Relato: Rituales sexuales





Relato: Rituales sexuales

Cuando acept� aquel trabajo no era consciente de los riesgos
que entra�aba. Deb�a iniciar el estudio antropol�gico de una tribu que hab�a
sido recientemente descubierta en el centro de �frica, en una selva virgen. La
Universidad en donde daba clases hab�a decidido que era mejor que me tomara esas
"vacaciones" para recuperarme de la separaci�n de mi esposa, que hab�a sido muy
traum�tica, qued�ndome yo con nuestros dos hijos: Pablo y Alicia, de 11 y 12
a�os respectivamente. Yo por entonces tenia 35 a�os, y estaba de bastante buen
ver.



Como solamente �bamos a estar un mes all�, me lleve a los chicos conmigo, para
que vivieran una experiencia �nica en la naturaleza mas salvaje. No pude
imaginar cu�n �nica ser�a...



Nos instalamos al lado de su campamento. Eran una gente muy reservada, ya que no
conoc�an a los hombres blancos, y se sabia poco de ellos. Vivian en chozas
comunales y no parec�an peligrosos. Se hab�an mostrado siempre muy reservados,
pero tambi�n curiosos por la novedad que aparec�a ante ellos. Nosotros �ramos
cinco personas. Otra antrop�loga mas mayor que yo, de unos 40 a�os, los chicos y
yo.



Para integrarnos con ellos adoptamos algunas de sus costumbres, como ir
desnudos. En casa siempre hab�amos sido reservados, y al principio nos costo un
poco. Tuve que explicarles que era natural, aunque en la ciudad no lo hac�amos,
y que era muy c�modo adem�s. Al principio evit�bamos encontrarnos incluso, para
no vernos, pero nos fuimos acostumbrando, aunque algunas veces no pod�amos
evitar estar medio empalmados, y era un poco de compromiso. Al ind�gena le tuve
que llamar la atenci�n, porque lo pille empalmado delante de los chicos, que le
miraban al rabo alucinando.



A los pocos d�as ya est�bamos muy integrados, y ellos hab�an cogido confianza y
nos miraban con todo el descaro del mundo, iniciando t�midos acercamientos. Mis
hijos lo llevaron bien, estaban siempre con nosotros, pero hab�an jugado con
chicos de la aldea, siempre a mi vista, y parec�an estar pas�ndoselo en grande.




Conseguimos comprender que los ind�genas nos estaban pidiendo ayuda. Llegu� a
entender que algunos hab�an muerto, y que muchos no aparentaban buena salud. Me
llevaron a una tienda apartada, donde una pareja, una mujer y un hombre j�venes,
permanec�an en la cama. Estaban muy enfermos, casi moribundos. Enseguida me di
cuenta de lo que buscaban en nosotros, y la doctora y yo comenzamos a
reconocerlos inmediatamente. Tras observar sus genitales no tuvimos duda:
s�filis. Seguramente alg�n miembro de la expedici�n que les hab�a descubierto
hab�a follado con alguna mujer de la tribu, contagi�ndole la enfermedad, y
parec�a que haber bastantes afectados. Inmediatamente distribuimos peque�as
dosis de penicilina de nuestro muy bien surtido botiqu�n que hab�amos tra�do.
Acertamos al distribuir al dosis, ya que a la semana o diez d�as, la aldea hab�a
recuperado una alegr�a tremenda. Todos se encontraban mucho mejor, incluso los
moribundos. La penicilina les hab�a hecho un efecto fulminante, ya que nunca
hab�an estado expuestos a ning�n medicamento.



Su relaci�n cambio radicalmente con nosotros, pasaron a considerarnos una
especie de grandes magos. Esto distorsionaba un poco mi estudio, pero
seguramente nos permitir�a participar mas activamente de su vida social.



