--- EL CHANTAJE ---
Todo comenz� en una empresa filial de otra de mayor
reputaci�n, donde yo trabajaba. Si algo sobresal�a en esa empresa, era la que
fue mi jefa, la presidenta de la empresa. Era m�s o menos joven como yo, y ella
estaba all� "de enchufe" puesto que era la hija del due�o de la empresa, que
hac�a poco que se jubil�. Ten�a muy mal car�cter, era muy mandona, muy
manipuladora. Aunque eso s�, los trabajadores que no �ramos jefes de ning�n
departamento de la empresa y no ten�amos trato con ella, admir�bamos su
espectacular f�sico. Era alta, delgada, pelirroja de ojos verdes, con unos
pechos bastante grandes y culo redondeado y bien trabajado. Era de suponer que
la ni�a rica iba a un gimnasio y se le notaban algunas operaciones est�ticas en
la cara, que se la hab�an dejado preciosa. Por desgracia para nuestras
ilusiones, la se�ora Mar R.D. estaba casada; ya tan joven, con menos de 25 a�os.
No hace falta decir que ser�a un casamiento que hacen estos ricos entre sus
hijos, m�s por inter�s en los negocios entre ellos, por supuesto. Y a�n encima,
no pod�amos admirar tal belleza "en toda su extensi�n", ya que siempre iba
vestida muy "tapada": ni escote, ni faldas en el trabajo. S�lo la pudimos ver
con escote y ense�ando pierna en los vestidos que llevaba a esas cenas entre
negociantes, a trav�s tan s�lo de fotos que consegu�amos mis compa�eros y yo muy
dif�cilmente...
Durante un tiempo, comenzaron a circular rumores de la
dif�cil situaci�n econ�mica que atravesaba la empresa. Por ese motivo, la bella
Mar estaba insoportable y no toleraba fallos por aquel entonces; adem�s, tambi�n
se sab�a que iba reducir la plantilla de trabajadores para reducir gastos. Entre
el gremio de trabajadores, hab�a una tensi�n impresionante; todos hac�an su
trabajo a la perfecci�n para dar a los jefes de departamento una buena impresi�n
y evitar perder el empleo. Yo, que siempre realizaba satisfactoriamente mi
trabajo, tuve un fallo importante en ese precario momento. Era un cliente muy
cabez�n, y cada vez que me esforzaba en explicarle la soluci�n viable para lo
que �l me ped�a (hab�a otra, pero econ�micamente negativa para la empresa). Al
final, comenz� la conversaci�n a subir de tono, y el cliente me comenz� a
recriminar casi chillando. En ese momento, la mala suerte se ali� conmigo,
puesto que acababa de llegar la presidenta Mar, y presenci� la escena. Se llev�
al cliente y lo trat� ella personalmente a la vez que me ech� una mirada
amenazante mientras se lo llevaba. Cuando el cliente cabr�n se fue, Mar llam� al
jefe de departamento donde yo estaba, I�aki, para reunirse con �l. Acab� mi
trabajo como siempre sin darle mayor importancia al asunto.
A los dos d�as, la carta de despido. No pod�a consentirlo; a
pesar de ser soltero, tener bastante ahorrado y poder conseguir otro trabajo; no
cre� que fuese a conseguir otro econ�micamente factible como ese. Me dirig� como
una bala a la empresa, muy nervioso; y al primero que me encontr� fue a I�aki,
el jefe de departamento. Yo, con los �nimos encendidos le ped� explicaciones
sobre el asunto; era el primer fallo que comet�a de tales dimensiones en los
casi tres a�os que llevaba en la empresa. �l, que sab�a que era buena persona,
me tranquiliz� lo que pudo; y me dijo que hizo todo lo posible para que no
despidiera, pero me coment� que tal y como est� la presidenta por la crisis
econ�mica, era imposible hacer algo cuando piensa en reducir plantilla y se
presenta un caso como el m�o. En fin, me desped� de �l e intent� lo �ltimo;
hablar con Mar. Era lo �nico que me quedaba por hacer.
