Relato: Helen el despertar de un sentimiento (I)





Relato: Helen el despertar de un sentimiento (I)

HELEN


EL DESPERTAR DE UN SENTIMIENTO




Parte I


Tierno Inicio





Era el atardecer de un d�a como hoy, yo caminaba por la calle
sin prestar atenci�n a nada, estaba sumergido en mis sue�os y problemas sin
percibir los peligros que me deparaban el destino, a�n peor era que tampoco me
percataba de las oportunidades que me podr�a regalar la vida. Estaba por llegar
a mi barrio solo me faltaba una cuadra, por lo que agilice el paso, con la
mirada enfocada en la acera, quer�a llegar r�pido a mi casa, para darle vuelta a
los 5gr. de COCAINA que acababa de comprar, pero al voltear la esquina fue como
si los dioses me dieran una se�al, mostr�ndome lo que ser�a en el futuro mi m�s
ferviente deseo. Pues al dar vuelta a la esquina un destello de luz dio a mis
ojos, eran los �ltimos rayos de sol que penetraron mi visi�n pero hab�a algo mas
que me oblig� a voltear hacia la luz, y como si hubiese sido algo angelical,
entre la cegadora luz apareci� una sombra la que iba tomando forma, sent�a que
mis membranas oculares quemaban estaban casi ciegos, pero no pod�a dejar de ver
a la figura que emerg�a del sol, poco a poco la distingu�a mas, era peque�a y
delgada, su rostro era delicado iba distinguiendo su angelical fisonom�a a
medida que se aproximaba, tra�a consigo una sonrisa hipnotizadora y coqueta,
anonadado e incr�dulo mis manos restregaban mis ojos para asegurarme que no
estaba alucinando.


Centre mi mirada tratando de definir bien quien era ese
�ngel, en ese momento los rayos del sol cesaron, ya el d�a hab�a cedido paso al
inicio de la noche, y pude ver con nitidez, que se trataba de una ni�a de unos 8
o 9 a�os, con el cabello casta�o casi lleg�ndole a los hombros, ten�a tez clara
y unos ojos entre pardos y verdes que mostraban inocencia y ternura, pero algo
hab�a en su forma de mirar y moverse que la diferenciaba de las ni�as de su
edad, ella pose�a un aire de madurez o de pretender alcanzarla r�pidamente,
combinado con la inocencia e ingenuidad de un infante, pero que ans�a conocer
los pasos o el proceso que debe de seguir para ser considerada como una mujer,
para esto deb�a vivir diversas experiencias que la mayor�a de mujeres tienen, y
que en este momento ella ignora cuales ser�an





Ella tra�a un vestido de lana color azul, y una cafarena
blanca que cubr�a su dulce cuello, haci�ndolo m�s apetecible. No esperaba que me
hablase, me pod�a quedar conforme con tan solo haberla disfrutado con la mirada
y mis ojos recorr�an todo su cuerpo, cuando al centrarme en su rostro nuevamente
me percat� que ella me miraba fijamente a los ojos, y con pasos juguetones, pero
seguros, se aproximaba directamente hacia mi, quedando paralizado no pude ni
pesta�ar, pensaba que sab�a todo lo que con ella hab�a imaginado, pero suerte
m�a ella paso por mi costado sin detenerse, aunque pude notar que me mir� de
reojo, con un suspiro regrese a la vida, decidiendo seguir mis pasos hacia mi
casa, sin atreverme siquiera a volver la mirada para marcar los �ltimos momentos
que la ver�a.


Ni bien di dos pasos y una suave y peque�a mano se postro en
la m�a, deteniendo mis pasos, me sent�a como cuando ni�o era pillado por alguna
travesura, pero me era imposible no sentir el calor que de sus manos emanaba, la
delicadeza con que me tocaba, y pod�a ver el brillo de su ser de tal pureza que
me mareaba; con una voz suave me llamaba acelerando mi coraz�n al m�ximo, al
volver mi rostro hacia ella, quede perdido, hipnotizado por unos segundos en la
profundidad de sus ojos de su forma de mirar.


Ella me hablaba de algo que no entend�a nada, solo como un
orate asent�a con la cabeza, sin saber en que me estaba metiendo, pero de pronto
volv� a la realidad pues una sonrisa como solo la pueden tener los ni�os, dibujo
en su rostro, yo estaba tan atontado por su figura e inocencia, y me pareci� que
ella ten�a cierto poder hipn�tico, pues me arrastraba sin dificultad, con su
dedito �ndice indicaba a donde �bamos, mas percat�ndome a donde me guiaba, unas
gotas de sudor angustiosas recorr�an mi frente, ella me llevaba hacia una casa
en donde antes nadie viv�a, enfrente de esta estaba estacionada un cami�n de
mudanza, pero lo aterrado fue que una se�ora se postraba en nuestro camino,
viendo algo de parecido deduje que era su madre, que al vernos llegar agitaba su
mano como en un saludo, pens� en escapar antes del encuentro, pero no ten�a o no
ve�a ninguna salida, as� es que caballeros acepte el encuentro con su madre,
esperando lo peor. Pero fue todo lo contrario, ya que ella me saluda
amablemente, solo quer�an que las ayude a bajar sus ultimas y m�s pesadas
pertenencias de su camioneta ya que los obreros de la mudanza se negaron a
hacerlo a no ser que les diese una "propinita" extra a lo cual la madre se neg�
y simplemente se marcharon sin mirar atr�s dej�ndolas en apuros sin mas remedio
a solicitar mi ayuda.



Yo acepte enseguida, aprovechando en esta faena cualquier
oportunidad de rozar las manos o de tocar el cuerpo de tan alucinante criatura.
Pasaron como 45minutos cuando al fin terminamos, la madre me invit� a pasar para
beber algo, los tres nos sentamos en la sala ella estaba enfrente de m� y no
pod�a dejar de admirarla, de pronto su mama se puso de pie ofreci�ndome una
bebida a la que acepte mas por estar solo con la ni�a que por la sed que secaba
mi garganta, apenas se fue mi mente la desvisti� y surgieron las fantas�as, la
pod�a ver desnuda en diferentes poses y paisajes.





En esos apetitosos sue�os me encontraba cuando me vi obligado
a retornar a la realidad por la repentina aparici�n de una bandeja que portaban
tres especies de paletas de hielo en forma cil�ndrica, de unos 10cm. de largo
color rojo. La se�ora me extendi� la bandeja pidi�ndome disculpas, pues a�n no
encontraba los vasos y no ten�a donde verter el l�quido, pero que Helen hab�a
puesto a helar esas paletitas apenas estuvo disponible la refrigeradora.