La sorpresa me la lleve cuando, al entrar un d�a en la aldea, me encontr� a una
pareja follando en la tienda comunal, a la vista de todos, chicos y mayores, que
actuaban con total normalidad. Yo tambi�n lo intente, pero me era imposible de
abstraerme. Estaban a la vista de unas cincuenta personas, y actuaban con una
libertad total. El chico la estaba montando a cuatro patas, y la mujer, mucho
mas mayor que el, gem�a sin cortarse en absoluto. Al momento la escena me
comenz� a provocar una erecci�n. Vi que otros hombres mostraban sus erecciones
sin ning�n pudor, permaneciendo sentados o andando sin darle mayor importancia.
Un hombre mayor se hac�a una paja mientras miraba la escena. Cuando estuvo a
punto de correrse, avis� a los dem�s y me qued� pasmado al ver que una chica
joven se acercaba y pon�a su boca a la altura de la pija. El chorro blanco de
esperma sali� disparado directamente a la boca de la muchacha, que estaba
abierta. Es m�s, cuando termin� de salir la espesa guasca, la mujer tom� el rabo
al hombre y se puso a chup�rselo para tragarse todos los restos.



Mi polla sigui� irgui�ndose, y provocando las miradas de la gente, ya que estoy
operado de fimosis y ninguno de ellos lo estaba, as� que ve�an mi rabo un poco
raro. De repente vi que mis hijos estaban all� tambi�n, sentados con los dem�s
de la aldea. Me hab�an visto llegar y me miraban boquiabiertos. Pablo se tapaba
con las manos la erecci�n que presentaba, pero el chico que estaba sentado entre
ellos dos, de unos catorce a�os, estaba sentado mostrando su polla totalmente
erecta sin ning�n recato, incluso rasc�ndose los huevos de vez en cuando. Me
violento un poco ver aquel rabo dispuesto tan cerca de Alicia, que miraba de
reojo hacia todos los sitios para evitar verme.



Decid� comportarme normalmente y les salude al entrar. La pareja que follaba
termino entre grandes gemidos. Ella permaneci� un rato con las piernas hacia
arriba. Es una pr�ctica aconsejada algunas veces para retener el semen dentro y
favorecer su evoluci�n para quedarse pre�ada. La mujer era bastante mayor, as�
que no creo que ya pudiera tener hijos, no lo sabia en aquel momento.



Empec� a observar que los ritos sexuales ten�an mucha importancia para aquella
gente. No parec�an tener ning�n pudor en hacerlo abiertamente. Las relaciones
homosexuales tambi�n eran frecuentes, y las parejas que se formaban eran de lo
mas dispares.



Los cortejos eran cortos. Solamente hab�a que mostrar la predisposici�n. En una
ocasi�n vi a un abuelo de la tribu d�ndole a mamar el rabo a un ni�o. A nosotros
no nos tocaban, no lo hab�an hecho todav�a, porque nos ve�an muy diferentes.
Estaban tan agradecidos por haberlos curado que nos iban a considerar miembros
honorarios de la tribu, y ten�an un rito para eso.



Los j�venes pasaban las t�picas ceremonias de iniciaci�n en la pubertad. Pero
para nosotros no habr�a pruebas �ramos miembros de pleno derecho porque hab�amos
demostrado nuestra sabidur�a al curarlos. Me imagin� que las pruebas de los
chicos incluir�a alg�n tipo de iniciaci�n sexual, pero no pod�amos negarnos a
ello, de seguro ofender�amos sobremanera a la tribu. Adem�s, como experimento
sociol�gico era impresionante. Por otra parte, la doctora estaba encantada ante
la posibilidad de poder follar.



El d�a fijado para la iniciaci�n los chicos salieron a cazar una gacela, como
prueba de madurez. Mi hijo iba con ellos. Se estaba convirtiendo en un autentico
salvaje. Alicia tambi�n. Me pon�a enfermo verla despatarrada por todos sitios,
ense��ndole el co�o a todo el mundo, pero la chica lo ve�a ya como algo muy
normal. Alguna vez sorprend� a alguno mir�ndoselo directamente, y me daba p�nico
que nos perdieran el respeto y ocurriera algo.



