Al entrar al consultorio pens� incluso regresar por donde
hab�a llegado pero venci� su nerviosismo y se presento con la secretaria, la
cual le tomo los datos de siempre, pero esta ocasi�n fue diferente, Silvia as�
se llamaba la secretaria le explico que la doctora salio de emergencia de la
ciudad y que en su lugar se hab�a quedado otra doctora que por cierto se llamaba
Andrea Salazar.

-Carajo por que siempre me tienen que pasar estas cosas.

-�Perdon? Contesto Silvia

-No nada, esta bien si no hay de otra pues que me atienda la
Doctora Salazar.

Silvia le sonri� y la invito a tomar asiento mientras la
doctora la puede recibir.

Mientras Ana esperaba sentada ojeando distra�damente una
revista de esas que hay todo consultorio medico la verdad es de ni siquiera
pod�a concentrarse en lo que pretend�a leer.

Adem�s de que tengo que abrirle las piernas a una doctora
esta para colmo es una completa desconocida. Pens� Ana mientras trataba de
relajarse un poco en esa incomoda silla de consultorio.

Despu�s de 10 minutos la doctora se digno a atenderla, adem�s
de todo la hac�an esperar, cunado entro al consultorio la doctora Salazar la
recibi� con una sonrisa y una despulpa por la espera.

Ana entro y tomo asiento, la doctora la interrogo acerca de
su visita.

La doctora Salazar era una mujer joven, muy joven para le
gusto de Ana no tendr�a ni un a�o de haber salido de la escuela, adem�s del
cambio de doctora de ultimo minuto, de la espera, ahora le tocaba ser revisada
por una ni�a en pa�ales y no es que Ana fuera una mujer mucho mas grande que la
doctora de hecho eran aproximadamente de la edad, simplemente siempre se tiene
cierta desconfianza en los m�dicos j�venes, pero a Ana ya no le quedaba de otra
mas que dejarse hacer.

En esta ocasi�n acud�a a la ginec�loga por dos rezones, ya
tenia mas de dos a�os que no se hacia un chequeo y nunca estaba de mas, y tenia
unas cuantas preguntas muy intimas que hacerle a la doctora, de hecho en cuanto
vio a la doctora pens� en no externar sus preguntas, ya que le daba cierta pena
y no sabr�a si la doctora de los pa�ales podr�a ayudarle o sabr�a, pero conforme
se fue pasando el tiempo de la cita Ana se sent�a cada ves mas en confianza, la
doctora poco a poco fue demostrando que era una profesional calificada para
ejercer.

Despu�s de responder a todas las preguntas tradicionales y de
rigor la doctora invito a Ana a desvestirse para su chequeo.

Esto es precisamente lo que a Ana no le termina de gustar,
desvestirse frente a una desconocida y adem�s que revisen sus genitales pues no
es tan f�cil. Cuando Ana se animo a salir de atr�s del biombo donde se despojo
de su ropa y se puso esa incomoda bata que nada tapa, la doctora todav�a se
encontraba atr�s de su escritorio realizando una llamada, y no se percato de que
Ana ya estaba lista, la incomodidad dominaba su cuerpo, t�midamente se acerco a
la mesa de exploraci�n para sentarse con las piernas cerradas y colgando de
lado. Por fin la doctora se digno a seguir con la consulta de un caj�n saco un
guante de l�tex y un lubricante, a estas alturas y se hab�a roto un poco el
hielo y hab�a llegado a la libertad de hablarle por un nombre.

-Ana te noto muy nerviosa, rel�jate no pasa nada.

Ana trato de sonre�r pero sabia que lo que segu�a seria un
tanto delicado como para estar del todo relajada.

-Doctora adem�s del chequeo quer�a preguntarle algo mas bien
personal.

-Dime con confianza.

-Pues resulta que �ltimamente� como le explico.

-Mmm� Mira Ana es muy f�cil, no le des muchas vueltas al
asunto y simplemente su�ltala.

Ana tomo aire francio un poco el ce�o y se animo a hablar.

-Pues resulta que me gusta el sexo anal pero �ltimamente me a
dolido un poco y a llegado hacer un tanto incomodo si no es que mucho.

-A ok. No era tan dif�cil despu�s de todo. �Lo practicas muy
seguido?

-Con cierta regularidad, bueno no tanto como antes, y es que
la verdad es de que si es molesto.

-Pueden ser muchos factores, desde un peque�o bloqueo
psicol�gico hasta algo f�sico, cuesti�n de gustos, bueno de hecho muchos
factores.

