Relato: Una putita gringa



Relato: Una putita gringa

U n a p u t i t a g r i n g a



Hola, les voy a relatar una de las aventuras de Mona, una
hermosa putita gringa que esta como quiere, la historia es real ella me la cont�
por mail y yo solamente la escrib� para publicarla.



Su nombre es Mona, naci� y creci� en los estados unidos y
habla muy bien el espa�ol porque su papa era latino y siempre quiso que ella
aprendiera los dos idiomas a la vez, el ingl�s y el espa�ol.



Mona tiene treinta a�os de edad, de piel blanca, 1.66 mts. de
estatura, y de medidas 88-60-90, todos los hombres que la conocen dicen que es
muy guapa y que esta muy buena. Sus nalgas son redondas, paraditas y suavecitas,
su cintura es estrecha debido el ejercicio continuo que realiza, sus piernas son
largas y torneadas, sus chiches son hermosas y firmes, su panocha es linda y
apretadita, su culito es rosado y fruncido y aprieta muy bien la verga y su
boquita es linda, carnosita y se ajusta como un guante a todos los tama�os de
pitos. En fin, que nunca nadie se ha quejado de su cuerpo y muchos son los que
lo han gozado en todo su esplendor. Todo esto lo podr�n comprobar con las fotos
de Mona que adornan este relato.



Desde muy joven despert� al sexo con una animaci�n y una
voracidad poco comunes en las adolescentes de su edad. En cuanto descubri� la
verga y todos los placeres que preceden y acompa�an al acto sexual, ya no se
pudo separar de ellos y hasta la fecha sigue gozando con todos los hombres que
le gustan, y si son dos o m�s a la vez, pues todav�a lo goza m�s. Pero no se me
vayan a ir con la finta, no estoy diciendo que ella sea una puta callejera,
solamente tiene una definida vocaci�n de puta, pero por lo dem�s, es una mujer
culta, profesionista, refinada y elegante a quien le gusta vestir sexy y mostrar
generosamente los atributos que la naturaleza le dio, pero cuando le gusta un
hombre, pues simplemente se lo lleva a la cama y le exprime la verga con todas
las partes de su cuerpo.



Mona esta casada con un hombre al que ella considera
maravilloso y el mejor de los hombres y al que ama y respeta con toda el alma y
que desde el principio ha comprendido y aceptado su vocaci�n de puta, y no solo
la ha comprendido sino que la ha animado y encauzado por placeres que ella nunca
se hab�a imaginado. No es un hombre mis�gino, machista ni celoso y le gusta que
ella pueda gozar de su sexualidad abiertamente y sin falsos tab�es
convencionales que son los que impiden a muchas mujeres el abrirse a disfrutar
un mundo que generalmente les esta vedado debido precisamente a esos tab�es y a
los convencionalismos sociales y religiosos.



La historia que voy a contar es real y sucedi� en un lugar de
la ciudad de M�xico en uno de los viajes de placer que su esposo y ella realizan
ocasionalmente a diversas partes del mundo.



En esta ocasi�n que sucedi� el a�o pasado, decidieron visitar
la ciudad de M�xico y conocerla un poco mas a fondo pues aunque ya la hab�an
visitado anteriormente, siempre hab�a sido pr�cticamente de pasada sin conocerla
realmente. Durante varios d�as visitaron museos y teatros y otros lugares de
inter�s incluyendo el centro de la ciudad, y ah� fue donde sucedi� lo
inesperado.



Despu�s de un ajetreado d�a de paseos, fueron a cenar a un
restaurante-bar del centro de la ciudad, en donde comieron y bebieron y despu�s
de varias copas, ella tenia unas ganas inmensas de coger y de que se la cogieran
por todos sus orificios, pero no quer�a hacerlo con su marido, quer�a hacerlo
con alg�n extra�o, con un mexicano moreno, se lo comento a su esposo y el estuvo
de acuerdo en que deber�an buscar a alg�n hombre para que le bajara la calentura
a ella. Vieron a los hombres que hab�a en ese momento en el bar y ninguno le
llamo la atenci�n a Mona pues ella quer�a a un hombre de barrio pues ya tenia
alg�n tiempo con la fantas�a de que se la cogiera alg�n obrero o alba�il o algo
por el estilo y en el bar no hab�a en ese momento nadie que pareciera ser un
obrero, pues claro, ya que se encontraban en un bar de lujo y en M�xico los
hombres de barrio no asisten a ese tipo de lugares.



En fin que decidieron que ella saldr�a a caminar por las
calles del centro tratando de ligar a alguien y que el la esperar�a en el hotel,
esto ya lo hab�an hecho anteriormente en otras ciudades del mundo por lo que les
pareci� natural el hacerlo en M�xico.



Mona iba vestida con una minifalda color rosa que dejaba ver
buena parte de sus hermosos muslos, y una blusa blanca escotada y mostrando una
parte de sus preciosos pechos.




