se
hac�a cada vez m�s notorio para transformarse, cuando llegu�
a besar su zona pubiana, en aut�nticos gemidos, no quer�a
imaginarme lo que har�a o dir�a cuando se encontrara su cl�toris
con mi lengua; pero el momento lleg� y al fin se encontraron, mi
lengua y su cl�toris en una lucha sin cuartel, mi lengua lo presionaba,
lo rodeaba, ahora que lo ten�a m�s cerca pude apreciar su
real tama�o, tendr�a alrededor de dos cent�metros
de largo y como un cent�metro de di�metro, sin exagerar,
esas eran sus dimensiones y entonces me decid�, tome ese ap�ndice
entre mis labios y comenc� a succionarlo tranquilamente, mientras
que de su boca se escapaba un leve quejido:



- Ay... ay... ay... - - �Te
estoy haciendo doler? - le pregunt�. - - No. No me duele, pero es
una sensaci�n extra�a. - - �Pero te molesta o te agrada?
- - No s�, no lo puedo definir, pero segu�, segu�,
a ver qu� pasa. - Ni lerdo ni perezoso continu� con lo que
estaba haciendo para terminar dando peque�os mordiscos en su cl�toris,
en ese momento tuvo el orgasmo m�s intenso que hab�a tenido
en toda la tarde y al estar tan cerca de la entrada de su vagina pude corroborar
que su orgasmo conclu�a en una eyaculaci�n, en cantidad y
color similar al semen pero de una consistencia algo m�s liviana,
m�s l�quida. Decid� parar, no quer�a agotarla
f�sicamente tan pronto, apenas hac�a una hora u hora y media
que hab�amos ingresado a esa habitaci�n y todav�a
ten�amos toda la tarde por delante. Me recost� a su lado
y ella me abraz�, nos quedamos as� un largo rato, sin decirnos
nada, yo s�lo escuchaba su respiraci�n entrecortada y ella
no hac�a m�s que abrazarme y besar mi cara, por todos sus
rincones, hasta los ojos me bes�; cuando Sonia se decidi�
a continuar bajando con sus besos me di cuenta de que ya estaba m�s
repuesta, bes� mi cuello, mi pecho, se detuvo un poco en mis tetillas,
cada una a su turno para luego seguir bajando, yo estaba extasiado, no
quer�a que pare porque quer�a ver hasta d�nde pod�a
llegar sin decirle nada, hasta donde se permit�a llegar, sigui�
bajando, se detuvo en mi ombligo pero me hac�a muchas cosquillas,
hasta el punto de que era una molestia, a pesar de que no le dije nada
ella lo percibi� y no sigui� haci�ndolo, sigui�
bajando y, para mi sorpresa, lleg� con su cara a mi pene, lo tom�
con una mano y se lo pas� por los cachetes de su cara, luego de
unos segundos lo arrim� a sus labios y le propin� unos besitos
muy suaves en la punta, no se atrev�a a m�s, por lo que decid�
no decirle nada, me hubiera gustado que siguiera y que abrazara la cabeza
ardiente de mi pene con sus labios, pero call�. Ella se incorpor�
volvi�ndose a recostar a mi lado y le pregunt�:



- �Quer�s sentirme
dentro de ti?



