Relato: Costumbres tribales





Relato: Costumbres tribales

Cuando acepte aquel trabajo no era consciente de los riesgos
que entra�aba. Debia iniciar el estudio antropol�gico de una tribu que habia
sido recientemente descubierta en el centro de Africa, en una selva virgen. La
Universidad en donde daba clases habia decidido que era mejor que me tomara esas
"vacaciones" para recuperarme de la separaci�n de mi esposa, que habia sido muy
traumatica, qued�ndome yo con nuestros dos hijos: Pablo y Marta, de 18 y 19 a�os
respectivamente. Yo por entonces tenia 40 a�os, y estaba de bastante buen ver.



Como solamente ibamos a estar un mes alli, me lleve a los
chicos conmigo, para que vivieran una experiencia unica en la naturaleza mas
salvaje. No pude imaginar como de unica seria.....



Nos instalamos al lado de su campamento. Eran una gente muy
reservada, ya que no conoc�an a los hombres blancos, y se sabia poco de ellos.
Vivian en chozas comunales y no parecian peligrosos. Se habian mostrado siempre
muy reservados, pero tambien curiosos por la novedad que aparecia ante ellos.
Nosotros eramos cinco personas. Otra antrop�loga mas mayor que yo, de unos 60
a�os, los chicos y un nativo y yo.



Para integrarnos con ellos adoptamos algunas de sus
costumbres, como ir desnudos. En casa siempre habiamos sido reservados, y al
principio nos costo un poco. Tuve que explicarles que era natural, aunque en la
ciudad no lo haciamos, y que era muy comodo ademas. Al principio evit�bamos
encontrarnos incluso, para no vernos, pero nos fuimos acostumbrando, aunque
algunas veces no podiamos evitar estar medio empalmados, y era un poco de
compromiso. Al ind�gena le tuve que llamar la atenci�n, porque lo pille
empalmado delante de los chicos, que le miraban al rabo alucinando.



A los pocos dias ya estabamos muy integrados, y ellos habian
cogido confianza y nos miraban con todo el descaro del mundo, iniciando timidos
acercamientos. Mis hijos lo habian llevado bien, estaban siempre con nosotros,
pero habian jugado con chicos de la aldea, siempre a mi vista,y parecian estar
pas�ndoselo en grande.



Conseguimos comprender que los ind�genas nos estaban pidiendo
ayuda. Llegue a entender que habian muerto algunos, y que habia bastantes que no
aparentaban buena salud. Me llevaron a una tienda apartada, donde una pareja,
una mujer y un hombre j�venes, permanec�an en la cama. Estaban muy enfermos,
casi moribundos. Enseguida me di cuenta de lo que buscaban en nosotros, y la
doctora y yo comenzamos a reconocerlos inmediatamente. Tras observar sus
genitales no tuvimos duda: s�filis. Seguramente algun miembro de la expedici�n
que les habia descubierto habia follado con alguna mujer de la tribu, y le habia
pegado s�filis, y parecia que habia bastantes afectados. Inmediatamente
distribuimos peque�as dosis de penicilina de nuestro botiqu�n, que habiamos
traido muy bien surtido. Acertamos al distribuir al dosis, ya que a la semana o
diez dias, la aldea habia recuperado una alegria tremenda. Todos se encontraban
mucho mejor, incluso los moribundos. La penicilina les habia hecho un efecto
fulminante, ya que nunca habian estado expuestos a ningun medicamento.



Su relacion cambio radicalmente con nosotros, pasaron a
considerarnos una especie de grandes magos. Esto distorsionaba un poco mi
estudio, pero seguramente nos permitiria participar mas activamente de su vida
social.



La sorpresa me la lleve cuando, al entrar un dia en la aldea,
me encontre a una pareja follando en la tienda comunal, a la vista de todos,
chicos y mayores, que actuaban con total normalidad. Yo tambien lo intente, pero
me era imposible de abstraerme. Estaban a la vista de unas cincuenta personas, y
actuaban con una libertad total. El chico la estaba montando a cuatro patas, y
la mujer, mucho mas mayor que el, gemia sin cortarse en absoluto. Al momento la
escena me comenzo a provocar una erecci�n. Vi que otros hombres mostraban sus
erecciones sin ningun pudor, permaneciendo sentados o andando sin darle mayor
importancia.