Siendo lo �nico refrescante que pod�an ofrecerme. Para esto
yo no prestaba mucha atenci�n a lo que me estaba diciendo, pues mi mente se
qued� centrado en el nombre de esa dulce ni�a que por primera vez lo o�a
pronunciar, y al que como un eco se repet�a una y otra vez acompa�ado de
diversos planes que pudieran funcionar para poder conquistar y lograr la
intimidad con ella sin que nadie nos moleste. Son de fresa escuche, reaccionando
de mis negros pensamientos, bromeando y como para tener un motivo para observar
directamente en toda la dimensi�n a la inocencia de Helen, conteste "No se
preocupe se�ora, adem�s estas paletitas son de Helen y a lo mejor ella ya les
hab�a planeado su destino", entonces ella r�pidamente se acerco a nosotros con
una sonrisita p�cara como si ya tuviese una respuesta ingeniosa para el dilema,
alargo ambas manos hacia la charola y con cada una tomo una paleta, una se la
llevo a la boca y la coloc� entre sus finos labios para luego empezar a
succionar suavemente, trayendo mil pensamientos a mi cabeza, y con la otra mano
coloc� la paleta restante en mi boca, y dejando un momento de chupar su helado
me dijo, "Te lo has ganado, si sigues as� vas a poder pedirme lo que quieras" es
obvio que lo dijo de la forma m�s inocente posible, pero mi cerebro se encargo
de transformar todo, sacando a flote el lado morboso, me acorde entonces de que
su madre estaba con nosotros y ella no deb�a ser tan inocente como su hija, por
lo que volte� mi cara y enfoque de una forma juguetona y limpia de todo
pensamiento impuro como me fue posible, me estaban esperando dos ojos intensos
que sin perder detalle de mis gestos analizaba y buscaba la presencia o el brote
de alg�n destello de perversidad y morbosidad, a lo que con suerte y mucha
sangre fr�a pase la prueba impuesta.





D�a a d�a ganaba la confianza de la mam� de Helen, la cual
era una madre soltera, hace no mucho tiempo que enviud�. A duras penas pude
averiguar que su esposo hab�a fallecido en un accidente a�reo, pues ella hablaba
poco sobre el tema peor a�n si es que Helen estaba presente. Un d�a como a las
7:30pm el silencio y el aburrimiento de mi hogar se vieron felizmente
interrumpido por unos golpeteos a mi puerta, al abrirla me di la sorpresa de
estar frente a frente de una mujer con el rostro notablemente cargado de signos
de duda, pero con un tono de voz amigable y segura me pidi� el tan ansiado
favor, de cuidar a su hija por unas horas mientras ella atend�a unos problemas
del trabajo, con cara de como quien no quiere acepte hacerle el favor, segundos
despu�s la se�ora me llenaba de n�meros telef�nicos en caso de emergencia y
pasado unos minutos que para m� fueron horas se desped�a, dici�ndome que no me
preocupara por Helen pues ya estaba durmiendo, y no tendr�a problemas con ella
ni siquiera ir a verla a su cuarto, pues tiene el sue�o pesado.


Por fin se marcho, mas tome mis precauciones pues imaginaba
que la madre estar�a al acecho para cuidar mis movimientos, as� es que me sent�
en el sof� tome un libro que ni siquiera le�a pues mis ojos estaban deambulando
mas que todo vigilante enfocando las ventanas y puertas en busca de alg�n
movimiento sospechoso, ya hab�a pasado 30m. y decid� ir al cuarto de Helen, pero
justo cuando estaba por ponerme de pie, escuche el ruido de unas llaves
agit�ndose y la puerta se abri� en un segundo, dando paso a la madre de la ni�a
que con los ojos buscaba el menor indicio de crimen.


Notablemente aliviada observo que me encontraba sentado y
concentrado en el libro, adem�s de la puerta de Helen cerrada sin indicio de
haber sido abierta pues pude ver en la direcci�n a la que ella miraba tan
intensamente lo que era un peque��simo trozo de tela que estaba astutamente
postrado en el piso muy cerca de la entrada del cuarto de su querid�sima hija
que servir�a de alarma, pero estaba en la misma ubicaci�n que ella lo hab�a
colocado, r�pidamente como para no darme cuenta que me estaba vigilando, llevo
su mano a la altura de la frente dando a notar que se hab�a olvidado algo,
comento lo tonta y olvidadiza que ella era, recogi� de la mesa unos papeles y se
marcho con una sonrisa ya de confianza retir�ndose a paso veloz, pues se notaba
que ahora si estaba retrasada para su cita. Espere 5m de su marcha, me puse de
pie, estudie al mil�metro la posici�n del retazo de tela, lo retire y abr� la
puerta, mi coraz�n empez� a latir acelerando el paso cada vez mas, pues ah�
estaba ella tan pura e inocente, tan bella despertando mil deseos de tenerla.





Estaba cubierta por una delgada sabana, hice unos cuantos
ruidos para verificar si verdaderamente ten�a el sue�o pesado, ella ni se movi�,
la tentaci�n me invadi� y me acerque a su cama y con mano temblorosa tome la
sabana comenzando a jalarla hacia abajo destap�ndola poco a poco con el mayor
cuidado que ese momento me permit�a, con gran jubilo me di cuenta que ella
estaba completamente desnuda, pod�a ver su delicado cuerpo por completo, su piel
parec�a tan suave que no aguante las ganas de verificar por mi mismo su
suavidad, me arrodille a su lado y con lentitud empec� a recorrer su espalda con
mis angustiados dedos, llegue hasta su culito y baje poco a poco por la raya
aproxim�ndome a su vagina, ella se movi� un poco a la vez que su respiraci�n se
hac�a m�s profunda y fuerte, pero de pronto el temor a ser descubierto me venci�
y sal� de su habitaci�n colocando todo en su lugar, ni bien me sent� nuevamente
en el sof� cuando de repente la se�ora entr�, d�ndome las gracias me acompa�o a
la puerta antes de despedirse me pregunto si pod�a cuidar nuevamente a su hija
al d�a siguiente a lo que sin parecer ansioso acced�.





Estaba como un loco contando los segundos los que lentamente
avanzaban, hubiese dado lo que sea para tener en ese momento poderes m�gicos
sobre el tiempo, pero como un simple mortal tuve que esperar hasta la hora en
que por fin gozar�a de la hermosura de Helen, mi tierna vecinita que tra�a loco
a todos mis sentidos. Como cualquier otro miembro de la hermandad pase el tiempo
labrando cientos de planes, estrategias, enga�os que logren cumplir mis sue�os
de poseer a Helen de una manera tierna juguetona cari�osa, sin tener que
utilizar la fuerza, sin necesidad de ser violento y ganarme el odio imborrable
que llevar�a en sus recuerdos toda la vida.



Por fin las agujas del reloj marcaban la hora pactada, mi
coraz�n aceler� su paso en un segundo y a cada paso que daba este trepaba mas y
m�s por mi pecho hasta alojarse en mi garganta. Al llegar a su casa y nervioso
pensaba lo que dir�a apenas me abran la puerta, pero ni bien toque el timbre la
puerta se abri�, aquella figura me regalaba una sonrisa sincera, de amistad y
algo coqueta, yo estaba paralizado, solo me quede observ�ndola, ella dio unos
pasos hacia mi pasmado cuerpo haciendo que reaccionara, no sab�a que quer�a, as�
es que opt� por agacharme hasta estar a la altura de su rostro como si fuese a
prestar toda la atenci�n del mundo a lo que me iba a decir, pero sent� una
corriente que iba desde la punta del dedo gordo del pie hasta la punta de mi
cabello, en tan solo 2 segundos estaba lo mas excitado que jam�s en mi vida
hab�a logrado sentir, ya que dos tibios y h�medos labios se hab�an postrado en
mi rostro, y como yo no hab�a movido la cara por lo est�tico que estaba, pues
estos dulces tiernos y rojos labios fueron a dar nada menos que en la mitad de
mis ansiosos labios, fue algo alucinante, pero esta escena quedo cortada en
cuanto su madre sali� en un instante a la puerta me saludo y se despidi�, ni
siquiera me dio el serm�n de la responsabilidad que deb�a tener al cuidar a su
virginal hija, era obvio que estaba recontra apurada, tan solo me dijo mientras
se retiraba que a lo mejor estaba regresando a las 11:00pm o mas tarde en todo
caso en la refri tienes el numero gracias y chao. Eso quer�a decir que ten�a
como 7 horas a solas con Helen.