- S�, ahora siento que lo
necesito, quiero sentir una penetraci�n placentera por primera vez
en mi vida. - Atr�s quedaron los d�as de autorrepresi�n
de Sonia y lo estaba haciendo conmigo, me puse encima de ella a lo que
respondi� abriendo las piernas para dejarme a mi acomodarme entre
ellas, inmediatamente estuve sobre ella, sintiendo el calor de la entrada
de su vagina en la punta de mi glande, a lo que mi pene respondi�
con un endurecimiento superior al que ya ten�a, estaba tan cerca
que pod�a sentir un peque�o y suave latir de sus labios,
no me apur�, empujando suavemente penetr� apenas un cent�metro
m�s sin dejar de mirar la expresi�n de su rostro, ella hab�a
cerrado los ojos y el resto de su cara ten�a una expresi�n
relajada, aflojando mi presi�n volv� atr�s el corto
camino recorrido para volver a entrar, esta vez un poco m�s, hab�a
colocado la mitad de la cabeza de mi miembro en su interior, sus suspiros
eran muy fuertes, estaba esperando la plena penetraci�n, pero yo,
sin intenciones de torturarla, me hab�a propuesto que esta penetraci�n
la iba a disfrutar con todo su cuerpo y de nuevo retroced� el camino
andado, aguard� unos segundos para volver a entrar, esta vez, hice
que toda la cabeza de mi pene estuviera en su interior, y comenc�
a mover mi cintura de manera tal de salir y entrar pero nunca llegu�
m�s all� de donde hab�a llegado hasta ahora, yo me
contuve, sent�a que mi orgasmo estaba pronto a llegar pero quer�a
que este acto fuese m�s placentero para Sonia que para m�,
quer�a lograr que llegara a su orgasmo sin mayor penetraci�n
que la que estaba aplicando, no tard� mucho, en menos de un minuto
Sonia se retorc�a en un orgasmo terrible, tan as� que yo
tem� por su agotamiento antes de que concluyera con mis intenciones,
en medio de su fuerte orgasmo, era el punto que yo esperaba, hice que mi
penetraci�n fuese completa, llegando a sentir que tocaba la pared
superior de su �tero y de esta manera comenzar un coito completo,
sal�a hasta dejar solamente un par de cent�metros dentro
de ella, entraba mi pene en su totalidad y as� sucesivamente, de
nuevo sent� los espasmos de mi orgasmo, contuve la eyaculaci�n
otra vez, trataba de contenerlo hasta el pr�ximo de ella, no tard�
mucho en tener otro orgasmo tan fuerte como el anterior a lo que aprovech�
para sacar mi pene de su interior justo en el momento que soltaba mi eyaculaci�n,
cayendo esta en todo su vientre y algunas gotas llegaron a chocar contra
sus senos, su ombligo conten�a un charquito blanco provocado por
m�, me retir� de encima de ella y me recost� de nuevo
a su lado, para mi sorpresa, ella se pas� un dedo por su ombligo
y lo llev� a sus labios como quien prueba un dulce, cre�a
que Sonia era incapaz de un acto as�, pero creo que estaba presenciando
el nacimiento de una nueva Sonia. Me mir� con un gesto p�caro
y se incorpor� para poner su cuerpo sobre el m�o, se apret�
a m� y hasta hizo un movimiento de manera tal que nuestros cuerpos
quedaron impregnados de mi semen. En ese mismo instante, ella me dijo:



- Uy... mir� c�mo
nos ensuciamos. - - S�, lo veo - contest� con un gesto m�s
p�caro que el de ella - vamos a tener que ba�arnos.



- Bueno, pero primero dejame descansar
un poco, me dejaste agotada.



- Por supuesto, mientras vos descansas
yo me ducho.



Dije esto sin sentirlo as�,
yo tambi�n me sent�a agotado.



- No. �Est�s loco?
�C�mo te vas a duchar solo? A ver si te resbal�s y
te caes, no se�or, nos ba�amos juntos. - A lo que respond�
con una corta carcajada y una mirada de complicidad. Descansamos un rato,
abrazados, bes�ndonos suavemente los labios, a veces no tan suavemente
y nuestros besos eran muy apasionados. Estuvimos as� hasta que Sonia
fue la que rompi� el silencio:



- Estoy muy agradecida mi amor.
Quiero que sepas que soy toda tuya, que nunca te voy a decir que no a nada,
quiero experimentar todo lo que se nos ocurra, pero lo quiero hacer contigo
y con nadie m�s.



- No Sonia, vos no sos m�a
ni de nadie, nadie pertenece a nadie y yo tambi�n estoy muy agradecido
con vos, me entregaste tu virginidad y eso no tiene precio.



- �Mi virginidad? Pero si...