Ya eran m�s de las once de la noche y mona ya hab�a recorrido
tres o cuatro calles cuando empez� a sentir cierto temor pues las calles se
encontraban muy solas. Su temor era a sufrir una violaci�n pues a ella le
gustaba la verga con singular alegr�a y adoraba que se la cogieran, pero no le gustaba la violencia, ella era puta de coraz�n y
pod�a coger y entregarse a cualquier hombre pero siempre y cuando no
interviniera la violencia, pues si ella era capaz de dar cualquier cosa de buen
modo, �para que quit�rselo de mal modo?, de manera que el encontrarse sola en un
lugar que no conoc�a y tan desolado como se encontraba el rumbo en ese momento,
si le dio miedo, y entonces decidi� que regresar�a a su hotel y coger�a con su
marido hasta exprimirle la verga por completo, y camino mas r�pido para
regresar.



Y en eso estaba pensando, cuando debido a la penumbra que
imperaba en esa calle, sus pies tropezaron fuertemente con algo, de momento
pens� que se trataba de alg�n bulto que alguien hab�a dejado tirado en el suelo,
pero al voltear hacia abajo vio que se trataba de un hombre que se encontraba
sentado en la banqueta, era un vagabundo, un vagabundo mugroso y desali�ado,
quien al sentir el puntapi� que Mona le propino sin querer, le dijo:





Ora pinch� vieja pendeja, �que no se fija por donde
chingados camina?


Disculpe usted �contesto ella tratando de reponerse del
susto inicial- es que no lo vi. a usted ah� tirado.


�Pues que esta usted ciega o que?


Pues claro que no estoy ciega pero no estaba viendo hacia
el piso.





Mona decidi� dar por terminada la discusi�n y seguir con su
camino, pero en eso se dio cuenta que tres vagabundos mas ya la estaban rodeando
e impidi�ndole el paso. Los cuatro tipos estaban mugrosos y vestidos con ropas
sucias, y su edad era indefinible, a los ojos de Mona, pod�an estar entre los
treinta y los setenta a�os





Con permiso �dijo ella tratando de pasar entre los
vagabundos, pero uno de ellos la tomo de un brazo y le dijo.


Ni madres se�orita usted no se puede ir as� nada mas,
acaba usted de patear a uno de mis compa�eros y tiene que hacer algo por el.


Pero si ya le dije que fue sin querer �contesto ella- y
tambi�n ya le ped� disculpas.


No es suficiente con pedir disculpas�


�Y que es lo que quieren? �pregunto ella pensando que
quiz�s quisieran dinero, si eso era lo que quer�an pues ella se los dar�a y
se ir�a.


Tenemos que ver si no esta herido o algo as� �dijo el
tipo.


�Pero como va a estar herido si solo fue un peque�o
puntapi�?


Eso no lo sabemos, nosotros solo vimos que usted lo
pateo, ahora hay que revisarlo para ver si no le duele nada.


Esta bien �contesto ella- si quieren les doy dinero para
que lo lleven con un medico para que lo revise.


Eso no se�orita, no queremos su dinero, usted fue quien
lo pateo y usted debe de revisarlo.


De acuerdo �dijo ella despu�s de pensarlo por unos
momentos y adivinando quiz�s lo que los vagabundos quer�an- �que hago para
revisarlo?.


Pues primero que nada debemos de meterlo a la casa �dijo
el tipo.


�A cual casa? -pregunt� mona.


Pues a esta, que es nuestra casa �dijo nuevamente el tipo
se�alando un hoyo en la oscura pared el cual estaba tapado con una tabla y
Mona ni siquiera hab�a visto antes. Este media m�s o menos un metro de alto
por uno de ancho.


�Ah� es su casa? �pregunto ella un tanto incr�dula.


Claro que si, aqu� es nuestra casa.





Y el tipo procedi� a quitar la madera que tapaba el hoyo,
luego la hicieron entrar primero a ella, a gatas naturalmente y despu�s entraron
todos los dem�s.



La dichosa casa era solamente un cuarto grande de esos de
techo alto sostenido con vigas, y otra habitaci�n peque�a que probablemente era
el ba�o y que estaba separada solamente con una cortina que en sus mejores
tiempos quiz�s hab�a sido blanca. Ol�a a mugre, a viejo, y a humedad. Toda la
iluminaci�n proven�a de algunas velas y veladoras repartidas aqu� y all� por el
piso encima de latas y que ya estaban encendidas, d�ndole al ambiente un tono
t�trico. Como muebles solo ten�an un viejo sof�, dos sillas, y algunos colchones
y colchonetas viejos tendidos en el suelo, tambi�n hab�a algunas bolsas
supuestamente con basura, algunos pedazos de pan y varias botellas vac�as de
licor y de cerveza.



Acostaron al tipo "golpeado" en uno de los colchones y le
dijeron a Mona:





A ver rev�salo para que estemos seguros que no tiene
alg�n golpe delicado.