Cuando volvieron los chicos con la gacela muerta empez� la fiesta. Todos
est�bamos reunidos, bebiendo un aguardiente que fabrican fermentando hierbas,
bastante fuerte. La siguiente fase del rito nos dejo helados. Los chicos ten�an
prohibido tocarse y pajearse hasta ese momento, de hecho a mi me hab�a llamado
la atenci�n que aunque mostraban erecciones, no se pajeaban ni follaban ni nada.
Si que vi como alguno se la mamaba a alg�n hombre adulto, pero nada m�s.



El jefe de la tribu dijo algo, y los chicos empezaron a pajearse all�, delante
de todos. Pablo no parec�a estar nada cortado, y se masturbaba orgulloso, porque
era de los mayores y tenia un rabo bastante grande para su edad. En un momento
me qued� helado. Uno de los chicos mayores se inclino sobre la gacela y la
foll�. As�, directamente. Le meti� el rabo en el conejo y le empez� a dar
enculadas, delante de todos. Cuando se la saco se acerco al jefe, ense��ndole el
rabo, el jefe dijo algo y todos aclamaron. Vimos que el chico mostraba el rabo
corrido, con semen, y que el jefe confirmaba que era un hombre, que hab�a echado
la primera lechada...



Inmediatamente ocupo su lugar otro chico, y luego otro, y otro, as� hasta los
seis j�venes. Mi hijo resulto ser un buen follador. Se corri� enseguida, con
fuertes enculadas y un gemido de placer que dio con su voz que a�n era de ni�o,
y sac� la verga llena de semen. El ritual exig�a que se le ense�ara al jefe y al
padre en la ceremonia, as� que me vi mirando la polla de mi hijo, llena de semen
de otros t�os y despu�s de haberse tirado a la gacela, y todo esto con el rabo
totalmente tieso.



Una de las chicas j�venes que no participaba en la ceremonia, de unos diez a�os,
se me acerc� y empez� a acariciar mi pito. Pas� as� un tiempo murmurando
cosas en su dialecto. Nadie dec�a nada. Nadie daba muestras de desaprobaci�n. Mi
pija fue endureci�ndose hasta alcanzar el m�ximo. Fue cuando la ni�a se meti� mi
polla en la boca, delante de todo el mundo. La gente me animaba. La doctora se
acerc� y me dijo que estaban pidiendo que me moviera y que tocara a la ni�a. Yo
alucinaba con lo que aquella criatura me estaba haciendo. Fue una de las mejores
mamadas que me hab�an hecho. Cuando estaba a punto de correrme, presa del morbo,
el jefe me indic� que siguiera, y le largu� una corrida sensacional dentro de su
boca. La chica se lo trag� todo, dej�ndome el rabo limpio totalmente. Mi corrida
fue celebrada tambi�n por todos. Al parecer ten�an la creencia que el semen
conten�a todas las esencias del ser. Sobre todo la sabidur�a, y que si se lo
daban a beber a los ni�os, estos serian mas sabios. Era por este motivo por el
que, pr�cticamente, orde�aban a los mas viejos, porque se les consideraba mas
sabios. En cuanto alguno la tenia dura, enseguida tenia a un ni�ato
comi�ndosela. El jefe me indico que la chica que me la hab�a comido era su hija,
y que me iba ha hacer el honor de corresponderle. Como Pablo ya hab�a iniciado
la ceremonia, no se le consideraba ya apto para beber semen. Alicia si era
considerada apta, y el jefe la llam�, levantando su traje de ceremonia y
mostrando una buena erecci�n y un pito bastante gordo, con el capullo muy
desarrollado. Quise decirle que se detuviera, pero la doctora me dijo que ni se
me ocurriera porque eso ofender�a sobremanera al jefe. Alicia se acerc� con
timidez y le agarr� el rabo. Lo masaje� un ratito y cerr� los ojos al met�rselo
en la boca con dureza. El jefe dio un respingo y le indic� que fuera despacio,
le hizo unos cari�os en los rubios cabellos y le dijo con gestos que le pasara
la lengua por la pija y luego le comiera el capullo. Ver a mi hija de 12 a�os
comi�ndole el rabo a un abuelo me produjo una sensaci�n extra�a. Adem�s ten�a
que tragarse el semen que le diera. Pero la empalmada no se me bajaba para
nada...