Antes de que continuara hablando
sell� sus labios con un beso, lo que ella entendi� perfectamente,
si bien yo no fui el que atraves� su himen, fui el primero que le
proporcion� placer. Nos levantamos y nos dirigimos hacia el cuarto
de ba�o, lo hicimos abrazados y bes�ndonos, creo que debimos
de haber tardado unos cinco minutos para caminar dos metros, mi pene ya
estaba erecto de nuevo y Sonia lo mir� con su mejor cara de p�cara.
Una vez en el cuarto de ba�o, me dijo que ten�a ganas de
orinar y se dirigi� hacia el inodoro con intenciones de sentarse
en �l, a lo que le dije:



- No, por favor, ah� no,
hazlo ac�, bajo la ducha y sobre mi pene. - A ella se le not�
un brillo especial en su ojos y un gesto de asombro, pero camin�
dos pasos hacia m�, me abraz� por la cintura y, levantando
una pierna hacia mi comenz� a orinar relajada, yo me agach�
un poco para que su hilito dorado pudiera mojar mi pene como yo quer�a,
al sentir su calorcito abrazando todo el cuerpo de mi pene, este se me
puso m�s duro todav�a, cuando hubo acabado, le ped�
que no bajara su pierna que descansaba sobre un costado de mi cadera, yo
tambi�n ten�a ganas de orinar y me dispuse a hacerlo apuntando
a su cl�toris, lo que le provoc� una sensaci�n de
placer a juzgar por sus gestos y su mirada, no toda mi orina fue a dar
contra su cl�toris, yo me iba moviendo hasta llegar a la entrada
de su vagina, y enviar el resto all� adentro.



- Si hace unas horas alguien me
hubiera dicho que yo iba a mear a alguien o que alguien me iba a mear a
m�, podr�a haber vomitado de asco, pero esto fue hermoso
mi amor. Estoy muy feliz de haberlo hecho. Ahora se, m�s que antes,
que todo lo que me pidas va a ser para provocarnos placer. - Al o�r
estas palabras lo �nico que se me ocurri� hacer fue darle
un beso. Luego abr� la ducha y nos metimos debajo, ella me enjabon�
a mi primero, cuando le toc� enjabonar a mi amigo lo hizo con tal
suavidad y dulzura que este se endureci� m�s todav�a,
cosa que me sorprendi� sobremanera, luego yo hice lo mismo con ella,
le enjabon� todo el cuerpo, me detuve en sus pechos, enjabon�
su entrepierna qued�ndome algo m�s sobre su cl�toris
para luego enjabonar su espalda y su trasero, llegado a este punto, Sonia
se puso de espaldas a m� y con un movimiento de cintura envi�
su cola exageradamente hacia atr�s, me entretuve demasiado con su
ano y el jab�n, al punto de que un dedo entr� sin querer
y sin problemas dentro de su agujero, de su boca se escap� un gemido
de placer, no lo hab�a pensado pero en ese momento se me ocurri�
que pod�amos gozar ambos de ese lado, segu� enjabonando y
prob� introducir dos dedos dentro de su ano, sus gemidos fueron
a�n m�s intensos, comenc� a entrar y sacar mis dedos
sin problemas y de repente Sonia me dice entre suspiros:



- �Qu� lindo mi amor!
�C�mo me gusta! - Al escuchar esto dej� un rato su
ano para enjabonarme yo mismo el pene, me agach� un poco para ponerme
a su altura y apoy� a mi amigo en esa entrada tan estrecha pero
relajada, intu� que si lo hac�a bien y sin desesperarme no
habr�a dolor, s�lo placer y comenc� a empujar suavemente
dentro de su ano, este no ofreci� mayor resistencia, pero no hab�a
puesto ni la cabeza dentro de el, s�lo estaba en el tr�mite
de provocar la dilataci�n, aflojaba la presi�n y volv�a
a empujar, quer�a que se dilatara solo, sin provocarlo con mis embates,
retir� mi pene para pasar m�s jab�n por ese agujero
que se me hac�a cada vez m�s dulce, al enjabonar presionaba
m�s con el jab�n de lo que hab�a hecho con mi pene,
pude hacer que se lubricara el interior con la misma espuma ayudado con
mi dedo �ndice, cuando consegu� esto y Sonia no hac�a
m�s que gozar, me decid� a ir m�s adentro, apoy�
mi pene en esa entrada divina y empuj� suavemente hasta que luego
de unos cuantos segundos entr� toda la cabeza de mi amigo en ese
t�nel oscuro, no sin inconvenientes pero sin dolor, cosa que le
pregunt�:



- �Te duele?



