Mi suegra Yolanda(Climax 3)
Yolanda cubr�a sus pechos y su entrepierna casi con pudor.
Me dijo que la esperara en la habitaci�n un momento, que deb�a ir al ba�o. Por
un instante dud� en hacerlo. Dar�a la voz de alarma?. Cre� que el riesgo ya
habia sido increible y no lo dud�. Fui a su habitaci�n. Dios mio, me encant�
volver a ese lugar. El cuarto estaba semiobscuro y asi lo dej�. Fui directo a
su armario y le escog� una minifalda negra que le hab� visto alguna vez, como
un dia que fue a buscarme a casa y casi no puedo evitar echarle las manos
cuando regres�bamos en el coche.
Y despu�s fui apuradamente a la habitaci�n de
mi exmujer y tom� un body rojo de tiras. Con ese body mi exmujer resaltaba sus
exageradas tetas y asi supuse que mi suegra lo desbordar�a a�n m�s. Volv� a su
cuarto y escuch� la cisterna del ba�o. Me apur� y escog� en el primer caj�n de
la mesilla unas bragas rojas. Cuando entr� en la habitaci�n y tras cerrar la
puerta hubo un silencio. Un silencio roto por mis pasos hacia ella.- Est�s
preciosa asi, Yoli... en la penumbra de tu propio cuarto- Y la bes�. Sus manos
ahora ya pasaron directamente a mi cuello. As� nos morreamos largo rato. Como
dos novios. Nos lamiamos el cuello con fuerza. � Dime Yoli, te dejaste magrear
asi la primera vez que te metieron mano, eh guarrita... fue asi? Yoli aceler�
sus lametones y su respiraci�n resopabla por mi piel con fuerza de hermbra en
celo. Me separ� un instante y le se�al� hacia su cama. -Ponte eso, Yoli...
Yoli obedeci� sin protesta alguna y se puso la braguita, la
camiseta y la minifalda. Cuando termin�, el que silenci� el momento fui yo.
Dios! Que buena estaba mi suegra la muy zorra! Sus tetas casi se sal�an por
todos lados de esa el�stica camiseta. Me acerqu� y la cog� del cuello
llev�ndola marcha atr�s hasta la pared. All� me restregu� a ella y empezamos a
suspirar. No s�lo a mi me gustaba toda aquella locura, sino tambi�n a ella. Le
levant� la minifalda muy despacio.- As�, quieta putita,asi... c�mo la primera
vez que te metieron una polla... asi putita, asi... mmmm que buena est� mi
suegra- Saqu� la polla y apartando un poco su braguita roja se la met�. Su
pelambrera estaba fresquita por su reciente limpieza con agua, pero su co�o
ardiendo.-Uggg-Gimi� la muy cerda. Levant�ndole una pierna por el muslo con mi
mano empec� a foll�rmela. Una y otra vez, sin parar, muy despacio pero muy
fuerte, golpe�ndola contra la pared a la puta de mi suegra. Manose� sus tetas
con m�s lascivia y fuerza que nunca. Yoli comenzaba a echar grititos ahogados
de vieja caliente
Asi,asi, toma la polla de tu yerno zorra, t�mala...-
-Ahhh, ahh, ohhh, diosss, como puedo hacer todo esto,
diossss.. ahh, ahhh-
La vieja gem�a contra la pared como una absoluta guarra. Me
excitaba esa pinta de colegiala putita mezclada con los rasgos propios de su
hermosa madurez.
La cog� de nuevo del cuello y con violencia la tir� encima
de su cama.-Ahh, me haces da�o...- Le indiqu� que se pusiera a cuatro patas y
mascull�- Lo siento, pero no puedo evitarlo, me pones demasiado caliente-
La mont� asi, desde atr�s, a mi suegra Yolanda y en su
propia cama. Solamente pensar en todo eso me produc�a un extasis continuo.
Yolanda se agarr� a un adorno de madera que ten�a la cama en su parte trasera.
Quedando asi la figura de Yoli frente al espejo de la puerta del armario.
Estaba m�s que buena en esa penumbra y en ese cuarto y en esa cama. En su mano
derecha reluc�a de vez en cuando su anillo de casada.Ese brillo me pon�a
cachondo. Me encantaba la idea de estar d�ndole por detr�s a esa zorra que
habia sido mi suegra tantos a�os. Su cara era un desenfoque absoluto. Su pelo
alborotado, su camiseta desencajada dejando escapar una teta y su pez�n por un
borde. Su cuerpo movi�ndose adelante y atr�s y mi figura lasciva apareciendo
detr�s de mi suegra. Miraba su gesto desencajado por el placer y casi no
reconoc�a a esa madre de familia que cada noche me preparaba la cena. Esa
madre decente que siempre sosten�a una comportura envidiable. Esa se�ora que
asist�a con su marido demostrando una gran compostura a cenas y
celebraciones.Eso me llenaba de morbo.