Mona no sabia que hacer, el estar con cuatro tipos mugrosos
dentro de un mugroso cuarto de vecindad, era algo con lo que ella no hab�a
contado, pero no sent�a miedo, por lo menos no sent�a miedo a que la fueran a
maltratar f�sicamente, y lo que si sent�a era un ligero cosquilleo en medio de
las piernas, pues la situaci�n era ins�lita para ella y no tenia idea de lo que
fuera a pasar aunque claro que si se lo imaginaba, y decidi� seguirles la
corriente. Se hinco junto al tipo que estaba acostado y t�midamente le toco
suavemente uno de los muslos por encima del pantal�n. Todos los hombres se le
quedaron viendo con una mirada libidinosa y llena de deseo, pues al inclinarse,
ella mostraba generosamente sus muslos y muy buena parte de sus apetecibles
chiches.





As� no pendeja �le dijo uno de los tipos- debes bajarle
el pantal�n para revisarlo bien.





Mona d�cilmente le desabrocho el bot�n del pantal�n ya que el
hombre no ten�a cintur�n, y le bajo lentamente el pantal�n y casi de inmediato
se dio cuenta de que el tipo no usaba calzones. Le bajo el pantal�n hasta las
rodillas mientras el cooperaba levantando un poco la cadera. Mona se le quedo
viendo al enorme chorizo que el hombre mostraba descaradamente, era un pito
grande a pesar de estar en estado de flacidez, y estaba bastante negro, en parte
por lo moreno que era el tipo y en parte por la mugre que guardaba quien sabe
desde cuanto tiempo atr�s, adem�s de inmediato le llego a Mona un olor especial
mezcla de suciedad y de verga de macho.



Ella empez� a tocar el muslo desnudo del tipo como buscando
alguna posible huella del golpe, aunque claro que ella sabia que no encontrar�a
nada pues el golpe no hab�a sido tan duro, y ella entend�a que los tipos la
hab�an metido a aquel cuartucho para algo mas que revisar la pierna de aquel
vagabundo, y decidi� cooperar con ellos, pues la situaci�n era altamente morbosa
y su calentura ya le estaba subiendo por todo el cuerpo hasta alcanzarle el
cerebro.



Volvi� a pasar la mano por el mugroso muslo ahora desnudo,
hasta la ingle pero sin atreverse a tocar el pito.





�En donde te duele hermano? �pregunto uno de los
presentes al tipo que estaba acostado.


Aqu� �contesto el tipo se�al�ndose la verga- aqu� es
donde ella me pego y aqu� es donde me duele.


Ya o�ste putita pendeja, sobale donde le duele para ver
si se le baja un poco el dolor.





Mona escucho esas palabras y se estremeci�, no de temor, sino
de placer anticipado. Tomo el enorme camote en una de sus manitas y lo comenz� a
sobar delicada y deliciosamente, y el pito de inmediato empez� a crecer, ella
sigui� sobandolo y con la otra mano le agarro tambi�n los huevos hasta que el
pito quedo totalmente parado en toda su extensi�n.





�Todav�a le duele mucho se�or? �pregunto Mona fingiendo
inocencia.


Si putita, todav�a me duele mucho, sigue sobandolo
�contesto el tipo acostado.





El tipo alargo una de sus manos para tocar la cara de Mona,
le acaricio las mejillas con la mano mugrosa y rasposa y luego le puso un dedo
en la boca, ella abri� los labios un poco sabiendo lo que el quer�a y el le
meti� el dedo en la boquita de ella, quien empez� a chuparlo como si fuera un
peque�o pito, y el tipo le dijo:





Tienes una boquita preciosa y se ve que te gusta mucho
mamar, y como todav�a me duele mi verga, seria bueno que me la sobaras con
la lengua, �Qu� te parece?










Si se�or �contesto ella sigui�ndole la corriente y ya
casi decidida a hacer cualquier cosa y sabore�ndose de antemano el camote
que se iba a comer- como usted quiera.





Y agach�ndose un poco mas, se meti� en la boca la cabeza del
enorme pito, no le importo que estuviera mugroso ni que oliera a rayos y supiera
peor que eso, ella lo �nico que quer�a en esos momentos era tener una verga en
la boca, fuera cual fuera. Comenz� a chuparla lentamente, le pasaba la lengua
por toda la cabeza, la besaba mimosamente, la saboreaba con deleite, y el tipo
estaba encantado con la boca de Mona en su vergota.



Pasaron un poco mas de diez minutos y los otros tres hombres
ya estaban demasiado calientes y sin poder aguantar mas se quitaron tambi�n
ellos la ropa y viendo que se hab�an topado con una verdadera puta hambrienta de
carne y que no le hacia remilgos a ninguna verga, se acercaron a ella los tres y
comenzaron a manosearla por todos lados y a desnudarla, esto sin que ella
soltara de su boca el chorizote que tenia mamando,



Uno de los tipos le quito la blusa mientras otro le sacaba la
falda y el tercero le bajo la peque�a tanga que ella llevaba puesta, luego le
quitaron los zapatos y con esto ella quedo totalmente encueradita para deleite
de los cuatro libidinosos hombres.