Los chicos ahora descansaban. Algunos se pajeaban, como para recuperar tanto
tiempo sin hacer algo tan placentero. Todav�a no vi a ninguno follar, pero casi
todos los hombres se pajeaban, entre ellos Pablo, que se hizo su primera paja
viendo la mamada de Alicia y despu�s la leche que se escurr�a por el conejo de
la gacela.



El jefe se corri� empujando la cabeza de Alicia hacia �l. Ella al principio se
atragant�, pero no dej� escapar ni una gota. Se lo trag� todo y limpi� el pene
despu�s con gran maestr�a. Cuando termino el jefe me hizo un gesto con la mano,
indicando que lo hab�a pasado bien, que mi hija era buena mamadora. Yo me quede
pensativo. Hasta ahora podr�a haber hecho que todas las mujeres de la tribu me
la chuparan. No sabia si Pablo y Alicia ya lo hab�an hecho antes y hab�an
probado el semen de toda aquella gente. No quer�a saberlo....



Ahora era el turno de las chicas. Correspond�a al jefe desvirgarlas a todas, a
las seis, incluida a su hija. Vi como se desarrollaba la escena. Se pusieran
todas a cuatro patas, incluida Alicia, cuyas nalgas yo pod�a ver perfectamente,
a unos metros, totalmente blancas en comparaci�n con el resto. Mi pito volvi� a
endurecerse. El jefe se acerc� mientras se acariciaba la polla y untando en el
conejito de las chicas un liquido. Las v�rgenes eran del jefe. Empez� la follada
con una bastante gordita, de unos once a�os. Fue muy cuidadoso y le dilato bien
el conejo, la polla del jefe entro con suavidad en aquella cueva virgen, ante
toda la aldea. El jefe la encul� a cuatro patas unos instantes, mientras la
gente volv�a a darse fiesta. Ahora hab�a parejas follando y masturb�ndose por
todos sitios. Un ni�o de unos ocho a�os se acerc� y me chup� el pito otra vez en
ese momento.



Enseguida el jefe le sac� la dura picha a la gordita y se la puso detr�s de
otra. Vi que el hombre tenia que desvirgarlas, pero no tenia que correrse. La
ultima fue su hija. Estaba en �ltimo lugar porque el semen del jefe, el hombre
mas sabio, era el mas deseado, y el le iba a dar su regalo a su hija.



Tambi�n fue cuidadoso con ella. Tambi�n a cuatro patas, pero dejo que fuera ella
quien le guiara el rabo y controlara la clavada. Cuando estuvo dentro dejo que
la vagina se acostumbrara al nuevo tama�o, como con el resto de las chicas. Esta
vez su metesaca era m�s r�pido, no quer�a su hija sufriera mucho rato. Meti� su
pija mas fuerte y gimi�, derramando su leche dentro del co�ito. Cuando la
desmonto ense�o orgulloso su rabo desinflado y cubierto de jugos, y el conejo
dilatado de la chica, con gran fiesta por parte de todos. Pas� la lengua por el
sexo de su hija. Eso significaba que el co�o ten�a la bendici�n real de por vida



Llegaba el turno de los chicos. Todos ten�an sus pollas duras de nuevo, y se las
acariciaban muy suave ante lo que venia ahora. Las t�as segu�an a cuatro patas.



Al parecer, lo chicos eleg�an a la chica que m�s les gustara. El que escogi� a
Alicia no me gusto nada. Era de los mayores, unos 14 a�os, y era un t�o grande y
fuerte. Tenia una de las pollas mas grandes de los j�venes. Vi claramente como
el gran pito entraba en mi hija y como ella gem�a y se la acomodaba para tenerla
dentro sin problemas. El chico gimi� cuando sinti� la humedad de ella
envolvi�ndole el sexo. Empez� a foll�rsela muy fuerte, tanto que se le sali� la
polla algunas veces, hasta que comprendi� c�mo tenia que moverse. Alicia tuvo su
primer orgasmo en ese momento, y el chico se fue dentro de ella, dejando su
semen dentro.