Mi pene sigui� irguiendose, y provocando las miradas de la
gente, ya que estoy operado de fimosis y ninguno de ellos lo estaba, asi que
veian mi rabo un poco raro. De repente vi que mis hijos estaban alli tambien,
sentados con los demas de la aldea. Me habian visto llegar y me miraban
boquiabiertos. Pablo se tapaba con las manos la erecci�n que presentaba, pero el
chico que estaba sentado entre ellos dos, de unos 21 a�os, estaba sentado
mostrando su polla totalmente erecta sin ningun recato, incluso rasc�ndose los
huevos de vez en cuando. Me violento un poco ver aquel rabo dispuesto tan cerca
de Marta, que miraba de reojo hacia todos los sitios para evitar verme.



Decidi comportarme normalmente y les salude al entrar. La
pareja que follaba termino entre grandes gemidos. Ella permanecio un rato con
las piernas hacia arriba. Es una practica aconsejada algunas veces para retener
el semen dentro y favorecer su evolucion para quedarse pre�ada. La mujer era
bastante mayor, asi que no creo que ya pudiera tener hijos, no lo sabia en aquel
momento.



Empece a observar que los ritos sexuales tenian mucha
importacia para aquella gente. No parecian tener ningun pudor en hacerlo
abiertamente. Las relaciones homosexuales tambien eran frecuentes, y las parejas
que se formaban eran de lo mas dispares.



Los cortejos eran cortos. Solamente habia que mostrar la
predisposici�n. Habia visto a un abuelo de la tribu d�ndole a mamar el rabo a un
crio, y porque el crio se le amorro, directamente, al pilon, y lo dejo seco, el
cabronazo. A nosotros no nos tocaban, no lo habian hecho todav�a, porque nos
veian muy diferentes. Estaban tan agradecidos por haberlos curado que nos iban a
considerar hermanos suyos, y tenian un rito para eso.



Los j�venes pasaban las tipicas ceremonias de iniciaci�n en
la pubertad. Para nosotros no habia pruebas, eramos miembros de pleno derecho
porque habiamos demostrado nuestra sabidur�a al curarlos. Habia imaginado que
las pruebas de lo chicos incluiria algun tipo de iniciaci�n sexual, pero no
podiamos negarnos a ello, ademas, como experimento sociol�gico era
impresionante. El nativo qu enos acompa�aba y la doctora estaban tambien
encantados, ante la posibilidad de poder follar.



El dia fijado para la iniciaci�n los chicos salieron a cazar
una gacela, como prueba de madurez. Mi hijo iba con ellos. Se estaba
convirtiendo en un autentico salvaje. Marta tambien. Me ponia enfermo verla
despatarrada por todos sitios, ense��ndole el co�o a todo el mundo, pero la
chica lo veia ya tan normal. Alguna vez sorprendi a alguno mir�ndoselo
directamente, y me daba panico que nos perdieran el respeto y ocurriera algo.


Cuando volvieron los chicos con la gacela muerta empezo la
fiesta. Todos estabamos reunidos, bebiendo un aguardiente que fabrican
fermentando hierbas, bastante fuerte. La siguiente fase del rito nos dejo
helados. Los chicos tenian prohibido tocarse y pajearse hasta ese momento, de
hecho a mi me habia llamado la atenci�n que aunque mostraban erecciones, no se
pajeaban ni follaban ni nada. Si que habia visto como alguno se la mamaba a
algun hombre adulto, pero nada mas.



El jefe de la tribu dijo algo, y los chicos empezaron a
pajearse alli, delante de todos. Pablo no parecia estar nada cortado, y se
pajeaba orgulloso, porque era de los mayores y tenia un rabo bastante grande
para su edad. En un momento me quede helado. Uno de los chicos mayores se
inclino sobre la gacela y la follo. Asi, directamente. Le metio el rabo en el
conejo y le empezo a dar enculadas, delante de todos. Cuando se la saco se
acerco al jefe, ense��ndole el rabo, el jefe dijo algo y todos aclamaron. Vimos
que el chico mostraba el rabo corrido, con semen, y que el jefe confirmaba que
era un hombre, que habia echado la primera lechada...