Est�bamos sentados en la mesa del comedor frente a frente y
el sudor fr�o brotaba de mi frente ya que no decid�a por una de las 100
alternativas que rondaban mi mente para poder despertar la curiosidad sexual de
Helen e iniciar las demostraciones f�sicas. Cuando estaba a punto de decir una
cojudes, el silencio de la habitaci�n fue quebrantado por la dulce voz de la
ni�a,



-�Tu y yo somos amigos verdad? Me pregunto con cara algo
angustiada.



-Claro que s� lo somos, y de los buenos.



-y �podemos contarnos secretos y solo queda entre nosotros?



-depende de que secretos sean. Le respond� con cara de
preocupaci�n



-de lo que sea pero debes prometer que no se los dir�s a
nadie.



Yo notaba su ansiedad de revelar o contarme algo, sab�a
entonces que deb�a comenzar a actuar aprovechando la ocasi�n.



-primero debes decirme si deseas que sea tu amigo especial-le
dije con seriedad



-si quiero que lo seas, pero �qu� hacen los amigos
especiales?



-se cuentan secretos y nunca lo revelan a nadie.



-si quiero que lo seas, �tu me prometes ser mi amigo especial
por siempre? Ella me pregunt� entusiasmada



-Debes saber que los amigos especiales no solo se cuentan
secretos tambi�n hacen cosas que nunca se deben contar a nadie, porque de
hacerlo nuestras almas desaparecer�n y no volver�s a sonre�r y tu mam� sentir�
una tristeza muy grande que no se le pasar� nunca, y estar� enferma, por eso
debes de prometerme tu primero que ser�s mi amiga especial por siempre y que no
le contar�s ni a tu mam� lo que hagamos. �Me lo prometes?



-si te lo prometo que nunca le dir� nada a nadie, y tu �lo
prometes?



-te lo prometo, pero �c�mo sellamos este pacto para que sea
sagrado? Pregunte maliciosamente.



-no s�, podemos darnos la mano, o �tal vez con un beso?
Respondi� con inocencia.



-yo creo que las manos no, porque todos los d�as y a todo el
mundo se las damos.



-entonces un beso... ah pero tambi�n damos besos siempre.
Comento Helen pensativa.



-�pero que tal si es un beso especial, donde nadie te lo haya
dado? Le pregunte sin demora.



-puede ser en el pie ah� nadie me ha besado nunca, �o donde
m�s puede ser?



-tiene que ser un lugar especial donde nos besemos al mismo
tiempo, y nos una, las personas que se quieren o que se casan �c�mo se
demuestran que son amigos?. Le comente algo preocupado pues pod�a perder la
oportunidad.



Ella con una sonrisa picara con algo de timidez me respondi�



-creo que en las manos.



Al escucharla la decepci�n comenz� a invadir mi cuerpo y ya
le estaba echando tierrita a la idea de besarla, pero en eso Helen agreg�:



-pero donde m�s se besan es en la boca, �nosotros donde lo
vamos a hacer? Me pregunt�



-entonces para cerrar el pacto tenemos que besarnos en la
boca o �no quieres ser mi amiga?



-si quiero, hag�moslo. Replic� Helen cerrando los ojos,
levantando un poco el rostro y ofreci�ndome sus delicados y rojos labios.



-hag�moslo conteste, acercando mis labios a los suyos, cada
vez estaba mas excitado, ya pod�a sentir su respiraci�n, su calor, finalmente la
bese, sin aguantarme las ganas empec� a jugar con sus labios, yo abr�a los m�os
atrapando su labio inferior y presionaba ligeramente, aun me encontraba
incr�dulo como si estuviese divagando en el m�s bello sue�o. Entonces surgi� el
temor de despertar y ver mis besos entregados al vac�o de una obscura soledad,
as� es que mis brazos rodearan lentamente su cintura para poder aferrarme a de
mi dulce pasi�n, ella como que se asusto o sorprendi� al sentir este nuevo
juego, yo pensaba que me hab�a excedido cagando todo lo que anhelaba, pero mi
sorpresa fue, que de pronto ella oprim�a cada vez mas sus labios a los m�os para
luego imitar mi jugueteo con los labios, hubiese querido que no terminase nunca
este momento pero como todo lo bueno llego a su final, al menos debi� durar unos
20s.


Que jam�s en mi vida olvidar�. Despu�s de ese intenso beso
nuestros rostros se separaban lentamente, cuando llegamos a la corta distancia
en que todav�a pod�amos sentir nuestra agitada respiraci�n y aun percib�amos el
calor de nuestras bocas, quedamos paralizados sin hacer el menor movimiento ni
siquiera pesta�ar, pues nuestras miradas se hab�an cruzado y ambos nos perdimos
en la profundidad de nuestros ojos, al estarla observando trataba de grabar y
estudiar cada detalle, cada gesto que hiciera, aunque ninguno de los dos se
movi� pude sentir como una descarga el�ctrica que sal�a de ella para luego
alojarse en mi cuerpo, tambi�n pude sentir como si el palpitar de nuestros
corazones de pronto se sincronizasen y lo que sent�amos en ese momento era
exactamente lo mismo, que los dos al besarnos hab�amos viajado a la profundidad
de una emoci�n nunca antes sentida, donde las palabras sobraban, ante la
efectividad de una mirada, de un roce de manos.



Al reaccionar de nuestra hipnosis solo atin� a decir: "Muy
bien ahora si nuestro pacto esta sellado," o �tu crees que nos falta algo? Le
pregunt� con picard�a, pero casi sin esperanzas, de poder inducirla a mis juegos
de perversi�n. Pero ni bien pesta�e�, cuando me pregunt� �porqu� el hombre, en
la pel�cula que hab�a visto con sus amigas antes de mudarse, besaba por la
entrepierna de la mujer?, �Qu� se siente como para que las mujeres peguen
semejantes gemidos?.


Le conteste de una manera responsable, protectora y casi
paternal, algo muy raro en m�, a cada palabra que sal�a de mi boca una intensa
sensaci�n de arrepentimiento me invad�a pues estaba alejando la oportunidad como
las que solo hay una. Yo le dec�a muy serio que ella no estaba en edad para
saber de eso, que no estaba preparada para gozar de esas nuevas experiencias.