-Lo que pasa es de que antes lo disfrutaba mucho, pero no se,
�ltimamente es incomodo.

-Despu�s de que realice el cheque de tu vajina si gustas
puede hacerte un chequeo f�sico de tu recto, para descartar alguna fisura de las
paredes o algo mas.

Diciendo esto la doctora ayudo a Ana a acomodarse en la mesa
de exploraci�n, acerco la mesita con todos los instrumentos para realizar el
chequeo, se acomodo en su banco, se puso el guante en la mano derecha, se puso
un poco de lubricante y lentamente fue introduciendo dos dedos y empez� a hacer
un movimiento en c�rculos, a Ana esta parte era la que por lo regular siempre le
causaba cierta incomodidad pero esta vez fue diferente, primero pens� que era
normal por que en esta ocasi�n se sent�a mas c�moda con la doctora, despu�s
record� que con la otra doctora tambi�n se sent�a c�moda, incluso llego a pensar
a que se deb�a a que la doctora tenia manos mas peque�as, la verdad es de que no
sabia a ciencia cierta, se encontraba muy abstra�da en esa nueva sensaci�n y no
es que antes nunca su novio la hubiera masturbado, fue este ultimo pensamiento
lo que la saco de sus cavilaciones, esto mas que un chequeo parec�a una
masturbaci�n la doctora ya llevaba mucho tiempo hurgando en su vagina,
t�midamente levanto un poco la cara para ver que es lo que la doctora estaba
haciendo, la doctora ni siquiera noto que Ana la estaba viendo, lo movimientos
se hac�an cada vez mas profundos y muy discretamente la doctora ocasionalmente
acariciaba el cl�toris de Ana como por accidente, una revoluci�n de sensaciones
se apodero de Ana nunca hab�a sentido algo as� en ning�n chequeo medico algo no
andaba bien, estuvo a punto de detener a la doctora pero esta se detuvo antes de
que Ana dijera algo.

-Ana estas muy bien, tienes un poco de flujo blanco pero nada
de que preocuparse, nada mas deja de usar tantos pantalones apretados, usa
ocasionalmente una ducha vaginal y todo estar� bien, pero no abuces �ok?

Antes de que Ana saliera de su sorpresa tanto por lo que la
doctora hab�a hecho como por lo que ella hab�a sentido, la doctora la ayudo a
incorporarse y a hincarse en la mesa de exploraci�n en la posici�n que
com�nmente le llamaban ella y un novio pararse de pesta�as que es igual a la
posici�n de perrito.

-Ana antes de continuar te voy a poner un poco de agua en tu
recto para limpiarlo un poco.

Cuando Ana quiso protestar por el procedimiento de la
doctora, no es que no estuviera de acuerdo y es que antes de salir de su casa
como siempre lo hacia Ana se lavaba profundamente y a conciencia su culito como
a ella le gustaba llamarlo, mientras se ba�aba se enjabonaba y luego lentamente
introduc�a un dedo y en ocasiones hasta dos, era algo que realmente disfrutaba,
enseguida de enjabonarse con una perita se echaba agua hacia el interior y esto
lo hacia por un articulo que ley� hace tiempo en una revista acerca de la
higiene rectal. Pero esta ocasi�n era la doctora la que lo estaba haciendo y
extra�amente no le incomodo tanto como esperaba se podr�a decir que hasta le
agrado.

Ana trato de levantarse para ir al ba�o pero la doctora le
explico que el ba�o del consultorio cerrado con llave ya que la doctora que la
contrato lo hab�a usado como bodega para guardar sus archivos m�s importantes.

Ana puso cara de susto.

-No pretender� que me quede as�.

-No te asustes mira te traje esto.

La doctora le extendi� un traste de hospital de acero
inoxidable, Ana no daba cr�dito a lo que estaba a punto de hacer, si novio en
varias ocasiones le pidi� un espect�culo as� y ella nunca acepto por pena, y
ahora estaba lo har�a delante de una desconocida, pero lo que mas le apuraba era
de que esta situaci�n le llenaba de morbo algo raro estaba pasando, algo
totalmente nuevo, sin querer y sobre todo sin dar cr�dito su co�ito no dejaba de
mojarse desde que la doctora le hacia el tacto y ahora esto, la situaci�n desde
hace un rato estaba fuera de su entendimiento y de su control.

