62. ME ALEGRO POR TI...
Tras la conversaci�n, mi confesora me acompa�� en su coche
hasta el Danzatoria, nos despedimos justo antes de entrar en el local.
- Gracias por todo...
- No hay nada que agradecer �respondi� con una sonrisa.
- M�s de lo que crees.
- No le des m�s vueltas a la cabeza esta noche, entra ah� y
divi�rtete, te lo has ganado �dijo ella justo antes de alejarse de m�.
- �Espera! �exclam�-. Ni si quiera s� tu nombre...
- Ariadna... �respondi� con una sonrisa.
- Ariadna... bonito nombre �comentario t�pico cuando alguien
te dice su nombre y no sabes que decir, pero cierto en esta ocasi�n-. Yo me
llamo Juan...
- Encantada Juan, ha sido un placer.
- �Podemos volver a vernos?
- Claro... �respondi� sin vacilar-. Dame tu n�mero �a�adi�
mientras sacaba su tel�fono m�vil del bolso.
Le di mi n�mero de tel�fono y nos despedimos. Cuando Ariadna
cruz� la puerta de local y se perdi� entre la gente, empec� a tener ganas de
respirar otra vez la paz que hab�a sentido a su lado. Hay gente simp�tica, gente
con la que conectas, gente agradable, gente que te interesa... pero hay otro
tipo que est� por encima de todo eso, que tiene encanto, que tiene duende.
Ariadna era de ese tipo, era sencillamente magn�tica.
Por desgracia, la paz que acaba de experimentar volvi� a
transformarse en ansiedad cuando entr� de nuevo en el Danzatoria.
- �D�nde est� Carlos? �Le pregunt� a �ngel que estaba
bailando con el mismismo Diablo, el Diablo hecho persona en el cuerpo de Javier.
- Se ha ido...
- �Ido? �ad�nde? �Interrogu� perplejo.
- No s�, se ha ido con Valeria.
- Pens� que Valeria hab�a venido contigo...
- No, no... ha venido en su coche, pero Juan, no te
preocupes, tu hermano ya es mayorcito, sabr� cuidarse solito... �a�adi� �ngel
con una inoportuna sonrisa.
No respond�. Mir� a mi alrededor. Ruth y Jes�s se besaban
apasionadamente alejados del grupo. Natalia estaba a pocos metros de m�,
bailando con Marc bajo los evidentes efectos del alcohol. Toni y Paul hab�an
desparecido...
- �Ey Juan! �Bailas? �Grit� Natalia mientras me arrastraba a
su lado.
Sin tiempo para reaccionar, Natalia empez� a contonearse
frente a m�. Marc contemplaba la escena a escasos pasos de mi novia, expectante.
Sus brazos rodearon mi cuello y empez� a besarme. Marc se acerc�, y empez� a
bailar justo detr�s de ella, sujet�ndola por la cintura. Natalia qued� abrazada
entre los dos. Entonces Marc estir� sus brazos hasta posarlos en mi cintura. Lo
siguiente que sent� fue una mano desliz�ndose entre mi ropa interior y mi piel.
Unos dedos alcanzaron mi polla y empezaron a acariciarla a salvo de miradas
indiscretas.
- Basta �susurr�-. Has bebido demasiado... nos vamos �dije
mientras abandonaba el s�ndwich y arrastraba a mi novia camino de la salida del
local.
- Nos vamos... �dije yo tirando de �ngel con fuerza y
separ�ndolo del maldito Javier.
- �Eyyy! �Protest� Javier-. Estamos bailando...
- Ya no �respond� mientras arrastraba a Natalia hacia la
salida.
- ��Qu� haces!? �Pregunt� �ngel aturdido.
- �Nos vamos ya? �Interrog� Jes�s que vino a nuestro
encuentro.
- S�, nos vamos... d�selo al resto.
Caminamos hasta donde hab�a aparcado el Mercedes. No pod�a
dejar de pensar en Carlos y Valeria. Acaba de vivir la situaci�n de mayor
tensi�n sexual que hab�a tenido con Natalia desde que empezamos a salir, y fui
incapaz de aprovechar la situaci�n. Y no es que lo hiciese porque Natalia estaba
borracha y me parec�a poco �tico aprovecharme de ella, si no que lo hice porque
al sentir su mano acariciando mi polla, dese� que aquella mano fuese la de
Carlos. Carlos y Valeria �ad�nde habr�an ido?
- Pero t�o, tranquilo... nos has sacado casi a patadas del
Danzatoria �replic� �ngel.
- Natalia est�... �no pude terminar la frase, a pocos metros
del grupo, el est�mago de Natalia empez� a rendir cuentas con la naturaleza-.
Pues eso, que Natalia ha bebido demasiado, me la llevo a casa �a�ad�.
- Bien... �quieres que lleve yo a Marc a la suya? �Pregunt�
�ngel con una sonrisa que no pudo contener. Marc no le vio, estaba de espaldas a
�l.