Mona segu�a entretenida chupando la verga del tipo acostado,
cuando sinti� que la jalaban por los hombros y muy a su pesar tuvo que sacar de
su boca la vergota que estaba saboreando, pero casi de inmediato sinti� otras
dos vergas que le golpeaban las mejillas, estas vergas estaban casi tan grandes
como la que hab�a estado mamando, e igual de prietas, mugrosas y apestosas, pero
a ella eso le vali� madres, su calentura ya estaba muy por arriba de su raz�n y
sin pensarlo tomo una de las vergas con sus hermosos labios y le dio repetidos
besos en su cabezota, luego tomo la otra e hizo lo mismo, despu�s se la meti� en
la boca hasta donde le cupo y alterno las mamadas con las dos vergas que tenia
en las manos mientras les sobaba los huevos a ambos.



Mientras Mona hacia esto, el otro de los hombre se hab�a
acostado en el suelo metiendo la cabeza entre las piernas de ella y le estaba
chupando su rica panochita haciendo con esto que ella se estremeciera mas y
perdiera totalmente la noci�n de la realidad de en donde se encontraba,
concentr�ndose solamente en el placer que aquellos cuatro tipos le estaban
proporcionando.



En eso uno de los hombres a quien le estaba mamando la verga,
la tomo por la cabeza y le encajo su pitote en la boca hasta donde pudo,
haciendo que ella lo sintiera hasta la garganta y le vinieran arcadas de vomito
debido al roce de la vergota con su campanilla, y el tipo al ver esto, le dijo:





No me vayas a vomitar en la verga cabrona puta cerda
porque te rompo la madre.





Ella se saco la verga de la boca y le contesto:





No se�or pero es que tiene usted la verga muy grande y me
la meti� usted muy profundo.


Yo te la puedo meter hasta donde yo quiera pinch�
mujerzuela putona y tendr�s que aguantarte.


Si se�or �volvi� a contestar ella meti�ndose de nuevo el
pitote en su delicada boquita.





Pero en eso el tipo que estaba acostado, el supuestamente
"golpeado" les dijo a sus compa�eros:





Bueno ya cabrones, dejen que yo me la coja primero, pues
despu�s de todo yo fui el ofendido.





Y diciendo esto, jalo a Mona por un brazo y la acost� junto a
el, le toco sus hermosas chiches estruj�ndoselas con fuerza, a la vez que la
besaba en la boca y ella correspondi� con pasi�n al beso del tipo asqueroso, le
meti� su leng�ita en su maloliente boca y se la paseo por todas partes d�ndole
peque�as mordidas en los labios y en la lengua del tipo, y luego este la hizo
que se montara sobre de el y se metiera el tremendo pitote en su ya chorreante
panochita, ella gustosamente se meti� todo el chile completo y se comenz� a
mover trepidatoriamente mientras segu�a bes�ndolo en la cara y en la boca,
parec�a que el hecho de que el tipo estuviera tan feo, tan mugroso y con una
barba de muchos d�as, era como un afrodis�aco especial para ella.



Pero los otros tipos estaban muy lejos de querer quedarse
quietos y aguardando su turno, de manera que todos la manoseaban sin ning�n
recato, ella sent�a manos fuertes y callosas por sus chiches, por sus nalgas,
por su culo, por sus piernas y por cada cent�metro cuadrado de su precioso
cuerpo. Y estuvieron as� por media hora hasta que el tipo que la tenia
ensartada, entre gemidos se vino dentro de ella.



Casi de inmediato la pararon de donde estaba y el tipo que ya
se hab�a venido en ella se paro para que otro ocupara su lugar, pero ellos no se
pon�an de acuerdo en quien era el elegido siguiente, entonces ella les dijo:





Ya cabrones es igual el que sea que se acueste pues al
fin que todos me van a meter sus vergotas por todos lados, metanmela por
donde quieran y como quieran y si quieren todos a la vez, pero ya, no me
hagan esperar.





Uno de los vagabundos se acost� en la cama y Mona se trepo en
la verga con una agilidad asombrosa que solo la da la experiencia de haberse
montado antes en tantas vergas, se recost� sobre el e hizo lo mismo que hiciera
con el anterior, lo besaba con verdadera pasi�n, como si fuera el pr�ncipe azul
que hubiera esperado toda su vida.