Inmediatamente ocupo su lugar otro chico, y luego otro, y
otro, asi hasta los seis j�venes. Mi hijo resulto ser un buen follador. Se
corrio enseguida, con fuertes enculadas, y saco la verga llena de semen. El
ritual exigia que se le ense�ara al jefe y al padre en la ceremonia, asi que me
vi mirando la polla de mi hijo, llena de semen de otros tios y despu�s de
haberse tirado a la gacela, y todo esto con el rabo totalmente tieso.



Una de las chicas j�venes que no participaba en la ceremonia,
de unos diecinueve a�os, se me acerco y se amorro a mi rabo directamente, delante de
todo el mundo. La gente me jaleaba, y yo alucinaba con lo que aquella ni�a me
estaba haciendo. Era una de las mejores mamadas que me habian hecho. Cuando
estaba a punto de correrme, presa del morbo, el jefe me indico que siguiera, y
le largue una corrida sensacional en la garganta. La chica se lo trago todo,
dej�ndome el rabo limpio totalmente. Mi corrida fue celebrada tambien por todos.
Al parecer tenian la creencia que el semen contenia todas las esencias del ser.
Sobre todo la sabidur�a, y que si se lo daban a beber a los ni�os, estos serian
mas sabios. Era por este motivo por el que, pr�cticamente, orde�aban a los mas
viejos, porque se les consideraba mas sabios. En cuanto alguno la tenia dura,
enseguida tenia a un crio comi�ndosela. El jefe me indico que la chica que me la
habia comido era su hija, y que me iba ha hacer el honor de corresponderle. Como
Pablo ya habia iniciado la ceremonia, no se le consideraba ya apto para beber
semen. Marta si era considerada apta, y el jefe la llamo, mostrando una buena
erecci�n y un rabo bastante gordo, con el capullo muy desarrollado. Marta se
acerco y le agarro el rabo, metiendoselo en la boca con dureza. El jefe dio un
respingo y le indico que fuera despacio, haciendole gestos para que le pasara la
lengua por el rabo y luego le comiera el capullo. Ver a mi hija virginal
comi�ndole el rabo a un abuelo me produjo una sensaci�n extra�a. Sabia ademas
que tenia que tragarse el semen que le diera. Pero la empalmada no se me bajaba
para nada.....



Los chicos ahora descansaban. Algunos se pajeaban, como para
recuperar tanto tiempo sin hacerlo y habiendo descubierto algo que les gustaba
mucho. Todav�a no vi a ninguno follar, aunque si abundantes pajas, entre ellos
Pablo, que se pajeaba de pie mirando al semen que se escurria por el conejo de
la gacela.



El jefe se corrio empujando la cabeza de Marta. Ella no dejo
escapar ni una gota, trag�ndoselo todo, y limpiando el rabo despu�s con gran
maestria. Cuando termino el jefe me hizo un gesto con la mano, indicando que lo
habia pasado bien, que era buena mamadora. Yo me quede pensativo. Hasta ahora
podria haber mamado todo lo que hubiera querido, antes de la ceremonia, al igual
que Pablo. No sabia si ya los dos lo habian hecho antes y habian probado el
semen de toda aquella gente. No queria saberlo....



Ahora era el turno de las chicas. Correspondia al jefe
desvirgarlas a todas, a las seis, incluida a su hija. Vi como se desarrollaba la
escena. Se pusieran todas a cuatro patas, incluida marta, cuyas nalgas yo podia
ver perfectamente, a unos metros, totalmente blancas en comparacion con el
resto. El jefe se acerco pajeandose y untando en el conejito de las chicas un
liquido. En la parte del bosque que cerraba la plaza donde estabamos empezo a
oirse un ruido como de movimiento. Todos dieron un respingo. Empece a distinguir
la figura de un hombre que se acercaba. Ya cerca de la hoguera vi que no era un
hombre, sino una especie de gorila peque�o, como un mono grande pero mas fuerte.
Me estaba volviendo loco, igual aquellos salvajes hacian una ofrenda de mujeres
a un gorila. No tenia indicios de ello, mas bien al contrario, porque el
ambiente se iba caldeando por momentos. Vi que la presencia del enorme mono no
les causaba ningun temor, antes al contrario. No imaginaba lo que estaba a punto
de ver.