Ella aleg� bajando la vista, que una de sus amigas le cont�
que su t�o ya le hab�a besado por esos lugares y hab�a sentido algo rico, un
placer que la hizo gemir como a las chicas del video, tambi�n me comento algo
extremadamente sorpresivo, que ella cuando nos conocimos y despu�s que me march�
de su casa al terminar de ayudar a su madre, se encerr� en su cuarto para poner
en marcha su cerebro y recordar las escenas para ella a�n extra�as pero
misteriosamente excitantes de la pel�cula, empez� a tocarse por donde
supuestamente el hombre acariciaba la mujer del video, comenz� a sentir una
extra�a sensaci�n que la envolv�a de placer y la imagen de un hombre se le iba
apareciendo a medida que se excitaba, y cuando pudo ver bien al hombre de sus
sue�os se percat� que era yo el que la llenaba de placer.





Bueno y que si se lo hac�a por unos segundos, ella como
recompensa har�a todo lo que se me pueda ocurrir.



Esta era la oportunidad por la cual hab�a estado rogando
todos los d�as desde que la conoc�, por fin pod�a saciar mis sue�os que
abarcaban todo pensamiento sin dejar espacio a otro, sab�a que deb�a estar feliz
por esto, pero no s� si fue miedo o que mi est�pida conciencia me gritaba voz en
cuello que lo que pretend�a hacer con esa ni�a estaba mal, me hizo retroceder
unos pasos de ella. Una lucha como antes no vivida se desarrollaba entre mi
cerebro, coraz�n y mi sexo, donde dos ideales completamente adversos luchaban
por ganar la decisi�n que mi cuerpo tomase. Ella percibi� mi extrema confusi�n y
la gran posibilidad de una negativa, y adelant�ndose a cualquier respuesta que
hubiese dado, me dijo en la forma m�s tierna, inocente y atrayente:



-Yo pensaba que �ramos amigos especiales



-Si lo somos. Le respond� algo confuso aun.



-�Acaso los amigos especiales no son para eso?



-No...si...es que tu no entiendes. Le dije balbuceando sin
saber que responder.



-Yo solo entiendo que no era cierto todo lo que me dijiste
sobre los amigos, y que tu no quieres ser mi amigo. Me replic� con el rostro
triste.





En ese instante me percate que los sue�os que me hab�a
trazado y que tanto anhelaba estaban siendo obstaculizados por m� mismo, como si
yo labrase mi propia infelicidad. Todo empez� a aclararse en mi ser, mi coraz�n
y mi sexo hab�an dado la ultima estocada a mi conciencia poni�ndole una mordaza
para que dejara de joder. Mi rostro dibujaba nuevamente esa sonrisa picaresca y
mis ojos enfocaron nuevamente a la raz�n de mis deseos y sin esperar un instante
inici� mi cacer�a.



-Yo soy capaz de hacer cualquier cosa por verte feliz. Dije
seguro y como ret�ndola a que me lo vuelva a pedir.



-En serio �sigues siendo mi amigo especial?. Exclam�
notablemente alegre nuevamente



-P�deme lo que quieras y olvida lo que paso hace un rato t�
eres muy especial para m�.





Note que su rostro se llenaba de verg�enza de volv�rmelo a
solicitar, parece que por mi reacci�n tan dram�tica le hab�a hecho pensar que
era algo malo, y su pedido que era del todo inocente se hab�a transformado en
algo ofensivo. Yo ve�a como la perd�a poco a poco, me arrepent�a por haber
actuado de esa forma pero iba a hacer hasta el �ltimo esfuerzo por alejar las
dudas de Helen.



-No hay nada de malo en querer aplacar la curiosidad y yo me
sentir�a feliz si soy el que te ayuda en hacerlo. Le dije de la forma m�s tierna
y sincera arrodill�ndome ante ella.



-�Aplacar? Me pregunto extra�ada.



-Si, o sea el que puedas conocer lo que quer�as saber, de lo
que ten�as dudas. Es decir el que puedas experimentar y saber lo que se siente
cuando un hombre besa a una mujer entre las piernas, �Recuerdas? Para eso est�n
los amigos especiales. �Aun quieres hacerlo?. Le pregunte sabiendo que de esa
respuesta depend�a todo.





Helen no me contesto nada, simplemente se acerc� hacia m�, y
extendiendo sus labios me dio un c�lido beso en la boca, se alejo unos
cent�metros regal�ndome una sonrisa del todo coqueta y me dijo:



-Para eso est�n los amigos especiales.





Nos tomamos de la mano, est�bamos en completo silencio pero
nuestras miradas se cruzaban a cada instante jugueteando y me gui� hacia su
habitaci�n.





Cuando entramos a su cuarto mi coraz�n estaba golpeteando mi
pecho como nunca, mi mente se adelantaba al futuro y estaba causando una
erecci�n prominente, que trataba de ocultar con el prop�sito de ir paso a paso
con la iniciaci�n de Helen y no cambiar el tema de golpe, deb�a tratar de
excitarla primero, de satisfacerla y as� ella tambi�n me retribuir�a.



Nos detuvimos frente a la cama, tomando la iniciativa antes
de que preguntase que deb�a hacer ahora y ponerla nerviosa, me sent� sobre su
colch�n, la puse frente a m�, la mire por unos segundos agradeciendo al destino
por haber puesto a esa ni�a en mi camino, luego poco a poco la comenc� a
aproximar hasta sentir su cuerpo junto al m�o, quer�a probar el elixir de la
inocencia de sus labios y empec� a acercarme lentamente a ella, adivinando mi
prop�sito me ofreci� sus rojos y finos labios, al hacer contacto una explosi�n
de sentimientos, emociones, y �xtasis invadi� mi cuerpo, causando como un vac�o
en mi est�mago, como se le llamaba en mi infancia "mariposas en el est�mago",
luego la abrac� y bese el cuello, al alejarme unos cm para poder ver su rostro,
ella ten�a los ojos cerrados y parec�a estar disfrutando de esas nuevas
sensaciones.


Mis manos agarraron la parte inferior de su blanco polo y lo
levante con cuidado hasta sacarlo, nunca olvidare su blanca piel, que al
recorrerla con los dedos se sent�a la inocencia de un cuerpo suave y terso, sus
peque�os y rozados pezones se iban endureciendo poco a poco subyugados por esta
nueva experiencia, y siendo blanco de mis labios, la llene de besos turnando el
derecho y el izquierdo pues quer�a ser el due�o de ambos y de cada parte de su
cuerpo. Fue en ese momento cuando besaba sus senos que pude escuchar el primer
gemido de placer de mi querida Helen, fue suave y casi imperceptible, no fue muy
largo, pero era la se�al de que ella estaba disfrutando tanto como yo adem�s sus
manos empezaron a acariciar mi cabello sinti�ndome en la gloria.


Mis dedos recorr�an todo su torso descubierto sin obviar
espacio, algunas veces el momento se ve�a interrumpido por una risita jovial
pues Helen es muy cosquillosa y de vez en cuando mis dedos paseaban por las
zonas sensibles a la risa. Era hora de pasar a la siguiente etapa, era hora de
desnudarla por completo, mis dedos empezaron a juguetear con el bot�n de su Jean
para calcular la forma m�s f�cil de desabotonarlo, mientras que iniciaba a
hacerlo mi coraz�n rogaba por culminar de manera exitosa la operaci�n, pues
hab�a tenido dificultades al desabrocharlo en diversas experiencias que ten�a
relaciones.