Se puso en cuclillas agarr�ndose de la mesa de exploraci�n,
su culito se fue distendiendo poco a poco y de el salio un chorro fuerte de
agua, que le salpico un poco las piernas, justo como ella esperaba el agua salio
limpia gracias a su ba�o diario, por pura inercia llevo una mano a su culito por
el frente y cuando su mano se encontr� con su co�o se dio cuenta que de este
manaba un delicioso calor acompa�ado de un delicioso hilito de su lubricaci�n
natural, Ana estaba tan caliente como nunca lo hab�a estado. De reojo vio a la
doctora y esta a su vez la ve�a con cierto disimulo, segu�a sin saber si la
doctora era conciente del efecto que causaba en el cuerpo de Ana, dudo en
continuar, por un lado tenia miedo del dolor que podr�a sentir pero de lo que
mas tenia miedo era del gran placer que estaba sintiendo.

Cuando termino de limpiar su culito se incorporo y sin
esperar indicaciones de la doctora se subi� a la mesa de exploraci�n y se paro
de pesta�as con todo su hermoso culo al aire, nerviosamente listo para la
exploraci�n.

La doctora se acerco y esta vez sin guante empez� a acariciar
en forma circular y muy suave el culito de Ana, su primera reacci�n fue la de
apretar sus esf�nteres, la doctora se divirti� con la situaci�n y prosigui� con
el masaje, lenta y delicadamente, en ocasiones lo rasgu�aba muy suavemente .

-Rel�jate Ana. Vamos a ver por que te molesta tanto que te
penetren por aqu�.

Ana cerro fuertemente los ojos y decidi� dejarse llevar, de
repente sinti� que algo le mojaba el culo y supuso que era lubricante, pero lo
que no supo fue que la doctora dejo caer una gran gota de saliva en culito y con
un dedo la esparci� suavemente, de cuando en cuando Ana sent�a como la doctora
introduc�a la punta del dedo �ndice, sent�a claramente el largo de la u�a que
lejos de lastimarla le causaba un sin fin de sensaciones nuevas y deliciosas.

-Ana en cuanto sientas alguna incomodidad o dolor por leve
que sea, necesito que me lo hagas saber.

Ana no pudo responder por que le dio miedo que la voz se le
cortara por la excitaci�n, la doctora poco a poco fue introduciendo el dedo,
falange por falange el culo de Ana se fue comiendo lentamente todo el dedo de la
doctora.

-�C�mo vamos Ana? �Contin�o o me detengo?

Ana saco fuerzas de donde pudo y con un hilito de voz le
contesto

-Siga�

La doctora muy lentamente fue sacando el dedo, Ana sinti� con
desesperaci�n como su culo se quedaba vaci�, cuando la doctora termino de sacar
su dedo y sin que Ana la viera se lo llevo a la boca y lo saboreo.

-Ana te voy a poner un supositorio de vaselina no trates de
sacarlo hay que esperar a que se disuelva.

-Ok.

Diciendo esto la doctora fue metiendo poco a poco el
supositorio de vaselina, Ana tenia la idea de que seria un supositorio de tama�o
normal, de esos que le ponen a los ni�os, pero cuando sinti� como su culito fue
agrand�ndose comprendi� que por lo menos el supositorio seria 3 o 4 veces el
tama�o de un supositorio normal, el supositorio estaba fri�, ralamente fri�.

-Hay que dejar que se disuelva para poder continuar, no te
muevas.

Estas �ltimas palabras mas que una petici�n son� como una
orden.

Ana sinti� como su el supositorio iba perdiendo fri�, sinti�
como poco a poco se iba disolviendo dejando una muy agradable sensaci�n de
frescura y lubricidad en su interior.

Cuando la doctora crey� que el tiempo trascurrido era el
necesario para que el supositorio se disolviera por completo unto generosamente
en su exterior, el espect�culo era er�tico en extremo, una mujer con un hermoso
culo al aire brillando por el lubricante y listo para ser explorado.

-Ana voy a proseguir con la exploraci�n recuerda si en alg�n
momento sientes alguna molestia es muy importante que me lo hagas saber.

La respiraci�n de la doctora estaba al igual que la
respiraci�n de Ana muy acelerada.

La doctora prosigui� con la exploraci�n, acaricio
moment�neamente el culo de Ana y enseguida fue introduciendo el dedo, esta
ocasi�n fue un poco mas r�pido que la otra, Ana ni siquiera respingo solo se le
escapo un ligero gemido, estaba haciendo acopio de todas sus fuerzas para que su
respiraci�n agitada y sus gemidos no fueran percibidos por la doctora.

-Ana al parecer todo esta bien no encuentro nada fuera de lo
com�n, pero es muy pronto para dar un diagnostico tengo que ir un poco mas
profundo.

Estas palabras alteraron un poco mas a Ana, no tenia ni idea
de que pretend�a la doctora.