Otro de los tipos se hinco detr�s de ella, le abri� las
nalgas y le comenz� a besar y a lamer su tierno y hermoso culito, ella se
estremeci� al sentir en su retaguardia la lengua dura y rasposa del vagabundo,
tuvo otro orgasmo y se abrazo con mas fuerza al tipo que se la estaba clavando
en la panocha, lo sigui� besando en la boca sin dejar de acariciarle la cara
barbuda y mugrosa con sus delicadas manitas, y en eso sinti� que una verga
trataba de abrirse paso en su orificio trasero, trato de dilatar si esf�nter
como si estuviera a punto de cagar para que el pito entrara con mas facilidad y
sinti� cuando se lo met�an resbal�ndolo lentamente y sinti� dolor, pero se
aguanto porque el placer era aun mas fuerte que el dolor. Los gemidos, los
jadeos y los grititos de ella, hac�an que los tipos se calentaran mas y se les
parara mas la verga, si es que eso era posible.



Mona se acomodo como pudo a las dos vergas que tenia metidas
en su cuerpo, sinti� como los dos camotes se tocaban dentro de ella a trav�s de
la delgada pared que separaba sus dos orificios y se movi� como pudo en el poco
espacio que los dos cuerpos le dejaban libre, tratando de darle placer a las dos
vergas que la ten�an ensartada, pero aun le quedaba otra prueba mas, pues el
otro tipo se hinco delante de ella y le puso su verga en la cara, ella de
inmediato la tomo con la boca y comenz� a mamarla y a chuparla con placer
vali�ndole madre lo mugroso y apestoso que estaba ese pitote.



Y entre los tres tipos le siguieron dando ca�a a Mona casi
sin dejarla ni respirar, ella se sent�a en el cielo del placer sexual, pues
estos tres tipos estaban convirtiendo en realidad una de sus mas ansiadas y
deseadas fantas�as, ella siempre hab�a querido que varios desconocidos se la
cogieran por todos lados sin pedirle su parecer y que la trataran como a una
puta callejera, y ahora le estaba pasando exactamente eso, cuatro tipos le
estaban dando verga y estaban abusando de ella sin contemplaciones, y adem�s con
la situaci�n morbosa y altamente excitante para ella, de que se trataba de tipos
vagos y mugrosos, esto le daba a su fantas�a hecha realidad un rasgo especial de
morbosidad.



Y adem�s estaba la cuesti�n de que no la estaban violando,
sino de que ella se estaba entregando voluntariamente a las vergas de esos tipos
y esto la pon�a aun m�s caliente pues se sent�a m�s puta aun.



Despu�s de un rato de limarla con la verga, los tres tipos se
vinieron en ella, uno en su panocha, otro en su estrecho culito y el otro en su
boca y su cara. Ella quedo tendida en el colch�n totalmente desmadejada por el
placer experimentado. Era todo un espect�culo ver a la hermosa Mona totalmente
encuerada y despatarrada, tirada en un sucio colch�n en el suelo de una
habitaci�n pr�cticamente en ruinas y exponiendo toda su desnudez a la vista de
cuatro tipos vagos y sin oficio, los cuales naturalmente estaban encantados con la
presencia de la puta de Mona en su casa.




Los tipos sacaron una botella de licor sin ninguna marca y
comenzaron a tomar a grandes tragos, d�ndole tambi�n de tomar a ella.



Todos lo hombres se pararon desnudos alrededor de ella para
admirarla mejor y ella lo �nico que alcanzaba a ver bien desde donde estaba
acostada, eran cuatro vergas de buen tama�o, las cuales a pesar de que las
acababa de exprimir, parec�an andar buscando pelea nuevamente.





Que hermosa perra nos toco cogernos esta noche �dijo uno
de los tipos.


De verdad que si �comento otro- esta bien buena la puta
esta.


Si es cierto �dijo otro- y se ve que le gusta bastante la
verga, la disfruta mucho la muy zorra asquerosa.


Es una perra �dijo el ultimo a la vez que le lanzaba un
escupitajo a la cara.





La saliva del tipo le cay� a Mona en una mejilla, y ya se iba
a limpiar con una mano, cuando le cay� otro salivazo en la cara, todos los tipos
se rieron de la ocurrencia y se unieron a la practica comenzando todos a
escupirle en la cara, hasta que uno de ellos le dijo:





Abre el hocico pinch� puta cabrona.





Mona abri� la boca y casi de inmediato sinti� que uno de los
salivazos le ca�a dentro de su boquita y oy� decir a otro de los tipos.





Vamos a ver quien le atina m�s veces en el hocico a esta
perra cabrona.


Si �contestaron todos ri�ndose y poni�ndose a escupir
sobre la cara de Mona para ver quien le atinaba m�s veces en su boquita.





Mona sinti� una corriente el�ctrica de placer que le recorr�a
todo su cuerpo, esto era una experiencia nueva para ella, y en lugar de sentir
asco como realmente se pudiera pensar, ella sinti� placer, el placer inducido
por una situaci�n morbosa de sentirse usada, de sentir que abusaban de ella
trat�ndola como una perra callejera, como un objeto sexual, y esto le hacia
subir la calentura.



