Quiero contarles por escrito una experiencia personal que me
ha llenado de incertidumbres. No acabo de comprender todav�a el porqu� de mi
comportamiento sexual.
Paso directamente a relatarles lo que me aconteci� una
determinada noche.
Me encontraba en mi casa. En mi dormitorio. A mi lado hab�a
una magn�fica mujer que estaba dispuesta a todo. Llev�bamos horas haciendo el
amor y yo todav�a no hab�a alcanzado ese momento culminante del acto sexual. Mi
problema es que se me hace dif�cil llegar al orgasmo. He ido al m�dico pero no
ha sabido que recetarme . Simplemente me ha indicado que no se trata de un
problema de impotencia.
Hab�amos estado realizando todo tipo de posiciones y posturas
que nos abriesen las puertas del placer. Ella disfrutaba de lo lindo pero yo
siempre me quedaba a medias. Se la met� por todas partes: el trasero, la vagina,
la boca y entre las tetas.
Ella acab� completamente satisfecha. En cambio yo me sent�a
frustrado y con una rara ansia de encontrar ese algo que me hiciese correrme de
puro gusto.
O�mos el ruido de una puerta al cerrarse. Era la de la calle.
Se trataba indudablemente de mi madre. Esto era el colmo. Primero no gozaba
plenamente y luego llegaba mi madre.
No nos daba tiempo a ninguno de los dos a escapar. All�
estaba ella mir�ndonos silenciosamente. Hab�a abierto la puerta de mi habitaci�n
pensando que no habr�a nadie dentro y vaya sorpresa se encontrar�a.
La chica sali� apresuradamente de la habitaci�n dej�ndonos
solos. Mi madre se qued� unos instantes mir�ndome de arriba a abajo y clavando
su mirada en mi falo en erecci�n., mientras se o�a abajo un portazo apresurado.
Y sali� del cuarto para entrar en el cuarto de ba�o.
Me qued� as�, un cuarto de hora sin poder moverme, con mi
coraz�n todav�a acelerado. Me levante y mir� al pasillo. Vi que la puerta del
cuarto de ba�o no estaba cerrada y mi madre chapoteaba en el agua. Me pareci�
que su respiraci�n era muy fuerte como si estuviese jadeando. Sent� que a mi
tambi�n me faltaba el aire. Mi pene alcanz� una erecci�n como no hab�a visto
jam�s .
No sab�a que hacer. Segu�a oyendo los suspiros.
Abr� aquella puerta y descorr� la cortina. All� estaba mi
madre, una mujer cincuentona, te�ida de rubia y tengo que decirlo, ajamonada,
sexy. Se estaba masturbando, con dos dedos dentro de su co�o.
�Qu� haces aqu� me dijo? � sin apartar su mirada de
mi largo cipote.
No pude aguantar m�s. Me met� tambi�n en la ba�era. Ella se
ech� hacia atr�s. El agua nos llegaba a los dos hasta la cintura. Ella se
abalanz� sobre mi y yo la sujete, apret�ndose contra mi, y yo la penetr�. Sus
pechos erectos aplastaban los m�os. El goc�, que sent�, la calidez, la humedad
era indescriptible. Nos comenzamos a agitar meneando el agua. Ten�a mi cara
totalmente pegada a la suya, y nuestros jadeos se convert�an en lamentos. Una y
otra vez. Me parece que est�bamos chillando. Sent� que me corr�a, una y otra
vez, incre�ble, y ella palpitaba y eyaculaba. El tercer y ultimo orgasmo que
tuve fue el m�s intenso, casi me doli�.
No puedo m�s- le dije. Y me sal� de la ba�era dando
tumbos.
El caso es que ahora no se que hacer, despu�s de lo ocurrido.
Si marcharme de casa. Quedarme. Volverlo a hacer....
De
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