- No, siento un escalofr�o
que me recorre todo el cuerpo, como el que siento un rato antes de acabar,
pero no me duele.



Entonces comenc� un movimiento
de salir y volver a entrar pero sin pasar el l�mite al que ya hab�a
llegado, ella se retorc�a de gozo y en una de mis entradas fue Sonia
la que empuj� hacia atr�s provocando que mi pene penetrara
completamente en su canal anal.



El grito que escap� de su
boca no fue de dolor, seg�n ella misma dijo en ese mismo instante,
porque me dijo que estaba gozando mucho, mis movimientos comenzaron de
nuevo, en este momento el recorrido era m�s extenso, mi amigo sal�a
y volv�a a entrar, pero esta vez en toda su plenitud, de repente
Sonia se convulsiona en lo que a m� me pareci� el mejor orgasmo
que ten�a ese d�a, y yo segu�a con mi movimiento,
sin exagerar, calculo que ese orgasmo (o esos orgasmos) debi� durar
como medio minuto, el mismo tiempo que me llev� a m� llegar
al m�o para eyacular dentro de su culito precioso, no me mov�
m�s y ella se incorpor�, pero ninguno de los dos hizo movimiento
alguno para intentar sacar mi pene de su ano. Dando vuelta su cabeza busc�,
con su boca la m�a y nos besamos as� hasta que mi pene perdi�
totalmente su erecci�n y sali� solito del lugar que lo cobijaba;
hecho que aprovech� Sonia para voltearse totalmente hacia m�
y continuar bes�ndonos.



Terminamos de ba�arnos y
nos fuimos a la cama, con todas las intenciones de acostarnos a descansar,
de repente ella me dice:



- Tengo ganas de hacer pop�.
�Quer�s venir?



A lo que respond�:



- No. Ahora no, en otra oportunidad.



En realidad, no se me ocurr�a
nada que nos provocara placer con la caca; me acost� y me qued�
dormido antes de que Sonia volviera del ba�o, no me hab�a
dado cuenta pero estaba destruido, mientras dorm�a, en sue�os
recordaba la sensaci�n que me hab�a provocado la desfloraci�n
del ano de Sonia, sent�a c�mo me apretaba todo el pene, c�mo
(gracias al jab�n) entraba y sal�a como si fuera una vagina
muy estrecha y c�mo Sonia lleg� a un orgasmo terrible que
no me explicaba c�mo tuvo fuerzas para llegar hasta la cama.



No s� cu�nto tiempo
estuvimos dormidos pero ya eran las diez de la noche cuando Sonia se despert�
antes que yo y se propuso despertarme de la forma m�s agradable
posible, bes�ndome en los labios y acariciando mi pene, cuando logr�
despertarme yo le sonre� y me dijo que ten�a hambre, fue
ah� cuando mir� el reloj y me percat� de la hora,
seg�n mis c�lculos debemos de haber dormido alrededor de
cuatro horas.



- Bueno - le contest� - vos
viviste en este barrio. �Hay alg�n buen restaurante por ac�?



- S�. Ac� a la vuelta
hay un restaurante chino de esos de tenedor libre. - - Entonces vamos a
comer.



Nos levantamos y Sonia se puso su
vestido encima de su cuerpo desnudo, como no era un vestido muy sexy no
se notaba que no ten�a ropa interior, yo la imit� y me puse
los pantalones sin mis calzoncillos, y mi camisa, salimos y llegamos al
restaurante, nos sentamos y un chino de alrededor de los treinta a�os
se apresur� a recibirnos y acompa�arnos a una mesa apartada,
creo que algo se nos notaba en las caras. Nos indic� que la comida
era autoservicio y que �l nos traer�a las bebidas que elijamos,
nos recomend� una marca de vino que yo no conoc�a y que quise
probar, Sonia acept� cuando le pregunt� y nos alcanz�
una botella de vino rosado y algo dulce, cosa que pude comprobar cuando
me sirvi� un poco para degustarlo y cuando le di mi aprobaci�n
nos sirvi� a ambos, antes de que se retirara le ped� que
me recomendara alg�n plato, lo que me respondi� con un nombre
en chino que no entend� y se debi� de notar en mi rostro,
porque inmediatamente el chino me dijo que era lo que estaba en la tercera
bandeja de la derecha, y que a la se�orita le recomendaba la de
al lado.