Sub� a la �ltima planta donde tan s�lo se encontraba una sala
de reuniones bastante grande y el enorme despacho de Mar, la cachonda
presidenta. Me acerqu� y en la entrada de la puerta hab�a una especie de
"preentrada" al despacho, en el cual estaba una mesa, con Leticia, la
secretaria; a la que conoc�a bastante bien. Nos saludamos y me pregunt� si ten�a
cita previa. En teor�a, nadie pod�a ir all� sin ella. Era obvio que no la ten�a,
por lo que con la buena amistad que nos un�a hizo una excepci�n y me coment� que
tendr�a que esperar a que terminase su "reuni�n" (me lo dijo en tono ir�nico),
ya que no era de negocios; sino compa�eros ricos y pijos suyos. Despu�s de
solidarizarse por mi despido, y ya en plan de cotilleo, me coment� que estos
amigos frecuentaban bastante por all�, como una o dos veces por semana; y que
nunca pudo escuchar lo que dec�an ya que estaba muy bien insonorizado el inmenso
despacho. Con la conversaci�n m�a y de Leticia fue pasando el tiempo, hasta tal
punto de que la secretaria acab� su horario laboral y se fue para casa
record�ndome que esperara ah� hasta que salieran y poder hablar con Mar. Me
dese� suerte y se despidi�.
Nada m�s a los cinco minutos, no pude resistir entreabrir la
puerta un poquito para ver qui�n hab�a en el interior. Estaba ella, Mar. Me
sorprendi�; vest�a provocativa, seguramente tendr�a alg�n armario de all� para
ponerse como una colegiala: con aquella minifalda roja, y camiseta de tirantes
blanca con un escote considerable en el que se le marcaban sus preciosas y
grandes tetas. De espaldas a m�, pude ver a dos chicas de m�s o menos la misma
edad que ella, y por tanto yo tambi�n; estaban sentadas y no pude fijarme muy en
detalle en ellas pero pude observar que tambi�n vest�an ropa ajustada y sexy. A
su lado, otro chico tambi�n sentado, tambi�n de la misma edad, supuse. Ese
chico, en el momento en que abr� la puerta, dijo "o� el ruido del ascensor, tu
secretaria se acaba de ir". Mar respondi� "Pues entonces podemos comenzar ya,
Leo (de Leonardo supongo), cari�o". Se levant� y camin� hacia el tal Leo; se
arrodill� y le baj� la cremallera del pantal�n elegante que llevaba junto a
chaqueta y corbata. Busc� con la mano y mientras soltaba una risa mir�ndole a
los ojos que jam�s le vi por aquello de su mal car�cter; sac� al exterior la
verga de Leo. Comenz� a darle un lento movimiento de vaiv�n para despertarla un
poquito, y a continuaci�n se la meti� entera en la boca; comenz� a chuparla
cuidadosamente. Leo cerr� los ojos y volvi� la cabeza hacia atr�s a la vez que
soltaba peque�os suspiros de placer en ocasiones. Volv� la mirada hacia las
otras dos chicas. Una de ellas, que no estaba muy cachonda, ya se estaba
masturbando su co�o viendo la escena mientras le dec�a a la otra: "Me estoy
poniendo muy cachonda, Jessi". "Yo tambi�n". Y acto seguido juntaron sus bocas y
entrelazaron sus lenguas mientras se acariciaban los senos mutuamente.
Mi instinto mal�volo se activ�. Mar, la presidenta, �estaba
casada!. Si esto se supiese, el esc�ndalo ser�a mundial, supongo que perder�a la
empresa, a su marido, y el respeto... y con lo cachonda que estaba no pod�a
desperdiciar la ocasi�n de foll�rmela, y con premio doble extra por las dos
muchachas que la acompa�aban. Ide� un plan que no ten�a por qu� ser muy dif�cil.
Cuando ya lo hab�a pensado abr� de golpe la puerta. Se me quedaron mirando
todos, semidesnudos, y con la polla del otro empinada. Con tono ir�nico y
caminando por el despacho largu� mi discurso:
"Vaya, vaya, vaya... As� que no sab�a yo que adem�s de puta
en los negocios, despidiendo empleados; es usted puta de verdad".
"�C�mo se atreve?. L�rguese, esto no le incumbe" me replic�
Mar.
"Claro que incumbe. Incumbe a todo aquel que sepa que est�
CASADA y se est� tirando a sus amiguitos �eh?" respond�.
El tal Leo ven�a hacia m� dispuesto a pegarme una somanta de
pu�etazos, pero apur� a decir: "Tranquilo amigo. Llevo cinco minutos espiando
fuera, y he sacado unas fotos de vuestras bonitas reuniones (era falso. A�n as�
llevaba mi m�vil con c�mara en el bolsillo por si acaso, ya que todav�a estaban
semidesnudos), las he llevado a mi coche y est�n guardaditas. Ahora he subido
aqu� y pretendo negociar mi despido. Supongo que se acordar� de m� �eh, zorra de
mierda?".