Todo eso se habia perdido para ella.
Ahora era mi guarrita. No estaba m�s decente ahora que su cornuda hija cuando
la enculaba salvajamente en el sof� del sal�n. Recuerdo que le tapaba la boca
para que ahogara los gemidos y no pudiera escucharnos su �se�ora� madre desde
la cocina. Esa se�ora, esa mujer casada, esa cuarentona que era mi suegra
estaba mojando mi polla ahora, en su cama. Mi boca semiabierta del placer que
me produc�a esa cuarentona de mierda dejaba escapar unos bramidos m�s que
gemidos. � Ohh Dios Yoli...Ohhh, que bonita est�s, Yoli, ohh, mirate, ahh,
ahh, como gimes Zorra, y mira como brilla tu anillo, ehhh, puta, lo vessss? Mi
cuerpo sudaba a gota gorda queriendo darle m�s polla que nunca a esa vieja que
era mi suegra. Yolanda abr�a levemente sus ojos y aumentaba sus quejidos al
ver esa imagen reflejada en el espejo. Mis manos pasaban de su cintura a su
culo, de su anch�simo culo de viejecita a sus enormes tetas y a sus pezones
del tama�o de un dedal. Los ten�a todos erectos la muy cerda. Asi ve�a mis
manos aparecer en el espejo, retorcer sus pezones y meterla mano por todos
lados.
-As�, asi, asi, asi perra!!! Mi cara se llenaba de furia y
violencia inusitada. Y ese anillo de casada infiel me pon�a ciego. De pronto
quite mi polla de su co�o y mi mano izquierda hizo m�s fuerza en su espalda.
-Ag�chate m�s perra, m�s. No me oyes zorra???. Yoli se
abandon� m�s sobre su cama, qued�ndole s�lo el culo a la altura de mi polla.
-As� Yoli, quiero met�rtela en el culo- Me llen� la boca de
saliva al decir eso. Recordaba aquella noche que mi suegra, inocente y
confiada delante de su ejemplar yerno le contaba a su hija con rubor y una
sonrisa picarona que su marido le hab�a propuesto despu�s de ver una porno
darle por el culo. Ella se neg� totalmente y asi lo contaba, divertida y
avergonzada, como una ni�a que ha descubierto un secreto. Pero ahora no podr�a
hacerlo...
- No, por favor, estoy haciendo todo lo que pides... har�
lo que sea... pero por el culo no... nunca lo he hecho y tengo miedo... no,
por favor, nooo-
Sus suplicas y sus lloriqueos no s�lo no me hacian desistir
de mis intenciones sino que las apremiaban. Acerqu� mi polla a las arruguitas
de su ano sin desvirgar y me detuve.
-Har�s lo que yo diga???
-Si, te lo juro, pero no me hagas eso, por favor... har� lo
que digas...-Suplicaba con enorme ah�nco.
-Pues quiero... TU CULO!
-No, diossss, noooo...-
La empuj� m�s hacia los travesa�os de madera de su cama
quedando su cabeza metida entre ellos hasta los hombros. En esa
postura no podr�a moverse aunque quisiera. En dos movimientos con mis
piernas le separ� las suyas quedando a mis anchas. No esper� m�s y
entre sus movimientos desesperados para cambiar de postura y salvar su
virgo anal se la empec� a meter en su culo, robando sus primero
gritos de dolor que apenas se pod�an escuchar por la presi�n de mi
cuerpo y la oposici�n de los travesa�os de la cama matrimonial.
Yolanda estir� sus brazos a ambos lados de su cuerpo y agarr�
con fuerza las s�banas, como queri�ndolas romper. As� pudo sentir
por primera vez una polla entrando en apretadito culito. El mismo
cabr�n que habia desvirgado a su hija ahora la desvirgaba a ella...
-As� Yoli, asii... d�jalo entrar... asiii... mira como
empieza a gustarte, no tengas miedo y disfruta de lo que te da tu yerno. Dime...
verdad que te da morbo que te desvirgue tu yerno, eh putilla?--
Esta vez no me contestaba pero a medida que mi polla alcanz�
su mayor profundidad en su culo cuarent�n sus grititos de dolor empezaron a calmarse y a cambiarse por totros grititos m�s
roncos,m�s espaciados. Saqu� mi polla despacio afuera y luego volv�
a meterla. Asi varias veces. Cada vez su culo facilitaba de
mejor forma la penetraci�n y mi suegra comenzaba a a gemir con normalidad.
-Te gusta, verdad? Ves como entra mejor. Vaya culo m�s
bueno que tienes Yoli, lo deseaba tanto. Asiii, ahh, asiii suegrita
mia...-
Yolanda no contestaba pero sus gemidos eran ya fuertes y
continuados.