-Ana necesito que me ayudes un poco.

-�Qu� tengo que hacer?

-Pon tus manos en tus nalgas y �brelas, tanto como puedas.

-�Ok?

Diciendo esto Ana agarro fuertemente sus nalgas y las abri�
tanto como pudo, esto permiti� a la doctora ir un poco mas adentro, sin decir
nada la doctora fue metiendo poco a poco otro dedo, ya con los dos dedos adentro
comenz� a moverlos d�ndoles vueltas primero muy lento y poco a poco fue
aumentando la velocidad de las rotaciones, Ana sent�a como su culito fue
dilat�ndose poco a poco, en ning�n momento sinti� dolor o molestia alguna, sino
todo lo contrario, estaba sintiendo un placer nuevo y no es que las caricias
fueran nuevas lo nuevo proven�a de que era una mujer la que le estaba dando
tanto placer, nunca pens� que con una mujer pudiera sentir tanto y tan rico, no
sabia cuanto mas pod�a aguantar sin correrse. La doctora segu�a con la
exploraci�n.

-Ahora quiero revisar tu tolerancia a la dilataci�n. �Quieres
continuar?

-Por favor.

La doctora saco sus dedos y lentamente fue introduciendo tres
dedos, muy lentamente, Ana estaba fuera de si, no estaba segura de lo que estaba
pasando, ella segu�a agarr�ndose las nalgas fuertemente, sinti� como su culito
iba devorando lentamente los tres dedos de la doctora, cuando estos estuvieron
lo mas adentro que pod�an estar los volvi� a girar, Ana sent�a con mucha
claridad la forma de los dedos de la doctora que hurgaban dentro de ella, sent�a
sus u�as largas como rasgu�aban ligeramente las paredes de su recto, desde hace
mucho rato tenia un orgasmo contenido listo para explotar, y este era un orgasmo
anal, era incre�blemente placentero.

La doctora retiro lentamente los dedos para hacer lo mismo
pero ahora con 4 dedos, no lo pod�a creer tenia 4 dedos dentro de ella, los
dedos se fueron abriendo paso poco a poco, su culito se fue comiendo nuevamente
los dedos de la doctora, de repente sinti� como todo lo largo de los dedos ya
estaban dentro de ella, la doctora hizo un poco mas de fuerza y el culo de Ana
dio paso a los nudillos, solo quedaba fuera el dedo gordo de la doctora, una vez
dentro la doctora giro levemente la mano, Ana no pudo mas y mordiendo el coj�n
de la mesa de la exploraci�n para evitar gritar, exploto en un orgasmo inmenso,
grandioso, indescriptible, de su co�o desde hace mucho rato escurr�a un hilito
de baba y al momento del orgasmo fue mas abundante.

-Tranquila Ana es normal, no pasa nada. Estas muy bien no
entiendo el porque de tu molestia.

Ana no pudo sostener mas su cuerpo en esa posici�n y se dejo
caer todav�a con los dedos de la doctora en su culo, lentamente la doctora fue
sacando los dedos, Ana sinti� como su culo se quedaba vaci�, tristemente vaci�
si por ella fuera pod�a continuar, la doctora le dio una palmadita en una nalga
.

-Pues como te dec�a, estas muy bien solo se me ocurre que tus
molestias se deben a la falta de excitaci�n y lubricaci�n pero se me ocurre algo
para ayudarte.

De un caj�n saco un extra�o articulo, era un especie de
consolador pero c�nico y despu�s la doctora le explico que podr�a servirle para
dilatarle un poco su ano, y de esta forma acomodarse mejor a los juegos con su
pareja.

-Mira este es un tap�n anal y vas a procurar pon�rtelo un
rato durante el d�a y dej�rtelo puesto tanto como puedas, ahorita se me ocurre
que te lo lleves puesto.

Ana vio el juguete con cierta extra�eza, lo tomo en sus manos
y se dio cuenta que el juguete era muy suavecito pero un tanto gordito.

-Me lo puede poner usted doctora.

Ana se visti� y se dejo el juguete puesto, el traerlo puesto
le dio una extra�a sensaci�n, era incre�blemente cachondo el echo de andar
caminando en la calle con aquella extra�a cosa llen�ndole el culo, cuando se
sent� en su carro inconcientemente hizo movimientos circulares con sus nalgas
para sentir aquella cosa llen�ndola.

En el primer alto que le toco tomo su celular y le marco a su
novio, ahora lo �nico que pod�a pensar era en que su novio descubriera ese
juguete que le llenaba deliciosamente su anito.