Pablo result� un buen semental. Vi como se tiraba a una muchacha a cuatro patas.
Era buena hembra, de unos 13 a�os, pero con un conejito bien formado y abultado.
Vi como situaba su rabo en la entrada del co�o y como apretaba el culo para
clav�rsela a la t�a. Lo hizo despacio, sin parar de gemir del gusto que le daba.
Lleg� un momento en el que su rabo de 15 cms pareci� ser absorbido hacia dentro,
y su pelvis empujada hacia la chica. Su respiraci�n se aceler�, diciendo lo
bueno que era eso. Sus clavadas eran cortas, lo que hizo que no se saliera ni
una sola vez. La primera follada de mi hijo fue un �xito completo. La chica se
corri� y el fue una aut�ntica taladradora, la dejo bien llena de semen. Seg�n
los t�os terminaban el polvo, se entend�a que ya eran adultos, y pod�an hacer lo
que quisieran. El t�o con el rabo mas grande del campamento, un chaval de 17 o
18 a�os que lucia un rabo de unos 21 cms se acerc� a la doctora, con el aparato
mir�ndole directamente. Ella ni abri� la boca. Se dio la vuelta y le ofreci� la
vagina. El t�o se puso tras ella y comenz� a trabaj�rselo, para prepararlo. La
muy cerda casi gritaba cuando el t�o le meti� dos dedos, y despu�s cuatro, pero
el t�o los sacaba tan brillantes que no se pod�a negar que estaba lubricando
como una puta. El chico result� ser muy bueno manejando su aparato: La doctora
jadeaba muy fuerte, la clavada dur� bastante, y la doctora debi� correrse tres
veces. La corrida del t�o fue bestial, derribando a la doctora, que dio con las
tetas y la cara en el suelo. Cuando el t�o se sali�, el co�o de ella permaneci�
abierto un momento, por lo que hab�a tenido dentro.



Vi como algunos chicos empezaban a ofrecer su culo. Se acerc� a m� uno que
tendr�a 11 a�os o as�, y se me puso delante, tambi�n a cuatro patas,
ofreci�ndome un ojete tierno y dejando ver su colita y sus huevos sin pelos
colgando. Vi c�mo mi hijo era requerido tambi�n por otro chico de unos 15 a�os.
Tenia la polla peque�a, pero unos huevos enormes. Seguro que lo iba a dejar
lleno de semen. El chico fue cuidadoso con �l. Le trabajo un rato, se lo chup�
un tiempo mientras el rabo de Pablo se ve�a entre las piernas totalmente
endurecido de nuevo. Le meti� la picha suavemente y lo fue follando despacio,
cosa que no evit� que su cara hiciera muecas de dolor continuamente. Aguant�
bien la follada, aunque perdi� la erecci�n, imagino que como consecuencia del
dolor.



La fiesta termino muy tarde, y mis hijos ya no vinieron a dormir a nuestro
campamento. Se quedaron en la aldea, y al d�a siguiente, cuando fui a buscarlos,
los encontr� durmiendo abrazados. Alicia tenia el co�o muy dilatado, con
abundante esperma seco manch�ndolo por fuera y por el interior de las piernas.
El pene de Pablo estaba como irritado, y su culo tambi�n aparec�a con rastros de
semen seco.



El d�a de la despedida llego y tuvimos que hacer las maletas para volver a la
civilizaci�n. La despedida fue brutal, con una gran fiesta que siempre
recordaremos (En la fiesta, el jefe le meti� la pija a Pablo, me la chuparon
casi todas las ni�as peque�as de la aldea y tuve mi �ltimo polvo con la doctora,
y no menos de 16 personas deben haber acabado en la boca de mi hija). En el
viaje pact� con la doctora que esto seria un secreto entre nosotros.