Ofrec�an a una de las v�rgenes a la selva, representada por
el mono. Era un animal que habian amaestrado de cria, pero que vivia en el
bosque. Respondia a ciertos olores que le habian ense�ado, por eso al oler el
liquido que el jefe habia puesto en los conejos de las chicas, se le activaba el
resorte de follar. Era lo que le habian ense�ado.



Las chicas permanec�an nerviosas mientras se acercaba. Vi
como su verga ya le colgaba entre las piernas, todav�a inerte. Fue directamente
detr�s de las chicas y las olio con dureza, acercando su nariz al conejo y
pasando la lengua o el dedo en algunas ocasiones. Cuando llego a Marta se demoro
un poco. Creo que al ser blanca la vio diferente y por eso le llamo la atenci�n.
Vi claramente como el mono le lamia el conejo y como le pasaba el dedo por la
raja, para despu�s olerlo. Cuando termino la ronda, despu�s de oler a todas,
enfilo justo a la chica al lado de mi hija. Su verga ya estaba totalmente
empalmada, y era muy parecida a la de un tio, aunque de un tono muy rojizo y sin
capullo. Parecia tener una gran dureza, pero no un gran tama�o. Ignoraba si una
vez dentro no les ocurriria como a los perros, y se quedasen enganchados.



El mono dio un salto y se situo tras mi hija. Volvio a
lamerle el conejo y a pasarle el dedo, pero ahora lo introducia levemente, para
lamerlo y olerlo de forma inmediata. Vi como le metia la falange entera y como
se lamia el dedo con gusto. Se estaba pajeando para terminar de empalmarse. Con
gran maestria se agarro la polla y se la situo entre las nalgas. Marta gemia,
mientras el mono empezaba a frotarse con ella. Expulsaba bastante lubricante,
que le empapaba las nalgas y la entrepierna. El mono se agarro la polla y busco
el agujero de Marta. Cuando lo encontro empujo de una clavada y empezo un
frenetico metesaca. Marta se habia quedado sin habla. Le habian entrado los
escasos doce cent�metros del macaco en un suspiro. El mono follaba sin piedad.
La doctora me dijo que se corrian enseguida, en unos segundos, pero que eran
capaces de repetir la follada muchas veces, y que no se quedaban enganchados. El
mono desmonto de repente, sacando el rabo de golpe y arrastrando algunos rastros
de semen detr�s, dejando sucio de esperma todo el culo de mi hija.



El jefe me indico que eso significaba que tendr�a nietos
fuertes y sanos, y me felicitaba. Tras la monta mi hija quedo empotrada contra
el suelo, pero manteniendo el culo en la posici�n correcta para haber facilitado
la clavada. Las demas chicas la sujetaron y la tendieron en el suelo,
levant�ndole las piernas. No querian que el semen del mono se derramara, sino
que fuera a parar lo mas adentro posible de Marta.



El mono se limpio la verga y se fue hacia la selva. El resto
de las v�rgenes eran del jefe. Empezo la follada con una bastante gordita, de
unos 20 a�os. Fue muy cuidadoso y le dilato bien el conejo, la polla del jefe
entro con suavidad en aquella cueva virgen, ante toda la aldea. El jefe la
enculo a cuatro patas unos instantes, mientras la gente volvia a darse fiesta.
Habia parejas gente follando y pajeandose por todos sitios. Yo tenia otra vez a
un crio agarrado al rabo, mamandomelo.



Enseguida y se la saco y se la enfilo a otra. Vi que el
hombre tenia que desvirgarlas, pero no tenia que correrse. La ultima fue su
hija. La habia elegido porque el semen del jefe, el hombre mas sabio, era el mas
deseado, y el le iba a dar su regalo a su hija.



Tambien fue cuidadoso con ella. Tambien a cuatro patas, pero
dejo que fuera ella quien le guiara el rabo y controlara la clavada. Cuando
estuvo dentro dejo que la vagina se acostumbrara al nuevo tama�o, como con el
resto de las chicas. Esta vez su metesaca era mas rapido, no queria su hija
sufriera mucho rato. Enculo mas fuerte y gimio, derram�ndose dentro. Cuando la
desmonto ense�o orgulloso su rabo desinflado y cubierto de jugos, y el conejo
dilatado de la chica, con gran fiesta por parte de todos.