La ten�a cogida por sus enormes cachas y las apretaba con
todas mis fuerzas hasta dolerme los dedos. Pero mi suegra no sent�a dolor sino
placer y un morbo que jam�s hab�a descubierto. A aquella se�ora tan decente le
estaban dando por culo bi�n dado y en su propia cama. Las carnes de mi suegra
parec�an haber endurecido. Empec� a apurar mis enculadas y mi suegra a soltar
quejidos roncos, de vieja gata en celo. La cog� del pelo con una mano y de su
teta derecha con la otra. Su pez�n estaba a punto de reventar de lo hinchado
que estaba. Mi polla empez� a desbocarse dentro de aquella yegua de cuarenta
a�os.
-Asi...asi...asi...asi peeerrraaa... asi se folla tu yerno
tu puto culo virgen... ya est�s toda desvirgada... eh vieja?-
-Ohh, ohhh, oh,oh,oh... � Gem�a Yolanda, la �se�ora�
Yolanda. Esa que ahora como una furcia que se dejaba dar por culo en su propia
cama y por su propio yerno-
La montaba al l�mite de mis fuerzas, como se merecia mi
suegra. Llev� mis dedos a su co�o y empec� a frotarlo como un loco, agarrando
su pelambrera completamente chorreante, su cl�toris, sus labios. Le met� un
dedo, luego dos y cuando sent� que me corr�a le met� todos los dedos. Mi
suegra berreaba como una cerdita y comenz� a convulsionarse toda. As� clav� mi
polla con todas mis fuerzas entre las carnes de mi suegra y entre quejidos sin
control, que casi me avergonzaban de lo fuertes e irremediables que eran me
corr� en ella.
Me corr� como un cerdo en el culo de mi suegra y ella en
mis dedos. Pod�a sentir sus flujos, los flujos de esa se�ora totalmente
entregada entre mis dedos.
Al instante sent� que mi vejiga iba a explotar y me
incorpor� levemente para mear cuando, un morbo impensable me sacudi�. Jam�s
hab�a visto bi�n esas cosas, las consideraba de enfermos. Pero mi interior
deseaba hacerlo. Acerqu� mi pene a su espalda y muy lentamente empecv� a
descargar mi pis sobre su espalda. La reacci�n de Yolanda fue increible.
Volvi� a agarrar con fuerza la s�banas con su manos y empez� a entregarme unos
gemidos muy suaves y alargados. Segu� reg�ndola con dulzura y excitaci�n, por
su culo, su costado, una de sus tetas y termin� en su cuello. Al acercarle mi
polla a su boca Yoli empez� a correrse convulsivamente. Aquello habia sido
demasiado, habia roto su ego, su dignidad como mujer casada. Ahora daba igual
como la follara. Ya era m�s mia que de nadie. S�lo al pensarlo mi polla estaba
otra vez tiesa. Agarr� con fuerza del pelo a Yolanda y le puse la tranca en
sus labios. � Chupa... vamos, amor, a que esperas... ya eres toda mia...-
Yolanda movi� sus labios y empez� a besarla muy suave,
besos muy dulces, de madre. As� daba sus besos a su ilusa hija. Y ahora se los
daba a la polla que la habia desvirgado y follado por todas partes. � Diossss,
que puta eres... �bre la boca!!-
Yoli obedeci� y se la met� toda en su boca de vieja
cuarentona. Se la empuj� muy adentro, hasta el fondo de la garganta. Y all� me
corri. Cre� que la ahogaba porque no me mov� un milimetro hacia atr�s. Ech� mi
leche directamente en su est�mago. Yolanda suspiraba agitada y tragaba los
�ltimos restos de leche como pod�a. Preso de la lascivia le ayud� a acostarse
por debajo de las s�banas y me acost� a su lado, con dulzura me abrac� a ella
y nos morreamos. Los dos hab�amos ech� cosas que jam�s antes hici�ramos. Ni yo
con su hija, ni ella con su marido...
Cuando despert� eran las seis de la ma�ana. Cre� que me
mor�a al darme cuenta de todo lo que habia pasado. Mi suegra estaba abrazada a
mi, mir�ndome muy seria, y no supe pensar si con ira incluso.
Me levant� y me vest� con indiferencia. Lo hecho hecho
estaba y para que negarlo, ya ten�a ganas de tirarme a esa vieja de nuevo.
-Vas a contar lo que ha pasado, Yoli...?-
Sdu mirada me atravesaba pero ahora advert�a que no llevaba
odio, sino cari�o y... amor?
-No- contest�
-Quiero verte de nuevo...-
-Y yo...-
Algo me ard�a en el pecho de calor. Me sent�a muy hombre y
muy macho y contento como un enamorado de su jovencita.
Claro que nos vimos, y ese encuentro super� todo lo vivido
jam�s en mi vida...