La operaci�n fue un �xito pude hacerlo en forma suave sin
tener que forcejear, con una sonrisa de triunfo empec� a bajar su Jean dejando a
la vista un calzoncito blanco, era tipo bikini como a m� me encanta, dej�ndome
atontado unos segundos con el pantal�n de ella a la altura de las rodillas,
mientras que no desprend�a la vista de sus interiores, provocando la
incontenible excitaci�n en un 100%, Helen acarici� un poco mas fuerte mi cabeza
como para que reaccionara, y as� lo hice continu� bajando su Jean hasta
despoj�rselo totalmente, volv� la mirada directo a sus ojos tratando de
inspirarle ternura y seguridad y pose mis dedos sobre su calz�n a la altura de
sus labios vaginales y sin presionar demasiado acaricie suavemente recorriendo
todo el contorno de su virginal sexo, al principio sus ojos aumentaron de tama�o
con sorpresa para luego cerrarlos y empezar a disfrutar del acto, ella humedec�a
su boca y mord�a sus labios y dulces gemidos cada vez m�s fuertes y largos
brotaban de su ser, lo que me hac�a excitarme mas, tratando de concentrarme por
no apurar el paso. Luego le baje suavemente su blanco calzoncito quedando
expuesta por fin su fr�gil y bella rajita, era tan peque�a y coloradita por el
masaje que le estaba haciendo que me atrajo inevitablemente a besarla.







La levante y la puse en la cama donde la abrac� sintiendo el
calor de su cuerpo que hab�a aumentado, luego como jugando la cargue y la puse
sobre m�, de manera que su rajita estuviera accesible a mi boca para poder
saborearla completamente, mi lengua entonces empez� a recorrer su vajinita para
luego profundizarse en su inocencia, pod�a sentir el sabor de su virginidad,
mientras ella probaba la sexualidad, retorci�ndose y dando gemidos de placer
apenas pod�a pronunciar palabra, lo que pude entender es,



-Aaah aah Ya ahhh se mmmhhh looohh que ehh se sienmmppphte!!!



Apenas me deten�a un segundo ella me rogaba que siguiera, con
tal de complacerla y escuchar sus gemidos yo continuaba con mas rapidez
sintiendo como se humedec�a su rajita. Yo ya sin poder aguantar hab�a
desabrochado mi pantal�n dejando al descubierto mi pene a todo su esplendor,
totalmente excitado, ella no se daba cuenta todav�a pues estaba con los ojos
cerrados y en una explosi�n de sus primeros orgasmos. De pronto ella aparta su
rajita de mi boca y me comento lo incre�blemente bien que se siente, pero como
buena amiga era mi turno de pedirle lo que quisiera, la escena era incre�ble,
ella estaba sentada sobre mi pecho vi�ndome a la cara, mientras a su espalda
estaba erguido un coloso con hambre de su virginidad. La tome por las axilas y
retroced� su cuerpo hasta que sintiera mi verga, al hacer contacto entre su
tierna piel y mi duro pene miles de fuegos artificiales estallaron en mi cabeza,
tuve que concentrarme para no acabar en ese momento, ella al sentirlo trato de
ver lo que era, pero yo se lo imped�.




-Dime �y que paso despu�s en la pel�cula?�qu� mas hicieron?.
Le pregunte



-Pues la mujer empez� a jugar y meter la cosa del hombre a la
boca.



-�quisieras tocar "la cosa" del hombre y saber a que sabe?



-Siii.. me contesto entre risas nerviosas



-Pues aqu� la tienes, debes de hacer lo que viste en la
pel�cula.





La cargue ech�ndola entre mis piernas, ella sorprendida y
como descubriendo un mundo nuevo se quedo vi�ndola un rato, segundos despu�s
sent� como sus peque�as manos empezaban a explorar mi virilidad, el verla
haciendo eso fue algo indescriptible, all� la ten�a a la mas dulce ni�a tocando
con sus inocentes manos mi sexo.







Esa emoci�n quedo peque�a a comparaci�n de sentir sus labios
puros hasta ese momento, en mi erecto pene, que fue bendecido con un beso
cari�oso y delicado, ese fue sin duda uno de los momentos sublimes de mi
existencia, pues all� estaba Helen postrada en mis piernas, con sus peque�as
manos sosteniendo mi verga, sus ojos atentos en cada cm de piel que se ergu�a
enfrente de ella y con sus labios degustando su nuevo amigo.





Tras unos minutos en que ella hac�a esto, levanto su carita y
con gesto de ingenuidad me pregunto que mas deb�a hacer, pues con los nervios se
hab�a olvidado de c�mo en la pel�cula la mujer continua su faena. Casi
balbuceando de placer le inform� de lo que deb�a hacer:



-�te acuerdas de los chupetes que me invitaste la primera vez
que nos vimos?



-Si me acuerdo, eran helados de fresa. Me respondi� con
extra�eza.



-pues ahora debes de imaginar que lo que tienes entre las
manos es uno de esos.



-Pero el tuyo esta caliente y m�s duro, no creo que lo pueda
morder. Me dijo bromeando mientras hac�a el adem�n de morderlo.



-Noo espera! as� no...le dije casi levantando el tono de voz.



-Ya lo s�, solo estaba bromeando. Me respondi� mientras se
empezaba a tragar mi virilidad.



Yo no respond� nada estaba extasiado de ver como introduc�a
mi pinga en su peque�a boquita.



-As� esta bien me pregunto como si estuviese rindiendo una
evaluaci�n en el colegio.



-Biiiieeen, biieen, lo estas haciendo bien, pero debes de
chuparla como cuando le sacas el jugo al helado, debes de succio....(no fue
necesario terminar la palabra pues sent�a como Helen succionaba con todas las
fuerzas que sus pulmones le permit�an)naaaarrr, conclu� de exclamar tras unos
segundos.





No tengo idea del tiempo que pas�, pero para m� fue algo que
debi� durar m�s de 15m. Aunque yo quisiese que dure por toda la eternidad. Helen
aumentaba cada vez mas el ritmo, como si disfrutase del verme la cara rebosante
de placer y a cada articulaci�n de placer que brotaba de mi garganta ella
agilizaba mas sus movimientos y succionaba primero torpemente pero despu�s con
gran pericia, notoriamente mas profundo. Yo alucinando en un mar de �xtasis
exclam� acaloradamente:



-Me vengo, ya voy a terminar.



Pero una pausa que Helen hizo para preguntarme algo, retuvo
moment�neamente los mares de leche caliente que ped�an a gritos salir.



-�C�mo que te vienes? �Qu� significa eso de que ya vas a
terminar? �hice algo malo? Me pregunto con su rostro lleno de tristeza, pues
cre�a que me hab�a decepcionado.



-No al contrario, todo lo has hecho muy bien, es por eso que
voy a terminar le dije un tanto angustioso pues quer�a que continuase.



-�Y como es que vas a terminar? Me pregunto con mucha
curiosidad.



-�Te acuerdas que en la pel�cula llega un momento en que del
pene del hombre sale algo blanco como leche?



-Si me contesto, mi amiga me dijo que sabe muy rico, y
siempre le pide a su t�o que le vierta esa leche en su boca. Me contesto
presurosa relacionando lo que le dec�a con lo que su amiga le confes�.