Inmediatamente su hija se puso en la misma posici�n que la
mia, para retener el semen. Llegaba el turno de los chicos. Todos estaban
empalmados de nuevo, y sobandose ante lo que venia ahora. Las tias segu�an a
cuatro patas, salvo las que habian recibido semen, que estaban tumbadas hacia
arriba y con las piernas en alto.



Al parecer, lo chicos elegian a la tia que mas les gustara.
El que escogio a Marta no me gusto nada. Era de los mayores, unos 22 a�os, y era
un tio grande y fuerte. Tenia una de las pollas mas grandes de los j�venes. Vi
que su idea era tirarsela al estilo misionero, para no cambiar de postura. Otro
chico se fue a la hija del jefe y le hizo lo mismo. Vi claramente como la polla
entraba en mi hija, lubricada con el semen del mono, y como ella se acomodaba
para tenerla dentro sin problemas. El chico gimio cuando sintio la humedad de
ella envolvi�ndole el sexo. Empezo a follarsela muy fuerte, tanto que se le
salio la polla algunas veces, hasta que comprendio como tenia que moverse. Marta
tuvo su primer orgasmo en ese momento, y el chico se fue dentro de ella, uniendo
su semen al del mono dentro de mi hija.



Pablo resulto un buen semental. Vi como se tiraba a una a
cuatro patas. Era buena hembra, de unos 22 a�os, pero con un conejo bien formado
y abultado. Vi como situaba su rabo en la entrada del co�o y como apretaba el
culo para clav�rsela a la tia. Lo hizo despacio, sin parar de gemir del gusto
que le daba. Llego un momento en el que su rabo de 16 cms parecio ser absorbido
hacia adentro, y su pelvis empujada hacia la chica. Su respiraci�n se acelero,
diciendo lo bueno que era eso. Sus clavadas eran cortas, lo que hizo que no se
saliera ni una sola vez. La primera follada de mi hijo fue un �xito completo. La
chica se corrio y el fue una auntentica taladradora, la dejo bien llena de
semen. Seg�n los tios terminaban el polvo, se entendia que ya eran adultos, y
podian hacer lo que quisieran. El tio con el rabo mas grande del campamento, un
chaval de 17 o 18 a�os que lucia un rabo de unos 25 cms se acerco a la doctora,
con el aparato mir�ndole directamente. Ella ni abrio la boca. Se dio la vuelta y
le ofrecio la grupa. El tio se puso tras ella y comenzo a trabaj�rselo, para
prepararlo. La muy cerda gritaba cuando el tio le metio tres dedos, y despu�s
cuatro, pero el tio los sacaba tan brillantes que no podia negar que estaba
lubricando como una puta. El chico resulto ser muy bueno manejando su aparato, y
le pego un polvo cojonudo, la clavada duro bastante, y la doctora debio correrse
tres veces. La corrida del tio fue bestial, derribando a la doctora, que dio con
las tetas y la cara en el suelo. Cuando el tio se salio, el co�o de ella
permanecio abierto un momento, por lo que habia tenido dentro.



Vi como algunos chicos empezaban a ofrecer su culo. A mi me
vino uno que tendr�a 18 a�os o asi, y se me puso delante, tambien a cuatro
patas, ofreci�ndome un ojete y dejando ver su colita y sus huevos sin pelos
colgando. Vi como mi hijo era requerido tambien por otro chico de unos 22 a�os.
Tenia la polla peque�a, pero unos huevos enormes. Seguro que lo iba a dejar
lleno de semen. El chico fue cuidadoso con el. Le trabajo un rato, mientras el
rabo de Pablo se le veia entre las piernas totalmente endurecido de nuevo. Lo
fue follando despacio, cosa que no evito que su cara hiciera muecas de dolor
continuamente. Aguanto bien la follada, aunque perdio la erecci�n, imagino que
como consecuencia del dolor.



La fiesta termino muy tarde, y mis hijos ya no vinieron a
dormir a nuestro campamento. Se quedaron en la aldea, y al dia siguiente, cuando
fui a buscarlos, los encontre durmiendo abrazados. Marta tenia el co�o muy
dilatado, con abundante esperma seco manchandolo por fuera y por el interior de
las piernas. El pene de Pablo estaba como irritado, y su culo tambien aparecia
con rastros de semen seco.