"Leo, si�ntate. �Y como negocio yo con usted ese despido y
como s� que tiene esas fotos?".
"Lo de si yo tengo esas fotos lo dejo a su decisi�n: yo me
podr�a ir por esa puerta y ma�ana podr�a o no podr�a ser presidenta. El negocio
del despido comienza cuando saque un tal�n bancario. De lo contrario... ya
sabe."
"No te arriesgues Mar. Dale pasta a este cabr�n para que
muera el asunto" dijo aquella que o� que se llamaba Jessica.
"Est� bien. Venga".
Se sent� en una mesa y comenzamos a negociar una "m�dica"
cantidad. Logr� despellejarla por completo... Tom� el tal�n.
"Ah� lo tiene. Ahora tr�igame esas fotos. Pero... un momento
�espere!." dijo Mar.
Habl� con un guarda de seguridad de la puerta principal del
edificio y le orden� que me "acompa�ara" para evitar que me escapase. Eso trunc�
un poco mi plan. Entonces le dije a Mar que no le comentase nada de m� al guarda
para que no se quedase con cu�l era mi coche; que si no, ya sab�a que todo pod�a
volverse en su contra. Por eso se limit� decirle al guardia que me acompa�ara al
coche asegur�ndole que era por pura cortes�a. Fui al coche y escond� el tal�n
bancario. Me adentr� en el solitario y enorme edificio de nuevo, y llegu� con el
guardia hasta la tercera planta del despacho de la zorra Mar. Abr� la puerta y
le dije al guardia que ya se pod�a ir de nuevo a la puerta principal,
sonri�ndole y dando las gracias. Cuando entr� de nuevo en el despacho ya se
hab�an vestido de nuevo. Lo primero que hice fue desconectar el telefonillo de
contacto con el guarda de seguridad y con todo el edificio, pero estaba vac�o.
Mi plan se enderez� de nuevo.
"Y bien. �Donde est�n las jodidas fotos?" dijo Mar.
"Est�n fuera, en el edificio, pero escondidas, a�n falta una
parte del pago del despido" le contest�.
"�Eso no era lo acordado! �No tiene suficiente con todo lo
del tal�n? �Qu� quiere?".
"Oh. Es que me has puesto cachondo con esa ropa que llevas,
Mar. Y tus amigas tampoco est�n tan mal. (Jessi era la que estaba menos
cachonda, aunque ten�a un buen culo. La otra, que se llamaba Noelia, era un
ca��n de mujer; estaba tan buena como la puta de Mar, ten�a unas curvas
impresionantes y era rubia de melena larga) Me gustar�a no interrumpir lo que
ibais a hacer antes de que llegara".
Me dirig� hacia Mar y la comenc� a sobar un poco con la ropa
puesta. Sab�a que no ten�a m�s remedio que dejarse llevar hasta que consiguiera
esas fotos (que en realidad, no exist�an...). Por fin iba a probar aquella fruta
prohibida. Sob� aquellos pechos preciosos por encima de la ropa y met� una mano
por debajo de la minifalda. La muy puta no llevaba ropa interior, iba ya
preparada para follar despu�s de que se fuera la secretaria... Parec�a que le
iba gustando lo que le hac�a con los dedos en su depilado co�ito, que soltaba
suspiros y casi se hab�a olvidado que el que se lo estaba haciendo era el cabr�n
que la hab�a pillado fornicando. Casi me olvidaba de los otros presentes... Al
Leo lo pod�a echar de all�, pero si lo dejaba marchar pod�an surgir
complicaciones as� que lo mand� a un rinc�n con la que no estaba cachonda,
Jessica. A la t�a ca��n, Noelia; la mand� venir hacia donde est�bamos Mar y yo.