- No... �mi respuesta fue rotunda-. Le llevo yo.
�Dejar solo a Marc en las fauces siempre hambrientas de
�ngel? Ni loco. A Marc y a Natalia me los llevaba yo. �ngel me ayud� a sentar a
Natalia en el asiento trasero de mi coche y nos despedimos. Marc se sent� a mi
lado. Gir� la llave electr�nica y el motor se puso en marcha filtr�ndose al
habit�culo un leve susurro.
- Si que es grande, �no? �Solt� Marc.
- �El qu�? �Pregunt� sorprendido.
- El techo solar �no puedes abrirlo? �Suplic� con cara de
pena.
- Est� bien �accion� al pulsador y el techo solar panor�mico
se abri� sobre nuestras cabezas dejando a la vista un cielo rigurosamente negro
cubierto de brumas. El aire que se colaba en el interior erizaba el vello de
nuestros brazos, Marc se acurruc� en el asiento. Despu�s de un verano de calor
agobiante, un oto�o de lluvias y fr�o nos avanzaba un invierno a�n m�s crudo.
- �Dejas primero a Natalia en su casa? �Susurr� con una
mirada p�cara. Mir� por el retrovisor interior, Natalia dorm�a estirada en el
asiento de atr�s.
- Vives en Gr�cia y Natalia en Poble Nou, es m�s sencillo
dejarte a ti primero y luego llevarla a ella �respond�.
No es que me supusiese un gran trastorno llevar a Natalia y
luego volver atr�s para dejar a Marc, pero quer�a evitar de cualquier forma
quedarme a solas de nuevo con �l. Complicarme m�s la vida era lo �ltimo que
deb�a hacer aquella noche.
- Como quieras �dijo �l agachando su mirada.
Circul�bamos en silencio cuando de pronto Marc se quit� el
cintur�n de seguridad, se incorpor� y sac� medio cuerpo al exterior a trav�s del
techo solar.
- ���Soy el rey del mundoooooo!!! �Grit� emulando a Leonardo
Di Caprio.
- �Joder t�o! Baja de ah� ahora mismo �exclam� intentando no
alzar la voz para no despertar a Natalia.
- Obl�game a bajar... �respondi� asomando la cabeza.
- Pues ah� te quedas... �dije yo haci�ndome el duro.
- ����Soy el rey del mundoooooo!!!! �Volvi� a gritar.
Esta vez no pude controlarme, si le ve�a la Guardia Urbana
nos multar�an con toda seguridad. As� que le sujet� del pantal�n, casualmente a
la altura de la cintura-bragueta y estir� con fuerza. Al tirar de �l, mov�
bruscamente el volante y el Mercedes se sacudi� con violencia haciendo que Marc
cayera sentado en su asiento.
- Ya puedes soltarme �dijo con una sonrisa burlona.
Efectivamente, Marc hab�a vuelto al interior del coche pero
mi mano segu�a sujet�ndole por la cintura. Mis dedos rozaban casualmente su
bragueta.
- Quiero estar seguro de que no te vas a volver a escapar
�a�ad� con una sonrisa mientras le liberaba y pulsaba el bot�n para cerrar el
techo solar-. Mejor as�...
- �Y a ti qui�n te vigila para que no te escapes? �Replic�
Marc posando su mano sobre mi abultada entrepierna.
- Natalia est� en el asiento de atr�s... �dije yo casi
inmovilizado por la situaci�n. Sus dedos atraparon mi polla por encima de los
pantalones.
- Est� dormida... �respondi� sin dejar de acariciarme.
- Marc... �susurr� cuando sent� que sus dedos abr�an el
cierre del pantal�n.
- �Qu�?
Sus dedos se deslizaron por la bragueta y empezaron a jugar
con mi polla por encima de la tela de mis boxers. Mi erecci�n era imposible de
disimular.
- No sigas por favor... �murmur�.
- �Seguro que quieres que pare? �Pregunt� �l con una mirada
que me desarm�. No respond�.
- Mmmmmmm... �gem� cuando liber� mi polla y empez� a
masturbarme.
- Para el coche...
- �Para qu�?
- Quiero comerte la polla.
Dicho y hecho. Reduje la velocidad y gir� a la derecha.
Entramos en una calle estrecha, poco iluminada y menos transitada a�n. Detuve el
coche en una zona de carga y descarga y apagu� las luces.
No hicieron falta m�s comentarios. Me quit� el cintur�n de
seguridad y me abr� m�s los pantalones, liberando completamente mi polla y mis
huevos. Marc se lanz� sobre su presa con desesperaci�n y empez� a comerme la
polla tan bien como ya me hab�a demostrado que sab�a hacerlo en los ba�os de
Port Aventura.
Gui� sus movimientos acarici�ndole el pelo. Le observ�
mientras devoraba mi polla. Me excit� al ver como me miraba fijamente a los ojos
mientras su lengua rodeaba el glande de mi verga saboreando el precum. Estaba
rozando el cielo con aquella mamada. Sin tregua, Marc hundi� su cara en mi
entrepierna y empez� a lamerme los huevos con desesperaci�n.