-Pues si, pero no a todas le gusta, es cuesti�n de que
pruebes.�Te animas o no?. Esto se lo pregunte mientras mi coraz�n estaba
golpeando mi pecho casi hasta salirse, pues con solo imaginar vaci�ndome en su
peque�a boca, regando un poco de semen en su blanca y tierna cara, pues era
realizar uno de los mas anhelados sue�os que ten�a con ella.



-Si quiero probar de tu leche. Contesto en forma segura y
deseosa. �qu� debo hacer?. Pregunto a continuaci�n.



-Solo debes continuar con lo que estabas haciendo pero debes
de moverme la pinga de arriba hacia abajo con tus manos mientras haces lo mismo
con la boca, ojo que no debes dejar de chuparla por ning�n motivo, haga el ruido
que haga, o el movimiento que haga.





Ella sin pronunciar palabra empez� nuevamente con la faena,
pero esta vez se notaba claramente su ansiedad por probar el n�ctar masculino,
Helen se mov�a de arriba a bajo succionando con fuerza. En poco tiempo puso mi
verga a punto de estallar. Al sentir que se me ven�a todo el l�quido blanco
trayendo junto a esto el m�s celestial orgasmo de mi vida, con un r�pido
movimiento me levante y la tome de la cintura ech�ndola boca arriba y yo
postr�ndome de rodillas encima de ella con el �rgano apuntando a sus inmaculados
labios, deje salir el torrente de semen, el que sali� en forma violenta y en
cantidades nunca antes alcanzadas por m�.


Ella aguardaba con la boquita abierta, recibiendo gran parte
de mi jugo reproductivo. La primera reacci�n de ella fue el cerrar la boca en el
primer chorro, pues estaba sorprendida ante el nuevo sabor que experimentaba, la
verdad es que no s� si le gusto o no, pero despu�s del primer trago ella volvi�
su mirada hacia m�, parece que se percat� del placer que me estaba ocasionando y
simplemente cogi� mi pene y lo llev� nuevamente a su boca la cual estaba otra
vez abierta dando la bienvenida a las r�fagas de leche que a�n estaban brotando.
(Ojo que esta reacci�n de Helen de tragarse o no mis fluidos sexuales tan solo
duro unos milisegundos, pues yo no tengo tanto semen como para que el vaciado
dure un minuto).







All� estaba yo, con el pene descansando sobre los labios de
mi Helen, los que a�n acariciaban y besaban en forma juguetona mi extasiado
miembro. De su rostro brotaba una sonrisa divina y coqueta, que dibujaba la
complicidad de continuar con nuestros juegos, con todo lo que nuestra nueva
amistad traiga para que ella pueda aprender de las experiencias que a�n le
faltan vivir. Al verla as� le limpie la boca con mi pa�uelo, la bese tiernamente
en los labios para luego echarme junto a ella y colocando mis brazos alrededor
de su peque�a cintura, deseaba abrazar su alma y poder entrelazar nuestros
caminos en un solo sue�o. Una sonrisa se apoder� de mi rostro pues hab�a
conquistado una ilusi�n que cre�a imposible de realizar, pero gracias a mi dulce
ni�a que ayudo a vencer mis temores y forj� el camino hac�a este encuentro, es
que ahora puedo contar esta historia.




.




HELEN CAPITULO II


TODO OCURRI� EN FLY



Los d�as pasaron, uno tras otro galopaban arremeti�ndose sin
tregua, y en cada uno de ellos una parte de mi sue�o era arrastrado, no
comprend�a el motivo por el que nos est�bamos separando, cada vez era mas la
distancia, cada vez era menos el tiempo que la ve�a y peor aun era el hecho de
que casi no hab�amos intercambiado palabra alguna, todo era silencio salvo un
agonizante hola �C�mo estas? cuando nos cruz�bamos por la calle, pero in�tiles
eran estas palabras pues el viento se las llevaba, yo me quedaba est�tico al no
saber como actuar, simplemente resignado trataba de capturar hasta la ultima
brisa que hab�a quedado impregnado con su perfume, de vez en cuando no pod�a
dejar de torturarme volviendo el rostro hacia la lejan�a de sus pasos, tratando
de memorizar cada detalle de su espalda, de recordar su piel blanca, el recordar
como se sent�a cuando mis manos acariciaban su culito que era fr�gil delicado y
suave como la m�s fina de las sedas.


Estaba obsesionado por el vivir nuevamente esos m�gicos
momentos en que la ten�a entre mis brazos, como un enamorado celoso me
encontraba al acecho de sus movimientos para poder producir un "Encuentro
Casual", all� estaba yo tratando de camuflarme tras un �rbol que se encuentra a
tres casas de la suya, atento a cualquier movimiento y sin darle importancia al
cansancio generado por las dos horas que llevaba en mi tarea, solo ve�a como la
oscuridad se apoderaba del cielo y el fr�o viento comenzaba a roer mis huesos.
Todo el paisaje parec�a cambiar cuando la noche reinaba, todo era mas
deprimente, l�gubre y misterioso, me di cuenta que todo se hab�a transformado en
algo bizarro, y lo mas chocante fue que me di cuenta que todo mi ser era parte
de esta metamorfosis, nunca hab�a actuado de esa manera, definitivamente esa
persona no era yo. Nunca en mi vida hab�a sentido celos, pues nunca me enamor�
de nadie pese a que yo estaba dispuesto a sentir ese amor que todos dicen ser
tan especial, y que analizando detenidamente la situaci�n en que me encontraba,
pues estaba casi seguro de que no era amor, solo era un deseo extremo por poder
poseerla, el anhelo de ser yo el que robe su virginidad, la ilusi�n de ser yo el
que penetre su tierna rajita y su peque�o culito y me sienta completamente
dentro de ella. Mis labios dibujaron una sonrisa burlona, claro que del que me
mofaba era de m� mismo, empec� a reprocharme en silencio y si no me insultaba es
porque me quiero mucho.



-Buena pedazo de Anim!!....oso muchacho!!! Ahora si que bat�
el record de los mani�ticos sexuales.... puta madre todo esto debe de ser porque
dej� las drogas...Nunca he debido de abandonar a mi "Blanquita" a mi compa�era
de vuelos.





Ni bien termine de sermonearme que mis pasos ya estaban en
movimiento sac�ndome de mi escondite, al parecer mi subconsciente ya hab�a
trazado un camino al que yo segu�a sin replica alguna, mas empec� a notar que la
casa de Helen se aproximaba paso a paso, y como siempre las jugarretas del
destino no se hicieron esperara, pues cuando me encontraba pasando frente a su
casa, la puerta se abri� dando pase a 3 figurillas juguetonas con pasos veloces,
pero de las que una de ellas freno sus pasos al levantar la mirada y ver al que
cruzaba por su acera.


Mirando de reojo pude advertir la sorpresa y confusi�n que se
generaron en su rostro, que turnaba sus miradas entre sus amigas y yo sin saber
que hacer. Una de sus compa�eras se percat� de la sospechosa actitud de Helen
empezando a soltar risitas c�mplices sin disimulo, obviamente ella ya sab�a lo
sucedido mientras que la otra amiguita preguntaba insistentemente el motivo por
el cual se estaba riendo. Esta situaci�n fue suficiente para que empezara a
sonrojarse el rostro de mi ex amante, la que empez� a sufrir reiterados
empujones por parte de la amiga c�mplice, la que al parecer ten�a toda la
intenci�n de ser presentados quien sabe para que.