Saqu� mi verga y Mar estaba tan excitada, era tan puta, que ya no esper� a que
le ordenara que me la mamara sino que ya se lanz� a por ella y comenz�
chup�rmela. Mientras a Noelia la comenc� a desvestir. Ella llevaba un tanga
min�sculo y un sujetador rojo. Le acarici� con una mano los pechos y con la otra
le quit� el tanga hasta las rodillas y qued� descubierto su sexo, con escaso
vello p�bico, que le daba cierto atractivo. Mientras Mar ahora ya le daba
verdaderas chupadas de puta a mi polla, le desabroch� el sost�n a Noelia; y
aunque a lo lejos divisaba unos pechos bastante peque�os, me llev� una tremenda
sorpresa con aquel par de pezones enormes, duros como una piedra. Me lanc� como
un beb� a succionarlos con desesperaci�n. Los mordisqueaba, chupaba, rodeaba con
mi lengua... y a esta tampoco le import� que fuera un cabr�n chantajista puesto
que soltaba varios peque�os gemidos de placer, ya que ella se tocaba su chocho
al mismo tiempo. As� continuamos hasta Mar se hart� de chup�rmela; fue ah�
cuando la acost� hacia arriba en su mesa enorme de presidenta y le clav� mi
verga por su co�o ya bien lubricado hasta los huevos de golpe; lo que provoc�
que emitiera un grito de placer profundo, que repetir�a con gemidos sonoros cada
vez que mi verga entraba y sal�a de su co�o de zorra. Expand� un brazo y alcanc�
el de Noelia, quien se subi� a la mesa y se puso encima de Mar. La empez� a
besar profundamente y continuamente, solamente interrumpido cuando alcanzaba
orgasmos, que no pod�a evitar chillar como una loca. La posici�n de Noelia me
permiti�, en la medida de lo posible (ya que estaba embistiendo a Mar),
acariciarle su cl�toris erecto y besarle alguna que otra vez el ojito de su
bello trasero; lo que le provocaba tambi�n enorme placer y ya eran dos las que
gritaban, gem�an de placer y manaban flujos vaginales en abundancia. Esa
posici�n tan placentera, me permiti� ver que en el rinc�n al que hab�a mandado a
Leo y Jessica, �stos no perd�an el tiempo. Jessica estaba apoyada contra la
pared, con la cara ya manchada de semen, y que estaba siendo penetrada por el
co�o por Leo, quien la sosten�a en el aire apoy�ndola como dije en la pared,
puesto que no hab�a otro "soporte" para hacerlo. Me dieron un poco de l�stima,
as� que empec� a hacerles gestos de que se vinieran al lado de donde est�bamos
follando la presidenta zorra, su puta amiguita y yo; ya que la mesa de la Mar es
muy amplia. Me vieron, se dirigieron hacia la mesa y se colocaron a nuestro lado
donde Leo, ahora m�s relajado, se follaba a Jessica con total dedicaci�n. Ahora,
estando m�s cerca, pude comprobar que Jessica gime como una descosida, mucho m�s
que las otras dos putitas juntas...
Viendo que Mar y Noelia estaban muy enrolladas una con la
otra; dej� de penetrar a Mar, y aprovecharon para comerse sus cuerpos: tetas,
co�os, culos, hicieron 69...etc. Yo me dirig� excitado por los gritos de placer
de Jessica que, como dije arriba, no est� buena; pero tiene un culo precioso,
muy grande, como el de las brasile�as... Me dirig� a Leo, muy ocupado en lo suyo
por lo que me paje� un poco vi�ndolos hasta que pude hablar con �l, para
comentarle mi intenci�n de hacer un sandwich a la putita de Jessica para ver
como gem�a con dos vergas en sus dos orificios �ntimos. Jessica protest�
diciendo que era virgen por su culo precioso. Al final la convenc� de que
alcanzar�a un placer inmenso y eso hizo que aceptase... Leo dej� de penetrarla y
le dije a Jessica que me la chupara un poco para lubricarla lo m�ximo posible,
hasta la met� dos veces en su co�o para lubricarla a�n m�s con sus flujos
vaginales... Leo se coloc� en la mesa de la presidenta con la verga mirando al
cielo, y Jessica se sent� y lo cabalg� durante un corto espacio de tiempo. Leo
la cogi� con los brazos y se la ech� hacia delante, bes�ndola, dejando su ano a
la vista. Ya decidido, comenc� a colocar la punta de mi polla en la entrada,
dando peque�os empujones, lo que le provocaba un poco de dolor a Jessica; que
como ten�a su boca ocupada con la de Leo no escuchaba sus quejidos. Poco a poco,
fue cediendo; y por fin se la clav� hasta los huevos y comenc� a penetrarla
analmente, al tiempo que Leo cog�a el fuerte ritmo que estaba marcando. Jessica
comenz� a chillar desesperadamente, incluso lleg� a derramar l�grimas por los
ojos de placer; sus gl�teos parec�an que iban a estallar de tanto botar, al
igual que sus tetas, que no dejaban de bailar al ritmo que la enculaba.