Mi corrida lleg� cuando Marc cerr� sus labios sobre el tronco
de mi rabo y empez� a simular el movimiento de una penetraci�n. No pude m�s...
las piernas me temblaron... mi cuerpo entero se sacudi� y empec� a descargar en
la boca de Marc. Cuando el mejor amigo de mi novia la liber�, mi polla estaba
totalmente limpia. Todo un profesional.
Instintivamente los dos miramos hacia atr�s, como recuperando
la conciencia de la situaci�n en la que est�bamos.
- Ufff... �respir� aliviado.
- Sigue dormida... �a�adi� Marc.
- �Y t�? �Quieres correrte?
- No, no... ser� mejor que nos vayamos, ya hemos tentado
mucho la suerte.
- Est� bien... �dije aliviado por la respuesta de Marc-. Pero
te debo una...
- Me la cobrar�... �a�adi� �l con una sonrisa.
Arranqu� el coche y seguimos camino de casa de Marc. Al
llegar a la puerta, me convenci� para que Natalia pasara la noche all�, en el
estado en que estaba era mejor que sus padres no la viesen llegar as� a casa. �l
mismo se encargar�a de llamarles para avisar. Me pareci� buena idea, as� que
entre los dos la subimos a su casa y la acomodamos en la cama de los padres de
Marc.
- �Tus padres no est�n?
- No, se han ido de fin de semana a Caldea, necesitaban
relajarse...
- Bien, mejor... as� no te piden explicaciones.
- �Quieres quedarte t� tambi�n?
- No, no... ser� mejor que me vaya �respond� para no
complicar a�n m�s la noche.
- Bien...
Marc me acompa�� a la puerta y me dio un sorpresivo beso en
los labios como se�al de despedida.
- Ha sido una noche genial... �a�adi�.
- Que descanses Marc.
De vuelta a casa, recordando lo que minutos antes acababa de
pasar en aquel mismo coche, volv� a sentirme mal, volv� a sentirme triste. El
mejor amigo de mi novia me la hab�a comido mientras ella dorm�a en el asiento de
atr�s. Esa deb�a haber sido la mamada m�s arriesgada, y excitante, que me hab�an
hecho en mi vida. Pero me sent�a mal. Mis actos segu�an sin encajar en mi
tradicional escala de valores. O rectificaba y reconduc�a mi vida, o me dedicaba
a hacer lo que me saliese de los huevos pasando de todo lo dem�s. Dif�cil
decisi�n.
Cuando cruc� la puerta de casa, record� de golpe la extra�a
desaparici�n de mi hermano. Dej� las llaves en la entrada y colgu� la chaqueta.
Cuando caminaba en direcci�n a mi habitaci�n, pas� por delante de la puerta de
la habitaci�n de Carlos, estaba entreabierta. Algo me dec�a que si miraba en su
interior, no me gustar�a lo que iba a ver, pero a�n as� no pude evitarlo. Me
detuve frente a la puerta y cuando mis ojos se hubieron acostumbrado a la
penumbra, vi a Valeria estirada bocabajo en la cama, desnuda y con las s�banas
cubriendo la mitad inferior de su cuerpo. En el suelo, la ropa de Carlos y la
suya enredadas.
El sonido de la puerta del ba�o tras de m� me alert�. Me gir�
como un aut�mata, me mov�a con lentitud y dificultad, como si estuviese viviendo
una pesadilla. Y entonces le vi. Mi hermano sali� del ba�o y camin� hacia m�.
Estaba completamente desnudo, obviamente no esperaba encontrarme all�. Cuando
estuvo a un paso de m�, me mir� fijamente a los ojos. Sin decir nada, se acerc�
m�s a m� y nos abrazamos. Sent� su piel desnuda bajo mis dedos. Mis manos se
deslizaron por su espalda. Nos separamos y Carlos volvi� a mirarme... sonri�.
Con aquel abrazo pareci� buscar una especie de aprobaci�n, de consentimiento.
Estaba con Valeria, al fin estaba con una chica que le interesaba. Yo le hab�a
devuelto aquel abrazo, odiaba a Valeria por haber entrado en nuestras vidas,
pero me alegr� por �l, Carlos se lo merec�a.
- Buenas noches... �susurr� Carlos mientras entraba en su
habitaci�n y cerraba la puerta tras de �l.
- Buenas noches... �balbuce�. Carlos ya no me o�a, hab�a
desaparecido tras la puerta, una puerta que me pareci� un muro aquella noche, un
muro infranqueable, detr�s del cual exist�a un mundo al que yo era ajeno.
Mis piernas se doblaron y fui resbalando apoyado en la pared
hasta quedar sentado en el suelo. Cubr� mis ojos con mis manos evitando que las
primeras l�grimas se deslizaran por mis mejillas.
- Me alegro por ti, me alegro por ti... �repet�.
Continuar�...