Varias escupitinas ya le hab�an ca�do en la boca y ella se
las hab�a tragado con placer, deleit�ndose con eso, adem�s de que ya ten�a la
cara toda llena de la saliva de los tipos, quienes segu�an ri�ndose y festejando
ruidosamente cada que uno de ellos cuando le atinaba a la boca de Mona. Y as�
estuvieron hasta que se cansaron o se les termino la saliva.





Ya estuvo suave �dijo uno de los tipos- ahora debemos de
limpiarle la cara, pero para que le quede bien limpia debemos de darle el
ag�ita de ri��n de los cuatro para que le alcance bien para lavarse su
carita de puta.


Si �dijo otro, y dirigi�ndose a Mona agrego- ven con
nosotros putita, te vamos a lavar la cara.





Ella se dejo llevar, se levanto y camino delante de ellos
d�ndoles un hermoso espect�culo con su trasero y sintiendo dos manos que le
estrujaban las nalgas, y se dirigieron al �nico otro cuarto que hab�a en la
vivienda y que se trataba del ba�o, era un ba�o sucio, con una taza fea y
antigua que se notaba que estaba ah� desde que construyeron el edificio. Los
tipos la sentaron en la taza frente a ellos, uno de los hombres tra�a en la mano
dos botellas de cerveza las cuales le empezaron a vaciar a Mona por todo su
cuerpo pero especialmente en la cara y en las chiches, ella sinti� lo fri� del
liquido y tuvo un escalofri� que le hizo poner la piel chinita.





�Ya te dio fri� pinch� putita cerda? �le pregunto uno de
los tipos.


Si �contesto ella- un poco.


Pues no te preocupes mucho porque enseguida te vamos a
ba�ar con un l�quido calientito y quiero que con tus manos te enjuagues bien
tu carita mientras lo recibes, �entendiste puta?


Si se�or �volvi� a contestar ella imagin�ndose ya de lo
que se trataba y gozando por adelantado de la miada que le iban a echar.





Los cuatro tipos le apuntaron a la cara con sus vergas y
comenzaron a miarse sobre de ella descargando sus enormes vejigas, los cuatro
potentes chorros se dirigieron a su cara, y ella hizo lo que le hab�an ordenado
y con sus manos se enjuago la cara que tenia llena de saliva y cerveza, se paso
los miados por toda la cara y los pechos hasta que ellos terminaron de orinarse
entre carcajadas de gusto. Luego le dieron un trapo que en tiempos pasados
supuestamente habr�a sido una toalla y le ordenaron que se secara y regresara a
la habitaci�n.



Dos de los tipos se sentaron en el viejo sof� y los otros dos
en diferentes colchones, y cuando Mona regreso, lo primero que hizo fue ir a
hincarse delante de los dos que estaban en el sof� con las patas abiertas.





Ahora peque�a perra putangona �dijo una de ellos- debes
de darle las gracias a las vergas que te hicieron tan feliz.





Ella le agarro la fl�cida verga a uno y se la meti� en la
boca a la vez que le dec�a:





Gracias preciosa y enorme vergota por hacer feliz a mi
panochita.





Le lami� todo el pito pasando luego a los huevos y a las
ingles que estaban todas mugrosas y sudadas por el esfuerzo hecho, y en eso el
tipo alzo las piernas lo mas que pudo recarg�ndose en el respaldo del sof�, y
ella entendi� que el quer�a que le besara el culo y ella sin hacerle ning�n
gesto debido a la calentura que tra�a y a sus morbosos deseos de ser humillada y
tratada como una perra puta, acerco su hermosa y delicada boquita al mugroso
culo del tipo y comenz� a besarlo, luego saco su leng�ita y se puso a limpiarlo,
el culo del tipo estaba verdaderamente asqueroso y con un penetrante olor a
mierda rancia, esto combinado con mugre y sudor, pero a ella le vali� madres
todo y sigui� con su labor hasta que otro de los tipo interrumpi� diciendo:





Bueno ya basta, no la acapares para ti solo que esta
pinch� cerda asquerosa tiene que limpiarnos a los cuatro.





Y Mona se paso con el otro tipo que estaba en el viejo sof�
repitiendo toda la operaci�n realizada con el anterior, incluyendo las gracias a
la verga por haberla hecho feliz y limpi�ndole tambi�n el culo con la lengua y
las ingles de todo el sudor que ten�an. Y luego sigui� con los otros dos que
estaban en los colchones, y cuando termino de limpiarles la verga, los huevos y
el culo a los cuatro, ella se quedo con un extra�o y acre sabor en la boca, pero
tambi�n se quedo con unas ganas locas de ser cogida por todos lados, y les dijo
a los tipos rog�ndoles:





Cojanme por favor, metanme sus pitotes, cojanme por donde
quieran y como quieran, hagan conmigo lo que quieran, soy la puta de todos
ustedes, bajenme la calentura con sus vergotas.