Noelia y Mar se excitaron tanto que quer�an tambi�n probar
aquello; por lo que se empezaron a meter dedos mutuamente en el ano para
lubricarlo y dilatarlo. Leo casi no pod�a darle fuerte ya que la posici�n no se
lo permit�a; as� que yo, que la enculaba de forma bestial, al tiempo que ella
chillaba y gem�a, le solt� toda mi rica leche dentro de sus entra�as; a lo que
ella lleg� a su en�simo orgasmo... Acabada la tarea con Jessica, me fui directo
a por las otras dos zorritas que me estaban esperando con sus culos dispuestos
hacia m�. Noelia a�n no lo ten�a suficientemente lubricado, por lo que me fui a
por mi querida zorra Mar. Se puso ella misma a cuatro patas y se la enchuf� sin
ninguna dificultad, por lo que comenc� a follarla por el culo con mis manos
sujetas en aquellas caderas y que en ocasiones las llevaba hacia sus grandes
pechos para pellizcarle suavemente los pezones, lo que le provocaba una
excitaci�n extra. Jessica segu�a cabalgando sobre Leo, el cual grit� que se iba
a venir. Jessica se apart� y sigui� las instrucciones de Leo: "�B�bela!�B�betela
todita Jessi!". Grandes chorros de esperma salieron de la verga de Leo, que
estaba casi inamovible de la excitaci�n incontrolada que lo pose�a. Jessica,
sumisa, obedeci� y se trag� todo lo que le descarg� Leo, quien era ahora el que
gem�a de placer. Debido a la gran cantidad de corrida expulsada por Leo, se le
quedaron algunos restos de semen en los labios, por la cara (de antes), y
algunos por sus pechos; fruto de la cubana que le hizo a Leo en la recta final
de su extraordinaria descarga de esperma. Jessica se tumb� rendida en un sof�.
Leo no perdi� el tiempo, puesto que Noelia estaba
acarici�ndose el cl�toris para no perder la calentura mientras yo enculaba a la
se�ora presidenta zorra. Ya ten�a su culo a punto, por lo que Leo no tard� en
colocarla hacia arriba en la mesa, coger sus piernas apoy�ndolas sobre sus
hombros y poseerla analmente. Y as� proseguimos un buen rato, follando analmente
a las dos zorras, hasta que a Leo y a m� nos vinieron las ganas de corrernos de
nuevo. Llam� a Jessica, que estaba medio ida de la follada que hab�a
experimentado, y le dije que se subiera a la mesa. Se tumb� en la mesa y saqu�
mi verga. Mar se coloc� al lado de Jessica y empec� a descargar leche por encima
de las dos, que tragaron todo lo que pod�an, aunque mucho se le derram� por sus
cuerpos; y ocurri� lo que quer�a: se empezaron a lamer la corrida de sus cuerpos
la una a la otra. Leo no aguant� para sacarla fuera por lo caliente que estaba y
se corri� en el culito de Noelia.
Y as�, aprovech� que estaban descuidados a�n por la
excitaci�n para vestirme y coger sin que se dieran cuenta un objeto negro
peque�o que hab�a en la papelera. Mientras miraban hacia m�, me dirig� a la
enorme cristalera que hab�a detr�s de la mesa de la presidenta Mar, abr� una
ventana, cog� el mechero y prend� fuego a aquel extra�o objeto; con el objetivo
de simular que era el recipiente donde se encontraba el carrete de la c�mara
fotogr�fica; lo dej� caer por la ventana. De lo contentos que estaban, se lo
creyeron. Me fui hacia la puerta y me volv� para echar una ojeada a como estaba
todo aquello: las cosas de la mesa de la presidenta por los suelos, la mesa
llena de flujos vaginales y semen, el cual estaba a�n lamiendo Jessica, mientras
Mar estaba recostada en el sof� abierta de piernas y exhausta con restos de
semen por la cara; por su parte, a Leo a�n le quedaron fuerzas para hacerle un
trabajito en el co�o de Noelia, por lo que estaba embadurnado en la cara de
corrida femenina.
De esta manera, me fui de all�; y con la pasta que me dio la
putita de Mar pude darme un mont�n de caprichos, y por supuesto, mantenerme
hasta que encontr� un trabajo como el que ten�a.
Eso s�, un requisito indispensable para elegir el trabajo fue
que mis superiores sean mujeres cachondas :-)