Helen aun abochornada reaccion� ante la insistencia de su
amiguita dando unos pasos y con una sonrisa media forzada levant� su mano en
adem�n de saludarme, esto inevitablemente trajo recuerdos donde esa misma blanca
y tierna mano se hab�a posado en mi verga, estos pensamientos casi me hacen
volver al estado est�pido y sumiso en el que me hab�a encontrado unos minutos
antes, pero desde el fondo de mi ser comenzaron a emerger una voz que repet�a
sin cesar "Debes de buscar a Blanca (coca�na) ella te dar� placer y despejar� tu
mente para planear un nuevo ataque. Desde el cielo triunfaras y volando lo
conseguir�s". No cabe duda que era uno de las mas tontas ofertas que hab�a
imaginado, pero el hecho de volver aspirar a la vol�til Blanquita dej�ndome
llevar entre sus brazos hacia el infinito cosmos donde pod�a reinar mi destino
salieron triunfantes ante mover el rabo como un perro fiel y sumiso. Ante su
saludo el que encerraba un llamado para correr a sus pies, obtuvo simplemente un
movimiento de mi cabeza de arriba hacia abajo como se�al de saludo ni siquiera
se detuvieron mis pasos que marchaban seguros y serenos hacia el encuentro del
polvillo blanco.



Llegue a San Pedro que estaba pasando 2 cuadras de Casas y
Cosas de la Av. Angamos doblando a la izquierda a mitad de cuadra(Lima-Per�),
donde siempre hay varios personajes peculiares, pero entre ellos divis� a uno de
mis tantos proveedores, Kike, que as� se llamaba mi abastecedor, al notar mi
presencia apresuro sus piernas lo mas que pudo sin llegar a correr pues no
quer�a que nadie mas se diera cuenta de mi presencia y le gane la venta. Una
sonrisa de oreja a oreja se dibujaba en el rostro de aquel ejecutivo de ventas
tendi�ndome la mano educadamente en se�al de saludo mientras me dec�a:



- Vaya Cocaine pens�bamos que te hab�as regenerado, ya todos
nos �bamos a poner de luto..



- Siempre fiel a la causa bro� . Le conteste mientras
simulaba una sonrisa



- pero hubieses llamado para hacerte un delivery. A ver
�cu�nto vas a querer para alzar vuelo?. Me pregunt� mientras sacaba las bolsitas
llenas de coca�na.



- Dame 10 gramos de la pura, ser�a mejor si tienes alitas de
mariposa, tu sabes para retomar el f�sico de antes y olvidar las penas.



- �Qu� ha pasado manito? Me pregunto preocupado mientras
hac�a se�ales indicando la cantidad a un tipo parado junto a un callej�n.



- Nada es solo que me quede con las ganas de romperle el culo
a una chibola que me ten�a babeando.



- No te preocupes un clavo saca otro clavo, vas a ver que yo
te lo arreglo en un ratito. Me afirm� en forma segura mientras recib�a la
mercanc�a de manos de su asistente el que no tendr�a mas de 19 a�os y tra�a cara
de obediencia total.



- Ac�rcate chato te voy a presentar a uno de mis mejores
clientes, cuando venga lo tienes que tratar bien si no ya sabes. Dijo Kike con
cara amenazante a su ayudante.



- Cocaine este es mi nuevo pescado es un novato, que me debe
bastante dinero y el tiene que hacer lo que le diga o lo desaparezco a el y su
familia.



- Oye kike suave no mas que yo no le entro a mariconadas.



- No manito no me refiero a eso ahorita vas a saber de que se
trata.



- Oye chato tr�eme a tu hermanita para acompa�ar a mi causa.
Le dijo Kike al chato que estaba que temblaba.



- No, con mi hermana no te metas. Respondi� el chato tomando
un poco de valor.



- Bueno si as� lo quieres. Le dijo Kike sonriendo
maliciosamente y levantando la mano haciendo se�ales a sus de mas compinches que
estaban enfrente y que se acercaron r�pidamente al ser llamados.



- No pues Kike, p�deme otra cosa pero eso no. Suplicaba el
chato mientras ve�a de reojo que se acercaban los c�mplices, que ten�an una cara
de delincuentes que de solo verlos ya sacabas todo lo que tra�as encima para
"donarlo" a su congregaci�n.



- Es tu �ltima oportunidad chato o la pones o despu�s la
cogemos de sorpresa.



- Esta bien, esta bien ahorita la traigo. Respondi� el chato
tartamudeando y sudando a cantaros al sentirse rodeado.



- Oye negro acomp��alo y aseg�rate que se vista bien la
chibola y la llevas al hotel de siempre. Dijo Kike a uno de sus secuaces, el que
cumpli� inmediatamente la orden enrumbando junto al chato el trayecto a su casa.



- Oye Kike �c�mo es la cosa? �est�s hablando en serio?. Lo
interrogue confuso e incr�dulo ante tal situaci�n.



- Claro pues, yo hago todo por los amigos que "me compran
solo a mi" lo �nico que tienes que hacer es pagar tu cuarto en ese hotel de la
esquina y esperar unos minutos, de paso aprovechas para cargarte unos buenos
tiros. Corre tranquilo que nosotros te la subimos.





Lo dijo con tanta seguridad que era imposible no creerle,
mientras reinaba una gran duda de lo que deb�a hacer y estuve a punto de
rechazar la oferta cuando un impulso de perversi�n domino mi cuerpo y me
encamine hac�a el hotel que me indic�. Ya estaba en la administraci�n a punto de
pedir la habitaci�n cuando me percate de lo que iba a hacer, y estuve a punto de
dar media vuelta cuando Kike se asom� a la puerta y le dijo al administrador que
yo era su amigo y que el sab�a como deb�a tratarme.



Fue cosa de segundos en los que no alcance a reaccionar, pues
ya ten�a entre las manos la llave del cuarto, y el encargado del hotel con un
gesto diplom�tico me invitaba a pasar.





All� estaba yo, en una habitaci�n donde hab�a una cama
matrimonial y a su costado una mesa de noche que albergaba una caja de condones
y un frasco de vaselina , enfrente un televisor de 21 pulgadas, una mesa con dos
sillas al costado de una ventana que daba a la calle donde estaba Kike y su
pandilla realizando sus transacciones, al otro lado estaba el ba�o con una tina
grande que parec�a una especie de jaccuzzi, lo que me percate al final fue que
en el techo estaba empotrado un gran espejo que cubr�a toda la vista de la
habitaci�n.



Dando vueltas de un lado a otro como le�n enjaulado y
pregunt�ndome como ser�a la chica que me ofrec�an, pregunt�ndome que es lo que
deb�a hacer, como deb�a de tratarla. Sent�a que los minutos se transformaban en
horas, dando unos vistazos por la ventana cada 20 segundos, hasta que opt� por
dejar todo en manos del destino "lo que tiene que pasar, tiene que pasar" as� es
que me recost� en la cama y saque a mi fiel amiga, con la ayuda de una ca�ita
cargue un generoso tiro e inhal� con fuerza. Me perfor� la nariz como nunca,
llevando a mi mente a un viaje inmediato de dureza, donde dejas atr�s todo
obst�culo que limita lograr el placer deseado.