Uno de los tipos la acost� boca arriba en el colch�n, le
abri� sus piernotas y meti� su cabeza entre ellas llen�ndose toda la cara con
los jugos vaginales de Mona. Otro tipo le acerco la verga a la cara y se la
meti� en la boca, y as� estuvieron por unos minutos.





Yo quiero chuparle el culo a esta pinch� puta arrastrada�
dijo otro de los hombres en cuanto el que le estaba mamando su panocha se
separo un poco.





Y ella no perdi� el tiempo y de inmediato se empino sobre el
colch�n parando sus nalgas lo m�s que pudo y d�ndoles a todos un maravilloso
espect�culo. El tipo de inmediato se puso detr�s de ella y lanzo su boca contra
su culito chupandolo, lami�ndolo y mordi�ndolo, meti�ndole la lengua lo m�s que
pod�a haciendo que ella se estremeciera de placer.



El culito de Mona era un rico manjar, era suavecito y
apretadito y ol�a rico, ol�a a hembra en celo, y los mas probable era que
ninguno de aquellos vagabundos hubiera probado nunca antes un culo tan rico como
el de ella, y todos procedieron a chuparselo uno por uno, pues ninguno quiso
perderse la oportunidad de tener en sus labios un culo tan hermoso y tan rico. Y
cuando terminaron despu�s de un buen rato, Mona ya ped�a a gritos una verga en
el culo y otras por sus dem�s hoyitos.





Meteme la verga por favor �le dijo Mona con decisi�n al
ultimo que le hab�a chupado el culo y que adem�s era el que tenia la verga
mas grande- meteme tu vergota por el culo, rompeme el trasero sin piedad,
cogete a tu puta, ens��ale quien es el que manda aqu�, y los dem�s denme
tambi�n sus vergas por donde quieran, b��enme toda con sus mocos, por favor.





El tipo no se hizo del rogar y de inmediato enfilo su camote
hacia el orificio posterior de ella y le hundi� mas de la mitad del pitote de un
solo golpe haciendo que ella se estremeciera y lanzara un grito de dolor y de
placer, al tipo le vali� madre el dolor de ella y con otro fuerte empuj�n le
meti� todo su camote en el anito de ella hasta que sus pelos quedaron embarrados
en las nalgas de ella, y de inmediato comenz� con el metisaca de su verga,
llegando a sac�rsela casi completa para volver a enterr�rsela de golpe, el culo
de ella al sacarle la verga quedaba totalmente abierto como si se tratara de una
manguera que absorbiera todo lo que pasaba por ah�.



Dos de los otros tipos se acostaron poniendo sus vergotas a
la altura de su cara y ella las agarro con pasi�n y comenz� a chuparlas
alternadamente mientras las masturbaba con deleite. El hombre que se la estaba
cogiendo por el culo no tardo mucho en venirse llen�ndole de mocos sus
intestinos, y en seguida que se quito, otro tipo ocupo su lugar, y as� hasta que
los cuatro se vinieron en el culito de Mona haciendo que ella experimentara una
serie interminable de orgasmos que la dejaron totalmente satisfecha, por lo
menos temporalmente.



Despu�s de que los cuatro vagabundos terminaron su labor, se
dejaron caer desfallecidos en el sof� y en los colchones.





Que puta tan cabrona, tan cerda y tan asquerosa es esta
�dijo una de ellos- nos esta exprimiendo la verga a todos y goza mucho
haci�ndolo, es una verdadera perra callejera, nos ha dejado cansados.


Pero espero �le contesto mona melosamente- que su
cansancio no interfiera con la limpieza de sus vergotas, pues se las voy a
limpiar a todos con la boca y con la lengua.


Claro que no interfiere para nada putita nalgona y
asquerosa �contesto el tipo- puedes empezar con la m�a.








Y Mona se arrodillo frente a el y le comenz� a limpiar la
verga con la lengua, limpiando tambi�n los negros huevotes del tipo, y despu�s
paso con otro y otro y as� hasta que termino con los cuatro.



Luego los hombres y ella siguieron tomando alcohol
directamente de la botella mientras ellos cachondeaban a Mona manose�ndola por
todo su hermoso cuerpo, y ella tirada boca arriba en uno de los colchones, se
dejaba hacer con verdadero placer y aprovechaba para tambi�n acariciarlos a
ellos y aceptar sus besos en la boca, y cada uno de ellos despu�s de besarla en
la boca, le depositaba una buena cantidad de saliva que ella agradec�a y tragaba
con placer.



Cada uno de los tipos se adue�aba por unos minutos de alguna
parte de su cuerpo, y as� ella se sinti� manoseada de las chiches, de las
nalgas, de su carita, de sus muslos, de sus piernas, y hasta los dedos de sus
pies le chuparon lo vagabundos meti�ndoselos en la boca hasta donde les cab�an
los piecesitos de ella, lami�ndolos y chupandolos. Y despu�s de un rato de estas
acciones, y aunque pareciera incre�ble, las vergas de los tipos volvieron a
pararse con todo el vigor de un joven y como si no hubieran cogido en varios
meses.