Mi relaci�n con mis hijos cambio radicalmente. Pasamos a ser una familia mucho
mas abierta. Seguimos durante mucho tiempo follando entre nosotros tres. No lo
hab�amos pensado, pero la noche que volvimos a casa, y estando yo ya en la cama,
mi hija vino a mi cuarto desnuda. Actu� como hac�an los de la tribu, dej�ndome
claro que quer�a follar. Hab�a adoptado su forma de actuar. Se sent� en la cama
con las piernas abiertas y toc�ndose el conejo. Yo me destape, dorm�a desnudo, y
deje mi rabo a su alcance. Lo agarro y empez� a mam�rmelo, dedic�ndome una de
las mejores mamadas de las que he disfrutado, y se puso a cuatro patas delante
m�o, ofreci�ndome su conejo. Yo le dije que hab�a tambi�n otras formas de
hacerlo, que tambi�n daban mucho gusto, ya que solamente hab�an follado a cuatro
patas o en la postura del misionero. Le dije que se sentara encima m�o,
controlando ella la clavada. As� lo hizo, meti�ndose mi pito sin ninguna
dificultad. Empez� a moverse arriba y abajo, disfrutando del gusto que le daba
controlar ella la velocidad y la profundidad de la follada. As� est�bamos cuando
Pablo entro, ya que est�bamos con la puerta abierta y gimiendo como cerdos, y se
nos quedo mirando alucinado, no sabia que tambi�n se pod�a follar as�. Se quito
el calzoncillo que tra�a y se quedo de pie mir�ndonos con su pija parada a m�s
no dar. La escena me calent� tanto que me corr� enseguida, llenando el co�o de
mi hija por primera vez con mi leche. Alicia se sac� mi rabo y, aunque estaba
muy caliente aun no se hab�a corrido, se dispuso en la cama para recibir a
Pablo.



El chico no perdi� el tiempo, ya hab�a aprendido que las t�as reci�n folladas no
necesitan preparaci�n previa, y se la meti� de una atacada. Venia observando que
era bastante duro follando, que le gustaba dar buenas enculadas. Me imagine su
polla flotando entre mi semen dentro del co�o de Alicia y como su esperma se
mezclaba con el m�o. Ver a mis hijos follando me volvi� a calentar much�simo,
as� que participe en la escena a trav�s de Pablo. Me situ� detr�s de el con el
rabo ya empalmado, y empec� a trabajarle el ojete mientras se segu�a tirando a
Alicia. Pablo gem�a, y yo notaba como su ano recib�a mis dedos dilat�ndose a su
paso, aunque todav�a era bastante estrecho. Le hab�a visto follar mas veces con
aquel chico que lo desvirgo en la fiesta, as� que seguramente su culo no hubiera
recibido pollas como la m�a, cosa que no ocurr�a con mi hija.



Puse mi rabo en su culo, y aprovechando su movimiento fui introduci�ndole mi
capullo dentro. Pablo gem�a, pero su ano respond�a bastante bien al ataque de mi
verga. Cuando mis huevos pegaron con los suyos comprend� que la tenia toda
dentro. Empec� a empujar un poco mas, provocando que Pablo se apretara contra
Alicia, montando as� un s�ndwich de lo mas sugerente. Nuestras corridas vinieron
al momento. Al descargar Pablo y note como su ano se apretaba y se aflojaba, y
mi rabo respondi� a eso con una gran corrida en lo mas adentro de mi hijo.
Alicia casi gritaba del gusto. Creo que hab�a tenido su primer orgasmo.



Los tres nos hemos convertido en unos amantes extraordinarios, y cuando podemos
intercambiamos fluidos, los tres juntos o por separado. Alguna vez nos visita la
doctora que sabe que en mi casa puede disfrutar de un par de vergas sin
problemas. Siempre nos reclama su raci�n de semen, aunque prefiere tragarlo que
recibirlo en el co�o o en el culo.


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