No me di cuenta del tiempo que transcurri�, pero de pronto mi
vuelo fue interrumpido por el sonido de unos golpes secos en la puerta, lo que
me hizo reaccionar trayendo a mi mente el motivo principal de mi estancia en ese
hotel. Mi coraz�n se aceler� de inmediato, sent�a la sangre subir a mi cabeza y
mis manos empezaron a sudar. Instintivamente cog� nuevamente la ca�ita
hundi�ndola lo mas que pude en la bolsa de coca�na para luego llev�rmela a las
fosas nasales y jal� lo mas fuerte que pude, entonces supe que se me hab�a
pasado la dosis, estaba negrazo y ya nada me importaba.


Al abrir la puerta me encontr� con una ni�a de apenas 13 a�os
era delgada pero su minifalda negra era ajustada resaltando sus bondades
desarrolladas bien para su edad, su cabello negro y lacio estaban mojados y algo
despeinados, lo que la hac�an verse mas ex�tica y natural, su piel bronceada
resaltaban sus ojos color verdosos y temerosos. En un solo segundo produjo una
erecci�n tan violenta que se hizo notoria pues ni el jean pudo contener tal
flujo de sangre que se inyectaba en mi deseoso pene. Casi ni me di cuenta de que
su hermano, el chato, la escoltaba hacia mis dominios, simplemente la sujete del
brazo y la introduje a mi aposento, cerr� la puerta sin importarme quien estaba
detr�s de ella y lleve a mi presa angelical a la cama.



No me importo saber su nombre ni mucho menos conversar, yo
mismo me desconoc�a pues solo me importaba en ese momento poseer a tan bella
criatura, que por una desgracia estaba en mis garras, las que no perdieron
tiempo en arrebatarle el atuendo para dejar al descubierto su cuerpo desnudo,
parec�a que estaba preparada para el momento pues no tra�a ni bragas.


No perd� el tiempo para desnudarme por completo, pero era tal
mi ansiedad que torpemente me enred� con el jean sin poderlo terminar de sacar
por unos segundos, me tuve que sentar en el otro costado de la cama d�ndole la
espalda para poderme desvestir, a ella se le escaparon unas risitas por mi
torpeza, lo que por estar en fly no me importo mucho, ella estaba arrodillada en
la cama con los brazos sosteniendo su cuerpo parec�a una gatita, tratando de
curiosear en que aprieto me encontraba, se estiraba lo mas que pod�a estirando
su cuello acercando su rostro a mi, pero de pronto sus joviales risas se
enmudecieron de inmediato cuando me di vuelta y mi verga erecta quedo enfrente
suyo a escasos cent�metros de su boca.


Su reacci�n fue el de querer alejarse, pero la contuve
aprisionando su nuca, ella forceje� un poco mas tratando de escapar, pero yo ya
sin importarme nada mas que mi placer, la jale hac�a mi pincho el que quedo
bailoteando por sus labios sin poder introducirse pues su boca estaba cerrada y
no quer�a abrirla, con mi otro brazo presione sus mejillas hasta lograr la
apertura de su peque�a boca, y sin perder tiempo introduje mi verga orden�ndole
que la succione, que la chupe como si fuera un helado, ella al verse indefensa
comenz� a chuparmela, mientras yo trataba de meterla toda atragant�ndola. Ya
estaba en mi m�xima erecci�n, era hora de cumplir el deseo que ten�a con Helen,
pero ser�a esta ni�a la que personificase mi bajo deseo.


La agarr� de la cintura y carg�ndola le di vuelta para que
quedase su tierno culo frente a mi ansiosa pinga, ella gem�a y suplicaba que me
detenga pero no hice caso alguno, me estire hasta la mesa de noche y tome la
vaselina, puse el frasco en la cama y volv� a darme un estir�n nuevamente a la
mesa de noche para agarrar la bolsa de coca�na, y vertiendo un poco de su
contenido sobre la espalda de esa ni�a, casi a la altura donde termina su
columna forme una l�nea del blanco elixir, acerque mi rostro hac�a este manjar y
ya sin ayuda de la ca�ita aspire lo que pude, los restos del polvo fueron presa
de mis labios y lengua, ya con el poderoso estimulante rondando mi torrente
sangu�neo tome nuevamente la vaselina met� el dedo �ndice y lo cubr� con la
crema, luego lo lleve hasta su peque�o orificio e inicie a introducirlo poco a
poco, mientras ella sollozaba y daba muestras de dolor, repet�a esta acci�n
hasta notar que ya se estaba dilatando su tierno culito, y sin poder esperar mas
tiempo me puse la vaselina por todo el �rgano viril y empec� a presionarlo
contra su ano sintiendo como penetraba poco a poco, y escuchando como los
adoloridos llantos iban en aumento, y su cuerpecito se contorneaba tratando de
sacar mi pinga de su culo, yo al no querer ver interrumpido este sublime momento
me aferr� mas a su cintura y acrecentando la fuerza de mis movimientos arremet�a
contra sus gl�teos pues todo el di�metro de mi verga ya hab�a logrado la
penetraci�n, no se realmente cuanto tiempo estuve galopando sobre ella, pero
llego el momento de la culminaci�n, sent�a el mayor placer alcanzado, incluso a
la mamada de Helen, mi pene estaba a punto de estallar, as� es que retire la
pinga de su dilatado y roto ano del que vert�a una l�nea de sangre, y la cargue
para darle vuelta, cuando su rostro quedo mirando as�a mi, apunte mi virilidad
hacia sus labios rojos que estaban entre abiertos y di inicio al mas glorioso
orgasmo vivido hasta ese momento eyaculando sin parar, vaciando toda mi leche
sobre ella, tan violenta fue la corrida que no pudo evitar tragarse gran parte
de mi semen y el resto se desbordaba por sus mejillas.


Agotado por la faena ca� rendido en la cama, y aun agitado
cargue otra dosis de droga, mientras ella se levantaba, tomando su minifalda fue
al ba�o donde estuvo un par de minutos. Me empez� a remorder la conciencia y
luchaba por no hacerle caso, cuando de pronto se abri� la puerta del ba�o y
sali� ella con una sonrisa coqueta, se acerc� a mi suavemente y d�ndome un beso
en los labios con ternura me dijo "Por si te interesa mi nombre es Sophie" se
dio media vuelta hacia la puerta y casi al salir me dirigi� una mirada tierna
dibuj� otra sonrisa mas bella a�n que la anterior y levantando su mano me dio el
adi�s para luego alejarse hasta perderse de mi vista y de mi vida. Me quede un
par de horas mas en la habitaci�n en un mundo de confusi�n. Me mande unos tiros
mas, para luego levantar mi duro cuerpo con una satisfecha sonrisa me retire del
hotel y despidi�ndome y agradeciendo a Kike me marche de ese barrio que
resguardar�a el mas placentero y extra�o recuerdo.




Cocaine Wildman






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Continuar� Capitulo III : La estrategia perfecta


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Relato: Helen el despertar de un sentimiento (I)
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