Y ese milagro lo hab�a hecho el hermoso cuerpo de Mona, pues
era claro que esos vagabundos nunca en toda su pinch� puta vida hab�an tenido
una mujer tan bella como Mona, nunca hab�an tenido unas nalgas tan suavecitas y
tan paraditas como las de Mona, nunca hab�an metido su infecta verga en una
panochita tan sabrosa como la de ella, y naturalmente que nunca hab�an tenido un
culo tan rico, tan hermoso y tan apretadito como el que esta puta les hab�a
ofrecido, y esto era lo que hab�a hecho el milagro de que las vergas de los
tipos mugrosos despu�s de haberse venido dos veces durante la noche, todav�a se
pararan tanto y buscaran mas pelea como si se tratara de adolescentes jariosos y
ansiosos de coger.



Acostaron a Mona boca arriba en uno de los colchones y el
tipo de la verga grande se acomodo entre sus piernas y se la clavo completa en
su panochita, recost�ndose sobre ella para besarle la cara y la boca.





Que rica vergota tienes mi amor �le dijo Mona al tipo que
se la estaba cogiendo.


�Te gusta putita?


Claro que si papacito, me gusta mucho tu verga, la tienes
bien parada y me la metes bien rico en mi panochita.


Tu panocha es la que hace que se me pare putona, la
tienes bien apretadita.


�te gusta papacito?


Claro que me gusta puta.


Es tuya papacito, es para que t� hagas lo que quieras con
ella y para que me metas tu vergota siempre que t� quieras �contesto Mona
sin dejar de acariciarlo y besarlo en la boca.


�Eres mi puta cogelona?


Claro que si papito, soy tu puta cogelona, pero por favor
�chame tu saliva en mi hocico de putona �dijo ella abriendo su hermosa
boquita junto a la boca apestosa del vagabundo.


Eres una perra asquerosa �dijo el a la vez que juntaba
saliva para echarla en la boca de ella.


Si soy una perra asquerosa �contesto Mona casi gritando-
soy tu perra asquerosa, soy una cerda, soy una puta callejera, soy tu
nalguita, soy tu culito, soy cualquier cosa que tu quieras que sea papacito
vergon.





El tipo estaba embelesado con la belleza de puta que se
estaba cogiendo y arremet�a mas fuerte con su vergota mientras le apretaba las
chiches y la besaba con furia salvaje, logrando con esto que ella se viniera en
un orgasmo tremendo y clim�tico y que sin querer se orinara sobre su verga, el
tipo sinti� calientito cuando ella se orino, y le dijo grit�ndole:





Eres una pinch� puta marrana, ya te miaste en mi.


Perd�name papito, pero es que me haces gozar tanto con tu
verga, que no me pude aguantar, pero no te preocupes, yo te voy a limpiar
con mi lengua en cuanto termines de cogerme y tu vergota me aviente todos
sus mocos, pero por lo pronto s�gueme cogiendo, sigue meti�ndole el pitote a
tu puta cerda.


Esta bien -contesto el tipo- te perdono, pero no
solamente vas a tener que limpiarme con la lengua, sino que tambi�n en
castigo yo me voy a miar en ti, pero en tu boca y t� vas a tener que
tragarte todos mis miados, �esta bien puta asquerosa?


Si papito, todo lo que tu quieras, te miaras en mi boca y
yo me tragare tus miados con mucho gusto, yo no puedo negarle nada al due�o
de esta esplendorosa verga que me esta partiendo en dos mi panochita.


De acuerdo �dijo el tipo- pero adem�s hay otra cosa, me
voy a venir en tu boca y de deber�s retener mis mocos en el hocico durante
todo el tiempo que yo quiera hasta que yo te ordene que te los tragues,
�estas de acuerdo pinch� cerda?.





La sola idea de lo que acababa de o�r puso a Mona al borde de
otro orgasmo, nunca antes hab�a hecho eso y el solo pensarlo la estremeci� de
placer, y respondi�:





Claro que si papacito, yo estoy de acuerdo con todo lo
que tu le quieras hacer a tu cerda puta.





El tipo se movi� con m�s fuerza y cuando sinti� que estaba
llegando al orgasmo se salio de ella y le puso la verga en la boca, dici�ndole:





Abre el hocico puta y recuerda que no debes de
trag�rtelos sino conservarlos en tu boca de puta asquerosa hasta que yo te
diga.





Ella asinti� con la cabeza y abri� su hermosa boquita para
recibir la enorme verga y el premio que tra�a dentro y que no tardar�a en
echarle en su boquita.




Esta historia va a continuar pr�ximamente.




Espero y agradecer� todos sus comentarios, sobre todo de
mujeres putitas de coraz�n de cualquier edad, contestare todos los correos que
me hagan favor de mandar.



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Relato: Una putita gringa
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