El dia de la despedida llego y tuvimos que hacer las maletas
para volver a la civilizaci�n. La despedida fue brutal, con una gran fiesta que
siempre recordaremos. En el viaje pacte con la doctora y con el ind�gena que
esto seria un secreto entre nosotros. Antes de salir el ind�gena que nos
acompa�aba nos dijo que iba a volver con la tribu, que no tenia familia y que
solamente volvia para arreglar algunas cosas burocraticas, pero que se volvia
con la tribu sin dudarlo.



Mi relacion con mis hijos cambio radicalmente. Pasamos a ser
una familia mucho mas abierta. Seguimos durante mucho tiempo follando entre
nosotros tres. No lo habiamos pensado, pero la noche que volvimos a casa, y
estando yo ya en la cama, mi hija vino a mi cuarto desnuda. Actuo como hacian
los de la tribu, dej�ndome claro que queria follar. Habia adoptado su forma de
actuar. Se sento en la cama con las piernas abiertas y toc�ndose el conejo. Yo
me destape, dormia desnudo, y deje mi rabo a su alcance. Lo agarro y empezo a
mamarmelo, dedic�ndome una de las mejores mamadas de las que he disfrutado, y se
puso a cuatro patas delante mio, ofreci�ndome su conejo. Yo le dije que habia
tambien otras formas de hacerlo, que tambien daban mucho gusto, ya que solamente
habian follado a cuatro patas o en la postura del misionero. Le dije que se
sentara encima mio, controlando ella la clavada. Asi lo hizo, metiendose mi
carajo sin ninguna dificultad. Empezo a moverse arriba y abajo, disfrutando del
gusto que le daba controlar ella la velocidad y la profundidad de la follada.
Asi estabamos cuando Pablo entro, ya que estabamos con la puerta abierta y
gimiendo como cerdos, y se nos quedo mirando alucinado, no sabia que tambien se
podia follar asi. Se quito el calzoncillo que traia y se quedo de pie
mir�ndonos. La escena me calento tanto que me corri enseguida, llenando el co�o
de mi hija por primera vez con mi leche. Marta se saco mi rabo y, aunque estaba
muy caliente aun no se habia corrido, se dispuso en la cama para recibir a
Pablo.



El chico no perdio el tiempo, ya habia aprendido que las tias
recien folladas no necesitan preparaci�n previa, y se la metio de una atacada.
Venia observando que era bastante duro follando, que le gustaba dar buenas
culadas. Me imagine su polla flotando entre mi semen dentro del co�o de Marta y
como su esperma se mezclaba con el mio. Ver a mis hijos follando me volvio a
calentar much�simo, asi que participe en la escena a traves de Pablo. Me situe
detr�s de el con el rabo ya empalmado, y empece a trabajarle el ojete mientras
se seguia tirando a Marta. Pablo gemia, y yo notaba como su ano recibia mis
dedos dilat�ndose a su paso, aunque todav�a era bastante estrecho. Le habia
visto follar mas veces con aquel chico que lo desvirgo en la fiesta, asi que
seguramente su culo no hubiera recibido pollas como la mia, cosa que no ocurria
con mi hija.



Situe mi rabo en su culo, y aprovechando su movimiento fui
introduci�ndole mi capullo dentro. Pablo gemia, pero su ano respondia bastante
bien al ataque de mi verga. Cuando mis huevos pegaron con los suyos comprendi
que la tenia toda dentro. Empece a empujar un poco mas, provocando que Pablo se
apretara contra Marta, montando asi un sanwich de lo mas sugerente. Nuestras
corridas vinieron al momento. Al descargar Pablo y note como su ano se apretaba
y se aflojaba, y mi rabo respondio a eso con una gran corrida en lo mas adentro
de mi hijo. Marta casi gritaba del gusto. Creo que habia tenido su primer
orgasmo.



Los tres nos hemos convertido en unos amantes
extraordinarios, y cuando podemos intercambiamos fluidos, los tres juntos o por
separado. Alguna vez nos visita la doctora, que ya es muy mayor, pero sabe que
en mi casa disfruta de un par de pollas sin problemas, siempre nos reclama su
racion de semen, aunque prefiere tragarlo que recibirlo en el co�o o en el culo.


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