Me levant� con los dos platos
y serv� exclusivamente lo que nos recomend� el chino, no
mucho, por si no nos gustaba cuando lo hubi�ramos probado, fui con
los dos platos hacia la mesa y nos dispusimos a probarlos no sin antes
proponer un brindis



- Por la nueva Sonia - dije



A lo que Sonia respondi�
levantando su copa y sonroj�ndose de nuevo. Cuando observ�
lo que conten�a mi plato, antes de probarlo, pude observar que era
una especie de guisado con brotes de soja, algunas legumbres y carne que
ten�a sabor a fruto de mar, no era pescado, al menos alguno que
yo conociera porque su color era amarronado similar al del pollo, pens�
que ser�a alg�n marisco. Era un plato exquisito.



Nos servimos otro plato de eso mismo
que nos hab�an recomendado y cada uno prob� el del otro,
el de Sonia tambi�n era riqu�simo, luego nos servimos otro
plato pero ya buscamos otras cosas, no comimos lo mismo, yo me serv�
un par de mejillones a la provenzal, un poco de calamares de similar preparaci�n
y lo acompa�� con una ensalada de brote de soja, a lo que
le agregu� un poco de tomate y de lechuga; Sonia se sirvi�
una ensalada similar a la m�a pero para acompa�ar a una porci�n
de carne vacuna.



Realmente ten�amos mucho
apetito, porque ya �bamos por el tercer plato, en realidad ser�a
el segundo porque del primero serv� muy poco. Cuando pas�
por al lado del mismo se�or que nos atendi� le ped�
que nos acercara otra botella de vino, cosa que hizo al instante. Llegamos
al postre y nos sirvieron, a pedido nuestro, un helado de chocolate para
mi y otro de frutillas para Sonia.



Nos quedamos haciendo sobremesa
bastante tiempo, casi una hora m�s luego de haber terminado nuestros
platos, esto lo hicimos, m�s por m� que por Sonia, porque
ella me hab�a excitado con su piecito sobre mi entrepierna y yo
ya no me pod�a parar sin que se me notara la erecci�n, que
no bajaba, puesto que yo, ahora, estaba con un pi� entre sus piernas
y con el dedo gordo dentro de su vagina, masturb�ndola de esta manera
hasta que le sobrevino un orgasmo.



Volvimos al hotel, cuando el conserje
nos dio nuestra llave le dije que quiz�s nos quedar�amos
un d�a m�s, agradeci� mi aviso y nos fuimos a la habitaci�n.
Nos desvestimos, nos besamos, Sonia me acarici� el pene y se agach�
con intenciones de llev�rselo a la boca, esta vez lo tom�
con una mano y acarici� toda la cabeza con sus labios, me mir�
desde abajo y me dijo que quer�a hacerlo, que ten�a muchas
ganas de hacerlo pero que no sab�a c�mo y no quer�a
que no me gustara ni hacerme da�o, yo le dije que comenzara que
le iba a ir indicando, aprendi� r�pido, aprendi� incluso,
a dejar descansar a mi amigo en su garganta sin que le dieran arcadas,
tanto hizo que yo ya estaba al borde del orgasmo, le avis� lo que
pasaba pidi�ndole que se retire, a lo que respondi� con una
negativa porque quer�a saber qu� se siente y sigui�
con su felaci�n hasta que acab� eyaculando en el interior
de su boca, fue una eyaculaci�n terrible, estuve m�s de veinte
segundos mandando mi semen al interior de esa boquita que tantas veces
hab�a besado ese d�a, no s� d�nde iba a parar,
porque por los costados de sus labios no se escapaba nada, cuando termin�
se levant� y me bes� apasionadamente, permiti�ndome
sentir el sabor de mi propio semen en su boca, diciendo:



- �Qu� feliz que soy
haci�ndote gozar! �Gracias por darme la oportunidad de sentirme
tan mujer por primera vez en mi vida! - A lo que respond� con otro
beso apasionado, yo no sab�a qu� decir, me hab�a quedado
sin palabras. Nos acostamos y yo le ped� que nos durmi�ramos,
que no era bueno hacer el amor despu�s de comer porque se corta
la digesti�n, me mir� con cara de nena caprichosa a la que
la mandan a estudiar cuando quiere mirar televisi�n y asinti�
no de buena gana, ella se dio vuelta d�ndome la espalda, yo pens�
que se habr�a enojado, que no hab�a entendido mi razonamiento
pero me equivoqu�, Sonia pas� una mano por detr�s
de ella buscando mis test�culos, los que acarici� muy suavemente
provocando una erecci�n superior a la anterior, yo no lo pod�a
creer, no pod�a creer que tuviera una erecci�n as�
luego de todo lo que hab�a pasado ese d�a, pero en ese momento
se me cruz� por mi mente la imagen del chino que nos atendi�
en el restaurante, el vino, y el plato que nos hab�a recomendado,
estaba seguro de que se tratar�a de alguna combinaci�n de
comida y bebida con atributos afrodis�acos.



Cuando Sonia se percat� de
mi erecci�n me dijo que no me preocupara, que ella iba a hacer todo
para que yo no tuviera una indigesti�n y tomando mi pene con su
mano derecha se lo fue arrimando a la entrada de su ano, se movi�
muy lentamente, trataba de no moverme a m� por nada del mundo, hizo
un r�pido movimiento de cintura hacia atr�s que provoc�
que la cabeza de mi amigo entrara en su ano, pero a ambos nos doli�,
estaba todo muy seco, se lo sac�, se puso la mano en la boca y procedi�
a mojar tanto su agujero como mi pene con reiteradas idas y venidas de
su mano hacia su boca y vuelta a su ano o a mi pene.



Lo volvi� a intentar y esta
vez la penetraci�n no tuvo ning�n inconveniente, ella se
mov�a con mi pene dentro de su rabito y yo acompa�aba los
movimientos, como a modo de broma me dijo con aire ir�nico:



- No, vos dejame a m�, no
vaya a ser cosa que se te corte la digesti�n. - Yo me sent�
mal por esa expresi�n pero ya sab�a lo que era despertarse
en medio de la noche con ganas de vomitar debido a hacer el amor despu�s
de cenar y no sab�a c�mo dec�rselo, estaba gozando
tanto con la sodomizaci�n que ella misma hab�a provocado
que no encontraba palabras para decir nada que no fuera como "me gusta"
o "c�mo te quiero".



Estuvimos as� algo m�s
de cinco minutos (creo que los siete del promedio del que hablan las estad�sticas)
cuando llegamos a un espectacular orgasmo los dos juntos, ya no me cab�a
ninguna duda, lo que el chino nos hab�a recomendado ten�a
capacidades afrodis�acas, no pod�a ser que yo todav�a
estuviera eyaculando como si fuera el primer orgasmo del d�a.



Nos quedamos dormidos en esa misma
posici�n, yo todav�a con mi pene dentro del ano de Sonia
y ella abraz�ndome tomada de una de mis nalgas como queriendo que
yo no saliera de dentro de ella.



Nos despertamos pasado el mediod�a
del domingo y fuimos a almorzar al mismo restaurante, no estaba el chino
que nos hab�a atendido la noche anterior, pero pedimos el mismo
vino y comimos lo mismo que nos hab�a recomendado, volvimos al hotel
y tuvimos un d�a de sexo y lujuria como si nada hubiera pasado el
d�a anterior, ya pasaron quince a�os de esto, tanto Sonia
como yo nos recibimos de ingenieros y estamos casados, tenemos nuestra
propia empresa y todos los fines de semana volvemos al mismo hotel y comemos
en el mismo restaurante. No tuvimos hijos, pero porque la vida no nos los
dio, creo que por un poco de ego�smo tampoco consultamos a un profesional
para saber el motivo y hacer alg�n tratamiento, de ser necesario.
Estamos muy bien juntos, tanto como ese primer d�a, ella me tiene
a m� y yo la tengo a ella.



Nos amamos.


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Relato: Sonia
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